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AMARS AL PRJIMO?

Domingo Caratozzolo

Mariana Ramn
Luis lvarez
7 B

Deca Freud que no resulta fcil para los seres humanos


renunciar a satisfacer su inclinacin agresiva; y que
abandonar la descarga de la hostilidad es causa de
malestar.

Qu hacer entonces con los


sentimientos de odio?
Una solucin es descargarlos
sobre estos grupos culturales que
constituyen una minora, pues el
sentimiento
de
comunidad
necesita para completarse y
fortalecerse de la hostilidad hacia
una minora extranjera cuya
debilidad numrica, econmica y
poltica nos facilita el abuso.

No debe menospreciarse la
ventaja que brinda un crculo
cultural ms pequeo en cuanto
ofrece un escape a la hostilidad
sin temor a represalias. Siempre
es posible ligar en el amor a una
multitud
mayor
de
seres
humanos, con tal que otros
queden fuera para manifestarles
el odio y la agresin.

Ya sealaba el padre del


psicoanlisis, que justamente
entre
pases
vecinos
y
prximos en muchos aspectos,
an no existiendo litigio entre
ellos, se despierta la hostilidad
y el menosprecio, utilizndose
argumentos fuera de toda
credibilidad.
Cuando
este
menosprecio es ms benigno
se manifiesta en chistes que
ridiculizan al extranjero.

La creacin de demonios permite encontrar un


sujeto, un grupo o una nacin que se haga cargo de
todos los problemas y los padecimientos de un
pueblo

Nuestra
indignacin
y
dolorosa decepcin ante la
conducta
criminal
del
hombre se basa en una
ilusin que deseamos y
luchamos por mantener: el
amor hacia el semejante.

Esta ilusin es bienvenida porque nos ahorra


sentimientos desplacientes y nos permite gozar de
satisfacciones, pero debemos aceptar sin lamentarnos
por ello, que de tanto en tanto esta ilusin choque con la
realidad y se haga trizas.

Es posible que tengamos que acordar con Freud que las


aspiraciones odiosas y peligrosas contra las que
combatimos, estn ms prximas a la naturaleza
humana que nuestra resistencia a ellas.

GRACIAS !!!

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