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1. ORIGEN......................................................................................................... 1
1.1 La Garantía de Impartición de Justicia y el Juicio de Amparo..............
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1. ORIGEN
Por ello, ante la salva guarda que implica la garantía de audiencia previa y
de exacta aplicación de la ley, la Carta Magna en su artículo 17, impone a los
gobernados que para reclamar sus derechos deben sujetarse a la administración
de justicia ante “tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y
términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta,
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que se encuentre vinculado al procedimiento porque fue llamado para que le pare
perjuicio la sentencia que ahí se va a dictar, o que compareció a este
procedimiento a defender sus derechos haciendo uso de los recursos que la ley
ordinaria establece a su alcance; y,
II.- Los terceros extraños al procedimiento, es decir, aquellos que sin ser
actor o demandado o terceros en el juicio, resultan afectados en su persona o en
sus derechos fundamentales, por actos emitidos dentro de ese procedimiento, y
los llamados terceros extraños por equiparación, que no obstante de ser parte
demandada en el procedimiento, el Máximo Tribunal del País los ha ubicado en
este supuesto porque no fueron emplazados o no lo fueron correctamente.
2.3 Inicio.
Para precisar los alcances del concepto juicio para efectos del juicio de
garantías se debe acudir a la jurisprudencia y la Ley de amparo.
2.4 Conclusión.
como sentencias definitivas las dictadas en primera instancia en asuntos judiciales del orden
civil, cuando los interesados hubieren renunciado expresamente la interposición de los
recursos ordinarios que procedan, si las leyes comunes permiten la renuncia de referencia.-
(ADICIONADO, D.O.F. 5 DE ENERO DE 1988) (REPUBLICADO, D.O.F. 11 DE ENERO DE
1988 Y D.O.F. 1 DE FEBRERO DE 1988).-Para los efectos del artículo 44, se entenderán por
resoluciones que ponen fin al juicio, aquéllas que sin decidir el juicio en lo principal, lo dan por
concluido, y respecto de las cuales las leyes comunes no concedan ningún recurso ordinario
por virtud del cual puedan ser modificadas o revocadas.”
Se puede comprender que el juicio puede concluir solo con una resolución
definitiva; esto es:
a).- Una sentencia definitiva, entendiendo por ella la que resuelve el fondo
de la controversia condenando o absolviendo, y que no admita recurso alguno, ya
que admitiéndolo se debió interponer y tramitar hasta que recayera la resolución
mediante la cual se confirme, revoque o modifique la recurrida, y por tanto resulte
definitiva; o bien, si la ley ordinaria no establece recurso alguno en su contra,
será también definitiva.
Pero no será definitiva aquella resolución que resuelva el fondo del negocio,
y que admitiendo recurso ordinario las partes no lo hagan valer y cause ejecutoria,
ya que no todas las sentencias que causan ejecutoria son definitivas para efectos
del amparo, porque esta característica solo resulta de que se concluyan por las
partes los recursos que la ley establece a su alcance.
b).- Con una resolución que resuelva la controversia en materia civil, y que
admitiendo recursos ordinarios, las partes hayan convenido renunciar a ellos,
cuando la ley común se los permite; y
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definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, se promoverá ante el Tribunal
Colegiado de Circuito que corresponda, en los casos siguientes: (y enumera los incisos a), b),
c) y d) dentro de los que se encuentra la materia civil), debiendo tomarse en cuenta la
definición que da el artículo 46, último párrafo de la Ley de Amparo, de lo que debe
entenderse por resoluciones que ponen fin al juicio, a saber aquéllas que sin decidir el juicio
en lo principal, lo dan por concluido y respecto de las cuales las leyes comunes no concedan
ningún recurso ordinario por virtud del cual puedan ser modificadas o revocadas .” Dio fin a
dos discusiones: La primera consistente en poner en duda que la resolución
dictada antes o en la sentencia misma, que no resolviera el fondo de la
controversia, no fuera una resolución terminal que pusiera fin al juicio (en tanto no
repusiera el procedimiento), y como consecuencia que no procediera el amparo
directo en su contra, sino en todo caso el indirecto, porque después de algunos
criterios jurisprudenciales y después de la reforma queda claro que conforme a los
artículos 44 y 461 de la Ley de Amparo, la resolución aún cuando no decida el
fondo de la controversia bien sea porque deja a salvo los derechos de las partes
por cualquier razón, o bien dé por concluido el juicio anticipadamente por
caducidad, desistimiento etcétera, es una resolución que pone fin al juicio para
efectos del amparo.
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ARTÍCULO 44 (REFORMADO, D.O.F. 5 DE ENERO DE 1988) (REPUBLICADO, D.O.F. 11 DE ENERO DE 1988 Y D.O.F.
1 DE FEBRERO DE 1988) (F. DE E., D.O.F. 22 DE FEBRERO DE 1988) El amparo contra sentencias definitivas o laudos,
sea que la violación se cometa durante el procedimiento o en la sentencia misma, o contra resoluciones que pongan fin al
juicio, se promoverá por conducto de la autoridad responsable, la que procederá en los términos señalados en los artículos
167, 168 y 169 de esta ley.
ARTÍCULO 46 (REFORMADO, D.O.F. 20 DE MAYO DE 1986) Para los efectos del artículo 44, se entenderán por
sentencias definitivas las que decidan el juicio en lo principal, y respecto de las cuales las leyes comunes no concedan
ningún recurso ordinario por virtud del cual puedan ser modificadas o revocadas.
También se considerarán como sentencias definitivas las dictadas en primera instancia en asuntos judiciales del orden civil,
cuando los interesados hubieren renunciado expresamente la interposición de los recursos ordinarios que procedan, si las
leyes comunes permiten la renuncia de referencia.
(ADICIONADO, D.O.F. 5 DE ENERO DE 1988) (REPUBLICADO, D.O.F. 11 DE ENERO DE 1988 Y D.O.F. 1 DE FEBRERO
DE 1988)
Para los efectos del artículo 44, se entenderán por resoluciones que ponen fin al juicio, aquéllas que sin decidir el juicio en
lo principal, lo dan por concluido, y respecto de las cuales las leyes comunes no concedan ningún recurso ordinario por
virtud del cual puedan ser modificadas o revocadas.
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Fijados los extremos del concepto de juicio, para efectos del amparo
abordaré las hipótesis de procedencia de amparo indirecto, cuando el quejoso es
el actor, el demandado o cualquier otro individuo sujeto o vinculado al
procedimiento, porque fue llamado o compareció por algunas de las formas
reconocidas por la ley y la jurisprudencia. Esto es, el supuesto a que se refiere el
artículo 107 fracción III inciso b) y su correlativo de la Ley de Amparo que se
encuentra en el artículo 114 fracción III.
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BONILLA LÓPEZ, Miguel. El amparo contra actos en juicio de ejecución irreparable, Elementos históricos para su estudio,
Tesis Profesional, Escuela Libre de Derecho, página 24.
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procesales contra los que procede el juicio de amparo indirecto dictados dentro del
juicio tienen que tener la característica “ejecución sea de imposible
reparación”.
general, dispone que los actos procesales tienen una ejecución de imposible reparación
cuando sus consecuencias afectan de manera directa e inmediata alguno de los derechos
sustantivos previstos en la Constitución Federal, ya que la afectación no podría repararse aun
obteniendo sentencia favorable en el juicio, por haberse consumado irreversiblemente la
violación de la garantía individual de que se trate; y el segundo, considerado como
complementario del anterior, establece que los actos procesales o formales tienen una
ejecución de imposible reparación cuando sus consecuencias afectan a las partes en
grado predominante o superior. De no actualizarse ninguno de estos supuestos, en el orden
previsto, será improcedente el juicio de amparo indirecto y el gobernado deberá esperar hasta
que se dicte la sentencia de fondo para controvertir la posible violación cometida a través del
juicio de amparo directo, según lo dispuesto en los artículos 158, 159 y 161 de la Ley de
Amparo.”
las partes en grado predominante o superior, ya que de ser fundada se deberá reponer el
procedimiento, lo que traería como consecuencia retardar la impartición de justicia
contrariando el espíritu del artículo 17 constitucional.”
una promoción o solicitud de las partes, afecta de manera cierta, directa e inmediata su
derecho a la jurisdicción, lo cual deriva en una ejecución de imposible reparación, en
tanto que impide la tramitación y resolución de su pretensión.”
acatar el principio de definitividad que rige el juicio de amparo indirecto, cuando se reclaman
los siguientes actos: I. Los que afectan a personas extrañas al juicio o al procedimiento del
cual emanan; II. Los que dentro de un juicio su ejecución sea de imposible reparación;
III. Los administrativos respecto de los cuales, la ley que los rige, exija mayores requisitos que
los que prevé la Ley de Amparo, para suspender su ejecución; IV. Los que importen una
violación a las garantías consagradas en los artículos 16, en materia penal, 19 y 20 de la
Constitución Federal; V. Leyes, cuando se impugnan con motivo del primer acto de aplicación;
VI. Los que importen peligro de la privación de la vida, deportación o destierro o cualquiera de
los prohibidos por el artículo 22 constitucional; VII. Actos o resoluciones respecto de los
cuales, la ley que los rige no prevé la suspensión de su ejecución con la interposición de los
recursos o medios de defensa ordinarios que proceden en su contra; VIII. Los que carezcan
de fundamentación; IX. Aquellos en los que únicamente se reclamen violaciones directas a la
Constitución Federal, como lo es la garantía de audiencia; y X. Aquellos respecto de los
cuales los recursos ordinarios o medios de defensa legales, por virtud de los cuales se puede
modificar, revocar o nulificar el acto reclamado, se encuentran previstos en un reglamento, y
en la ley que éste regula no se contempla su existencia.”
actos que afecten a personas extrañas a juicio. Así, para las violaciones en el procedimiento
hay una regla general establecida en el artículo 107, fracción III, inciso a), de la Constitución y
158 de la Ley de Amparo y en estos casos procede el amparo directo; y una serie de
excepciones que señala la propia Constitución en el artículo 107, fracción III, inciso b) y c) y
que precisa el artículo 114, fracciones III, IV y V de la Ley de Amparo, procediendo en estos
casos el amparo indirecto.
Sentencias res judicata a las que les antecede una, dos y algunas veces
hasta tres instancias ordinarias o extraordinarias y que por ello las partes en el
juicio deben sujetarse y cumplirlas, soportando los actos de molestia o privación
que implica el procedimiento de ejecución; esto es, estamos hablando de reglas
que son aplicables a las partes formales y materiales de un procedimiento (actor,
demandado y terceros llamados a juicio para que les pare perjuicio la sentencia), y
no respecto a los terceros extraños al juicio o terceros extraños por equiparación.
Al respecto solo debe hacerse notar una gran diferencia con la hipótesis de
procedencia del juicio de garantías a que se refiere la fracción II del artículo 114
de la ley de Amparo (actos derivados de autoridades administrativas dictados en
etapa de ejecución en un procedimiento seguido en forma de juicio), ya que en
ese supuesto el Máximo Tribunal del País a través de su Primera Sala, ha
admitido que el amparo contra leyes procede de inmediato, sin que haya
necesidad de esperar la resolución que ponga fin a ese procedimiento, según se
advierte de la tesis de jurisprudencia 1a./J. 35/2000, número de registro 190707,
de la Novena Época, Primera Sala, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta XII, Diciembre de 2000, Página: 133, que dice:
diferentes, por lo que no pueden adminicularse entre sí con el grave riesgo de desnaturalizar
el juicio de garantías; por tanto, a los actos dictados en juicio que causen una ejecución de
imposible reparación sobre las personas o las cosas, no se les pueden aplicar las reglas que
rigen para los actos dictados después de concluido el juicio y en ejecución de sentencia,
porque si así se hiciera, el juicio de amparo indirecto sería procedente en contra de todos los
actos dictados dentro de un procedimiento, aun cuando no causen una ejecución de imposible
reparación; de igual manera, a los actos dictados después de concluido el juicio o en
ejecución de sentencia, no puede aplicárseles la regla de procedencia del juicio de amparo
indirecto que rige para actos dictados dentro del juicio, porque bastaría que se alegara que
tales actos causan una ejecución de imposible reparación para que el juicio de amparo fuera
procedente, pasando por alto que uno de los motivos por los cuales el legislador instrumentó
esas reglas, fue evitar el abuso del juicio de garantías.”
Resulta claro que, las cuestiones procesales que hagan valer las partes
dentro de esos procedimientos de ejecución oponiendo defensas y excepciones
los contemple o no la ley, como una excepción de compensación, de pago, de
quita y espera, etcétera, no pueden ser cuestiones autónomas porque se hacen
valer dentro del procedimiento de ejecución, y por tanto no procederá el amparo
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indirecto de inmediato contra los autos que recaigan a esas cuestiones procesales
intermedias, sino que tendrán que reclamarse como concepto de violación hasta la
demanda que se promueve contra la resolución que pone fin o da por concluido
ese procedimiento, y por lo mismo tampoco son autónomas, porque están
vinculadas al procedimiento de referencia, aun cuando se pueda afirmar que no
tiene una relación directa inmediata con la ejecución, en tanto que tales
excepciones o defensas son opuestas para impedirla; pero no por esa simple
circunstancia resulta procedente el amparo de inmediato, porque se insiste,
carecen de la característica de autonomía porque están emitidas dentro del
procedimiento correspondiente de ejecución, situación que no ha sido claramente
distinguida por los Tribunales encargados de integrar jurisprudencia, caso en el
cual debe sujetarse a su obligatoriedad.
indirecto promovido contra el último acto emitido en esa etapa, el cual es el que declara
cumplida la sentencia o la imposibilidad para cumplirla. Asimismo, ha establecido que existen
casos de excepción a la regla mencionada, en los cuales se ha admitido la procedencia del
amparo indirecto contra actos dictados en ejecución de sentencia, cuando éstos gozan de
autonomía propia por no tener como finalidad directa e inmediata ejecutar la sentencia dictada
en el juicio natural. Ahora bien, la sentencia que resuelve un incidente de falta de personalidad
promovido en la etapa de ejecución de sentencia no se encuentra dentro de los casos de
excepción precisados, pues si se ha determinado que no procede el amparo contra los actos
que tienen como finalidad directa e inmediata ejecutar la sentencia dictada en el juicio natural,
sino hasta que se dicta la última resolución del procedimiento de ejecución, entonces,
interpretando a contrario sensu ese criterio, la referida resolución es de la misma naturaleza
jurídica de aquéllos, ya que la finalidad del incidente aludido es impedir la ejecución de la
sentencia cuestionando la personería del ejecutante. Por ello, la resolución dictada en un
incidente de falta de personalidad promovido en la etapa de ejecución de sentencia, debe
reclamarse a través del amparo que se promueva contra la última resolución emitida en esa
etapa.”
Del texto de la tesis se vuelve establecer que esa afectación debe ser
“autónoma”, y no da explicación en qué consiste esa autonomía, si es que como
se sostuvo con anterioridad no pueden ser acuerdos o resoluciones autónomas los
dictados en la vía de apremio o en la vía ejecutiva, que por ley son los
procedimientos establecidos para ejecutar una sentencia que constituye una
verdad legal; es más, del cuerpo de la ejecutoria se advierte que más que
considerar la autonomía como característica de procedencia del amparo indirecto,
lo que se argumenta es que si se afecta un derecho sustantivo de manera
inmediata en etapa de ejecución en “grado predominante o superior” que para la
ejecutoria significa “que con posterioridad no pueda ser reparado por el órgano
sancionador o en amparo”, precisamente porque “tal determinación no podrá ser
materia de estudio al analizar lo relativo al cumplimiento de la sentencia, en la
medida de que su objetivo no es sino vencer la renuencia para dar cumplimiento a
la sentencia.”
En efecto, la doctrina los señala como “actos que tienen como finalidad la
preparación, bien del juicio en general, bien de determinados. Unos facilitan el correcto
planteamiento de la cuestión al órgano jurisdiccional competente para resolverla; otros tienden
a la formalización del órgano mismo; otros garantizan la libertad del demandante; otros
aseguran la eficacia futura de la sentencia. Generalmente se definen como aquellos actos que
tienen como finalidad esencial la correcta preparación del juicio”3.
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DE PINA, Rafael y De Pina Vara Rafael. Diccionario de Derecho, Editorial Porrúa, 32ª. Edición, página 55
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los actos privativos, pues sólo restringen de manera provisional o preventiva un derecho con
el objeto de proteger determinados bienes jurídicos, los autoriza, según lo dispuesto por el
artículo 16, siempre y cuando preceda mandamiento escrito girado por una autoridad con
competencia legal para ello, en donde ésta funde y motive la causa legal del procedimiento.
Ahora bien, para dilucidar la constitucionalidad o inconstitucionalidad de un acto de autoridad
impugnado como privativo, es necesario precisar si verdaderamente lo es y, por ende,
requiere del cumplimiento de las formalidades establecidas por el primero de aquellos
numerales, o si es un acto de molestia y por ello es suficiente el cumplimiento de los requisitos
que el segundo de ellos exige. Para efectuar esa distinción debe advertirse la finalidad que
con el acto se persigue, esto es, si la privación de un bien material o inmaterial es la finalidad
connatural perseguida por el acto de autoridad, o bien, si por su propia índole tiende sólo a
una restricción provisional.
éste debe entenderse como el procedimiento contencioso desde que se inicia en cualquier
forma hasta que se dicta sentencia definitiva, y contra esa irregularidad es procedente el
amparo indirecto en los términos del artículo 114, fracción III de la Ley de Amparo, habida
cuenta que la falta de emplazamiento resulta ser una violación que de resultar fundada deja
sin defensa al quejoso ante tales diligencias previas. Sin que sea obstáculo para su
procedencia el que la falta de emplazamiento no sea un acto de imposible reparación, pues no
se trata de actos realizados dentro del juicio como lo establece la fracción IV del artículo 114
de la ley de la materia, interpretada a contrario sensu.”
6. EL TERCERO EXTRAÑO.
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Se dice que son terceros extraños auténticos al juicio los que no son
parte formal en él, por no ser actores o demandados, ni vinculados de ninguna
forma al procedimiento. Y por criterio jurisprudencial se ha ubicado en la misma
posición a los terceros extraños por equiparación, que son aquellas partes que
aducen no fueron emplazados o no fueron emplazados correctamente al juicio. En
los dos supuestos se ha sostenido que no están obligados a interponer los
recursos, o medios de defensa ordinarios que la ley establece a su alcance para
defenderse de la afectación que puede ser de molestia o privación que resulte del
juicio, sustentada en una razón lógica y básica: no está obligado a defenderse
quien no tiene la oportunidad procesal de hacerlo.
equipara a una persona extraña a juicio, por lo que el conocimiento del amparo en estos
supuestos, compete a un Juez de Distrito y no a los Tribunales Colegiados de Circuito de
conformidad con lo dispuesto por la fracción VII del artículo 107 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, y por el artículo 114, fracción V, de la Ley de Amparo; toda
vez que el quejoso, por medio del amparo indirecto, tiene la posibilidad de aportar ante el
Juez, en la audiencia constitucional, las pruebas necesarias para demostrar la falta de
emplazamiento o que el llamamiento que se le hizo al juicio se realizó en forma distinta a la
prevista en la ley, siempre y cuando el quejoso haya promovido la demanda de amparo dentro
del término que señalan los artículos 21 y 22 de la Ley de Amparo, pues ello no hace que
pierda su calidad de tercero extraño al juicio, pues la violación cometida en su contra, la
constituye precisamente esa falta de citación que lo hace desconocedor y, por ende, extraño
al juicio seguido en su contra. Sin que tampoco sea obstáculo el que los artículos 158 y 159,
fracción I, de la Ley de Amparo, establezcan como violación reclamable en amparo directo
esa falta o ilegalidad del emplazamiento, ya que no es posible aplicar esos dispositivos
legales cuando el quejoso es persona extraña al juicio por equiparación y de hacerlo, se le
dejaría en estado de indefensión, porque no se le daría oportunidad de acreditar la
irregularidad del emplazamiento.”
“PERSONA EXTRAÑA A JUICIO, CONCEPTO DE. Para los efectos del juicio de
amparo, en los términos del artículo 114, fracción V, de la ley de la materia, persona extraña
es, en principio, aquella que no ha figurado en el juicio o en el procedimiento como parte en
sentido material, pero que sufre un perjuicio dentro del mismo o en la ejecución de las
resoluciones, sin haber tenido la oportunidad de ser oída en su defensa por desconocer las
actuaciones relativas, quedando incluida en este concepto, asimismo, la parte que no fue
emplazada o que fue emplazada incorrectamente.”
directamente al juicio de garantías, interpretación que es congruente con el espíritu y texto del
artículo 107 constitucional.”
Si esto es así, por ninguna razón se le puede obligar al tercero extraño por
equiparación sobre esa premisa a defenderse en el juicio, agotar recursos
ordinarios o extraordinarios, antes de ir al juicio de amparo indirecto, a menos que
él se vincule; sin embargo, existen algunos criterios que han incurrido en la
confusión de sujetarlos a esa condición, derivado de lo siguiente.
actos y resoluciones del juicio no la obligan, originando tan solo derechos y obligaciones para
las partes en el litigio, además de que tales actuaciones son susceptibles de ser modificadas o
revocadas mediante los recursos o medios de defensa legal que para las partes en el
procedimiento judicial prevea la ley de la materia. Lo anterior permite concluir que, en estos
casos, el agravio directo e inmediato para la procedencia del amparo promovido por
persona extraña a juicio se actualiza hasta que las resoluciones o actos del juicio
relativo pretendan ejecutarse en su perjuicio, no ocasionando tal agravio, por consiguiente,
las actuaciones previas al mandamiento de ejecución. La conclusión precedente no significa,
sin embargo, que una vez actualizado el perjuicio jurídico para la persona extraña a juicio,
legitimándola para acudir a la vía constitucional, no pueda plantear conceptos de violación
respecto de actos previos al mandamiento de ejecución, independientemente de que la
determinación relativa se limita a fijar la oportunidad para que el tercero extraño a juicio
promueva amparo.
embargo, tratándose de actuaciones que requieran ejecución para que el agravio se produzca
en perjuicio de la persona extraña a juicio, debe determinarse que el término para que
promueva amparo empezará a computarse a partir de que tales actuaciones pretendan
ejecutarse en su perjuicio y no con anterioridad, pues será hasta ese momento cuando las
características que debe revestir el agravio que el acto reclamado ocasione a la parte quejosa
se actualicen, ya que previamente a ello tal juicio sólo trae consigo la posibilidad incierta de
que llegue a afectarle porque, precisamente por ser ajena a la controversia respectiva, los
actos y resoluciones del juicio no la obligan, originando tan solo derechos y obligaciones para
las partes en el litigio, además de que tales actuaciones son susceptibles de ser modificadas o
revocadas mediante los recursos o medios de defensa legal que para las partes en el
procedimiento judicial prevea la ley de la materia. Lo anterior permite concluir que, en estos
casos, el agravio directo e inmediato para la procedencia del amparo promovido por
persona extraña a juicio se actualiza hasta que las resoluciones o actos del juicio
relativo pretendan ejecutarse en su perjuicio, no ocasionando tal agravio, por consiguiente,
las actuaciones previas al mandamiento de ejecución. La conclusión precedente no significa,
sin embargo, que una vez actualizado el perjuicio jurídico para la persona extraña a juicio,
legitimándola para acudir a la vía constitucional, no pueda plantear conceptos de violación
respecto de actos previos al mandamiento de ejecución, independientemente de que la
determinación relativa se limita a fijar la oportunidad para que el tercero extraño a juicio
promueva amparo.”
cuando ésta es la única que agravia al quejoso, o bien, cuando afectándole el procedimiento,
tuvo conocimiento del mismo hasta la ejecución.”
siempre y cuando el quejoso haya promovido la demanda de amparo dentro del término que
señalan los artículos 21 y 22 de la Ley de Amparo, pues ello no hace que pierda su calidad de
tercero extraño al juicio, pues la violación cometida en su contra, la constituye precisamente
esa falta de citación que lo hace desconocedor y, por ende, extraño al juicio seguido en su
contra. Sin que tampoco sea obstáculo el que los artículos 158 y 159, fracción I, de la Ley de
Amparo, establezcan como violación reclamable en amparo directo esa falta o ilegalidad del
emplazamiento, ya que no es posible aplicar esos dispositivos legales cuando el quejoso es
persona extraña al juicio por equiparación y de hacerlo, se le dejaría en estado de
indefensión, porque no se le daría oportunidad de acreditar la irregularidad del
emplazamiento.
Tesis Aislada con registro 311319, Quinta Época, Primera Sala, Semanario
Judicial de la Federación, LI, Página: 2855: “AMPARO IMPROCEDENTE, LO ES EL
QUE SE ENDEREZA CONTRA EL CUMPLIMIENTO DE UNA EJECUTORIA DE AMPARO,
AUN CUANDO LO PROMUEVA UN TERCERO EXTRAÑO. Si se reclama en amparo la
resolución dictada en un proceso, que manda restituir en la posesión de una finca a una
persona, y esa resolución se dicta en cumplimiento de una ejecutoria de amparo
pronunciada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es aplicable el artículo 73,
fracción II, de la Ley de Amparo, y la demanda debe de desecharse de plano, sin que sea
obstáculo para ello, que se afecten las posesiones, propiedades y derechos de tercero, que
no fue parte en la contienda constitucional, porque es necesario que las resoluciones dictadas
por la Suprema Corte tengan estabilidad y para ello es preciso que no proceda el amparo
contra los actos de ejecución de las mismas, justificado o injustificado que sea, ya que de lo
contrario habría mayor peligro que el sostenerlas, haciendo interminables las contiendas.
extrañas a un juicio de amparo, aun cuando dichos actos tengan como fundamento una
resolución dictada en ese juicio. Ahora bien, si mediante los actos reclamados, se trata de
privar al quejoso de la posesión de un inmueble, sin haber sido oído ni vencido en juicio, tales
actos son violatorios de los artículos 14 y 16 constitucionales, por lo cual debe impartírsele la
protección de la Justicia Federal.
adquirente con la calidad antes mencionada cuenta con los medios legales idóneos para
defenderse ante un posible desposeimiento jurídico de un inmueble justamente adquirido por
título oneroso. Por lo anterior, resulta procedente el juicio de amparo promovido por un tercero
extraño a juicio aun cuando los bienes materia del juicio natural respectivo hayan sido
previamente adjudicados a un tercero adquirente de buena fe.”
6.5 Propuesta.
4.- El amparo indirecto promovido por terceros extraños procederá, sin que
esto implique que deba concederse necesariamente, porque ello dependerá de las
pruebas que aporte, aun cuando se trate de resoluciones derivadas del
cumplimiento de la ejecutoria de amparo que puedan afectar los derechos de
estos terceros, porque el artículo 14 de la Constitución está por encima del artículo
73 fracción IV de la Ley de Amparo.
Precedentes: Amparo en revisión 128/2009. Grupo Desarrollador Industrial, S.A. de C.V. 11 de junio de 2009. Unanimidad de votos.
Ponente: Daniel Horacio Escudero Contreras. Secretaria: Miriam Aidé García González.
Nota: Las tesis citadas aparecen publicadas en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIII, abril de
2001, página 93 y en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Número 58, octubre de 1992, página 16,
respectivamente.