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El aborto
Sentencia T-388/09
"El que tiene un derecho no obtiene el de violar el ajeno para mantener el suyo."
José Martí
“… (i) Cuando la continuación del embarazo constituya peligro para la vida o la salud de
la mujer, certificada por un médico; (ii) Cuando exista grave malformación del feto que
haga inviable su vida, certificada por un médico; y, (iii) Cuando el embarazo sea el
resultado de una conducta, debidamente denunciada, constitutiva de acceso carnal o acto
sexual sin consentimiento, abusivo o de inseminación artificial o transferencia de óvulo
fecundado no consentidas, o de incesto.”3
Estas tres situaciones en las que se tiene que ver envuelta la mujer para por poder recurrir a
un aborto conforme a la ley, no son obligatorias ya que es la mujer por medio de su
voluntad la que decide si se practica o no el procedimiento. Sin embargo, no es esta
situación la que genera la problemática, ni este derecho el que se interpone con la vida
digna y la salud integral de la mujer. La situación que se opone se da justo cuando el
derecho a la libertad de conciencia individual o colectiva es reclamado
desproporcionalmente, cuando son exigidos dictámenes de medicina forense, órdenes
judiciales, autorizaciones de familiares, el consenso y aprobación de una junta médica o el
convencimiento y respaldo de una autoridad estatal como autorización para la ejecución del
aborto.
Es por esto que se optará por analizar brevemente cada situación para dejar claro qué
derechos priman y como se ejerce el derecho al aborto según la sentencia C-355 de 2006.
1 Definición de la Real Academia Española
2 Actual Código Penal, Ley 599 de 2000.
3 Sentencia T-388 de 2009, p. 25.
Para esto se retomará un aparte de la sentencia T-388 de 2009 en estudio, que corresponde
a las preguntas que intenta responder la Corte en materia de aborto.
ii. ¿Qué consecuencias prácticas surgen para las EPSs, las IPSs y el personal
médico que en ellas labora en cumplimiento de la sentencia C-355 de 2006?
En este mismo orden de ideas y dejando claro las disposiciones de la ley en materia de
derechos reproductivos y sexuales de la mujer, el deber que recae sobre las EPSs, IPSs y
demás personal médico será el de prestar el servicio cabal y oportunamente a quien estando
en las situaciones consentidas por la ley, lo solicitare. Así mismo, deben las entidades
prestadoras de salud abstenerse de presentar una objeción de conciencia colectiva que
llevare a la desatención del servicio. De igual forma se considera improcedente e
inexistente declarar objeción de conciencia a nombre de la persona jurídica a la cual llegara
la petición de aborto. Ya que, si bien las personas jurídicas no tienen consciencia por su
naturaleza ficticia, se debe procurar que en la entidad haya personas dispuesta a practicar el
procedimiento en pro de hacer valer el derecho de la mujer a decidir sobre su embarazo
cuando la ley así se lo permitiera.
En el caso de los médicos estos pueden objetar conciencia siempre y cuando lo hagan
oportunamente y se encarguen de conseguir un colega que lo haga en las mejores
condiciones de salubridad, de lo contrario si no lo encontrara así objetare conciencia su
derecho se relativizaría ante el derecho de la mujer a la salud y a la vida digna, y tendría
que acceder a practicar el procedimiento.
Es así que en la sentencia de tutela T-388/09 se clarifica el fallo C-355/06, que aun cuando
fue proferido hace tres años, no se había logrado absorber por algunos focos de la sociedad
óptimamente. Ya que de una u otra forma se sigue pensando que es absoluto el derecho del
nasciturus6 lo cual anula por completo los derechos de la mujer. En esta medida la
despenalización parcial del aborto implica un gran salto en el camino a la garantía de los
derechos humanos, y si se ve por el lente religioso aunque se pueda pensar de alguna forma
que es un pecado, en este caso ¿acaso no fue ese mismo Dios quien enseñó la compasión?.
Esta materia tiene situaciones de difícil consenso, y en este caso se podría apelar a la cosa
juzgada volviendo al fallo C-133/94 donde se ratifica la penalización del aborto como
constitucional, o a la vida como bien protegido, siendo que el nasciturus aun no toma su
primer respiro, y el derecho a la vida que solo tienen los nacidos, sin embargo, aun
buscando argumentos para no darle paso al aborto ya se constituye como un derecho para la
mujer que lo decida estando en una de las tres situaciones que tanto se mencionan. Ahora la
tarea es, si bien no dejarlo sin información y mal entendido como un método de
planificación, si es reducir el número de situaciones de acceso carnal o acto sexual sin
consentimiento, y/o abusivo, con el fin de no exponer a la madre a traumas psicológicos o
6 Parte del ratio dicidendi, sentencia T-388/09 p. 27
“Conferir un amparo absoluto al valor de la vida del nasciturus hasta el punto de
penalizar el aborto en caso de conducta constitutiva de acceso carnal o acto sexual sin
consentimiento, abusivo, o de inseminación artificial o de transferencia de óvulo
fecundado no consentidas, así como de incesto, o cuando está en peligro la vida y la
salud integral de la mujer gestante, equivale a permitir una intromisión estatal de
magnitud desmesurada que se aparta por entero del mandato de proporcionalidad y
razonabilidad, como han sido desarrollados estos principios por la jurisprudencia
constitucional y desconoce las garantías que se desprenden a partir de la protección
que se le confiere a los derechos de la mujer en el ámbito internacional de los derechos
humanos.”
al peligro de muerte. Además haciendo necesaria un política pública que propenda por la
disminución del “…22,9 % de … mujeres…que declaran haber tenido por lo menos un
aborto”7, que aumenten las mujeres conscientes de sus derechos (relacionados con la
sentencia C-388/06) para que así igualmente disminuyan los 300.000 abortos clandestinos
que se dan por año en Colombia8
Igualmente el papel deseado para la iglesia es más que todo un deber para el Estado ya que
el sentido de la expresión `beneficio general´ no solamente cubre a la sociedad de servicios
públicos, de justicia y de leyes sino también de procurar por la madurez de sus habitantes.
Bibliografía