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Para Pensar !a Disidencia y la Resistencia Social... untes Psicosociales wo MMI 2588 say ied rc May el, ® BIBLIOTScn\ coment Manu réndira. i SR -. ee 3 tealetocaia aS patna eS Introduccién El México prehispanico, antes de ser el segundo pais mas catélico del mundo, estuvo habitado por un conjunto de etnias-naciones que desarrollaron culturas extraordinariamente refinadas y Heegaate Antes de Espafia y luego de e 1 historia de conquista que protagonizaron con los grupos originales, Ia disidencia y la resistencia habitaban suelo mexicano, ambas se enfrentaron al discurso homogeneizador y autoritario edificado en torno al papa y al rey. Introducimos el dato en el entendido de que quienes habita- mos la geografia nacional lo hacemos en condicién de conquistados, nuestras practicas sociales derivan de siglos de sometimiento, el con- quistador exige su cuota de poder y el conquistado a su vex se la exige a otros conquistados. El color, la herencia cultural, el habla, el origen étnico, la vestimenta, el lugar que habitamos, la genealogia familiar, hablan de esta historia, el enigma alin no resuelto es, ¢¢6mo vivieron nuestros antepasados, cémo lo hicieron nuestros abuelos, como nuestros padres en este escenario conquistado? Y como un derivado ineludible: gcuanta’ disidencia, cudnta resistencia hace falta para obtener fratos en el terreno de Ia distribucién de la riqueza, la justicia, la concordia y la vida digna? De modo que lo que acontece entre los grupos que habitamos este territotio, exige ser leido desde un espacio comprensivo diversi- ficado, por lo que Ia irrupcién de cualquier practica social de disiden- cia o resistencia, pese a no presentarse en estado puro, posee herra- mientas, no necesariamente atemporales, para ser 0 no capitalizada por los poderes instituidos bajo la consigna conquistadora o bien recuperada por grupos para su recomposicion social. De modo que entendemos el acto de indagar el campo de la disidencia y la resis- tencia social como sintoma, por un lado del malestar que genera la inequidad social promovida por las visiones conquistadoras de las cuales los quehaceres académicos no estan al margen, por otro lado, como semilla potencial de implicacion social, pues la condicién so- cial desviante interpela a los quehaceres académicos en sus esfuerzos _ naturalizadores de practicas sociales y potencialmente puede modifi- car, consolidar © renovar las posiciones politicas de hacer investiga- cién para confrontar los modos de reproduccién de conocimiento, Beppe hoy dia. 9 | Pars pensar la Disidencia y Ia Resis adémico en nuestro pais juega en ambas canchas see la del conquistado, es instrumento de a, la cultural diran Jgunos en un afin por matizar su lado HF pig de luminosidad cuando ha apostado por Ia saramos 10 hacemos desde lecturas diversifi la resistencia en el contexto some. El quehacer ac en la del conquistador conqu destructivo, pero vida, los que aqui colal cadas que abordan la disidencia y fimiento-conquista y de disidencia y resis L uistado EI Fstudo revolucionario, ahora menos revolucionario o en jucga simultineamente con o contra distintos acto- ansforma para sobrevivir; aliado 0 enemigo, com. anterventor u observador, sutilmente presente y estratégicamente ausente, hace su propio juego en su esfuerzo por impulsar un estado de derecho no siempre claro para los actores que operan desde Ia disidencia o Ia resistencia, pues los afanes de éstos Uiltimos no coinciden con los del E tado en su idea de modificar la ida social de los mexicanos. Frente a este escenario, el conjunto de materiales aqui reunidos, se acercan a un ejercicio que se esfuerza por no abandonar la de- manda comprensiva de las dimensiones implicadas en la disidencia y la resistencia en distintas geografias de la Reptblica, con actores identificados con sus luchas, sus espacios sociales-y su proyeccién de lo que aspiran como vida social. En conjunto se ofrecen elementos para una reflexién en distintos sentidos, entre ellos sobresale el campo de la implicacién como manantial de sentido en el proceso de investigacion, no la implicacién que se orienta a la apologia a ul- tranza de lo indagado, sino la implicacién que reconoce un ejercicio politico frente al campo de la disidencia y la resistencia, y hay que insistir_ que el esfuerzo demanda distanciamiento enérgico de los especialistas del orden y la normalizacién del acontecer politico y social, de eso que parece tan popular en nuestros tiempos y en lo que Participan por igual “expertos ¢ intelectuales” de toda cepa. encia al conquistador. franco retroceso, sociales, se tra re plice o adversario, DE LA IMPLICACION C oe uando incursionamos en el campo de la disidencia y la resistencia, hace ya tres eee algunos meses, un modo de produeumeanga ic mbién, nos animamos a dirigir la critica hacia la normalizacion operada por intelectuales que apostaron por la “defensa” d i siones sociales disidentes y en resistencia del pasado inmediato, quienes ademas participan publicamente en la disputa por el saber, pues nos ha parecido que ahi se edifican normalizaciones que opacan Ia efervescencia disidente y resistente con las que se puede o no coincidir, pero que tienen y exigen el mismo derecho que las disiden cias 0 las resistencias triunfantes. Al reflexionar sobre las derivas que han tenido algunas de estas 's, resalta su caricter ideol6gico sobre su capacidad solida ria, sus énfasis en un futuro siempre pospuesto sobre la necesidad de Jos comparieros de lucha, la defensa de una imagen lograda social- mente sobre el sentido original de lo que dicen defender. Hay un conjunto de datos incémodos que en algunos de los materiales se reconoce como promotor de practicas subversivas del sentido de la disidencia o la resistencia, estos materiales nos sefialan que no es suficiente publicitarse como grupo en resistencia o en disidencia, hace falta valorar la prictica para acotar desvios reconocer traicio- nes a las causas discursivamente defendidas. Ante la ausencia, en el escenario ptiblico de este ejercicio critico, pues lo que existe mas bien apunta y se dedica a normalizar un conjunto de consignas po- pulares entre los grupos “‘disidentes 0 en resistencia”, las cuales nu- blan la autocritica de las nuevas generaciones e impiden la distancia prudente de la prictica instituida para ponderar lo acontecido y su efecto en el contexto de un presente en disputa, ofrecemos modes- tamente estos materiales para abonar a la reflexi6n y con ello com- batir la parilisis derivada de los datos que ofrecen refugio seguro, ante un mundo de cambios constantes y ante la crudeza del presente, Jos refugios informados, edificados al amparo del testimonio vivo “de lo que ocurrié”, han sido un pretexto para cultivar una vida de- dicada al culto al pasado, la defensa de sus cada vez mas vacios espa- cios simbélicos y el usuftucto de la memoria venerada. Frente a ese escenario defensivo, apostamos por una implica- cién que reconoce en el objeto de investigacion un analizable que interpela, en primer lugar a nosotros mismos y, solo después, al conjunto de intelectuales y militantes disidentes y en resistencia que izan con las “causas”. De ahi que no apostamos por la repro- de un saber encerrado en sus propias fronteras parciali ctores qu er su saber en el regodeo académico di expresiones. Disidencia y la Resistencia Social s conflictos humanos mag ue no reconocen en los C nflic md sin implicacion. | tipo de investigacion por ¢ escenario conflictivo que dos y neutros 4 es stractos, es decir, problemas abstrac ae Pm Aceptamos y reconocemos duc D s ha puesto en un nos ha puesto er que hemos apostad 1 liga a interrogar criticamente los espacios promotores nos obliga ei lidad istituidos que han declarado su verdad normalidad, esos s pricticas di trar en la literatu rac etdfors Prontecer que no encuentra asideros en la practica del dia a di El eonjunto de textos se inscriben en investigaciones realizadas en el contexto de la desconfianza hacia los actos conformistas prote- idos desde el lenguaje mégico-académico que promete premios a quienes se asimilen, mediante la fama o el reconocimiento intelectual a los poderes instituidos por la institucionalizacién de las disidencias © las resistencias sociales, llimese movimiento social, revolucién, rebeldia o lucha por la vida, poderes todos ellos, que posibilitan o cancelan las respuestas a las demandas sociales. Al contratio, apostamos por actos de disolucién regenerativa que develen los po- deres ocultos que instituyen practicas contrarias al espiritu que ins pira las disidencias o las resistencias y que las pricticas suelen disol- ver en mercados que alimentan a los normalizadores que cohabitan en el seno de estas expresiones sociales. Para entender el sentido comprensivo propuesto, invitamos a recuperar la perspectiva con la que nos hemos guiado desde que iniciamos este encuentro con las disidencias y las resistencias y que se hace presente mediante el ritual que algunos aplicamos a nuestra investigacién, con la formula asu- mida: actor-investigador-militante; en ese riguroso orden que resulta en una especie de categoria metodologica que deviene en analizador encarnado del objeto estudiado, con un ineludible encuentro entre la teatralizacion de la catarsis y la ritualizacion del drama humano, prin que permanecen hasta el dia de hoy como enigma moviliza- lor. poderes ir isidentes y en res A a, y que opera como metifora de un istencia ficticias que sélo ¢s sobre posible enconi __ Nos declaramos actores, en tanto participantes de una investiga- cion dirigida, acotada y diversificada es ure que acceden ao Eee “ticipary. ellos son los verdaderos investigadores; nosotros, m« s _ acompahantes en el esfuerzo que hacen por indagar en | m mas, nuestra actuacién deviene, por los implicitos que trevistados claboran, gracias a los espacios que 2 cion y a la enunciacion de una solicitud Introduccion == historia narrada, pero la actuacién no es estatica, se moviliza a partir de los lugares donde el interrogado nos coloca y de este modo dat jugar a la trasmision de datos, que a manera de confesién, buscan un interlocutor que pueda indagar en lo comunicado, acto que exige “complicidad’” en diversas direcciones y que por la via de los hechos nos hace participes de una militancia que acepta la responsabilidad ) de cargar con lo trasmitido, a través de un acuerdo implicito que busca legitimar los actos y pensamientos inscritos en una historia narrada que es permanentemente cuestionada por una militancia sociopolitica que resiste Por ello es que a la interrogante sobre qué es la la resistencia, no podemos mas que admitir que son terrenos de la vida de los individuos y las sociedades que resultan complejos en su constitucién, como compleja su aprehensién conceptual. México no es, ni de cerca, una excepcidn al respecto. Diversas y desde distintos horizontes tedrico-conceptuales son las razones posibles de esgrimir y que dan sustento a esta primera respuesta tan indeterminada que puede pricticamente caber cualquier respuesta, pues resulta ser un campo en que la complejidad es muchas veces abrumadora, en tanto las historias que en él se entretejen estin cargadas de violencia de todo tipo en los que muchas veces resalta la que se ejerce desde el propio Estado o Ia que por via indirecta fomenta-, de cruces de esperanzas y utopias sociopoliticas encarnadas y vividas por dife- rentes grupos y personas, de complicaciones biogrificas y de espa- cios en que las biografias cobran sentido, de formas de subjetividad peculiares y pricticas sociales colmadas de contradicciones y de po- - tencialidad constructiva, asi como de resoluciones cargadas de frus- . tracion, imposicién y porvenir. No obstante, la complejidad no sélo viene de las propias histo- rias que en este terreno se cruzan, se enredan y de alguna manera se resuelven, con sus cargas de violencia que acercan, alejan, reconci- lian, enceguecen, producen mas violencia o provocan una paz enga- fiosa entre los actores involucrados en estos procesos y cuya parti- cularidad requiere de tratamientos especificos y diferenciados que se mantengan lejos, en nuestro deseo tal vez muy lejos, de juicios mo- rales que ensombrecen no solo la comprensién propia sino también la construccién de corpus comprensivos que orienten las acciones de la disidencia y la resistencia, eso que en la teoria se enuncia como el de la implicacion y que exige no sélo una posicién politica, z posicién ética, tan escasa en estos tiempos. Por os que hay una marafia de pendientes que son disidencia y qué a \ ta Resistencia Social ta Disidencia | p este mundo, no sdlo el I ercamil sticulo par pI .s politica je las implicaciones F abandon, an cuando n¢ > Sacer. amos a estos mundos, sin | sy éticas que se jue ademas el destino de los saberes, sy yet sraplicidades que 10s investigadores tejen al momeny las alianzas y con'P on unos y No con otros, © al MoMeNto de soste. Pesce sic ioreet con SOW Y.00 CoO endicnees por phe sobre los modos en los que se juegan jay sigibilidad social y académica, con los propio. capacidades. jar cata historia colmada de historias, de la dificil eon modos de ditsciclac cats histo y sus alcances para configurar el pat | sii ite Tin esta dimensidn, en que la eg de clari- dad y de potenciales sentidos y feereadenciss Dee es en el mis amplio alcance de esta dltima nociér esulta fundamental sociaimente se asume que mucho tienen que ver las ciencias y sus disciplinas en contar la historia, que de pee eee ee presentala, promovera, sostenerlay,

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