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EL TALLER Y EL ROBOT Ensayos sobre el fordismo y la produccion en masa en la era de Ia electronica BENJAMIN CORIAT leditores 3a. edicion MM 4 Ry = Ss fo 3 7 = 5 8 an, 7 @ traduecion de | EL TALLER Y EL ROBOT Ensayos sobre el fordismo y la produccién en masa en la era de la electrénica ROSA ANA DOMINGUEZ GRUZ or BENJAMIN CORIAT siglo veintiuno editores, s.a. de c.v. CERRO DEL AGUA 288, DELEGACION GCVOACAN, 04310 MEXICO. OF siglo veintiuno de espajia editores, s.a. CALLE PLAZA 5. 28043 MADRIO, ESPANA, portada de maria tuisa martinez passarge primera edicién en espafiol, 1992 tercera edicidn en espaitol, 1996 © siglo xxi editores, s.a. de ev. en coedicion con © siglo xxi de espaia editores, 8.2. primera edicidn en francés, 1990 © christian bourgois éditeur, paris titulo original; Uatelier et le robot. essai sur le fordtisme et la production de masse @ Fige de Uélectronique isbn 968-23-1 808-4 derechos reservados conforme a la ley impteso y hecho en méxico/printed and made in mexico INDICE PREFACIO: ‘LOS INGENIEROS DEL TIEMPO" Y cién de grandes voltimenes y la competencia por las cantidades y los costos, La larga crisis.que se despliega ante nuestros ojos, la inestabi- lidad —que ha vuelto a hacerse del crecimiento y de la acumulacién han hecho resurgir la incertidumbre y la imprevisibilidad como hori- zonte permanente, Las condiciones de la presencia o de la reproduc: cién de la empresa en el mercado, y a fortiori de su crecimiento, se han modificado, Desde ahora, estar presente significa ser capaz de res- ponder a una situacion de demanda ampliamente imprevisible tanto en cantidad como en calidad. Tras la era fordiana de los productos estandarizados fabricados en serie, he aqui la exa de lo.poco, la eva de la calidad y de la diferenciacién. 2. PRODUCTOS ¥ MERCADOS: EL AUMENTO DE LA CALIDAD Y DE LA DIFERENGIACION, Situémonos del lado de la empresa individual. Cualquiera que sea su colocacién o:su parte de mercado, en cualquier sector que opere, Po- eo a poco se afirmara una novedad, para imponerse finalmente como uma verdad esencial de nuestro tiempo, Ese cambio radical de situa- n, ya enteramente consumado a principios de la décaca de los ochen- ta, cabe en una proposicién tnica: la.era dela, produccién. en serie de productos indiferenciados ha terminado. a PROLOGO: Sin embargo, esta proposicién radical, que por supuesto hemos de- eidido presentar come tal, no debe conducirnos'a'conclusiones © in: terpretaciones apresuradas. Por esto, desde el principio es necesario hacer una precisién que vale igualmente como advertencia. No es la produccién en serie como tal la que esté condenada, sino la produe- cién en serie de productos tndiferenciades, Volveremos a ello amplia- mente: demasiadas ventajas econdimicas estan ligadas a la procuccién de grandes 0 muy grandes volimenes coma para que pueda pensarse que sea abandonada. No obstante, en adelante debe aceptarse un nue- vo desaffo; conjugar grandes voltimenes y produccién por lotes de mer- cancias especificadas. Desde ahora este apremio y este desaffo son uni- versales, y conciernen tanto alas empresas‘de los sectores tradicionales de demanda estancada o decreciente como a las dedicadas a Ja fabri- cacién de productos nuevos, en los sectores donde la demanda es cre- ciente y donde la innovacién de procedimientos o de productos se ha vuelto casi permanente. Las causas de esta situacién son méltiples y con frecuencia inter- dependientes. En cuanto al fondo, se reducen a las condiciones nue- vas ereadas por la apertura recfproca de las diferentes economias na- cionales en un momento en el que en los grandes pafses de crecimiento fordiano canénico, los mereados de base de equipo basico estén relati- vamente saturados, En efecto, en la década de los setenta el crecimiento se hace mas lento, ms inestable, mientras que la competencia se vuelve més compleja, y los mercados estén sometidos a un proceso de frag- micntacién y segmentacién en componentes espectficos Explicitar un Poco esas nuicvas dimensiones, nos permitird delimitar mejor los con- tornos del paisaje al que desde ahora deben enifrentar los agentes, Para apreciar la significacién de ese paso a la era de la diferencia- cién, hay que partir del hecho de que desde la década de los setenta en la mayoria de los sectores de la produccién en serie de productos terminados (automéviles, electrodomésticos, bienes de equipo de los hogares. . .), pero también de productos intermedios (siderurgia, pe- troquimica, vidrio.. .), los mercados, que eran globalmente salicitantes (es decir que las empresas tenfan los mercados garantizados, pues la demanda era sin cesar potencialmente superior a la oferta), se invir- tieron para volverse globalmente oferentes: con frecuencia las capaci- dades instaladas se han wuelto superiores’a las demandas solventes. De esta manera, en el momento mismo'en que los oferentes reales o potenciales se multiplican, y en el que se vuelven complejas las condi- ciones de competencia, el crecimiento mundial se hace a la vez més UNA NUEVA COYUNTURA HISTORICA 25 lento.¢ inestable, En el caso de los grandes fabricantes.de productos industriales, los bienes destinados a la exportacién ecupan una parte permanentemente creciente de la actividad interior, De ello resulta que ta estrategia de crecimiento de las empresas, por disminucién de los costos, mediante efectos de dimensién y biisqueda sistematica de economia de eseala, llega aqui aun limite verdadero. Alimentar un mercado, conquistar uno nuevo, desde ahora exige conciliar menor eosto con una politica de productos que permita —por adaptacién o por anticipacién— captar circulos de consumidores especificados y cu- yas demandas estén determinadas, Lo que sucede es que, durante el periodo de la edad de oro del for- dismo y del crecimiento regular del poder de compra, el sector asala- riado se extendié y se hizo complejo, ocasionando una multiplicacién de Jas categorias y de los segrnentos del mercado del trabajo, y for- mando de esta manera una demanda mucho més diferenciada que en el pasado. En el caso.de un mismo producto de base, las caracteristi- cas esperadas para cada categoria de consumidor se vuelven particu- lares y especificadas. Para decirlo en una palabra, poderosas fuerzas convergen de diferentes vertientes para asegurar al valor de uso de los bienes una importancia y una atencién renovadas, La calidad del pro- ducto, su adecuacién a normas técnicas o culturales extranjeras, o su adaptacién a cfreulos especificados de consumidores, se convierten en condiciones esenciales de su penetracién en los mercados. Ademés, si bien las presiones de produccién en serie a bajo costo sé perpetian, en adelante la oferta de productos debera ser capaz también de hacer frente a la diferenciacién de la demanda, Una politica del valor de uso deberé ser constitutiva de la propia estrategia de produccién.* Dos ejemplos elegidas a propdsito en dos sectores de produccién en serie de caracteristicas muy diferentes permitiran ilustrar lo dicho, En la industria automotriz por ejemplo, para un modelo de base (el RS de la empresa Renault o el Ford ''Fiesta"’...), existe en prome un cenitenar de variantes, segtin las opciones, las especificaciones, 0 las normas de exportacién.? * Una nueva teorfa del consumo (ef. Lancaster [1966], [1975] y [1979]) halsia anti- cipado de alguna manera esas mutacones, ece en la earfa de los cambios que han atra- vesaclo el mundo real. Mis precisamente sobre las esigencias nuevas de otorgar la pro- duccién en serie a una demanda diferenciada: véase M. Aglieuay A, Bronder (1984) * Esas exigencias nuevas de variabilidad de los protuctos podian satisfacerse en parte con Las organlzaciones lel iralsajo en islote de montaje, nacidas dela crisis del taylorismeo a principios de la década de los setenta, Sin embargo, como lo mostrarctos, ai bien a PROLOGO (Qiné lejos est el tiempo en que Ford, desde lo alto de su soberbia, (ip trandquilamente anunciar; '‘Los clientes tendran un auto del color quieran, jsicmpre y cuando lo quicran negro!..."? fin renimen, no todo lo concerniente al avance de la diferencia- ‘fifn ex sencillo, Y no todo es imputable sélo al comportamiento de Jos consumidores. Se trata, en la misma medida, de estrategias de ofer- ‘ta Hace ya mucho tiempo, el gran economista estadunidense “Ohamberlin® construia una teorfa entera sabre las formas de compe- ‘tencin & partir de la idea de productos diferenciados no directa e in- Mediatumente sustituibles unos por-los otros. De ello deducia tam- bidh extrategias de empresas basadas en la diferenciacién y la biisqueda parte de las empresas de ingresos monopolfsticos de (sobre)- MAncia, aunque éstos sdlo debfan ser —en la mayorfa de los casos— | fiititjeros o cfimeros. r Ya se trate del mercado interior o del mercado mundial, se ha ye- rificado una mutacién central: con el surgimiento de nuevos compor- lamientos de consumo, marcados con-el sello de la diferenciacién, se, “abren paso nuevas narmas de competencia. Estas se refieren tanto a “da naturaleza y Ja ‘‘calidad"? de los productos como a los costos. Las consecuencias de semejante tipo de situacién, sobre las estruc- turas de produccién, son considerables: La consolidacién de esas nuc- vas normas de competencia, que vienen a afiadirse a Jos limites socia- Jes ulcanzados por el taylorismo y él fardismo, consuma definitivamente Ja muerte de los sistemas rigidos de grandes voltimenes de productos estandarizadas. De ello resulta la necesidad de Ifneas flexibles de pro- duceién. Flexibles, es decir capaces de fabricar sin una mayor reorga- “nizacién productos diferentes, a partir de una misma organizacién ba- ‘nica de los equipos y con una reducida demora de ajuste. A una demanda que se ha vuelto inestable, a veces yolatil y siempre diferen- ekan t€cnicas son un punto de partida preciosa —y 2 menudo ée han Vuelto a utilizar hoy—no pueden por sf mismas hacer frente ala integralidad de las exigencias y presio hes nacklas de la mutacin caniempordnea en las formas de eompeteneta fel. capitulo 2). “Gh 2a. parte de esta obra donde insistiremes cn el interés y la actualidad de fos tunlisis de Chamberlin, : 7 Calidad’! debe emtenderse aqul en un doble sentido, El vemtide corrieme que hmer decir que los mismos productos, pero de marca difereniry zon.de miso menos Hiuena “ralidad'', Sin embarga, “calidad” también significa “‘taracierfsticas"* pardi- cullipes Vigadis a un producto que lo diferencian, incluso ligerariente, de otre producto mento idéntice pero que na poser las mismas caracteristi¢as. Parx una ex post- eidn mia detallacs de ese punto de vista, cf. las diferentes contribuciones contenidas UNA NUEVA COYUNTURA HISTORICA 27 oiwday hay que hacer corresponder lineas de produceién que garanti> cen a la oferta esta misma capacidad de adaptarse y diferenciarse. Por lo tanto ¥ en este contexto, se comprende que los disefiacores bus- (uen y desarrallen sistomaticamente algunas potencialidades presen- Jnelas par los nuevos medias cle trabajo, en particular las de ser progra- mabler para diferentes series de operaciones, que se traducen en caracteristicas o formas diferentes de las materias trabajadas.o de los productos fabricados, La posibilidad que ofrece la electrénica de apor- tar a las Iineas de produccidn la flexibilidad y la adaptabilidad reque- ridas por el cardcter ya esencialmente aleatorio de los mereados, las dota de un. atributo irremplazable. 4, TECNOLOGIAS: UN VERDADERO "SISTEMA TRGNIGO" Finalmente, hay una tercera historia que hay que recordar para re- montarnos a los orfgenes y terminar de esbozar fos contornos de la coyuntura nueva en la que hemos entrado, Es Ja coyuntura conjunta de la microcomputadora y, la informatica, Fue contada muchas veces: Con talento y conviccién® o dela peor manera. Pero, a distancia, para quicn la ha examinado un poco, con al privilegio del ticmpo transcurrido y la pereepcidn por todas partes manifiesta de sus efectos, qué dificil resulta escapar de la fascinacion. .. A fines de la década de los sesenta y a comienzos de la de los seventay un pufiado de hombres lo lograron: aprisionar en algunas gramos de silico un poder de célculo en el que dicz afios antes nadie se habria atrevido siquieca a safiar, Ademiés, este poder esta basado cn una-ca- pacidad de tratamiento légico programable y teprogramable. En 1971 nacié la microcomputadora, vetdadero corazén y centro nervioso de las maquinas modernas, ¥ répidamente, con ¢l dominio consolidado de la técnica de las microcomputadoras un poco de irreversible entra en el mundo de la técnica y, por una serie de cantagios importantes, en e] mundo a secas, En efecto, en tornoa la microcomputadora y a la computadara, en la interfase de la electrénica, de la informatica y de las telecomuni- caciones, un florecimiento de objetos técnicos inéditos, hecho de pro- © Entre las obras de divulgacién, pefo de calidad, consultaremos: Rapport sur (état de ia technique (1983), J- Mizrahi (1986), 0 de nuewo Ph Breton (1987), 20 PROLOGO vedimientos o de productos, lentamente invade el mundo material o teje en secreto las redes de lo inmaterial. Como sdlo sucede wna vez en aiglos, alrededor de lo que se ha convenido ya en Hamar “‘las tee- nologias de la informacién”’, una revolucién esta en curso, Demos un paso y designemos las cosas por su concepto. En el sen- ido tan particular y preciso que Bertrand Gille daba a esos términos cuando examinaba el destino de la maquina de vapor en el Gltimo tercio del sigio Xvtl, ya es posible sostener la tesis de que con la microcom- putadora y la coraputadara, asistimos a la consolidacién progresiva de un ‘‘sistema técnico"’. Si razonamos por anelogia con lo que fue la caracterizacién de Bertrand Gille, encontramos —tanto en superficie come en profundidad— todos los elementos constitutivos de um siste- ma técnico. En efecto, a partir de una lectura de las obras del maestro historia- dor de la técnica, podemos reconstituir la lista de los rasgos esenciales: constitutives de un sistema técnico, y verificar que las teenologias de Ja informacién se encuentran ery el origen de una mutacién compara- ble a la inaugurada por el vapar. Siguiendo a Bertrand Gille, y asumiendo el riesgo de simplificar un poco una reflexién y una conceptualizacién que se han apoyado en décadas de investigacién intensa y apasionada,? diremos que la de- finicién del concepto de “sistema téenico’’ puede obtenerse en la en- crucijada de algunas proposiciones centrales, Procedienda de lo general alo particular, diremos qué un sistema téenico se constituye cuands, a partir de un punto y de un estado da- dos del conocimiento cientifico y técnico, se desarrolla una linea act- niulatioa de habilidad que termina por dar nacimiento @ conjuntos téc~ nicos de vocacién ''genérica'’, A éstos séla se los considera tales/si cumplen por lo menos dos condiciones, En primer lugar cleben per- mitir un salto considerable de la productividad humana del trabajo; luego deben poseer un cardcter eminentemente “'transversal’"’, es decir, ® La referencia obligads en la matcria cat4 constituida por esta fantastica suma de irabajo ¢ inteligencia que constituye Ia obra maestra de B, Giille, Hlioine des techniques, Fa. Gallimard, coleccién Pléiade (1978), Esta obfa (qiit contiene numerosas colabora- Cones reunidas por B, Gille) presenta de manera sintética el estado del arte en las nu~ fers dlisciplinas que se han preocupade por producir una reflexién metodolfigica y coneepttial sobre la téenica y la historia de su desarrotla. Principalimente (ws hemos apayado en eva obta para la rellexién realizada en esie pirrafo; aunque —de manera delibermla— a yeces nox hemos tomada algunas libertades con fas caracterizaciones pro- Jwestas por ef autor UNA NUEVA COYUNTURA HISTORICA 29 aplicarse a una gran variedad de condiciones de produccién y de var lor de uso, Le a A partir de esas tecnologias, centrales 0 genéricas, asistimas ad tonves a efectos de contagio entre tecnologias centrales y teenologias “Jocales'' o periféricas, materializndose sin cesar fecundaciones re- eiprocas entre el corazén y sus periferias, lo cual da como resultado el dinamismo del sisterna, su capacidad para autedesazrollarse ‘De los rasgos que acabamos de recordar, se deduce que Bnite jas tecnologias centrales y las tecnologias locales a periféricas existe cier ta “‘eoherencia”’ (de alli la designacién del canjunto como un *‘siste- ma’! que establece vinculos entre las partes), pero una coherencia siem- pre inestable y como amenazada: los descubrimientos no st hacen a Jos mismos ritmos en los diferentes puntos del sistema, y 1a difusién de las innovaciones se realiza de manera desigualmente rapida y den- sa, Ese fenémeno, que constituy¢ de alguna manera la ley ‘'dindmi- ca’! del sistema (su ley de crecimiento y desarrollo), estambién el que permite dar cuenta de las modalidades de su rebasamiento y de sw eventual cambio hacia otro sistema técnica, Este ocurre sien un pun- to —al principio un punta ‘‘periférico'’ del sistema— se acumulan innovaciones y cescubrimientos tales que el nuevo conjunto atin lo- cal’! adquiere, por contagios sucesives, vocacién de volverse a su vez central y transversal. Asegurando un nuevo salto en los progresos de la productividad humana del trabajo. . i) PROLOGO UNA NUEVA COYUNTURA HISTORICA 31 DH) SISTRMAS TE IGOS INDUSTRIALES Det vapor (1750-1800). , Tiansportes maritimos ‘Transportes terrestres ho he vapor 1736-LE22 Ouunet 1769 te hierra 1787 kOROTICA ‘Trewithick 1792 locomotoras Ferrocarrites g 5 Maquina dé Vapor oe 3 < 1712-1769-1787 ie 3 3 gf A se e Ss ee s as om fo “, ict es aa va a 4% Hierrownaterial fandicién con 1 carbén. de coque 1735, al rbdn de coque Hula Acer 750 ST ey pinta = Combustible Hierro pudetads IN \ CONTROL NUMERICO POR CALCULADOR ylaminado: 1784 CIRCUITOS INTEGRADOS 2 ° Maquinas herramientar “by, 4 a . 2 172-1790 fg é ss aS ~~ i. ‘Textiles = 22 Construceién bai \ Kay 1734 2 a dep tig Hargreaves 1765 5 Puentes 1772 a) SA Arkwright 1767 Pilarcs 1780 Crompton 1782 _ Armazones 1786 Cartwright Te: B. Gille (1978) COMPUTADORA, CALCULOS A partir de este cuadro conceptual, conocemos la formidable ilustra- cién dada por Bertrand Gille, a propésito de Las tecnologfas dlerivadas del vapor en 6 que él mismo ha designado “sistema técnica de la reeolu: cién industrial", Encontraremas en el cuadre de la siguiente pégina cl esquyema de conjunto concebido, por él mismo, para representar ese i sistema, a F 2 3 g 3 a z = z a las técnicas de la snformacién (1975-2000) ‘CTRONICA BR PROLOGO, La tesis que quisiéramos someter aqui a discusién es que en torna ala microcomputadora y ala computadora, en este conjunto que de- signamos con el nombre de tecnologfas de la informacién, esta en pro ceso de formacién y de desarrollo el “‘corazén”' de un nuevo sistema, ‘Todas las condiciones enunciadas por Bertrand Gille, y que acaba- mos de recordar brevemente, parecen ya lo bastante reunidas como para que la tesis pueda ser sostenida. Formado en lo que hace apenas treinta afios ain no era mas que una incierta periferia, terreno bald{o para experimentos casi artesa~ nales, en la época en que la electrénica era atin la de los tubos catédi- cos, se dio un cruce de habilidades que por fecundacién rec{proca pro- curé la expansién de una linea teenolégica que revelé tener una fuerza formidable. En la encrucijada de las tecnclogias de la comunicacién, de la informatica y de la electrénica, en estrecha relacién can los pro- gresos realizactos por los disefiadores de maquinas de eéleulo-y de ma- quinas industriales para tratamiento de metales, se constituyé un ‘'co- razén’' nuevo, un corazén que no deja de extender su influencia a todas las esferas de la actividad de concepcién y de fabricacién de va- lores de usos.!° Mejor atin, ya.no se conforma con penetrar en los sec- tores industriales tal como han sido heredados del precedente sistema téenico alterando con ms o menos fuerza sus fronteras. En muchos casos, ese corazén ha originatio setores de produccidn nuevos que, punto relevante, también son aquellos que cuentan con las tasas de creci- miento mas r4pidas registradas en este fin del siglo XX,!! Las pers- pectivas de desarrollo future son tan considerables que las direcciones mismas que se sigan atin parecen ser ampliamente imprevisibles: quién puede indicar, con alguna precisién, lo que seré la fecunda- cién recfproca entre los nuevos “hibridos"’ cientificos y téenicos, que son los productos de la optoelectrénica, y los de los nuevos materiales obtenidos a partir de las ccramicas o los polimeras industriales, , ,? As{ pues, dejemosa la histariaen sus marmitas. En efecto, nuestro tema no tiene ninguna necesidad de hacerlas hervir demasiado. En el terreno que nos ocupa, el de las bases y los sopartes de Ja produc- cién industrial, el futuro ya se ha revelado ampliamente. Est4 dispuesto un nuevo ‘cuadrado magico’, Desde sus cuatro esquinas: la infor- 19 GF parte baja del cuadra, donde a partir de up esqueria establecielo en el Rap port tot Hats a teohnipue (198) yas citar, hemos indicads loa granules terrenos de apli> encidén de las teenolowtas de informacion 'GE Ios datos rcunidos y presemtados en G. Laffay y ©. Herzog (1989). UNA NUEVA CQYUNTURA HISTORICA a4 mitica, la cleetrénica, las telecomunicaciones y la robatica (of. 4 ‘lie cap, 30), se teje una red nueva fuertemente interactiva de ate productivas de inmensas potencialidades tarito en Jo que concierne @ fos progresos en productividad de los que son portadoras, como en fo concerniente a la redefinicién del contenido y ta calidad de uso de Jon productos. erva; nuevos éxitos en organizacién, Pe esta mancra el cfreulo se ci ‘ ion de herramientas y alternados © apoyados en una nueva generacion, i soportes cientfficos y téenicos, actdan © interactdan en un ania ‘en el que la clasica produccién en serie 5¢ encuentra conminada aha ver frente a la diferenciacién de los comportamientos y & la incerti- dumbre —que se ha yuelto estructural— de las mercados, .- Los ca- racteres esenciales de la nueva coyuntura histérica abiesta en este Hhimo tercio del siglo XX estén allf. Insistamos: en lo que acabamos de traté de prasentar los acontecimientos de la nueva coyuntura, En efecto, cs muy premature pronunciarst con. Tespecto alas formas estabiliza- das que puede revestir ¢! modelo de crecimiento y de desarrollo a puede establecerse sobre la base de esos elementos nuevas. Aqui hay que recordar este hecho esencial: una revoluciin séenica jams, ¥ $B ninguna parte, garantiza por af sola el vigor ¥ ja estabill tad del creci: miento o la armonia del desarrollo social Par el contrario, una revo lucién técnica opera tanto por desiruceién como por construcciOn, ‘¢ de esta manera procediié en su tiempo la “revolucion industrial” ,en- gendrando por todas partes, en medio de las formidables riquezas re- cientemente acumuladas, un inmenso caus social. Hiza falta mucho tiempo —y muchas insurrecciones obreras— para que finalmente se arantizar —y eso solamente de describir brevemente, s6lo se organizaran ingeniesias sociales para g: , a este lado del mundo— una estabilidad fragil y muy relativa, \ LAS METAMORFOSIS DE, LA DIVISION DEL TRABAJO No hay gente tonta, sdlo hay oficios comtos, ACTANNER® Al precio de algunas simplificariones, pero en benelicio de una clari- dad nueva Janzada sobre ellas, a grandes rasges podemos distinguir las diferentes series de determinantes que animan el moviriento ge- neta) de recomposiciGn y reajuste de la divisién del trabajo. ‘Trabajan primero, ex el sentido de requerir una reparticién modi- ficada de fas tareas y fas funciones, las exigencias de la busqueda con- junta de integracién y Nexibilidad, apuntadas por la nueva ¢rayecto- ria tecnolégica. El beneficio de la economia general de fos tiempos de fabricacién, de fa que esta trayectoria es soporte, jamés y cn nin- guna parte puede obtenerse por cstrictos medias tecnolégiens, Cual- quier instalacién nueva, por muy automatizada que esté, conserva un caracter ampliamente compuesto, Sigue necesitandose tanto trabajo directo como indirect, y ‘‘el taller sin hombre’’, mitologfa tenaz de Ja literatura tecnolégica, oculta, al visitante ocasional, una enorme ac- Hvidad de trabajo hoy menos directamente visible, Lo hemas dicho, el beneficio verdadero que puede obtenctse de las formas técnicas de pende ce manera crucial de esta actividad “invisible” de trabajo Eso por si solo empuja a la transformacidn del taller permanente dg experimeniacién y de innovacién en la administracién de fos re- cursos humados, Sin embargo, tatandose de las determinantes dela metamorfosis del trahajo, no toca esta dicho ain, En efecto, al igual que las innovaciones tecnoldgicas, las innova- ciones organizacionales —ya sea que s¢ recurra a ellas como comple- mento necesuria de los cambios téenivos, o que nazcan de una serie de determinaciones propias y auténomas de las clecciones téenicas— conducen a mutaciones a menudo drasticas del uso y modalidades del cansumo productive de) trabajo vivo. Finalmente, ¢8 un nuevo mo- * Chartes, mast ou vif (proverbio suiza), {179} 180 MODERNIZAGION( delo general de trabajo el que esta presente y en gestacién. Un me lo que se encuentra en una encrucijada de exigencias miiltiples. » Para comenzar a delimitar sus contornos, nos proponemos carnos a él distinguiendo tres series de efectos que se mezclan redibujar Ja configuracién tanto de conjlinto come de detalle de fh grupos én el trabajo. Examinaremos entonces, de manera sucesiv, © Un gfecto de desplazamiento, localizable si para comenzar nos limb tamos s6lo al trabajo concreto requerido (seccién 1). 7 + En seguida, un efecto de reelasiicacidn que se reliere a la mane como las diferentes categorias socioprofesionales entran en proce: de valorizacién 4, por el contrario, de descalificacién de las habilich des de que son poseedoras (seccidn 11), * Un efecto de organizacién, cuyo resultado es hacer surgir “figuras ampliamente renovadas e inéditas del arden productive —postayl rant en gestacién (seccidn Tir), * Finalmente, parece que él nuevo modelo de trabajo que result de esas modificaciones, puede ponerse en practica sequin modalidades: muy diferentes que hemos decidido aqui presentar en forma de dag) madelos opuestos (seccién IV), 1 UN EFEOTO DE DESPLAZAMIENTO: EL TRABAJO GONGRETO REDISTRIBUIDO Por trabajo concreto entendemos la naturalees particular de las capa cidades, de Jas aptitudes, de los conocimientos y de las halides efectivamente consumidos en Ja actividad concreta de trabajo, ya sea que se hayan adquirido en procesos institucionales de formeeiniy es: colar 0 profesionales, 0 que resulten de aprendizajes “en el lugar de trabajo'’, en situacién real de manejo de las fabricaciones, De esta manera, la idea de trabajo concreto a Ja que nos referimos. corresponde ante al concepto. que Marx ha proporcionada! cata desde el punto de vista de su contenido, a todo lo que la saciolo, fa del trabajo define clasicamente como ‘‘tareas’’ de produccién nae pendientemente de la manera en que éstas estén reagrupadas mene asignadas a lo que finalmente constituird ‘‘perfiles de puesto'’, | Cf. los largos planteamientos de la 4a. seccién de Et capital, METAMORFOSIS DE(LA DIVISION DEL TRABAJO 181 Si nos Jimitamos s6lo alas tareas del taller, y dejando de lado la vhorme presién hacia la reduecion de los efectivos (a cantidad:cons- timte de productos) en la cual no nos detendremos aqui,? cuatro gran= (des mutaciones deben retener la atencién: Se trata de las que con- ciernen: * La disipacién relative del trabajo directa. * La extensién del trabajo indirecto, © E] acercamiento e interpenctracién reciproca del trabajo directo y del trabajo indirecto; y, finalmente, la tendencia mas nutvay pro- inisorias * El ascenso de las tareas de administracién en el:taller.? 1. Disipacién relativa del trabajo directo Si entendemos por trabajo directo al constituido por e] manejo ma-~ awal de herramientas qué tienen por objeto Ja modificacién de la ma- teria en su proceso de iransformacién, no hay duda de que el efecto de la entrada de las nuevas teenologtas es disminuir considerablemente su cantidad y su importancia estratégica. En el origen de esta disipa: cién del trabajo directo; est este hecho simple —en parte tecnoldgi- camente determinado! mientras mas simple y repetitiva es la tarea, wits soluctones tecnoldgicas pueden encantrarse ¥ apilicarse de manera rentable. El trabajo de obrero especializada, todas las veces que consista en ta- reas fragmentadas y repetitivas, ¢s centralmente objeto de las nuevas sustituciones capital/trabajo. Sin embargo, més alld, y tratandose de trabajos mds complejos, en general confiados a obreros calificados (Pi, P2, hasta P3..., en jas clasificaciones francesas), la serie de los-medios de trabajo auto- 2 La cuestién Jamada ‘de los efectos dela automatizacién sebre el emplea'’, ver- adoro Mfo de tas tiempos moderns, no serd tratada, La cantidad de variables que de- bon tomarae en conslderacidin exigirfa planteamientas demasiado largos para poderios incluir aqui, Sin embargo, en trabajos anteriores me esforeé por introducir en cs de ‘bate alguns elaves y principiaa te otden elementales. El lectar que lo desee podrd refe- rinse sobre este punto a Lat robotigue (SOWA), ast como a nuestro article (1987) Pata seceién, ast coma Ja scceidn it de este capitulo, se apoyan. amupliamente eft tina primera visién del tratamiento de estas evestiones plasmada en un arteule rédaciado conjuntamente eon Ph, Zarifian, cf) Coriat-Zarifian (1986), Sin embargo, aul proce da realizar algunas modificaciones'y reacomodos de Ia expoticién initial, dela que evidentemente debe considerarseme Gnico responsable 182 MODERNE ACION(ES) matizados, que constituyen las diferentes varlédades de maquinas he: tramientas de controls numérices (MHGN) o de centros-de fabriea- cién, forma otra [fnea y via de disipacion del trabajo directo, aunque la sustitucién siga siendo aqui mas dificil y esté circunseriia‘a condi- ciones relativamente bien determinadas, En el caso de las MHON, por ejemplo, la sustitucién capital/trabajo se hard en las mejores condi- ciones de rentabilidad en caso de produccidn de pequefias series de piezas complejas.* Si bien es objeto de un movimiento -amplio, poderaso y diversificas do de disolucién, e) abajo directa no desaparece. En adelante se en= enentra; * Ya sea mancenido en careas de manejo de mercancfas y ce ali- mentacién, incluso de operacién cuando éstas no son o no han podide ser trivializadas y rutinizadas.* * Ya sea nuevamente centralizado y concentrado en tareas de con- trol, vigilancia, supervision de las lineas aulomatizadas, conduciendo aqui las decisiones de organizacién a soluciones contrastantes en cuanto al contenido de las tareas que pucden no incluir pequefios diagnés- ticos y reparaciones, cambios de érganos y de herramientas. . Aqui, aunque los puestos y las tareas estén individualizados, en general se requieren funcionamigntes “cooperatives” entre micrbros de un mis+ mo equipo encargacy de la supervisién de‘una linea: 2. Bxtension del trabajo tndirecto Ya se trate de las tareas de programacién —de las mAquinas indly duales o de las relaciones entre ellas en lineas integradas—, de las 1a- reas de diagnéstico ode ajuste, o aun de las tareas de mantenimiento propiamente dichas, el trabajo indirecto crece mucho, Pueden men: cionarse dos series de fenémenos para explicar este ascenso del traba- Jo indirecto, que por comodidad atribulremos a los dos grandes ras- + Gf, sobre este punto los planteamientos del capitulo 1 de esta obra, 2 Ene heche por sf sola explica el cardcter siempre “compueeto’” de fas instalacio~ nes aunque estén aliamente automatizadas: el trabajo vive perdura siempre, y toda wna actividad do microrregulacién sigue manifestandote y desempena un papel de ajuste permanente, abarcando tareas que van del posiclanamiente de las piezas que ae fabri: tan, @ la limpieza o e] desengrasaa de laa miquinas y sus slispositives, com miras 4 hacer posible el paso continuo de! flujo de la produccién. METAMORFOSIS OF LA DIVISKGN DEL TRABAJO gos esenciales que presentan lag nutvas tecnologiaa; la inteyraci la flexibilidad, * Con la realizacién de -los complejos integradas de maquinas, lit productividad —como hemos dicho— ya no descansa rentralmente en los ritmos de trabajo vivo, sino on Ja tasa de intervencién de las hervamienias y el rendimiento general de jas instalaciones, Se can> vierte entonces en un parametro clave de-ese rendimiento la capaci- dad de hacer frente a los imprevistos, de controfarlos y reducitfos y, mejor atin, cada que sea posible, anticiparlos." Las tareas de control y de inspecci6n en curso de preducciém, para descubrir las causas de accidentes 6 de disfuncionamientos potencia- les o ¢fectivos, revelan ser una funcién clave. El aumento de la com- plejidad de Ja tecnologia, el uso combinado de Ja informatica de ad ministracién de la procuccién y de la automatizacién de las fabricaciones, multiplican los riesyos y Jos costos qué deberd soportar la empresa en caso de interrupcién de las |ineas. Todo ello explica el ascenso, en términos relatives, de las ¢alificaciones y de los perso- nales tlestinados a ¢sas tareas indirectas. * La tlexibitidad cecnolégica, por sa parte, empuja en la misma di- receién: sobrecargar las tareas de (rabajo indirecto, aumentar su peso relative, incrementar fa complejidad de su contenido. En la mayorfa de Jos casos, dado que la entrega de productos diferenciados —pro- piedad esencial esperada de las lineas flexibles— no puede obtenerse si no es por programacién, nuevo equilibria y ajuste de las lineas, sc requiere toda una actividad de trabajo vivo para hacer posible el ob- jetivo desde ahora permanente: produciren fujos continuos, pero por lotes. Indiquemos todavia que, de manera conceptual —regresaremos a ello—, esta disipacién del trabajo directo y esta extension del trabajo incirecta, atin pueden interpretarse como un movimiento general que empuja a ‘la abstraccién del trabajo'’, ‘‘Abstraccién’’ cn el sentido de que, mas que de manejo concreto de herramientas basado en mo- dos operatorios catalogados y definibles, se trata ahora de una capaci+ dad de lectura, de imterpretacién y de decisién a partir de datos for- malizados entregados por aparatos. Esta “‘abstraccidn uel wabajo" i gran sociélogo estadunidense L.A, Davies (1971) puso de relieve desde hace mucha tietpe esas nuevas dispontbilicdades requeridas por ¢! tratiaja en hastalaciones integradas, 184 MODERNIZACION(ES) puede o no consistir en un aumento de la camplejidad de la actividad real, Inclusa ‘‘abstracto’’ —en el sentido que acabamos de indicar—, el trabajo puede ser rutinizado y trivializada: a indicadores dados, a menudo se pueden hacer corresponcer respuestas trivializadas. Sin embargo, en numerosos casos, la trivializacién del trabajo no puede abtenerse, y el aumento de la complejidad es un resultada necesaria de la abstraceién, cuando ¢l manejo implica poner en relacién dife- rentes indicadores y efectuar permanentes ¢valuaciones de su signifi- cado como condicién previa de la decision. 3, Aproximaciin ¢ interfénetracién del trabajo directo y del trabajo indireeto La biisqueda de la minimizacién de los costos de trabajo —queem- puja. la constitucién de equipos limitados—, asi coma el cardcter in- trinsecamente mas “‘cooperativa’’ requerido por ef seguimiento y la administracion de las Ifneas integradas/flexibles, se traduce en el he~ cho de que, practicamente, las fronteras entre trabajo directo y traba- jo indirecto, enel caso de una parte importante de'las (areas, son vac fas, inciertas, poco determinadas y por constitucién misma ampliamente evolutivas, Las decisiones de organizacién del trabajo, de reclutamiento, de estructuracién del personal por calificacion y | neas jér4rquicas, evidentemente desempefan aqui un papel clave en la distribuci6n que se hard entre tareas de intervencidn directa y ta~ reas indirectas. Podemos decidir concentrar el trabajo directo en per= files de puestos poco calificados o, por el contrario, asignarlo a perfi- les de puestos “‘califieados"” de los que cada uno comprenderé tanto trabajo directo como trabajo indirecto. tanto trabajo trivializado co- mo trabajo ‘“complejo’’, De la exploracidn al diagndstico y al mante- nimiento mayor, las tareas se distribuyen segtin un posible continuaem enel cual, desde luego, existen nudos —algunas tareas de manteni- miento exigen, por ejemplo; fuertes o muy fuertes conocimicntos en. electrénica o en informatica— pero ¢s un hecho que las nuevas insta~ jaciones se abren ''objetivamente’' a estructuraciones de perfiles de puestos y de calificaciones claramente diferentes de lo que sc practi- caba tradicionalmente en el pasado. La busqueda de actividades ‘‘en- riquecidas”’ on cada uno de los nuevos perfiles de puestos, esforzin- dose por sacar partido de la disponibilidad general de Ia fuerza de trabajo en adelante requerida por todas partes, encuentra aquialgu- METAMOREOSIS DE LA DIVISION DEI. 185 RABAJO fas condiciones nuevas de funcionamienta de las instalaciones aula: matizadas, para empujar hacia esta interpenetracién reciproca del tra- bajo directo.y del trabajo indirecto, 4. Ascenso dé lar tarear de administracion en el taller La dltima novedad que quisiéramos presentar aqui, de importancia decisiva, concierne a la insercién cada vex mAs manifiesta de tareas® deadministracién en el seno mismo de las actividades de fabticacién, Esta entrada o, para decirlo mejor, este ascenso relativo, se realiza ‘bajo dos dimensiones conjuntas que separamos aqui per mativos de exposic¢ién: la administracién de la produccién propiamente dicha y la administracién ' * La administracién de la produccién descansa tradicionalmente? en actividades tales como la planeacién de las fabricaciones, la puesta en marcha de las instalaciones, el planning (registro de vencimientos y timing de los programas de fabricacién canectados con los otros ta- lleres al inicio y al final), ol establecimiento de los precios dé fabrica. Sidejamas de lado esta tiltima funcién, que se retiere a Jo que por nuestra parte designaremos como ‘‘administracién econdmica’’, las dems actividades enumeradas deben retener la atenclén. A fin de evi- tar cualquier error de perspectiva, precisemos que esas funciones o actividades no son privativas de} taller automatizado: san generales y requeridlas en today partes. Sin embargo, en las fabricas convencio- nales esas tareas se dividen’ por lo general en empleos de ‘‘estudios'? confiados a los servicios ‘‘métodas’!, empleos de ‘‘administracién+ organizacién" confiados a los responsables de departamento ya los jefes de taller y empleos ‘de administracién’” a los que se conffan las tareas de reunir las informaciones, hacerlas legibles y coherentes en- tre sf con miras-a su reutilizacion (én la produccién o el establecimiento de Jus costos y precias de fabrica.. .), Con tespecto a lo que nos ocu- pa, nos parece que el punto importante es el siguiente: con el paso a las nuevas tecnologias, las tareas de administracién-organizaciGn sc modifican y hacen mas complejas, En parte se fusionan'y se vuelven indisociables: Por esta raz6n, finalmente, s¢ amplian ¢ invaden las 7 Ch Nomenclatine des emploty (1975) 'y' Philippe Zarifiait (1985) en, Dossier Parma Visn/Empled del ERED. 186 MGDERNIZACION(ES) Jareas que les son conexas, Por ello tienden a ocupar un lugar clave en el taller. Hay varias razones para esto. Al parecer todo procede del hecho de que los medios informaticos procuran una parte cada vez mas ir portante de las tareag eldisicas de ‘/organizacién"’, la cual es resultado de una extensién de las tareas de programacién. De esta manera, la planeacién, el planning, la puesta en marcha de las fabricaciones, son €t) gran parte absorbidas por e) taller, se administran mas de cerca, a menudo en las propias Ifneas de fabricacién, Desde luego esto de> pende mucho del nivel de integracidn de las instalaciones, Si ¢l nivel de integracién es-alto, lo cual es nuestra hipdtesis en esta investiga~ cién de Jas tendencias presentes, algunas de las tareas confiadas, tan> twa los servicios métadas"’ como a Jos servicios de ‘'administracién’’, descienden al taller donde ahora es posible tratarlas con mayor eft» eacia, © Ese movinticnte s¢ impone sobre taeda porque Jos costos-de ma- teriaes y aquellos Impuiables'a Jos tiempos maquina se yuelven —en detrimenio relative de Jos costos de trabajo— determinantes clave del establecimiento de los precios de fabriea, mientras las tecnologias se-vuclven mds complejas y crece la inversién on capital fijo. De esta manera, nos parece, conviene comprender el descenso de [a eontabis lidad analitica al nivel del taller, el éxito cle fos sisternas ee incenti- vos y de recompensas centrados en el ahorro de materiales, ¢l cendi- miento de fas instalaciones, ta reduccién de las desperdicios y cl incremento de la calidad, Ese movimiento cs muy poderoso, ya que es on e! taller donde se decide Ja optimizacién tn el uso conjunto de das instalaciones, que constituye uno de los motivos centrales dela di- fusion de Jas nuevas tecnologias, Aunque, también alli, las decisiones de organizacién o las resisten- cias de-los grupos de irabajo a la aceptacién de los imperativos de ad- ministracién y de contabilidad, impiden evoluciones simples y unila- terales, nos parece que el ascenso ee fas (areas de administracién ex una caracteristica central del taller automatizado, una caracteristl- ca —volveremos a ello— de grant importancia, Repitémaslo; lag tendencias que acabamos de describir desde lue-— go no tienen més que un valor ‘general’, Ademag habria que indir car, ep cada contexto nacional particular, cémo afectan a las diferen- tes categorias de mano de obra, tal como la historia de! sistema educativo, las componencias y las relaciones de fuerza tas han estruc- turado, Ese proceso de trastorna general de los ‘‘puestos’’ asignados METAMORFOSIS, A DIVISION DEL TRABA[O 18? a las diferentes categorias movilizadas en la praduccién, es deserito y presentado en ta seccién que sigue, en Jo referente al caso francés,® I, UN EFEGTO DE REQUASIFICACION Efecto ligada al que afectaal trabajo conereto: ef cantenida de tos em- pleos a su vez se encuentra trastornado. En esta ocasién, s¢ pone eb acento deliberadamente en las cacegortas ‘'sacioprofesionales'’, tal cow mo se han constituide en el transcurse de Jargos aiios de lucha y de acuerdas, El efeeto de reclasifieacién’ del que’se trata aqui es brutal en mu- chos aspectos. Para limitarnos tan sélo'a los empleos de fabricacién —que aqui son prioritariamente examinados— diremos que el dispa- sitivo general y en su totalidad es el que se encuentra bajo una pre- slén extrema y, en numerosos puntos, se traduce en efectos de raptu- ra. Ademas, como generalmente sucede, este efecto na se ejerce de manera uniforme! en fa medida en que se adapta y aumenta el des- plazamiento generat ce tos trabajos requeridos, e) impacto sera fuer temente diferenciada segin las cateporias retenidas, reproduciendo con ello, en resumen, las metamorfosis que experimenta e} contenido del trabajp. Desde un punto de vista préctica, es posible ‘‘clasificar™’ las dife- rentes categorfas afectadas en tres grandes grupos, segin ef conteni- do de'las tareas y de las funciones aseguradas’ se encuentre atacado * Indiqgiemes tue, Gon toda, nos hemos cansagrado a presentarte biijo una forena “hipotégica’ susceptibte de permitic wea transposichén fras)) directa del marco de und Jisis a ctras:hisiorias’y, cantexios:nacionales o socialea, © El concept de “efern de reclasificacién'’ a la cual nos relerimos, elesde fuego procede directamente de los trabajos iniciados sobre eage (ema por P. Bourdiew, y ce contribucionés principales ham sido publivadas por la revista Acter de ta Recherohe. obstanie, coins Jo sefialatemos, agu('el eoncepto se utiliza en la encrucijada de con sideraciones que conciemen a la entrega de los titulos,y de elememos de anAlisis que Tienen que yer con lag mutaciines que sufte of trabajo eancreto requerida (en el sentido Indicado on tx seceain anterior) después de Ja introtucciéa de los nuevos automalis- Inox. "El efecta de reclasificacién” puede definirse come aquel que opera por la entre= ja de los titulos en las condiciones en que ¢stos ratifiean o precipitan evolaciones ‘‘rea- tes" concernichtes & la’ evolutisn conjunta de ta divisider de? trabajo y de Jos modos dominantes de st organkeeciin. y 188 MODERNIZACIONG 0 valorizacio, Distinguiremos ast entre lag categorias semin se encue, tren en um proceso de-exchuisién, de inestabitizacién o de valorizaciét de sus habilidades iniciales, 1. Las categordas objeto 0 bajo amenaza; dé un proceta de exclusion En grados diversos y semin modalidades ue también varian —yendo de Jaexpulsién pura y simple de la empresa, al confinamienta on tits seas subalternas—, es posible designar tres categorfas de mano de obra come victimas privilegiadas de las mutaciones en curso; Se trata los obreros especiatizados (y de manera mas general, de tas categoriay de-escaso nivel de escnlaridad inicial), de los jévenes procedentes de. Ja ensefianza técnica corta, y de los obreros dé oficio, 1, Los obreros especializados y las categorfay de eseaso nivel de escolaridad inicial Esas categorfas son victimas de la exclusion més fuerte —que pode mos también designar como “exelusin radical’’; despojo simple y sen: cillo del empleo, expulsién al desempleo, La. que sucede es que “Ta forma social actual de automatizacion’ ') para relomar wna expresién de M. Freyssenet (1984), los pone prioritariamente fuera de jeega, Pues sus tareas, Cuando son repetitivas y fragmentadas, son fas que se robotizan con mayor facilidad y frecuencia. Aunque no son-viethe mas dé unaexclusidn radical, “tecnalégicamente’’ determinada, su-_ fren una doble desventaja relativa, que compromete ef principio ne mo de su mantenimiento en Jos cinpleos existentes, ; En efecto, la precariedad de su formacidn inicial no Jos hace aptos divectamente para deslizarse hacia, fareas, incluso simples, de manejo de los automatismos, donde el trabajo requiere cierto nivel de manejo” de datos —elementos formalizados (curvas, &bacos, graficas, ..), Aqui S€ necesita formacién, se ha dicha a menuda, sin que ésta tenga sly la posibilidad de ser propuesta: en las condiciones de desemplea ma- sivo consolidado que conocemas, es mucho mas simple Sy tentador para Jas emipresas—*‘saltarse’! ese nivel, para dirigirse directamente hacia categorfas de mano de obra ya al menos parcialmente prepara- das para el manejo de las nuevas herramientas Yves Laslargue (1988) insiste mucho —Y me parece gue con razin— en ta que designa camo los ‘ ‘excluidos de Ja abstraceiin’! del METAMORFOSIS DE LA DIVISION DEL TRABAJO 189 irohajo: ¥ si bien las formaciones —a condiciém de que sean seria- mente pensadas y adaptadas— pueden fimitar notablemente los es- trages, Ja realidad es que ese paso a fa abstraccion es tin proceso leno de peligros para numerosas categorias de baja formacién inicial. Pro- ceso peligroso, sobre todo porque ¢st# am pliamente cubierto por otro fenémeno. En efecte, en las condiciones de desempleo masivo consaticdade en Jas cuales se desarrofla eb proceso de automatizacion actual, de hecho se pone a competir a los obrens especializados en los puesto’ y em> pleas potenciales, con categorias de niveles de formacién y aptinad sis- temdticamente superiores a Jos suyos. De esta manera, apoydndose en los deslizamientos y los desplazamientos en el contenido del traba- jo que requicre el taller Automatizado, el proceso de “seleccian’’ de ta mana de obra, que hace posible la situacién def mercado de traba- jo, s¢ traduce en exclusiones pronunciadas de amplias clases de obre- ros especializados:y categorfas similares, de escass Jormacién inicial, 2. Los jovenes de la enseRanza técnica corte Ese proceso de exclusién afecta también y Rega hasta los tiiulados de la ensefansa técnica corta (nivel V tipo GAP (Certificacta de Apti- tud Profesional, t.) o BRP (Certificado de Ensefianza Profesional, 7.) en la organizacién de fa Educacién Nacional), para no hablar de aque- Hos a los que Ja misma ensehanza téenica corta echa al mercado sin ningtin titulo, Aqui la exclusidn se reficre no al mantenimiento ene! empleo, sina mas tlana y drarmaticamente al acceso mismo al empleo. industrial. Un indicador entre otros, pero significative, lo da el hecho de que la tasa de desempleo nueve meses despudy de la expedicion del diploma, en ef case de esas categorias, aleanza un 60% de laclast- ficacién por edad.@ Numerosos factores convergen para explicar este fenémeno, me- nos visible que el que alecta a los obreros especializados, pero con mas consecuencias para el futuro, en la medida en que concierne a los "“}6- venes"’ y pone de relieve Jas inmensas carencias de al menos ua par- 1 Después de tnuches aos, ¢) CrRga (Centro de Estudios y de Investigaciones to bre las Calificaciones, incorporada al Ministerip de Educecién Nacional) entrega pre+ ciosas:estadtaticas eolire ef devenir de diversas cobortes de estudiantes; etegidas en ni: yeles de formacién y de tftulos muy-deriguales, Bis general, ley resultados esenciales estin publicados en fa revista Formation wt empled. 140 MODERNIZACION( te del aparato escolar: la. que concierne a todas las instituciones: expiden CAP o BED. La degradaci6n de lay formaciones dadas, la actualizaci6n de los programas, el equipamiento insuficiente de Jo establecimientos son aqui el motive dela discusién, asi como ~y otra aspecto de jas cosas— fag decisiones que a menudo se-han tomae do de polarizar y.concentrar a los ''medios’’ en niveles de formacidi superiores (de'tipo DUT/BTS) a aquellos de los que se trata aqui. Ast, la ‘tdualizacién!? constituida en ebmercado de trabajo y def empleo viene de lejos: sus origenes se remontan muy al inicio en el sistema de formacién misma, Y si bien ese dispositive general parceié ‘fans eional'' durante un tiempo, hoy sale a plena luz su costo social y hue mano, Durante mucho tiempo aun, Francia deberd asumir cl costo def ‘‘modelo de trabajo” sobre el cual construyé su relativa prosperi- dad pasaca: llamado sistémico a Ja inmigracion, ala gente de} carapo, alas mujeres, alos jévenes sin calificacién para empleos subpagados _ y organizaciones de trabajo que excluyen practicamente cualquier apren- dizaje verdadero,!! No obstante, precisemos que Ja automatizacién ex menos el origen que el motivo de esta nucva ruptura, que recuerda cd* ine los yicios de ana estructura social anteriormente constituida (de fuer= te mayoria de obreros poco formados) se reproducen transformandose y agrayando sus efectos para una parte del sector asalarindo. Las perspectivas son muy. dificiles, sobre todo porque ef pracesa de compétencia, ya indicado, afecta aun ¢entralmente a esas catego- rias, Los primeros reclutamientos se hacen ahora, a menude, en eh nivel de bachillerato.o bachillerate + 2(DUT/RTS}, a reserva de subs clasificar en términos salariales a los recién contratados, También allt la situacién del mercade laboral permite esos carmbios de Categoria. 3. Los obreros de oficio La presencia de este grupo entre los excluidos (cwyos integrantes se encuentran en las industrias de proceso continuo) es més inesperada. En efecta, si bien los obreros ce oficio. por fo general estén dotados "Mt Maurice, F, Sulllec y PF. Sylvestre (1986), enef estudio comparative ene Francia y Alemania, quo se-ba hecho clisica, han insistido miicho en esta solidaridad intine y profunda enéte extruccura de fos aparatos de formacién, por un lado, y- “mo delos de trabajo", par el otra, “'Bfecto societal!’, dicen. pura marcar La atmplitud y ta importancia def fenémeno| Lo cierto es que nuciro "efecto societal! es muy triste. Y hoy son tna legisin sus victimas involuntarias y METAMORFOSIS DE.LA DIVISION DEL TRABAJO 11 de un escaso nivel de formacién inicial (a menudo eto Pasay por cjem> plo, en el caso dela siderurgia, Ja. papeleria, fos astilleras: |), ee prirte dela industria francesa hablan adquirido, alavez, una call i cidn profesional gracias a practieas de transferencias de conocimien tos instauradas en cl seno de los grupos de trabajo y én ramas.que Jes permitfan progresar hacia empleos mas calificados en el wranscur- so de su carrera, Sefialemos a este Tespecto que aqui, como en ones partes, fos conocimientas y competencias estrictarmemté cela - son indisdciables dé calidades ‘‘sociales’’, es decir, cle la capacicas de un grupo dado de definir y establecet su posicion en las ene sociales, ¥, en general, tos obreros de oficto hablan sabido sacay pr “ Ahilmente de unos y otros. r we ae hoy la ali acién’y ta posicién de. esas obreros an igualmente ef tela de juicio. Nees sélo Ja forma, sina también ene do de-automatizacién ¢] que seencuentra aqui en entredicho, Ademéas de los efectos meednicos y brutales de fas reduceiones a empleo que a veces los golpea duramente, esos obreros pense resu tar alectados de manera mas fuerte ydramética aun; por ta deseom- posicién de los grupos (obreros/dominio) y fa ruptura de las ramas iradicionales sin constituctin de modos de aprendizaje alternativos, En efecto, el acceso a Jos empleos de fabricacién a partir de sistemas automatizados, cadaver esta mas resetvado a abreras que tengan un nivel] profesional '‘transversal’” (mecénica, elenitnisenle : ‘) o que hayan tenido empleos de mantenimienta, ajuste jocontrd i a ngs que desestabilizan a los grupos y @ los comportamientos tradirionales ‘oficio’ , ee social, a menudo emparejada aqui con una ese por ta edad precipita ta entrada a situaciones de descalificacion dra- IF dim principio; lp automasizacién supene una uillizacin y wma transformacion ie un despojo) the.caos olareras y sus pericias, en genefal larga y ailments eis dos. A inenudo, # diferencia de Jos obreros experializados, las puntos de den [i calificacién permanecen, #inejwe 4© desplacen (por cjemple, de Ix conducelin ts imaquinaa fa supervisidn de vin slstenta para et aminada .) Sn embargo, esos minados hasta aquf, pueden pretender “beneficiarse”’ con la eed que golpea a las calegorias menos dotadas que ellos, pues disponen de una experiencia técnica y un grado de organizacién que los prote- gen relativamente. Sin embargo, el paso ala automatizaci6n, asico- mo €] acercamiento entre el trabajo directo ¥ el indirecto panen tela de juicio esa experiencia, Los conacimientas que poseen se ae vierten en objeto —no sin conflicto— de un proceso de aproy ratio por parte de las direcciones de empresa, que se esfuerzan Be ste matizar y racionalizar su uso en Ia organizacion de la produceién Fe te fenémeno, perceptible en la fabricacién, es particularmente decd en el caso de los conocimientos en mantenimicnte industrial; Por w Ta Seapenicuentiathonidnniobern teitrtanchliatenies eral bre las tecnologias especificas de 1a nueva auromatizacién (electront- ca, informatica, regulacién., ,), pero por el otro no pueden preten- der ¢scapar a una situacién de dependencia —a menudo inhabitual y mueva para ellos— frente a técnicas de produccién, cuyo papel y METAMORFOSIS' DE LA DIVISION DE TRABAJO 193 jutoridad van ereciendo en las instalaciones nuevas: Situacién que pro- duce inseguridad, sabre todo porque las nuevos modes de organiza- cién ampliamente orientados hacia la polivalencia o la plurifun- cjonalidad— impugnan la autonomfa de que gozaban en los servicios en los que estaban concent pados (mantenimiento, herramientas, prue bas, Control. ..). Los obreros profesionales, categoria relativamente muy organiza- da, a menudo enfrentan el dificil paso que representa para ellos la en trada en la era de la electronica recurri¢ndo al sindicato, para conver~ tirlo'a su punto de vista y asus intereses especificos. 2. Supervision ‘A sucveg; los supervisores estén expuestos, y Por una doble razény En primer jugar deben hater frente a un cambio de las practicas or- ganizacionales que en um futuro deberan redueir la cantidad de los niveles jerdrquicos y que modifica ya, mediante la apelacién a la res- ponsabilizacién del conjunto de los asalartados, las formas de ta auto- ridad. En segundo lugar, debe enfrentarse a'la definicién de un muee vo perfil que, tanto en el plano de los conocirilentos técnicos en cuanto tales como en el plano dé los métodos de mando, sé aléja de las com- petencias que han adquiride, ‘A decir verdad, aqué hay que distinguir entre das series de situa- clones claramente diferentes segdin nos las Vedmnos con ina supervis téenica’’, 0 con uita de eardeter mas bien sién ya tradicionalmente ‘‘disciplinario’. En el primer caso; tra eno esencial en las industtias dé procesos continuos, de la microelectrénica a menudo es s6locuna cuestion de grados, EL paso del manejo a partir de'los tableros, al que’ se efcetiia a partir de las computadoras de procesos y de las terminales que se “‘hojean’* para extraer las informactones pertinentes, 10 presenta ningun obs- {aculo infranqueable para téenicos experimentados: 4 La eransicién puede efectuarse sin perjuicios mayores, La yerdadera novedad que surge de las mutaciones actuales en [as hetramientas técnicas tiene que ver, sobre todo, con él hecho de que progresivamente se constl- el de la supervision técnica, que sevencuens la entrada 13 Encontraremog en ¢! articuleConar-De Persac (/984) un ensayo sistemiatico de presentacién de las novedades introducidas por la entrada de la microstecteénica en el trabajo de los operauores.de las industrias de process continu 9 194 MODERNIZACION(ES) tuyen dos grupes en el seno dea supervision: el procedente del ma- nejo’ directo de las instalaciones y cuya promocién al cuerpo de los. técnicos, que se ha vuelto mas aleatoria, significa también —en tér- minos de carrera— el franqueamiento de un limite extrema, y aquel que:se constituye per reclutamiento entre los javenes-diplomados, y para-quienes. el acceso a ese nivel jerdrquico significa, por el contra~ nia, la entrada a una carrera que se prolongara hasta los diferentes niveles de técnicos. d Sospechamos que la coexistencia de esos dos grupos tan opuestos en los perfiles y los (rayectos, tanto reales como potenciales, no dejara de plantear algunos problemas en la sdministracién ordinaria de las instalaciones Sin embargo, las dificuliades verdaderas slo las encontramos si nos volvemos hacia la otra gran categoria de supervisores, aquella a li que durante tanto tiempo se confiaron areas lamadas ‘disc plinarias’’, De nivel téenica en general bajo —se esperaban: otras “calidades!'... Estos supervisores se encuentran a menudo completamente deses- tabilizados, Resulta patética ver camo esos hombres reclutados por su capacidad para hacer girar las cadenas rudamente, se embrollan en las formaciones tipo dindmica de grupo” y tipo “‘relaciones hu- manas"” Y més de uno entre los de abajo —obreros multiusos y mul+ tipuiestos— sonrfe ante la confusién evidente que se despliega cuando no es més que una funcién de asistencia téenica la que —cada vez mds— justifica la presencia de los supervisores en el taller... Finalmente, Ja supervisién “‘tradicional’’ enfrenta un factor muy dificil: debe demostrar su capacidad para legitimar su presencia rede- finiendo sus habilidades clasicas, y ello cn una situacién en que por afadidura debe hacer frente a los promovidos: los operadores y los técnicos que de manera rejativamente par puestos de supervisién inmediata, Stematica comienzan a oct 3, Las categoriac "'valorizadas”? En la escena productiva se encuentran proyectados no grupos entera- Mente nuevos, sino grupos cuyas Caracteristicas ¢ importancia se vuel- ven centrales, METAMOREQSIS DE LA DIVISION DEL TRABAJO 195 1. Los obréros-operadores de manejo de sistemas automatizados Aqui-esiden la mira, precisamente; la'categoria de los obreros que realizan funciones de supervision-optimizacién en sistemas piloteados por informética industrial, Ese grupo, que primero aparecié ¢n las industelas de process, comienza a dormarse en otras inclustrias, allf donde la automatizacién aleanza un grado de integracién elevado.!* Desde Juego; en una serie de industrias y empresas, ese grupe no existe co- ino tal, ya sea porque la informatizacién atin noha aleanaado un ni- vel de compléjidad suficiente, ya porque las decisiones de organiza- cién del trabajo distribuyen las com petencias equivalentes entre obreres menos calificados y téenicos: (Sobre los diferentes ‘*modelos’” que se forman y se constitvyen, of. infra secciones ity IV.) Sin embargo, diebemos subrayar lo que aqui parece esencial: la formacidn cle rasgos sociales y, profesionales caracterfsticos de una funcién obrera altamente calificada, est4 destinada a difundirse con clestadio mas avanzado de automatizacién, Esos rasgos actian sobre-un conjunto de competen- cias acdquiridas © potenciales que son. sistemmaticamente cultivadas © desarrolladas entre los nuevos reclutados de nivel bachillerato:o ba- chillerato + 2, segdn las politicas de empresa o la complejidad de las tecnologias que van a emplearse. Conocimiento abstracto de: los procesos de fabricacién, capacidad de tatar datos formalizados, ideas de administracién, sentido dela anticipacién, capacidad de dialogar con ck personal de mantenimien~ to especializado o la alta jerarquia; esas cualidades se concentran en una figura social nueva de la cécada de los noventa: ‘el joven con potencial’” para quien las tecnologias nuevas sigmifican aperturas hasta entonces inéditas, en términos de promocién y de carrera. Precisemos también que esos rasgas profesionales suponen una *fia~ billdad social’ elevada, tomando en cuenta su papel en la conduc- cidn estrarégica ce la produccién, ala vez que el costo de los equipos cuya responsabilidad asumen. Ello no resuelve la cuestién del posi- cionamiento social que ese tipo de obrero puede verse conducide a 1438p) La pabotigue (1904), con respecte a las cartas Namadas CCIA-SMOIN (Gonduc+ totes Confirmnadas de Instataciones Aucommatizadas y Supervisores Confirmados de Ine ialacionca Automatizadas) fnstauradas pcr la Compaiila Renault a prineipios dela dé- ala de log ochenta, yo habfa examinado cl contenido detallado de lax tarcas y de las funciones asignadas 8 esos nuevos tipos de operaciorés, que putden cousiders#se come lun arquetipo de las categorfas ‘*valorizadas" extudiadas en este pérrafo 196 MODERNIZACION; efectuar, pero al menos delimita la naturaleza de las contradiccions gue debe enfrentar, puesto que en él se condensa —de la manera mat caracteristica— la actividad de administracién ‘‘tecnoecondmica’’ la produceién que, como hemos dicho, constituye la novedad més ear gada de consecuencias concernientes a la evolucién del (rabajo con: creto. 2. Los téenicos de produccién Si bien es bueno recordar que el surgimiento de la categoria téenis no ¢3 Hi nuevo ni esta especificamente vinculado con la automatiza- eién, dos fendmenos deben retener hoy la atencidn, en la medida en que, combinando sus efectos, dan lugar a la consolidacién de un fe némeno nuevo. Se trata en primer lugar del hecho de la aparicién de-una genera- cién nueva de técnicos superiores, establecida a partir de diplomas: nuevos? DUT y BTS. El surgimiento ¥ el progresive reconocimiento social —tanto-en los convenios colectivas como en las practicas de las) empresas— de ese diplama nuevo y de las ‘posiciones’’ a las que da’ acceso, es tipico de los procesos de reclasificacién analizados en este capitulo, En cl-caso de los empleos de fabricacidn, se confirma progresiva- mente que ese diploma nuevo de Téenica Superior, constituye el_pivore. en torno al cual se desarrolla-el proceso general de descalificaciéne reclasificacién al que asistimos, Desvaloriza brutalmente las titulos de nivel inferior (Certificado de Aptitud Profesional/Certilicado de En= sefianza Profesional, y a menudo hasta el bachillerato) y reorganize la jerarquia social en torno a él. Fenémeno conexo, y que contribuye a imprimir a la reclasifieaci6n general su fuerza: se consolida claramente un acercamiénto entre ta- reas “técnicas” y tareas de fabricacién, en favor del movimiento que hemos descrito de compenetracién del trabajo directo y del trabajo indirecto. Un resultado clave que emerge de ese fendrmeno complejo es que hoy descansa sobre esta categoria "téenica’? aueva la esencia del do- minio social y econdémico de las tecnologias de la automatizacion y de la informatizaci6n. De esta manera, asistimos a una renovacién sustancial de la poblacidn de técnicos y de las tareas que les tocan, para todo lo concerniente, por ejemplo, a las actividades de ‘méto- dos'', de supervision organizacional o de intervencién técnica espe- METAMORFOSIS DE LA DIVISION DEL TRABAJO izada. Todas son tareas que los ponen directamente en co roe con los obreros de producciones y que vienen'a sancionar el nacimiento de una nueva ¢lasificacién; la de Técnico de Taller.’> Enel futuro, un mevirnlenta mas importante dé salida de titulados dle nivel bachillerato no podria sino reforzar esta tendencia provocan: do que se recutra menos a téenicos superiores para esos empleos. Por ahora resulta que la cooperacién entre técnicos de produecién y obreras-operadozes se ha convertido en la verdadera espina dorsal de la nueva organizacién de la produccién —tanto del funcionarien- to de las instalaciones, como de los resultados que se pueden obtener de ellas, Mas alld, la mutacién es de mayor alcance atin, puesto que cone} cambio de la composicién técnica de la clase obrera sobreviene también un cambio fundamental de su composicién social, ¥ sin du- da, esta hipétesis servird para esclarecer muchas de las dificultades del sindicalismo tradicional IL. UN EFECTO DE ORGANIZAGION? FIGURAS OBRERAS DEL POSTAYLORISMO Por importantes que sean las teansformaciones que acabamos de pre- sentar, no todo se ha dicho atin —lejos de ello— sobre las presiones que sufre el trabajo. Y sin duda, atin queda por describirse la.méa significative de las metamorfosis que continuamente sufre la division del trabajo. En efecto, a los dos grandes efectos ya indicados —de desplazamiento y descalificaciéi— se afiade uni tercero: sin duda el que mas consecuen= cias tiene, Este efecto, que hemos decidido designar como un “efecto de organizacién’’, cs el que resulta de las decisiones y de las politicas de-empresaen cata doble materia crucial que constituyen el reagrupar miento y la asignacidn de fas tareas cn perfiles de puestos, por una par- te, y modos de coordinacién de tareas entre puestas, por la otra. 19 Sefalemos que la renegosiacidn general de las matrices de clasificacién en 1a ine: talurgia, conseguida en 1975 ras largos ¥ difleites conflictos, cia a luz das innovaciones de grap aleance con Ja creaciéa de dos elesificationes enteramente nuevas: 1a de PI (pro: fesional ler. escalén} y lade Téenico-de ‘Taller, Fn Bi taller y al erondmetre (Siglo XX, 1982 y, 1991) comsagré largos plantearmlentos a interpretar el significado de la formar cidn de la categorla nueva de Pi. Como lo vemos a unos dice afios de intervalo, cs 196 MODERNIZACION(ES) Esta doble actividad, en Ja que consisten las decisiones de organi+ zacién del trabajo, hasta aquies una absoluta prerrogativa: patranal y empresarial, © Sin embargo, esta actividad no se ejerce en un ter rrena de pura libertad y auconomia. Las posiciones adquiridas por las diferentes categorias de mano de obra concernidas, las relaciones: de fuerza que son capaces de reproducir o establecer, constituyen otras. taritas presiones para los organizadores y los expertos de los servicios de ‘'métodos'") Ademés, tanto las posibilidades como [os limites de Jos dispositives automatizados, que en general sélo eliminan habili~ dades al precio de requerir nuevas, hacen necesaria fa realizaciém de una serie de tareas clasicas, que no han sido automatizadas, o por et eonirano de tareas nuevas, en adelante requeridas por los funciona mientos automatizados. Y la libertad —grande como yeremos— de Jos agentes de métodos, se cjerce en limites que para algunos son muy estrictos. Asf pues, partiendo del trabajo conéreto y segtin las decisiones to- madas en los modos de organizacién del trabajo, vemos surgir perfi- jes de puesto de contenido ampliamente renovado 4 inédito, que cons- tituyen otras tantus figuras obreras nuevas que ahora os propanemos varacterizar, siguiendo paso a paso cada una de las metarnorfosis que sufre cl trabajo concreto, En el fondo, considerando las cosas desde an plano propiamente tedrico, todo descansa sobre un doble movimiento general, que bre- vemente podemos resumir diciendo que hay ascenso conexo de Ja abs- traceién y del aumento de complejidad del trabajo.!? “Abstraceién'’, Jo hemos dicho, en ef sentido en que ¢t trabajo se voelve més ‘indi- recto", consistiendo mas en una capacidad de interpretacién de datos mis o menos formalizados, propuestos por los dispositives de control de los automatismos, y aumento de la complejidad en la medida en quecrece la parte de actividad propiamente cerebral y mental, tradu- ciéndose, por ejemplo, en un esfuerze casi permanente de representa- Ja categorta de Técnico de Taller la que retiene prioritariamente la atencién, Sefial cor: plementaria de las cambios ocurridos en la cemposicién de la clase abrera ‘© Gl. infra capltulo 6, seccidn 1, donde fa historia del eatablerimirnto dé esta ptex rrogativa se describe en el cas eseaclumidense, Fn Joe acverdos fordianos candnicos, ef hecho de esta prerrogaiiva es uno de Ins elementos alave que sicven de base al juego de contrapasticlat implicitas cntre las miembros de la negociacién colectiva, " Lad naciones de abstraccién y aumento ce [4 complejidad def trabajo a des que nos referimos aqui, fueron expuestas y lefinicas primere en et articula Conia)-De Ter sac (1964) ya citado. METAMORFOSIS DE LA DIVISION DEL TRABAJO foe cién de los circuitos y las conexiones entre maquinas, con fines de ajusce oe de diagndatico, Abstraccién y aumento de la complejidad pueden ser —y €n fa priie- tica Jo son efectivamente— tratados de manera muy diversa. La oal- Splividad de las wradiciones y de las culturas de empresa, fa naturale- za desu posicionamiento en los mereados o fos productos conducen, practicamente, a una gran variedad de soluctones, Asi, en laencraci- jada de las presionés técnicas y de calidad, y de fas decisiones de orga- nizacién, se perfilan y se consolidan, finalmente, un, conjunie de fi- guras nuevas de los operadores de manejo de los talleres autormatiza- dos, Siguiendo esta clave doble de lectura y de interpretacién que consti- tuyen los fendmenos de abstraccién y aumento dé ta carplejidad, pre- sentamos una tipologia de las figuras obreras nuevas que surgen de la-cra postayloriana,‘® Taylortzactén con ayuda de computadora: la adstraccién gla complejidad rulinizadas En un primer modo de tratamiento organizaciana) de la complejidad, todo ¢l esfuerzo se dirige hacia ta cutinizacién de Jas tareas y los com> portamicntos, Lo cual se puede abtener, incluso cuando se trata de tecnologias integradas y de incertidurmbre, por una seric de decisio~ nes y de dispositivos organizactonales que Jes estén asociados. Surge entontes una primera ‘“‘trfada’’ de figuras nuevas del taller automati- zado, Del marginado al abrere trivializado, pasando por el obrero transformado en simple ‘‘detector’' humano, es una eadena bastante triste y que le da la cazén a los analistas mas pesimistas de la evolu- cién del trabajo obrere. (En puntes esenciales, fa tipolagts que vamos @ preseniar en esta seccidia ext4 muy endenda can un trabajo extracrdinario —y pioneto en lo concerniente a la preocupa: jin por cvilenciar figuras obreras nuevas en la era de 1a etectrénica— efeciyado por NN. Grandgerard y N, Bousquet (1987), Si bien mi deuda intelectual sobre este punco es considerable con los mutotes, deseo precisar también que, de mahéra deliberada, Ja tipologia propuesta aqui est construida en parte & partir de otros crisevios. Asimiemo: bbe extendidio y desarrallade ta "serie" de las Bguras descritas, que cw loy autotes silo se reduce af tefptice ''sérectar-fabticante-teendlogo"’, 200 MODERNIZACION(ES), 1. E) obrero marginade Gon respecto a Jas tareas direttas no suprimidas, € incluso si ya no ticnen —lo cual no es necesariamente ¢] caso— un caracter de estrie- ta repetitividad, sigue senda posible asignarles, a titulo exclusive, a obreros sin preparacion particular, a no ser él aprendizaje efectuade durante el trabajo, en condiciones exactamente comparables a fo que siempre ha sido el escaso ‘‘aprendizaje'' dado ‘‘en'el lugar de traba- jo" a los peones oa los obreros éspecialigados de baja calificacién, Destinado a tareas que se han vuelto marginales, el obrero mismo es marginado, en el sentida de que se lo mantiens apartado y excluido del manejo de fas nuevas herramientas surgidas del cambio thenivo. Con el tratamiento de las tareas indirectas comienzan las verdade- rag dificuliades, En efecto, si bien en principio son portadoras de cam- bios verdaderos, también se las puede administrar en conceptas clasi- cos, estrictamente taylorianos de organizacion del trabajo. En ese caso, surgen otras dos figuras de Ja planta automatizada, 2. El obrero-deteetor El tratamiento de la absiraccién y de la complejidad, mediante proce- dimientos de trivializacién y de rutinizacién —incluyendo los traba- jos indirectos que examinamos aqui—, consiste entences en hacer que los operadores asuman tareas de estricta vigilancia que en el fondo los reducen a simples '‘detectores" humanos, BE) estudio cifado de N,. Grand-Gérard y N. Bosquet pone de manifieste, de manera extraor- dinaria, ese tipo de decisian organizacional y de situacién de trabajo. Sefalan: .todds los esfixerzos (desplegados por lat direecignew de empresa) se han dicigidas.. @ la elaboracién de herramientas de recopilacién de informa cién lo bastante simples para ser utilizadas por personal de escasa formacion (p. 187) E) andlisis y el tratamiento previo de la cadena de informaciones en el corazén de los dispositivos integrados de produccién, aunque se asignen objetivos de calidad, se hace segin estrictos principios taylorianos, per- mitienda su distribucién Iragmentada y fraccionada en el seno de un modelo general de divisién del trabajo que sigue estando muy rigurosa- mente jerarquizado. Como fo -sefialan de aueva los das autores citadys: METAMORFOSIS DE LA DIVISION DEL TRABAJQ 204 Los operadores detectores son Jas “teslabones de una eadena alimentaria’’ que alimenta las oficings de estudia y lox métodas, con datos mas nume- rosos y més fiables que antes de la instauracién de los dispositivos calidad (ide). El contexto particular al que se refieren [os dos autores es ef de fa ins- tauracién —en el estudio de caso al cual procedieron— de ‘'circulos de calidad’? en niveles muy extendidos y profundos de la poblacién laboral. De esta manera, los circulos de calidad han sido el instrumento de una especie de avasallamiento suplementario al instaurar wn cone trol social mucho més estrecho, a la vez sobire el trabajo y sobre los mil y un acontecimientos en que consiste ¢] desarrollo del flujo de la. produccién, jMediante los circulos de calidad, el obrero resulta ser ala yer de- tectado y detector!... Para nuestro tema, retendremos que esta ge~ ftecalizacién de la figura del obrere detector permite Ja repraduceién practicamente idéntica de las jerarquias taylorianas, haciendo posible el seguimiento ‘estrecho’ requerido por el funcionamienco de fas tee- nologtas informatizadas y las nuevas exigencias de calidad de los pro- ductos, El obrero trivializado Una variante —apenas mas elaborada— del obrero detector esta cons- tituida por lo que podrfamos (lamar ef obrero ‘trivializado’’, Tras un aprendizaje basado en los memts informdticos, se confia pues al operador —prolongacién natural del ‘detector’ — la realizacién de una serie de manipulaciones simples, debidamente catalogadas y cla- sificadas, que corresponden a situaciones de produccién cuyo adveni- micnto es ampliamente previsible (em cuanta ala naturaleza, o en cuan- to a sus condiciones de aparicién). El obrero trivializado termina y completa los. ‘de regulacin informaticos que, por mativos di- versos, no han sido instaladas. Es por excelencia un drgano viva, uti- lizado como '‘suplemento maqufnico’®,!? iclos |? Durante una investigaciin en Brasil, en una fébbrica de temento del grupo Lat facge instalada en el coraaén de Minas Gerais, ef una regién pobre en mano de obra calificada, pude observar una forma de organizaciGn del (rabajo idéntica casi en todos Jos puntos a la descritt aqui. Ef trabajo de los obreros encargados de ta conduccidn de! proceso consistf= cn esencia en Vigilar indicadores bien precisos (limparas de colores diversos, curves de temperatura, ..),-y avisar a ta jerarqula cuande algunas sefiales se 202 MODERNIZAGION(ES) En todos los ¢asos en los que se toman semejantes decisiones de or- ganlzacién o de perfiles de puestos, e¥ evidente que la abstraccién y Ja complejidad asi parcialmente domesticadas, no son sin embargo en- teramente reducidas o cuntroladas, sdlo son “aligeradas’’ en las tareas rutinizadas de las que pueden separarse y deducirse, Enronces se lleva “hacia arriba’? —en el seno de una estructura ‘que, como hemos dir cho, sigue estando fuertemente jerarquizada— las tareas indirectas que necesariamente pérduran, Se fas canffa a especialistas que hiveles requeridos de conocimiento formal y la experiencia ‘suficiente de Jas instalaciones, Dichos especialistas efectian las manipulaciones mas complejas 0, en casode imprevistos, las reparaciones y {ns ajustes. Ajustadores, supervisores y técnicos, ce ser necesarios formados y entrenados para disciplinas y habilidades incrementadas, conservan el contrel de la produccién directa, los servicios métodos conservando «] dominio final de Ja programacién de las [fneas y de la eoncepeién gencral de las instalaciones, ¢Hasta dénde, y hasta cudndo, se puede prolongar un tipo tal de modelo que se esfuerza por insertar las presiones nuevas en el seno de las concepeiones més clasicamente taylorianas de la organlzaciGn? Sabre todo hay que evitar aqui puntas de vista dernasiado optimistas Hay muchas probabilidades de que ese modelo, que tiene fervientes partidarios y defensores, sea capaz de atrayesar como tal, o casi, lar gas peripecias.., Después de todo, ese modelo posee su manera pro- pia de hacer frente a la exigencia que se ha vuelto ineludible de obte- ner cierta jmplicacién de los asalariados: multiplicando —o informatizando— los controles operados sobre el trabajo vivo. En el capitulo tl de esta obra, hablamos hecho resa{tar una forma nuewa de Organizacidn que hablamos decidide designar como “linea tayloriana informatizada’’, De los planteamientos que preceden, nos imaginaremas que Jos disetiadores modernos de organizaci6n pueden conferit cierto nivel de generalidad # los ensamblajes particulares de los que esté constituida. Y naclie que esté enterado de las realidades y de Jas prdcticas industriales en este campo, puede afirmar que los raminos abiertos por este tipo de uso conjunto de la informatica de control y de la rutinizacién de fas tareas no han sido explorados dete- nidamente, Se afirmarfa as} —~al menos como una de las vias de evo~ manifestaban. Meros ‘detectorea'" humanas, De manera mas rara, cn presencia de algunas tefiales, procedian por sf mismos.a ciertas ntanipulaciones simples: y helos alli promoviiot a-ta categorfa de obreros **trivislizadlas'”. METAMORPOSIS DE LA DIVISION DEL TRABATG 203 lucién nuevas, si noes que como posible modela general de trabajo— lo que podriamos designar, exagerando apenas, como un modelo de “vaylorisma con ayuda de computadota"’, para retomar aqui una ex- presién utilizada por Marc Bartoli. Asi como no hay determinism tecnolégico, no hay determinismo organizacienal, y el hecho del surgimiento de nuevos conceptos”’ no garantiza por sf solo-su afirmacidn y su penctactén masiva en los ta- leres. Sin embargo, las vias nuevas abiertas por las escuelas verdadera- mente innovadoras de administracién de produccién son portadoras de promesas tales que no permiten dudar que también seran sistema- ticamente exploradas. 2. F¢ caunbia hacia ta calificuctén y ta competencia fa abstraccién y ta complelidad asumidas Lo cierto es que-es posible otra madelo totalmente distinto. Se apoya ct las exigencias nuevas de la integracién y movilize los resortes de las jnnovaciones organizacionales recientes. Se apoya decididamente en la nueva importancia otorgada a los recursos humanos en¢l mane- jo de las instalaciones, como forma privilegiada de obtencién de pro- ductividad y calidad, Se pertilan y surgen, entonces, “figuras” obreras totalmente inéditas en el mundo de la fabricacién, De esta manera vemos despuntar y consalidarse un modelo general de trabajo por completo dis- tinto. En contraste con el descrito en el parrafo anterior, fo designaremos come el madelo de la competencia, plenamente asumide 7 alimentado por la valorizacién sistematica de las habilidades y las calificaciones: De entrada, nace con una figura reorganizada del trabajo concreto recientemente redistribuido 1. El obrero fabricante Lo privative def obrero fabricante es que se constituye en la coyuntu- rade las tareas ‘‘directas"’ ¢ “indirectas’’, Aqui ninguna sepasacién estricta y ningam confinamiento est determinado por Ia divisién del ® Para una tentativa de calcular a difusién de los ‘‘nucyes conceptos'', cf, Kern y Shuman (1984), Sin embargo, fa obra esta fuertemente impregnada de una yisidn muy optimista de las evoluciones previsibles 204 MODERNIZAGION(ES) trabajo y las decisiones tomadas en materia de organizacién, Por ef contrario, la asignacin de las tareas se electia por “paquetes'', por subconjuntos, donde lo noble y lo menos noble coexisten. Practica mente, ese modo de asignacién de tareas comprende dos series de im- plicaciones, En primer higar, requiere luv realizacidn sistematica de cierto nivel de polivalencia de los operadores, Estos deben ser capaces de dispa- ner de pericias variadas en la ejecucién de diferentes conjuntos de ta- reas, en secciones de ingtalaciones que pueden comprender Varios ti- pos de méquinas 0 cispositivos. Deben disponer de cierto repertorio de respuestas —incluso de capacidades de anticipacién— a situacio- nes de produccién, en parte aleatorias ¢ imprevisibles. Aqui se con- servan sistemAticamente formas de pofivalencia '‘hovizontal’’,” aun para tareas de fabricacién consideradas altamenté califivadas: se esta- blecen aprendizajes de manera sistematica, a fin de permitir al obre- ro fabricante acceder a ellas. Por lo demas, y es la otra consecuencia que un tipo asf de organi- zacidn debe asumir, la supervisién debe ceder responsabilidad ene] manejo ordinario de las instalaciones —deleyacién que por su parte deben aceptar los operadores concernidos, De esta manera, se abre un juego y un terreno sutiles de contrapartidas reciprocas, pues se mejante modelo de organizacién supane obtenida Ja implicacibn ple» na y verdadera de los asalariados en el manejo de las fabricaciones y la basqueda de la calidad, Ya sea que las contrapartidas necesarias para la realizacién de esta implicacién sean formal y cofectivamente negociadas, o que queden implicitas, resulta que el surgimiento del obrero fabricante ¢§ coextensiyo de la afirmacién de un espacio del “contrato”’ en Ja fabricacién.? 2 La poliyalencia ¢s amada aqui "horizontal", pues concierne a (areas dé mia~ mo nivel de abstraccién, pero relativas a varios tipos de méquinas o tle sccciones de instalaciones. 1.2 apondremos 21a polivaleneia "vestical’’, que supone mezrjar tarcay de complejidad muy desigual (ef. infra; en la caracteriaacion que haremos del "obrero tecnéloga'"), ® De esta manera, podeiamos dluinguir sobre todo entre formulas ‘de implica» cidn incitada’* y (Srmulas “de implicacién negociada’’, La implicacién ‘“incitada"’ pa- rece caracterfstica de fa manera japoresa: hay pocos cammpeomisos explicitos y contrar~ tualizedos en Ja practica japenesa de {ap relaciones industrials; en cambio, se busca, Ja incitacién (y en gencral se obtiene) por medios numerosos y poderosos que van de la importancia de Jas primag anuates al compromise —impliciio— de empled de por vida y de pramocicn profesional ¥ salarial para log obreras que acupan pueston elave METAMORFOSIS DE LA DIVISION DEL TRABAJO 205 En todos los casos, ¢l tripticay polivalencia-autonomia- responsabiliciad hace surgir en cl taller de produccién de grandes vo- lamenes una figura relalivamente nueva, cuya existericia hasta hace paco estaba limitada tart sélo alos talleres de procesos continuos.3 2, El abrero teendlogo Si mos consagramos menos a la absiraceién que a la complejidad, a pesar del cardcter ampliamente indisociable de los dos fenémenos, atin podemos dar otro paso. Podemos entonces definir al obrero ceenidla- go. Decimos: ef obrero tecndtaga, y nae} téenico. E) téenieo, que en general opera desde Ja oficina, desde luego no es una figura nueva de Ja fabrica, y tampoco se trata aqui de él. De lo que se trata es del movimiento de “‘descenso”” de las tareas técnicas en ef talter (que mencionamos en ta secclép Wy de este mis- mo capitulo) y su asociacién con las tareas de produccién, en perfiles de puestos que presentan Ia caracterfstica de mezclar y unir to que el taylorismo habia separado cuidadosamente durante tanto tiempo, Ya se trate de la programaciéa de Ins maquinas, de} diagnésticn, del mantenimiento, 0 de la bisqueda permanente de las diferentes opti- mizaciones que pueden obtenerse, en adelante pueden incorporarse éficazmente a la fabricacién numerosas tareas confiadas a cuerpos de téenicos —tradicionalmente ‘separados’’ En ver de presentarse bajouna forma '‘horizontal’” como en el ca- so anterior, aqui la polivalenciaes ‘vertical’. De esta manera, ai bien el fabricante!’ absorbe tareas jerdrquicamente mas altas y mas com- plejas, entra en un perfil de evolucién durante e} cua) finalmente po- dra transformarse en ““teendlogo’ on tas grandes erupretas. A lis inversa\ ta prictica alemana de las yelaciones industriales parece proporcionar buenas ilustraciones de la busqueda de impliearién \‘negociada'', Alf, como Jo veremos (cf, capitulo 6} la excelencia recamacida del toabaje alemir se basa en dispusleiones contractualés expliifas gue garantizan contrapartidas sustanciales de 1a implicacién: obrera 77 Ye esta mancra, lis clasificaciones nuevas Cop-cMela ya chiadss (ef nota l4 de a paging 155) san representativas de las nuevas tendencias que matcan ef adyenitmi¢n- to del obrero fabricante’’ en el sentido que acabamos de indicar. Punta relevance, edas nuevas clulficacionss en las industiias de produceién on serie estén muy cerca (y quizis hasta inspiraclas) dle las cateyorias introducidas ante en 1a industria cementera en forma de las cartas OFo-GMPC (Obreros y Supervisores de Puustes Bentralizados), 206 MGODERNIZAGIGN(RS} Aqui, mas que nunca; son de-rigar delegacién de responsabilida: des y autonomfa. Y el modelo supone esta vez contrapartidas explici- tas, de las cuales Ja existencia de una rama promoctonal de reglas claras yp eiables —lo que llamamos también un “mercado interna’ es en general la primera condicién previa. Si creemos las investigaciones realizadas en los medios empresa- riales por personalidades que han salido de allli (por ejemplo Riboud [1988] 0 Hervé y Scriex [1986], ese modo de administracin de la com- plejidad: responsabilizado y centrado en Ja movilizacién de los asala- rindos, es el que—por donde quiera que se practica— revela ser para fa empresa ef mas seguro garante contra {a incertidumbre esencial que earacteriza hoy a los mercactos. La ‘empresa de tercer tipo’’, si es que existe, aparece asf como una empresa que debe descansar ante todo en una organizacién de) trabajo... jde tercer tipo) 3, Bl obrero administrador Del obrero teendlogo al obrera propia y verdaderamente administra- dor, nose trata sino de una cuestién de grados; aunque se necesiten rupturas mas o menos mareadas, Si nos referimos a lo que hemos dicho del desplazamiento que su- fre e] trabajo conereto (cf, seccién | de este capitulo), las tareas de ac- ministracién pueden distinguirse brevemente como tareas de adminis dracin tenica, por un lado, y de-adminisiracién econdmiea, por el otro, De alli admitiremos que parte de la vocacién casi natural del tecndlo- go es eprupiarse de las tareas téenicas, incluyendo las que conciernen: ala “administracién’! mas compleja de las programaciones y los flu- jos de materias.o materiales en el taller oe! departamento, Asimis- mo, podemos concebir que por deslizamientos progresivas se hayan introducido elementos de cdlculas econdmicos en las tareas que le €8- tan asignadas, De esta manera, 28 posible proceder por enriqueeimien- tos progresivos del contenido general de la actividad desplegada por el abrero teendloge, Sin embargo, la formacién verdadera de un obrero administrador supone un movimiento ain més profundo de descentralizucion y wnidn de las funciones. Y ello en Ja medida en que Ja deseentralizacion de GP capttule siguiente en el que se ponen dle relieve esos sistemas de contraparti- Waa fequeridas por Jas nuevas decisions de organizacidn, a partir del examen del con renido de algunos acurrdos colectives reckenten. METAMOR POSTS DE LA DIVISION DEL TRABAJO 207 las tareas de establecimiento'de los castas de produccién, al nivel del taller —ya se efecttien én el plano de las materias consumidas, delos tiempos de prnduceién o de factores de uso de las herramientas o tos equipos, @ ya convertidas en unidades monetarlas— supone una verdadera unién de las funciones. De esta manera, clande la admi- histracién ccondmica estd descentralizada cambia —porlo menos en parte— de manos. La naturaleza de las informaciones intereambia- das, asi como el modo de su circulacién entre servicios de fabricacién yde administracion , s¢ modifica en Jo referente a su naturaleza mis- ma, La empresa se encuentra atrapada en un proceso de horizanta- lizacién’’ que tropi¢za con las antiguas seguridades de'la division je- rarquica y funcional del trabajo. Estas, de manera mas ‘o- menos Vigarosa, deben ser repensadas y en parte abolidas, ‘Tambiétt — cede no sefalarlo?— la misma tendencia general ala, horizontalizacidn, cuya presencia hablamos indicado a propésito de las formas nuevas dere faciones entre empresas, secaracteriaa por a organizaci6n interna’ de la enipresa, puesto que también tenemos aqui el mismo principio de horizontalizaci6n: mantener un papel clave en la nueva division de} trabajo y las nuevas interfases entre furiciones y departamentos, P) obrero administrador, por utépica que por-ahora parezea el mo- mento de su Hegada irreversible, es arrastrado por tendencias de una enorme fuerza y generalidad. TV) DOS MODELOS CONTRASTANTES: Del obrero asignado a un papel de sienple * ‘detector’® bumano, al tec~ nélogo o al “administrador'’ afianzado en sus competencias y sus res- ponsabilidades, un mundo nuevo puebla ef taller. Yen la gran va- riedad de Jas nbevas figuras que se consolidan, jas decisiones de organizacidn realizan sclecciones y arbitrajes nviltiples; que hacen des cangar [a produccién sobre cimientos ¥ bases de conternos contras- tantes, A grandes rasgosy a wn primer tipo de modelo general de ira- bajo compuesto a partir de la serie marginacios/detectores/trivializados, todos sometidos a relacicnes jerarquicas estrictas y mantenidos rigu rosamente, podemos oponer un modelo en el que, por el contrario, fa competitividad de le empresa s¢ busca mediante la construccion de trladas inéditas, Fabricantes, tecndlogos y:administradores son enton- ces las nuevas figuras clave de [a empresa. 208 MODERMIZACIGN(ES) Hay que convencerse, hay varios contenidos y varios futures posi- bles en el “‘postaylorisrno’’, y cada uno de los dos grandes modelos (o cualquier variante o combimacién a las que puedan prestarse) pre- senta beneficios y costos, aunque éstos sean muy desigualmente pa- gados por los diferentes protagonistas concermidos La dificultad, y a menudo el drama, por qué no decirlo, es que la transicién que vivinios de una era.a otra se efectiia en las peores: condiciones. La crisis, la ruptura def fordismo y de sus acuerdos es- pecificos se desarratlan —atin hoy— en condiciones de relacién de fucr- za, en general desastrosas para los asalariados y sus representantes. Esto constituye una muy débil incitacién para que las empresas en- tren en procesos innovadores. ;Hs tan sencillo “endurecer’’ lo que ya se domina{ Na importa. Bajo las desjrucciones, ¢) modelo verdaderamente in- novador y las contrapartidas especificas que requiere se abren paso. Y no es exagerado afirmar que ya son, y en més de uh lugar, con todas sus letras, legibles.?? El examen del contenido cde las negactacianes colectivas reciente- mente realizadas, y en contextos nacionales diferentes, permite —mas alld de las dificultades a Jas que su gestacién da lugar, o las contradic ciones én las cualés sc manifiesta— volver a reunir las pistas. © En un capitulo (redactado conjuntamente con R) Boyer) de una obra que esi por sparerer, con ef titulo Cluatre formas de demecracia salarial'", intentamar moy- ire ctimo tos modetos swecos ¥ alemsines de rilaciones induttriales, por un lado, et aciertlo Satume en [a industria automotriy estaduniclense y algunas disposiciones dé Ia organi- zaciGn del trabajo en las grandes empresas japonesas, por el otro, presentan cata une gu manera formas “realmente existertes'' lel modelo de trabaje basadas en la inich livay la competencia, cuyos grandes rasgos herties presentado aqul. En B, Coriat (1989) se publicaron un extracte ¥ una primera vertion de esto capitulo, ie. EPILOGO LA GRAN TRANSICION Aquel que no tiene objet zarlos. you no corte el riesgo de alcan- SUN-TZE, Et arte de la guerva Como en tecténica de las placas, la deriva es lenta pero segura. Mo- yimicntos diferentes, dotadas cada uno de su temporalidad y de sus determinaciones propias, avanzan en el seno de un universo que por su parte, y por encima de todo, sigue siende uno. ¥ cada uno de esos movimientos debe tomar un lugar alli. No hay otra parte... Asi, los vastos conjuntos que constituye el complejo articulado de normas la~ borales de productividad y de produccién, por un Jada, y de normas de consumo y de competencia, por cl otro, interactiian en juegos suti- les, aunque la nueva configuracién de conjunto que forzosamente re- sulta de ello atin esté, en esencia, por nacer, De hecho, digamoslo claramente, el final del fordismo significa tam- bién fa entrada, en una nueva ''gran transicién'' de las sociedades, de nuevos resortes y de nuevos equilibriog, Y los que se formaran y se estabilizaran, hay que precisarlo, deberan poco ala casualidad. Sélo pueden resultar solidaridades necesarias € intimas de los convenios multiples que se estableceran. A partir de esas nuevas grandes configuraciones —por nacer pero ya en gestacién, y apoydndose en cl método de los hechas estilizados, a menudo utilizado para describir los regimenes de crecimiento, co- mienza a hacerse posible introducir algunos principios de orden y pra- nunciarse sobre las coherenrias actuales y futuras de lo que se ensam- bla progresivamente ante nuestros ojos, Por lo menos, podemos evidenciar clases de significaciones por grandes conjuntos. Este epiloga se propone dar cuerpy u las diferentes perspectivas ma erpeconémicas abiertas: Entre los mil y un acontecimientos que se api- fian, realizar selecciones, haciendo transparentes las coherencias pre- sentes. Del fordismo al posfordismo; 0 las citas de la nueva coyuctura, [241] 242 EPILOGO 1. Del fordismo al posfordismo: tres argumentos En el coraz6n de los tres argumentos que nos proponemos presentar opera la misma cuestién clave de la que no hemos dejado de insistir sobre el-papel estratégico que reviste en la constitucién de cualquier régimen de crecimiento; cémo se obtienen y se distribuyen las ganan- cias de productividad, Admitiendo que resulten siempre de una reu- niéw de formas reales € institucionales siempre particulares, son final- mente estas tltimas las que conferirdn al desarrollo de la acumulacién del capital su vigor y su estabilidad eventuales. Asimismo, nos propo- nemos ¢oncluir sobre esta variable, la mas esencial de todas, que cons- tituye el contenids de la relacién salarial —y sus diferentes variantes—, para que la hipétesis conserve su coherencia de conjunto, Sobre la base de diferentes variantes concernientes a la relacién salarial, y que cons- titayen el fundamento de la construccidn, se prolonga el juego del es- tablecimiento de los argumentos —como debe hacerse hoy para qual- quier ensayo de prospectiva econémica y social— hasta la consideracién del modo de insercién. de las economias nacionales en la cconomia mundial, Para facilitar las cosas, hemos decidido presentar los tres argumentos retenidos en forma de un cuadro (p. 244). Ailadiremos los siguientes comentarios, ! 1. Un argumento liberal y dual Lo especffica de este argumento es que hace de fa dualizacién de la so- ciedad wn verdadero. proyecto: con la argumentacién —y cl sofisma— cien veces repetido de que no se puede saber mejor que el mercado lo que éste necesita, se le da fuerza de ley a la fuerza a secas. La interven cidn del Estado, la promulgacién de reglas y de procedimientos no son menos importantes que en las visiones y las practicas clasicas de Ja economfa mixta keynesiana: tan sdlo estan orientados y aplicados de otra manera.? Tras precipitarse en el hecho ya patente de la im- ' Se presenté una primera versin, aqui modificada y desarrollada, de esos tres ar~ gunentas en B, Goriat (1989). *'S) de Brunhof (1986) arguimenté claramente la caracterizacién del liberalisino eca- némieo, segin la cual éste consiste en una participacién del Estado en direcciones nue vas (y no en-su “desprendimicnto’’ o retirada). LA GRAN TRANSICION 243 posibilidad de prorrogar tal cuales los conyenios fordianos del perio- do anterior, desea proceder no a su redefinicién —cuya necesidad es ya generalmente admitida— sino a la disolucién de algunas de las dis- posiciones que garantizaban los asalariados y la economfa en su con- junto, contra las Nuctuaciones demasiado violentas del mercado. Asimisma, fa empresa individual, la btisqueda de sus condiciones mas altas posibles de utilidad se conyierten en el horizonte finito de la ac- cién, el objeto central de la practica legislativa 0 reglamentaria, de la propia polftica econéimica. En las condiciones nuevas que hemos descrito ampliamente a lo larga de este libro, el viejo liberalismo da origen a configuraciones econémicas y sociales muy particulares. © La obtencitn de ganancias de producituidad y de calidad tora caminos considerados seguros donde la inyersién y ¢l riesgo parecen reduci- dos. Asf, se privilegia la innovacién tecnolégica sobre la innovacién organizacional o social, Asistimos en esencia a un simple endurec|+ miento tecnolégico (autamatizacin de simple integracién), sin modi- ficacién sustancial de la organizacién del trabajo, la cual perdura co- mo tal en los conjuntos técnicos nuevos. Se busca entonces la indispensable ‘‘implicacién’’ de los trabaja- dores requerida por las nuevas tecnologias, sin modificacién del mo- delo jerérquico tradicional. Unico cambio perceptible: en adelante se dispensa formacién ‘interna’ a dosis mds o menos fuertes, pero que- dando concentrada en esencia en técnicos operadores “‘caros!’, a quie nes se conffa toda la responsabilidad y todos los manejos complica- dos, Eistdn asistidos por operadores cuyas tareas han sido trivializadas y rutinizadas, incluso recurriendo con frecuencia a las nuevas posibi- lidades abiertas por la informatizacion y la electronizacién de los pro- cedimientos de conduccién de las fabricaciones.? Actia por excelencia ¢l modelo de organizacién del trabajo y de la produccién que habiamos caracterizado como aquel que se deriva y procede por encima de todo de los métodos y téenicas de la ‘‘taylo- rizacién asistida por computadora’’. El modelo de trabajo descansa aqui en un doble principio de “‘integracién’’, pero reducido a un nd- mero estrictamente limitado de operadores calificados, y de exclusion de amplias categorfas de mano de obra de escaso poder de negocia- 3 Bn un artieula reciente que pone de relieve varias “trayectorias de moderni cidn’’ de empresas, R. Salais proporciona varias ilusteaciones claras de ese tipo de cs- trategias de empresas, cf. Economie ot Statistiques, revista (1988), 244 EPTLOGO. LA RELACION SALARIAL POSFORDISTA: 3 ARGUMENTOS, heh sperauive ode ete ‘al cooperative 0 ce weer yal I liberal anoderado dembceacia salarial innoyaciin | Cf Argumenta: | teenolégica tiene — Ba la veraién ie beral moderada’'. se | males y nieacteral busca In irrplicacion | — Constitucién de MME! Nueva Made- [de lot asalariudos a | mercados internos Jode Trabajo se im- | través de una Gombi- | laborates y planta de manera | nacign de autoridad | de efectos ge apren: renitiyay deren: | Jerdrgoics ye base ina uininles sco cine Gieids ielorinal | — Oegambxacton, be ONTENCAON NCLUSON) Teatiticamte” | y DE LA ‘Gryanizacidn’ de ‘efecto forniador pecovorsinan | trabajo de tipo TAF dela organinacién YRRiK LomeaniGh asistidi omar ia call as 4 ea orn ae casi colecliva y de Viekaad’ oe praciin de ba, control jeréequico. ealidad. Set rerneniseclie SS Awciaki6n inter aubsontrat sine 98a" empresas, ‘sivo (hacia Ia Hollow Carperalion —) — Encl palario pero CE Argumento |. me estabili- BesTNO de taancra fuctte- a DE LAS mente | PNDIVANUAY Per — Reduccitne GaNanins we | LieaDA, Redistribucrén, del PROGWOTIVIDAD = Rupture de jor | — Fuerte nerida re+ ‘Tiempo de Trabajo, ocedimicctor de | disteibutiva de Ine | — ingrcs Miniino « (Aitavés detaie: | Tat negociaciones co- | poderes pablicon(pe- | Tniciativay locales Clgn combinada | lectvas ade rama- | liga det tngre- | para el.emplea Gefeouteniday de | Acuerdas de em: | so Mftimo Garant. | — Formacién/Gré: las. relaciones ine | press itoredueacisin dustnales y de la | — Debi) accién re Cembinado | — Gestion insite ‘ein reds iti- | dittvibutiva del Bara: mente con | cies race ode ba Se ee | do. Dewrgulsciin y | na paliea cel gem | Movikdad y de la abl competencia de lax | pode trabajo (jublas | Ficxibilidad isda covdedes regionales | ci6n anticipad), 6 locales, — Fuerza de las tens GL. Argumenta 1 Saca los benef dencias hibeeales pre- cdo verdaderos de seniee Pray las potencialidades — Debitidad actual de Ja revoluctin del sindicalisi, —Disminuye orl |. tecnoldgica.. vradicidn de pre- | Heago de -dexcom: | — .. .permitienda Frogalivas patranales || poticién social yide | una munacién mego- ch materia de orga: | Tuptura del con: | clada y sna mavili- hlzsciSn del trabajo | sens. zaciée eolectiva ha’ y_de cambios « |e en. convenios runmans nico. daramenye extable- don Marcha acelera | — El Modo clisi- | — Los puntos fuer ia hacia la Dualiza- | co" de obtenckin de. | te8 de lor argumen- tiga. de fa seciedad. | ganancins de. pro: | tos 11y 2 son las de = Fragmentacién, Aeoividad reduces | bilidides de cst desirveeién de lox | aleance. argumento. AES nae interno, | — ola acelin re | —Supone una ne aay i Tuclttive poste’ | gociacon larga ‘ae sc encuentra may I) convenion muevos. mitada LA GRAN TRANSICION 245 cién ya las que se mant dadero. En lo concerniente a sus decisiones de “internalizacién”’, y mas generalmente a sus decisiones industriales, la empresa concentra su actividad en las partes estratégicas y claves del producto (o del oficic) y toma en subcontrato el resto de sus actividades. Al final de cuentas es el terreno por execlencia de esas ‘' Hollow Corporations’, cuyo irre= sistible ascenso registraba la revista Business Week con cierta conster- nacién, © La astgnacidn y el destino de las eananctas de producttvidad siguen stendo coherentes con las decisiones de organizacitin, E] modo de establecimiento del salario se modifica sustancialmen- te; dejando amplio margen a diversas formulas de primas y de "'re- parto de utilidades’’, establecidas en funcién de los rendimientos in? dividuales o de los resultados dé la empresa. De esta manera, la variabilidad y la flexibilidad son garantizadas por téenicos que per- miten trasladar el riesgo de mereado a la propia mano de obra. ‘Los convenios calectivos son rotos o sus disposiciones esencialmente debilitadas, se cancela el principio de su extensién a las empresas de una misma rama (procedimiento llamado en Estados Unidos Collectt- ve Bargaining), Predornmiman —cuanda existen— sélo los acuerdos de empresa en detrimento de las negociaciones de rama. Puertes dife- rencias separan la situacién de los asalariados de las pequefias ernpre= sas de la de los asalariados de empresas de gran tamaiio. El efecto conjugate de esas disposiciones desemboca finalmente en que la dua- lizacién de las situaciones y de las posiciones que nace y toma cuerpo en la empresay en Jas relaciones de trabajo, se difunde a la sociedad en 3u conjunto, e al margen de cualquier aprendizaje ver- Esta dualizacién se consolida tanto mas claramente cuanto que los poderes ptiblicos sélo ejercen una escasa actividad redistributiva. Por el contrario, en numcrosos ambitos la desregulacién pone en compe- tencia a empresas o colectividades locales, lo cual a menudo significa una desregulacién de hecho, todas las veces que se traduce en una modificacién a la baja de los convenios procedentes de\ fordismo. Con frecuencia esto constituye una de los motives exp! racién de la desregulacién, © En esas condiciones, los motares de la campelilividad, tanto de lax empre- sas tndividuales como dé la economia en sw conjunto, ya no disponen mas que de dos direcciones por las cuales opiar, para sacar ventaja de la configuracién tan particular que resulta de las decisiones anteriores: tas tle la instau- 246 EPTLOGO Esas dos direcciones consisten, en pocag palabras, por un lado en una tentativa de cecuperar y reconstituir las yentajas del fordismo "perdi do”, y por el. otro, en una biisqueda nacional o internacional de !*ni- chos”’ y de ‘‘porciones de mercada"' donde hacer fructificar una in- novacion, © La busqueda del fordismo perdido, dle las ventajas que presenta- ba para la empresa individual antes-de las grandes codificaciones apor- tadas por la negociacién colectiva, se efectia por todos [os medios cla- sicos en la materia: reubicacién interna o internacional en busea de bajos salarios y de mano de obra desindicalizada y desprotegida, . , Sin duda, semejantes practicas pueden permitir asentar cierta competitividad-costo, sobre todo si van acompafiadas de formas agu- das de especializacién a partir de productos de demanda creciente. Sin embargo, en esta via hay que poder Negar yerdaderamente lejos: yencer a Corea y Taiwan, y ya detras de ellos prepararse a enfrentar a Malasia o Singapur... En la época en que la constitucién de las zonas francas ¢s objeto de una inversidn y de una politica de Estado en vastas zonas del Tercer Mundo, ya casi no hay limites inferiores a.csta forma de competitividad buscada ‘'desde abajo'’,. Ademas, hay una légica en las cosas, y una vez destruidas —o mermadas por una polftica sistematica de ataque de los costos en trabajo, y por tanto de su calidad— las bases internas de una competitividad ‘desde arriba’’, iqué otro camino se puede tomar? * La tecnologia, los nichos y las posiciones de mercado constitu- po de argumento. La concentra: yen vira allcrnativa abicrta en ese cién del esfuerzo en Investigacién-Desarrolla sobre productos deter- minadas, y la tentativa de ocupar nichos vendiendo caro productos que incorporan niveles mas o menos clevados de rentas de innova- cidn puede parecer, en efecto, una via luerativa y finalmente poco arries- gada de construccidn de la rentabilidad de las empresas. Nosotros mis- mos sefialamos durante mucho tiempo cémo algunas. prdcticas de la especializacién flexible podian servir de soporte eficaz para compor- tamicntos de adaptacién instantdnea a variaciones de mercado, o de anticipacién por btisqueda sistematica de efectos de dilerenciacién que permiten obtener rentas monopolisticas, Sin embargo, también indi- camos los limites estrictos de esas précticas. Los contraticmpos de la empresa estadunidense Xerox, que sin embargo no fuc la primera que llegé (referidos en los famosos Case Studies de la Harvard Business Re- view), recuerdan cémo esos Ccomporlamientos y estrategias siguen sien- do finalmente fragiles y yulnerables alos ataques, Apoderéndose de LA GRAN TRANSICION 247 Jas patentes estadunidenses —las mas de las veces las registradas por la propia Xerox—, las empresas japonesas calibraron productos mas sencillos, pero con {a mira puesta deliberadamente en los mercados masivos: entonces los ‘‘nichos"’ se derritieron come nieve al sol. , Sacando las lecciones de esos famosos episodios de Ja historia indus- trial reciente, Cohen y Zysman (1987) han recordado pertinentemen- te que la condicién verdadera para sacar provecho de la innoyacién reside en que sea “capturada’’ en grandes valtimenes, So pena de que a otras se les oeurra hacerlo. . iPera después de todo, el largo plazo no es la vocacién obligada de todos!,., Las empresas estadunidenses lo saben bien: ellas, que, relevadag en esto por el gobierno, y el Tesoro, han acumulado la mas inverosimil y colosal deuda que jamas se habla contratdo, Implicacién impuesta en lo concerniente-a la. obtencién de ganan- cias de productividad y de Ja calidad, practica de la individualizacién tanto para el trato a los asalariados como para lo referente a empresas de una misma rama de actividad o de las diferentes entidades locales de un mismo territario, biisqueda de competitividad “‘clesde abajo’* en fin: por triste que sea la perspectiva que perfila este escenario, to- dos admitiran que, en formas eyentualmente atenuadas, no se trata de] menos probable de los futuros. 2. Un argumento, ‘liberal moderado" y asistencial Este argumento puede presentarse en relacidn con cl anterior, del que en el fondo no ¢s mas que una variante, * En lo concerniente a las condiciones de obtencidn de panancias de pra- ductivided, dacta que los dos grandes principios de Integracién/Excly- sion y de Individualizacién se aplican respectivamente ala naturale- za de los modelos de trabajo implantados y al contrato.de trabajo, no suften modificaciones sustanciales. Sin embargo, podemos imaginar formas ‘moderadas'’ de ese ar- gumento, donde la individualizacién sdlo se efectuarta al margen (pa- pel limitado de Jas primas) y donde tos conyenios colectivos seguirfan ejerciendo ciertos efectos de homogeneizacién de las condiciones de vida y de trabajo entre asalariados de empresas de diferentes tamaiios o entre sectores de alta y baja productividad. Aqui los contratos for- dianos del period canénico estén menos disueltos que enmendados al margen, De esta manera, la desindexacién de los salarios progresa, pero los procedimiantos de prismas anuales procuran recuperaciones 248 EPILOGO. de fin de afio. Asimismo, la precarizacién de] trabajo sélo progresa esencialmente para los recién contratados y los nuevos empleos crea- dos (generalizacién en los conyenios colectivos —cuando existen— del sistema Iamado '‘twe teart’”), La obtencién de la calidad por ‘‘impti- cacién"' de los asalariados, meacla y alterna formas de ‘‘control”’ estre- cho y practicas de “‘incitacién’', en donde primas y promesas de pro- mocidn son los elementos que permiten garantizar la tensidn en el trabajo; Sin duda, también es en esas versiones de liberalismo ‘‘muy mo- derado’’ donde la formacién se utiliza de manera més sistemAtica en sus funciones de ‘sutura’’ o de '‘sustituto’’, papeles que se le reser van con mucha constancia, ya que son la condicién para que la em- presa individual, siempre en el corazdn y en el centro de todas las aten- ciones, pueda proceder con cierto margen de libertad a todos los ajusies (sobre todo de personal) suscitados por sus estrategias de entrada o de salida del mercado. © La diferencia esencial con el escenario anterior consiste en el he- cho de una intervencién resuelta del poder piiblico (o de las autorida- des regionales o locales) en una actividad redistributiva de una parte de las gananeias de productividad obtenidas en los sectores moderni+ zados, para dirigirlas hacia los “‘excluidos’’ y los marginados de la modernizacién Asf pues, el pivote de esta actividad esta constituido por una politi: ca de ‘'Ingreso Minimo Garantizado'’, concebida como contraparti- da ala aceptacidn de una modernizacién centrada en él endurecimiento tecnoldgico ¥ el fortalecimiento dé la rentabilidad de empresa. Sobre este punto sefialemos que es perfectamente posible estable- cer una Convergencia Con Tespecto a semejante argumento, entre un em- presariado modernizador y liberal, preocupado por disponer de algunos margenes de libertad en el manejo de sus asuntos, y ciertas fuerzas so: ciales consagradas a defender ta idea de un ‘‘ingreso sin trabajo", que se ha vuelto muy necesario y legitimo, ya que la sociedad quedaria du- raderamente marcada por el desempleo masivo y la dualizacién. Sobre este punto clave de la dualizacién, la diferencia esencial respecto a la atgumentacién anterior es que aqui la “segunda sociedad’’, ciedad’’, la de los perdedores de la modernizacidn, es objeio de una atencién explicita, A su manera est4 institucionalizada y construida, El objetivo es alimentarla siempre de manera suficiente (en ingresos y medidas asistenciales diversas) para no correr nunca el riesgo de una verdacera explosién social, lo que amenazaria el equilibrio del pro- LA GRAN TRANSICION a8 yecto de conjunto. Aqui aceptamoy pagar cierto precio, pera el gues so del sector moderno no debe padecer par ella. Allf se encuentra el talén de Aquiles de un proyecto de sociedad asi, Una sociedad de Ingreso Minimo ampliamente desarrollado es tentadora para el capitalismo liberal, pero es fiscalmente costosa. Por debajo de cierta masa de transferencia, el objetivo de ‘‘containmen!”” y de paz social no se ha alcanzado, Por encima de cierto umbral, esté el ‘‘socialismo rampante''. La libertad de emprender y de atesorar va acompaiiada, entonces, de una contrapartida pronto considerada insoportable por aquellos mismos en cuyo beneficio s¢ pensé todo el edificio, ® La competitividad de semejante tipo de economia se apoya también en moto- res “'mixtor’’. Es perfectamente concebible que tal sociedad, al apo- yarse en su sector moderno, sea capaz de mantener o crear polos ¢x- portadores basados cn procedimientos modernizados 0 productos de Janueva generacién, que permiten la obtencién de ciertas rentas tec- nolégicas. Sin embargo, aquf la politica s6lo puede volverse hacia fuer- tes especializaciones en la exportacién, en la brisqueda de porciones de mercado, de “‘nichos’' 0 de cualquier otro espacio provechose lo- calizado en el mercado mundial, que drene necesariamente recursos internos (humanos y financieros) con-un peso relative considerable, con el riesgo de desecar las producciones orientadas hacia la alimen: tacién local. El punto clave es que las exportaciones sean capaces de pagar las importaciones, las cuales, por la naturaleza misma de las decisiones tomadas en materia de asignacién de recursos vivos, se en- cuentran en un proceso de crevimiento répido.* ; Argument finalmente en permanente equilibrio inestable entre las exportaciones y las importaciones en cuanto 2 su equilibria externo, como acabamos de ver, pero también, lo cual es mucha mas peligro: 40, entre las dos sociedades que se hacen frente... . Por paraddjico que parezca a primera vista, el argumento de un capitalismo que sea ala vex mas liberal y mas asistencial no earece —y sobre todo del lado de los sovialdemécratas curapeos o-de algunas co- rrientes ‘verdes''— ni de partidarios ni de idedlogos. * Eltema clave que sirve de bate a esas decitiones y estrategias, es el de la desimdus- inializacién y de los riesgos de rupeura de los equilibrios externas que trae ronsigo. Para una-discusién de esas (corias y argumentos, cf, P. Petit (1988), asf como el anilisis de fos argumentos a los cuales procedimos en B, Coriat (1990), 950 RPILOGO 3. Un-argumento cooperative y de democracia salarial Por fortuna, lo peor no siempre es lo més seguro, ¥ si movilizamos % res en un mismo argumento las diferentes tendencias **po- y potencialidades que conllevan las mutaciones presentes, y may prtelleactbnek ciertamente fragmentarias. pero significativas son ya observables (ef. Boyer-Goriat por publicarse [1990]), es una pers- pectiva totalmente distinta la que se perfila esta vez. Esforsindose por combinar eficacia'y equidad, a su vez pueden enunciarse los principales rasgos de un argumento que haria de una transformacién social verdadera la condicién para el establecimiento de un nuevo modo de crecimienta y de desarrollo. A ese arguménto se Te Hama de ‘‘democracia salarial’’, pues estd construido sobre la hipétesis de que sélo un fuerte avance de Ja demoacracia en las relacio- nes econémicas, y muy especialmente en las relaciones laborales yde produccién, es capaz de permitir explotar, en grande, las potencial dades conteniclas en la revolucién teenoldgica en curso.” Como los an- teriores, este argumento esta construido sobre un conjunto de conve- nios entre clases ¢ intereses. A diferencia de ios anteriores, sin embargo, consiste menos en una forma de prolongacidn de las tendencias libe- radas por un fordismo que toca’a’su fin, que en una voluntad siste- maticamente buseada y aplicada de sacar partido de las aportunida- des abiertas por el nuevo periodo, para arraigar allf los principios y los motores de un modo de crecimiento original, A grandes rasgos’¢se argumento tiene los siguientes contornos: * La bisqueda de la productividad y de ta calidad s¢ apoya en una serie de palaneas cuya ¢fecto acumulativa puede revelat tener gran fuerza, La innovacién organizacional precede y abre sus condiciones yer- daderas de eficacia a la innovacién tecnoligica. En todos los‘casos, s¢ busca ¢l equilibrio en los diferentes aspectos y dimensiones del cambio: La negociacién es su instrumento explicito y privilegiado. Desde el punto de vista del trabajo, se busca la implicacién por la constitucién sistematica de ''mercados internos’ y de lineas promo- si 5 La designacién de ‘cooperative’ se cligié en referencia a la teorfa de los juegos yal famoso dilema del pritionero, en el eural se extablece queen la mayoria de los casos silo soluciones ‘'coaperativas"” permiten a Jas jugadores que rivalizan optimizar sus ventajas. LA GRAN TRANSICION 251 cionales establecidas‘a partir de reglas claras-y conocidas. La estabili- zacién duradera de los grupos de trabajo, resultado de inversiones ¥ por lo tanto de costos especificos, presenta la contrapartida de origi- nar —en el seno de los grupos de trabajo— ganancias de aprendizaje némicas, base de la calidad y de ta competitividad. Formas “horizon tales’ de circulacién de la informacién permiten romper la pesadez ¥ la contraproductividad del modelo jerirquico vertical’ (para uti- lizar aqui la caracterizacién establecida por Aoki, 1986). A través de una organizacién ‘‘calificante’’ se busca un *‘efecto for- mador de la organizacién del trabajo”’ (M. Maurice, 1987). Se im- plantan grupos de ‘‘calificacién colectiva y de administracién"”. Ac« tia aqui un modelo de trabajo centrado en las figuras de los obreros fabricantes, teendlogos y administradores: de los aprendizajes siste- maticamente construidos en el seno mismo de Jas formas de la divi- sién del trabajo, que permiten el ascenso a lo largo de los escalones y de las habilidaces, Este conjunto de innovaciones, tanto organiza- cionales como sociales, hace posible y favorece la explotacién siste- matica de los beneficios de la implicacién negociada con los asalariadas, Formas contractualizadas y estabilizadas de subeontratismo basa- dag en compromisos recfprocos garantizan el desarrollo de tna aso jacién verdadera entre empresas, permitiendo a las mas pequenias promover su modernizacién, y alas mas grandes gozar de la calidad y la seguridad de Jos servicios que exteriorizan, Las tendencias @ la horizantalizacién y a la contractualizacién ya practicadas “‘interna- mente’’ en la empresa, se extienden aqui para alcanzar ambitos de su actividad ‘‘externa’’, a fin de dotarla de la seguridad y de la esta- bilidad en sus bases y sus retaguardias, que las turbulencias del en- torno exigen, Ast, combinando ‘‘efectos de eficiencia X’' renovados, la empre- sa, asi como la economia considerada en su conjunto, se aseguran de la creacién de soportes de abtencién de ganancias de productividad poderosos y adaptados a las condiciones modernas de conduccién de las fabricaciones, © El reparto y ta asienactén de las ganancias de productividad experimen- tan por su lado evoluciones sustanciales. A través de las relaciones industriales, de los acuerdos colectivos, 0 de Jas direcciones dadas por el poder puiblico-a la politica social, se establecen convenios hacia destinos renovados, segiin otras prioridades. En lo concerniente al salario; ante la desaparicién de la formula fordiana canénica, una formula binomio garantiza por un lado una 252 EPILOGO indexacién sobre la inflacién anticipada y la: productividad pasada, y por el otro una posibilidad de aumentos negociados y adaptados a diferentes casos, lo cual permite ala vez garantizar regularidad y es~ tabilidad de los ingresos salariales y dejar un margen a las inevitables diferenciaciones requeridas por la diversidad de las empresas y de las ramas o la yariedad de Jas situaciones particulares y de las coyunturas. La reduccién redistribucién del tiempo de trabajo que, como lo muestran tanto los andlisis efectuados (Taddei, 1988) como los con: flictos recientes (pasoa 36:30 horas para los metaltirgicos alemanes), sigue constityendo un factor importante, se utiliza de manera ofen- siva con el doble objetivo de mejorar la calidad de la vida en ¢l traba- jo yde hacer la competencia a una politica activa de mantenimiento- creacién de empleos, Esta politicaes muy ¢ficaz; ya que toma en cuenta la totaliclad del ‘‘ciclo de vida’ de los: individuos: incluyendo tanto los periodos de trabajo como los de no trabajo. Una politica vigorosa de inversién en los recursos huinanos supe- riorés (inyestigacin, educacién inicial y formacién continua) const: tuye Ja indispensable base de apoyo que permite la consolidacién del nucyo modelo de trabajo en gestacién, al tiempo. que responde 4 una demanda social que en ese Ambito jamds ha sido tan fuerte, La instauracién de un crédito para la educacién puede éesempefiar aqui un papel pivote determinante entre asalariadas y solicitantes de empleos, La movilidad y la flexibilidad requeridas por la modifieueién de la composicin intersectorial del sistema: productivo. estan asegura- das por disposiciones institucionales (por ejemplo de tipo formacién~ readaptacién) que presentan la ventajade “‘garantizar’’ relativamen- te al asalariado en caso en que deba afrontar csas mutaciones, forzan- do alas empresas y poderes pitblicos a la instauracién de verdaderas politicas de administracién preventiva de empleos. Finalmente, tina politica de ingreso minime asociadd a una reac- tivacién de las iniciativas locales para el empleo (X. Greif, 1989), segurar las indis- permite reanimar los tejidos econdmicos locales y pensables reinserciones de los trabajadores a los que se ha mantenico al margen de las actividades productivas, haciendo retroceder las ten- dencias ala cualizacién de la sociedad, Considerado en su conjunto, quizé ahi resida el principal rasgo distintivo de ese argumento, en com+ paracién’con los demés: construir el conjunto de sus medidas:y pro- cedimientos para dejar sdlidamente acomodada a la “segunda sociedad’’ —con una herencia de casi yeinte aitos de crisis y reestruc- LA GRAN TRANSICION 253 turaciones. continuas— en! la sociedad’ “modérna'’ que. salié librada, y que en parte se ha construido contra ella, recha#ar estraté- gicarente como en la gestién cotidiana el hecho de esta separacién entre ''beneficiarios'’ y victimas de Ia modernizacién. Desde un pun- to de vista practico, eso significa que la 'segunda sociedad’ no esta administrada y sustentada en si misma y por sf misma, a costa de la sociedad moderna, sino que mil lazos ordinarios mantienen la circu- lacién y la comunicacién de las ideas y de los recursos en todas los compartimientos de la vida social, El establecimiento y la consolida- cién. progresiva de estructuras nuevas (de tipo empresas asociativas, empresas de iniciativas locales, cl. A. Lipietz, 1989) puede constituir aqui un instrumento clave de una politica ‘‘de insercién’ realizada en el nivel de la sociedad en su conjunto. La realizacion de tales objetivas, en las condiciones de hoy, supo- ne que s¢ obtenga cierta modificacién de las relaciones de fuerza tan- to en la sociedad civil como en el mundo laboral, lo cual pasa por el establecimiento de derechos nuevos que én csencia deberan versar so- bre los ambitos.de la acministracién econdmica, y de las decisiones en materia de asignacién de la inversiGn en sus diferentes tipos de uso (a manera de ejemplo —pero pueden imaginarse otras {érmulas— pue- de mencionarse la practica sueca de fondes salariales). © El modelo industrial y de compelitividad que resulta de las decisiones precedentes es forzosamente original, De varias maneras saca partido de la prioridad aplicada a las inversiones en organizacién yen recur sos humanos que-caracterizan el modelo productiva que sirve de base a este argumento, Asi, puede apoyarse en palancas de competitividad variadas y esforzarse por gozar de sus efectos acumulados, Ante todo, la red industrial que autoriza recurrir lo mas sistem4ti- camente posible a relaciones contractualizadas y estables de asocia- cién, permite obtener ganancias de productividad sustanciales por acor- tamiento de los circuitos y de los intermediarios, garantizando la seguridad de los abastecimientos y una buena capacidad de adapta- cién y de respuestas a las variaciones de los mercados. En légicas que movilizan plenamente efectos de economfa externas (‘a la Marshall’’) y “efectos Coase’ adaptades a Jas condiciones modernas de compe- tencia, las relaciones interempresas e interramas se convierten en un lugar organizado y pensado de busqueda de ereacién de la ventaja relativa. ‘Todayia mas alla, los recursos organizacionales, ast construidos y movilizados, sirven de soporte a diversas estrategias de especializa- Poo 254 Ep[LOGO ci6n flexible o de flexibilidad dindmica. En numerosos casos, la cali- dad del trabajo y la implicacién verdadera de los asalariados pueden suplir eficazmente las costosas modernizaciones técnicas a menude ne- cesarias, s6lo cuando no hay calificaciéa del trabajo y existen relacio- nes industriales fucrtemente conflictivas. Finalmente, y sin duda es lo esen por encima de todo se reali- za el esfuerzo por construir una competitividad en calidad, en busca deun nuevo eirculo virtuoso: la inversién en organizacién y en recur- sos humanos permite una politica de exportacién centrada en la cali- dad, la que a su vex permite obtener los margenes necesarios para la renovacién de la inversién en organizacién y cn recursos humanos. .- Se admitira que, en numerasos puntos, este argumento tiene un ca- racter utépico. Sin embargo, también se convendra en que se trata de una utop{a necesaria en muchos aspectos. El poder de las tendencias liberales en curso y la fuerza de sus efectos disgregadores son tales que se necesita una fuerte inflexién para escapar a las turbulencias, las més amenazadoras de las cuales —si pensamos en la miseria y la deuda inmensas que pesan sobre aquellos que ya son los mas pobres de todos— atin estan por venir, Por afiadidura, y ésta sera nuestra tltima argumentacién, hay en las cosas —sobre todo cuando se trata de hechos sociales y de tendencias histéricas— muchas malignidades, sobre las cuales al menos hay que intentar prevenirse, Recordemos la avalancha de sus competidores —sus iguales también— contra Ford cuando un buen dia decidié in- troducir la politica de los ‘altos salarios’'. Pocos aitos después decla- raré tranquilamente que fue ‘‘el mejor negocio’! que hizo jamas, .. Y, reconozcdmoselo: el capitalismo como tal y en su conjunto hizo también un buen y duradero negocio con la entrada en la cra-de los “altos salarios!’... 2. Afinidades electivas: ©. hacia ta produccién calificada y de calidad Eso es lo que hay, en ¢l momento crucial de las grandes coyunturas histéricas, con respecto a las ‘‘malignidades'’, lo que Max Weber de- signa como “‘afinidades electivas'’ entre decisiones sociales, Actian, LA GRAN TRANSIGION 255 secretas, y en el silencio del tiempo se buscan, se farman’o se pier- den... Después de todo, se cuentan por unidades simples aquellos paises que han sabido enrollarse alrededor de los circulos virtuosos de] fordismo original. Correspondera a cada uno, sacando partido de sus tradiciones y herencias propias, encontrar el carnino de las ‘‘afinidades’’ nuevas, Pero para quien quiere verlas ya estan legibles én todas sus letras las direcciones y principios ordenadores, (En un afan de simple ilustra- cidn, tenemos en el esquema de la p. 256 inscritas las grandes articu- laciones y los grandes pasos que permitirian “tconcatenar’’ nuevos circulos vietuosos de la acumulacién.) En el centro de las nuevas relaciones por construir se encuentran esta ‘‘afinidad’’ y esta solidaridad esencial entre Ja ‘‘calidad’’ del tra- bajo y la de los productos. Esta propiedad del yalor de uso del traba- jo, de convertirse en cosas titiles y buenas, después de décadas de ne~ gaciGn sistemAtica garantiza su gran regreso y una especie de revancha, De manera muy paraddjica, puesto que ademas procede operanda a través de las propias normas de competencia. La flexibilidad construida internamente en torno a un trabajo al cual se le han deyuelto sentido y valor, que sirve de base a cstrategias y comportamientos diversos de diferenciacién asumida o anticipada, abre asf la via, en el seno mismo de los protocolos de la produccién en masa, a ¢sos sistemas de produccién calificados y de calidad que, sin duda alguna, constituirdn las versiones ‘‘superiores’’ del posfor- dismo.® Desde luego también se afirmarin versiones ‘‘inferiores’’, en las que se estableceran solidaridades y afinidacles —en favor de las relaciones de fuerza més desfavorables para el movimiento de los asalariados ja- mas registradas desde el fin de los fascigmos— entre flexibilidades ex- ternas y capacidad de desplazamiento rapido sobre las crestas mas lu- crativas de un mercado animado por ¢l movimiento de los apetitos y los intereses, Sobre este punto, escuchemos el mensaje de Lee Iaccocca, el em- presario mas grande de todos, alabado por doquier por la manera c6- mo enderezé Chrysler, que se encontraba a las puertas de la quiebra. Su ecatrategia, en ¢l momento en que atin era presidente de Ford, se formula con todas sus letras: " Sobre ef tema de las relaciones entre calidad de los productos y calificacién del trabajo, lay reflexiones pioneras son principalmente las de W. Streeck (1987) y (1989). 256 EPILOGO POSFORDISMO: EL MODELO DE LA PRODUCGCION CALIFICADA ¥ DE CALIDAD INNQVACIONES ORGANIZACIONALES. Efectos Marshall-Young, Blectos de: eficiencia X. (econamtas de escala) ‘Efectos de apeendizaje dinimicoa (ARROW) DE TRABAJO Efectos Baumol (economia de varledad) MODELO DE FLEXIBILIDAD VINTERNA'* ESPECIALIZACION FLEXIBLE, FLEXIBILIDAD DINAMICA GOMPETITIVIDAD-CALID4D Para protegersc, ¢ absolutamente necesario tener un automévil para el Sr- Todo-El-Mundo —ése era el principio rector de la Ford Motor Company— pero no hay que ignorar los modelos caros, pues nunca se sabe enfindo el obrero se encontrard en la miseria. Paveciera que (a nica cosa con {a que podemas contar en Estadis Unidos e¢ que in~ chuso enced punto mds agude de una recesién los vices se enriquecers mas, Por tanto con- viene loner en réstrva alginas golosinas para ellos. Lee faccoca, 1904. (Lax cursivas son nuestras.) Todo esté dicho, 0 casi: productos parael Sefior“T'odo-El-Mundo, con el objetivo tinico de 'protegerse’', mientras cl obrero no est adin'en la miseria, en la estrategia de las “‘golosinas’” caras consideradas como las tinicas verdaderamente rentables. El posfordismo de ta flexibilidad- mercado —gquién lo sospechaba?— tiene sus estrategas. .. LA GRAN TRANSICION 257 El esbozo del modelo de ‘‘dernocracia salarial”” que hemos trazado no es —Iejos de ello— una panacea, Sélo nos parecié —estando las cosas como estdn en este dificil fin de siglo— que indicaba una pers- pectiva a Ja vez posible y descable. A partir de ella, pueden darse mu- chas bifureaciones, y en direcciones variadlas.’ Finalmente correspon- derd a los ingenieros, .. y a los obreros de la época decidir sabre el futuro-en el. que hoy s¢ comprometen nuestras sociedades. 1 Precisemos atin que a nuestra juitin, Ia necesaria rearientacién ee la cconomta hacia productos més parcos en recursos ¥ cuya utilidad social esté mejor asegurada, depende amptiamente de esos avances dela demorracia en el trabajo y en las modalida- des de la toma de decisidi en materia econdmica. Algunos de los eseenarios ‘verdes’, que s¢ esflérzin por establecer ese vinculo entre democracla y utilidad de los preduc- tos, lo han comprendido bien. (En ese sentido, Véase sabre toda A. Lipletz [1989),)

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