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Vu Memoria y o1vip0 | Burnopucci6x Aunque no a fondo, en capiculos anteriores abordamos las profusas ‘elacines entre comunicacién y memoria, muy rlevantes paral ancro- pologia que proponemes, como veremos a continuacin, En el curso de su historia, la cultura occidental ha reflexionado sobre la funcién de Ja memoria en todas ls circunstancias yfases de laexstenca, interés patente en la obra de autores como Platén, Agustin de Hipona, Henti Bergson, Marcel Proust, Maurie Halbwachs, Walter Benjamin, Pere Nora oAleida y Jan Assmann, ‘A partir de sa leceura de Marcel Proust, Walter Benjamin subrayé cudn inagotabe es la memoria, facultad que nos permite percibit la Jimitacién de lo ya vivido, ¥ al iempo, sin embargo, cudn tenden- cialmente infinita es la eeconstruccin del pasado en el presente que ‘consttuye la experiencia humana, capaz de resucitar a cada instante ‘con dstintos rosrosyvalencias, Ni Proust ni Benjamin se proponian recobrar un presunio —y enteléquico— «pasado abjetivos sino antes an salvar lo pretérito del olvido. Para Benjamin, en concreto, cal salvamento es una ardua labor que revea la ambigiedad de la especie. ica, en efecto, sserarlo al conformismo que es inherene al conceptoy forza para ‘que, en medio de nuestro presente, fuse cape de adquirr una nueva setulidad, habida cuenta de que la manera como se valora el pasado ‘como brencia puede et macho ms devastadora(unhebol) que lo que podria ser su simple desapasicin.! 1. W. Besa, ctdo cn 8. Moss, Eingedenken und Jee. Gechichtches Bowustin i Spier Wales Benjamin om A Haven y R. Lacan Unser de metiaciones ‘Toalos los sistemas sociales han moscado ilimitado interés por adminis- ‘rarla memoria individual y colectva,y han intentado monopolizata por cualesquiera medios afin de hacer valr sus interess y potenciar las erencias humanas a su antojo2? ‘A-menudo se insinia que nos hallamos en una fase terminal de la tradicién, determinados —casi secuestrados— por el despotismo incondicional del presence. Segin este diagnéstico, en nuestros dias |a memoria estaria experimentando hondas e irreversibles mutaciones omentadas por una cultura mediticaaltamente masficada y deshis- totizada, «Vivir en el tiempo pero sin historias, se afirmaba en Why History| manifesto en el que algunos historadores postestructura- listasreducfan el ciempo a simple y voluble geneslogia del presente. Signifca eo el inal de fa memoria? ;O acaso seria mas cortecto airmar ‘que es wna determinada memoria la que se halla en un estado precario Adebido al vertiginoso aumento del tempo veal, como nosotros pensa- mos? De ahi que estimemos obligado detectar los actuales slugares de la memoria, yreflexionar al respect, Es necesirio introducit dos matice, con todo, El pr el anthropos jamais deja de dba ero esque c entre Ia memoria y el alvido. ¥ (eis), Memoria, Vgeson und Ennnern, Misch, Wil Fink 1993, pg. 38, Sob problema general en eno = memos, vs KP Korte Anam nes eg M.ELAD e), The Englpd of agin, ol, Nera York Lone, Macmiln, 1987, pgs 253.261; P BoxcEAU (ed) La mimo de mln, ine ra Labor eis, 198; Memon, nM. Eun), Pe Elie of Rao vl 9, oi ig 365-370 L. Docs Un extaen macse xt,Bateons “eet, 207, pigs. 127-180, Sobre la memoria en un sentido lostn, se B. Merz,» Memoria, en Confident de Ff, vo 2, Bacon, Heed 1978, pigs 517-530, con la iiogratis mis importante sabe crave, Soe lasconeiones etre staciény memoria vse el bliimo yy cso vento de W. Bayan, ol nardrs (1936), en Parana res del lei ee ns. incon IV, Madi, Taras, 1991 pg 111-134. Tan es muy porate tlesudio de H. Wanwnice, Ler, Arey ret del aide, Madi, Sra 1999, 2 Enel apo que deicaremos a scomuniacién y poder oe efezemos aa ‘sch eli eee memory poder 3. Vane A Tanmno, Geng dele moi, Cae, vine ag quien, inal, 2008, pg we Vit Memoria yoloide el segundo, que la comuniectn media bern son as configadores por xlenc de dar de memoria de neato tempo. muy dtinos del radon La conten co seri port ado snes tan consicor como Reinhart Kolko Pare Rov trienen que examoe send + un austin nupresin de Inema y aenindone em ci dl dow oe fo. un gupe de mcs, pldlgoseioradores dea clara debenden dl cretete ybrumador peo dea memoria observable tlds pbc ‘Vivimost en un tempo enel que memots, como nunca con ancetioridad habia sucedido cha convert en un factor capital dels discsiones piblics, Pua cura, acusay, jusicar eapea ala memoria. Ha legado ‘serunaspeeto esencial de la configuracién de la idenidad individual y Colectvay oftece un escenario adecuad tanto pals conflicios como pats as identficciones 2. Menoaia ¥ comuntenctds Jan Assmann inicia asi su fundamental estudio dela memoria: AT menos son re lo factors que ponen de manifesto la actual de a ‘memoria, El primero se ier al hecho de que hemos de coavivir con Ta revlucin cultural provoeada por les nuevos medioseleccénicos que almacenan externament los datos (por es0 mismo, con la memoria artical; evolucn que es equiaente a inveneén del imprentay on anteroridad ala de a escreurs El segundo esque en auesta propia tadicin, se eatiende a opinign del spostculurae (George Steines), segin la cua algo ques habia considerdo como el objeto priviegiad de 4, ReAwrasy M Lanne (ke), Te Pat Carl Eye in Tur and Menor, ‘lado en A. Assan, Erimerungtione. Former nd Windlungn de ulwelen Gece, Mini, CH. Bke 2009, p15: Ve ambi A. Asses, Der lange Schoen der Vergangeb.Erinneransuear und Gacichpalh, Minch, CH. Bec, 2006, 9 Unser de mediacions 4a memoria es legando asu final (swe Za-Ende Gekommens) —Nikkss ‘Luhmann lo desgna con el nombre de «Vieja Europis—, Bl rere factor nos revela que algo que nos conceenis personaly existencslmente se _prorimaaladesparcén. Ea efecto, empier a efumarse una generic de cestmonos dels crimenes ya caitrofes mis erces de os anaes de la historia del humanidad? abe distinguin em sintsis, res dimensiones de la memoria: sbio- arifcay,«comunicativas ysculturals. La biogrficaconsiste en lo que Certo sujeto experimentay eecuerda. Ls cominicativa, en lo que certo colectivo que comparte un suseato de experiencia es capar de recor- ddar* la nocién de memoria cultural, por su pare, alude al conjun- ( de expresiones de la tradicién; posee una cierta objetividad que ‘cbasa cualquier idiosincrasia; no es privativa de ninguna generacién ni individuo; y acta como una segunda nacuraleza que estos deben sin-corporar.” Los psicSlogos suelen distinguir, por su parte, entre memoria sseméntica»y sepisédicav. La memoria semintica comprende el aer- vo de signifcados que los sujetos aprenden y retienen en el curso de su vida, y delata los esteechos vinculos entre sociedad y sentido. La ‘memoria epsédica, en cambio, lleva a cabo una labor reconstructva parte de los interrogantes, lems y contradicciones que se plantean ahora y aqui, y opera un desplazamienco de lo recoedado —que resulta desfiguradoy alterado,renovado y revaluado—. El recordar episiico ie de nn es tna cimara hermétic capaz de preservar sus fruts sine 5. A. Assuto, Das kane Gah. Sebi, Emerg und politi ont in fon Hecawen, Minch, C.H. Beek, 2007, pig, Jan Ass ee enconcreto a desapaiin dele supervivients de los campos de eterno 6. Puede tomate come semplo la generacin dele Guerra Chil espaol (1936. 1939). Los ecerdos que sua rebazan lo limes bogies de ls indvidvs, peo inneable ques balm speaks a vid y espa de quiens pr ‘ipaon en el 7. nlx prximos pitas nos ecpazemoscon mis delle de memoria com cava y del meni etal 400 IIL. Memoria y bide los cambios histéricos, ya que se halla sin pausa expuesto a las mil- tiplese imprevisibles mutaciones inherente la condicién humana, [Mas que seguro contenedor, la memoria es facultad en permanente :metamorfoss. De acuerdo con Italo Svevo, l pasado es siempre nuevo. Cambiacontinuament de a misma manent aque a vida progres. Fragments del pasado que parece que se han pre lpitado ene alvido ierumpen de nuevo, otro en cambios difuminan ‘sy mis porque son —o ereemos que son— menos imporantes, EL. presente drigeel pasado como alos miemibros de una orquesta. Necesi, de esos ronosy node otros. As el posi parece ahora largo, después como. De pront resuena, de pronto enmudece El pasado es siempre «presente de pasidos, como ya vimos: continua creacin del recuerdo, rescatado del olvido insondable.Y el furuto, presente de futuro», asf mismo: una anticipacién que la memoria converte en imaginado recuerdo prospective. 3. FUNCION COMUNICATIVA DE LA MEMORIA “Huelga insists en la extraordinaria importancia comunicativa de la ‘memoria, Facultad constcutiva de la misma vida. La experiencia se forjaen la memoria, pensaba Marcel Proust, porque esta es su universal aptioristico.? Memoria activa, el recordar es una actividad indispensable cuya finalidad mas sefiera es la comunicacién: ya sea incersubjeciva y exterior, en forma de dislogo entre individuos; ya sea inteasubjetiva ¢ interior, en forma de didlogo del yo consigo. Para bien y para mal, la activacin de a memoria es un fctordecisvo a ls hora de excenifi- carla capacidad transfiguradora de que dispone cualquier sujeto. De hecho, ls alteraiones del recordar —lasvariedades de l amnesia, por 8. Lavo, Zone Cn cao en A Assia, tneangitome ot p17. 9. Vest} A Mant, Zi de lt nlgencia credo, Btclons, Anagram 1994 pg 129. Un er de medacions cjemplo— pueden consideratse anticipaciones del morir expresadas ‘como incamunicacién y mutismo. [La memoria se plasma en los recuerdos —es os vespacios de et don Brinnerungaritume), en palabras de Aleida Asmann— y hace post- bela constitucin de las eamas histrico-biogréfcas con que ls sujeos provisionalmente se identfican, asf como los milhiples modos de rela- cin que les permiten articular sus relacos vtales, dado que se hallan ‘atrapados en historia» del nacimiento ala muerte, al decir de Wilhelm Schapp." La ananinesr platénica posta que conocer es ecordar, pre- ‘misa que Niece suscrbe, La memoria se sustancia en recuerdos, decir en ere-acuerdose que constelan cicrtas unidadessgnifcaivas a partir de Ia dispersin de datos, lusiones, imaginaciones indicios, yy que asf auspician la acufacin de designaciones tan aparentemente incontestables como «yor, sidentidads, shistoriae o mundo». Vease bien, sin embargo, que los recuerdos no son datos objetivos despren- didos de la realidad, sito constructos de la memoria activa, facultad que selecciona, claifica y dstribuye las heterbclitas vivencias de sujetos Y grupos: No habrfa «yo alguno si la memoria no elaborase la esera de pertenencia en cuyo interior reconozco acuates, pensares y senties ‘ono mos, vivencias cuyas huellasahorman mi ahora. Tampoco habria, ‘nosotros sin na memoria y un imaginaro colectivos que conforman horizontes de petinenciaeidentidad, No habria «mundo, en fin, sila ‘memoria no vineulaselogomiticamente —en un todo coherente hasta cierto punto— el trope de suoesos y acciones del exis, ese inarms- rica magma que desembocaria de manera inelucable en la anomia. [La memoria es, en sum, indispensable acervo que el trato entre los individuos transmite, urdimbre de su mundo incerno. “Recordar es tun proceso de objtivacién y estructuracidn personal que ckex one, ‘scribe Jan Assmann siguiendo a Halbwachs, Yatiade: En Tas ‘ee orden vuelve a desaparecer, el ser que suefia es asia." 10, VéaneW. Senn, Gecbicen serie, Zum Sn vn Monch und Ding, Frankf, Kloermann, 2004; A. ASN, Emeric 11 Assis, ely memoria curate ordi, Bac Aires, Llmody 2008, psp 127, 402 VIN, Memoria y aide Erigiendo el mundo, el nosotros y el yo —aetualizindoseen cada aqui y ahora como historia personal, la memoria es un decisive agente de configuracién dl sentido, capar de articular cualesquiera ‘nfesvalosen un presente permanentemente contexualizado y opera- . A pesar dela ambigtiedad que les es propa, los sujetos precian “recordar el ayer a fin de tomar conciencia de su perenencia s una tradicin y de arise ainéditas posibilidades de vida, y hacerlo sin encerrars en I fiaca del scualguera tiempo passdo fue mejor, en provethal expresin de Jorge Mansique Aine Muxel discierne tres Funciones principales de la smemoria familiar: 2) la stransmisin,insrta en la continuidad de la historia de una familia, singularidadesincludas;b) la evivencias,vinculada con lacaperincia afeciva de sus miembros yc la wteflexin» atinente a la evaluacin ertca de lo que se transmite en st seno.® Relevantes en cualesqu nan los constructs vetbaese imagnales con que ponemos en pe la Hamada «realidad Lareflesin sobre la memoria es importante por un dable motivo, ‘entonces De entrada, porque cada acto rememorativo express el nexo ‘entre historia y razbn, ya que quien recuerda lo hace a partir de sus ‘rteros y prelerencas,simpatias yaversiones. Después, porque la ‘Piarinessconstvaye un iniprescindibleejercicio taneo en la teadicién judeocrstiana —que acentia la historia y la ibertad— como en la ‘grccolatina —que Fundamental razén en una deal verdad previa—, ambas pares de Occidente. Quien no puede recordar se dsuelve en la fagacidad de los instants vivdos,incapaz de tomar distancia respecto del ahora y de preserva su humanidad misma. La incapa- cided de activar la memoria mediante el reeuerdo tiende a aruinar la cabazén de causa y tiempos en que consist el vive. «Somos las a verientes de la existenca, cles funciones condicio- 12, Veanse sob at tems lasers leone de U. Gasman, ri! atl gus, Nin, Feline, 2001, pgs 141-44 1B, Vase A Mos, Inde emi fie art Nathan, 1996 Nos eon ‘cup com ampli dela emerara fans en 1. Due JC. Mitac, Amb ela del amor. Araplea de a id tide 22, Madi Tot, 200, cp. "(pg 97-136. 43 Unser de maaclones historias que podemos narrarnos @ nosotros mismos», sean cuales fueren las coyuncuras.* 4, EL CONCEPTO DE eMEMORIA COLECTIVA® Aungue sea menesterdistinguir ente las que solo conocen la oralidad yylas que ademas se srven de la esriura,” ls sociedades tadiciona- les se caracerizan porque organizan Is totalidad de la existencia en torno a la memor colectiva, cuyos contenidos trasparecen en sus ricosy culos, en sa cotdianidad y hascaen sus expectativas sobre el ‘mafiana Las inconablesreeeaciones que tod as formas de cleura hhacen de los filones mitcos universles —desde as populates hasta la ‘medidtca, pasando por la de élite y la masiva—ponen de manifesto {que a funcién de la memoria colectiva no se ha extinguido ni puede Ihacerlo, por més que aya sufrdo una sensible mutacin en el mundo ‘modemo, Los seres humanos son siempre yconstiutivamente shere- 14D Rs, cic en A Asan, Ernnorangie, pie pl, 135, nord 15, GLP Boncenen, La mma deren pi, pe 1-15. Stel sid dey deena eee adn ory lari, vee P Vasa, . 30. Vana aici ppm de G. Navn, M, Haren, Lar marr soe ey dele memoria, op ce pgs 309-311, 9 deN, Peri, Kalrwisenchyfiihe CGechneron eu frag, Hamburg, Janis, 2008, pigs. 51-58. 5 Ui er de medicines socializadora a la memoria colectiva, ya que permite la congruente ubicacién de sujtos y grupos en sus respectivos ahoras. Se trata, por tanto, de un fenémeno ante toda sci, y na solo psiquic, «El grupo se asegura de su pertenencia con la reconstrucci6n del pasado tanto como l individuo se aegura de su pertenencia al grupo con su recuerdos, slosi Assmann. ¥ ambos, gracias ella, arrostran la perplejidad y el temor que el transcurir de avid yl historia sucitan. «Ea ese sentido podria hablarse de un pasado normativo en Halbwachs, aunque este runca le atribuyé cardcrer determinante." Enel postfacio de Le cadres sciae de la mémore, Gérard Namet afirma que Halbwachs fundé ela sociologia de la memoria ¢ invents la expresin “memoria coleciva que mis adelante sharia célebres. Debe tenerseen cuenta que ss relexién antropolégica subsiguiente «ala primera guerra mundial, espondia a los acuciantes interrogantes ‘que sustté la derrota de Alemania y Austria-Hungria los llamados Impetios Centrales. Ademds dela suya, por entonces aparecieron el- ‘idaciones capitals de la cuestin, as! los estudios de Sigmund Freud 0 Henri Bengion —que habla sido su profesor de filesofis— la literacura dde Marcel Proust, Hugo von Hofimannsthal o Italo Svew a misica de Gustay Mabler 0 Arnold Schénberg o las meditaciones de Walter Benjamin, por supuesto. La reflesién sobre la memoria colectva alana tan ampli incidencia a causa de dos factors: de un lado la honda y omniabarcadora rupeura ‘que la primera guerra mundial supuso; de tro, la aceleraién crciente 21. J. Assn, Rainy memoria clare op. pgs 127, Sein fan ko tntndide. une de oe inconvenietes ns graves penoios que exerimentan los amnesicos esque, apes de los eras otadore que hacen, om napa de suse ens paca y su demo. De hecho son eres ques ensue nt proentsin ing po devinaacion con i pad yan cpu de hace plane rae ara pair dls dsinesconocinieta ue en pst, nos propo fons mursuo pasado en forma de experiencia de ida, onocimients mis sentmienor eciter En un senido my reali pus afimatse sin caper que loramndxcn on micros en vid. 22, G, Nees, en M. Hatswacis, La mare scale de le memati 30 406 IDL Memaria y vido de la cotidianidad y sus continuas dsrupciones, que transformaron las sociedades tradicionsles —auroritarias y ruales— en sociedades smodernas —urbanas, mis o menos democriticase industrales—. A semjante empresa intelectual contribuyeron muchos artistas y pensa- ddores de origenjudio; Namer los evoca en los siguientes términos: ‘De radiciin judi, conteran na clara diay eligiosa dela memo- ria de aedad, des modeeniad, mantenen unas oplones aconaes -yeloptimismo del progseso. El paso de una memoria rural 2 ura memorla urbana e vivo por algunos de ellos como si se atase de una especie ‘de culpabiidad a causa de le conversén (del judalsm al xisianismo) teste serie cso del genio de Mahler que expresréen sus snfonias los conics y las luchas entre la memoria musical judia de sus ancepasados yla memoria catéica moderna Halbyachsdistinguia dos géneros de memoria: una vuniversals, comin ala especie enters y transmisora de acaeceres que no inciden direct ‘mente en la cotidianidads yuna scolectivay, que hace posible lat dlifasidn de certas formas y fcciones cohesionadoras y "Toda memoria coleciv tiene como base un grupo limitado ene espa ca yen el tiempo, No puede realise en un solo marco (adr) acotali- dad de lot acntecimientos pasos sno es con a condci de separarios de ls memoria de los grupos que mantenian su recuerdo, de corcar ls 2B. Mc Maes, Ls mana side a manors ot 300. 24, [bid Seighane Mos bra que da ain benjamiian de temeoracién™ (Eingdersen eso a cates jad dl Zeer, que na desig a simple conser- vacion mater en a memoria de lor conecimieno del aside sno ss etusa- ‘ine las experiencia del pret, La rac de la emesoracia consist, ecb Benjamin enna l qucka ecu” dela misma mane quelaRedeaisn no sigs par una eatin engecl onl iro sino posi pent de “relia Io que nor ha sido gaan (S. Most, Ane dee hai. Roi, Benjamin, Solem, Mad, Ctr, 197, pl 132) Soe a fancién acvadora ‘nel presente dea memoria or mea del record, ve V-H. Yenustass, Zao a ii jue le maria, Rab, athpos, 2002. “07 Unser de medacions amareas con las que se ataban la vida pseoiea dels medion sociales, cn los queseprodujeron, de etenertincamente ss exquema cronolics espacial” ‘De manera incesante y hasta certo punto mecinic, la memoria universal archiva datos y escrituasfoslzadas,incapaces de suscitar vida, En la colectva en cambio, vive, se recre yse expres el continazem vivo de una tradicién, La memoria universal consituye el tipo ideas que inspira ala historiografiay asus historias, no cabe duds; pero no debe olvidar que estas tenden a shipotecara» en ara de la colectiva al socaire de sus respectvas biogralase imaginarios,circanstancias y perspoctivas. ‘Grande es la fuerza de la memoria que habita en ls lugares, afr. smd en su dia Cicerén para ponderar la importancia que en la fjacién ‘mnémica tienen imégenes y sitios (imagines et loi). Y Hallbwachs, siguiendo sus pasos, escribié en la intraduecién de La sopegrapbie genre des évangiles én Terre Sainte Si, como lo erzemos, a memoria coestva es exencalmente una econ teuceién del pasado, si adapta la imagen de los hechos antiguas ls creenias ynecesidadesespirtuales del presente, el conacanento de lo. ‘que fae originariamente es secundaro, incluso completamente inti, ya qu I realidad del pasado ya no se encuenta aul como un modelo inmurable al que sera necestio conformane” 25. M. Haupwncs, Le moma collet oc, pi, 75. No puede nor a lnfuenci de eco del wpa clectvo de Gutave Le Bon Pisa de as mae, 1895) abr el pensamionto de Halbwachs, 26. Hlibode. Too, Geri dele memoria, pct, bee una ala po pctv dela memoria clea enn appeco pail publ, cas, monuments) Iacendo epi inspite lor aes liga de I memoria elacionadoe co el iqulamien de poblcione ners dunt laura goers muda po pare Abels nes, Seer once dealadaentes Odour lane (anc Tin (bario de Facer) y Sani di Mater (i). Vee ambien A Asses, Exner me, pigs 298-39; ey Der ee Sten. pgs. 217234, 27. Mllaenens, La tpn ends der org, ot Tf Sid, igs. 175, 188, 92, 203-205. Fs [la memocs colecia] slo reser aguclos acon. ‘ecimienoe que también on cneanvat Hallwachs ain dai un interesante os VIL Memoria yaoi Es evident pues, que hay lugares santos reales, histsicamence data- ddossy también irreales, construidas por la memoria colectiva dado {que «su realidad en la memoria suple su irealidad sobre el errenom, en palabras de Hensi Desroche.* Ademas de recut signos, museos _.archivos-los sujetos conservan sus recuerdos mediante mementos, ‘sean ciudades, parjes o monumencos. Mudabl y transgeneracional, ht ‘memoria colectiva se ancla en cietosespcios que econferen inmovili- dad rlaiva, de ahi que el viaje —y la peegrnacién, rsponda a motivos caultuales, eligiosos o cuales — resulke indispensable para accuslizacla aqui y ahora. Gracias ala labor de simbolizacion, tal memoria com- parca es mucho mis consttayente que constituid;y sus marcos, sean materiales o inmatetials, son la condicién de posibilidad para que los recuerdos se sustancien en cada ahora,” Su mis 1 consist, pues, cen revivir el pasado cual fue, sno en reconsrutloen clave logomitica, 4 tenor de las eircunstancias de quienes Ia invocan.” ‘cade a ai dea meric en sic. Ve ca més collcive cher ermasicens en Rowe Pionpigu, marina 1939, ps 136-165, Vee Tnvalorsin que hace Sch dela aportaién de Hillwachs flexi soe memoria clea msc, en A. ScHOT2 «Making MasicTogters, en Collted Papers vol 2: Sues in cal Theay La Haya, M, Ni 1976 (4 reimpr), lies. 162-167, 28, H, Dostocur, Saag dele epene,Batedons, Here, 1976, pf, 179 29. Debesdherine qe lt lugares de a memoria pueden tne in iter gai ‘ant sladabl Tea Sant, por empl), pero rain puede poses un ater ‘wrumtioneingueane Auschi,po emp). Va A. Assan, Dr lnge ‘Schten oc plg. 221-226 30. GEHL Drsnocas, Sono de le pranas pcypi 176. Sein Ese “Hobsbawem, ee onanien bl vid prs aicions conacudass sad ue (f E.) Hoasuayn, strode —yT- Rac (ee), inne dee ‘mdi, Vie, Eamo, 1988, pgs, 13-23), Las dione inventadas (on espuesas a Suacione nuevas que oma a fra de referencia siuaciones pads, 0 que ‘cablecen un puto propio mist arp ca oblgnviee (id 1). ‘Crema qu a disineisn que propone Hobubawm ese adiciones até ¢ ‘inven s muy artic, porgue oda ells han io invents. a we, como también suede con la iors sera pecs eles el npecte dace de problemitica mediante duro que per hse deacon. BL, Vase M. Hacawacs, at mane ie dele memoria ct i 27-38. 49 Un er de mediconer El-cspcio ecordador cumple func de-selccionar los eeuer- dos, de presentalos, de tjr la trama de una memoria colectiva, Gye sla rene en cuenea Ia continuidad mica, cuando, de hecho, Ia realidad est hecha de suas, de rupeaasy de inmensos espacios de sombray, ha abservado Jean Duvignaud en ticico didlogo con Halbwachs.* Como el wolvdo coletvos, su necesatio corelat, la memoria comin egula el recuerdo que grupos eindivdus atesoran 4 propésito de muy coneretos objtos investids de sentido —ast la Bander o la cruz—” Ajuicio de Hlbwachs, en suma, alos smareos sociales» (adres soci) que ira sociedad brinda en cada presente sus indviduos:* Poderoso einconscient dinamismo regulador, la memoria coecva anticula as dstnconesy nexos —miicos,lgicosytemporales— que posbltan la mimi el aconecer asi como suubicacia y daacén; al decs de Mary Douglas, es soma del almaeenamienco del orden social Enel seno da grupo al que prteneee, ada individu adquiee un punto de vss sobre la memoria coleciva que en él impers, cuya aprehensin depende de ss siempre mudablescreunstancias vitals, Hialbwachs se pregunté profusamente sobre la participacién de a smemoria la wadicin onl fora del presente A los grupos humanes, se respond, no le basta con almacenar su pasado en una especie de Colosilarchivador lamada «memoria: antes bien, deben re-cretla partiendo de los interrogants y desafios que arrostan. El presente no se erg sobte una edbula rsa, ni es un proceso que los sujetos consume pata propio uso ydisfrte, sino que es realizado por mor de la memoria colectva, bebiend en la tadicién y en sus veneros. Las conmemoracione y efemérides, sin ir ms lejos, onganizan los recuerdos, actalizan los agravos ysancionan las metas comunes, a tenor dels inereses que los poderes del mundo imponen 32, J. Domes, facet, México, FCE, 197, pig, 68. 5. Nodkera bias a bid dea sient aimacin de Dignan: Slo loli prover. 2 pr de odo, innovacéne iid ig 70) 54. La memoria sa fart odie apoy en errr isituionalese(M Dowetas, Cio pln linac i i121). 35. lb, 108 40 VIN, Memoria y aide [Estamos hablando, porende, de una umemoria culkurals que encas- 1a las corrientes precértas de pensamiento y ceencia en funcién de ‘ada presente. Cultor de una perspectiva mas socioldgica que psico- Tégica, como su maestro Durkheim, Halbwachs riende a hacer del ‘grupo una entidad psiquica aurénoma, poseedora de una suerte de conciencia incegradora que facilica la regeneracin del ejdo social y combate Ia disolucién del olvida.* Adscrto a fa escuela sociolégica francesa, también coincidié en parte con Bergson” a la hora de expli- car el papel del ecuerdo en la conciencia singular, aunque se negs a separar el concepto de la imagen se lc, ya admicr Ia primacta de cesta, De hecho, el socidloga Halbwachs contradijo categéricamente cl sustancialismo individualista del psicélogo Bergson, al poner de relieve el cometido creador y rememorador que la sociedad ejerce. A ss entender, a memoria coleccva efectia su tareaaticuladoraa través de espacio y tiempo, las dos grandes determinacionesexistenciales.* ‘Actualizaciones de la facultad de memoria, los recuerdos se generan ‘en Ambitos espacio-temporales pre-dados. En sus estudios sobre la proliferacin de religiones affoamerieanas en América, Roget Bastide ha insstido en ls capacidad de la memoria, colectiva para innovar, resituar la afeci lady activa lo ausente.” Gracias ella, sostene os rsgosy exigencas cultures de origen —igentesen Afica anes dela ecavzacin de u poblacn— per- ‘ven en ls neva situaiones, enclas losdestuidos por la enclu- racién son reeeados mediante picicas eimaginarios de usiucién, ara Baste la memoria compartda insticuye recuerdos que espolean creatvdades, utopias y deseos” Cabe pregunarse, empeo, qué sucede 36, «La “entrada en a vi [elas ven tl amo la praca a mayors de at ‘ociedades ys too, as que conoce a escituray imprente—es ura cha contra vidon J. Duvenau, aerial op. 73). 37. CEH. Bencson, Matra y momo. Exe mde lean del cuerpo oo epi Buenos Ais, Cats, 2006 58. Vee M. HaLnencns, La mma alee tess LY 39, Ve R Basrioe, Lr lpn afi Br, Pri, DUB, 1960, $0. Vease lo que apuntamos sobre utopia en el apt dead a smychos log Unser de medicines com ella en una esociedad del riesgo como la presente, sefialada por una A fin de hacer posible el registro y almacenamiento del Aayenteacontecer, los archivos se valen dela escrcuay del iconismo, asi como de cualesquiera caucessemidtios aptos para exteralzat ¥ cosanchar I memoria, Y son recursos indispensables pata constrar Jas fnalidades de a daminacién ecomémicsy polities, como ls pri- mera civlizaciones de que se ene noticia —China, Mesopotamis, Egipto— pasieron ya de manifesto, El archivo entendido como memoria del poder muy anterior al que cultva la memoria dela histori, y exo hace de dl, segin Derrida, una categoria politica cardinal en toda coyuntura. Nunca jamais esta cuestin puede plancearse junto las oa porque es ella la {ue determina todo el campo y, en realidad, decide desde la A has 1a Z sobre la rex publice,razona: «No hay fuera politica sin control de lo archivo, sn control dela memoria Cada vee que se prod cen signifcativo cambio en el pode sel alterane —a menudo a fondo la interprecién de los archivos, amén de fas elimaciones qe lo sustentan. En os casos mis exes, nad ras, su contenido yy commandement, ap se desteuye con tal de aniquilar la memoria anterior y de fabricar otra sustcutiva, acorde con el nuevo establecimiento y sus interes. 2. Vise A. Ass, nemo, it pe 38337. (63, Vea). Drantos, Ma de acho, Une inproin fudiana, Made, Toe, 1997. 64, j, Denna, Archive Fee. A Fran Impress Biinnergtume op. i, pes 1s lado en A. Assuas, 49 inser de mediconer 8, Orvapo ¥ neon El taramienta del olvido tambign revise singular relieve en la cultura ‘occidental, que ha slurnbrado variopintas meditaciones sobre a memo= fia, Memoria olvido son dos dimensiones coimplicadas y constiutivas de a finita indole humana. Es més: el olvido forma parte intima del recuerdo, como Harald Weinrich sostene con buen crteio, El hom- bre es por naturaleza un ser olvidadizo (animal obliviscens, escribe, slo que esta palabra significa se sabe siempre, y es lo que menos puede serolvidados. Tanto es si que, de acuerdo con Thomas Macho, las caulturas son como iss en el océano del olvidos*” Ni mas ni menos ‘que las vidas particulates, apuntamos nosoctos ‘A mediados del siglo xv, Thomas Browne esrbia con més lciden que pesimismo: "Nuestros padres encuencan sus tumbas en nuestra ora memoria, y nose ‘ros mismos seremos epulados muy pronto por nuestosdesendientes Las lipids moreworia se mandenen apenas cuatena aos. Las geneacio- res perecen més ripidamente que los debeles,e incluso las filias mis ncgusesobreviven apenas ates bles" (65. Vea sobre ce em imporane eso de H. Wisi ete. Arey e tis del eed pc Tain een inure perspec Y.H. Yenoos, “Réfleions ut Foublie en Usager deb, Pse, Sell, 1988, pgs 7-21; A. sass, Der lng Shae. pg. 104108, que exponeel pensarinto de lone principales eis del lida del siglo xx Btmest Renan, Fiedrich Nietiche y Ralph Waldo Emenon}. G6. Ha Wasnt, Lao, Arey rice doled, op ct ig 13. 67. T-Macto cao cn Assan, Rely memoria cul pi pg 113 Jan Asano, sigiendo s Robert Menae, ete que a mena lected 0 {on rcs humana inna, sno que san invent rcandaros,raamente ‘adi, [.-] Huo que dscubsr cents de ves el fg elven cen devices Ia rueda porque ataba de un mundo caente de recuerdo, No fu ino con ‘cm el vent enters or nvenor, que paras emperaa tase les demi (id) 68. T.Buown, Aprionphia, ado en A. Assn, Der lange Schatten. P. deg 3 #0 Vit Memoria 7 ood Al conjugarse negativamente con el rérmino «memoria, la semdntica del alvido adquiere reveladores matics y apoyos: edesmemorian,ades- smemorarss y wdesmemoriados.¥ también al ayuntarse con el emino suction: «Dormir es olvidar» (Zendormir cestoubler,afirmaba Paul ‘Valéryy la incapacidad de hacelo a sido parangonada con el insom- nio. Aleida Assmann, por st parte, ha observado con sagacidad: ‘Muy especialmente en ln motéreapsquica (Pyehomoorit) dl cecordas, ‘eoordary olvidar se encuentran inseparablemente enlazadas. EL uno es la posibilda del otro. Se podria formula axel obvdaresenemigo dl almacenamiento memoestico, pero es emplice del recor.” Lejos de ser entidad inerte vacia, el elvido es una figura temporal constitutiva de la memoria, dotada de esas propio en el pensamiento antrapoldgico contemporineo.” Mas que simple pérdida, corrupcién ‘ erosién, consivuye a fisiologia misma del recordar, ya que el material ‘lvidado debe considerarse inten: sedimentado yfiltrado a todos los efectos. Con énimo provocador, Twvetan Todorov ha observado que la ‘memoria no siempee es wn valor universalmente positive,” y que los sujtos nos debatimos entre dos polos sin pausa: por un ado, la memo- ria que salva; por otro, la que mata Yel lsofo ital Avishai Margalic. hha sugerido que el recuerdo se halla en constantetensién con el perdén dele que no nos cabe olvidar” Asi las cosas, la daléetica entre ambos 6, Vue H, Wensston, Lev. Ay eri del ideo et gs 17,22 70._A- Asus, Specen oer Exnnen. Ds karlle Geichnis awischen [Archiv und Kanone, en M. Cait y B Staci (od), Splhr det Gedicbonine ‘Bibeln, aon, Arh, Viens, Page, 200, pig 151 6 thi igs. 17-19. ‘Convien recordar quel slemin posse dor minor pars nombar la memoria: Gedichns es a memoia material, cl almacenamiento memoria, mens que Exherng niacin de seta humana que ecacda, que experiment algo pectoral mediante cl eeurdo 7, Vise A. Tas00, Geogr dl menor oi igs 18 72. Vase, Toconow Lora de le memoria, Batons, Pas, 2008, asi. 7. Vee A. Mancatr, Eder imran. Max HortemerVoroangen,Fank- Far, ches, 2000, epecalmente ps. 59-8, Unser de mediacone hha cobrado renovado vigor en la reflexién psicoanalccay lteraria, de nuestros dias, que ha redescubierto el valor existencal del olvido, definido por Goethe camo ssublime don de Dios» Lacimologia de kev se inscribe en el campo semdntco dela noche —nis, en griego; nox, en lacin—, y en fa antigua mitologia aludia al rio inframundano cuyo opaco flue sumergiay iquidaba las almas de los difuntos, al dsolver su recuerdo." En la Tengonta de Hesiodo, la fancién primordial de Mnemosyne —diosa de le memoria y madre de las musas— consist en falta el recuerdo del bien y el olvido del mal Y en el pensamiento de raigambre érfico-platénica se ororga enorme «eascendencia al olvido,intimamente uncido al alma y su inmoralidad, De acuerdo con tal concepcién, solo mediante su previa consumacién, respecto de lo tereno—mundo, cuerpo, materia— seria posible sus citar la ananmesisy alcanaar el conocimiento salvador 0 geri En palabras de Michie Simondon, el pensamientogriego enaltec Ja memoria en detrimento del olvido, sentido como pédida y mal: Deide na perspetiva moral [a memoria se encuentra junto al bien, ‘olvdo al lado del malas deficiencas propas dl olvidoataen la dlrs «vin a droga del olvido es alienance, la inconsienia del obvi con- duce al roe trgico a una desventura (at) que lo pinde y condena, a {mismo ya los suyos. Desde una prspectiva sotriolgica de formato ‘6ico platen olvidoimpide a iberacin det alma porque a encsde- naala materia lo perecedero, lo que se encuentra deteminado por lt incidencas hisicas. Finalmente, dese una penpostv cpisemoigic, Signlfca a péedia dl saber porque pu equiparare con la huida del recuerdo.” Por regla general, Jos gricgos equiparaban el olvido a lo que hoy se entiende por inconscienca:cierta pérdida, ms 0 menos culpable, de 74. Ouran griega pone de lee quel dfn bes as agus del eo par meine el ovo desu een ater bacer espe ear en Ne ocuerpa Ve H. Wass, Ltn Arey eed bio. ct pg. 2. 75. M.Sawonox, Lx mime fubl del pode pga ain da ‘ikl evo J-C, Pat Les Balls Lewes, 1982, pig 324 ee VIL Memoria yi las referencias preciss para tansitar la vida. Un extravio que solo ‘abe reparat mediante poderosos recursos externs, sean la evelacién de una divinidad, el augurio oracularo la intervencién de un sabio.”” El siguiente pasaje de Pluarco es expresién didfana de todo ello: “Todo hombre pose en l mismo los tesoros de le eranguildad y de la nguienad, yl jara que contcnen ls bienes los males nos encuen- stan ene gun de a casa de Zeus, sno en a misma alma: e0, por lo erpis, queda bien ejemplfcado por mediacin de as diferencias ente Jas psiones humanas. Ea efecto, los insenstos menosprecany desculdan los bienes, incluso los presente, porque sus pensamientos se encuentran inceraneementedtigids hacia el fururo, pero los sabios, mediante el poder de a rememoracin, hacen claramente pesca to lo que ya n0 lo es El olidaincecble ngrato que gavta sobre una gran mayorta de los hombres y toma possién de cllos —estropean toda aciény odo éxito, ado momento agradable de oci, toda vida en comin y toda placer— quiche a unida de a vida que provene de aqvel paso que todavia se encuentra meacado con el presen En este conterco, resulta ierlevante cul de ets dos grandes opciones prime el mito: bien una genealogia mis 0 menos historizada, bien la remisin del presente al pristino in ilo témpore. Lo que si importa ces que st labor no puede prescindie del trabajo de la memoria, esto 76. M.Stuowoox, La mimo e Tob. 0p. ip, 325, one de mane «quer incoreci entire nconicenia con inconaientl qu fre Freud, porque nunca as de una inconssenia deo deseo. Grell deseo ‘como rida acl no f analado anes de Pan (Go, pice Fe), tle pris con gan dard uitenchnalidd, Vase mb J-P Vaan, Min y pomsnenn oe Grecia amg, Barons vl, 1973, ig 98s 77. epaacine dl lida dee ding dea eapcs edna ue ‘an eon sa metnari dee dates aids, pero qu se habla comervado fl memoria inconsciente y qu el eas anaes ha real aa memoria onsen, CF M, SionDon, La nae eub. op ci, pi, 32. 78. Prutanco, De mangle anim cdo en Me St40XDON, Le mémoire Poul pe, pg 308. Unser de metiacions de la ememoracién eultual de unos presuntos origenes exentos de contingencia y ambigiiedad, superadores del iempo y el espacio pro- fanos. Afincindose en ellos, sujet y colectivas se senten capaces de arrstrar el desarraigo, la angusti y la indeterminaciin, porque «quien sabe de dénde viene, sabe quign es, en palabras de E. Angchn.”” Gracias aque la memoria brinda, el mito torna viable st identifcacin y ubicacién en el seno de una comunidad.” La recuperacién mneménica de los orjgenes es una efcaterapia ala hora de encarar los pasmos y quebrantos que suscitael presente, Dello da cuenta la praxis psicoanalitica,eercici logomitico y sespe- Ieolégico» virtualmente capaz de rescaar del olvide los estratos mis hhondos del vivis, yde iclitat la teconeiliacién del paciente con su. historia explicita 0 tcita. Con todo, el vacioabierto por exe dejar de exist» que supone el olvido data el presente de los individuos: ora creado fantasmas que subvierten la convivencia: or infundigndoles zozobra y angustia; ora ensanchando el abismo entre los origenes y su ahora, que va enférmando segiin aquellos se alejan. Orientadas a colmar tan traumética oquedad, las terapias psicoanaliticas tratan de restitur la memoria, esemantizar las vivenciasy retejt la historia, que el individuo cuenta y se cuenta, a parti de un nuevo argumento plausible y mis levadero, inspiraci 79. VeaseE. Aven, Die herwindun des Chao, Zur Philophi de Mya, Frankl, Subsam, 196, pig 58-73. 0. Acree, rm dl holndé crane pone nda ters, Conder ‘anavegar eterpameae sin rambo, aque) de un ela lid desu iene, ‘ene de puntos de para inerioezadasy sumo ea Sigur mia erica {deencaminane hc mets alns y aun meno de ale py econ, Le ‘nega ines le mur misma, el er eposo qu rea ireerblemente teyeto humane: std a paral un ecard sin obese, en todo semeunteal mero olvda punto fal dew insets nega lg cuando Sc a erin, muestra dspuesta a sactifcar su peop vide porel amor quele profs, enconces el buque fantams Se hunde cons apn sor en ol mary dsapucce Ls aoe que scompats Ia conclaisn del ibe de Wager icy la silent aoracign ernie: desptsde qu a nave sh huni, ven I ens salen del gun el Holand Ser ambos de manera antiguas (ln weit ere usin dem Waser der Hllnder und Sens, bide in weir Ger). VI bemoriay bide ‘Atlas cosas, esl lcito preguntaree por a funcién mii ynarrt- vadela memoria. Ya partir de ahi comprender que, mis que reconstuir ‘ suprimir el tempo, borra virtualmente la frontera entre presente, pasado y fururo, y tiende un puente entre el mundo de los vives y el. ‘nds all al que han de volver los finados. «El privlegio que Mnemo- syne otorga al aedo al poeta inspirado, es el de un contacto con l oxo ‘mundo, la posbilidad de enteat y de salt de libremente,escribe el. hhlenista Jean-Pierre Vernant, que fade: «El pasado aparece como una dimension del mas alli Este dkimo es, as mismo, el mbito privi- legiado en que se mucven los chamanes de todas las ltivades, duchos cen manejo de los resrces mnémicos precios para sanar las dolencias ‘que rae dl olvido." Cometido este, por cierto, que los contemporineos ‘media y sus recnologias también satisfacen a su modo. En sus primeros aos como profesor de filologa griega en Basle, Nietsche combat con pas el historicismo y la cultura de la memno- ria vigente en su tiempo, y audi al azul olvidor(blawe Vergesembeit), metifora que expres la clma y ventura que ol are del olvido infunde"™ “Bienaventurados los desmemoriadss (Sell snd de Vrgeslchen),rera- baa el lema de este pensador que afos mas tarde, sin embargo, volvié a ‘rata el asuno con acentos muy disints, Asi lo hizo, por ejemplo, en La geneaogia dela moral (1887), donde abord lado oscuro del tabsjo dela memoria, es decit, Ia wculpas (Scud) y la consecuentes wdeudase (Sebulden) que los sujetos contiaen, y donde puso de manifiesto que ‘estas vienen a ser partdas contables del ecuerdo que violentan su mas imo santuario. Con su proverbial perspicacia, Niewsche vinculé BL, JP Venu, Mi y pemamieno en Gc enius oispgs, 9s of hid 498. 82, Su pis sido compara, no sin sin, con ade os moderns técico de Ia memeia: prea, pecterapetsypictlogot en sctidoLo, 83. Sobre ohidoen Nictache, exe H. Wana ete oct pg 211-220, 1N, Pers, Kline pt ig. 3238. Baena pra del que sefalamos tel ent tn Segunda conidriin intempeniva de F Niewsche, ‘ean en 1873, ypulblicaa com el dail y deena de ls soa para Iaido (vase H. Wares Lee, oct lg. 21,217). 1. Td, pg 218 Asians, any memoria cb op it igs. 1228 N, +5 User de medians cl exceso de labor mnémica alos inquisitorales process de culpacion, capecialente pujantesallidonde se han impuesto los monotelsmos cde Occidence, «Nietzsche esti contra la memoria, contra el principio de ‘un recuerdo normativo que fj al individuo a una inamovibleidenti- dad socal, sostiene Assmann: «En esta unién de tiempo y moral ve tuna consteuccin maligna, que trata de destruir con los medios dela _gencalogias. El olvido ofrcesutldades y desventajas, por paraascar cl itulo de la «Segunda consideracisn intempestva». Al condenssr y fj lo que debe permanccerestable mediante el recuerdo, la memoria justfca lo nuevo y auspicia el olvido del resto. ‘Como ya hemos explicado,” los arquetipos se distinguen por set anceculuralesy eseeucturalmence inolvidables, al tiempo, porque sus Frutos deben sustanciasse en lugares y tiempos concrecs, y son bistricamenteolvidables. Semnante distincién es apicable, mutatis ‘mutandis, al binomio que forman memoria y alvido, Contingente yy ambiguo, el anthropos posee una condicién innatae histérica ala ‘en sitios ycoyunturas dados, De ahi que los suje- tos sienan la urgencia de afanzaree en laexistenciarecurtiendo a las ven, que sere miltiples historias que los recuerdos activan y actualizan, y que asi les facultan para capear sus imprevisbles embates. Sea como fuere, a pesur de que los dstintos rostts que lo histéico adopta —tendencis, acaecers, figuras, bogas— son pasto del ovido, de sus comunes dina- ‘miamos coniitutivos emana lo que tienen de inolidable, a despecho de cualesquiera viisitudes o circunstancias. Indeleble e imperecedero, lo arquetpico genera variaciones temsieasmilsples, sonémicamente diferentes aunque Fsiolégicamenteestables, [Esta acotacin es indispensable para entender la comunicacién en general yl comunicacién medidcca en concreto,sometidas ala dialé- ‘ica entre lo estructural e inolvdable y lo histérico y olvidable,siem- Pers, Kulrwtseschafilie.. pt pgs. 37s smportante tne en cuenta |spofunds elem eimoliges ue ay en lem ence Sh lp) y Sebald (Gouda 85, J. Asian, Rll 9 memoria culo. i pg. 6. lane lor cortspondanss paradox leaped La imag sacénylos imagination (0) yt y lg (eh 46 VIN Memoria y ode pre en trance de adaprarse a contextos nuevos. Hl elvide ha devenido endémico en el mundo contemporineo, aquejado por cada ver mis frenétcosritmos de obsolescencia e innovacién, Es cierto que no hay ‘progreso tecnolégico sn l,y también que el legado humano tiende a Aagostarse con su concurso. Siquiera sea a modo de esquema, cabe glosar otas dos formas de ‘olvido. En primer lugar el que llamaremos volvide por encargos, diceado 0 promovide por lacensura:™ una condena de la memoria (dannatio memoriae) con la que los poderes mundanos —econémi- «0s y politicos, ideoldgicos y eligiosos— instan ala aniquilacién de culturas y personas, sabre todo de aquellastldadas de subversivas, sransgresivas o heterodonas. En segunda lugar, l amas», que ofvida perdona las praxis cuya culpa sincionan quienes dominan, Tama desafo se presenta con ocasién de traumsticosatlladeros, por ejemplo tras la conclusi6n de guerra cviles como la que 28016 Espata: cémo ecomponer la sociedad civil yreconciiar una enemistada cudadanta, «embargada por feroces enconos, mediante una forma de gracia basada cen el respectivo olvide de los «malas recuerdos» 9, Maaona B ESTI04D Each man isa merry te bimoelf ‘Wornswonrt, Prelude ‘Una de fos mis relevantesy ambiguos cometidos dé la memoria es a suseitacin y ransmisin de as sdentidades coletivas. Jan Assmann sefiala que ia sociedad se inscribe asf misma en la memoria eompar- ‘ida, ereando en el sujeto sa autoridad interna o conciencia moral aque Freud llamé esuperyés.® A la hora de procurar identidades, la ‘memoria colectiva se muestra paccularmente vulnerable ante la poli- tizacién del recuerdo, promotora de ancagonismos entre vencedores y 57, Vase N, Parts, Kukurwisonhyfilth. opi, ps 79 88. Vase) ASANO, Religie y memorial ey 23 er de mediacons vvencidos; entre los adepros a diferentes religionesy partidos; © entre hombres y mujeres, sin ir mis lejos. As{ocurre, pongamas por c3s0, ‘con el eto os muertos maquinado con fines espurios, con laeree- cin de monumentos en honor de getas reales 0 presuntas: eventos y figuras alos que nose concede el valor que en justcia merecen,y sil ‘que deriva de una calculada manipulacion capar de desatarpeligrosas reacciones ciudadanas —cuando se execra la indispensable igualdad cla diferencia, por jemplo—" Desde la perspectiva de la memoria, la sidentidads no se limica lo heredado: también abarca los nexos de cierto Ambito histérico: cultural, preseatados como propios por quienes disponen. Pero resulta obligado parar mientes en que, més que canénico final de trayecto ‘o metafisico a priori, tal identidad es un slugar geocukurale desde el, {que los sujetos experimentan los procesos de socializacién ¢identi- fcacién que el milieu ficilta. La sidentidads, por ende, no es eanto tuna entidad conclusa como un constructo mévil que, ademés de biogrific e histéricamente condicionade, resulta transformado sin ppausa por lz mudable memoria, siempre in fei. De ahi que etimemos preferible hablar de «procesas de identificacin» que de widentidads a seca, término lrtrada por dos graves defectos ingénitos. El primero ces de tenor filoséfico, y se desprende de la comprensién del caricter taucolégico de un concepro basado en el principio éntico del ens ext ‘nun ente es un ente igual asf mismo. Fl segundo, de caricrerpro- piamenteantropoligico, constata cu frecuentes han sido las leturas _findamentalistas dela memoria, Ia historia y la tadicin,refractz- rias a asumir uno de los pilates de la humana eonditi: su constante rmantenerse en equilibrio inestable; su confictiva armonia —valga ef oximoron— y su permanente éxodo entre cambio y continuidad, cntre a igualdad estructural de todo los sujetos y los asgoshistricos ‘que loedistinguen, 89. Vassar ea problemi el nportante, aunque algo agua est de, ‘Kon, Bemecingen num polischen Helene 19. und 20, andere S. Germ e), Der Reon err Zim Sig de Regonnsicrnchg, Darmstadt, Wiseaachailche Buchgeslichal 1976, pgs. 216230. 8 IIL Memoria y vide En el curso de sus trayectos vtales, con concienciao sin ella, los sujetos se formulan sin pausa el iterativo interrogante »zquién soy *yo"2s, basado en una palabra («yo») que, si bien se mira, pretende lui lo ms singular eintimo de cada quien mediante el pronombre ‘mas usado del mundo, No abstante, o que de veas se halla en juego no es la enteléquicay tautoldgicawid-entidads, sino los procesos de identficacin,spelaciones al recordar siempre inmersa en el conflicro inherent al xestado naturals de la especie.” A eada paso del camino, la obligada activacin del recuerdo suscia, al decir de Paul Ricoeur, ineviables wconflictos de interprcacionese en todos los Ambitossocia- les, sean pliblicos, privados o intimos. "Estimamos imprescindble, por tanto, sortear dos tentaciones habi- tuales; den lado, las definiciones esencalstas,ahistricas y cosfi- cadas de Ia radicin y la identidad, que los dogmatismos en boga profesan hoy a pie juntillas; de otro, la desidentifiacién que resulta de a exaltacién acitica de a previsionalidad y el relativism, también frecuente a causa —entre ots fatores— de la sobreaceleracion del ‘tempo vita. Los vigenes procesos de dentifiacién se halln sometidos, ademés, a vigorosasinercias centrifuga .fragmentadorasy, en suma, aun pandemonio de sensaciones, emociones, adi-versiones» einfujos que la cultura mediftica alienta, y que impide que las convinuidades personales se cengan en pie, y con ella la idea congruence de sf que Teja el sujeto. 10, Historia y wEwonta couscriva [El historiador Reinhart Koslleck ha arglido en numerosos estudios {que a moderna acepcién del concepto de shistoria fue acufiada en la segunda mitad del siglo xvi” para designar un scoletivo singular» (Rolleissingular) abserato, un plurae ansum que ocupa el ugar de ls incontables historias, que desembocan en él como los ros en el océano. 90. Vase A. Thar, Gegraidel memories igs. 164177 91. Vea A. Asus, Dr linge Stn. op. pgs B47 29 Unser de maison “albeachs ya lo habia usado a guia de slegora, dstinguia la categoria de ememoria colectvas de lade shistoriaw en el sentido que ls ciencias sociales y humanas le ororgan; el mundo histérco, excribe, es wcomo tun ocfano al que fuyen todas las historias parciles,y fade: Puede representarse I historia como la memoria universal del género ‘humana. Peo ne hay memoria univers Toda memoria coletva ene ‘como soporte un grupo limitado ene espacio ye tempo, Sol se pucde ‘euiren un solo cundro la toalidad de lo aconecimientos pasado se lo separa de lz memoria dels grapes que guardaban su recuerdo.” [Aa precision de Healbwachs cabe agregaele otra: aunque « nuestro entender existe una memoria ene grupo, resulta discutible que pueda hablarse de una memoria del grupo, porque no hay base psiquica ni ‘orpénica que autorice semejanteafiemacin. Pierte Nor, por su parte, sostene que ningin esprit objetivo ni alma coletva se agzzapan tas |a memoria comparcida: solo la complejay plual sociedad, incluidos los sgnos y simbolos con que sus miembros la eaman y viven —y por virtud de ios que partcipan de una comiin identdad y memoria—. EL historia francés subraya el pao del ecopresenciaexpacio-temporl, ‘que vincula por proximidad alos colectivos, al sommunidad abstract, definida mediante simbolos que cohesionan virtualmente dl tempo y el «espacio sociales, y cuyos alejados portadores no precsan conocerse para adheriese a una imaginaria identidad, homogénes y suptasubjetiva.” La hoy trida yllevaca nocién de enacién, por ejemplo, convoca una sidentiad imaginada» que recurte a simbolismos polccos afin de cexpresar su unidad yefcacia. Nora discierne los signos dea iscorian «que plasman la memoria de la nacién, de un lado, y los ssignos dela «scrtura de a historia que plasman la hstoriografaclentfcs, de oto. ‘A. juico, la ememoria viva de ls colectvosylaxmemoria analliin Ae los historidgrafos se encuentran en constante conflict: 92, M, Hiawerens, La mimi clei, ps pi 75 53. En uncapin de segundo vlumen de xa antopoog conseactoy mene a cuestones elconada onl tpi yn anc 4 VU Memoria yooide ‘Memoria, hiscria: de ninguna manera son sindnimos, sino, desde todos les puntos de vss, como actulmentereconocemos éminos opuestos [1] La memoria es continsamente un Fendmeno acual un vineulo expe- rimentado en cada momento presente; I historia, en cambio, es una representacin del pasado, (.] La memoria endea conduci el recuerdo hacia lo sgrado: por su pare, la historia lo expla de ella porque su finalidad eel desencancamiento, La memoria se emancipa del grupo que clla misma habia ayudado acres. La historia, por el ontario, perenece ‘todos ya nadie: por es tiene voeacisn universal El pensamiento sobre la memoria que Halbwachs cimenté bused siempre neirse ala tradicin de escrtura critica de la historia cuya semilla plants Herodoto, y que dos milenios después, en el siglo x0% fue establecida como disciplina académica soberana, no subordinada a politica ni a doctrinas eligiosas. Resula evidente, sn embargo, que ti los cronistas de entonces ni los hiscoridgrafos de ahora est libres de yugos, prejuicios y pleitestax. ¥ que la historiografa ochocentista iment vitals identidades colectvas cuya colision acabariaresul- tando trigica, Frente a la historiografiacieniica dominante en las llkimas décadas —pretendidamente objetiva, neutral y exhaustiva—, las teorias de la memoria de Niewsche, Halbwachs y Nora subrayan Ia indole constructiva del recuerdo, asi como su Funci6n legcimaclora de una identidad espectral.” 11 Trapier6x v Mewonia ‘Tradicién y memoria son sérminos cai sinénimos, que expresan el inevitable y ambiguo vinculo de todo sujeco con ef conjunto de su sectencia temporal —pasado, present, futuro— y con lade su grupo de referencia o adscripcidn. Ademds, el nexo entre ellos es equivalence D4, P.Nons, Zesisen Gach und Galion cade en A ASSES, Ene rung, op ee 132 9s. Venue As Assan, Ernnerungume, op iy pgs 133-137. er de mediacions al que une comunicacién y eadicién, Por eso, como Alcida Assmann sostiene,cabe aentender la tradiciGn como un easo especial de comu- nicacin, en el que a la informacién no se la intercambia reciproca y horizoncalmente sino que se l transmite verticalmente alo largo de eneracioness.® El ser human, ya lo hemos dicho, e insuperable- mente sheredero»,y toda tradicién conjuga sucesivos movimientos —y recreaciones— del rememorar colectivo. ‘Memoria y tradicién son, entonces, exponentes de sa realidad antropolgicaraigal ala que el concepto de ecortelaciéns alude.” Asi smanlo © no ls sujetos se hallan por fuerza refeides tanto al mundo de los antecesores como al de los sucesores, esto es, genealdgicamente (pre)determinados hacia el ayer y el mafiana al tiempo. Atal punto que su condicionada liberad va sustanckéndoe dentro de marcos de referencia que constrfien sus formas de actuar, sentir y pensar. De aqui que proceda afirmar que cualquier critica de la eradiciin se rea liza siempre desde ela misma: no hay posbilidad exraculeural para cl anthropos ‘Segin explicaremos al tratar las cuatro grandes sestruccuras de acogida» —scodescendencia, ecorresidencian,ecotrascendenciae y scomediacién— el prefijo eco- delata que larelacionalidad es com- pponente esencial de la vida. Ciertaconsteacién de lo real cobra sentido dde mundo porque aparece como tal al sujet: yest, a su ver, cobra sentido de «yo» porque se identifica en relacién con aquel. Conviene adverts 2 fin de evita confusiones, que tal corrlacionismo jamais debe ddevenir en metafisica dogmtica, como muestran los tradicionalismos y enacional-esencialismossfundados en comprensiones dela radicién, aberrantes,aciagas para el pluralism y la convivencia, Mis que hipos- ‘asia, en cualquier caso, la coreelacién tiende a ser anidoco de toda hhipdsass, es decir, a evitar ustancializar un objeto ideal o abseracto como a fuesegenuina entidad, 96, J. Assan, Rly memoria curl. i 25. 97. Sobre el pardcular vee cl ntructvoerudio dQ. Menassoun, Api le rite, Ese ar ener dea coming, Pi, Sei, 206, Vit. Memoria yore Pocos conceptos han sido objeto de lecturas tan beligeranes y ses sgadas como el de tadicién. ¥ pocos, a pesar del riesgo y la ambigiedad que revsc, son tan eruciales para inteligit lo humano. El anthropoe «srelacional y tradicional, quiéralo 0 no, Biologia y gramitica,ética y cesta, politica y deport, religién y medicina, gasteonomia y urba- nidad: todas sus vertientes participan de es indole doble. 12, La cunsri6s eniwoLsics La ctimologia de stradicién» resulta escarecedora. El eéemino procede de dos verbos latinos —traderey sranmitere—, que le prestan teve- Iadores maties. Thadere designa los arcefictos culturales que se dan, ‘ruecan, confian 0 venden: eédigos jusidicas y mereaniles, herenciss, receatios de cocina manuals de utbanidady la acepcin de wtra- dicién» que de él emana implica un recortido o traslad, y un cambio de propictario al cabo, Trenomittre, por sx parte, expres la idea de ‘ransmisin y recepcién, entendidas como labores conscientes inte- resadas de los sujetos, dispuests a asimilar un legado de acuerdo con su siruacin en el mundo, De elo se deduce que cualquier tadicién consta de un eafiamazo material —habios, éxicos, iconos, rtuales 0 convenciones— que se tras pasa desde un antes construido desde el ahora hasta este mismo, {que a pesae de las mudanzashistdrcas permanece en esencia idéntico asi. La eadicién result en mero e indeseabe eadicionalismo, fuente de males sociales temibles, cada vee que su potencialfuncin se limita al aslado. Para que pueda hablarse de cabal caicin es ineludible ‘quese dé Is transmisisn, en cambio: la ecreacién de lo trasladade des- de cada contexto nuevo. Frontalmente opuesta los tradicionalismos politicos, religiosos o morales, la genuina tradicién implica siempre Aiscemimento yreceacin, ya que lo que en ella prima no esl pasado como tal, sino el presente y las preguntas que este suscita al sujeto, hheredante y hetedero: alguien que recibe un legado de las generaciones ppasadas; que precisa cernero y asimilaelo con erterios y que a su vee ct lamado a legarlo a las generaciones Futur, oo Ur de ediciones ‘Appesar de las incontables dispuras que ha suscitado y suscita, la tradiciin es, de acuerdo con Jan Assmann, vel saber vvido, encarnado cen agentes, que se transmite en el taro vivo tanto através dela ins- sruccién lingistica como también, y ante todo, a través del ejemplo c imitacinsilenciosos, y que se ha vuelto evidence, inconsciente e mplicitoen otros dmbicoss."™ (ed), Bad de mpc, Madi, Visor, 1988, 102,” Assanon, Rai y memoria ela phy pl 96 66 Ix MeprnaciO DE LA TECNOLOGIA 1. Iyrmopucciés Desdg el albor de Is historia, todos los procesos comunicativos han sido posbles gracias ala innata y peemanente disposicién técnica del «anthropos, un ser de mediaciones que através de ells suple las carencias y defciencias que le son propias, alcanza objetivo los que solo le ‘abe acceder de manera mediata, artificial e incluso sofiada. El pensa- _miento griego consideraba la técnica como un gesto de rebeldia contra la voluncad de Zeus, acto fundador defo humano en trance de eman-

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