EL DECIR DEL ANALISTA
Colette Soler
‘Titulé nuestro trabajo de hoy “BI decir del ana-
lista’, El decir dgl anelista os otro nombre de 1a
interpretacién,
Otro nombre no significa sinénimo. Creo que
cuando Lacan habla del decir del analista no'lo
hhace para nombrar lo mismo de otro modo, Se trata
de nombrar de otro modo para hacer aparecer, no
4iré algo nuevo, sino un aspecto nuevo.
INTERPRETACION ¥ PASE
Es evidente que al clegir este t{tulo tomo como
referencia el texto El Atolondradicho de Lacan,
que, segiin supongo, conocen bien. Creo que es un
texto muy importante respecto de la interpretacién.
‘Me parece que Lacan en este texto vuelve a pensar
de nuevo a interpretacién, y de manera bastante
sistomética. No hay tantos textos de Lacan que
hablan de manera sistemética de la interpretacién.
Fry
HOY
Adultos Lombardi‘cousrTe sou
Hay muchas observacionos, frases, una o dos pégi-
nas en Fuincién y campo de ia palabra y del lore
‘“aaits Perovuna teorfa consistente de'ia interpreia-
lin la encontramos sélo en Bl Atolondradieke
Je interesante para nosotros por el momento de
Ja Becuela y de Ia Sectién Clinica en que eatewns
ahora es, sgtin creo, que para Lacan se trata sae
de definir la interpretacién ajustada al heal
anilisis, o sea una interpretacion en tanta paste
conducir un andlisis a su término, Una interpret:
lamar reales.
Desde Tes comienzos del psiconndliais fue pos.
be penear, sn dificultades, una interpretacign geo
rodujera efectos a nivel d acon. Freud
[sino la que produefa un mat mnevo, nuevas
Sscsiaciones, Bn nuestro lenguaje, hecho a Laces,
$58 due Produce nuevos efectos de significacion’
2B supuesto que no se puede producir siguitien,
citm alguna sin movilizar significantes, pore cn
Paso nuevo ona asocacién bres
Asi defini la marpretacten soa el proce:
0 analitica de la asociacién libre pero no se alean-
#8 percibir emo podria tambien fone ea
Dicho de otra manera, fel nico efete de ea
oo
1
-BLDECIR DL ANatasrA
tacién fuer ol relanzamento anciative ae esta,
Fe proeaiand ut Sa naan ‘Alcon:
trario, cuando Lacan habla en 81 Aiolondi ieee
de ls efectos dela interpretacién no se sehen?
samente alo que acabo de nombrar, Pat ere
aque éstas existen en eada andisi, pore age
fa de otro efecto, que lamé real Eases eee
goto efecto de “aubvensin tpelgicn escent
de producir un cambie-a five de aor fae
nivel del aujoto sujetado ala palabras Les
fa pensar el aspecto dea interpretation san ee
siona, al final del andliis, la prodacetne Go,
sujeto asegurade de saber:
Mas adelante voiveré sobre la exiestién para “
dilucdar acarea do qué eoga se aaoguse ata
AP decir del analista Lacan Io lama “otro decir”.
Ber e80, como recordé Mazzuca, haba titulade og
charla “El otro decir", Pero quizds habria resulteds
im boco enigmético; Dudy Bloger me sefialé sabin,
mente que no era tan obvio. Tenia razén en ta
iaftegee Lacan, “El Atolondradicho", en Recansién
1N'1, Paiés, Biblotnca Freudlana, Bh An 1086 tan
eo.
a5di feet un tal lusivo, que hace refe-
Teritia‘a &lgo'supuestamente compartido por noso-
‘tros: Yai la alusion puede convenir a la interpreta-
Gis, cirtamente ne convione tn coceieee
fl tontrario, en la ensolanse hay ae beeen
tefuerzo por stinina las alusoney, eben oe
Parecié mejor cambiar el elo por “ol ges ey
Shale
Tacan lo ana “tro dese” porn sonelavazén
ee
zee tuno del analzantey oir, del anasto
otro decir reapecto al decir nnalisnter ne wend
primero no alo porque en un andiais ef ive
tn hablan, i porque nu Giecmor Chet
esiracbure del tscngo dl amo, on atonal sree
se ropresenta conn ignifcante atte scone
teri de sigmitcanas
DECIR Y ENUNCIAGION
Como vemos, Lacan introduce aquf una nueva
pigticion conceptual. Primero nos acostumbeé
ditinguir enunciado y enunciation como divisiba
interna al campo del lenguaje. La distincon nice
decir y los dichos refiere no s6lo al lengua sive
también a la estractara del diseurso: une ver ela,
borada la estructura de los discursoe (en 1670)
Lacan reactualiza mu teorta de Taintarpretacion,
Seguin la distincign enunciade-enunciacion, le
CInterpretacién intentaba revelar la enuncincion
“envuelta en los enuncindos, Tenetibs haa coostrne,
ciém muy precisa de Lacan sobre este punt Se
16
[BL DBOIR DEL ANALISTA
srafo de Subversién del Sujeto... ubica la enuncis
cién al nivel de la cadgna superior, cadena incena!
ciente, latente para retomar el término de Frou a
Giferencia de la cadena intencional de los enuntias
dos. ¥ quien dice cadena dice desciframiento post.
ble, acceso al nivel de la enunciacién por la vie do
Is sustitucién significante,
La pregunta que surge de immediato es gesmo
se articulan ambas distinciones, ol decir y lo dicho,
el enunciado y la enunciacién?
No voy a iratar este problema ahora, pero para
orientarse correctamente en él, eroo que debames
prestar atencién a las formas gramaticales que ut
liza Lacan. A veces utiliza el verbo, a veces el sus”
‘tantivo, y 61 mismo comenta este uso. In la on,
presién que se encuentra al principio de BI
Atolondradlicho (pég. 17), “Que se diga queda olvi.
dado tras lo que se dice en To que se escucha”, ol
“que se diga” designa el acto de proforin, de envin-
ciar. Podemos entonces decir que es equivalente a
1a enunciacién, pero jatenciénl, aélo en tanto que
, Bo como cadena latente,
mids, cuando Lacan dice en francés ‘le dire”,
“el decir”, no tiene en absoluto el mismo aleance
gue en castellano, porque en castellano la sustanti-
vacién del verbo es algo frecuente: el hablar, el
caminar, el dormir, eteétera. En francés es una for.
ta rara, no del todo incorrecta pero que so usa
oto, y por eso al ser usada toma un peso conside.
table, Mas adelante, Lacan retraduce su primera
frase, y, suprimiendo con ol subjuntivo au modali-
dad légica, dice que, en todo easo: el decir queda
olvidado tras lo dicho. Ven aquf el juego entre la
apooLsne sous
forma yerbal, “que se diga”, y 1a sustantivacién,“el
decir", E] problema de la interpretacién es, precisa
mente, saber si él “ue se diga” del analizante se
puede traducir en una formula, en... un decir
ELDECIR, 108 DICHOS
El concerto dé decir en este texto tiene una defi-
nicidn precisa, en relaci6n con los dichos.
B“Primero: no hay dichos sin alguien que los,
‘Giga._No sin, es una formula sencilla para desig-
nar ana'relacih de implicacién y que Lacan usa
mucho. Aunque esto se olvide, es cierto que no se
puede hablar de ninguna proposicién sin que sea
Biche, Daanmytne ends
‘Segundo: ef decir es heterogéneo al dicho en le
medida en que es ajono.aleprablema.de la verdad.
Interrogar el decir e interrofar Io dicho, son dos
couas diferentes. Podemos tomar esto de manera
simple, A cualquier frase dicha, sea en el andlisis 0
fuera de él, sea en légica proposicional o en la calle,
se le pueden formular dos preguntas:
‘la primera 65 si es verdadera o falsa. Si digo “lo
amoh frase puede ser verdator, fala 0 las dos
cosas, Tomo esta frase porque es de la que, final-
mente, se trata en un andlisis. Incluso conocamos
Ja respuesta del discurso'analitico. La frase “lo
amo” Hene por verdad: “no Io amo”. Lo real miente
‘al partenaire. Lacan lo formula de manera explicita
en Televisi6n, precisamerite cuando habla de la gra-
mética, Ahf generaliza la frase que Freud utilizaba
a propésitd de la psicosis, ‘no lo amo”, y subraya.
8
‘RL DECIRDEL ANALISTA
que repercute’en todas las estructuras, neurosis,
jperversiGn y psicosis.
‘La-segunda pregunta se formula: por qué lo
dice? Es una pregunta completamente diferente. El
problema ya no es saber si es verdad o no: lo sea 0
Jo lo sea, se trata en todo caso de saber por qué lo
‘ice en vez de callarse. El “;por qué lo Yiee?” apun-
ta al acto de decir, 0 sea a la caustrde la proposi-
‘Gdn, que est por fuera de la proposicién misma, ¥
es independiente de la verdad o de la falsedad,
“Por qué me mientes diciéndome el: verdadero?”,
sogtin la traduecién que Lacan da de ls historia
judia de Cracovia y Lemberg?
Por el lado de la préctica analitica, el sujeto:
cuando habla, produce una serie de dichos. 2¥ eudl
ts la rolacién de los dichos del analizante con las
cuestiones de verdad? La regla analitica que pide
al analizante hablar sin restriceiones y decir todo 10
gue puede, todo lo que se Je ocurre, implica una
Susnansion de las cuestiones sobre el valor de lo
fque dice y, en consecuencia, de las cuestiones sobre
Ja verdad. Esta suspensién se percibe bien en el
discurso analizante, cuando el analizante dice por
ejemplo, “he pensado que”, "he sofiado: que”, “creo
‘que’, Todas estas férmulas con las que introduce
Jas cosas dificiles de decir se disocian de sus pensa-
mientos. Suspende la asercién de sus propias fra-
ses y se eree entonces autorizado a hablar de cual-
quier cosa. Por eso Lacan dice que en el sucio, pero
2. fol opfloge BI Seminaria, Libro 11, pig. 288, Pais,
‘Bence Aires, 1888.
ws‘scour sou,
odemos aftadir también en la asociacién libre, el
ineonsciente se encuentra en estado de “puede ser”,
de fquivas", o sea'de ser no afirmado: el inconscien”
te no coricluye.
‘ba suspensién provisoria de Ia pregunta por la
verdad pone de relieve para cada proposicidn el
hecho de que haya sido dicha. No se puede poner en.
duda quo lo dicho fue dicho. Se pueden poner en
duda las frases, las proposiciones, pero no el decir
mismo. El decir aparece ono aparece, es dicho 0 n0,
{4C6mo so presenta on la experiencia la percep-
— ci6n del decir como auténoma, como diferente de los
ichos? Sencillamente, segtin creo, bajo Is forma de
sorpresa. El sujeto se sorprende de haber dicho, de
‘Had Te cals tal proposiclon, soa verdaerao fai,
Entonces, el decir no cae bajo la juriediccién de la
verdad en tanto que opuesta a la falsedad, existe 0
no, sin medias tintas..A diferencia de la verdad se
one 0 no, categdricamente aunque sin proposicién.
Lacan lo explicita con una afirmacién fuerte cuan-
do dice que el decir escapa a los dichos y que su
enuneiacién -o sea el acto de producirlo— es
“mojnento de ex-sistencia’
acai 6e preguntaba por el significado del deci,
logue implica tratar el mismo como un significan-
te, ya que la pregunta por el significado eélo se pue-
de dirigir a un significante. ¥ contesta claramente
que el significado del decir es 1a “ex-sistencia”,
escrita, como saben, entre el “sistir” que evoca el
sitio y el “ex” que evoca el afuera, Nos presenta
entonces una particién precisa entre los dichos que
representan al sujeto y que, més alld de Sis Tignifi-
ccaciones, tienen por significado al sujeto supuesto a
x Kas
20
LDEOIR DEL ANALISTA
todos los dichos, y, por otra parte, el decir que tiene
un significado de ex-sistencia, distinto de todos los,
dichos, y cuya excepeién constituye en un eonjunto.
Recondeen aguf el mismo matema légico que Lacan
utiliza para reformular el Bdipo freudiano y situar
Je diferencia sexual. HI decir existe a todos los
dichos y podemos hablar de “todos” los dichos con
Ia condicién de que exista un deciz.,
Podemos escribirlo en la pizarra. Podemos
representar, es un formalismo cualquiera, todos los
Gichos del analizante, con su significado de sujeto
en un paréntesis,'y el decir que permite poner el
paréntesis sin la existencia del cual no podemos
decir “todos” los dichos.
Bl decir (serie de les dichos)
exsistencia “- B
{Como produeir una determinacién a nivel del
decir? El problema del andlisis interminable se
puede reformular aqui. Quizés no es mas que un
andlisis en el cual no se logra producir ol decir que
permite constituir los dichos en conjunto. Esto se
‘manifiesta de manera sencilla preguntando: e6mo
saben que un sujete ha dicho todo, al menos todo lo
esencial, aunque siempre puede afiadir un dicho
més? Para concluir que todo fue dicho es necesario
haber obtenido un decir, Ahora bien, Lacan empie-
2a diciendo: el decir queda olvidado, lo que se apli
ca también al andlisis y permite reformular, antici-
Pando, que el andlisis se termina cuando el decir
‘dgja de quedar olvidado.
ess ww hee
eScover sous
" ELENGANO FILOSOFICO
Si leon £1 Atolondradicho, verén gue Lacan
empieza subrayando el alvido del decir no en cval-
Guier discurso, no en ef diacirso analitico, sino en
th diseurso de 1a légica de las proposiciones que
‘empieza con Aristteles y que por derivacién con-
{duce, via las elaboraciones de Frege, ala logica de
Jas fineiones proposicionales que Lacan wtliza en
ate texto,
'El primer ejemplo de alvido del decir lo encuon-
tra en lo que se llamaba el “logos opofnticos” de
Jas proporiciones asertivas de Aristételes.
{Es cierto que no todo disearsa cae Bajo la pro-
sgunta de su verdad. Hay diseursos no asertivor: el
‘modal, el existencial, In orden, Ta pregunta, el
‘nhelo, Ia oracién, son formas de discurvo ino epo-
féntico en el sentido que Ariststeles daba ala apo-
fintien, es decir el sentido de Ia asercion. Entonces
debo precisar lo que dije antes cuando evoqué el To
quiero": no toda proposicin eae bajo la juradiecién
de la verdad, sino aslo el discurso asertivo. Es en
este punto que Lacax nos hace ver que Ins proposi-
cidnes asertivas de la légica eldsica djsimulan In
ifmension del deci,
‘Como ejemplo toma la famosa premisa de Aris
A6teles, “Todos los hombres son mortale’, (Verda
dero ofalso? Parece evidente porque todos musron:
fin embargo, es un engeso floaéfico, que Lacan
denuncia. Un engafio, en lg.medida en quo no se
puede extracr aingund necesidad universal a partir
de a experiencia, Kate panto fiene muchas referen-
clas légicas implictas, especialmente el problema
2
‘HL DPCIR DEL ANALISD
de la inferencia. Si le afirmacién de que “todos son
mortales” no se puede sostener a partir de la sola
‘experiencia de la muerte de todos, entonees, cuan-
do se dice “todos son mortales”, no se trata de una
proposiciéa fundada, sino de lo que Lacan lama
tuna “delegacign®, o sea un decir que promote la
muefte a los hombres. La proposicién universal
oculta aqui el “existe uno" que lo dice, el uno que
manda ala muerte, y disimula entonces la diman-
sign polities dela légica misma. Dicho de otra for-
‘ma, la proposicién universal se reduce a una propo-
sicién existencial. Pero como la ley parece mas leve
cuando es proferida de “ninguna parte", se la enun-
cia como universal. Hn esto radica su engatio.
Esta idea se encuentra antes en la ensefianza
de Lacan, aungie en una forma menos logicizada,
cuando dice en “De una cuestién preliminar a todo
tratamiento posible de la psicosis” que el enunciado
de,autoridad no tiene otro fundamento que eu
ertuneiacion misma. Esta ya era una manera de
indiear la frontera entre el dicho y el decir.
Sobre este punto podemos encontrar un montén
de referencias en la historia de la l6gica. Nos pode-
‘mos referir a Wittgenstein, como Io hace Lacan en.
El reverso del psicoandlisis. La operacién de Witt-
‘genstoin consiste on rehusar el decir, no en olvidar~
J, rehusar ol decir e interrogar ‘inicamente las
proposiciones, O sea que Wittgenstein procede a lo
‘que podriamos lamar una forclusién metédica del
decir, que Lacan pereibié bien ¥ que Te permitio
‘ponerse a muchos otros légicos. Frege, por ejem?
lo, a quien Wittgenstein escuché antes de escribir
cualquier cosa 61 mismo, y que acemtué la distin-
: ee
23cours sous
ci6n elites la proposicién y su posicién en la aser-
cién para retomar el término que Lacan usa en su
titulo “Posicién del inconsciente”, Quine también
ete, Curiosamente, Lacan considera que Ia posicién
extromista de Wittgenstein es una manera de reve-
Jar el engafio filos6fico. Llevando la elisin del decir
al extremo, Wittgenstein muestra la eanallada filo-
séfica que, sein Lacan, consiste en disimalar el
wacto mandatorio del decir.
‘No voy a ahondar en estas roforencias logicas de
Lacan, pero queria evocarlas para recordar que el
problema de la interpretacién no se puede plantear
correctamente si las ignoramos.
Una palabra més sobre la gramética y su lazo
con la logica. Si leen manuales de I6gica verén que
en general se insiste sobre el hecho de que los pro-
grosos de Ia légica desde Aristételes en adelante,
consistieron en disociar Ia operacién de la légica de
las formas gramaticales. Se explica, por ejemplo,
que Arist6telos queda prisionero de la forma atri=
Dutiva de la proposicién y que por suerte vino Fre-
Be, que disocié logica y gramética.
“no va en Ia misma direccién, En la pagi-
na 18 de El Atolondradicho nos dice: “La gramati-
ca mide ya la fuerza y debilidad de las légicas que
te lseeae dls Ba dots que ona promis Ia
que suministra el principio de evaluacién de las
Togicas. De hecho, la gramética, por Ta via de los
modos verbales expresa, inscribe Ia posicin, la
actitud del sujeto que habla respecto de lo que dice,
respecto de lo que significa su frase. Subjuntiv«
“que se diga”. Condicional: “me gustaria”. Imperati-
‘vo: “adelante”, Los modos gramaticales mantienen
Noes nea
ce
la dimensién propia del decir en su distineién con
Tos dichos.
Quiero indicar un problema de traduccién sabre
‘este punto, Cuando Lacan diee “la gramadtica mide
‘yale fuerca y debilidad de las légicas que se aislan
‘de ella para, con eu subjuntivo, escindirlas” ~hasta
ah todo esta bien-, pero sigue: “e indica que con
centra su poder, por desbrozarlas a todas”. Reta
‘itima parte de la frase no sigue exactamente el
texto francés que dice que: “et stindique en* concen-
ter la puissance, de toutes les frayer", Segin ésto
xno es el poder de'la gramétiea que se concentra
fino que Ia gramética concentra el poder de las
16gicas. Lo verificardn con el texto.
pee ge
LA INTERPRETACION, LAS INTBRPRETACIONES
“Que se diga queda olvidado tras Io que se dice
en lo que se..." -teadujeron~ “escucha”. Diseutible.
Quiza quedarsa mejor “lo que se oye”, pero lo deja-
mos. Lacen concentra sir primera formulacién sus-
titayendo “lo que se dice en lo que se escucha” por
“lo dicho", Entonces podemos concentrar In frase
“Que so diga queda olvidado tras lo dicho" y apli-
carina Tas palabras de To8 dos partenaires dal and
lisis, el analizante en sus asociaciones y el analista
en su interpretacién.
Quiero subrayar primero que las preguntas que
podemos dirigirles a las formulas de la interpreta-
48. La negrita me prtanses. 2
25‘coum sou
‘ién, 6 sea a las interpretaciones en plural, en toda
su variedad, y las que podemos dirgirle al decin 0
‘sea a la intrpretacién en singular, son completa.
mente diferentes. La inferprétacién, en tanto que
decir, siempre es singular. En cambio, las formulas
‘de interpretacién pueden ser de una variedad muy
grande y evidentemente Lacan, en su texto, va en
la direcetién de indicarnos que, en ultima instan-
cia; lo que importa es el decir y no las interpreta.
cones en su variedad.
‘A las interpretaciones on eu variedad —‘vari
dad clinica de las TaYeRDFEtAGiones” podria ser el
titulo de una jarnada~se las puede interrogar acer-
38 de su oportunidad, si cayeron justo a tiempo,
jemasiado temprano o demasiado tarde: re.
sumiendo, podemos interrogar Ia hore dé las in-
srpretaciones, O podemos estudiar aus efectos: la
‘espuesta producida en el°analizante qué las rech
ve, sus huellas, También su estilo temporal, inter.
wrotacin presta, dice Lacan, al final de Televisién,
al eontrario un poco trabajada, resultado de una
onstruccién larga. Es decir que podemos distin.
uip las interpretaciones parecidas al ping-pong del
bite, o al revés, parecidas a una conjetura,
Podemos preguntar si fueron buenas o malas,
vamos a hacer en Paris; hemos previsto una
arie titulada ast, Podemos preguntarnos acerca
elas memorables, las que nunca se olvidan
upongo que muchos pensaran que les faltan
erpretaciones memorables. Pero podemos tam.
én évocar’ interpretaciones desapercibid
ean, en sus Escritos, evoca una interpretacién
vsapercibida cuando recuerda tin caso de asta
[BL DBCIR DEL ANALASTA
sia~abasia, el de la jovencita que no podfa mante:
nerse sobre sus piernas. Lacan le dice “finalmente
el apoyo de su padre le hizo falta”, y al dia siguien-
te la seftorita camina, sin hacer ninguna relacion,
Bs un ejemplo de intorpretacién que produce wi
efecto, incluso muy impactante, pero sin que el
sujeto registre el efecto interpretative. Conocemo
rs
también las interpretaciones invaluntarias del y Jf.
analista: dichos, gestos que no apuntan a un efecto
interpretativo y que sin embargo lo produeen, Sin
olvidar tampoco las interpretaciones obstaculiza
das por el estado del sujeto en un momento dado
de la transferencia, o vueltas imposibles por la
estructura clinica, =
Como ven, hay muchas. Se puede hacer una
reconsién clinica variada, divertida. Sin embargo,
como dice Lacan en su texto “Le Direceién de la
‘cura...”, en la pégina 581, antes de preguntar sobre
al valor, las earacteristicas de una interpretacién,
copecialmente antes de preguntar si una interpre.
tacion es exacta 0 no, hay que recordar que Ia pre
gunta tiene una condicién: que se trate de. una
interpretacién. Esta frase se entiende muy bien
Aeade la distincién entre los dichos y el decir. Lacan
ya nos indicaba con antelacién que la pregunta
capital, como quien dice la pena capital, es: qué
{ipo de decir es una interpretacién?
Bode desir es una interpre
HACER BxIsTiR UN DECIR
De Ia interpretacién en singular se espera un
efecto mayor, estructural. Lacan lo formula asf
=
ceecounrme sous
hacer ex-sistir el dest”, Procisa que no ocurre en
falas Tos casos. En ef seminario A1in nos da la
raz6n. No todo andlisis logra hacer‘“exigtic” un
‘decir, en razén de las consecuencias de los dichos.
‘Alude aqui, segtin creo, alos efectos terapéuticos,
que producen a veces tn alivio tal que uno pueda
{nterrumpir su anliss antes de Hegar al final
‘En El Atolondradicho, en la pagina 60, evoca el
aismo efecto de manera diferente, pero muy expl-
—Xeita, Bvoea To que llama loa "beneficios” del andlisis,
terminado ~es un término fuerte los “beneicios"- y
no se trata del beneficio terapéutico en este caso
Nos indica al contrario que, més alld de lo terapéu-
tico puede haber,ganancia, una ganancia muy pre-
ties’ la produccidE Wea "sujeto asegurado de
saber”... 10 imposible
‘Estos beneficios, dice, se apoyan en un sogundo-
decir ~aqui el otro decit"es Hamado el segundo
decir, y *no-por olvidarlo, dejan de quedar estable-
tidos por 6, Quiere deer sin ambigtedad que las
conclusiones epistémicas del andliis son efectos de
Ja interpretacién, del segundo decir que opera
antes de olvidarse.
‘Entonces, la idea es que la interpretacién es la
causa desapercibida, elvidada, del final, Esto impli-
ca de manera patente, si seguimos la orientacién de
Lacan, la responsabilidad del analista. Implica que
Ja carga recae no solamente sobre el analizante,
quien e610 por si mismo no terminarfa, sino tam:
biéa sobre ef analista, a quien incumbe la interpre-
tacién, Esta tosis fuerte nos impone precisar un
poco més To que se espera del decir del analista.
de ar 2
28
at
ade. apeee
dfs. vosposmscinas
{Lacan ubica en el andtisis dost res:
1 del analizante que nombra-damand y el del
nalista nombrado intorpretaciGn. Los dos, en tan-
to que decir son sin enunciado, no hacen proposi-
‘én. La demanda en FY misma Lacan la sitia eomo
“no diahe, tampoco a decir, o ea ninguna proposi-
isn't del apotintin de ia interpretaciéa precisa
Gque “de ew sola exsistencia se distingue de la pro-
posicion” =
Ese decir no dicho por definicién, que cierne
todos los dichos de la asociacién libre, pero que 20
pertenece al conjunto de los dichos, ese decir no
proposicional que es una demanda, ge6mo alcan-
zarlo?
El decirdemanda del analizante se nercibe en
In experioncia, Lo podemos deducir de lo que Lacan
amie, eh Posicion del inconsciente, ou “espera en la
transferencia” (en francés attente, no resuena como
“espera”, que evoca la “esperanza”, es otro matiz de
ta lengua). La espera de transferencia en el andli-
sis se manifiesta de manera bastante sencilla,
negativa, bajo la forma de la decepcién, de las que-
jas, de los reproches y también de la nostalgia de
transferencia. Bn ellos el sujeto deja pereibir, sin
decirlo, una petitio silenciosa. Es seguro que en el
‘andlisis se percibe el peso deJa demanda, del decir
‘que conatituye el conjunto de todos los dichos del
Ta de bet
4. Bl Atolondradicho, ps 58
5. Atolondrediono pat. 62
29
io OLEATE AMG
daymein, wis
: wegirt pa ete
oatcand; wb potive habe forma que Lacan
fines tenets a ec ena asa
cae emer tpn naa deo aoe ea
wert eo Borin nme "un sore
Pig ne que pra sobre a analista, Coda one
‘Tista Ia percibe y la soporta, més o menos, segin las
eso ap ln nia nae tina
nuinacloe dl soc le demand
Bee demande earl nino ope
aca Ss set a lin ed nee oo santa
si de isle ta ta nerer 9
resell Por ee acon have squiena ia
Stee deus“ pti deiau se
side's Bote rut impose onosiar en los
Bikon pare last oie demande slencions
Padooa enone do ems Laas loo
Splope a Senna Tia datanae a intarre
one so a elena neers Deo uprr
weenie
ite a gterpotain, Laan
ait opettntc, neal paste gna doe cna
aepetentta opal nc om keen,
See soectnents soya Bi etter
BeTyeas i cnga iw std oy haces epee
cer”,en francés faire parétre, con el equivoco de
see eee a esate feces
They iss oocees prison, que cultura
ae Lean annie Sloat, noe Sore
set eae edo ef antiateee oe
aa ce cee ein sn
Bivevrns dl seconds tuanda die os ov
6. Tleeinion, Ba. Anggrame.Barcelons, 1977, pig. 80.
-BLDEGIR DEL ANALISTA
anpecto Witigensoin acolo miomo que el analis-
fa, o ove dimtaaroe da au dacaroo,
En sogunde lugar, la interpretacion es decir
apoténtico que epunta al decir analizante, uno por
uno: nunca dice “para todos...” sino “para ti”, y
tunes cee bajo la duda, no dice “quiz at Guied no™
Le interpretacion acierta,sfirma, tiene algo sent
aaaneree to sea propeniion, Batendoe ee sate:
tee, tue el papel de la interpretacin os corregiry
conipensar fo que antes Tamné Ia suspension de ia
teoreign a nivel de ta asociaeion bre La epafént
co de la interpretacién significa que la interpreta
Sion apunia & une afirmecién,incloneeatagérien,
Dande oiempre la idea de Lacan, antes formulada.
de manera diferent, pero en realidad es le misma
idea desde Funcién y campo de la palabra y del
denguaje, e0 que ol enalist tone la reeponasbll
Gad on ol sonido fuerte, dela afrmactén en juego
tn l dscarao analisante. Vamos entoncey due ia
‘dee op constr le afirmacién dl lado dal enaiste
tla ietrinacion del lade do la saoeacion br
Pare llegar a algo que fancione “oma” una propest
Ein asortivn, Extra del dectr del anaizante algo
ue eerie equivalent a una proposicjn.
pRedbedvahigannhee tn page onde « IR
FORMULAS DE INTERPRETAGION ede
En verdad, podemos preguntarnos qué tipo de
‘enunciados pueden satisfacer al decir interprotati-
vo si debe remitir al decir del atro, ol analizante, ¥
afirmar eategéricamente sin que sea dal orden del
‘mandamiento que no por casualidad Lacan evoca
ai"‘couerre SOLER
al principio de Bl Atolondradicho, del orden del
fimo que cuando dice “Todos los hombres son mor-
fales” 0 *Sécrates es mortal” se‘disimala como el
sgn que manda ela muerte.
Fntances, ereo que el problema de eémo inter-
pretar que cada analista se plantea, es este proble-
Ja: jeuales son los dichos apropiados al decir defi-
min, ne Lacan to define? Hs verdad que a veces
ee un tormento para los analistas que se preguntan
‘Slhicieron bien, sino hubiera sido mejor decir otra
cosa; se preguntan acerca de lo dicho, de lo no
Gicho, de e6mo fue dicho.
(Desde dénde contestar la pregunta si no 0s
desde la definieign del decir y del aleance al que
apunta?
‘Quiero subrayar que todas las intervenciones
interpretativas evocadas por Lacan a lo largo de su
ensefanza para habfar del decir del analista, todos
Ios tipas de dicho interpretativo, tienen un rasgo
comin,
IF de lado Ia puntuactén de Funcion y campo
de a palabras y del lenguaje, otarvencin que ope
or ekctamente a nivel defo que liamamos punto =
Io almohadilado, 9 sea que subraya un maienta
Menifetivo, a vooos produce incluso wna cristal
sian do la sigaifcacin. A nivel del materna del
Eiscurso analien eo una Intarvoncion que apunts
as,
th cambio, el corte, si lo distinguimos de la pun- 3
tuncién de signfcacga que eae cuando una signif-
Calén se crializa impide ol ear doa significa,
iin. Bl corte ingerrumpe la cadena, separa los 8
impor see, don iaiensn reds, no
‘BL DECTR TEL ANALISTA
malmenta, efecto de pe ad, bien lejos de la
sae inbre, Perplejdae én la edida en que el
Corte que interrumpe le cadena hace emerger un.
Gfecto de sinsentido, Lacan nos da un ejemplo en.
Funcién'y campo de la palabra y del lenguaje,
‘cuando explica el corte:producido en el discurso del
‘aciente encantado con Dostoievski y que se inte;!
Progaba acerca de lo que éste representaba para él.
[a interrupeién corta la cadena significative, y de
‘su perplejidad sale una respuesta més interesante,
‘Gneentido nuevo: la fantasia dol embarazo anal.
Otro tipo de intervencion es.la alusién en ou
xelaciGn eon el silencio, evocada al fin direc:
‘iin de la curo... Fijense que es otro término, junto
‘on el de interpretacién, que el anelista comparte
‘con la psicosis, donde el discurso alusivo tiene gran
importancia. La alusién designa, muestra sin nom-
trax, 0 sea que consiste en hacer escuchar algo sin
‘hacerlo pasar al dicho, Por eso Lacan la imaginari-
za con el dedo de San Juan indice de lo indecible.
‘Podemos decir que la alusidn es el colofém de Ia otra
cosa que cireula en la cadena y en este sentido no
apunta al §,,0 al S,, sino al intervalo vaefo. Fs un
modo de silencio, que hace aparecer sin dichos.
‘Sabemos la impartancia que Lacan terminé por
dar al equivoco, al cual voy a volver luego. Antes
{quiero todavia Fecordar lo que dice, segén creo, en
El reverso del psicoandlisis acerea de 1a cita y el
enigma. La cita que eonsiste, si puedo decir, en
poner comillas, extrae una proposicién de su com:
texto, y asi, sin ningin comentario, apunta a la dis-
tincién entre enunciado y enunciacién: al extraer
tuna palabra del discurso analizente, el ane}ista
o
bet‘courte soun
hace aparecer la dimensién enunciativa olvidada
en la cadena del bla bla, de la charla analizante
En eudnto'al enigma, enunciada sin mensaje, dics
Lacan, ve impone como colmo del sentido y falta de
significacién, apuntando a la Presencin pura de la
enunciacién, df ra Dale Me
thas yn ae
CanPpirsQenn cubis dh Mo
‘Rom Nada Z
Qué tienen en comin todos estos tipos de inter-
venciones?
1o dint do esto mod on intervenconesodichos
ue no dicen, nada Haconintrusin oo ol Sey
avalide pte eye on el signi.
cacién o producen la perplejidad def sin-sentido o la
‘enuineiaciones que no
cen existir pl Otro, Por eso, entre otras razones,
ent Paris, elegimos como titulo de nmuestras présiman
‘Jornadas la frase “Usted no dice nada”, que se esem
cha con frecuencia de la boca del analizante. Fuo
‘una proposicién de J.-A. Miller
Distingo, entonces, wn decir nada de un callar-
se, Lacan siempre insisti6: El analista debe deciy
algo‘a su pationte, en el sentido de hacerse ofr Bl
andlisis no se’hace sin “que diga® ~acto de decir,
ero su decir ~noten el pasaje al sustantive~es un
decir nada.
Podemos cernir este punto con otras expresio-
nes guizd més parlantes. Si el decir silencioso no
consiste'en callarse, sino on hacer intrusion ef fee
SERS qaae dae cee
al ;
an
nade in
-BLDEGIR DEL ANALIOTA
Aithos del analizante, debemos distinguir
cio a nivel de los dichos, y cl sileneie a nivel aol
deci. acu
Creo que en castellano, como en franeés, se por-
cibo claramente la diferencia entre las dos exvee:
snes: ‘no decir nada” y “decir nada”. Ee la wore
Aistincisn que utilizamos para la anorexia. Hs af
rente decir que el sujeto anorénico “no come nag
que decir “come nada", porque el “comer radar see,
ca la consistencia de un objeto,
Si aplicamos este'matir al analista, “no decir
‘nada” seria callarse.en todo, A veces pasa. Qué pro.
Ace un eallarse masivo, que lide hasta la kerconrn
Lo més frecuente es que el silencio empiens a
funcionar como un signifiente,no vay'a decr ona
sino como un significante en lo real Bs decir ang
empieza a producir una significadlén enigmatiea
sl Yesultado os que ol analisaite-rhde ald dc cae
jars es conducido a hacerlo que 9 hace cuandd ge
‘encuentra un sigificante en loreal, es deci tan,
Preiaro, Intentar darleup sentido, Puede mierroe:
farlo de muchas maneras segtin sus fantasiag. Top
puede interpretar come acogida a veces, pero con ol
fiempo va mAs del lado dal rechazo, del Gesprece,
4e Ia indiferencia, de In incompronsién, y heate tg
txigencia, el imperativo due dirta “siempre mde,
siempre mas". Lacen, ademés, no rehee del toss
sata dimensin de la experiencia, Yo dice eeolicee
‘mente en Ou pire: al decir més", del lade det seal
Zante por eupsesto, responde el “no basta” del led
del analista. Entonces se ve bien, que una de Ing
Se can =
7. Ou pir, etn 8. pop 8
Conca,
a8courrre sour
funciones del silencio on ol andlisis os la de funcio-
‘nar como un imperative de “decir més”. Sin embar-
“go, diferenciamos el eailarse del hablar diciendo
neda, que, ereo, es lo propio de les intervenciones
interpretativas que evogué
na nckior of HRA
ecard Se og
Otra manera de decirlo, més ajustada a la logi-
ca de la excepcién y que Lacan utiliza en El Atolon-
Gradicho, es definir el decir, y no sélo el decir de la
interpretacién, como un “decir que no”. Manera de
formular que el decir ninea se coafunde con un
dicho, sino que siempre se Je gustrae, Hace de
menos uno « “todos los dichos", cuya sustraccién
conatituye en conjunto, En otras palabras, a todos
los dichos estructufados como un lenguaje, el decir
afiade el cuaito elemento que permite que se insti-
‘tuya un discurso.
Quizé no es facil entender le definicién que
Lacan da del “decir que no”, No hay que confundir-
Io con el “decir no”, Lacan los distingye de manera
muy preciéa:
“Decir no” es un dicho, un dicho negative que
trae la contradiccién, la negacién, Ia correccién, que
una proposicién p opone 0 un no es p, on no p, 0,
un ofro que p. A estos tres términos Lacan opont
del lado del “decir que no” el contiene, la respuesta,
el rechazo, "El decir que no” no contradice, pero
_sontieng; no niega,responde a otro nivel; no carrige,
Fechaza los dichos en provecho del decir. Podemos
hacer un euadro:
"38
BL-DBOM DEL ANALISDA
Dichos Decir 20
"decir no” docir que no,
pynop
contradicsién<. cINa_—contiene fore «
negacién respuesta
correccién rechazo
Como ven, Lacan nos conduce a aplicar al decir
de la interpretacién el mismo formalismo que apli-
ca respecto ala excepcign paterna,
‘No hay que confundir la foncién de la excepeién
con los engafios de la autoridad, y en cuanto a la
interpretacin, su “decir que no” no es algo que se
profiere en contra, sino que hace de encuadre a los,
‘ser uno oo,
TTasgo. ao preciso declinar los tres modes de To —
imposible que aparecen en niveles diferentes: @
‘nil de la gelaciOn sexual, a nivel del sentido ave
Titan traduce com "el amor es 10 eémico"— ¥ 8
Tal ae In significaci*n, rue se traduce como “Is
Palabra mdi vid os el iano"
Concluyo con una nota alusive.
‘Si me han podido eeguir podrén explicarse qo
24 la sorpresa, 1a perplejidad frecaente de los anali-
antes que escuchan hablar del final del andlisis em
acomme souxa,
Lérminos no slo de travesia del fantasia sino def
beneficio de saber, imaginan, en eonseouencal
aue doberan poder onunciar un saber dav fanten
tha fundamental aunque, por el oateae, tea
ids bien el sentimiento de que falla_algo en dal
estructura. Creo que si esto courte on pegue na
heres subrayao lo suconta que aputca oe
Jninterpretacion apunta.n lo omponte
Texto establecido por Vera Gonats
Version corregida por Cousrre SOLER
ge tw he nT ay C
Tl
LA DISCIPLINA
DEL COMENTARIO