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Cariruto TI DIsFUNCIONES DEL PROCESO QUE FACILITAN LA ConFESION ILicrta EN LA PoLicia 183 I. Consideraciones generales Como facilmente se comprende, el estudio de la confesi en sede policial no es una abstraccién tedrica que slo tenga incidencia normativa, Responde, antes que nada, a la realidad ', Por ello, hemos preferido presentar en primer lugar el por qué, pese a las prohibiciones probatorias que pretenden erradicar esta practica, se sigue produciendo cen Ia mayoria de los paises del mundo , Consideramos que, como ccuestién previa, es necesario exponer una breve resefia evolutiva que pueda ayudamos a comprender c6mo durante los sltimos siglos la confesién coactiva fue una realidad omnipresente en todos los ordena- mientos. En intima relacién con lo anterior, intentaremos entender si, de los principios de oficialidad, legalidad y de verdad real, se puede deducir una posible explicacién sobre el comportamiento que impulsa_ ‘al aparato policial a tratar de obtener por cualquier medio la confesi6n del imputado. Para ello, veremos algunas de las diferentes formas de ‘interrogatorio prohibido que subsisten en la actualidad. Sistemas de enjuiciamiento criminal Como es bien conocido, el problema de la confesién coacrivano aparece espontaneamente en los modemos sistemas procesales, como ‘tampoco fue resuelto del mismo modoen todas laépocas, ni hatriunfado 1un mismo criterio en todos los paises, incluso en los de organizacién J ZAFFARONI, Rash Sistemas penalssvdesechos bumancs.n Amirisa Lana. Argentina: Depots, 1968, p35 755 2, ASENCIO MELLADO, José Maria El impuiado en el proceso pena espaol La Maids Consso ‘General del Poder Jodie, 199, p. 61 184 Gilbert A Armijo Sancho liberal ®. No lo ignora quien presta una minima atencién al derecho comparado * En efecto, la mas concreta sintesis es capaz de demostrar que la evolucién de las pruebas esté {ntimamente unidaa la transformacién de los sisternas procesales y politicos. La historia jurfdica de la humani- dad nos muestra tres grandes perfodos que coinciden, porlo general,con épocas democriticas 0, por el contrario, con regimenes totalitarios y absolutistas.° A. Sistema Acusatorio El primero, denominado acusatorio, floreci6 en Grecia y en la Repiiblica Romana ¥,en éste no habia proceso sin acusador, quien da su nombre al sistema El imputado tenfa derecho a la defensa material y 3. Clr, VELEZMARICONDE, Alfredo, Drecho.-op.cilp. 15 ss FIORELLI, P, Acuss «sistema aosstorio, En Enciclopedia del Digna Milano, 1958, 1p. 332 ysignemes, ‘VERGE GRAU Jos, Ladefensadel impute vel rncvioacusstang Barcelona Bosch, 1998, pp. 1S 5 4 FIORELLI, P. Acussae sistema scursworio. Bn Euislonesa del Dita, Milano, 1958, ‘yp. 332) sigwentes; WALTER, Gerhard, Lie arecatsn de It. pucha, Bogot: Temi, 1p.9y ss GOMEZ COLOMER, Jse-Las, El proceso pena lems. .0p- ct. pp. 79s. YVESCOVI, Ewrigue-Premizas para la consderecid del ma de la prueba ica. Ba ‘Revista de Derecho Presa hermenisano. 1970, N°2, 9p. 341 ys 5 CA-LUCHINL Elementi diP,Penale op. ct. 33. CARRARA. Programma..op. si. 1850,y ss, LEONE. Tratad de Derecho Prove ons t. 1, p.20 6 VELEZMARICONDE, Alfedo, Derecho.op.sit. p15 y8. 7. Vid SALAS.D.Dusrocts pal Pais 1992 pp.28yss,PETRIE, A lauoducsisnaletudia (deGreca Trad. A. Reyes. Mexico, 1946,pp.99 ss; Lali, rad Segala Main Col ‘Aust, 1978, p. 202. 8 MANZINL, Vicerzo. Trude de Denecho Prossal Penal (rd, de Seats Melondo, Buenos ‘Aires, 1981.1 pp. 3 y $8: KUNKEL, W. Hioia del Derecho Romana tad, 3. Mie Barcelona, 965, pp. 26 55. 9 VELEZ MARICONDE, Alfedo op. si. p.28 ys. CASTILLO BARRANTES, Enrique .cit. 309s. Garantasconsitutonales, prucba iia. 185 ‘la defensa técnica ";a serjuzgado porun uez pasivoeimparcial, quien decidfa en equidad y no conforme a derecho '. El proceso era oral y iiblico. Las pruebas ingresaban al proceso por obra exclusiva de las partes , donde imperaba el contradictorio, debiendo el juez limitarse a ‘examinar las pruebas acerca de las cuales habia girado la discusi6n, en Ta valuaci6n de esos elementos imperaba el régimen de la intima conviecién. En la 6poca primitiva del Estado Romano se empleaban princi- palmente, como medios de prueba para llegara la verdad, ladeclaracién de las partes, en particular la corroborada por juramento y la testifica- cién jurada. En el proceso romano clésico y también el postclasico servian pparaeste fin, como medios de prueba, todas las circunstancias persor les, reales, fécticas y jurfdicas, en las cuales el juez podia apoyar su decision ®. ara la valoracién de estos elementos de prueba, bastaba que el juzgador tuviera la intima conviccién o la certeza moral sobre Ia inocencia 0 culpabitidad del acusado. En efecto, Ia Iey no le pedfa cuentas al juez por los medios que se habia convencido; ni tampoco, le exigfa seguir un determinado patréna la hora de valorar{a prueba“, El |juzgador s6lo estaba obligado para con su conciencia; debia buscar ‘dentro de sf mismo qué impresién le haba ocasionado sobre suraz6n los argumentos del acusador y del acusado '. Bl juzgador decidia en 10 MOMMSEN, Theodor, Dares penal sumano, rad. Drato. Bogs 1976, pp. 08's CASTILLO BARRANTES, Barigue. op. p31 (Cf FIORELLI, P Acusae sistema acussatoio, En Eacilopeia del Divo. Milano, 1958, 1.1 p.330) siguientes 12 VBLEZ MARICONDE, Atfedo.Derecho..op.ct p38 13 MOMMSEN, op.sitp. 107; FORELLI, gp ci p. 331 14 MOMMSEN. opt pp. 74y 6 VELEZ MARICONDE, Alftedo. op. ci. p41. 186 Gilbert A. Armijo Sancho equidad. Esta situacién hizo exclamar a Cicerén «ante el buen juez valen mds las razones que los testigas»'S, Aunque como afirma Vergé Grau, a finales del imperio existié un claro retroceso hacia un incipiente sistema inquisitivo,"” y por ende, no s6lo se aplicaba 1a tortura a los esclavos, sino que se extendia a los hombres libres. En Ia actualidad, el sistema acusatorio ha potenciado y atempe- rado algunas de sus formas originales. El nuevo Cédigo Procesal, se nutre de sus fuentes y por ende las garantfas constitucionales se potencian proscribiendo toda forma ilfcita de obtener la declaracin del imputado (art. 96 y ss NCPP). B.- Sistema Inquisitivo La segunda etapa se caracteriz6 por una instruccién secreta, escrita, no contradictoria, con pruebas tasadas y donde la confesin por medio de la tortura Hegé a tener suma importancia. La autoridad Jurisdiccional debia actuar de oficio, el juez reunia las tres funciones (defensa, acusacién y decisiGn) ®. En consecuencia, su papel no se limitaba a recibir las pruebas; él tenia la obligacién de buscarlas para determinar la veracidad de la acusacién. Tuvo sus comienzos bajo el papado de Inocencio IT (1198- 1216), Fue mas que un sistema de justicia un sistema represivo, ICERON, Deze sublic, 1.38 17 VERGE GRAU, Joan, Lafond] impudo.ve rnsnio asussoro, Barcelona: Bosch, 1994.0. 16. 18 La Ley Joba Majesttis extents Ia tomar a dos lor chudadanos en os ngumerables tximenes qe ela casigaba. Cf, MELIE. Tigi Insrucsion Cale. 2, Pars,1866, hp 348 19 CASTILLO BARRANTES, Envigue, got 33 20. VERGER GRAU. Jou Ladefems.opcit,p. 28 Garantias constitucionales, prueba fcit 187 aunque por sus «bondades» de la influencia del derecho cansnico, pronto pasé a estar bajo la autoridad del Rey ”. En el proceso canénico rigi6, al comienzo y como principio, la pposibilidad de que el juez decidiese segtin su convicciGn acerca de la existencia del hecho, pero el temor a la subjetividad condujo a su decadencia, Enefecto, el derecho canénico limitaba la libertad del juez estableciendo determinadas reglas fijas que, salvo contadas excepcio- nes, lo obligaban. Creé la divisién de la prueba en plena y semiplena, determiné el ntimero de testigos necesarios para hacer la plena y dio al jjuez instrucciones vinculantes acerea de cmo sopesar producciones de prueba diversas y opuestas la una a la otra. Por medio de la teoria de las pruebas legales se pretendié evitar «la arbitrariedad de los jueces», fijando un curioso mecanismo de ¢garantias parael imputado, ene] momento de la sentencia definitiva, EI sistema de las pruebas legales, para usar las palabras de Vélez Maricon- de, es: «..una obra artificial del proceso inquisitive, ideada para proteger tardiamente al imputado, una especie de arrepentimiento del legislador, que primero consagra un secreto absoluto de lainstruccién yy le niega al imputado el derecho a su defensa, y después pretende ‘encontrar una garantia en la tarifa de las pruebas; un freno irracional alaconciencia del juzgador, que sélo puede eludirlo cuando la prueba reunida es compleja; una estimacién abstracta de medios probatorios ‘que deben ser evaluados concretamente; la pretensidn de reducir auna operacién ariimética lo que sélo puede ser un juicio Iégicon™. 21. Cie MAIER, Julio Deneshoonoesalpenalaresntine.t1(vol.b), Buenos Airs: Hammurabi, 1989, 9.548, VELEZ MARICONDE, Arai. Derecho. ap it.I, p-93 ys. 2 Chi. VELEZ MARICONDE, Alfedo. Derecho. an sit. TI p 349. Los postivisas, Terao pr Fer y Gari, vero e este metodo caracterizado porn intervencién de Ia poi on la eapa de investigacin y la redocion de Tos derechos defn defen, wna excalen ama dea ideologta dea defensa social Gilbert A. Armijo Sancho Garantias canstitucionales, prueba ilictta 19 La prueba tasada, no obstante, represent6 todo un avance, dado ‘que el imputado y su confesién eran fundamentales dado el cardcter confesional del sistema. Asi lo resalta Vazquez Sotelo, cuando nos recuetda, que la declaracién que se tomaba al reo al decretar su prisi6n se utlizaba para inquirir y, al mismo tiempo, para que el reo conociese lacausa de su encierro. Se le requeria bajo juramento para que confesara y se le formulaban cargos, reconvenciones y amonestaciones que procediesen y segiin su actitud, se le daba a conocer 0 no el contenido de la sumaria o un resumen de la misma. Més tarde, se reunieron en una sola diligencia la indagatoria y ta confesién, de lo que results la indagatoria de cargos, en la que el reo era indagado y a la vez gravado 2 Esta forma de considerar al reo como un objeto, més que un sujeto de la relacién procesal fue especialmente evidente en el sistema inquisitivo, que abarca desde el siglo XII al XIX. En efecto, Ia justicia criminal de la Edad Media y de la Moderna le concedié suma importan- cia a la confesién del reo. Aunque debemos aclarar —como afirma Comogtio— que en sus origenes la confesiGn no era considerada un ‘medio de prueba, sino propiamente un medio de exclusién de la necesidad de probar (en el juicio), porque equivalia a plena prueba (era sin6nimo de plena conviccién *). Tan es asi que se la Hams la reina de tas pruebas 23 Vewse, VAZQUEZ SOTELO, Jost Luis. La msuncia de incenciadelimoulada tina sonvicién de Tibunal (studio sob ln lian el imouto como fate de mucha ‘nL. peal espa). Uarceloa: Bosch, 1984, pp. 21 ys. 24 Cf, ASENCIOMELLADO, Jose Marfa Prucaprabibidavoruchaprecnsiaia, Madi ‘rium, 198, p. 17 25 Cir. COMOGLIO, Lagi Palo, scam geamanica. Pavia: Publictzion dela Universi dh Pavia, 1966, pp. 277 ys 26 Vid sete ello. GASPAR, G. La Conesa, Buenos Aires: torial Univers, 1977 ‘Tambien GIANTURCO, Lagesvalndliaa, Milano: Gif, 1956, p, 109, Ver DELLE: PLANE. Antoni, NacyaTeoradclaPrucha 9Ed,Bogot: Temi, 1989p. (Tyas Ades DORING, Bich ‘Tomis A. Bancha ia. Buence ‘Aires: Joriieas Baropa-Améiea, 1985p. 186, Lalucha contra a institucién de la tortura libra con éxito su mas fuerte batalla en el siglo XVIL. En Alemania, fue famoso ¢! opisculo ‘anénimo atribuido al jesuita Friedrich Von Spee, la «Cautio Crimina- lis», con el subtitulo «Consideraciones jurfdicas a propésito de los procesos sobre brujas» (Rechtliche Bedenken wegen der Hexenpro- e8se), publicado en 1631 sin conocimiento ni autorizacién del autor. Es una excelente critica a los procesos mencionados y a {a confesi6n bajo coaccién ‘Aun cuando la obra no tuvo ningtin resultado, preparé ef camino para que los primeros representantes de! Iuminismo, entre ellos el Marqués de Beccaria, verdadero padre del derecho penal moderno, a través de su obra Dei deliti edelle pene, pudiera llevar a cabo el ataque decisivo. Refiriéndose precisamente a la tortura, expuso estos concep- tos que conviene evocar: «Una crueldad, consagrada por el uso de la mayor parte de las nnaciones, es la tortura del reo mientras se desarrolla el proceso, bien para constrehirlo a que confiese un delito, bien para el posible descu- brimiento de sus complices, bien para no sé qué metafisica ¢ incom- prensible purgacién de infamia, bien, finalmente, por otros delitos de ‘que pudiera ser reo, pero de los cuales no se lo acusa...»™. LLareforma del Derecho penal del Antiguo Régimen no tuvo que esperar el triunfo de la Revolucién, pero sf fue resultado det mismo origen filoséfico: la llustracién. Fueron los fil6sofos practicos del siglo ‘XVI, en especial Montesquieu, Beccaria y Voltaire, quienes empren- dieron decididamente el camino de la reforma del enjuiciamiento 27 Prosegua stode diferencia entre culpablereinocente desaparece poremisno medio gue ze pretends empleado para decubriria. Este es el medio seguro para absolver a ks ‘riminaesrobustesycondenar alos inocentesdebiles. He ag los fatalesinconverentes (Lestepretendidacrterio de verdad, criteria dire de candles. ue ls romanos, birbaras ‘llr tambin por mis dese ind, reserva se lee esc luvs». ¥ mds alam «5 Superfurisisirctandolorinnumerableselemplsdeinncentes qu seconfesaronreospor fas enpustias de a tortara; no hay nacidn ni hey edad que no cit lr suo.» BECCARIA, ‘Cesare Delos delta de ne pas. 1° Es. anon apaec6 en 164. Santiago Semis Melendo pr, Pero Calamanére,p.2 Bd. Bueoos Aires: jen, 1974, pardg. XM, 190 Gilbert A. Armijo Sancho criminal y sus razones criticas fueron socavando los fundamentos de! rocedimiento penal del absolutismo * La tendencia abolicionista se pone en marcha en el viejo cont. nente, hasta la desaparicién parcial dela tortura, ello sucede durante el siglo XVII. No obstante, la desaparicién de la tortura no significé un cambio inmediato y radical del sentido del sistema de persecucién penal, pues la confesién siguid siendo la meta del juez inquisidor. E1 interrogatorio inquisitivo se convirti6 en un arte judicial para obtener del imputado el reconocimiento de su participacién en el hecho . E segundo atequra que ed Barcelona: Bosch, 1993, p.3 ys. 198 Gilbert A. Armijo Sancho ‘surge como una manifestacién de la negaciGn de estas y otras garantias de orden constitucional * 1+ Precisiones necesarias Para evitar que esto ocurra, las construcciones procesales han establecido ciertos limites formales que deben ser respetados: las prohibiciones probatorias*, pero au pesar continuamos enfrentadosal problema de la ilicitud de la confesién en sede policial *. Aw El deber de «imparciatidad» del Organismo de Inyestigacién Judicial Loanterior parece tener mayor trascendencia cuando se recuet- aque la Policfa Judicial est disefiada paraque desarrolle una actividad imparcial. Vélez Mariconde crey6 lograr este objetivo, cuando le impuso como obligacién «descubrir la verdad real». Para lograresto Ia policia debia aportar tanto las pruebas que acreditan la participacién

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