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Leviatan, para su coeccion El Milo de Ariana pre: senita Les aticulos de Genevieve Fraisse para pen: Sery tepensar al feminismo, una cuestion no supe. rade hasta hay. “A fata de utopfa, un poco de optimisme: adtita ‘os cue fe opinion general esté de acuerdo en penear {que podernos salias de nuesia condi, indica © cclectveremte. Imeginemos que la conden ms- ima puede ser mociicada, en particular, que ya no hey ‘concn femenina’, puesto que la iguaead de los sexes estaia reaizade; supongamos entonces que se legs 2 un acuerdo pare macicar la terminologi, Dare reemier efinitvarente al vooabulario del siglo pasado el téning inadecuad, Entonces se plarteara ia cuestion de la catego. La historia puade transfor ‘mar ne stuacion, permit y acentar le emenelpacien ¥ lberacn de las mujeres, pero no per oli la suerte de las mujeres esta roglada: todos sabemes que fa igualded ests rms en ef harizonte de la aocién hums nha que en su presente mismo,” Recordemos que en Frencia, la legislecién que ermite el aborto rige desde el afio 1975, Genevieve Freisse es fl6sofa, directora de lnvest aclon en el CNRS. En castaliano, sus trabajos pu Dlicades son: La controversia de fos senas, Minerva 2003; Los dos gobiernas: la familia y fa ciudad, Ca tedra, 2003; La aiferencia de les sexos, Manantal, 1996; La musa do la razén, Cétedra, 1894, el hilo de ariadna | | | i en Geneviéve Fraisse cesta gata losofia leviatan DESNUDA ESTA LA FILOSOFIA Genevieve Fraisse DESNUDA ESTA LA FILOSOFIA. leviatan © sso Danas ioe ‘Beno Airs: Lev, 288 (ops 12 (lad vids : “Traducid por: Gaeela Vilbs t isan ovesersisas7 i 1, Hla. Vilat,Gai d -Tab ‘Tilo onginak Nuc eet Ia philosophic “Touciot Gabriela Villalba Disco: Heeain Morte ISBN: 978-987.5161377 Libro de edict uege ‘Queca echo el deptsito gue previne ley 1.73 opysigth © by Bdicoril Levatén alvosial LEVIATAN, Slt 259, ? 1074, ' Gidad Autdnouna de Buenoe Ass Argentina Talons: 4381-7947 Mail clileviawn@yahoncomar diouisige levitan omar “Webs inpilfewrnelevistan coma Innpeso en Argentina - Printed in Argentine se aaticiia® {Terminar con fa “condicién’ femenina?* + nivel soi sin! 10 i yt cra Bl, 2009 ee ‘Desde un principio, estamos ubicadas fuera de cam- po fuera del campo filosfico, fuera del campo os Mifeo. La expresion “condicion femenina” parece ex vragnal saber, como Fuera del tiempo. “T qué raba- jesambre a condicidn ferenina”equivle assy esto Problemdtca como una parccularidad heute ¢ rerercdescendencia se mezcla con a ieductbilidad deum enado, la “condicién" femenina, Podemos fa- briar expresiones, “la controversia de los ex08" Por ejemplo, o creat concepros coma “el gener”, FSO la falabra “condiin” on el fondo es consensual Y 50° Previve a todo trabajo epistemoldgico. Vuelve a sure gizallf donde menos sels espera, en uns reste bio- fica o en wna rennin académica, Impide duc = ral palabr “sexo”, demasiado provocadora, allt Ie Heologla feminista que supuestamense debe per verte toda reflexiOn te6rica. Esta palabra, emtonces, 5 puede gustatle a tod se 4 todo el mando, no con! “0p ninguna kip = ie 0 que esto me pone neviesn, Hace iem- sgecto me pone nevis oc | esta expresién, “condicién femenina” ee ee Meum heart gencia en ee sates, at bac ae Ee ls debs, pepsin ac eget smplejas. ¥ mds interesantes. Ci a aia xls id ai pore toes ake laa, "lo cco tox, viene comrades Goethe: lio de Gertie on olan bs Bee laa buena efeenia istic, gules =n dale de ET Bayne igual tla oie nme loa snare rende entonces la rexeci6n a ia eae Tiseadie pradeete aT exienlia alimenta el sear aa ala esent a tac demllegye el Seale Consent cin"? pa ire sont tps JE Hae ‘and Ca, 9; Boa dion ere, ne OA Na ee Lommel ond ere, Ea cond ition in fone ee eye Pasi eheewee erated Reka Moc 1978, men Come 0 | calidad que da la espalda ala meta Te hisroria que secusa Is esencla ish fsa Je ata plabea se distingue al mlame VET sania poli, puesto que cn 1046 2 ON etm apa -Camision del condision lama jer Hgualmente, Francia crea 6 1974, un “Secre- ve ado para la condicion femenina’ ‘cupado Por Frangoise Giraud. Veince 0 sents 20s después expres rarifica el paso del singulat al plural (con- “niin de las mujeres). Por exo se dics gue el feminis- we einiento de liberacin de las mujeres PSO Jabra de la cempor fisice, palabra de 0,03 poral, Magia victoria ‘Somienso emonces a enender que debo ae ani nerviosismo, que las buenas raz0ncs PAT instalat icon fenenina” en a discusn del siglo 1a reones un pow de andi. Y me acueto cone de que André Malraux puso en ¢] nr de nue tra dpoca la imagen de la “eondckén ‘humana, Poco después, rula ast una de sus cole rire ediciones Le Seu a condicién Guna prora fermenina, ©) seria un eso, Un estado $0 Ore an momento dado, sera, pus os abe Gmegora, mas que un elemento 1680 ateraporal Cnr época deerminada subrayaris ests caracter's+ viens macho mds que la pertenencia 2 ont categoria trajees, por ejemplo) de un todo so te obstate, esa palabra “conicion’ nutida de n dererminantes histricos, se vio encersada, cal vee a Su pesar, en el esquema o modelo de explicacién sur, sido de la telacién entre naturaleza y cultura, Pues siempre es dificil salir de la oposicidn naturileza/cul, Gn, y2 que es oposicién uvo como funcién pri meta, polémica, la de reemplazar el dio humano/ ceetno, y omar licencia de la metafisic, En el paso de una dlualidad a otra -nacuraleza/cultura en a a. Sar de humano/dlvino- el objetivo era dar a espal- dtu la crascendenciay a lo religioso. Sin embatgo, al defar que subsista tun juego de oposicién, ln bi, ‘atiedad sigue estando en primer lugar, pues resul. {8 mis imporsante que ef acento adjudicado a uno wt otro térino del pa. ya sea lo natural ( biolég So) © to cultural (o artifical). Entonces, la palates “sondlicién” era perfectas permit colocar juntas la csencia (la naruraleza) y la construccién (psicolégica, social, individual), sostenerlas sin dividitles. Aljom bien, esta eposicién me preocupa desde hace tempo, gp cuanto que forma un efculo: denanciar el aig, ‘mento de fo natural para demostrar con mayor con. tundencia que la condicién es una resulcante cult, ‘al tiene como efecto primero mantener fa oposicisn, % po lo tanto, reconducila indefinidamente. En my opinién, un callejin sin salida, veérico y préctico, Un callej6n extcemadamente eficaz para mantener «lag -mujeres en su logar, justamente, en su “condiciSn’, én histbrica del eér- ela apatieibm histsrica del ee i Gin dela eternidad, el he The de designar o distinguir a un grupo de personas (las mujeres) aa noun esta de hecho prevalee pot (as mu sobre toda perspectiva critica Por lo canto, a pesat rmino y su significack La condicién y su temporalidad oe especto gs peciso que etendamos sin embargo enero dda de xa pba. Beco ain fh re hn els ein ere inne engin eersara. La pale oma Me ance on elexion posmerssca cone nt Mf emporalidad,deelarvidad sos, dec Se oes humana Junto con a plbra “onde Se espe Seu adeno: “papel”o“omager® por dem ieee ps ol ee for téeminos priv a le ates 196) Amos oe Hn Tet to uma savatio‘en el comer de ta son te vtemos cualquier male i pamana no s¥entfca CON auras eae Insuma delas actividades y eu fe corresponden a la condicién humana ne manas que com B consti humana’, da de nada de lo que puede Hamarse naturaleza La “suma” de I hum des cms humans no goto igen sendo ooo son La emportia es ec ts tseme ica de una categoria soci: Sane ora metic dena ga oi en eaaormacs re . ¥ como tan bien mone beste y la historia = ee =o “eons! yo ca para cones “Todate Soo » en cl uilkimo dia de un period ate ts un af, eine fod sero no ee ee ee aes en la misma sity sadn a ep cr da tiene un parecdo con le eles eb en Eu bre lenin oe » utilizar la palabra “condicién” s ee cs para ella la consigna para combatir. i cousin pas combat cpresn. No por ene “Condicién” es Aan 8 la palabra que designa la hi: i Gaddel rnin peered ‘ como en su deveni bla de Ie evoluin de na concn deserter a main Por consiguiente, esta palabra deberia gustarme. La = poralidad, de la li or la historia, deberta ser ie ane ae mi preocupacién, 2 Hay waded de nal ai Ee die abo ed Barcelona, 1 Nova Tera, 1962 [Ne de aT}, 4 por pensar Ia enancipaion de las mujeres C00 d paso den estado a oxr0, como uns transggesion po- rae ce un orden establecido. La condicin de las ‘mujeres tendfa, pues, una historia» es mone Weil, ast como para Hannah Arends, la temporalidad de nuestra condicién st inscribe en. va eeerallohistérico ly x te momentos diversps, a eerimients, puntos 4c origen, puntos de rupct- se immone Wel no imaggsia un tiempo histrico @ue Ta rama subvesién, rechite de la escavieud modes: no rechazo did presente. {4 reconocimicnto de une * Sapone la uci. Flannah Arendt, por S pare, se pregunta por el punto de igen practica Pare cis camplea en el vtalo mismo de su obrs vr condicién humana: “me atengo, POF Una PAF? al naliss de las faculeades humans generales que 9° aon de fa condicidn hamana y que som petmanen’e% ctiecn que vo pueden perderse sin reorno micnite caer rnbie la condicign humana misma. El anliss Treen, po ota pate iene como objetivo Bascor ‘T orgen de la alienacidn del mundo modeno- fe Diche brevemente, la condicién designa lo durable {la durabilidad) de ls facultades que pevmiten lade finician de bo humano, miencras que fe modernidad 4: Hlnnah de, Caton de Fvone modest 95%, Ts catty Lacon bane ra Seaman Gi Nora, Barcelons, Pais, 1883) 3 del hombre reenvia a un punto de origen de pregun- {2s conemporéneas entre alienacién y mundo por Yenir. Decididamente, esta palabra “condicién” pro- vyoca siempre el cruce entre la duracién y el aconte. . Encences, el vinculo entre sets a presentaciones objetivantes que calificaran determi- rachis posiciones de los individuos en la suciedad; ya s6lo habsia sues. La historia presente nos ha mos. trado que no es tan simple. De hecho, la posicidn de objeto sigue siendo sig- nificativa para la sicuacion de las mujeres en el mune do contemporineo, y en muchos niveles: matesial, discuniny sinbelicn EL objem puede ser mprsen, tado por la mercancta (objeto de comercio) 0 por el pea pap fy ieheleeprapetel ac politica entre humanos). El incerés heutistico de la figura sujetofobjeto tiene que ver, entonces, con ese doble nivel de lectura, objeto de intercambio y medio de intercambio; lo cual es preciso explicitat. Pero antes de Hegae a las diferentes formas de ob- jeto, se impone una observacién: sujeto y objeto no siempre son distintes, y la modernidad ha instaure- do la mezcla de las posiciones. Es preciso insistir en el hecho de que la propiedad de si —como cuerpo 0 como persona-, es decir la dinmica del devenir su- jeto como subversién de la posicién tradicional ob- jetivance, puede mostrarse bajo el doble aspecto, de sujeco y objeto. Ser propietario del propio cuerpo, justamente, permite vendero, en la prosticucién, por «ejemplo. O incluso, para escapara ese vércigo intelec- wal, de algunas dirén, entonces, que la prostitucion «8 un servicio propuesto al cliente y no una venta en a si. "Vender" el propio cuerpo seria una imagen obso- leva. En todos los casos, ya no distinguimos el ser su- jeco, que exptesa una voluntad, de su uso de objeto, sometido a una transaccién, Igualmeate, en la oposicién tradicional entre usa y geniv, mediadora de la inspiracién y creador de absolute estético, las mujeres artisias de siglo par sado pusieron en desuso tal representacién ocupan- Goel doble lugar, de modelo y de pintora, de musa ¥ escritora, pasando de una a otra posicidn, o incluso haciendo uso de ambas al mismo tiempo (Suzanne ‘Valadon, Anais Nin). Onn ejemplo, politico: todas las consideraciones sobre la pobreza de las mujeres y el desarrollo, s0- bre las victiaas civiles de la guerra y las actoras de Ia paz (0 del tersorismo) desarrollan vohuneariamente ia idea de que las mujeres estén en el doble Luger de facilidad y actividad. Las mujeres, primeras implica: das en la pobreza, son designadas también como las mejores actoras de la microeconomfa fucura; ances, poblacién civil sometida a todas las violencias, ahora ‘nos preguatamos sobre su responsabilidad, tanto en la guerra, como en la paz, ‘in olvidar estas situaciones de mezcla, de mixtu ra, ente sujezo y objeto, sin olvidar tampoco las mill tiples posbilidades del devenie sujeto, quisiera indi- car ahora cémo la persistencia de los discursos que 6 cobjerivan a las mujeres nos obliga a pensar wna vez iis dl vinculo sujero/objeto desde el punto de visca dela emancipacién misma de las mujeres. EL OWJETO Y LA MERCANCIA, ‘La mercancfa estd asociadaa la mujer de diversas ma- neras. Dutante mucho tiempo fue un objeto de tran- saccidn patrimonial, ai lo es en algunos lugares del ‘undo, ambign lo een el wéico may aetial de - ses humanos,a veces en compaiiia de nifios. Ain hoy se puede, pues, comprar y vender una mujee, La ex presién “mercado matrimonial” no perdié manifies- tamente rodo st sabor socioligico. Pero la objetivacién se cransparenta sobre todo ‘como acompaitamiento de la mercanefa, El exer femenino puede set I representacion el deseo, por supuesto, como en los aliches publicitaios de lence- sfa femenina, donde la desnudez y a perfeceidn cst tica sirven como argumento de venta. La mujer, ob- jeto de deseo sexual, representa el deseo como tay por ende, el deseo de los dos sexos. Ora situacién objerivante: cuando se asocia a ka mujer a un pro- ducto completamente orro, Mujer y auvo forman una pareja publiciaria recurrence. Allf no se trata de una epresentacidn del deseo sexual sino simplemente de so ihe {a contigiidsd, o incluso de la proximidad, entre dos cbjetos de desco, el ser sexual, por una parte, ¥ el ‘objeto de consumo material, por otra. La mujer no es el objeto de consumo sofiado, sino que reenvia @ ‘orro objero de suefo, suefio masculine de porencia virl, velocidad y dinero, Se replicaré que las imaige- nes se equilibran cada vez més, que se ven ropa in- terior masculina y hombres desnudos delante de ua ‘auto. Sin embargo, este reacomodamiento no supti- ‘mié un traumiento muy disiméctico de la imagen del hombre o de la mujer Pero ahera debemos volver al soporte del consu- smo mercantile deci, al intercambio que neces- viamente supone. Si bien el mercado mattimonial es tuna imagen antigua, ¢s interesante porque aport vi- ros matices: el del incercambio real, donde el hom- breo la faniia del hombre compra ala mujer 0, por cl contrario la mujer es un don gue se acompafia del dinero de la doce, o el del simple intercambio, donde Jos sere cisulan de una familia a otra en el todo so- cial, En este sentido, lo que constituye al objeto es hecho mismo del intescambio. No habia intercam- bio sin objeto, o sino, ;eémo debemos definir un in- tercambio entre sujetos? Que tipo de cosas sexta ob- jeto de transaccidn? Ninguna de estas preguntas tie~ ne una respuesta ffeil, Mientras tanto, ¢s claro quela sociedad industrial no ha hecho sino transpose una s sitwacién anterior, introduciendo e] elemento de fa mercancia en el juego de los inte: $ sds en oss ne een ee Obiev0 ¥ MEDIO DE wNTERCAMIO La mujer sirve mer ve a algo dite de misma, eal €llinteinuperble det movimiento comemport és és den dea rs Saute ey be mujer puede vender ada ur de coms, yno slo Bienes de consumo, prodicos Tambien pede per miele asco eis ya mena ps te politico; o bien puede sera encarnacién de una diet, b solu de un eben. Fi ccaes lo que la mazea en su objetivacién es ca insirumen ‘acidn, Mis precissmente, distinguiremos cuando os “ian decade es emblems o mene de a. ecordamos, por supuesto lh uti pigina dk Woo de Ciude Ler-Seaus Las aera ae tao dl paren (947 dee, ag de haber x cade langamente Ia construccign del intercarnbio ela mrs por pared tombs, despa Je este modo la tensidn encre sujeto ie sree sre ee je come “signa” y“raductor de sign’ Ast ei ilar a palabras ques incercambian (cjs de 2 {a simple mercancia), pero cambin algo diferente ¢ tin signo, mis bien Fuente de los signos, productora ide signos. Claude Lévi-Strauss eseribe que “la mujen, pcs. ha seguido siendo, a iempo que signo, valor” Hlagamos dos observaciones: intercambiar sig hos es més respetable que intercambiar cosas y el set humano se caracteriza por e! lenguaje; producir sigy hos implica poder extraerse de una posicign: mediae dora, hetersnoma, De este modo, se podria restiuit Ia cronologfa, incluso imaginaria, de una primera si tuacién de signo intercambiado, a una segunda si- tuacidn de sujeto significance: Fable en condicional: ‘nos encontramos a pocas lineas del final de un libro ‘yolumineso. Ya no ¢s tiempo de demostraciones. La ‘vena poética fit del autor se oftece ala interpret Cin sin peligro para la esis misma del libro. La hi- potesis dl etndlogo acerca del equilibrio entre signe y calor para defini el lugar de las mujeres en el juce go de los intercambios socials podifa tener exo, de icjos, en el movimiento de conquista del sujew, del devenit sujeto de las mujeres. Pero sélo es un eco. Ea ‘cambio, hemos llegado hoy ala inversién de esta cro- nologiao paso del signo al valor: la mujer productora de signos, de vlor, de sujetodirta yo, s¢ ctopieza con el hecho de que sigue siendo un signo, signo que sirve al intercambio social, en sentido amplio, Es como si sc hubiera invertido la perspectiva histérica: el suete 83 se veriaobligndo, a partir de su posicida de autonon mia reivindicada, a teansigir con su uncion de wae g invabio prs ls dens, En hoot acta e sujeto serfa una mujer y “Ios demds” serfan gene salmentelos hombres, a SB “raemos a colacién exe sex te rexo para enmarear las siguientes obervacione donde ls majees (osu impone el plural} son el signo de un probleme. pone signo de wn problema, o sa Ells son el sgno de un conflict cuando un pais como Franca e deagera por el uso del paulo de ls jdvenes musulmanas. Tene gue ver claro ceca, con la libertad y la emancipacin de as jvenesy, en este caso, ellas Son efectiv: ramente sujetos libres 0 su~ jetosforzadds (sepin las diversas apreciaciones po. We, Ze nln tiene que ver con todo lo que explca exe pariuelo (por otra part, objeto vexing, taio, objet que concieme, pues al cuerpo deo ‘mujeres oeulto 0 exhibido por el uso del pannel, ambas lectus son posbies), por ejemplo, et repress ¥ la muliplicacién de las religiones en nest, so. ciedades laicas; 0 incluso las serias disfunciones de In integracién de ls j6venes provenicntes de la iam grin Fl pad habla, ps del sitactn de }8venes musulimanas, pero también de otrascosas, de ‘ligin, de los suburbios. El pataelo es la exprecién de un conjunto de problemas de una sociedad om on so momenta dado. Quisiera precisar que el argumento de la insttumentalizacion de estas j6venes se convies- te, en este andlisis, en un clemento entre otros de la historia. En cambio, propongo que sigamos leyendo el debate sobre el pafiuel iskimico en dos niveles: como un debate sobre el mismo, velo sobre el cabe~ Ilo o el rstro de una mujer de rcigin musulmana, yy como un debate sobre oira cosa: actuslmente, qué porta este debate a la hora de hacer politica? Lejos, pues, deatarsc al problema de a instramencalzacién ddelas mujeres en tuna sociedad ya la denuniciade esta instrumencalizacion, hay que comprender para qué sirven, y reconocer que las mujeres son tn. pretexto para intercambiar idess. Son, pues, wn signos en a sentido en que reenvian a otra cosa diferente de ellas iismas, No ¢s una situacién envidiable, 0 obmodas cesun dito al que bay que hacerle frente. Esto cam- bia la politica, como ast tambien la filosoa: el sujeto puro no existes esta marcado por el sentido que le es dado. Sin embargo, no esté alienado por esta situa bn; puede y debe existira pesar de codo. Signo ¢ emblema: otto ejemplo de uso del cuerpo Femenino, el de la obligacién para las mujeres afga- nas de vestit la burka. Como sucle desirse, la ima- gen habla por si misma; expresa la marginacion de las mujeres por parte delos tlibanes, la negacién de 58 su cuerpo y de su rostro. Més adclam ti6 cam de la imagen de ar una opinion y eriticar al mis- rés demasiado esteecho de Occi- gue por un pue- que se crataba de un: abe en absoluto Bien es preciso desdobla i donde se tata de las mujeres y ali don de otca cosa. Un signo desi mismo, un d clesmnul tos de apariencia y realidad, Paca terminar, propongo calficar esta reambio persistent, fu siguen sirviendo como moneda las y a pesar de todo, sigue ferente de su fi viendo a algo di- jetiva propia. Siempre se eres. Ya sea como me- in de losconcursos de belleza. E ce fueror denunciados: contra ta muy emente abjeto, como prisioncra dence yoruna pre; core mbes de alae de mbi jeres deba ser descodificar debo decie ic mejorada, me. Una ver descodificada, Ea centro de la problemdtica p de un pensa puesto, se me dird que hay que denunciar este doble juego. Sia embargo, plenso que es mejor afrontaro, Pensmcriva Evidentemente, podriamos lamentar este vinculo constante entie la posicidn de sujeto que busca con- quistarse a sf mismo, y la persistencia de una obje- tivacién del estatus de las mujeres, En su mayorla, mis ejemplos o refe ‘como soporte tencias tienen al cuerpo femenino intercambio que excede a la per- uerpo y su libertad son an aspecto fundamental. Todo el campo de las nuevas tecnolo- fas de reproduccibn, como ast también el del vestigacidn a partie de las edlulas madre embri ras mereceria una reflexién andloga. conocer atlas? 0 ambas cosas a la vez? La historia de la fi xa otto buen cerreno de investigacién. Alf descu- brisfamos que las mujeres estén también tan presen- {es como ausentes, que lo femenino sirve a diversas ‘operaciones argumemtativas, Las mujeres pueden ser ‘moneda de intercambio, 0 moneda cchas situaciones; la reforma de la patidad es un buen 58 derada ecandaloss, poco compatible con ls exes del fennismo Por mi part, opto pola cider, :mo que esta situscién de las mujeres lugar de in- Hcy haga pollco en el senido ms amplio- i solamente de Claude Levi-Steauss: sila mujer no es producrora de signo, enronces la historia ‘entre estas das posturas, ob- jenzay la dial jciva y subjetiva, gat Tcrustén de las mujeres como aciozas de a blarse en la relaci Diisqueds del sujet ropio fin, sero Tre a essen ciando se aa del se smenino es porque esté en ruptura con el es de mediacién histéricamente impuesto ¢ este sex. 3° poco antigua para ifuserar este uae mujer como mediadora: cuando a fines del progreso se vuel- ce progreso. Parale- encargada de la reproduecién de po después, Schopenhauer explicab: a , icaba que el amor era tél ua sarap He In epee t,o a tramente, fini pasoa la representa esta és un medio, no es un fin, nisu propio fin. Es lo fo frente a lo infinizo, Lo que se ha deshecho es este texjuema, ya antiguo, En arbossexos ha prevalecido a individvo democrético, expresiin politica de este subjetivo dela libertad humana. Y, sit a desapacecido cl estatus de la formas de opuestos en las que se pie sexo, la dlisimeteia que preside su ramente reconsttida po fe sujet y abjeto me parece fa més alserilustrada de diversas ma es una propuesta de trabalo Agreguemos que ¢! vi nico da uns medida de fa relaci¢ jero que peri formas posibles de inver- ir la situa jonde la finicud y la infinicud del ger humano se dividian sin cesar entre los scres, Por tanto, tambiGn entre los sexos. Pero est sera ora Indice I sTeetsinar con a “condi 1 Desnuda exdla flosofla ULE devenirsijro y la pormanencis del objew

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