Descubriendo nuestra fe para una verdadera vida del Reino
evangelizacion.mx
Amuletos Por: Pbro. Ernesto Mara Caro
n terreno que ha sido siempre utilizado por
vivir en el amor de Dios. el demonio para confundir a los cristianos y Todas las prcticas de magia o de hechicera medebilitar su fe es el uso de amuletos y talis- diante las que se pretende domesticar las potencias manes. Con ellos consigue que en lugar de confiar en ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un pola providencia de Dios y caminar en la fe, la vida y la der sobrenatural sobre el prjimo -aunque sea para seguridad estn puestas procurar la salud-, son en objetos. La mayora gravemente contrarias a de estos objetos no tiela virtud de la religin. nen ningn valor sino Estas prcticas son ms la supersticin que se condenables aun cuancrea alrededor de ellos, do van acompaadas de sin embargo, el demouna intencin de daar nio pude utilizar algunos a otro o recurren a la inpara causar el mal. tervencin de los demoSe vale tambin de nios. El llevar amuletos la ciencia la cual, por la es tambin reprensible. ignorancia y el deseo de El espiritismo implica conocer el futuro desva con frecuencia prcticas el corazn y la fe. Esto adivinatorias o mgicas. hace que se le atribuyan http://www.terra.com.mx/centroastrologico/articulo/1004568/Conoce+y+utiliza+los+mejores+ Por eso la Iglesia advierte amuletos+contra+el+mal+de+ojo.htm poderes mgicos o soa los fieles que se guarden brenaturales a las pirmides, los cuarzos y otros ob- de l. El recurso a las medicinas llamadas tradicionales jetos. Esto es promovido generalmente por ciencias no legitima ni la invocacin de las potencias malignas, extraas al cristianismo como la diantica, el control ni la explotacin de la credulidad del prjimo. CIC mental y el yoga, las cuales se presentan como buenas 2117 e inofensivas, pero la realidad es que con el tiempo desvan la fe y le pueden dar oportunidad al demonio de perturbar nuestra vida. El demonio es un ser real, capaz de destruir o perturbar nuestra vida y nuestra felicidad. La gracia, la oracin y la vida sacramental nos protegen de su accin y sobre todo nos hacen