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Para Elias, existen dos procesos paralelos: de civilizacin y de des-civilizacin,

que se generan mutuamente y se enfrentan tendencialmente. El proceso de


civilizacin se fundamenta sobre una monopolizacin del ejercicio de la
violencia legtima por la figura annima del Estado, lo que impone en ciertas
configuraciones sociales la conversin de la violencia fsica en violencia
simblica. La idealizacin de las relaciones sociales pacificadas se traduce en
un primer momento por la curializacin de los guerreros y posteriormente por
la consolidacin de un habitus civilizado que transforma los conflictos externos
en conflictos interiorizados y reglados entre la parte vigilada del Yo y la parte
de las pulsiones. Los conflictos no desaparecen del espacio social, sino que
tienden a ser invisivilizados por un trabajo de represin o de sublimacin de
la violencia fsica. Cuando los espacios de resistencia simblica a las exigencias
impuestas por el habitus civilizado, tales como el ocio, permiten a los
individuos liberar la violencia contenida, el equilibrio de las tensiones psquicas
parece poder mantenerse. Para Elias, hay des-civilizacin cuando este
equilibrio se rompe, lo que tiene como consecuencia la liberacin de la
violencia fsica contenida. El proceso de des-civilizacin es el contrario
paradjico del proceso de civilizacin, es decir la expresin de sus efectos
perversos. La expresin de la des-civilizacin se manifiesta cuando el control
que el individuo ejerce sobre s mismo, en lugar de convertir la violencia fsica
en violencia simblica, se le escapa y conduce a un desencadenamiento de las
pulsiones, en contradiccin con las propias exigencias del proceso de
civilizacin. Esta ambivalencia puede manifestarse en el comportamiento
individual, as como a escala de toda una sociedad, como fue el caso en la
Alemania nazi.

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