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La Cabaña

(The Cottage)

Gerri Hill

Traducción Libre

By El TEAM LGM

Reseña

Jill y Carrie…ambas casadas __con hijos adolescentes…se reúnen un día durante


la hora del almuerzo de Jill en un parque local. Pronto se forja una amistad. Una
amistad que se profundiza con cada visita.

El marido de Jill todavía vive y respira la vida de entrenador, una vida que le deja
poco tiempo para Jill. Dejándola cada vez más por su cuenta, Jill se descubre a sí
misma buscando ese algo indefinible que ha estado ausente durante toda su vida.

Casada con un exitoso hombre de negocios, Carrie Howell se retiró precozmente


de una carrera en bienes raíces para pasar más tiempo con sus hijos
adolescentes y para dedicarse a su única pasión…la pintura. Ella, también, ha
sentido desde hace tiempo que algo ha faltado en su mundo.

La Cabaña es la historia de dos mujeres atraídas por una fuerza más fuerte que
sus matrimonios, más fuerte que ellas mismas. La historia de Jill y Carrie. Dos
mujeres. Un amor
Capítulo 1
Secó las lágrimas de sus ojos, diciéndose a sí misma una y otra vez que se
trataba de un servicio conmemorativo. Realmente no estaban enterrándola. En
realidad no. Pero los sollozos vinieron nuevamente y tropezó, buscó sostenerse
con una mano para mantener el equilibrio y con la otra cubrió su boca mientras
trataba de mantener sus emociones bajo control.

"¿Señorita? ¿Está bien?"

Jill volteó, sobresaltada. No había visto a nadie más. Los otros de la familia
estaban en la tumba. Se quedó mirando a la mujer de edad avanzada,
avergonzada por su falta de control. Negó con su cabeza lentamente y luego
buscó en su bolso otra toallita.

"¿Es usted amiga de la familia, querida?"

Jill aclaró su garganta, su voz ronca por el llanto "Discúlpeme. Pero ¿qué?"

"Ella era tan joven ¿Eran cercanas?"

Jill asintió y luego sonó su nariz.

"No conozco a la familia. Rara vez iban a la iglesia" dijo la mujer con un toque de
desaprobación en su voz "Pero mi sobrina trabaja en una de sus tiendas"

"Ya veo" Jill secó sus ojos, maldiciéndose a sí misma por haber venido. Sabía que
no serviría de nada. Ya se habían despedido. Pero no, tenía que venir. Quería
verlos. Y eso sólo sirvió para acentuar su quebrantamiento. Un quebrantamiento
en frente de una perfecta desconocida.

"Vengo a visitar a mi Eddie casi todos los días. Él se fue hace tres años"

Jill frunció el ceño, volteándose y mirando el monumento en el que estaba


apoyada. Edward Jorkowski.

"Oh, Dios mío" murmuró Jill "Lo siento mucho"

"Oh, no creo que a Eddie le importe. Probablemente disfruta de la compañía" la


mujer dio unas palmaditas en el asiento a su lado en el banco "Ven, siéntate
conmigo un rato. Háblame de tu amiga. Las personas siempre tienen miedo de
hablar de los muertos, como si no existieran. Mis propios hijos, mis nietos,
después que Eddie murió, casi nunca le mencionan. Como si pensaran que no
está siempre en mi mente de todos modos"
"¿Estuvo casada mucho tiempo?"

"Oh, sí. 63 años. Mucho tiempo de estar con alguien. Mucho tiempo de amar a
alguien. Las personas no se dan cuenta del enorme vacío que queda en la vida de
uno después de una muerte. Oh, las personas dicen: sé cómo se siente, pero en
realidad no lo saben. No, a menos que también hayan perdido a alguien"

"Supongo que tiene razón"

"Ven, siéntate conmigo un rato"

Jill estuvo a punto de declinar. No le había contado a nadie sobre ella. Sobre ellas.
Sobre sus vidas. Pero la piel de la anciana se arrugaba mientras sonreía, sus ojos
marrones eran cálidos y acogedores.

Jill suspiró y aclaró su garganta "El funeral era privado. Solamente la familia. El
servicio aquí afuera también era muy privado"

"Oh ¿Así que te estás colando?"

Jill sonrió con tristeza, asintiendo con la cabeza "Sí. Ella fue...ella fue incinerada"
Jill hizo un gesto con su mano "¿Quién hace un servicio en el cementerio cuando
ni siquiera van a enterrarla?"

La mujer se encogió de hombros "Supongo que van a poner una lápida, darle a
sus hijos un lugar a donde ir" la mujer dio unas palmaditas al banco nuevamente
"Ven y siéntate. Mi nombre es Beatrice. Mi Eddie siempre me llamaba Bea"

Jill sonrió "Bea. Soy Jill"

"Nunca entendí los funerales privados. Quiero decir, siempre hay alguien más
además de la familia que quiere decir adiós. Como tú, por ejemplo"

Jill se sentó pesadamente en el banco, sus ojos regresando nuevamente a la


familia mientras estaban tomados de la mano. El pastor estaba hablando, con las
manos extendidas hacia el cielo. Jill negó con la cabeza. Dios, ella habría odiado
esto.

"Ellos no sabían que yo existía. Aún no lo saben. Pero la amaba tanto…" susurró
Jill "…y ella me amaba a mí"

"No entiendo"

Jill tragó saliva y aclaró su garganta nuevamente "Nos conocimos por casualidad
hace menos de un año" Jill volteó y miró a Bea "¿Cree en las almas gemelas?"
Capítulo 2
Hace un año….

Era un día glorioso de Enero y Jill encontró un banco tranquilo en un parque. Su


banco del parque. Se deslizó hacia uno de los extremos, todavía bajo un sol
radiante y desenvolvió el sándwich que había hecho esa mañana. Había venido al
parque durante años, disfrutando del lago y del bosque, escapando de la ciudad
durante una hora cada día. El desarrollo al lado norte del lago habían provocado
que las calles de la ciudad invadieran el parque, pero la calma se mantenía. El
lago y los bosques totalizaban más de mil hectáreas, tierras por las que los
promotores inmobiliarios habían estado salivando por años. Y poco a poco, el
condado había vendido algunas hectáreas aquí y allá, reduciendo el parque
mientras los promotores inmobiliarios mantenían llenos los bolsillos de los
comisionados del condado con dinero en efectivo. Jill estaba orgullosa de haber
formado parte del Comité de Acción Ciudadana que ayudaba con la aprobación de
una ley que detuviera cualquier venta de tierras en el futuro.

"Manojo de idiotas políticos" murmuró ella.

Pero el parque ahora estaba a salvo. Sin importar cuánto creciera la ciudad y
parecía que se estaba haciendo más grande cada año, esta tierra estaría aquí, sin
ser perturbada.

Ella mordió su sándwich, estudiando el área de picnic, viendo rostros conocidos


pero ninguno que conociera. No eran más que rostros de personas como ella, que
venían al parque por una rápida escapada. Nunca sintió la necesidad de hablar
con ninguno de ellos, pero observar a las personas se había convertido en un
pasatiempo.

Entonces la vio. La pintora. La mujer había estado aquí, todos los días, durante
las últimas dos semanas. Hoy estaba más cerca, parada al borde de los árboles,
mirando el lago. Esta vez no tenía un caballete, sólo un gran bloc de dibujo.
Mientras Jill le miraba, la mujer se recostaba contra el árbol, su cabeza inclinada
hacia un lado mientras estudiaba el lago.

Jill se preguntaba quién era y de dónde era. Su cabello castaño cenizo insinuaba
su edad, eso y los anteojos (gafas) de lectura que a veces estaban situados en la
parte superior de su cabeza. Pero su cuerpo esbelto y grácil contradecía esos
signos de ser una mujer mayor. Jill le miraba cautivada mientras su mano se
movía a través del papel. Sentía un impulso casi irresistible de acercarse más,
sólo para ver lo que la mujer estaba dibujando. Probablemente era el lago, pero
aun así, Jill tenía que ver.

Algo estaba atrayéndola, instándola a levantarse del banco del parque.


Sorprendida, se descubrió a sí misma arrastrándose más cerca de la mujer y
mirando por encima de su hombro. Vio como la mano de la mujer se detenía y
luego poco a poco se volteaba al sentir su presencia. Ella deslizó nuevamente sus
diminutos anteojos de lectura hacia una posición más familiar en la parte superior
de su cabeza. En los breves segundos que sus ojos se encontraron, Jill notó dos
cosas. Uno, su cabello castaño cenizo, efectivamente desmentía su edad. No
podía ser mayor que Jill. Y dos, había algo tan familiar en ella que casi se había
quedado sin aliento. Sus ojos azules celeste se encontraron con los suyos y una
cálida sonrisa transformó el rostro de la mujer.

"Hola"

Jill finalmente recordó respirar. Le devolvió la sonrisa, un poco a manera de


disculpa "Lo siento, pero la curiosidad me ganó" explicó ella.

"Oh, mi boceto" la mujer extendió el bloc "Aquí, echa un vistazo"

Jill jadeó y levantó su mirada encontrándose nuevamente con sus ojos azules
celeste "Soy...soy yo. Algo así"

La mujer se echó a reír "Sí, algo así. Te he visto en ese mismo banco durante
días. Pensé en tratar de hacer un boceto de memoria. Realmente no quería
sentarme y mirarte fijamente. Eso asusta a algunas personas"

Jill también rió y le pasó el bloc "Y yo que pensaba que te estaba observando en
secreto"

"No, generalmente las personas sienten curiosidad cuando ven a alguien pintando
en público. O haciendo bocetos, como es el caso de hoy" la mujer le tendió la
mano "Soy Carrie Howell, por cierto"

Jill tomó su mano, notando lo fuerte que eran los delgados dedos que envolvían
los suyos "Jill. Jill Richardson"

"Encantada de conocerte, Jill ¿Vienes aquí a menudo?"

Jill asintió "Casi todos los días. Cuando el tiempo está bien"

"¿Hora de almuerzo?"
"Sí, de una a dos"

Carrie asintió "Normalmente vengo alrededor de la una. Hay demasiada gente


durante la hora del mediodía, sobre todo en días tan magníficos como hoy" señaló
hacia el lago "Realmente tenía la esperanza de que alguien tomara un bote de
remos o una canoa. Me encanta hacer un boceto del lago cuando está tan
tranquilo como ahora"

"Pero haces más que bocetos. Te vi con un caballete el otro día"

"Principalmente uso tiza o carbón si no estoy pintando con acuarelas. Esa es mi


favorita. Y en las pocas ocasiones que me siento atrevida, juego con acrílicos o
aceites, pero no a menudo" se encogió de hombros "La verdad, sólo es un
pasatiempo. Solía hacer bocetos pero he tomado clases de acuarelas y otros
materiales"

"Bueno, es un bonito pasatiempo. Debe ser relajante" Jill hizo un gesto hacia su
banca del parque "Pero estoy recortando tu tiempo. Dejaré que regreses a lo tuyo"

"Tal vez soy yo quien está recortando tu tiempo" dijo Carrie con una risa "Fue un
placer conocerte, Jill. Gracias por ser el tema de mi boceto"

"Cuando quieras"

Jill regresó a su banco, su sándwich había quedado en el olvido. No podía evitar la


sensación de que su encuentro había sido predestinado de alguna manera.
Aunque sabía que nunca había conocido a Carrie Howell anteriormente, la
familiaridad de sus ojos indicaba lo contrario. Jill juraría que los había visto
anteriormente.

Mientras conducía de regreso a su pequeña oficina en la calle Oak, repetía una y


otra vez su encuentro con Carrie, tratando de recordar en vano algún momento en
el que ella se hubiese encontrado con la mujer anteriormente. Nada llegó a ella,
así que simplemente lo atribuyó a una de esas sensaciones de déjà vu que nunca
se podían explicar.

Pero estaba segura que iba a ver a Carrie Howell nuevamente.


Capítulo 3
Jill condujo entrando en su calzada exactamente a las 5:20, a la misma que
llegaba a casa todos los días. Su casa modesta estaba en un antiguo vecindario,
los enormes árboles indicaban la antigüedad de la mayoría de las casas. Algunas
de las casas más antiguas habían sido demolidas y reemplazadas por versiones
más nuevas y de lujo, pero los árboles permanecían. Ella y Craig habían
comprado la casa poco después de haberse casado. Los padres de él habían
tenido la amabilidad de darles el pago inicial. Seguro. Ahora sabía que
simplemente había sido su manera de controlarlos. Ella y Craig, apenas habían
salido de la universidad, ambos enseñaban en la misma secundaria y apenas
tenían los fondos suficientes para una casa. Y sus padres simplemente habían
encontrado la casa perfecta para ellos. Y como bono adicional, no estaba más
lejos de una cuadra de la de ellos.

Jill rodó sus ojos, preguntándose por qué había permitido eso en primer lugar.
Pero la verdad era que se había enamorado de la casa de dos pisos, los grandes
árboles, el enorme patio y el vecindario tranquilo. Así que pareció una bendición
cuando ellos ofrecieron el pago de la inicial. Simplemente no tenía ni idea de que
estarían tan involucrados en sus vidas como lo habían estado.

Estacionó su coche en la calzada bien a la derecha para darle espacio a Craig


cuando estacionara su camioneta. El garaje (cochera) para dos coches estaba
lleno, con espacio sólo para un vehículo. La nueva camioneta de Craig ocasionaba
que ahora Jill tenía que estacionar su viejo Subaru en el exterior. Ya tenía muchos
años, pero no podía soportar la idea de separarse de él, no cuando los precios del
gas estaban tan elevados y ella estaba haciendo más de treinta millas por galón.
Elevó una comisura de su boca en una sonrisa y levantó sus cejas. No era como
que iba a alguna parte. De ida y de vuelta al trabajo, de ida y de vuelta a la ciudad
transportando a Angie. No había hecho un verdadero viaje en años. De hecho, ni
siquiera habían tomado vacaciones desde que Angie tenía 10 años. Angie crecía y
se involucraba en más actividades. Actividades que ocupaban la mayor parte del
verano.

Apenas había llegado a la puerta de la cocina cuando su hija entró en la


habitación con una mueca en su rostro mientras colocaba ambas manos en sus
caderas. Era un gesto que Jill solía encontrar divertido, sabiendo que Angie lo
había adquirido de ella con los años, pero ahora simplemente era molesto.

"¿Tienes alguna idea de qué hora es?"


"Sí, sé exactamente qué hora es. La misma hora en la que llego a casa todos los
días"

"Mamá, tengo una reunión de estudio de grupo en casa de Shelly. Tenemos un


proyecto de biología en el que estamos trabajando"

"¿Por qué no le pediste a tu abuela que te llevara?" preguntó Jill mientras abría la
nevera y sacaba una botella de agua, preguntándose distraídamente que
prepararía para la cena de esta noche.

"La abuela siempre tiene que estar llevándome ¿Por qué no me llevas tú?"

"Trabajo hasta las 5 todos los días Angie, lo sabes. Si tienes que estar en algún
lugar antes de esa hora, pídeselo a tu abuela. De todos modos estás en su casa
después de la escuela"

"Ella no tendría que estar llevándome todo el tiempo. No es mi madre"

Jill cerró sus ojos por un momento. Al parecer, su suegra estaba en uno de sus
estados de ánimo. Era en esas ocasiones cuando sermoneaba a Angie de lo
terrible que era que Jill ya no enseñara en la escuela, lo terrible que era que
tuviese que trabajar hasta las 5, bien pasada la hora en la que su única hija estaba
en casa después de la escuela. Pero Jill no discutiría con su hija de catorce años
"Está bien, vamos" dijo ella.

"¿Ir a dónde?"

"A tu grupo de estudio"

"Ahora es demasiado tarde, mamá"

"Entonces ¿por qué estamos teniendo esta conversación?"

"Simplemente no lo entiendes ¿verdad?"

"Aparentemente no" murmuró ella "¿Dónde está tu padre?"

"Tiene un juego esta noche"

"Oh, sí, lo olvidé ¿Sabes cuándo estará en casa?"

"Él es tu marido, no el mío"

Jill miró como su hija salía de la cocina con el mismo arrebato con el que había
entrado. Cuatro años más de secundaria. Se preguntaba si podría alquilarle un
lugar hasta que se graduara.
"Probablemente no"

Había estado en ese estado de ánimo los últimos seis meses, desde que había
empezado la secundaria. Era como si alguien hubiese accionado un interruptor.
Su hija feliz y despreocupada se había convertido en una perra del infierno. Y
sabía que su suegra sólo le azuzaba, puntualizando todos los fallos de Jill como
madre. Uno de ellos era el hecho de que había dejado el trabajo de enseñanza
años atrás, un trabajo que le habría dado la oportunidad de pasar tiempo de
calidad cada verano con su hija. La verdad era que Jill había dejado la enseñanza
ya que no podía soportar estar alrededor de los adolescentes cuando sus
hormonas hacían estragos con sus personalidades. Temía que nunca hubiese
querido tener hijos propios, después de pasar sus días con ellos. Así que, solo
después de cuatro años, renunció. Poco tiempo después, encontró un trabajo
como gerente de oficina en construcciones Tutt y desde entonces había estado
con ellos. Cuando el viejo Tutt entregó el negocio a su hijo ocho años atrás,
repentinamente Jill se encontró con un buen aumento de sueldo y un nuevo
asistente. Al parecer Johnny conocía su potencial y todo lo que había hecho,
aunque su padre le había tratado y le había pagado como a una secretaria novata.
Jill llevaba las cuentas organizadas, mantenía a todos programados y manejaba
toda la publicidad.

Y ahora que tenía un asistente, era un trabajo que dejaba a las 5 cada día,
relativamente libre de estrés y rara vez pensaba en él hasta que llegaba a las ocho
de la mañana del día siguiente. No, ahora el estrés era una hija adolescente cuyas
hormonas le habían atacado desde adentro y tenía el inmenso placer de
enloquecer a su madre.

Pasará. Las palabras que Craig había usado la otra noche. El problema era que
Craig apenas estaba en casa por lo que no notaba el cambio de Angie. A
diferencia de Jill, Craig amaba la enseñanza en la secundaria. Le mantenía joven,
había dicho. También lo mantenía alejado de casa. Fútbol en el otoño, baloncesto
en el invierno, béisbol en primavera, Craig los entrenaba a todos. Y en los
veranos, jugaba en no menos de tres equipos de softbol.

En sus noches de descanso, ofrecía voluntariamente su tiempo para la liga de los


pequeños. No era de extrañar que sólo hubiesen tenido un hijo. Sacó un paquete
de carne molida del congelador, deseando poder recordar dónde jugaría esta
noche y si estaría en casa a una hora razonable. Cuando los juegos eran fuera de
la ciudad llegaba a casa a las 11 o más tarde. Si el juego era en el gimnasio,
estaba en casa a las 9:30. Prepararía una cazuela. Si él tenía hambre cuando
llegara a casa, al menos tendría algo. Si no, entonces la cena de mañana ya
estaría preparada.
Suspiró preguntándose cuando su matrimonio se había convertido en esto,
preguntándose si todos los matrimonios se convertían en esto después de casi 20
años. Rara vez hablaban. Demonios, rara vez se veían. Su vida sexual se había
convertido en el obligatorio una vez a la semana, quisieran o no. Eso era una vez
a la semana si era una semana buena. Generalmente Jill estaba en cama y
durmiendo cuando Craig llegaba a casa. Y ese era otro de los temas de su suegra.
Jill debería apoyar a Craig yendo a sus juegos. Después de todo, eso era lo que
hacían las otras esposas.

Lo que era una mierda, por supuesto. Craig no esperaba que ella fuera a los
juegos sólo para ver al entrenador. Era ridículo. Sin embargo, él quería que ella
asistiera a sus juegos de softbol en el verano. Y lo hacía en algunas ocasiones.
Conocía a la mayoría de las otras esposas y se llevaba bien con ellas. Pero era de
antaño, sentarse durante horas, viendo a un montón de hombres adultos actuando
como adolescentes, cada uno tratando de superar al otro y exhibiendo su destreza
en el softbol.

Se cambió su ropa de negocios, colocándose un par de sudadoras confortables y


una vieja camiseta holgada de Craig. Robóticamente comenzó a preparar la cena,
se sirvió una copa de vino, algo con lo que se había estado complaciendo en el
último año más o menos. Ni ella ni Craig eran grandes bebedores, aunque él
disfrutaba ocasionalmente una cerveza con sus amigos del softbol. Y un día, por
capricho, ella compró una botella de vino tinto y comenzó a disfrutar una copa con
la cena. La cena que con más frecuencia comía sola o con Angie. Últimamente,
también había empezado a disfrutar de una copa durante la preparación de la
cena.

Mientras añadía sistemáticamente las cebollas a la carne, pensó en la mujer que


había conocido ese día. Una vez más, esa persistente sensación de familiaridad
se apoderó de ella. Apoyó una cadera contra el mostrador mientras añadía más
vino a su copa, preguntándose si volvería a verla mañana.
Capítulo 4
Jill hizo un gesto a su asistente al mediodía para que la mujer más joven se fuese
a almorzar. Jill siempre disfrutaba de la tranquilidad de la oficina desde el
mediodía hasta la una. El teléfono rara vez sonaba, dándole tiempo para
concentrarse en los libros. La contabilidad era una habilidad que había tenido que
aprender a la fuerza cuando tomó este trabajo. Sorprendentemente, descubrió que
era muy buena en eso, de manera intuitiva. Pero odiaba las interrupciones. Y
ahora que tenía un asistente que se encargaba de las tareas cotidianas de la
pequeña oficina, podía darse el lujo de cerrar la puerta, desconectarse a sí misma
mientras hacía el balance de las cuentas.

Pero ahora durante el almuerzo, su puerta estaba abierta de par en par ante la
remota posibilidad de que un cliente pudiese venir mientras Harriet estaba fuera.
Su negocio todavía era relativamente pequeño, pero había crecido
considerablemente desde que Johnny se había hecho cargo. Él era más práctico
que su padre, superándolos en la oficina cada mañana, luego salía a las 9 a
comprobar los diversos equipos de construcción que tenían en el campo. Mientras
su padre dirigía la oficina y descansaba en su equipo de trabajo para ejecutar la
construcción final de las cosas, Johnny permitía que Jill dirigiera la oficina mientras
él se encargaba de los equipos de trabajo. Se había producido un cambio rentable
en el negocio. Un cambio que los mantenía ocupados de 8 a 5.

Pero ahora Jill se descubría a sí misma mirando el reloj, deseando que llegara la
1:00. Estaba ansiosa por su propia hora de almuerzo, ansiosa por ir al parque. Por
alguna razón, no podía sacar a Carrie Howell de su mente. Incluso esta mañana,
después que Angie había lanzado un ataque sobre Jill por no ser capaz de llevarla
a la práctica de la banda a las cuatro, anhelaba la hora tranquila cuando podía
escapar al parque. Dios no permitiera que Angie permaneciera alrededor de la
escuela durante 45 minutos, hasta que comenzara la práctica.

"Mamá, eso es para los perdedores. Los que no tienen quien los lleve"

"Bueno, parece que hoy serás una perdedora. A menos que tu abuela te lleve"

"Por supuesto, que recaigan tus deberes de madre en la abuela" dijo con
sarcasmo.

"Mis deberes de madre en este momento incluyen trabajar de 8 a 5. No tengo el


lujo de estar en casa todo el día como tu abuela"

"No puedo esperar hasta ser lo suficientemente mayor como para conducir.
Entonces no tendré que depender de ti nunca más" escupió ella.
"Tu abuela te comprará el coche ¿cierto?"

"Papá prometió que podría tener un coche" gritó ella.

"Sí. Creo que te prometió mi viejo Subaru"

Las lágrimas brotaron de inmediato "¡No voy a conducir ese pedazo de mierda!
Voy a ser el hazmerreír de la secundaria" salió corriendo y gritando de la
habitación y Jill frotó sus sienes, deseando una vez más que Craig estuviese allí
para que fuese testigo de uno de sus pequeños ataques.

Y después de un viaje en completo silencio a la escuela…uno que terminó con


Angie dándole un portazo al Subaru…Jill escapó a la tranquilidad y la calma de su
trabajo de 8 a 5.

Volvió a mirar su reloj, observando como las manillas se movían hacia las 12:30,
sabiendo que no realizaría absolutamente ningún trabajo mientras escuchaba el
tic-tac del reloj.

Finalmente, faltando sólo cinco minutos para irse, comenzó a prepararse,


guardando el poco trabajo que había hecho y cerrando su ordenador. Se dirigió a
la pequeña sala de descanso y recuperó su sándwich de la nevera y luego agarró
una botella plástica de agua y esperó pacientemente en su escritorio. Tan pronto
vio a Harriet en el coche, corrió a la puerta, reuniéndose con ella en la acera.

"Hoy estás apurada" dijo Harriet "¿Tienes una cita?"

Jill se echó a reír "Si…una cita con una banca del parque"

"Bueno diviértete. Nos vemos a las dos"

Sí, hoy estaba apurada y la mañana había sido interminable. Y la expectación que
había estado sintiendo todo el día aumentó diez veces mientras se acercaba al
parque. No se detuvo para preguntarse por qué estaba tan apurada por llegar al
parque, tan apurada para ver si Carrie Howell estaba allí. Una vez más, esa
sensación que de alguna manera había estado controlando, siendo guiada al
parque, se apoderó de ella y sabía que sería inútil tratar de oponerse a ella. No
quería oponerse a ella.

Quería ver a Carrie Howell.

Y mientras se sentaba en su banca del parque, permitiendo que el sol le calentara,


miró a su alrededor, sus ojos buscaban a la otra mujer. Un momento de pánico le
impactó cuando no le vió a primera vista, entonces, a través de los árboles, cerca
del lago, estaba allí de pie. Hoy nuevamente con un caballete.
Jill sintió que una oleada de alivio le cubrió cuando vió a la otra mujer. No podía
explicar la comodidad que sentía sabiendo que Carrie estaba allí. Sin pensarlo,
desenvolvió su sándwich, comiendo y masticando metódicamente mientras
observaba a Carrie.

Entonces, como si sintiera sus ojos sobre ella, Carrie se volteó y le miró
directamente a los ojos. Jill dejó de masticar, con la garganta apretada mientras
imaginaba esos ojos azules celeste mirándola. Carrie levantó una mano en señal
de saludo y Jill hizo lo mismo. No fue hasta que Carrie se volteó, que Jill fue capaz
de tragar nuevamente.

¿Qué es lo que te pasa?

Pero no obtuvo respuesta. Simplemente tenía una imperiosa necesidad de estar


cerca de la mujer. Y en poco tiempo, conseguiría su deseo ya que Carrie
caminaba hacia ella. Jill limpió apresuradamente su boca con la servilleta y bebió
un trago de agua.

"Hola, Jill. Es bueno verte nuevamente" saludó Carrie.

"Sí. Veo que ahora tienes tu caballete ¿Acuarela?"

"No. Tizas de colores. Normalmente uso mi cuaderno de dibujo, pero tuve una
inspiración para una imagen más grande. Quería capturar los árboles y el lago, tal
vez añadir un pato o dos en el primer plano. Si resulta bien con la tiza de color,
entonces, haré la escena con acuarelas" entonces abrió su cuaderno y le entregó
a Jill un papel "Toma. Pensé que te gustaría tener esto"

Jill agarró el papel, notando el boceto que había visto ayer, el boceto de ella en la
banca del parque. Carrie había añadido características a su rostro, haciendo obvio
que era ella, no sólo una mujer sin rostro en el parque. Era hermoso.

"Gracias. Es precioso"

"Bueno, tuve una modela preciosa"

Jill sonrió, sin saber qué decir.

De su bolso, Carrie sacó una media hogaza de pan "Estaba a punto de darle de
comer a los patos ¿Te gustaría caminar un rato?"

"Claro" Jill se puso de pie, haciendo un gesto hacia el caballete "¿Eso estará
bien?"

"Dudo que alguien se lo robe" dijo Carrie.


Caminaron a lo largo del sendero, en dirección a los pequeños embarcaderos
donde estaban atados los botes de remo y las canoas. En primavera y verano,
era muy difícil encontrar uno disponible ya que el lago se mantenía lleno de ellos.
Pero hoy, en esta tarde fría de enero nadie desafiaba el agua.

"No puedo decidir que época del año es mi favorita aquí" dijo Carrie "Me gusta la
tranquilidad del invierno, como hoy. Pero echo de menos el verdor de la primavera
y el verano. Cuando hago bocetos en el invierno, trato de encontrar algo brillante,
algo colorido. Como una de las canoas rojas en el agua, por ejemplo"

"Nunca te he visto aquí anteriormente, pero parece que estás familiarizada con el
lago" dijo Jill.

"Estoy familiarizada con el lago, sí. Sin embargo no vengo a menudo al parque.
Especialmente durante el verano. Demasiados niños corriendo" dijo ella "No es
que tenga nada en contra de los niños. Simplemente son...perturbadores" dijo
Carrie con una risa.

"Sí, estoy de acuerdo contigo en eso"

Carrie rió "Déjame adivinar. Tienes un adolescente"

Jill asintió "Una hija"

"¡Oh vaya!"

"Tiene catorce años, piensa que tiene 18 y actúa como de 10 ¿Tienes hijos?"

Carrie asintió "Dos chicos. Josh tiene 17 años y se gradúa en mayo. Aaron tiene
quince. No podría pedir mejores hijos. Josh siempre ha sido maduro para su edad
y por suerte se llevan bien. Josh realmente disfruta siendo el taxista de Aarón, así
que me ahorra tiempo. Él ha tomado su papel de hermano mayor muy seriamente"

"Angie está en la etapa de odio a mi madre" explicó Jill.

"Es una cosa de chicas" dijo Carrie "Mi madre me recuerda que estuve en esa
etapa durante 15 años" dijo con una risa.

Se acercaron al área para nadar, desierta en esta época del año a excepción de
los patos que estaban tomando el sol en la arena. Como si supieran del almuerzo
gratuito, no menos de 10 se acercaron a su encuentro. Carrie entregó a Jill varias
rebanadas de pan y se dispusieron a la tarea de divertirse partiéndolos y
arrojándolos a los demandantes patos que estaban a sus pies.
"Oh, aquí viene" dijo Carrie señalando al último que se acercaba "La he llamado
abuela Pato"

"¿Es vieja?"

Carrie se encogió de hombros "No tengo ni idea. Pero es más gris que marrón y
mira cómo cojea" Carrie se puso en cuclillas "Toma cariño" murmuró lanzándole
pan al viejo pato.

Jill le miró sonriendo mientras Carrie ahuyentaba los otros patos para que la
abuela Pato pudiese comer.

"La he visto por años" dijo Carrie "Es una vieja dura"

La barra de pan fue devorada rápidamente, así que regresaron a la banca del
parque. Fue una hora divertida pero pasó demasiado rápido.

"¿Puedo preguntarte algo?"

Carrie asintió "Claro"

"¿Nos conocemos?"

Carrie rió "¿Tu también? He estado pensando en ello desde ayer. Me pareces tan
familiar"

"Lo sé. Pero no creo que nos hayamos conocido" Jill permitió que sus ojos se
mantuvieran conectados con los azules celestes de Carrie "Sin duda lo
recordaríamos"

Los ojos de Carrie se pusieron serios "Tal vez en otra vida" murmuró ella.

Jill estuvo a punto de decir que no creía en ese tipo de cosas, pero la familiaridad
en los ojos de Carrie le dijo que podría ser cierto "Tal vez"

Carrie sonrió y sus ojos se suavizaron "Y tal vez te veré otra vez"
Capítulo 5
Jill se sorprendió al ver la camioneta de Craig en la calzada cuando llegó a casa
esa tarde. Sabía que no tenía un juego, pero por lo general practicaban después
de la escuela. Notó dos cosas cuando entró en la cocina. Uno, la cena estaba en
el horno. Al parecer había encontrado la cazuela que había hecho la noche
anterior. Y dos, la lavadora y la secadora estaban en funcionamiento.

"¿Craig?" llamó ella.

"Aquí" lo encontró en su sillón, con el control remoto en una mano y su teléfono


celular en la otra. Un partido de baloncesto estaba en marcha.

"Gracias por comenzar la cena" dijo ella mientras caminaba poniéndose detrás de
él y apretando ligeramente su hombro "Y el lavado de ropa"

"¿Cómo estuvo tu día?" ella sonrió y se encogió de hombros.

"Igual que siempre" rara vez hablaba de su trabajo. En las pocas ocasiones que
había tratado de compartir algo con él, había notado su completo desinterés. Si no
tenía que ver con el deporte, su capacidad de atención era la de un niño de diez
años "¿El tuyo?"

"Día corto. Suspendí la práctica. Estuvimos increíbles anoche. Les dije que se
tomaran un día libre"

"Bueno, eso fue amable de tu parte" ella se alejó "¿Angie estaba aquí? Tenía
práctica con la banda"

"Sí, la llevé. Encontrará quien la traiga a casa"

"¿Así que estoy asumiendo que no te dio problemas como lo hizo conmigo esta
mañana?"

Craig se echó a reír "Por lo que escuché, fuiste tú quien le dio problemas. Mi
madre dijo que Angie le llamó llorando"

Jill suspiró "¿Y qué más dijo tu madre?"

"Oh, lo de siempre. Por cierto, estamos invitados para cenar el sábado por la
noche"

"No puedo esperar" murmuró ella mientras salía de la habitación.

A solas en su habitación se desvistió rápidamente, con la intención de tomar una


ducha antes de la cena. Pero Craig le sorprendió cuando abrió la puerta.
"Tenemos treinta minutos antes que Angie llegue a casa" dijo él elevando
maliciosamente sus cejas. Sonrió haciendo que su bigote se arrugara en las
esquinas.

Pero ella cerró sus ojos y negó con la cabeza "Realmente no estoy de ánimo,
Craig" dijo ella en voz baja.

Él se acercó "Ha sido un largo tiempo, nena"

"Sí, lo sé. En realidad ha pasado un largo tiempo desde que hemos estado aquí,
juntos, al mismo tiempo"

"¿Y? ¿Eso es un sí?"

Antes que ella pudiese responder, su celular sonó. Él lo miró y luego a Jill "Lo
siento, cariño, pero tengo que contestar esto"

Ella negó con la cabeza, sorprendida por el alivio que sintió cuando él cerró la
puerta detrás de él. No, no estaba de humor, pero eso no le había detenido
anteriormente. Pero por alguna razón, esta vez no podía reunir la energía para
fingirlo.

Y en vez de la ducha rápida que había planeado, llenó la bañera con agua,
añadiendo aromas y aceites para el agua caliente. Encendió la vela solitaria que
guardaba y luego bajó las luces. Lucía como un ambiente romántico. Así que
antes de meterse en el agua caliente, cerró con seguro la puerta del baño. Por si
acaso.

Dejó que el agua le cubriera, hundiéndose hasta el cuello y cerrando sus ojos. No
se sorprendió cuando pensamientos sobre Carrie Howell bailaron en su mente.
Capítulo 6

"¿Ese Howell? ¿El de la tienda de electrónica?" preguntó Jill unos días más tarde,
mientras caminaban para alimentar a los patos.

"Sí, ese Howell, pero no es la gran cosa" dijo Carrie.

"¿Realmente es tu marido quien sale en los comerciales?"

"Realmente es él"

"Wow. Es atractivo"

Carrie se encogió de hombros "Está adquiriendo la gordura de la mediana edad"

"¿Cuánto tiempo has estado casada?"

"Veintidós años. Sin embargo, rara vez nos vemos el uno al otro. Estoy segura que
es un requisito para un buen matrimonio. Nunca estar alrededor del otro lo
suficientemente como para discutir. Él es adicto al trabajo. Actualmente tiene 7
tiendas. Dos aquí en la ciudad y el resto en un radio de 200 kilómetros. Está
convencido que tiene que visitar a cada una personalmente una vez a la semana"

"Wow"

"¿Eso te impresiona?"

"¿7 tiendas? Sí, lo hace ¿Cómo empezó?"

Carrie señaló "Allí está la abuela pato. Está esperando por nosotras" hizo una
pausa con sus ojos todavía en el pato "Cuando nos casamos, James tenía todos
los aparatos electrónicos conocidos por el hombre. Los CDs apenas estaban
saliendo al mercado, los ordenadores todavía estaban en pañales y los teléfonos
celulares eran así de grandes" dijo riendo y manteniendo separadas sus manos
"Pero, si estaba hecho, James tenía que tenerlo"

Ella entregó a Jill un poco de pan y luego comenzó a lanzar su pedazo a los patos,
asegurándose que la abuela pato obtuviera su porción.

"¿Así que eso le animó a abrir su propia tienda de aparatos electrónicos?"


"Más o menos. Eso fue antes que aparecieran los grandes almacenes de cadena.
Logró mantener una vida decente, pero luego se convirtió en la norma que todos
tuviesen una computadora en casa, fue entonces cuando su negocio despegó.
Eso y cuando todo se volvió digital. Teléfonos y cámaras. Él llevaba un paso por
delante del juego y ya tenía una reputación"

"Así que cuando aparecieron los grandes almacenes ¿no se afectó su negocio?"

"Algo. Pero la mayoría de sus tiendas se encuentran en pueblos más pequeños,


donde la competencia es casi inexistente"

"Así que… ¿entonces no trabajas?"

Carrie negó con la cabeza "Ya no. Pero realmente no tuvo nada que ver con
James. Estuve en el sector inmobiliario por años. Tenía mi propio dinero"

Cuando Jill estuvo a punto de hacer otra pregunta, Carrie se volteó hacia ella, sus
ojos azules claros se encontraron con Jill "Debes estar terriblemente aburrida
escuchando sobre el ascenso de mi marido en el mundo de los negocios.
Cuéntame que haces tú"

Una vez más, esa sensación de familiaridad se apoderó de ella cuando miró los
ojos de Carrie. Sonrió antes de voltearse hacia los patos "Ni siquiera le cuento a
mi esposo sobre mi trabajo ¿por qué demonios te gustaría escuchar sobre eso?"

"Porque estoy interesada en ti"

Fue una respuesta simple dada con la naturalidad de una nueva amistad. Pero por
alguna razón, las palabras resonaron en su cerebro ¿Por qué demonios Carrie
Howell estaría interesada en ella?

"Dirijo una oficina…" dijo Jill, finalmente "…la constructora Tutt. He estado allí
desde que dejé la enseñanza, hace 15 años"

"¿Oh? ¿Eras maestra? Siempre he pensado que es el peor trabajo en el planeta"


dijo ella riendo "No te culpo por renunciar. Entonces ¿qué hace uno para dirigir
una oficina?"

"Bueno, está el propietario, el hijo del Sr. Tutt…Johnny…quien está a cargo desde
hace más de 8 años. Luego está mi asistente, quien ahora se encarga de todas
las cosas importantes…como asegurarse que haya café en las mañanas. Eso me
deja a mí haciendo malabares con las cuentas, manteniéndolas cuadradas,
lidiando con los contadores, tratando con el banco y haciendo la nómina de los
equipos de construcción"
"Te encargas de un buen número de sombreros" dijo Carrie.

Jill negó con la cabeza "He estado allí tanto tiempo, que podría hacerlo en sueños"
dijo ella "Es un trabajo relativamente libre de estrés que produce más ingreso que
el de mi esposo"

"Ouch. Eso debe doler" supuso Carrie.

"Él es maestro. Y entrenador" añadió ella "En Kline High"

"¿Así que ambos eran maestros? ¿Qué te hizo renunciar?"

"Me di cuenta que odiaba a los adolescentes"

La risa de Carrie estalló, sobresaltando a los patos que ya corrían alejándose de


ellas.

"Y ahora estás viviendo con una. Eso no tiene precio"

"Me alegra que lo encuentres divertido" dijo Jill con una sonrisa.
Capítulo 7

La estúpida conversación durante la cena fue interminable y a Jill le resultaba


difícil mantener una mirada interesada en su rostro. Había escuchado historias de
la infancia de Craig más veces de las que podía contar, aun así permitían que su
madre continuara aburriéndolos sin cesar hasta que Jill sintió que sus ojos
rodaban hacia la parte posterior de su cabeza.

"Abuela, cuenta aquella en la que papá se cae del árbol" le animó Angie.

"¡Oh! recuerdo cuando eso sucedió…" intervino el tío de Craig.

Jill miró a Craig que estaba al otro extremo de la mesa, rogándole en silencio que
pusiera fin a la narración de cuentos. Él le dio un guiño sutil y luego volvió su
atención a su madre que ya había comenzado la historia.

Grosero o no, Jill simplemente no podía soportarlo ni un segundo más. Se puso de


pie en silencio señalando hacia el cuarto de baño. Su suegra nunca se detuvo ni
un segundo.

Cerró la puerta y se volteó abriendo el agua, dejando que el sonido se escuchara


en la otra habitación. Se encontró con sus ojos en el espejo, preguntándose por su
irritabilidad esta noche. Por supuesto su familia política le ponía los nervios de
punta como siempre lo hacían, pero pensaba que ya estaba acostumbrada a estas
alturas. Las reuniones para cenar que sus padres organizaban una vez al mes, se
habían vuelto tan rutinarias que Jill difícilmente le dedicaba un pensamiento. Pero
esta noche, simplemente no podía soportarlo un segundo más. Suspiró, entonces
apartó el cabello rubio que cubría sus oídos y reacomodó un poco los flecos.
Suspiró nuevamente.

La inquietud que había sentido durante todo el día pareció escalar mientras
permanecía sentaba a través de la cena, aumentando con cada palabra de su
suegra. Mientras se miraba en el espejo, vio la verdad reflejada en sus ojos color
avellana y supo por qué se sentía inquieta. No lo entendía, pero sabía por qué.

Era sábado.

La suerte quiso que el lunes resultara ser un día lluvioso. No le había importado.
De todos modos fue al parque.
Estaba vacío.

Así que se sentó en su coche, su decepción estuvo a punto de atragantarla


mientras mordisqueaba su sándwich. No, no lo entendía ¿Cómo se había
obsesionado con una mujer que había conocido hacía una semana? ¿Qué había
en Carrie Howell que le atraía de esta manera?

Perdida en sus pensamientos, se había quedado sin aliento ante la urgente


llamada en su ventana. Limpió el vidrio empañado, su sonrisa fue equivalente a la
de Carrie mientras la otra mujer le devolvía la mirada. Jill abrió rápidamente la
puerta, viendo como Carrie corría hacia la puerta del acompañante, haciendo una
pausa para cerrar el paraguas antes de entrar.

"¿Estás loca?" preguntó Jill cuando la mujer que goteaba se metía dentro de su
coche.

"Aparentemente. Lamento lo de tu asiento"

"Dudo que podrías dañar algo en este viejo coche"

Jill vio como Carrie pasaba sus manos mojadas por su cabello, apartando las
gotas de agua que se aferraban a sus cortas hebras.

"Nunca dije esto antes, pero me encanta tu cabello" dijo Jill sin pensar.

"Gracias. Me di por vencida coloreándolo hace unos diez años. Herencia de


familia. El de mi madre era totalmente gris a los cuarenta así que sigo su ejemplo.
Todavía tengo un poco de castaño mezclado"

"¿Cuántos años tienes?"

"Cuarenta y tres ¿Y tú?"

"Todavía me aferro a los 39. Al menos durante unos meses más"

"Bueno, lo celebraremos. Los 40 es un gran año"

"Creo que eres la única mujer a la que le he escuchado decir eso" Jill sonrió "¿Y
qué estás haciendo aquí afuera en la lluvia?"

"Podría hacerte la misma pregunta" los ojos de Carrie se suavizaron mientras


miraban a Jill "Pero imagino que estás haciendo lo mismo que yo"

Jill asintió "Yo...sí, supongo que sí"

"Entonces ¿cómo estuvo tu fin de semana?"


"Interminable"

"Es curioso. Así iba a describir el mío"

"Tuvimos una cena en casa de los padres de Craig el sábado por la noche. Un
asunto familiar. Aparecieron algunos de sus familiares que viven fuera de la
ciudad"

"¿No te llevas bien con tus suegros?"

"Nos toleramos los unos a los otros. Su madre no me ha perdonado por


abandonar la enseñanza. Esa es sólo una de una larga lista de defectos que
tengo"

"Déjame adivinar ¿Craig es hijo único?"

"Correcto"

"Las suegras puede ser brutales"

"¿La tuya?" Carrie sonrió.

"No, en realidad es un amor. Me llevo mejor con ella que con mi propia madre"

"Supongo que tuve suerte en ese sentido. Mi madre y yo rara vez discutíamos. Y
ella ahora es mi gracia salvadora cada vez que Arlene me cabrea. Pero no logro
verla mucho. Se volvió a casar después que mi padre murió. Ahora pasan su
tiempo viajando en una casa rodante"

"¡Oh, qué divertido! Imagina tanta libertad"

"Sí. Extraño verla, pero ella se la está pasando muy bien. No puedo dejar de
envidiarla por eso"

Un fuerte trueno casi sacudió el vehículo y la llovizna constante se convirtió en un


aguacero. Ellas se miraron y sonrieron.

"Estás atrapada aquí" dijo Jill.

"Bueno, podría pensar en peores lugares donde estar atrapada" echó un vistazo a
su reloj "Pero sólo te quedan 20 minutos. Debí haber llegado antes"

"Seis minutos. Es el tiempo que necesito para regresar a la oficina. Pero no será el
fin del mundo si llego tarde"

"No, pero apuesto a que sería impactante. Imagino que eres una del tipo de los
muy puntuales y que, probablemente, enloquece al llegar tarde a alguna parte"
Jill se echó a reír "¿Y cómo lo sabes?"

"Porque llegas al parque exactamente a la 1:05 cada día y dejas el parque


exactamente a 7 para las 2"

Jill se echó a reír nuevamente "Eso me da un minuto extra"

"Pero no has terminado tu almuerzo" dijo Carrie señalando el sándwich a medio


comer "No debí haberte interrumpido. Simplemente me arriesgue esperando que
estuvieses aquí"

"En realidad, me ha decepcionado que estuviese lloviendo. No pensé que estarías


aquí. Quiero decir, no espero que me entretengas durante el almuerzo ni nada de
eso" añadió ella rápidamente.

Carrie se echó a reír "También disfruto tu compañía. Ya no tengo tantas amigas"


dijo ella "Al parecer cuando me retiré de los bienes raíces, perdí contacto con la
mayoría de ellas. James y yo tenemos un par de amigos pero realmente no tengo
amigos cercanos"

"Sé a qué te refieres. Nuestros amigos son otros entrenadores y sus esposas. O
sus compinches de softbol y sus esposas"

"Es curioso que sea así ¿no?"

"No soy tan extrovertida como él" explicó Jill "Disfruto demasiado mi tiempo a
solas. Craig, por otro lado, tiene que tener constante distracción, ya sea en
persona o por el celular. Te lo juro, duerme con esa maldita cosa"

"He tenido uno así. Puedo entenderte"

"Por casualidad no tienes un teléfono celular ¿verdad?"

Carrie rió "Era yo quien dormía con uno cuando estaba trabajando. Quiero decir,
todavía tengo uno, pero rara vez lo uso a menos que tenga que llamar a alguien.
No me gustan las interrupciones"

Se sentaron por un momento en silencio. Jill sabía que tenía que irse y echó una
rápida mirada a su reloj.

"Lo sé. Tienes que irte"

Jill asintió lentamente "Sí. Es hora. Pero esta es una lluvia torrencial ¿Puedo
dejarte en alguna parte?"
"Oh, no. Me encanta la lluvia…de verdad. Cuando haya terminado y salga el sol,
todo estará limpio y fresco. Me encanta. Además, mientras más lluvia recibamos
ahora, la primavera por venir será más verde" ella sonrió "Colores, querida. El
mejor amigo de una artista"

"Bueno, tal vez mañana…"

"…tendremos sol" Carrie terminó por ella. Se extendió hacia el piso del coche y
agarró su paraguas mojado "Conduce con cuidado, Jill"

Antes que Jill pudiese responder, Carrie se había deslizado bajo la lluvia. No era
más que una sombra a través de las ventanas empañadas y Jill permaneció
sentada por un momento, viendo como desaparecía entre los árboles.
Capítulo 8

"No puedo creer que nunca hayas estado en una canoa" dijo Carrie arrojando pan
a los patos más tarde esa semana.

"He estado en un bote de remos ¿Eso cuenta?"

Carrie fijó sus ojos azul celeste en ella, una sonrisa formándose lentamente
"Cuando el clima sea cálido, alquilaremos uno"

Jill asintió, luego se acurrucó dentro de su chaqueta, tratando de mantenerse


caliente "Hoy realmente hace frio"

"¿Y tu madre no te advirtió que no deberías salir sin cubrir tu cabeza?"

Carrie quitó el gorro de lana de su propia cabeza y cubrió la de Jill, tirando de él


hacia abajo alrededor de sus oídos. Se echó a reír y luego apartó delicadamente
el cabello de Jill de sus ojos.

"Listo"

Jill se echó a reír, mirando el cabello corto de Carrie, las hebras castaño grisáceas
en completo desorden "Tal vez deberías conservarlo" se burló ella "Vas a
ahuyentar a los patos"

"Muy graciosa. Sabes, no te he visto comer el almuerzo durante toda la semana


¿Estoy afectando tu tiempo?"

"No te he visto hacer bocetos. Tal vez soy yo quien está afectando tu tiempo"

"Puedo hacer bocetos en cualquier momento. Disfruto demasiado de nuestro


tiempo juntas como para interrumpirlo"

"¿Lo haces?"

Carrie se detuvo y se volteó, sus ojos serios "Sí, por supuesto. Te has convertido
en el momento más interesante de mis días"

"Dios, si ese es el caso, debes tener días muy aburridos"

"¿Aburridos? No, en realidad no. Pero me encanta verte. Es curioso ¿sabes? Sólo
te he visto durante una semana, sentada en tu banca del parque. Y como una
observadora de las personas, tratas de adivinar quiénes son, que son, como es su
vida. Pero contigo, no podía definirlo. También estabas haciendo tu propia
observación. Nunca traías un libro para leer, sólo te sentabas allí y mirabas
alrededor. Siempre me preguntaba que estabas pensando" lanzó el último trozo de
pan a los patos y luego sacudió las manos en sus vaqueros "Parecías un poco
inaccesible, así que decidí no interrumpir tus días. Eso no me impedía hacer
bocetos de tí" añadió con una sonrisa.

"¿Realmente parezco inaccesible?"

"Bueno, déjame preguntarte esto. En todo el tiempo que has venido aquí ¿alguna
vez alguien se ha acercado a tí para comenzar una conversación?"

Jill frunció el ceño y sacudió su cabeza. "No. Supongo que no"

"Probablemente no te has dado cuenta, pero siempre escoges un lugar lejos de


los demás, lejos de la caminera y del lago" ella se encogió de hombros "Lejos del
tráfico. Lejos de las personas"

Jill sonrió luego deslizó dos dedos bajo el cálido gorro de lana para rascarse la
oreja "Analizas demasiado ¿no?"

Carrie se echó a reír, dispersando nuevamente a los patos. Jill amaba su profunda
y rica risa. Hacía eco a su alrededor.

"Simplemente dices lo que está en tu mente ¿no es así?"

"Como tú"

Carrie asintió "Sí, tiendo a analizar exageradamente ¿Así que mi descripción


sobre ti de que odias a las personas no es cierta?"

Fue el turno de Jill para reír "No odio a las personas. Solo a los adolescentes
¿recuerdas?"

"Y a las suegras" añadió Carrie.

Regresaron sobre sus pasos hacia la banca del parque que Jill normalmente
ocupaba. Como de costumbre, la hora había pasado volando. Y mañana sería
viernes.

"¿Tienes planes para el fin de semana?" preguntó Carrie.

Jill asintió "Craig tiene una torneo de baloncesto fuera de la ciudad el sábado.
Prometí llevar a Angie y a un par de sus amigos a los juegos. Me temo que será
un asunto de todo el día"
"Adolescentes" dijo Carrie con una risa "Espero que sobrevivas"

"Espero que ellos sobrevivan. Mi paciencia simplemente ya no existe ¿Qué hay de


ti?"

Carrie miró hacia el lago, su voz baja "Fiesta de cumpleaños. James cumple 45"

"No pareces emocionada"

"Es una fiesta sorpresa en la que los niños y su madre insistieron. James odia las
fiestas sorpresa. Va a matarme"

"Podrías decirle" sugirió Jill.

Carrie se echó a reír "Esa es una idea. Pero conociendo a James, simplemente se
negará a llegar a casa a tiempo para la supuesta cena en la casa de su madre"

"Entonces sigue el plan B actuando tan sorprendida como él"

Carrie asintió, su sonrisa hizo que aparecieran las líneas de expresión alrededor
de sus ojos "Me gusta tu manera de pensar. Podría intentarlo"

Jill empujó la manga de su abrigo mirando su reloj. Volvió sus ojos arrepentidos
hacia Carrie "Es hora"

Carrie asintió "Lo sé"

"¿Nos vemos mañana?"

"Por supuesto"

Jill asintió luego se volteó, sólo para ser detenida por un ligero toque en su brazo.
Hizo una pausa, sus ojos yendo primero hacia la mano que aún descansaba en su
manga y luego hacia los ojos que esperaban por ella. Era la primera vez que se
tocaban "¿Vas a robarte mi gorro o qué?"

Mientras sus ojos permanecían conectados, Jill asintió lentamente "Sí, creo que
voy a hacerlo"

Carrie dejó que su mano se deslizara alejándola del brazo de Jill, sus ojos azules
todavía sosteniendo los de Jill. Finalmente también asintió "Entonces se mi
invitada" dijo en voz baja.

"Voy a cuidarlo, no te preocupes" dijo Jill también en voz baja.

"No estoy preocupada. Nos vemos mañana"


Tan pronto como Jill se alejó, lentamente quitó el gorro de su cabeza, haciendo
una pausa para sostenerlo contra su rostro, respirando lo que supuso era el olor
de Carrie. Sonrió y colocó el gorro con seguridad en su regazo mientras se dirigía
de regreso al trabajo.
Capítulo 9

Jill condujo con cuidado, deseando tener una ventana de cristal entre el asiento
delantero y el trasero, cualquier cosa que le separara de los chillidos y gritos de
las tres chismosas adolescentes. Pero al menos había una sonrisa en el rostro de
su hija. Jill no estaba segura de si era porque estaban en la camioneta nueva de
Craig y no en su viejo coche, o que Jill les había comprado hamburguesas
después de los partidos de baloncesto. Por supuesto Craig le mataría si descubría
manchas de ketchup en la alfombra, lo que sería un milagro, tomando en cuenta lo
absortas que estaban las niñas robándose papas fritas la una a la otra "Oh, mamá,
sube el volumen. Esa canción es genial" Jill se estremeció mientras ajustaba el
volumen, siendo sometida a soportar otra canción genial de rap ¿Cómo podían las
chicas distinguir una melodía de la otra? no tenía ni idea. Todas sonaban igual
para ella. Luego sonrió, preguntándose si su propia madre había pensado lo
mismo en su época, cuando Prince sonaba en la radio y Jill y sus amigas
cantaban juntas.

Echando un vistazo a su reloj, trató de calcular cuando Craig llegaría en el autobús


del equipo. Para usar su nueva camioneta y no tener que conducir su coche, Jill
había accedido a recogerlo en la escuela. Sospechaba que él estaba tan
avergonzado de su viejo Subaru como lo estaba Angie. Buscarlo en la escuela y
filetes a la parrilla para la cena. Ese había sido el acuerdo. Filetes a la parrilla solo
para los dos. Angie pasaría la noche en casa de su amiga.

Filetes y vino. Tranquilidad. Romance. Solo ellos dos.

Jill movió sus ojos hacia el espejo retrovisor, encontrándose con ellos por un breve
momento antes de volver su atención a la carretera. Por alguna razón, la idea de
tener relaciones sexuales con Craig le daba pánico. No tenía idea de que estaba
mal con ella, pero temía huir de sus caricias.

Sin previo aviso, los pensamientos sobre Carrie se deslizaron en su mente.


Habían estado amenazando durante todo el día, pero los había apartado, sin
entender por qué pensaba tanto en la mujer. Y no entendía por qué sentía un
terrible vacío los fines de semana cuando no la veía. Vio sus ojos nuevamente en
el espejo, confundida por sus sentimientos, confundida por su atracción por Carrie.
Tal vez era sólo su falta de amistad femenina lo que le atraía a Carrie. Tal vez algo
faltaba en su vida y Carrie llenaba esa necesidad, fuese lo que fuese.

Una vez más, alejó los pensamientos sobre Carrie, para concentrarse en su
conducción.

"Hace demasiado frío para cocinar afuera" comentó Jill manteniéndose de pie
obedientemente mientras Craig preparaba la parrilla.

"Uno de estos años, voy a construir una chimenea al aire libre" dijo él.

Jill se echó a reír "Dices eso todos los inviernos. No sé por qué no compras una"

Él se encogió de hombros "¿Por qué comprar una cuando puedo construir una?"

Jill asintió, sabiendo tan bien como él que no construiría una "¿Quieres un poco
más de vino?" preguntó ella.

"No. Realmente no me enloquece el vino tinto. No es lo suficientemente dulce para


mí"

"A mí me encanta"

"Debe encantarte. Tomas un vaso casi todas las noches"

Jill se erizó "¿Eso te molesta?"

"No, nena. Demonios, sé que casi nunca estoy aquí para la cena. Si quieres tomar
un vaso de vino, no hay problema"

"Tienes razón. No pasas mucho tiempo aquí. He tenido que entretenerme a mí


misma"

"Lo sé. Lo siento. Es la época del año ¿Tenemos alguna cerveza en la nevera?
Creo que voy a tomar una en vez de este vino"

Jill le observó en silencio mientras él se apresuraba a entrar en la casa, entonces


se volteó estudiando el patio trasero y los árboles sin hojas. Anhelaba la
primavera, un clima más cálido, el verde. Y anhelaba el compañerismo, la amistad,
la conversación. Se dio cuenta que ella y Craig ya no pasaban tiempo juntos, ya
no sabían cómo tener una conversación normal. Sí, era la época del año, pero
cada día era la época del año para él. Incluso en verano, siempre encontraba algo,
algún juego, que lo mantenía fuera de casa. Como si cualquier cosa fuese mejor
que la compañía de Jill.
Pero eso no podía ser verdad. No era como si hubiesen tenido un mal matrimonio.
No era como si discutieran y discutieran. De hecho, rara vez tenían un
desacuerdo. No, sabía cuál era la verdad. Su marido vivía su vida como lo había
hecho en la universidad. Todo giraba en torno a los deportes. Lo supo en aquel
entonces. Pero había asumido que maduraría.

Se volteó nuevamente hacia la casa, viendo a través de la ventana como hablaba


por su teléfono celular, sus manos moviéndose animadamente, como si estuviese
describiendo un lanzamiento. Y sin duda lo estaba haciendo. Habían ganado el
torneo.

Se estaba enfriando por el aire de la noche pero no tenía ningún deseo de entrar.
Así que llenó su copa nuevamente luego levantó la tapa de la parrilla y
robóticamente cepilló la rejilla antes de colocar dos filetes. Bajó la flama y luego se
trasladó hacia la mecedora del porche, dejando que el movimiento le relajara.
Sabía que Craig había olvidado por completo sus carnes, se había olvidado de
ella. Estaba en su elemento, hablando con uno de sus amigos sobre el juego. Y
más tarde, cuando recordara, saldría corriendo disculpándose por estar tanto
tiempo en el teléfono. Y ella le diría que estaba bien, que entendía.

Así que permaneció sentada en el frío, bebiendo en silencio su vino. Dejó que las
visiones de Carrie acudieran a ella sin tratar de detenerlas en esta ocasión. Ellas
le abrigaban. Sonrió un poco, recordando su conversación de despedida el
viernes.

"Piensa en mí la noche del sábado. Voy a estar sufriendo en una fiesta sorpresa
de cumpleaños"

"Y tu piensa en mí. Estaré sufriendo durante dos horas, dentro de un coche, con
tres adolescentes"

Los ojos de Carrie se suavizaron "Siempre pienso en ti"

Jill no supo qué decir "Yo...yo también pienso en ti"

Era la verdad. Simplemente no tenía ni idea de que Carrie pensara en ella cuando
no estaban juntas. Se empujó con el pie nuevamente, estableciendo un
movimiento, preguntándose cómo le estaba yendo en la fiesta sorpresa,
preguntándose si Carrie estaría pensando en ella. Preguntándose si Carrie le
extrañaría hoy.
Capítulo 10

Jill miró el reloj, sus manecillas moviéndose cada vez más cercana a la otra. La
mañana había sido casi insoportable e instaba al reloj para que se diera prisa.

"Estás siendo ridícula" murmuró en voz baja. Sí, sabía que lo estaba siendo. Pero
sin embargo, se puso de pie, cerrando la sesión en su computadora antes de
pasearse por la oficina, esperando que Harriet regresara para poder escapar.

El sonido repentino de su celular le sobresaltó y lo sacó del interior de su bolso,


frunciendo el ceño cuando vio el nombre de Craig. Rara vez le llamaba.

"¿Qué pasa?" respondió ella.

"Oye nena, me alegra haberte encontrado"

Ella echó un rápido vistazo al reloj y luego a través de las ventanas hacia la calle
"¿Ocurre algo?"

"No, no, por supuesto que no. Pensé que tal vez hoy te llevaría a almorzar" dijo él.

Ella se detuvo en seco entrando en pánico "¿Qué? ¿Almuerzo?"

"Sí. Quiero decir, te lo debo por lo que pasó el sábado en la noche"

Ella cerró sus ojos, dejando escapar el aliento lentamente. Un almuerzo de


recompensa. Debió haberlo sabido "Craig, tienes una clase a la una. No puedes
llevarme a almorzar"

"Tengo un profesor estudiantil este semestre. Él está dispuesto a cubrirme"

Ella negó con la cabeza, luego se movió hacia la puerta cuando vio que Harriet
llegaba "Craig, no necesitas llevarme a almorzar. No quiero que te metas en
problemas"

"Nena, nuestro equipo de fútbol está en las estatales. Mi equipo de baloncesto


está en primer lugar. No voy a meterme en problemas" dijo con una risa.

"Bueno, no necesito que me lleves a almorzar" dijo en voz baja "De hecho, lo haré
tan pronto cuelgues"

"Sabía que estabas molesta…dijiste que no lo estabas, pero sabía que lo estabas"
"No estoy molesta. Realmente, no lo estoy. Pero mi almuerzo es mi tiempo…" dijo
de manera uniforme "…mi tiempo para relajarme y escaparme" dijo ella sonriendo
al encontrarse con Harriet en la puerta "Así que no sientas que me debes"

"Pero pensé que podríamos encontrarnos en algún lugar, tal vez comer una
hamburguesa o algo así" dijo él.

Ella se detuvo frente a su coche, mirando hacia el cielo nublado "¿Qué tal si nos
llevas a cenar esta noche a Angie y a mí? Eso sería bueno" dijo ella.

"Oh, nena, tengo práctica después de la escuela. Sería tarde"

Ella asintió con la cabeza "Bueno, entonces ¿qué tal la siguiente noche libre que
tengas? Podrías comprarnos pizza o algo así"

"¿Estás segura?"

Ella abrió la puerta y se deslizó en el interior, sosteniendo el teléfono con su


hombro mientras giraba la llave "Estoy segura. Ahora vuelve a clase"

Llevaba cinco minutos de atraso cuando dio la vuelta en el camino del parque y su
suerte quiso que la lluvia que había amenazado con caer toda la mañana se
convirtiera en un aguacero en cuestión de segundos.

"Increíble" murmuró ella mientras reducía la velocidad, su limpiaparabrisas con


dificultad seguía el ritmo de la embestida. Se detuvo en el lugar donde
normalmente se estacionaba, preguntándose qué haría si hoy no veía a Carrie.
Pero no tuvo que preguntarse por mucho tiempo. La otra mujer llamó a la puerta
del pasajero y Jill abrió rápidamente.

Permanecieron sentadas, ambas sonriendo mientras Carrie limpiaba las gotas de


lluvia de su rostro.

"Creo que tal vez eres tú quien atrae la lluvia, querida" dijo Carrie a la ligera.

Jill asintió "Parece que es verdad"

"Me encanta la lluvia"

Jill sonrió "Me encanta complacerte"

Permanecieron en silencio, sus ojos se encontraron y luego se alejaron. Carrie


finalmente aclaró su garganta "Yo...bueno, te extrañé este fin de semana" dijo ella.
Jill se volteó en su asiento, mirando los ojos azul celeste de su compañera. Asintió
lentamente "Yo también te extrañé"

Carrie aclaró su garganta nuevamente "Si no crees que sea demasiado atrevido
de mí parte… ¿puedo sugerir un lugar de encuentro alternativo?"

Jill asintió, sin importarle en lo más mínimo si sonaba atrevido o no. Cualquier
alternativa que no fuese sentarse en su pequeño Subaru bajo la lluvia estaba muy
bien para ella, siempre y cuando pudiese ver a Carrie.

"Tengo un lugar en el lago, una pequeña cabaña" dijo Carrie "Parece un poco
extraño que nos encontremos aquí, sobre todo cuando hace mal
tiempo…podríamos estar ahí" terminó con un encogimiento de hombros.

"¿Tienes una cabaña? ¿Aquí? No es de extrañar que estés tan familiarizada con
el lago" dijo Jill.

Carrie esbozó una sonrisa "Sígueme. Está en el lado norte"

Salió antes que Jill pudiese protestar y Jill miró por la ventana empañada mientras
ella entraba en una furgoneta azul. Retrocedió con cuidado y siguió la furgoneta a
través del camino sinuoso del parque y de nuevo a la carretera principal. En lugar
de girar a la izquierda, lo que les llevaría de regreso al pueblo, doblaron a la
derecha por un camino que les condujo a través de las nuevas subdivisiones que
se habían extendido hacia el parque. A pocos kilómetros por la carretera, Carrie
giró a la derecha nuevamente y Jill le siguió de cerca. La pequeña calle residencial
estaba llena de baches y Jill desaceleró, deteniéndose finalmente mientras Carrie
esperaba que se abriera un portón eléctrico. Vio el lago antes de ver la casa de
campo, sus ojos se abrieron cuando un acogedor muelle apareció a la vista. Pero
volvió su atención a la carretera, desacelerando nuevamente cuando el camino de
grava lleno de baches se convirtió en un camino plano pavimentado. Estacionó
junto a la furgoneta de Carrie, haciendo una pausa para tomar su paraguas antes
de salir.

"Por aquí" le llamó Carrie, indicándole a Jill que le siguiera.

A través de la cerca blanca, un camino les llevó hacia la parte trasera de la casa y
un porche. Jill se detuvo para limpiar sus zapatos sobre la alfombra antes de
seguir a Carrie al interior.

"Simplemente deja tu paraguas allí junto a la puerta" dijo Carrie "Voy a encender la
calefacción"
Jill asintió, temblando mientras el frío húmedo penetraba. Dio la vuelta en un
círculo en la terraza interior, formando una sonrisa mientras miraba el lago. La
terraza acristalada tenía una vista perfecta del lago y el muelle.

"¿Te gusta?"

Se volteó al escuchar el sonido de la voz de Carrie, asintiendo con la cabeza


"Hermoso"

"No tanto ahora. Todo es gris, aburrido. Incluso el agua. Pero en primavera es
increíblemente verde, casi daña tus ojos" dijo ella.

Jill abrió los brazos "Si tienes esto ¿por qué molestarte yendo el parque?"

Carrie se encogió de hombros "No puedes dibujar siempre lo mismo todos los días
¿no es así?"

"Sí, pero no tendrías que aguantar a…" Jill se detuvo sonriendo "Tal vez realmente
no me gusta la gente, después de todo"

Carrie se echó a reír "También me gusta la intimidad de este lugar. Especialmente


en verano, cuando los niños se vuelven locos en el parque" señaló la puerta por
donde acababan de entrar "¿Quieres una visita guiada?"

"Por supuesto"

"No tomará mucho tiempo. No la construí para que fuese una casa para la familia.
Es sólo un lugar en el que puedo escapar"

Jill le siguió por la cabaña, las paredes brillantes contrastaban con la oscuridad del
día triste en el exterior. Una larga barra separaba la cocina de la sala y Carrie
deslizó un taburete acercándolo a la barra a medida que pasaban.

"Una cocina de buen tamaño, pero realmente no la uso mucho" dijo Carrie. Señaló
hacia la sala de estar, que estaba escasamente amueblada "O esto.
Generalmente utilizo el porche"

"Me encanta la cocina. Se ve atractiva" Jill se volteó hacia ella "¿Desde cuándo la
tienes?"

"La construí hace cuatro años" ella se echó a reír "Como puedes ver, no vengo
mucho"

"Estaría aquí todos los días ¿Pasan los fines de semana aquí?"

Carrie negó con la cabeza "James y los chicos no tienen ni idea de su existencia"
Jill le miró "¿Por qué no?"

Carrie sonrió "Porque no les he dicho"

"¿Cómo demonios no puede saberlo tu marido?"

"Mantenemos nuestras finanzas por separado" ella se echó a reír "Bueno, no


realmente. Quiero decir, él ha hecho una pequeña fortuna con sus negocios, una
gran fortuna así que mis ganancias de los bienes raíces era mi dinero para
divertirme, como él decía. Y como agente, no vendía casi nada, así que realmente
era dinero para divertirme. Pero nunca le dije lo mucho que gasté en la propiedad
que compré por capricho hace tantos años"

"¿Qué propiedad?"

"Aquí en el lago"

Ella señaló una puerta cerrada "El dormitorio está por allí. Nunca lo he usado"
abrió otra puerta "Un enorme cuarto de baño. Tiene una puerta que conecta con
la habitación"

"Bonito. Me gusta el color rojo"

"Te despertaría, eso es seguro"

Se sentó en una esquina del pequeño sofá de dos puestos, indicándole a Jill con
un gesto que su uniera a ella "Hace años, el parque era sólo una idea de último
momento, de verdad. Había un puñado de casas en el lado sur, más cerca de la
ciudad y eso era todo. El condado poseía la mayor parte, pero el lago fue
construido como un depósito de agua y para la pesca. En ese entonces realmente
no estaban impulsando ningún desarrollo. En fin, estaba embarazada de Josh, así
que hace casi 18 años estaba pescando en una canoa en el lado norte del lago.
Un anciano estaba pescando en el muelle, un pequeño embarcadero y le saludé
con la mano. Él me echó un vistazo y se puso de pie diciéndome: ¿Qué demonios
crees que estás haciendo?" Carrie rió mientras lo imitaba "Por Dios, eso fue lo que
dijo. Así que allí estaba yo viendo por los alrededores, preguntándome si había
alguna ley o algo en el lago que estuviese invadiendo. Así que le dije que estaba
pescando. Él señaló hacia su muelle y me dijo: ven aquí ahora mismo. Sé que
probablemente debí haber tenido miedo, quiero decir, era un hombre de seis pies
de altura. Pero le miré y le dije: Sí, señor y remé acercándome. Permanecí
sentada en mi canoa y él me apuntó con su dedo: ¡Dios mío, muchacha, estás a
punto de dar a luz! ¿En qué estabas pensando? ¿Qué nadaría hasta donde
estabas para ayudarte cuando entraras en trabajo de parto? ¡Ahora sal de ese
bote!" Carrie sonrió con cariño "Oh, él era un personaje. Me llevó hasta el parque
en su viejo y destartalado camión para que recogiera mi coche y luego me llevó de
regreso para recoger mi canoa"

"¿Cómo demonios levantaste una canoa estando embarazada de nueve meses?"

"Estaba rogando entrar en trabajo de parto" dijo riendo "Él era un hombre tan
dulce. Tenía 86 años y era viudo. Era dueño de un par de cientos de hectáreas y
no sabía qué hacer con ellas. Nos hicimos amigos. Quedé prendada de él. Pasaba
todos los días con él, hasta que di a luz. Su nombre era Joshua"

"Le pusiste el nombre a tu hijo en su honor"

"Sí. James quería ponerle Jeremy. Lo convencí para cambiarlo. En fin, Joshua me
vendió todos sus bienes, excepto los diez acres donde estaba su casa. Nunca le
dije a James. Y nunca hice nada con eso. Pero iba a visitarlo a menudo, siempre
llevaba a Josh conmigo. Josh apenas tenía 2 años cuando él murió. No tuvo hijos
propios así que me heredó el resto de su propiedad"

"Wow"

Carrie se encogió de hombros "Supongo que es un poco extraño que nunca le


contara a James. Simplemente pasaba tiempo aquí, escondiéndome cada vez que
podía. Era mi escape. Pero entonces llegaron los promotores inmobiliarios y no
sabía lo que haría con las 200 hectáreas. Así que vendí parte de ellas por una
enorme cantidad de dinero hace unos cinco años"

"¿Y James nunca lo supo?"

"No. Me retiré con el pretexto que quería pasar más tiempo con los chicos y quería
tomar algunas clases de arte. Derribé la vieja casa y el muelle de Joshua y
construí esta pequeña cabaña. No valdrá mucho al revenderla, no con un solo
dormitorio. Pero es un lugar al que puedo venir…si lo necesito"

"¿Como para almorzar en los días lluviosos?"

"Como para almorzar en cualquiera día. A menos que tengas una afición por el
parque y toda su gente" bromeó Carrie.

"Prefiero venir aquí" dijo Jill son seriedad "Quiero decir, si tú quieres" agregó ella.

Carrie asintió "La terraza interior es maravillosa cuando el tiempo es malo. El


muelle es impresionante cuando el clima es agradable"

"¿Los patos vienen hasta acá?"


"Hay algunos que se la pasan por los alrededores, pero no estoy aquí lo suficiente
como para darles de comer de forma regular, así que no siempre están aquí. Pero
nunca he visto a la abuela pato venir tan lejos" Carrie se acercó y apretó su brazo
"Si vas a extrañar el alimentar a los patos, tendremos que hacer una cita para
reunirnos en el parque al menos una vez a la semana"

"Bueno, como tú, me he convertido en una aficionada a la abuela pato" sus ojos se
detuvieron donde aún permanecía la mano de Carrie y deseaba no haber llevado
mangas largas. Observó cómo los dedos de Carrie se alejaban y entonces miró
hacia arriba, mirando los ojos de Carrie por un breve momento.

"Probablemente se está haciendo tarde" dijo Carrie.

Jill asintió luego subió su manga, dejando al descubierto el reloj que llevaba.
Asintió con la cabeza nuevamente "Sí. Es hora"

"Bueno, tal vez el tiempo mejore mañana. Te mostraré el muelle y el jardín" se


puso de pie "Y tal vez te sorprenda con el almuerzo"
Capítulo 11

"Sé que te encanta la lluvia, pero cuatro días en fila es como mucho" se quejó Jill
mientras estaban sentadas en la terraza acristalada y masticaban las
hamburguesas y las papas fritas que habían recogido en el camino.

"Verde. Piensa en verde"

"Estoy más allá de eso. Estoy tratando de recordar la luz del sol" Jill sonrió
"¿Crees que deberíamos empezar a construir un barco?"

"No. Usaremos mi canoa para escapar" dijo Carrie con seriedad, entonces movió
sus cejas con travesura.

"Pero esto es muy bonito ¿no es así? No puedo creer lo cálida que se mantiene la
terraza acristalada. Casi podría convencerme que es una lluvia de primavera y no
de invierno"

"La primavera llegará muy pronto. Y creo que este año me encargaré del jardín.
Era el orgullo y la alegría de Joshua. Cuando derribé su vieja casa, me aseguré
que el jardín no fuese molestado. Cuando diseñaron los lechos de flores, hice que
quitaran la mala hierba y colocaran abono orgánico en su jardín. Lucía genial ese
primer año" Carrie sonrió "Simplemente no tengo la mano de Joshua para las
plantas"

"Bueno, tal vez esta primavera podríamos apartar un sábado y...y tal vez
podríamos sembrar algunas flores" sugirió Jill "Quiero decir, si puedes escaparte
de tu familia por un día"

Los ojos azules celeste de Carrie miraron los suyos propios durante un largo rato
antes de contestar "¿Y tú puedes escaparte de tu familia?"

Jill asintió "Creo que me puedo permitir un día de vez en cuando" ella hizo una
pausa uniendo sus cejas "Sabes, no le he hablado a Craig sobre ti. Quiero decir,
nos hemos hecho amigas y ni siquiera le he mencionado tu nombre"

Carrie asintió "¿Es tan extraño?"

"Sí ¿No lo crees?"


Los labios de Carrie sólo insinuaron una sonrisa "No creo que sea extraño.
Tampoco le he hablado de ti a James"

Jill se inclinó hacia delante "¿Por qué, qué crees?"

"Realmente no creo que sea de su incumbencia. Nuestra amistad es...bueno, es


sólo entre nosotras. No siento la necesidad de compartirla con él"

Jill asintió "Sí. Creo que eso es lo que siento. No quiero tener que compartir todo
lo que hacemos o decimos. Es sólo para nosotras"

Estaba silencioso en la terraza acristalada mientras las palabras de Jill colgaban


en el aire. Sólo para nosotras. Tuvo una sensación extraña cuando esas palabras
se hicieron eco en su cerebro. Sólo nosotras. En varias ocasiones estuvo a punto
de mencionar el nombre de Carrie a Craig, pero algo le dijo que no. Así que
mantuvo su nueva amistad para sí misma, ni por un momento pensó que Carrie
estaba haciendo lo mismo.

Levantó la vista, sin sorprenderse al encontrar los ojos de Carrie en ella. Sin
embargo lo que le sorprendió fue la sensación de calidez que recorrió su cuerpo
mientras se dejaba atrapar por esas profundidades azules.

"Sería genial si pudiésemos pasar más de una hora juntas" dijo Carrie en voz baja
"Tal vez podríamos hacerlo en un par de semanas, si el clima se hace cálido"

"¿Para limpiar los lechos de flores?" sugirió Jill.

"Prometo que voy a alimentarte"

La sonrisa de Jill fue cálida cuando extendió su mano y tocó ligeramente la mano
de Carrie "Entonces es una cita"

Esas palabras permanecieron flotando entre ellas mientras Jill retiraba lentamente
los dedos de la mano de Carrie.
Capítulo 12

Estaba inusualmente tranquilo cuando Jill cerró la puerta de atrás y se movió en


silencio a través de la terraza. Supuso que la lluvia fría había ahuyentado a todos
obligándoles a estar en el interior esta noche. Respiró profundamente, percibiendo
el olor de humo de leña de las chimeneas vecinas. Un concepto romántico, pero
ella y Craig aun no tenían una este invierno. Por supuesto, un vivaz y caluroso
fuego generalmente significaba que alguien estaría allí para disfrutarlo. Y esta
noche, como tantas otras, estaba sola. Craig y Angie estaban en un partido de
baloncesto. Para su crédito, le habían invitado. Había sido un pensamiento de
última hora por parte de Craig, lo sabía, no obstante, él lo había ofrecido y ella se
había negado.

Se dirigió hacia la mecedora del porche, hundiéndose firmemente en ella mientras


la ponía en funcionamiento. Sus dedos estaban fríos en la copa de vino y ajustó
más la bata a su alrededor.

El frío...el silencio. Un año atrás, la soledad ya se hubiese asentado en ella. Una


sensación de...bueno, no del todo depresión, sólo soledad, una sensación con la
que había vivido, que había aprendido a reconocer, que había aprendido a
aceptar.

Pero esta noche, mientras se sentaba aquí meciéndose hacia adelante y hacia
atrás, en silencio, ya no podía evocar esa sensación. Se sentía en paz. Se
sentía...conectada.

Inclinó su cabeza hacia atrás, buscando con los ojos el cielo, a través de los
árboles desnudos, encontrando sólo un puñado de estrellas que escapaban de las
nubes. Fue suficiente. Sonrió, dejando que sus ojos se cerraran mientras pensaba
en Carrie, la mujer que había conocido apenas seis semanas atrás.

Una vez más, una sensación de paz se apoderó de ella. Había tratado de
averiguar por qué se sentía tan atraída hacia Carrie. No importaba. Simplemente
lo estaba.

Sospechaba que el sentimiento era mutuo.

Y eso le asustaba un poco.


¿Cuánto tiempo estuvo sentada en el frío? no tenía ni idea. El tiempo suficiente
para casi vaciar una botella de vino, tiempo suficiente para que las luces de los
vecinos se apagaran. Sabía que debía entrar, pero no fue capaz de encontrar la
energía para moverse. Sólo minutos más tarde, vio los faros parpadear a través de
los árboles, luego el sonido de la apertura de las puertas del garaje.

Suspiró, sabiendo que su paz había terminado. Terminó lo último en su copa de


vino y luego se inclinó para recoger la botella. Escuchó a Craig llamándola y fue
entonces cuando se dio cuenta que no había dejado ninguna luz encendida en el
interior. Antes que pudiera levantarse, Craig abrió la puerta de atrás, viéndola en
las sombras.

"¿Jill? ¿Qué estás haciendo?"

"Sólo...sólo estaba sentada"

"Pero hace mucho frío aquí afuera"

Ella ajustó aún más su bata "No me había dado cuenta"

Él le sorprendió saliendo a la terraza y uniéndose a ella en la mecedora del


porche. Deslizó un brazo alrededor de sus hombros y la atrajo hacia él.

"¿Buen juego?" preguntó ella tratando de no ponerse rígida entre sus brazos.

"Oh, sí. Los matamos, nena. Debes venir alguna vez. Realmente creo que este
año iremos a las estatales. Somos malditamente buenos"

"Iré a un juego, lo prometo"

"Sí, siempre dices eso"

"Quería estar sola esta noche"

Él puso la mecedora en movimiento luego apretó su hombro nuevamente.

"Últimamente has querido estar sola" dijo él en voz baja.

"¿Eso crees? ¿Porque no quiero ir a tu juego?"

"No. Es sólo que, ya sabes, sales mucho aquí. Simplemente te sientas aquí sola
¿Qué está pasando, Jill?"

"Nada. Nada está pasando"

"¿Estás segura? ¿Quiero decir, hay algo de lo que tenga que preocuparme?"
Ella sonrió "¿Qué estás preguntando, Craig?"

"Simplemente no pareces muy feliz últimamente. Me hace pensar que no eres feliz
conmigo"

Ella suspiró "No sé qué está mal, Craig" ella se encogió de hombros "Simplemente
quiero estar sola, eso es todo" ella se rió con nerviosismo "Tendré 40 en unos
pocos meses. Tal vez sea eso"

"¿Pero no es...no es otro hombre?"

Ella se apartó un poco, mirándolo fijamente "¿Otro hombre? No, no es otro


hombre" ella le dio un golpecito con el codo "¿En esta ciudad? ¿Me estás
tomando el pelo?"

Notó que la risa de Craig estaba llena de alivio cuando le atrajo y le besó
rápidamente en los labios.

"Está bien, entonces. Bueno. Tenemos una cita para almorzar mañana" dijo él.

Ella frunció el ceño "¿Una cita?"

"Sí. No hay clase. Día del maestro. Le prometí a Angie que les llevaría a comer
pizza. Todavía te lo debo, ya sabes"

"Pero…"

"Sin peros. Vendré aquí y recogeré a Angie y luego pasaremos por tí" él sonrió
"No puedo recordar la última vez que fuimos a almorzar juntos. Será divertido"

¿Divertido? Ella respiró profundamente, tratando de sacudir el pánico que le


amenazaba. Mañana era viernes. Su última oportunidad de ver a Carrie antes del
fin de semana.
Capítulo 13

Jill miró el tic-tac del reloj. En más de una ocasión, agarró el teléfono con la
intención de llamar a Craig, intentando darle alguna excusa para cancelar su cita
para almorzar. Y cada vez, colgaba antes que pudiera sonar. No podía pensar en
ninguna razón plausible para cancelar.

Así que pasó el resto de la mañana tratando de pensar en una manera de ponerse
en contacto con Carrie. Había pensado en conducir hasta la cabaña para dejarle
una nota, pero decidió que era demasiado. Por supuesto, todo sería mucho más
sencillo si ella y Carrie al menos hubiesen intercambiado números de teléfono.
Pero así eran las cosas. Carrie simplemente se preguntaría porque Jill había
decidió faltar a su almuerzo diario o...¿o qué? ¿Tendría una mejor oferta? Ella
miró por la ventana hacia la luz del sol que por fin había hecho acto de presencia
después de cuatro días de lluvia ¿Una oferta mejor? No sería posible.

Miró nuevamente el reloj, sabiendo que Harriet se iría pronto. Entonces tendría
una hora para sí misma, una hora completa para desear no tener una cita para
almorzar con su marido.

"Oh, Jill ¿Qué pasa contigo?" susurró ella. Escondió su rostro entre sus manos y
dejó escapar un profundo suspiro. De hecho ¿que estaba mal con ella? ¿Cómo
podía temer ver a su marido y a su hija?

Oh, no era que temiera la cita para almorzar. Sabía la verdad de lo que estaba
ocurriendo. Temía no poder ver a Carrie. No le sorprendía darse cuenta que
prefería pasar su hora de almuerzo con Carrie y no con su marido. Prefería invertir
esa hora hablando, compartiendo y conociendo a su nueva amiga, no sentada en
una bulliciosa pizzería llena de adolescentes, todos clamando por atención,
incluyendo su hija.

Pero iría. Fingiría pasar un buen rato. Y a las 2, cuando Craig le dejara en la
oficina, le daría un beso de despedida y le diría lo mucho que había disfrutado.
Luego pasaría arrastrándose el resto de la tarde como lo había hecho en la
mañana y esta sensación de vacío en el estómago crecería y crecería a medida
que se acercaba el fin de semana.
"No sé por qué no pudimos venir al mediodía" se quejó Angie "Todos los chicos
geniales ya se han ido"

"Porque mi hora de almuerzo es de 1 a 2" dijo Jill mientras agarraba un trozo de


pizza.

"Supongo que debí haberte pedido que la cambiaras" dijo Craig. Cuando Jill le
miró, con las cejas levantadas él se encogió de hombros "También es su
almuerzo"

"Oh, mira, papá ¿no es Lance?" preguntó Angie en voz baja.

Jill siguió su mirada "¿Lance quién?"

Angie giró sus ojos dramáticamente "Él es el mejor, mamá ¿Hola? ¿Mariscal de
campo?"

"Oh, por supuesto. Ese Lance ¿No es algo mayor?"

"¿Y? No es que sea una niña, ya sabes"

"Por supuesto que no ¿Qué estaba pensando?"

Craig se echó a reír "Él tiene novia, Angie. Patti Helms"

"Sólo porque es animadora" dijo Angie arrugando su rostro como si acabara de


chupar un limón.

Jill se mordió el labio para no reírse cuando el centro de la lujuria de Angie


caminaba a su lado "Hey, entrenador"

"Lance ¿cómo te va?"

Un gruñido inaudible fue su respuesta cuando se dirigió a la mesa del buffet. Los
ojos de Angie nunca se apartaron de él.

"Lindo y con un extenso vocabulario" bromeó Jill.

Sin embargo, ni Craig ni Angie le escucharon. Sus teléfonos celulares sonaron a la


vez.

Jill permaneció sentada esperando pacientemente mientras Angie relataba en


susurros, a una de sus amigas, su encuentro casual con el mariscal de campo. La
voz de Craig era tan ruidosa y animada como siempre al hablar de deportes. Se
dio la vuelta, su mirada yendo a las ventanas, encontrando la luz del sol,
deseando estar afuera. Estaba lo suficientemente caliente. Incluso podrían haber
desafiado el muelle por primera vez.
Ella suspiró, sus hombros hundiéndose mientras apagaba las voces de los demás
a su alrededor. Era increíble lo sola que se sentía, sentada aquí en presencia de
su marido y su hija. Cerró sus ojos por un momento y luego trató de ocultar su
frustración con una sonrisa. Ninguno de ellos lo notó mientras continuaban con
sus conversaciones.

Agarrando su vaso de té casi vacío, caminó lentamente hacia el mostrador, llenó


su vaso nuevamente y añadió una rodaja de limón antes de voltearse. Increíble,
pero Craig ni siquiera se había dado cuenta que no estaba allí ¿Siempre había
sido así o nunca se había dado cuenta anteriormente?

Asintió con la cabeza. Sí, había sido así. Y sí, se había dado cuenta. Solo que
nunca se había preocupado anteriormente. Se limitó a perderse en sus propios
pensamientos, mirando a las personas...lo que fuese. Así que ¿por qué le
importaba ahora? ¿Por qué quería su atención ahora?

Una vez más, no huyó de la verdad. Y la verdad era que tenía miedo. Miedo de su
interés por Carrie. Miedo de la atención que Carrie le mostraba. Tal vez si ella y
Craig hablaban más, pasaban más tiempo juntos, entonces Carrie no estaría
constantemente en su mente. Y tal vez no querría estar con Carrie en lugar de con
su marido.

Como ahora.

Permaneció allí observándolos desde la distancia, preguntándose con quien


estaría hablando Craig, quien había captado su atención. La llamada de Angie
había terminado y había ido al buffet por unas porciones de pizza. Vio como Craig
chasqueaba los dedos hacia ella señalando su propio plato, lo que indicaba que él
también quería más. Los ojos de Jill cambiaron hacia su plato, viendo la pieza a
medio comer que había iniciado y la segunda, aún sin tocar. Se obligó a moverse,
caminando de regreso hacia su mesa, tocando a Craig ligeramente en su hombro
al pasar junto a él. Él le miró y sonrió, luego volvió a su conversación.

"¿No vas a comer?" preguntó Angie mientras dejaba caer otro pedazo de pizza en
el plato de su padre.

Jill miró su plato nuevamente luego negó con la cabeza "En realidad, no tengo
hambre"

"¿Con quién está hablando?"

"No tengo idea" dijo Jill en voz baja. Levantó la manga de su brazo, confirmando la
hora. Dio unos golpecitos con los dedos sobre la mesa en silencio durante unos
segundos y luego, finalmente, le dio un codazo a Craig.
"Sí, espera un segundo, Brad" dijo él cubriendo el teléfono con la mano "¿Qué
pasa, nena?"

"Aunque he disfrutado nuestro almuerzo juntos, tengo que regresar"

"¿Ya es hora?"

Ella lo miró fijamente por un momento y luego empujó su silla hacia atrás mientras
se levantaba. Cuando miró a su hija, se sorprendió al ver un atisbo de
comprensión en sus ojos. Asintió con la cabeza ligeramente y luego salió por la
puerta y hacia la luz del sol. Inclinó su cabeza hacia atrás, mirando el azul, las
nubes que hacía tanto tiempo adornaban el cielo.

"Lo siento, nena" dijo Craig mientras sostenía la puerta de la camioneta abierta
para ella "Era Brad de la estación de radio. Quieren hacerme una entrevista antes
del juego del martes"

"Qué bueno" murmuró ella. Cuando cerró su puerta, él se volteó hacia Angie que
estaba sentada en la parte de atrás y le dio una sonrisa "Fue bueno para todos
venir juntos ¿no?" se volteó hacia Jill "¿Verdad?"

Ella sonrió "Claro, Craig. Fue agradable pasar tiempo contigo"

Jill se sentó tranquilamente en su escritorio, con su puerta cerrada. Movió el ratón


distraídamente, el protector de pantalla desvaneciéndose mientras observaba.
Inclinó su cabeza, mirando el monitor mientras el revoltijo de números aparecía.
Cerrando sus ojos, se apartó del escritorio, girando su silla hacia la ventana.

No podía concentrarse en el trabajo.

Se preguntaba ¿qué habría hecho ella para el almuerzo? ¿Si habría salido al
muelle?

"Me pregunto si extrañaste mi presencia" murmuró Jill.

Un toque rápido en su puerta atrajo su atención "¿Qué pasa?"

Harriet asomó la cabeza en el interior "Tienes una llamada" Harriet cerró la puerta
detrás de ella y Jill se quedó mirando el teléfono, viendo el parpadeo en la línea,
sabiendo instintivamente que era Carrie. El golpeteo en su pulso le decía eso. Así
que tomando una respiración profunda, respondió en su tono más profesional.

"Jill Richardson ¿En qué puedo ayudarle?"


Una pausa y luego "¿Estás bien?"

Jill apretó el teléfono con fuerza "No. Quiero decir…sí, estoy bien, pero...no"

Carrie rió en voz baja "Sorprendentemente, te entiendo perfectamente"

Jill sonrió "Craig y Angie me llevaron a almorzar. Pizza. No supe de eso hasta ayer
por la noche. Y no tenía manera de contactarte"

"Está bien. No tienes que explicarme. Solo estaba preocupada. Tenía visiones de
que habías tenido un accidente de coche o algo así"

"Lo siento"

"No hay nada que sentir"

"Sí lo hay. Siento haberme perdido nuestro almuerzo" dijo Jill en voz baja.

Hubo un silencio y Jill pudo imaginar el rostro de Carrie, casi podía ver sus ojos
azul celeste.

"Entiendo que los maridos son primero"

Jill cerró sus ojos mientras apretaba el teléfono con fuerza contra su oído "Hubiese
preferido...bueno, me hubiese gustado estar en la cabaña contigo"

"Yo también te extrañé, Jill"

Jill pudo percibir la sonrisa en la voz de Carrie y también sonrió "He llegado a odiar
los fines de semana"

La risa en su oído trajo una rápida sonrisa a su rostro, ahuyentando la silenciosa


desesperación que había sentido la mayor parte del día.

"Bueno, tal vez pronto seamos capaces de robarnos un sábado"

Jill se echó hacia atrás en su silla, aun sosteniendo el teléfono con fuerza "¿Qué
hiciste hoy?" preguntó en voz baja.

"Bueno, después de darme cuenta que no vendrías, me dirigí al parque para darle
de comer a los patos. Creo que la abuela pato nos extrañó esta semana. Pero fue
un buen día, había un montón de personas alrededor" ella rió nuevamente "Lo
habrías odiado"

"Confía en mí, me habría encantado"


Capítulo 14

Jill se dio la vuelta, sus ojos se abrieron echándole un rápido vistazo al reloj. Se
apoyó en el codo, con el ceño fruncido.

"Oh, mierda" murmuró ella. Eran las siete menos cuarto. Tiró de las sabanas y
luego se detuvo "Es sábado. Es un jodido sábado"

Se recostó con un gemido, con los ojos bien abiertos mientras miraba hacia el
techo. Sábado. No es un día de trabajo.

"Sábado" susurró ella "Odio los sábados"

Con un suspiro, cerró sus ojos nuevamente, con la esperanza de que el sueño le
reclamara, esperando que se la llevara unas cuantas horas más. Pero no lo hizo.
Nunca había sido una dormilona. Y aunque estaba tratando, al parecer no iba a
empezar ahora.

"Mierda" murmuró ella otra vez mientras sacaba las piernas de la cama. Se sentó
allí por un rato, mirando hacia la pared, mirando a la nada. Finalmente se puso de
pie y deslizó sus pies en los mocasines que se quitó anoche. Mientras se alejaba
de la cama, agarró la bata de la barandilla y se la puso.

Estaba a medio camino por las escaleras cuando escuchó el crujido en la cocina.
Se detuvo, esperando en silencio que él no estuviese haciendo un desastre. Pero
olió el café. Eso era un comienzo.

Empujó la puerta giratoria, casi tumbando a Craig quien caminaba con un puñado
de huevos.

"¡Dios mío! ¿Estás cocinando?"

"No luzcas tan sorprendida"

"Nunca te he visto hacerlo anteriormente" dijo ella pasando a su lado para tomar el
café.

"Eso no es cierto. Cuando Angie era un bebé, recuerdo un par de veces que me
levanté temprano para preparar el desayuno"

Jill sonrió "Ella tiene casi quince años"


Craig rió "No dejes que te oiga decir eso. Tiene catorce años, ni un día más"

Jill se apoyó en el mostrador y tomó un sorbo de su café, mirando como él rompía


los huevos y los dejaba caer en la sartén.

"Si los quisiera revueltos, sólo tengo que agitarlos ¿no?"

"En este punto, sí. La mayoría de las personas los revuelven antes de ponerlos en
la sartén"

Craig le hizo un gesto con la espátula "Sólo es usar un tazón innecesariamente"

"¿Puedo preguntar por qué estás haciendo el desayuno?"

Él sonrió "¿No lo sabes?"

Ella frunció el ceño. Oh Dios, no era su aniversario ¿verdad? No. Junio


¿Cumpleaños? No. Julio.

"Oh, vamos" dijo él "Es un desayuno en recompensa"

Ella negó con la cabeza "¿Por qué?"

Él se encogió de hombros "Por el almuerzo"

"¿Cómo es eso?"

"Ya sabes, ayer en el almuerzo, atendí una llamada telefónica"

"¿Y?"

"Y bueno, realmente no tuvimos el almuerzo familiar que había planeado"

Ella inclinó su cabeza mientras le miraba "¿Llegaste a esa conclusión por tu


cuenta?"

"Bueno, no. No exactamente"

Jill sonrió "¿Angie pensó que estaba molesta?"

"Sí" él agitó los huevos entonces rápidamente volvió a mirarla "¿Lo estás?"

"No molesta, no" ella forzó una sonrisa "Nunca podría competir con tu celular"

Él se movió hacia la tostadora y puso dos rebanadas de pan, luego abrió la nevera
y sacó la jarra de jugo de naranja. Él le miró con las cejas levantadas y ella asintió
con la cabeza.
"Pensaba, ya sabes, que tal vez hoy podríamos salir"

"¿Qué clase de salida?" preguntó ella con desconfianza, mirando como vertía su
jugo.

"Bueno, pensaba que tal vez podríamos ir a Richland"

"¿Richland? ¿Por qué diablos?"

"Bueno, tienen un torneo de baloncesto"

"Ya veo ¿Y?"

"Quería verlo. Tu sabes, jugamos con Richland la próxima semana"

Ella abrió el gabinete y sacó dos platos entregándoselos en silencio, antes de abrir
el cajón de los cubiertos.

"Bueno ¿sabes qué? realmente no quiero ir a Richland para ver un partido de


baloncesto" dijo ella "¿Por qué no invitas a tus amigos? Ya sabes, una salida de
chicos" sugirió Jill.

Él agarró las tostadas y las arrojó sobre los platos, luego le dio uno a ella "¿Estás
segura?"

Ella asintió con la cabeza "Estoy segura"

"Pero ¿qué vas a hacer?"

Ella agarró su café, tomando un sorbo antes de contestar "Tan aburrido como
suena, tengo que ir a la tienda de comestibles. Sin mencionar que tengo que lavar
la ropa"

"Oh, nena, eso es trabajar. Te estoy ofreciendo un día libre. Sin trabajar"

Ella arqueó las cejas "Entonces ¿quién va a hacerlo si no lo hago yo?"

El viaje a la tienda de comestibles fue hecho con soltura y metódicamente verificó


los artículos de su lista mientras se movía por cada pasillo. Pero en su mente no
estaban las compras. Tenía un día libre. Un sábado libre.

Y aun así, ella y Carrie no habían intercambiado números de teléfono. Si lo


hubiesen hecho, Jill le llamaría para ver si tal vez podrían reunirse durante unas
horas. Tal vez incluso ir a la cabaña y sentarse en el muelle. Era otro día soleado.
Y aunque era demasiado pronto para la fiebre de primavera, deseaba salir,
sentarse bajo el sol. Deseaba ver a Carrie.
Con el ceño fruncido, se preguntaba por qué esta mujer estaba siempre en su
mente, se detuvo y miró su lista, tratando de reunir un poco de entusiasmo para
terminar su tarea.

Después, iría a casa, tendría un almuerzo tranquilo y luego disfrutaría del sol en su
propio patio. Y tal vez su mente no se inundaría de pensamientos sobre Carrie.

Más tarde, mientras entraba en su calzada, con su asiento trasero lleno con bolsas
de compras, se sorprendió al ver a su suegra saliendo por la puerta lateral.

"Vaya Jill, no esperaba que estuvieses aquí"

Jill se mordió el labio para evitar que saliera la réplica obvia. Una cosa era que los
padres de Craig tuviesen una llave para casos de emergencias. Otra muy distinta
era que Arlene sintiera la necesidad de utilizarla cada vez que quisiera.

"De compras" dijo ella mientras abría la puerta de atrás y sacaba dos bolsas.

"¿Compras? Pensaba que habías ido a Richland con Craig"

"¿Por qué?"

Arlene frunció sus labios y Jill se preparó para el sermón que estaba a punto de
recibir.

"Tú y Craig apenas pasan tiempo juntos. Me gustaría pensar que te gusta estar
con tu marido"

"Mi marido va a un torneo de baloncesto, Arlene. Como bien sabes, realmente no


me enloquece el baloncesto"

"Pero Craig ama el baloncesto"

"Sí, pero yo no. No quiero perder mi sábado haciendo algo que no me gusta"

"No creo que ir con tu marido a un juego podría considerarse una pérdida de
tiempo"

Jill abrió la boca pero luego la cerró nuevamente. Ahora no iba a perder el tiempo
discutiendo con Arlene. Así que pasó delante de ella, abriendo la puerta lateral con
el hombro.

"¿Necesitas algo Arlene?"

"Oh, hornee pasteles ayer. Traje uno. Sabes cuánto le gusta a Craig mi pastel de
chocolate alemán"
"Sí. Así como a Angie. Estoy segura que les encantará"

"Me gustaría que aprendieras a hornear, Jill. Craig siempre ha amado los postres.
Estoy segura que agradecería un pastel recién horneado de vez en cuando"

Jill sonrió "Sí y él agradece cuando usted los trae"

Salió nuevamente sacando el resto de las bolsa del asiento trasero.

"Bueno, hornear requiere talento. A menos que abras una caja y uses una mezcla
de pastel. Entonces digo ¿cuál es el punto?"

"Sí, bueno, gracias, Arlene. Me aseguraré de probar un pedazo"

Arlene permaneció de pie en la cocina, viendo como Jill sacaba las compras. Jill
finalmente se detuvo "¿Algo más, Arlene?"

"No. Supongo que debería irme. Es casi la hora del almuerzo" hizo una pausa en
su camino a la salida "¿Quieres unirte a nosotros? Carl preparará hamburguesas a
la parrilla"

Jill negó con la cabeza "No, pero gracias"

"No es problema hacer una para ti"

"En realidad, tengo que hacer unos recados. Voy a recoger algo en la ciudad"
mintió ella.

"Está bien, entonces. Y no lo olvides, tendremos filetes para la cena. Si el tiempo


se mantiene, será agradable cocinar afuera"

Jill frunció el ceño, sus cejas se unieron "Craig no mencionó que cenaríamos con
ustedes esta noche"

"¿No lo hizo? Sí, a las siete. Pero no te preocupes por traer algo. Va a ser simple.
Voy a hacer papas al horno"

Jill asintió "Bueno, me alegra que me lo dijeras. Ya estaba empezado la cena para
cuando él llegara a casa"

Arlene se movió para salir pero se detuvo nuevamente "¿Dónde está Angie?"

"Está en casa de Shelly. Su madre las llevará hoy al cine, luego se quedará otra
vez"

"Que divertido. Debe ser agradable para ti ¿hmmm?"


"¿Qué quieres decir?"

"¡Oh! que Angie no traiga a sus amigas. Así no tendrás que jugar a la mamá"

Jill estuvo a punto de protestar, pero no lo hizo. Era la verdad. Angie rara vez traía
a sus amigas a casa. Así que asintió con la cabeza "Creo que tiene miedo que los
traiga en mi viejo coche"

"No es de extrañar que ella piense que no te agrada. Pasas menos tiempo con ella
como con tu marido" miró hacia atrás por encima de su hombro "Nos vemos esta
noche"

Nuevamente sola, Jill terminó de desempacar los comestibles, tratando de no


permitir que Arlene le molestara. No estaba segura de si decía cosas a propósito
o si era completamente inconsciente de cómo sus palabras le herían.

Cerrando con fuerza la puerta del armario, se quedó allí, agarrando firmemente el
mostrador con las manos. Sin pensarlo, agarró su bolso, saliendo nuevamente
hacia la luz brillante del sol. Antes de darse cuenta, iba a alta velocidad por la
calle, conduciendo de forma automática, viendo las vistas familiares de su
pequeña ciudad mientras se dirigía fuera de la ciudad.

Y hacia el lago.

No sabía cómo lo sabía, pero algo le estaba guiando, como si fuese una marioneta
en una obra de teatro. No tenía ninguna razón para pensar que Carrie estaría en
la cabaña un sábado. Sin embargo, era hacia donde se dirigía, ni por un momento
cuestionó su razonamiento.

Por eso, poco tiempo después, no se sorprendió al encontrar el portón abierto


mientras rebotaba a lo largo de la pequeña carretera. Sintió una instantánea
oleada de alivio cuando vio la furgoneta azul de Carrie estacionada en la calzada.

Mientras estaba fuera, se debatía con el hecho de si debía ir por la puerta principal
o por la parte posterior de la terraza acristalada como normalmente hacían.

"Vaya, que agradable sorpresa"

Jill giró ante el sonido de la voz de Carrie, su sonrisa equivalente a la de la otra


mujer.

"Ya sabes, si dejas abierto el portón de esa manera, nunca sabes quién entraría"

Carrie se acercó, sus ojos volviéndose serios "¿Me creerías si te dijera que tenía
esta...esta sensación de que vendrías hoy?"
Jill se permitió a sí misma ser atraída por los ojos de Carrie. Asintió con su cabeza
"Sí, me gustaría creerte" rió un poco alejando sus ojos de los de Carrie, rompiendo
el hechizo que la mujer parecía tener sobre ella "Realmente tenemos que
intercambiar los números telefónicos"

"Sí, tenemos que hacerlo" se quitó los guantes de jardinería y limpió sus manos en
los vaqueros "Ya que este día es demasiado hermoso para no compartirlo" hizo un
gesto a Jill para que le siguiera mientras caminaba a través de la valla hacia la
parte posterior "Deja que me lave, entonces podremos sentarnos en el muelle"

"¿Estás segura que no estoy molestando?"

"Oh, absolutamente no. Esta muy bonito afuera, pensaba que sería un buen día
para empezar a plantar las flores" fue al fregadero de la cocina para lavarse y Jill
sacó un taburete de la barra, observándola "¿Cómo te escapaste?"

"No tuve que escaparme. No había nadie en casa"

"¿Oh sí?"

Jill suspiró "Craig fue a un torneo de baloncesto en Richland" agitó su mano con
desdén "Quería que fuera con él para así poder pasar algún tiempo juntos"

"¿Y?"

"Me negué. Por un lado, no me gusta el baloncesto. Y por otro, cada vez que su
celular está con él, no tiene un momento libre"

"¿Odias el baloncesto y él es un entrenador? ¿Cómo sucedió eso?"

"Fútbol, baloncesto y béisbol. Entrena los tres. El fútbol es lo único que me


interesa. Pero él se desvive por los tres"

"¿Cómo demonios puede entrenar los tres?"

"Es entrenador asistente en el fútbol, entrenador en jefe en baloncesto y


entrenador de bateo para el equipo de béisbol. Y sí, ocupa la mayor parte de su
tiempo. Deportes, punto, ocupa la mayor parte de su tiempo" ella negó con la
cabeza "No me quejo. Era así cuando me casé con él. Sólo pensaba que lo
superaría"

Carrie se apoyó en la barra sobre los codos, observando a Jill. Cuando sus ojos se
encontraron, Jill inclinó su cabeza.

"¿Qué?"
"Creo que es un poco raro que las dos tengamos maridos tan ocupados con sus
propias vidas, que hemos llegado a ser casi un elemento secundario" se encogió
de hombros "Al menos, eso es lo que siento a veces"

Jill asintió "Exactamente. Ayer, cuando nos llevó a comer, su móvil sonó diez
minutos después de haber llegado. Creo que en realidad se olvidó que estaba allí.
Tuve que pedirle que finalizara la llamada sólo para que me pudiese llevar al
trabajo"

"Sé a qué te refieres. Creo que James se marchitaría y moriría si perdiera su


celular. Pero trato de no quejarme. No ha pasado mucho tiempo desde que el mío
sonaba constantemente" se movió hacia la nevera y la mantuvo abierta, mirando
el interior "¿Has almorzado?"

"No ¿Y tú?"

"No. Pero no tengo mucho que ofrecer" ella sonrió por encima de la parte superior
de la puerta "El queso y las galletas que tuvimos la semana pasada"

"Eso estará bien"

"Y tengo una botella de vino ¿Qué tal si pasamos la tarde abajo en el muelle?"

"Maravilloso. Será agradable compartir sin tener que mirar el reloj" Jill se puso de
pie, luego se detuvo "¿O tienes que regresar?"

Carrie negó con la cabeza "Soy toda tuya"

"No puedo creer que te haya dicho eso. Mi suegra nunca interfiere de esa manera"
dijo Carrie "Aunque a veces creo que quisiera hacerlo en algunas ocasiones"

"La mayoría de mis defectos generalmente implican a Angie pero hoy también
estaba centrada en Craig. Realmente creo que la mujer me odia"

"Te lo digo, es porque es hijo único. En su mente, ninguna mujer será lo


suficientemente buena para su bebé"

"Lo sé. Sigo diciéndome eso" dijo Jill tendiendo su copa para que Carrie la
volviese a llenar "Gracias. A veces me pregunto si no hay algo de verdad en lo que
dice. Casi no pasamos mucho tiempo juntos. Y aunque no me gusta el baloncesto
¿no debería apoyarlo más e ir a sus juegos? Sé que otras mujeres lo hacen"

"¿Lo hiciste al principio?"


Jill asintió "Sí. Solía ir a todos los partidos locales. Pero sólo se convirtió en una
tarea. Algo que odiaba hacer. Estaba resintiendo ese hecho en mi tiempo, me
sentía obligada a seguirlo por ahí como una fanática" ella rió nerviosamente "Dios,
suena tan horrible"

"No importa cómo suena. Debes ser capaz de expresar tus sentimientos, Jill"

"Sí, pero suena tan egoísta. Quiero decir ¿qué hay de malo en mí? ¿Por qué no
quiero pasar tiempo con él?"

"¿Es eso lo que crees?"

"No lo sé"

Carrie miró hacia el lago y luego estiró las piernas poniéndose más cómoda en la
banca. Jill se volteó observándola.

"A menudo me pregunto cómo sobrevivió mi propio matrimonio" dijo Carrie "Pero
al principio, era yo quien nunca estaba en casa. Cada fin de semana estaba
mostrando casas, reuniéndome con compradores y vendedores, nunca estaba en
casa para James, nunca estaba en casa para los chicos. Es un milagro que mis
hijos resultaran ser tan amorosos" se volteó lentamente, mirando los ojos de Jill
"Entonces, por supuesto, las tiendas despegaron y fue James quien estuvo fuera
todo el tiempo" se volteó hacia el lago "Y nuestros chicos todavía nos aman"

"¿A qué escuela fueron? No a Kline ¿verdad?"

Carrie negó con la cabeza "La escuela privada. Brookhaven" levantó sus manos
como si fuese a agarrar el sol "Un día magnífico. Me encanta que estés aquí
compartiéndolo conmigo" ella sonrió "Y es bueno verte de esta manera, en ropa
de diario. Luces cómoda. Te ves bien"

Jill se sonrojó y luego frotó sus manos en los vaqueros "Odio los trajes de
negocios pero el señor Tutt insistía en ellos. Ahora que su hijo dirige el negocio, no
es tan estricto en eso, pero ya tengo un armario lleno de ellos"

"Eso fue lo primero que hice cuando deje el negocio de bienes raíces. Tiré todos
mis trajes. Juré que nunca me pondría otro par de zapatos de tacón alto" agarró la
botella de vino y la sostuvo en alto "Estamos terminando con ella" se echó a reír
"Dios, me encantan los días perezosos como este"

"Sí. Es muy agradable" Jill se acercó y tocó su mano "¿Dónde están tus chicos?
¿Cómo es que estás sola?"
Carrie se quedó mirando sus manos durante un largo rato y luego levantó sus
ojos. Jill comenzó a apartar su mano avergonzada, pero Carrie le detuvo.

"Sólo usas una banda como anillo de matrimonio" dijo Carrie en voz baja.

Jill elevó sus cejas.

"Sin diamante, sólo la banda" explicó Carrie tocando su dedo anular. Entonces
levantó su mano izquierda "Yo también"

Jill asintió "Craig y yo no podíamos permitirnos mucho cuando nos


comprometimos. No veía el objetivo de gastar una cantidad obscena de dinero,
por un diamante, cuando ni siquiera teníamos una casa donde vivir"

"¿Te casaste en la universidad?"

"No. Un mes más tarde. Los dos nos graduamos en mayo. Nos casamos en junio.
Ambos comenzamos a enseñar en Kline en agosto" sacudió su cabeza con una
sonrisa "Un verano arrollador"

"¿Por qué aquí?"

Jill se encogió de hombros "Craig es de aquí"

Carrie le dedicó una sonrisa compasiva "No puedo creer que tus suegros vivan
tres puertas más abajo"

Jill se echó a reír "La mayoría de los días, yo tampoco"

Jill volvió su atención al lago y se estiró como Carrie había hecho. El banco del
jardín era pequeño y era consciente de que sus manos aún se rozaban, era
consciente de cada movimiento mientras los dedos de Carrie se deslizaban a
través de su piel. Finalmente se dio la vuelta y no se sorprendió al descubrir los
ojos de Carrie sobre ella. Sus ojos se sostuvieron un largo rato. Una vez más, esa
sensación de familiar conexión les rodeó. A ella le gustaba. Se sentía en paz.

"Realmente me encanta que vinieras hoy" dijo Carrie en voz baja.

"A mí también"

"Desearía hacer esto más a menudo"

Jill asintió y sonrió "Tal vez deberíamos intercambiar números de teléfono" sugirió
ella.
"Y te voy a dar el código del portón. Aunque no podamos estar juntas, no hay
ninguna razón para que no puedas venir aquí y disfrutes de la paz y la
tranquilidad"

"Oh, no podría venir si no estás aquí"

"¿Por qué no? Lo estoy ofreciendo. Además, eres la única persona que sabe que
este lugar existe"

Jill se detuvo "¿No te sientes culpable por no compartir esto con tu familia?"

Carrie negó con la cabeza "No, en absoluto. Por una parte, James nunca podría
detenerse lo suficiente como para disfrutar estar aquí. Siempre está corriendo todo
el tiempo. Ahora, los chicos probablemente disfrutarían del lago en verano,
disfrutarían nadar, pero ambos tienen sus propios asuntos. Josh se graduará en
mayo e irá a la universidad. No tiene la menor idea de lo que quiere hacer, pero
quiere irse de casa, quiere ir a un nuevo lugar. Y estoy a favor de eso. Es
demasiado joven para apegarse a un solo lugar. Y Aaron, es el hijo de su padre.
Tan inteligente, que podría hacer lo que quisiera en ingeniería, ciencias de la
computación, cualquier cosa. Pero, demonios, quiere quedarse aquí y dirigir una
de las tiendas de James"

"Bueno, estoy segura que James está feliz, al menos uno de ellos quiere seguir
sus pasos" dijo Jill.

"Oh, por supuesto que lo está. Creo que secretamente estaba aterrorizado de
estar trabajando, partiéndose el culo todos estos años, para nada" dijo con una
risa "Pero en verano, Aarón sale con él todos los días. Y este verano, James le ha
prometido trabajar como asistente de gerencia. Tengo este horrible miedo de que
se gradúe en la secundaria y comience a trabajar como gerente y nunca vaya a la
universidad. Y Aarón sería perfectamente feliz. Igual que James"

"Bueno, al menos tus hijos tienen intereses. El mundo de Angie gira en torno a los
chicos y el maquillaje. Sé que sólo es estudiante del primer año, pero no muestra
ningún interés en nada. Una vez le pregunté qué quería hacer y me dijo que
probablemente acabaría siendo secretaria…como yo" dijo Jill con una sonrisa.

Carrie rió y apretó la mano de Jill.

"Lo sé. Si supiera que mi sueldo es mayor que el de su padre, se moriría. No sé


cómo sucedió, pero es muy chapada a la antigua" Jill se acercó aún más, le
encantaba la sensación de los dedos de Carrie en su mano "Ella tiene esta visión
de que los padres trabajan para apoyar a la familia y las madres se quedan en
casa para atender a los niños. Y sé que lo aprende de su abuela"
"¿Pasa mucho tiempo con ella?"

"Sí. Sobre todo cuando era más joven. Después de la escuela, se quedaba allí
hasta que yo regresaba del trabajo. Incluso ahora que es mayor, se la pasa allí
después de la escuela. Me estremezco cuando pienso en toda la mierda que le
mete en la cabeza"

"¿Craig sabe todas las cosas que su madre le dice de tí?"

"No. Al principio cuando ella decía algo para molestarme, yo se lo contaba, pero
por lo general él terminaba riéndose, o peor aún, se ponía de su lado. La única vez
que no estuvo de su lado fue cuando dejé la enseñanza. Él sabía lo miserable que
era"

"¿Así que la toleras y finges que todo está bien?"

"Sí. Y hoy ella me informó que cenaríamos con ellos esta noche. Aparentemente a
Craig se le olvidó decirme"

"Ouch"

"Sí. Qué manera de terminar un día perfecto"

"¿Fue un día perfecto?" preguntó Carrie en voz baja.

Jill sonrió "Bueno, veamos. No comenzó tan bien, no. Pero estar sentada aquí en
el lago bajo el sol, compartiendo contigo...sí, fue perfecto"

"Me alegra que pienses así"

Más tarde sentada en la cena, escuchando en silencio como Craig describía,


jugada por jugada, los juegos de baloncesto que había visto ese día, Jill pensó en
lo verdaderamente perfecto que había sido pasar la tarde con Carrie.

Carl, su suegro, le miró una vez, sus ojos interrogantes, pero ella sonrió y volvió su
atención a Craig. Realmente trataba de mostrar algo de entusiasmo por lo que
Craig amaba. Por desgracia, no lo lograba.
Capítulo 15

"Cinco días de sol en fila" exclamó Carrie un día una semana después "¿Crees
que la primavera realmente está aquí?"

Jill se echó a reír "Marzo apenas está aquí. No creo que debas declararlo
primavera"

"Se siente como primavera. Incluso huele a primavera. Y mira cuan poblado están
los árboles" dijo ella "Pronto florecerá todo" se volvió hacia Jill "No puedo esperar
el verde"

"Lo sé. Y este sería un buen fin de semana para que comiences a plantar"

Carrie asintió "Sí, lo sería" entonces sonrió "¿Estás segura que tienes que irte?"

"Por mucho que me encantaría estar contigo, Craig y Angie nunca me perdonarían
si me pierdo el torneo estatal"

"Oh, lo sé. Estaba siendo egoísta"

"No, no lo estabas" dijo Jill acercándose y apretando la mano de Carrie. No se


sorprendió cuando los dedos de Carrie se cerraron sobre los de ella. Habían
estado haciendo eso…mucho… últimamente. Tocarse "Y si pudiera librarme, te
pediría todo el fin de semana" dijo en voz baja "Las horas del almuerzo parecen
más y más cortas"

"Sí. Probablemente porque el clima es agradable y estamos aquí afuera, no


atrapadas en el interior, lo que hace que el tiempo corra" poco a poco permitió que
la mano de Jill se retirara antes de voltearse hacia el lago "Pero el torneo estatal
es importante ¿verdad?"

"Sí, es importante. Algo de una vez en la vida de la mayoría de estos chicos. Y


Craig se desmaya de la emoción sólo de hablar al respecto. No puedo imaginar lo
que será en el juego"

"Bueno, lo creas o no, incluso Josh mención que Kline iría a los estatales. Y Aarón
dijo que habían pintado las ventanas en ambas tiendas de la ciudad"
"Sí, todo el mundo está entusiasmado. Arlene nos compró a todos camisetas
idénticas para llevar a los juegos. Tengo este miedo de que sostenga un cartel que
diga que somos la familia del entrenador" Carrie rió.

"Puedo ver lo entusiasmada que estás"

"No creas que no he pensado en quedarme atrás, porque lo he hecho. Pero estoy
segura que la ira de los dioses del baloncesto caería sobre mi"

"Oh, bueno. Tal vez pronto podamos encontrar un fin de semana"

"Tal vez" Jill ocupó el banco y esperó hasta que Carrie le mirara. Sus ojos azules
parecían brillantes en la luz del sol. Jill no podía decidir qué color le gustaba más,
si este o el azul celeste que veía con mayor frecuencia "Yo...realmente extraño
hablar contigo, Carrie. Quiero decir…los fines de semana" hizo una pausa "No lo
entiendo" admitió en voz baja "Nunca he tenido una amiga como tú. Nunca he
hablado tanto con alguien"

"Sé exactamente a que te refieres" Carrie se sentó apoyando los codos sobre sus
muslos mientras miraba hacia el lago "No sé qué pasa contigo, pero cuando estás
cerca, todo parece tan brillante, tan hermoso" miró a Jill rápidamente, luego alejó
la mirada "Casi tengo miedo de los colores que veré esta primavera" dijo ella
riendo "Si no te importa, me gustaría pintarte"

Jill sonrió "¿Pintarme?"

"Sí. No un retrato. Quiero decir, afuera, de pie ante el agua o sentada aquí en
nuestro banco, con los colores estallando a tu alrededor" se volteó hacia Jill "¿Qué
piensas?"

Jill inclinó su cabeza "¿Voy a conservarlo?"

"Si así lo deseas"

Ella asintió con la cabeza "Sí. Me encantaría que me pintaras"


Capítulo 16

En todos los años que había conocido a Craig, nunca le había visto de esta
manera. Pero el silencio era casi insoportable. Desafortunadamente, no conocía
ningún lema inspirador deportivo para animarlo.

"Realmente es una noche agradable. Creo que deberíamos hacer parrilla en el


exterior" dijo ella "Y creo que deberíamos pedirle a tus padres que se unan a
nosotros. Se lo debemos" ella puso los ojos. Dios, debía estar desesperada para
querer a Arlene aquí.

"Realmente no estoy de ánimo, cariño"

Ella colocó su cabello rubio detrás de ambas orejas y se quedó mirándole. Sus
ojos estaban pegados a la TV, un televisor que permanecía silencioso y oscuro.
Incluso su celular permanecía silencioso.

"Craig, fue un buen partido" dijo ella vacilante.

"¿Bueno? Perdimos por un maldito punto ¿Llamas a eso bueno?"

Ella arqueó sus cejas. No le había escuchado utilizar la palabra M en años. Pero lo
intentó nuevamente.

"Fuiste a las estatales, Craig. Lograste llegar al juego final. Estás actuando como
si hubieses fallado"

"¿Fallado? Fuimos escogidos para ganar. Tendríamos que haber ganado" él negó
con la cabeza "Maldita llamada. No fue una falta ¡Jesús! Cualquiera podría decir
que no fue una falta"

Ella suspiró "Bueno, está bien" murmuró ella.

Caminó a través de la cocina y hacia el garaje donde guardaban el congelador.


Sacó cuatro filetes, entonces vaciló y finalmente regresó dos. Si no quería a sus
padres definitivamente ella no los invitaría. Temía que terminaría entreteniéndolos
mientras él ponía mala cara en privado. Pero no, el mal humor siempre era mejor
cuando tenías audiencia. Así que después de todo sacó los otros dos filetes.

Y después de llamar a Arlene para hacerle saber del estado de ánimo de su hijo,
fue a ponerse al día con la ropa que había dejado de lavar durante su ausencia.
Cuando caminó a través de la casa dirigiéndose hacia las escaleras, vió que Craig
seguía en la misma posición, mirando el televisor. Sabía que debía ser devastador
perder el partido por el campeonato, pero aun así, al menos habían llegado muy
lejos ¿Cuántos equipos podrían decir eso? Abrió su boca para decir esas mismas
palabras, pero se detuvo ¿Qué sabía ella de eso?

Metódicamente desembaló el equipaje y amontonó la ropa sucia para llevarla


abajo. Y pensó que tendría tiempo para ducharse antes que sus suegros llegaran.
Estuvo a punto de ir a la habitación de Angie para buscar su ropa cuando la puerta
se abrió. Craig permaneció allí de pie, con su rostro demacrado y huraño.

Ella arqueó sus cejas.

Él se encogió de hombros y luego hizo un gesto hacia la cama "Me vendría bien
un poco de atención" dijo él.

"¿Atención?"

Él se acercó "Sí" él agarró sus manos y la atrajo hacia sí "Han pasado semanas
desde las última vez que hicimos el amor"

Más bien meses.

Ella se alejó de su abrazo, manteniéndolo apartado con el brazo extendido "No


quieres hacer el amor, Craig. Quieres tener sexo"

"¿Y? ¿Entonces?"

"Y yo no. Además, tus padres están por llegar en cualquier momento"

"Te dije que no estaba de humor" dijo él en voz alta.

"Bueno, igual van a venir. Comeremos filetes"

"Te lo juro Jill ¿no podemos pasar una noche solos?"

Ella puso las manos en sus caderas y lo miró "Desde enero has estado fuera casi
todas las noches de la semana por el baloncesto. No me hables de pasar tiempo a
solas"

"Es mi trabajo, por el amor de Cristo. Lo sabes"

"Oh sí, lo sé"

"Y no es que no te haya pedido que vinieras conmigo. Nunca quieres"

"Bueno, como has dicho, es tu trabajo"


"¿Qué se supone significa eso?"

Ella se dio la vuelta y recogió una brazada de ropa sucia. Sacudió su cabeza "No
significa nada Craig. Pero no me interesa acompañarte en tu fiesta de
autocompasión. Deberías estar orgulloso de lo lejos que han llegado tú y el
equipo. Son jóvenes, Craig. Ellos te miran ¿Es lo que quieres que ellos vean?"

"Simplemente no entiendes" dijo él "Nunca lo hiciste. No es sólo un juego, Jill. Se


trata de la vida"

"¿Así que el mensaje que quieres dejar es que si pierdes el juego, pierdes la vida?
Por favor. Ellos tienen 16-17 años ¡Qué triste es que les hagas creer que este fin
de semana fue el acontecimiento más importante de sus vidas! Ellos tienen toda
su vida por delante"

"Sí, bueno yo no" dijo él con enojo mientras se alejaba.

"Y siempre se trata de ti" murmuró ella. Cerró sus ojos, dejando escapar el aliento
finalmente. Él no estaba preocupado por los jóvenes y su estado de ánimo,
simplemente estaba más preocupado por él. Eso era lo que le hacía un buen
entrenador, el miedo a caer. También era lo que le hacía un entrenador terrible.

Más tarde, después de los filetes y después que su madre le hubiese consolado
efectivamente, fue capaz de encender su teléfono celular. No había dejado de
sonar.

Así que tan pronto Arlene y Carl se fueron, ella se sirvió una copa de vino y se
retiró a la terraza. Las noches todavía estaban frías, pero no era un frío
insoportable. El suéter que se había puesto era lo suficientemente cálido.

Se sentó y comenzó a mecerse con el pie, disfrutando finalmente de la


tranquilidad después de tres días de baloncesto. Ni siquiera permitiría que los
comentarios de Arlene sobre Angie le hicieran sentir culpable. Angie estaba en
casa de Shelly. Y sí, era una noche de escuela. Pero no, no era una madre
horrible. Angie había llamado para preguntar si podía quedarse. Después de
hablar con la mamá de Shelly para asegurarse que estaba bien, dijo que sí. De
todos modos, su noche de películas alquiladas y pizza sonaba más divertido.

Inclinó la cabeza hacia atrás y cerró sus ojos, tratando de relajarse después del
turbulento fin de semana que habían tenido. Y como siempre, cuando se los
permitía, los pensamientos de Carrie inundaron su mente.

Intencionalmente los había mantenido a raya, tratando con todas sus fuerzas de
armonizar con su familia, de disfrutar del fin de semana de baloncesto como los
otros estaban disfrutando. Incluso en las noches, mientras yacía en la cama,
mucho tiempo después de que Craig se hubiese dormido, deliberadamente
cerraba su mente a cualquier pensamiento sobre Carrie.

Pero ahora de regreso en casa, de regreso a su entorno familiar, a solas en esta


noche tranquila, permitió que vengaran. Y no fue difícil en absoluto evocar el rostro
de Carrie, su sonrisa, su cabello castaño grisáceo erizado en todas direcciones...y
esos ojos azul celeste que había llegado a amar.

¿Amar?

Abrió sus ojos rápidamente, su corazón golpeando su pecho nerviosamente


¿Amor? Se relajó. Sí, amor. Carrie era una amiga. De hecho, una buena amiga,
en realidad, su mejor amiga. Así que era lógico que sintiera algo por ella.
Seguramente.

Entonces volvió a cerrar sus ojos, poniendo el mecedor en movimiento


nuevamente, sabiendo que afortunadamente, mañana sería lunes. Sonrió cuando
una paz familiar se apoderó de ella.
Capítulo 17

Jill no sabía quién estaba más sorprendida por el abrazo, pero simplemente no
pudo detenerse a sí misma cuando Carrie salió al porche a su encuentro.
Avergonzada se apartó pero Carrie mantuvo agarrada su mano. Sus ojos se
sostuvieron durante un largo rato y entonces Carrie finalmente sonrió y la liberó.

"¿Me extrañaste?"

Jill se encogió de hombros con indiferencia "Un poco. Tal vez"

"Lamento lo del juego"

"No tanto como yo"

"¿Oh? ¿Lo tomó mal?"

"Como si fuese de vida o muerte" dijo Jill "No puedo decirte cuánto me alegra que
haya terminado"

"Bueno, vamos adentro. Hice sándwiches. Y si la lluvia se mantiene alejada,


podremos ir al muelle más tarde. O simplemente podemos permanecer adentro en
la terraza acristalada"

"Hoy el viento está un poco frío ¿no es así?"

"Sí, supongo que mi predicción sobre una primavera temprana fue incorrecta" dijo
Carrie mientras sostenía abierta la puerta de la terraza acristalada.

Jill apretó su brazo mientras pasaba a su lado "La primavera estará aquí antes que
te des cuenta" se detuvo en seco cuando entró en la terraza acristalada. La
pequeña mesa de mimbre estaba ubicada frente al sillón del jardín, estaba
decorada con un mantel de colores y un jarrón con media docena de rosas rojas.
Se volteó lentamente, encontrando los ojos de Carrie.

"Es hermoso" dijo en voz baja.

Carrie se encogió de hombros y Jill notó el leve rubor que cubrió su rostro "Nada
del otro mundo" dijo ella "Solo compre las rosas como un capricho"
"Es...es tan dulce de tu parte" dijo Jill suavemente. Se acercó inclinándose para
inhalar la fragancia. Se enderezó con una sonrisa "Maravilloso"

"Bueno, siéntate...relájate. Voy a traer el almuerzo"

"Puedo ayudarte"

"No, no. Yo lo hago"

Jill observó cómo entraba apresurada en la cabaña y entonces se trasladó al sillón


de dos puestos, ubicándose en su puesto habitual en uno de los extremos. Sin
pensarlo se inclinó nuevamente para oler las rosas.

"Me complace que te gusten" dijo Carrie en voz baja detrás de ella.

Jill se volteó sonriendo antes quitarle la bandeja a Carrie. Estaba cargada de


sándwiches en rollos de cebolla, dos grandes pepinillos, un pequeño plato con
papas fritas y un tazón de fruta fresca. Carrie regresó por los vasos de té y luego
se unió a Jill en el sofá de dos puestos.

"Te tomaste muchas molestias" le acusó Jill.

"Por supuesto que no. Las fresas están en temporada, no pude resistirme"

"Bueno, todo se ve precioso, gracias" agarró su sándwich y le dio un mordisco,


gimiendo ligeramente mientras saboreaba los pepinillos que Carrie le había
enseñado a disfrutar.

"Cuéntame sobre tu fin de semana" le animo Carrie mientras colocaba una fresa
en su boca.

Jill sonrió "Odio admitirlo, pero secretamente estuve esperando que perderíamos
el primer juego. Y no hubo nada relajante en el fin de semana. Nos alojamos en el
mismo hotel donde se alojaron todos los equipos. Imagina a cientos de
adolescentes vagando por las salas"

Carrie se estremeció con exageración "Trato de no hacerlo"

"Y luego estaba la compañía constante de mi suegra. Te juro que no tuve un


momento para mí. En el desayuno, el almuerzo, la cena y los juegos…ella estaba
en todas partes" dijo Jill riendo "Por supuesto, Craig se trasladaba en el autobús
con el equipo, así que Angie y yo tuvimos el placer de conducir de un lado a otro
con ellos. Pero sorprendentemente no fue la peor parte"

"¿Cuál fue la peor parte?"


"Fue cuando Craig llegó a casa" pero ella negó con la cabeza "Ya basta de eso.
Dime que hiciste tú el fin de semana"

"Oh, fue totalmente libre de estrés y un poco aburrido" dijo Carrie bajando su
sándwich "En realidad, James llegó a casa el viernes a una hora decente, así que
nos llevó a cenar a Aarón y a mí. Josh estaba en una cita" dijo con una sonrisa
"Vine aquí el sábado ya que el clima estaba muy agradable. Josh llevó a Aarón y a
un par de amigos al centro comercial y al cine, así que pude pasar todo el día
aquí. He limpiado las viejas macetas de Joshua"

"No puedo esperar para verlo"

"Y yo no puedo esperar para plantar las flores" dijo Carrie.

"¿Y ayer? ¿Qué hiciste?"

"Ayer fue uno de esos extraños días en el que todos estábamos en casa al mismo
tiempo. Preparé un asado y tuvimos una verdadera cena familiar" dijo ella "Fue
sólo un día de descanso"

"Los días de descanso son agradables"

"Sí" Carrie desvió la mirada y luego volvió a mirar a Jill "Yo...te extrañé. Este fin de
semana, te extrañé"

Jill asintió "También te extrañé" dijo ella en voz baja. Los ojos azules sostuvieron
los suyos y ella no trató de alejarse de ellos "Al parecer te extraño cada vez más"
murmuró ella.

"¿Piensas en mí?"

"Sí"

"También pienso en ti. Al principio no lo entendía. Luego, cuando finalmente lo


hice, me asustó muchísimo"

Jill frunció el ceño "¿Qué quieres decir?"

Carrie negó con la cabeza "Lo más aterrador es preguntarme si también lo


sientes" susurró ella.

El corazón de Jill latió con fuerza en su pecho y olvidó respirar. Miró fijamente
esos ojos azules que parecían tan reservados, esos ojos azules que había
aprendido a leer tan bien. Se dio cuenta que el fuerte latido de su corazón no era
por temor.
"¿Sentir qué?" ella respiró.

"Esto. Sentir esto" susurró Carrie mientras se inclinaba más cerca.

Jill sabía lo que estaba pasando, pero aun así no pudo detenerlo. Sus ojos se
cerraron cuando sintió que los labios de Carrie rozaron los suyos. Se quedó sin
aliento ante el contacto y luego gimió cuando la boca de Carrie regresó. Sus
propios labios se separaron, moviéndose con los de Carrie mientras el beso se
profundizaba. Las campanas de advertencia clamaron por ser escuchadas pero
sólo fue el sonido de su respiración entrecortada lo que le hizo recobrar el sentido.

Se apartó bruscamente con sus ojos muy abiertos, sus dedos tocaron sus
labios…donde la boca de Carrie había estado.

"Oh, Dios mío" susurró ella. Sacudió su cabeza, poniéndose de pie finalmente y
retrocediendo. Inmediatamente una mirada de arrepentimiento cruzó el rostro de
Carrie.

"Jill…Dios, lo siento mucho. No sé qué me ha pasado. Yo sólo...te mal interpreté,


supongo. Todo lo mal interpreté" dijo ella mientras se ponía de pie acercándose.

Jill negó con la cabeza y se alejó ¿Mal interpretado?

"Tu amistad significa para mí más que cualquier otra cosa, Jill. Por favor, lo siento
mucho. Sólo soy una idiota"

Jill retrocedió, luego se dirigió rápidamente hacia la puerta, con los ojos muy
abiertos "Me tengo que ir" susurró ella.

"No, por favor no te vayas. Lo siento tanto. Por favor..."

Jill abrió la puerta entonces se detuvo, dándose la vuelta para hacerle frente a
Carrie. Sus ojos se sostuvieron y Jill ya no pudo negar lo que era tan
descaradamente obvio. Se habían estado tocando inocentemente por semanas.

"Sí" susurró ella.

Carrie frunció el ceño "Sí ¿qué?"

"Sí, también lo siento" dijo Jill rápidamente antes de huir de la cabaña.

No la volveré a ver.

Pero ese pensamiento le provocó un dolor físico parecido a un golpe. Se envolvió


con sus brazos y puso la mecedora en movimiento ¿Cómo podría no verla? Su
cuerpo no se había sentido tan vivo en años y todo por el más breve de los besos
de otra mujer.

Una mujer.

Cerró sus ojos. Una mujer. Pero no cualquier mujer.

Carrie. Carrie, quien se había convertido en su mejor amiga, su confidente, su


escape. Carrie, quien había inundado sus pensamientos cuando no debió haberlo
hecho.

¿Cómo podría no verla?

¿Y el beso? ¿Qué pasaba con el beso?

Jill sintió el desconocido aleteo en su corazón, simplemente ante el pensamiento


de ellas besándose. Un pequeño beso, no obstante, un beso. Pero ¿qué
significaba?

Cerró sus ojos nuevamente. Sabes lo que significa. Sabes exactamente lo que
significa.

Sí, sabía lo que significaba, no era tan ingenua. Y si la volvía a ver ¿qué? ¿Carrie
continuaría disculpándose? ¿Podrían declararlo como una locura temporal? ¿O
hablarían de ello, lo discutirían y lo analizarían?

¿O simplemente fingirían que nunca sucedió?

No ¿Cómo podrían? La atracción que Jill estaba tratando de esconder al huir, le


estaba mirando directamente al rostro. No sabía qué hacer con esa atracción, una
atracción que había estado tambaleándose entre lo físico y lo sexual, durante
semanas.

Negarse a reconocerlo no haría que desapareciera. Pero aceptarlo era algo que
Jill no pensaba estaba dispuesta a hacer.

Porque si lo aceptaba, su vida nunca sería la misma.


Capítulo 18

En días como hoy, Jill estaba feliz de tener una asistente. El trabajo que
normalmente hacía por sí misma, el trabajo que hacía hasta dormida, no era más
que un revoltijo. No podía concentrarse en nada y mucho menos en los números.
Entonces, mintió. Con el pretexto de trabajar en su nuevo anuncio de radio, le
entregó las cuentas de la semana a Harriet. La culpa inicial que sintió, desapareció
rápidamente cuando vió el brillo en los ojos de Harriet ante la perspectiva de hacer
algo distinto a sus tareas habituales como asistente de oficina.

Así que, con su puerta cerrada, Jill arrancó con el anuncio de radio, sin molestarse
en leer el espacio de 30 segundos. Sólo eran palabras revueltas en la página, así
como había ocurrido con los números.

No podía lograr que su mente se enfocara en algo.

Excepto en Carrie. Y no tenía idea de lo que iba a hacer. No sabía lo que iba a
hacer con Craig, su matrimonio y sin duda no sabía qué hacer con Carrie, no
sabía qué hacer con sus sentimientos por la otra mujer.

Hizo girar su silla mirando por la ventana, observando las gotas de lluvia contra el
cristal. La noche anterior, cuando Craig intentó hacerle el amor se encontró con su
resistencia, había querido hablar de ello. Finalmente, él se había dado cuenta que
habían pasado meses desde la última vez que se habían tocado. No podía lidiar
con sus preguntas y casi había cedido, casi había permitido tener relaciones
sexuales con él…pero al final…no pudo.

"¿Vas a decirme que está pasando o qué?"

"No pasa nada Craig"

"Si no es otro hombre entonces ¿qué? ¿Repentinamente decidiste que no querías


tener sexo conmigo?"

Ella se levantó de la cama y caminó lentamente por la habitación "No


repentinamente" dijo ella "Casi nunca estás en casa, Craig. Y cuando estás en
casa, no te apartas de tu celular" ella extendió sus manos y se encogió de
hombros "Es como si yo fuese invisible"

"¿De qué estás hablando? No eres invisible"


"Me siento invisible. Lavo tu ropa, cocino tus comidas, cuido tu casa. Así como con
Angie. Me siento como tu servicio de limpieza"

"Oh, ahora estás diciendo locuras. No te trato como mi servicio. Pero nena,
entrenar requiere mucho tiempo. Lo sabes"

"Sí, lo sé Craig. Pero siento como si fuésemos extraños. Así que perdóname si no
me emociona tener relaciones sexuales contigo" ella suspiró.

Su respuesta a eso fue salir de la habitación, pisoteando infantilmente, para dormir


en la habitación de invitados, dejándola sola el resto de la noche, sola con sus
pensamientos. Finalmente se fue a dormir, luego de llegar a la conclusión de que
ya no vería a Carrie. No creía que su matrimonio sobreviviría si lo hacía.

Pero cuando amaneció, cuando despertó sola, lo único en su mente fue Carrie. No
su matrimonio, no su esposo. Sólo Carrie y el breve beso que habían compartido.

Y ahora, mientras observaba la lluvia, no tenía ni la más remota idea de lo que iba
a hacer.

Faltando 10 min para la 1, mientras se paseaba nerviosamente por su


oficina…aun tratando de decidir si vería o no a Carrie y si lo hacía, preguntándose
qué demonios iba a decirle…sonó su celular. Se estremeció cuando vio el nombre
y sostuvo el teléfono contra su pecho durante unos segundos antes de responder.

Todo lo que escuchó fue una silenciosa respiración, luego un sutil carraspeo.

"Por favor…ven a comer"

Agarrando el teléfono con fuerza, con los ojos fuertemente cerrados, asintió con la
cabeza "Sí" dijo ella en voz baja.

"Lo siento, Jill. No sé qué más decir"

Fue el turno de Jill para hacer una pausa y abrió sus ojos, sintiéndose
reconfortada por primera vez en ese día por la lluvia que caía silenciosamente
"Está lloviendo" murmuró ella.

"Sí"

"¿Crees que atraigo a la lluvia?" Jill cerró sus ojos nuevamente. Podía imaginar el
rostro de Carrie, podía ver la sonrisa en sus labios.

"Me encanta la lluvia, Jill"

Jill asintió "Te veo en un rato"


Y unos minutos más tarde, cuando vio que Harriet se estacionaba en su puesto,
Jill corrió hacia la puerta despidiéndose de Harriet con un simple gesto. No
pensaba en lo que sucedería en el almuerzo, no pensaba en lo que se dirían la
una a la otra. Eso no importaba. Simplemente necesitaba ver a Carrie, necesitaba
estar con ella. La atracción era demasiado fuerte.

Pero eso no detenía el nerviosismo que sentía estando de pie bajo la lluvia,
vacilando antes de ir a la puerta. Mientras caminaba hacia la parte trasera, la vio,
de pie en la terraza acristalada con la puerta de la cabaña abierta dándole la
bienvenida. Sus ojos se encontraron, las ventanas no pudieron frenar la intensidad
de su mirada.

Finalmente limpió las gotas de agua que corrían por su rostro y notó que estaba
empapada. Se movió caminando hacia la puerta, haciendo una pausa nuevamente
antes de abrirla.

Carrie se quedó dónde estaba, sus ojos nunca se apartaron de Jill.

"Lo siento" dijo ella "Nunca debí…"

"Por favor no digas que lo sientes nuevamente" dijo Jill. Se acercó y luego se
detuvo. Apartó su mirada por un momento, luego volvió a mirar a Carrie
"¿Cuando...? ¿…cuándo fue la última vez que te acostaste con tu esposo?"
preguntó ella en voz baja.

Carrie pareció sorprendida por la pregunta.

"¿Cuándo?" susurró Jill.

"Hace mucho tiempo"

"¿Cuándo?" preguntó Jill nuevamente.

"Probablemente...no sé, tal vez diciembre. Antes de Navidad"

Jill cerró sus ojos, asintiendo con la cabeza "No he tenido...no he tenido relaciones
sexuales con Craig desde que te conocí" abrió sus ojos nuevamente
encontrándose con los de Carrie.

"¿Por qué crees que ocurre eso?" preguntó Carrie.

"Sabemos por qué ¿no es así?"

Carrie asintió "Sí, lo sabemos"

"Pero Carrie, yo no…"


"Lo sé"

"Entonces ¿por qué quiero que me beses otra vez?...quiero decir, conozco todas
las razones por las que no debemos. Sin embargo, eso no cambia nada ¿no? Aun
quiero que me beses"

Carrie vaciló y entonces sonrió "Estás empapada. Deja que te traiga una toalla"

Jill agarró su brazo cuando Carrie se volteó "¿Simplemente quieres evitarlo?


¿Besarme y luego fingir que no sucedió?"

"No puedo fingir que no sucedió, Jill. No he pensado en otra cosa desde entonces.
Pero si no me voy y hago algo que no sea traerte una toalla, te besaré
nuevamente. Y entonces definitivamente tendremos un problema"

Esa era una salida. Jill podría dejarle ir, podría dejarle escapar hacia el interior de
la cabaña. Podrían evitar el tema, podrían incluso almorzar. Pero el agarre de Jill
se afianzó en el brazo de Carrie. No quería dejarla ir.

"Bésame otra vez" susurró ella.

Pero Carrie negó con la cabeza "No. No seré yo quien lo haga" se apartó dejado
caer los brazos a sus costados.

"Quiero...quiero que me beses" dijo Jill nuevamente.

Carrie ladeó su cabeza, sus ojos mirando la misma alma de Jill "Entonces ven y
bésame" susurró ella.

Era una orden que Jill no pudo resistir. Dio un paso más cerca, sintiendo la
electricidad en la habitación, viendo la anticipación en los ojos de Carrie. Se
sorprendió al notar el pulso que latía rápidamente en la garganta de Carrie,
sorprendida por su respiración laboriosa, sorprendida por la necesidad que tenía
de besar a Carrie.

Sintió el temblor de Carrie cuando deslizó sus manos por los brazos de Carrie.
Luego su propia mano tembló cuando la elevó para acariciar ligeramente con sus
dedos el rostro de Carrie. Bajó la mirada de los ojos de Carrie hacia sus labios,
mirando con fascinación cuando se separaron, observando como la lengua de
Carrie salía para mojarlos. La opresión en su pecho y su falta de aliento le dijo
todo lo que necesitaba saber. Moriría si no le besaba.

Finalmente fue Carrie quien cerró el espacio entre ellas, fueron los labios de
Carrie los que le reclamaron con tanta urgencia, con tanta pasión que Jill sintió
que sus rodillas se desvanecerían.
Sus ojos se cerraron de golpe mientras gemía, su boca se abrió mientras se
aferraba a los hombros de Carrie. La lengua, que con timidez se reunió lentamente
con la de ella, echó fuera todo pensamiento racional. Sintió los brazos de Carrie
deslizándose alrededor de ella y permitió que le acercara aún más en ese abrazo.
Una sensación, como ninguna otra que jamás hubiese experimentado, se apoderó
de ella y permitió que fluyera libremente. No podía negarlo.

Fue entonces cuando Carrie se alejó un paso, cuando permanecieron allí de pie
respirando con dificultad, cuando Carrie agarró su mano y la llevó al interior de la
cabaña, cuando ella no trató de detenerla, cuando no trató de apartarse.

Fue entonces cuando no pudo negarlo.

Permaneció allí en silencio, las cortinas provocando sombras que bailaban sobre
la cama. No hubo ninguna vacilación, ni temor...sólo nerviosismo de que no
pudiese calmarse. Pero cuando Carrie desabrochó su blusa, cuando dejó al
descubierto su sujetador de encaje...cuando Jill vio esos ojos azules oscurecidos
por el deseo, incluso el nerviosismo desapareció. Ella dejó caer la blusa en el
suelo con indiferencia. Los pantalones de lana que se había colocado esta
mañana se deslizaron suavemente por sus piernas. Pero cuando las manos de
Carrie se deslizaron hacia su sostén, Jill las detuvo.

"Quítatelo" susurró Jill tirando del mullido suéter que Carrie estaba usando. Se
quedó sin aliento cuando Carrie deslizó el suéter por su cabeza. No llevaba
sujetador. Sus pechos eran pequeños, sus pezones rápidamente se endurecieron
ante la mirada de Jill. Finalmente levantó sus ojos hacia Carrie "Vamos a hacer el
amor"

Carrie asintió "Sí, vamos a hacer el amor"

Sus manos se elevaron sin vacilación para tocar a Carrie. La piel era suave bajo
sus dedos…era suave y tersa…y se dio cuenta que había soñado con este
momento desde el día que había mirado los ojos de Carrie.

No tuvo miedo cuando Carrie le guió hacia la cama, no tuvo miedo cuando Carrie
le atrajo hacia ella. Instintivamente, sus manos se deslizaron a través de su piel,
sabiendo dónde tocar, cómo tocar.

Pero cuando las manos de Carrie se extendieron hacia sus muslos, cuando Carrie
se ubicó entre sus piernas, Jill no estuvo preparada para la reacción de su cuerpo
ante su contacto. Sus caderas se elevaron, uniéndose con la de Carrie y sintió una
oleada de humedad que le mojó. Entonces la boca de Carrie estuvo allí,
silenciando su gemido, quitándole el aliento. Luego esa boca se apartó,
moviéndose más bajo.

Jill se estremeció cuando sus suaves labios cubrieron su pecho, cuando su lengua
cálida lamió su pezón. Su cuerpo palpitaba y se movía salvajemente contra Carrie.
Deslizó sus dedos por el corto cabello de Carrie, sosteniéndola con fuerza contra
su pecho. Entonces una mano se movió entre sus cuerpos y sintió el movimiento
de Carrie, sintió como deslizaba la mano sobre su cadera.

No estaba segura que esperaba sentir cuando Carrie le tocara, pero no era la
sacudida de deseo que atravesó su alma. Sus dedos se deslizaron en su
humedad y ella gritó, inclinando su cabeza hacia atrás, sus ojos se cerraron
cuando Carrie entró en ella. Sus caderas se sacudieron, manteniendo a Carrie en
su interior, moviéndose con cada embestida de sus dedos.

Entonces sintió el movimiento de Carrie, sintió la humedad de Carrie cuando


Carrie se sentó a horcajadas en su muslo. A ciegas extendió su mano, deseando
tocar a Carrie, deseando sentirla. Pero al instante que su mano se movió entre sus
cuerpos, al instante que sus dedos sintieron la humedad de Carrie mientras Carrie
se embestía a sí misma contra ellos, al instante que tocó a Carrie, llegó a su
clímax con tal desenfreno que su garganta le dolió por el grito que trató de
contener. Su cuerpo casi convulsionó cuando alcanzó el clímax pero estuvo lo
suficientemente coherente como para sentir el orgasmo de Carrie, lo
suficientemente coherente como para sentir sus dedos bañados por la humedad
de Carrie, lo suficientemente coherente como para escuchar como su nombre
escapaba de los labios de Carrie mientras se corría.

Lo suficientemente coherente como para saber lo que acababan de hacer.

Capítulo 19

Llenó la copa de vino por tercera vez, notando distraídamente que la botella
estaba casi vacía. Aturdida la dejó a un lado, moviéndose lentamente a lo largo de
la terraza, manteniéndose al margen de la llovizna que había estado cayendo
durante todo el día.

Craig no estaba en casa y no tenía idea de dónde estaba. Angie estaba en su


habitación haciendo los deberes. Y Jill se paseaba nerviosamente por la terraza,
su mente estaba acelerada, miles de pensamientos se agolpaban mientras trataba
de determinar cómo se sentía. Era lógico que debiera sentirse culpable. Después
de todo, sólo había intimado con su marido.

Pero, sorprendentemente, fue capaz de alejar la culpa. Lo que ellas habían


compartido hoy había sido inevitable. Jill no podría haberlo detenido así como no
podría detener un tren en marcha a toda velocidad. Sabía lo que sucedería si iba
allí. Lo sabía en su corazón...lo sabía en su alma.

Pero ¿qué significaba todo aquello? no tenía ni idea. No había habido tiempo para
hablar, tiempo para disfrutar su intimidad. Carrie le había pedido que le llamara, le
había pedido que se quedara con ella toda la tarde, pero Jill no pudo pensar en
una excusa que darle a Harriet.

Así que al final, huyó, su blusa y chaqueta de traje estaban arrugadas, un


testimonio de cómo había pasado su hora de almuerzo. Así que llegó veinte
minutos tarde pero Harriet no hizo ningún comentario. Simplemente levantó las
cejas cuando Jill se apresuró a entrar en el baño de mujeres. Y casi lloró cuando
vio su reflejo en el espejo. Apenas un toque de maquillaje permanecía en sus
labios…aún hinchados por hacer el amor…estaban anormalmente rojos.

Se veía espantosa.

Y era una bendición que no tuviese que enfrentar a Craig ya que no tenía idea de
cómo iba a reaccionar cuando le viera, ni idea de lo que sus ojos le revelarían ¿Él
lo sabría? ¿Sospecharía? Y la próxima vez que él le besara… ¿Se apartaría?
¿Rehuiría su caricia?

Su caricia ¿Ahora cómo iba permitir que le tocara después de lo que acababa de
compartir con Carrie? Las caricias de Carrie no podrían haber sido más diferentes
que las de Craig, aun así sus manos sobre su piel hicieron que su cuerpo cobrara
vida, hicieron que se estremeciera de deseo y necesidad. Era como si Carrie
supiera exactamente cómo tocarla, cuándo tocarla...dónde tocarla.

Se detuvo…la copa de vino casi a sus labios, pero la bajó nuevamente. Sí, Carrie
sabía cómo tocarla. Carrie sabía exactamente cómo tocarla.

"Oh, Dios mío" susurró ella.

Ella había estado con una mujer anteriormente.


Capítulo 20

Jill se sentó en su coche por un largo momento, realmente nerviosa por ver a
Carrie. No estaba segura qué esperar. No sabía cómo iba a reaccionar, no sabía
cómo iba a reaccionar Carrie ¿Se abrazarían? ¿Se besarían? ¿Almorzarían como
siempre?

¿O harían el amor nuevamente?

Jill cerró sus ojos, consciente del temblor en su cuerpo justo por ese pensamiento
¿Era eso lo que quería? ¿Hacer el amor otra vez? ¿Acariciar a Carrie? ¿Qué
Carrie le acariciara? ¿Era este el comienzo de una aventura...una aventura con
otra mujer? ¿O era algo de una sola vez? ¿Un desacierto de una vez?

Sacudió su cabeza. No sabía lo que era, no todavía. Pero sí sabía que no era algo
de una sola vez. Su cuerpo se lo decía. Entonces abrió la puerta y salió, la lluvia
que había persistido durante toda la noche y toda la mañana se había disipado,
dando paso a un clima más frío pero con un cielo despejado.

Los tacones que se había colocado en la mañana clicaban con fuerza sobre la
calzada mientras se apresuraba en llegar a la terraza acristalada. Como era de
esperar, Carrie estaba de pie en el interior esperando. Y como antes, Jill se
detuvo, sus ojos se encontraron con los de Carrie a través de las ventanas. Una
vez más, no sabía que esperar, pero no esperaba este rápido martilleo en su
corazón y esta debilidad en sus rodillas. Sólo cuando Carrie le dedicó una sonrisa
vacilante fue capaz de entrar, haciendo una pausa para secar sus pies sobre la
alfombra antes de entrar en la terraza acristalada.

Se quedaron allí, a varios metros de distancia, mirándose en silencio. Finalmente,


Carrie inclinó su cabeza elevando sus cejas.

"¿Estás arrepentida?" preguntó en voz baja.

Jill negó con la cabeza "No" entonces dijo "¿Lo estás tú?"

"No...no en absoluto"

Jill asintió, sus manos se apretaban nerviosamente frente a ella. Finalmente hizo
la pregunta que había estado rondando en su cabeza toda la noche y toda la
mañana.
"Has estado con una mujer anteriormente ¿verdad?"

Carrie estaba obviamente sorprendida por la pregunta y unió sus cejas "¿Por qué
dices eso?"

Jill le miró a los ojos, manteniéndolos conectados "Porque cuando me acariciabas,


era...era una caricia familiar"

Carrie dejó escapar su aliento lentamente entonces asintió con la cabeza "Sí"

Jill no supo qué decir, no sabía qué hacer con el agudo dolor que atravesó su
alma. Por alguna razón quería que la respuesta fuese no.

"Ven adentro. Hablemos. Te lo contaré"

Jill no estaba segura de querer saber los detalles, no estaba segura de poder
manejar la situación ¿Y si era alguien como ella? ¿Alguien que se sentía
abandonada en su matrimonio? ¿Alguien que buscaba algo más en la vida, algo
más en una relación?

"¿Jill?"

Jill levantó la mirada y asintió siguiendo a Carrie hacia el interior de la cabaña,


siguiéndole hacia el pequeño sillón de dos puestos que estaba en la sala de estar.
Pero antes que pudiese sentarse, Carrie agarró sus manos, tirando de ella y
acercándola. Jill cerró sus ojos, moviéndose hacia el abrazo, dejando que sus
brazos se deslizaran alrededor de la cintura de Carrie, permitiendo que su cuerpo
se reconectara con el cuerpo de Carrie.

"Tenía miedo que no vinieras hoy" susurró Carrie en su oído.

Jill negó con la cabeza entonces se alejó poco a poco, encontrándose con los ojos
de Carrie. El deseo que recordaba de ayer todavía estaba allí.

"Bésame" murmuró ella cerrando los ojos nuevamente cuando los labios de Carrie
se movieron ligeramente, suavemente contra los suyos. Ella gimió…toda la
emoción, toda la excitación regresó con su beso. Abrió su boca deseando más,
pero Carrie se apartó.

"Deberíamos hablar" dijo ella, su respiración tan agitada como la de Jill.

Jill se alejó de su abrazo, avergonzada por su deseo "Sí, está bien. Tienes razón"

Carrie entró en la cocina, recogiendo dos vasos que había llenado con agua
previamente. Le dio uno a Jill, luego se unió a ella en el sofá de dos puestos. Jill
se acercó y agarró su mano, dejando que sus dedos se entrelazaran.
"Cuéntame"

Carrie asintió y aclaró su garganta. Jill se sorprendió de su propio nerviosismo, su


aprensión por lo Carrie le contaría.

"Puedo imaginar lo que estás pensando" dijo Carrie sonriendo ante la mirada de
vergüenza en el rostro de Jill "Pero fue hace mucho, mucho tiempo. En la
universidad" dijo ella "Acababa de conocer a James, apenas había empezado a
salir con él. Fuimos a una fiesta, nuestra primera fiesta juntos. Y había una chica,
era unos años mayor que yo, estudiante de último año" dijo ella "En fin, ella
coqueteaba descaradamente conmigo. Antes que finalizara la noche, se las había
arreglado para robarme un beso y se había marchado con mi número de teléfono"
Carrie se encontró con los ojos de Jill, sosteniéndolos "Y dos noches más tarde,
me acosté con ella"

"¿Pero y James?"

"No sabía muy bien qué hacer con James y ciertamente no sabía qué hacer con
ella. Ella era tan emocionante, tan diferente. Sin embargo, tres semanas más
tarde, después de estar con ella casi todas las noches, se levantó y se fue.
Abandonó la escuela y consiguió un trabajo en Los Ángeles, así como así. Apenas
se despidió. Y yo estuve devastada" se encogió de hombros "Y James todavía
estaba allí, aun queriendo salir conmigo. Me convencí a mí misma que había sido
una locura temporal y fingí que nada de eso había sucedido"

"¿Y James lo supo?"

"No. Pero nosotros no estábamos durmiendo juntos. Ocurrió mucho tiempo antes
de que durmiera con él"

"¿Y...y no hubo nadie desde entonces?" preguntó Jill en voz baja.

"No. Honestamente, ese pensamiento nunca cruzó por mi mente. No hasta que te
conocí" dijo Carrie. Apretó con fuerza la mano de Jill luego la llevó hasta sus labios
"Y una vez que me di cuenta de lo que sentía por ti, no pude dejar de pensar en
ello. Era como si fuese a morir si no te tocaba"

Jill sacudió lentamente su cabeza, mirando esos labios que unos segundos antes
habían rozado su palma.

"No... no sé qué decir"

"Dime cómo te sientes, Jill. Dime si te sientes culpable por lo que hicimos. Lo
entenderé. Dime si no quieres volver a...volver a hacer el amor conmigo" susurró
ella "Voy a entenderlo también. Sólo dímelo. No dejes que me siente aquí y
especule, como lo he estado haciendo desde que te fuiste ayer"

"No, no, lo siento. Pero no estoy segura de cómo me siento. Debería sentirme
culpable ¿no es así? Pero no lo hago. En realidad no" se quedó sin aliento "La
idea de no volver a verte, de no estar contigo otra vez...no es una opción" sostuvo
los ojos de Carrie "¿O lo es?"
Capítulo 21

Jill levantó la mirada cuando se abrió la puerta de la cocina, sorprendida de


encontrar a Arlene en la puerta. Cerró la tapa de la olla mientras miraba a su
suegra, se preguntaba a que se debería su visita no anunciada.

"Hola" dijo Jill "Por lo general, sólo Angie y Craig no se molestan en llamar cuando
entran por esa puerta" dijo ella incapaz de evitar el sarcasmo en su voz.

Arlene ignoró su comentario mientras entraba en la habitación "¿Cena?"

Jill asintió "Sopa"

"Angie dice que rara vez preparas la cena"

Jill frunció el ceño "Preparo la cena cada noche. Bueno, cada noche que alguien
está aquí para comerla" se alejó "Lo que no es a menudo" agregó ella.

"Sí, bueno, me preguntaba si tenías un minuto para compartir" dijo Arlene.

"¿Compartir?"

"Sí. Estoy preocupada por ti. Por tí y por Craig"

"¿Y porque demonios?"

Arlene juntó sus manos y luego las liberó. Negó con la cabeza lentamente antes
de responder "Él me dijo que algo anda mal. Me dijo que ha pasado...bueno, que
ha pasado un tiempo desde que...bueno, desde que han tenido intimidad. Sé que
esa parte de tu matrimonio no es de mi incumbencia, pero…"

"Tienes razón. No es de tu incumbencia" dijo Jill mientras caminaba hacia la


puerta. La mantuvo abierta "Absolutamente no es de tu incumbencia"

"Mi hijo es mi incumbencia"

"Bueno, mi vida sexual no lo es"

"Jill, eres como una hija para mí, lo sabes ¿verdad?"


Jill apenas resistió el impulso de rodar sus ojos. No pudo, sin embargo, evitar una
risa sarcástica "Claro, Arlene"

"Por supuesto que lo eres. Y si ahora estás teniendo algunos problemas, algunas
dificultades…estoy aquí para ti"

"¿Dificultades?"

Arlene se acercó un paso, su voz baja "Si estás viendo a otro hombre, es justo que
se lo digas a Craig"

Jill respiró profundamente, odiando el hecho de que su corazón latiera


nerviosamente "Arlene, como has dicho, esto no es de tu incumbencia. Pero
puedes estar segura que no hay otro hombre involucrado"

"Entonces ¿qué es?"

Jill miró hacia el techo y luego cerró sus ojos "No voy a tener esta discusión
contigo. Si Craig tiene preguntas, puede hacérmelas a mí. Pero me niego a
hacerlo a través de ti" abrió la puerta aún más "Ahora bien…si no hay nada más"

Arlene pasó a su lado para irse, pero se detuvo en la puerta "Será mejor que
tengas cuidado" dijo en voz baja "Un hombre como Craig puede encontrar lo que
quiera en otro lugar. Lo que tú no le das, alguien más se lo dará"

Se dio la vuelta y se alejó antes que Jill pudiese responder. Permaneció allí de pie,
viendo como su suegra se alejaba por la calzada. Finalmente regresó a la cocina,
levantó la tapa y agitó la sopa mecánicamente, preguntándose qué demonios iba a
hacer.

No podría seguir así por mucho tiempo. Craig exigiría respuestas. Respuestas que
no estaba dispuesta a dar.

De hecho, ella y Carrie no había hablado en absoluto sobre sus vidas, sus
esposos, sus familias ¿Qué demonios iban a hacer?
Capítulo 22

Jill permaneció inmóvil, mirando como la mano de Carrie se movía perezosamente


a través de su piel, cada vez más cerca y más cerca de su pecho. Sus ojos se
cerraron cuando alcanzó su destino, formando una sonrisa mientras sentía como
el pulgar de Carrie frotaba ligeramente su pezón.

"Tu piel es tan suave" susurró Carrie, su boca reemplazando sus dedos sobre su
pecho.

"Dios, me encanta cuando haces eso" expresó Jill, su pecho arqueándose contra
la boca de Carrie. Un gesto suave e íntimo, algo de lo que no estaba
acostumbrada en su matrimonio.

"Me encanta tu sabor" dijo Carrie mientras sus labios se movían a través de su
piel.

Jill abrió sus muslos, sus manos en las caderas de Carrie acercándola
nuevamente. No tenían tiempo, pero Jill no podía negarle su cuerpo, no podía
renunciar a su deseo sólo porque el reloj se acercaba más y más a las 2.

Pero las manos de Carrie se detuvieron, su boca dejó el pecho de Jill, regresando
una vez más para depositar en ellos el más breve de los besos "Es hora" susurró
ella.

Jill gruñó buscando la mano de Carrie, llevándola con rapidez entre sus piernas,
manteniéndola allí. Se arqueó contra ella, amando la sensación de los dedos de
Carrie mientras le penetraban.

"Tenemos que tener un sábado" dijo Carrie contra sus labios "Podría pasar horas
amándote"

Jill permaneció inmóvil, permitiendo que los dedos de Carrie salieran de ella,
sabiendo que no tenían tiempo. Se puso de lado, apoyando la cabeza en su mano,
mirando a Carrie, esperando mientras los ojos azul celeste viajaban por todo su
cuerpo, deteniéndose en sus pechos antes de encontrarse con sus ojos.

"Eres tan increíblemente hermosa" susurró Carrie.

"Tú me haces sentir hermosa"

Como si no pudiese evitarlo, la mano de Carrie se movió, acariciando suavemente


el pecho de Jill, viendo como sus pezones se endurecían por su caricia.
"¿No es increíble la cantidad de vida que podemos reunir en una hora todos los
días? Luego viene el fin de semana y muero un poco más cada día que no te veo"

"Lo sé ¿Qué tal el próximo sábado?"

"¿Te puedes escapar?"

"Hay un torneo de béisbol. Angie también va. Al parecer, hay un chico en el equipo
que es muy sexy" dijo con una risa "Así que podríamos pasar el día junta"

"Sí, todo el día"


Capítulo 23

Jill notó que las noches eran cada vez más cálidas mientras caminaba en silencio
a través de la terraza y se deslizaba en la mecedora. La mayoría de los árboles ya
habían florecido, oscureciendo el cielo de la noche. Sonrió recordando la emoción
de Carrie en el almuerzo mientras permanecían sentadas en el muelle, el sol
caliente sobre ellas. El verde había regresado y Carrie hablaba animadamente
sobre todas las diferentes cosas que quería pintar.

"Quiero pintarte en el jardín y aquí mismo en el muelle"

Jill había reído "Pintarme ¿eh?"

Carrie sonrió con malicia "Sí, pintarte en acuarela"

Jill puso la mecedora en movimiento y sus pensamientos, como siempre, se


mantuvieron en la otra mujer. Le aterrorizaba admitirlo, pero sabía que se estaba
enamorando de ella. Y no tenía la menor idea de lo que iba a hacer al respecto.
Simplemente estaban tan conectadas en cada área, era como si sus almas se
hubiesen llamado la una a la otra, sin rendirse hasta que se reunieran.

Pero las dos estaban casadas, ambas con hijos ¿Que iban a hacer? ¿Por cuánto
tiempo podrían continuar esta aventura? ¿Cuánto tiempo seguiría con esto antes
que Craig exigiera respuestas? ¿Exigiera que fuese su esposa en todos los
sentidos? ¿Cuánto tiempo podría evitarlo?

Porque de una sola cosa estaba segura. Podría soportar compartir su cama,
podría incluso soportar el casto beso de buenas noches que compartían las pocas
ocasiones que estaban en la cama al mismo tiempo, pero no podría soportaría
sus caricias.

Y eventualmente, él iba a exigirlo. Oh, podía evitarlo por un tiempo. Era la


temporada de béisbol. Tenía una actividad que lo mantendría ocupado. Pero en
menos de un mes, la escuela empezaría las vacaciones y el verano estaría sobre
ellos. Y él estaría más en casa…a menos que lo convenciera de unirse a un cuarto
equipo de Softbol.
Ella suspiró y tomó un sorbo de su copa de vino. Era mucho en qué pensar. Así
que puso de lado todos esos pensamientos y cerró sus ojos, recordando las
caricias de Carrie sobre su piel, sus labios sobre sus pechos, sus manos mientras
separaban sus muslos.

Oh, Dios mío.

Respiró profundamente, aún sorprendida de que la caricia de otra mujer pudiese


llevarla a estas alturas, pudiese saciarla tan completamente. Y le sorprendía que
sus propias caricias tuviesen el poder de hacer temblar a Carrie entre sus brazos,
el poder de hacer que Carrie rogara por liberación, el poder de hacer que Carrie
gritara su nombre.

"¿Nena?"

Jill saltó, casi dejando caer su copa de vino. Estaba tan perdida en sus
pensamientos que nunca escuchó a Craig regresar a casa.

"Lo siento, no fue mi intención asustarte" dijo él "Pensé que me habías


escuchado"

"No. Yo estaba…estaba muy lejos, supongo ¿Qué estás haciendo en casa?"

"Son las 9:30"

Sus ojos se abrieron "No tenía idea de lo tarde que era ¿Angie vino contigo?"

"Sí. Ya está arriba" él se acercó, finalmente sentándose en la mecedora a su lado


"¿Tienes ganas de hablar?"

Se preguntaba que si ella decía que no, él dejaría las cosas así. Pero asintió con
la cabeza "Claro"

"Sé que mi madre se acercó la otra semana. Sólo quiero que sepas que no le pedí
que hiciera eso"

"No es de su incumbencia"

"Lo sé. Pero siempre fui capaz de hablar con ella de cosas, esto no es diferente"
se encogió de hombros "Dices que no hay otro hombre y quiero creerte, pero es la
única explicación a la que pudimos llegar"

"¿Pudimos? ¿Tú y tu madre?"

"Sí" él se puso de pie y caminó hasta el borde de la terraza "Por favor, Jill, sólo
dímelo. Especular acerca de quién es simplemente me está volviendo loco"
"No estoy viendo a otro hombre, Craig. No sé qué está pasando conmigo,
realmente no lo sé. Sólo sé que no tengo...deseos de dormir contigo, de tener
intimidad contigo. Lo siento. No sé qué más quieres que diga"

Él asintió con la cabeza "Entonces tal vez tengamos que ver a alguien"

"¿Ver a alguien?"

"Un consejero matrimonial"

"¿Arlene quiere que veamos a un consejero matrimonial?"

"No haría daño"

"No ayudaría"

"¿Por qué no? ¿Por qué no lo intentas?"

Jill le miró fijamente "¿Qué te hace pensar que no estoy intentado? Durante todos
estos años ¿qué te hace pensar que no lo he intentado?"

"¿Y entonces qué? ¿Continuamos así hasta que digas que quieres el divorcio?"

"¿Qué quieres tu Craig?"

"Quiero nuestra vida nuevamente" dijo él en voz alta.

"¿Qué vida es ésa? ¿Esa en la que sales cuatro o cinco noches a la semana y yo
me quedo aquí atendiendo la casa y la ropa, haciendo las compras y la limpieza?
¿Esa en la que en pocas ocasiones estamos en casa y despertamos al mismo
tiempo? ¿Esa en la que estoy en tu cama para que puedas tener relaciones
sexuales? ¿De qué vida estás hablando?"

"¿Esa...esa es tu versión de nuestra vida?" preguntó él en voz baja.

"Sí ¿Lo ves de manera diferente?"

"Soy un entrenador. Tengo obligaciones. Lo sabes. Las otras esposas entienden"

"Nómbrame otro entrenador en Kline que esté involucrado en tres deportes como
tú lo estás. Y luego nómbrame uno que esté en tres equipos de softbol durante el
verano"

"Oh ¿ahora me estás sacando mi única actividad libre? El Softbol es lo único que
me da la oportunidad de relajarme ¿Crees que entrenar es fácil?"

"No, sé que no lo es. Obviamente ocupa la mayor parte de tu tiempo"


"¿Qué quieres que haga? ¿Quieres que me deje de entrenar?"

"Craig, te encanta entrenar más que nada en este mundo. Más que yo, más que
Angie, más que nuestro matrimonio ¿Cómo podría pedirte que renuncies a eso?
Es lo que te hace ser quien eres"

Él sacudió su cabeza, pero no trató de negarlo "Entonces ¿qué es lo que quieres


que haga?"

"No tengo idea, Craig. Podrías ser paciente conmigo y ver qué pasa, podrías decir
al demonio con esto y solicitar el divorcio, no lo sé"

"No quiero el divorcio, Jill"

Ella se encogió de hombros "Entonces creo que seguiremos adelante y veremos


qué pasa"

"¿Quieres que me vaya a la habitación de invitados?"

"¿Es eso lo que quieres hacer?"

Él negó con la cabeza "No. En realidad no"

"Entonces no"

Ella dejó escapar una respiración profunda mientras él regresaba a la casa,


sintiéndose un poco aliviada de que hubiesen hablado, pero todavía
preguntándose qué iba a hacer con su vida. No era justo para Craig seguir de esta
manera si ella no tenía ninguna intención de ser su esposa nuevamente.

Y a medida que pasaban las semanas, se daba cuenta de lo improbable que sería
eso. Cuanto más tiempo pasaba con Carrie, más la quería. Sin embargo, no se
atrevía a soñar que pudiesen tener una vida juntas. Carrie tenía su propia familia,
su propio marido.
Capítulo 24

"Hola, mamá"

Jill levantó la vista del periódico y luego miró su reloj con el ceño fruncido "¿Qué
demonios haces despierta a esta hora?"

"Voy al torneo de béisbol" dijo Angie.

"Pensé que no irías hasta las nueve"

"El papá de Shelly va a llevarnos. Quiere salir a las ocho"

"¿Necesitas que te lleve a su casa?"

"No, ellos van a venir por mí"

"Está bien" señaló hacia el mostrador donde estaba la tostadora "¿Quieres unas
tostadas?"

Angie agarró un plátano mientras sacaba una silla. Jill le miró, preguntándose qué
estaría pasando. Angie nunca se sentaba a la mesa para desayunar con ella.

"Mamá ¿puedo preguntarte algo?"

Jill dobló el periódico y asintió con la cabeza "Por supuesto"

Angie jugó nerviosamente con el plátano entre sus manos por un segundo, luego
tomó una rápida respiración "¿Papá y tú están peleando?"

"¿Peleando?"

Ella miró hacia otro lado "¿Van a divorciarse?"

"¿Por qué piensas eso?"

"La abuela dice que ya papá no te gusta"

"La abuela dice eso ¿huh? Bueno, me gusta tu padre"

"¿Todavía lo amas?"

Jill asintió "Sí, lo amo"


"Entonces ¿qué pasa?"

"Angie, hay una diferencia entre amar a alguien y estar enamorado de alguien" Jill
se acercó más "Vives aquí, Angie. Sabes cómo es. El poco tiempo que pasamos
juntos. No puedes sostener un matrimonio cuando nunca estamos juntos"

"Pero esa es tu elección" declaró Angie en voz alta "Tú eres la que no quieres
venir a los juegos, tú eres la que te quieres quedar aquí sola"

"Angie, ir a los juegos es algo que no quiero hacer. No disfruto de ellos"

"¿Pero por qué?"

"Porque no. Ese es el trabajo de tu padre. También tengo un trabajo. Y cuando


llego del trabajo a las cinco, no quiero tener que ir al trabajo de tu padre ¿Lo
entiendes? Sería como pedirle a él que viniera a mi trabajo, que me siguiera a las
obras de construcción en el día de pago o que se sentara en mi oficina viéndome
trabajar"

"Pero eso no es lo mismo"

"¿Por qué no? ¿Simplemente porque es un juego?" Jill negó con la cabeza
"Cuando salgo del trabajo, quiero regresar a casa. No quiero ir a un segundo
trabajo"

Angie le miró y asintió con la cabeza "Creo que ahora lo entiendo. Cuando llegas a
casa, no hay nadie aquí"

"Exactamente"

Ella se encogió de hombros "¿Y? ¿Eso quiere decir que van a divorciarse?"

Jill suspiró "No. Ahora estamos tratando de resolver algunas cosas, Angie"

"La abuela dice que estás teniendo una aventura" dijo Angie en voz baja.

Jill sonrió "La abuela no siempre lo sabe todo. Ella piensa que sí, pero no es así"

Angie se levantó y asintió, aparentemente satisfecha con su conversación. Pero la


sonrisa de Jill se desvaneció tan pronto como Angie salió de la habitación ¿Estaba
teniendo una aventura? No. Se sentía demasiado brillante y fresco, demasiado
alegre para ser una aventura.

Pero si no era una aventura…entonces ¿qué era? ¿Cuánto tiempo más podría
seguir mintiéndole a su familia? ¿Cuánto tiempo más podría seguir ocultando este
nuevo amor que sentía?
Capítulo 25

Jill presionó con satisfacción el botón que cerraba el portón detrás de ella. Cerraba
el portón y dejaba afuera todo lo demás, aunque sólo fuese por un día. Un día
completo.

Estacionó junto a la furgoneta de Carrie, incapaz de contener la silenciosa risa


mientras salía a la luz del sol, casi mareada por la perspectiva de pasar el día con
Carrie. Angie apenas había salido por la puerta cuando Jill agarró el bolso que
había empacado la noche anterior. Un bolso lleno con una muda de ropa, dos
botellas de vino, sus guantes de jardinería y una gorra de béisbol que Craig
raramente llevaba. Desde hacía varias semanas, Carrie había estado plantando
flores en los jardines, pero esta sería la primera oportunidad que tendría Jill para
jugar en la tierra con ella.

"Cuando dijiste temprano, no estabas mintiendo"

Jill se volteó, descubriendo a Carrie que caminaba desde el muelle, sus manos
llenas de barro del jardín.

"Empezaste sin mí" le acusó Jill.

"No, no. Plantar es tu tarea hoy. Simplemente estaba llevando las flores y
retirando la mala hierba"

Jill se echó a reír "Siempre podrás encargarte de la mala hierba"

Carrie señaló el camino sinuoso "¿El portón?"

Jill asintió "Cerrado y asegurado"

"Maravilloso. Entonces, el día es nuestro"

Carrie guió el camino hacia la cabaña, haciendo una pausa para sacudir la
suciedad de sus manos antes de entrar "Me arriesgué en cuanto a que no querrías
desayunar" dijo ella "Pero hice un poco de ensalada de pollo y compré unos rollos
frescos de sándwich en la panadería" ella se detuvo y sonrió "Oh y traje un poco
de ese queso te gusta ¿Recordaste el vino?"

Jill levantó su bolso "Dos botellas"


Carrie rió "¿Dos? ¿Pasaremos todo un día?"

Jill se acercó y se inclinó hacia delante, besando ligeramente los labios de Carrie
"Pasaremos un muy buen día"

"Sí, lo haremos. Y luego que te hayas divertido jugando en la tierra, iremos a


pescar"

"¿Pescar? ¿En la canoa?"

"Estaba pensando más en el muelle. Después de disfrutar de una botella de vino,


no estoy segura que deberíamos intentar una lección en canoa"

Jill colocó las dos botellas de vino en el bar y luego arrojó su bolso en el sofá
después de sacar sus guantes de jardinería.

"¿Puedo ir abajo?" preguntó ella, con sus ojos brillantes.

Carrie sonrió "Iré justo detrás de ti. He hecho un poco de té helado. Llevaré un par
de vasos"

Jill salió a la luz del sol y miró hacia el cielo, cerró sus ojos por un momento
reflexionando en silencio, consciente de la tranquilidad que se sentía de estar
aquí. De hecho, era como si hubiesen apartado el mundo de ellas.

"Mi madre solía decirle a eso: estar distraído" dijo Carrie en voz baja detrás de
ella.

Jill se volteó, encontrándose con los ojos de Carrie "Sólo pensaba en lo agradable
que se siente estar aquí"

Carrie asintió, inclinando ligeramente su cabeza. Entonces elevó una ceja "¿Todo
bien?"

"Oh, claro" dijo Jill rápidamente apartando sus ojos. Luego volvió a mirar a Carrie,
encontrando la misma mirada gentil en su rostro, como siempre "Sólo...muchas
preguntas en casa" dijo ella finalmente.

"Ya veo. Bueno, vamos al muelle. Hablaremos" dijo ella mientras avanzaba por el
camino.

Jill agarró uno de los vasos de té y agitó sus guantes en el aire nuevamente
"Algunas flores están diciendo mi nombre" le recordó ella.

"Entonces hablemos mientras plantamos"


Y así lo hicieron, hablaron de todo bajo el sol hasta que Carrie finalmente abordó
el tema de la vida de Jill en casa.

"Una cosa es que Craig quiera hablar de nuestro matrimonio y otra muy distinta es
cuando mi hija lo hace" dijo Jill. Se quitó sus guantes y limpió su frente antes de
sentarse con las piernas cruzadas en el suelo. Distraídamente sacudió la suciedad
que se aferraba a sus rodillas "Arlene le sugirió a Craig que viésemos un
consejero matrimonial" Jill se inclinó hacia delante "Craig le cuenta todo.
Simplemente creo que es espeluznante que un hijo le cuente a su madre sobre su
vida sexual"

Carrie asintió, pero no dijo nada.

"Craig y yo tuvimos una charla" dijo Jill en voz baja "Él...bueno, él piensa que
estoy teniendo una aventura"

Carrie inclinó su cabeza "¿La estás teniendo?"

Jill sacudió lentamente su cabeza "No. Esto no se siente como una aventura"

Carrie dejó escapar su aliento con una leve sonrisa en su rostro "Gracias" susurró
ella.

"Pero no sé qué hacer" dijo Jill "No puedo...solo pensar que él me toca es casi
repulsivo"

"No quería saber si estabas durmiendo con él" admitió Carrie "En realidad…no
podía soportar la idea"

Jill miró hacia otro lado "En realidad nunca has hablado...quiero decir, sobre
James" dijo Jill.

Carrie negó con su cabeza "No he tenido relaciones sexuales con él, no. De
hecho, dudo que él se haya dado cuenta de eso"

"¿Qué quieres decir?"

Carrie se puso de pie, sacudiendo la suciedad de sus vaqueros antes de contestar


"James es un adicto clásico al trabajo. Tiene muy poco tiempo de inactividad. Solo
duerme cuatro o cinco horas en la noche" se encogió de hombros "No ha sido un
problema"

Cuando Jill quiso hablar, Carrie levantó una mano "Estoy lista para cambiar este té
por el vino ¿Qué dices?"

"Excelente"
"Bien. Entonces, almorcemos temprano" Carrie señaló hacia la mesa de picnic
"¿Quieres comer aquí o en la cabaña?"

Jill se echó a reír "Quiero estar afuera tanto como tú"

Después de lavarse, llevaron el almuerzo hasta el muelle en una enorme cesta de


picnic, con copas y todo. Carrie extendió una manta azul sobre la mesa de picnic y
Jill abrió el vino.

Durante la siguiente hora, se sentaron bajo el sol intercambiando historias,


comiendo tranquilamente los sándwiches, la ensalada de pollo, el queso y la fruta
y combatiendo por la última botella de vino.

"¿Te das cuenta de lo mucho que disfruto tu compañía?" dijo Carrie mientras
dejaba a un lado la botella de vino vacía.

Jill se inclinó sobre la mesa y apretó su mano "Sí" dijo ella sin vacilación.

Carrie se echó a reír.

"No quise que sonara tan vanidoso" dijo Jill "Siento absolutamente de la misma
manera" ella retorció la servilleta entre sus dedos, finalmente miró hacia arriba,
encontrándose con los ojos de Carrie "¿Sabes? podríamos hablar de cualquier
cosa, de todo. De hecho hemos hablado de todo" dijo ella "Excepto de nosotras.
Nunca hablamos sobre nosotras"

Carrie sostuvo sus ojos por un momento y luego miró hacia otro lado "Eso es
porque tengo miedo de las respuestas"

"¿Qué quieres decir?"

"Queremos más tiempo juntas, pero no hay más tiempo. Las dos tenemos
maridos, hijos"

Jill aclaró su garganta, girando nuevamente la servilleta con nerviosismo "¿Cuánto


tiempo podemos hacer esto?" levantó la vista hacia el cielo despejado "¿Cuánto
tiempo puedo seguir fingiendo tener un matrimonio cuando sólo quiero estar
contigo?"

"¿No crees que siento lo mismo? Pero tienes una hija de 14 años, cuya relación
contigo es tensa ¿Estás dispuesta a perderla?" Carrie agarró su mano,
acariciando suavemente la palma "Mis hijos...es diferente" dijo ella "Por una parte,
son mayores. Y Josh, bueno, Josh es mi hijo. Y Aarón adora la tierra que pisa su
padre. Estoy segura donde estaría su lealtad. Y James, bueno, James ha estado
demasiado ocupado como para darse cuenta de algo. Él estaría completamente
impresionado, sí. Pero no es de mí de quien me preocupo. Es de tí, Jill"

"Lo sé. Angie nunca me lo perdonaría, nunca entendería. Craig estaría devastado"
ella apretó la mano de Carrie "Pero no estoy segura de cuánto tiempo pueda
soportarlo. Soy miserable en casa. Y ambos lo saben, aunque no sepan por qué"

Carrie apoyó los codos sobre la mesa y apoyó la barbilla sobre sus manos
mirando a Jill "En las noches, cuando estoy en cama, no tienes idea de las ganas
que tengo de que seas tú quien se encuentre a mi lado. Anhelo dormir contigo,
despertar contigo" se echó hacia atrás nuevamente e hizo girar su copa de vino
vacía "Pero no podemos darnos ese lujo"

Jill miró a la mujer que había llegado a ser tan importante para ella, preguntándose
qué pensamientos corrían por su mente ¿Se atrevería a pronunciar la palabra que
no habían pronunciado? Después de conocerse la una a la otra durante cinco
meses ¿se atrevería a hablar de divorcio? ¿Estaba dispuesta a romper sus lazos
con Craig? ¿Estaba dispuesta a causar una ruptura con Angie? Tal vez se estaba
apresurando ¿Acaso el divorcio había cruzado la mente de Carrie? Jill le miró
fijamente, esperando que esos ojos azul celeste miraran hacia arriba, esperando
por ellos para que vieran su propia alma.

Y lo hicieron. Y como siempre, cuando esos ojos sostuvieron los de ella, estuvo
convencida que les había mirado muchas vidas atrás.

Carrie finalmente sonrió, liberándola "Creo que te amenacé con pescar ¿no?"

Jill se relajó, sintiendo que Carrie se había cansado de su charla. Así que lo dejó
pasar con un gesto de la mano "Amenazar es la palabra adecuada" Jill estuvo de
acuerdo.

"A mediados de verano, estarás suplicándome para que te lleve a pescar. Y nada
menos que en la canoa" Carrie se puso de pie e hizo un gesto hacia la mesa "Si
guardas todo esto en la canasta, buscaré las cañas de pescar y los gusanos"

Los ojos de Jill se abrieron "¿Gusanos?"

Carrie se limitó a sonreír mientras caminaba de regreso hacia el garaje. Jill limpió
lo que quedó del almuerzo, su mente aún fija en el asunto de los sucios y
ondulados gusanos.

"Seguramente no esperará que los toque" murmuró ella.

"Es sólo un gusano" dijo Carrie pacientemente.


Jill negó con la cabeza "No haré eso"

"¿Por qué no?"

"Bueno, las palabras asqueroso y repugnante vienen a mi mente"

"Supongo que si atrapas un pez querrás que yo también lo quite del anzuelo por tí"

"Confía en mí, no voy a atrapar un pez"

"No estés tan segura. Siempre atrapo peces aquí en el muelle" dijo Carrie y Jill vio
con repugnancia mientras colocaba el repugnante gusano alrededor del anzuelo.

"Esa tiene que ser una de las cosas más repugnantes que he visto en un buen
rato" murmuró Jill.

"¿Nunca fuiste a pescar cuando eras niña?"

Jill negó con la cabeza "Chica de la ciudad"

"Ah. Bueno, a mi abuelo le encantaba. Cada vez que me quedaba con ellos, él me
llevaba a pescar. Fui nieta única durante un tiempo, así que sólo éramos él y yo"

"¿Tus chicos?"

Carrie negó con la cabeza "No. Nunca les gustó. Y parte de eso por James.
Cuando eran pequeños, nunca se tomó el tiempo para hacer ese tipo de cosas
con ellos" le dio a Jill la caña de pescar "Ahora, sólo lanza suavemente la línea"

"Y si la cosa amarilla va hacia debajo, eso es bueno ¿verdad?"

Carrie se echó a reír "El corcho. Y sí, eso es bueno. A menos que, por supuesto,
seas el pez" agregó ella.

Jill se sentó en silencio, observando pacientemente el corcho que flotaba sin


perturbar el agua, parte de ella deseaba que la maldita cosa bajara así podía decir
que había atrapado un pez. Por supuesto, la parte sana de ella oraba para que
eso no sucediera. Pero unos minutos más tarde, cuando el corcho de Carrie se
hundió bajo el agua, Jill miró con emoción mientras Carrie agarraba la caña con
las dos manos y la levantaba. Fuera del agua estaba lo que Jill asumía era un pez
de buen tamaño, pero antes que Carrie pudiese meterlo en una red, el pez luchó
en el aire y cayó nuevamente en el agua.

"Oh, no" dijo ella "Estaba justo ahí"


"Sí. También era uno muy bueno" dijo Carrie. Luego señaló la propia línea de Jill
"Mira ¿Ves cómo se está moviendo? Probablemente tienes una perca (una clase
de pez) o algo así mordisqueando el gusano"

Jill se puso tensa, apretando su agarre en la caña "¿Qué significa eso?"

Pero antes que Carrie pudiese responder, su corcho amarillo desapareció "¡Oh
Dios mío!"

"Tira hacia arriba, tira hacia arriba" dijo Carrie mientras permanecía de pie junto a
ella "Con tranquilidad"

Pero Jill sacudió la línea, arrojando el pez de manera descontrolada hacia atrás
sobre sus cabeza y detrás de ellas. Carrie agarró la línea, sosteniendo el pez fuera
de la tierra con una enorme sonrisa en su rostro.

"¿Ves? Te dije que te agarrarías algo"

Jill se quedó mirando el pequeño pez y luego miró a Carrie "¿Y ahora qué?"

Carrie acercó el pez "Ahora le quitas el anzuelo"

Los ojos de Jill se abrieron y negó con la cabeza "De ninguna manera"

"Pero eso es parte de la pesca, cariño. Agarras algo y le quitas el anzuelo"

"Está bien, no es que tenga nada en contra de los peces pero los prefiero en la
parrilla sin tener que tocar esa pequeña cosa viscosa"

"¿Así que quieres que yo lo haga?"

"Uh-huh" Jill asintió.

"¿Al menos quieres mirar?"

"Nop"

Pero lo hizo, miró como Carrie envolvía una mano alrededor del pez para
mantenerlo quieto, luego con la otra mano, tiraba y retorcía el anzuelo, tratando de
desengancharlo.

"Le estás haciendo daño ¿verdad?"

"Te diré lo que todo pescador te diría. Ellos no sienten nada" entonces ella sonrió
"Estoy segura que le duele menos que estar en la parrilla"
Finalmente, libero el pez y Carrie bajó la línea, caminando lentamente hacia el
borde del muelle, de rodillas colocó suavemente el pez en el agua. Jill observó con
fascinación como el diminuto pez movía la cola y se alejaba nadando.

"Oh, eso fue tan dulce" dijo ella seriamente "No le has hecho daño. Es por eso que
te amo" se detuvo con los ojos muy abiertos. Negó con la cabeza lentamente "Lo
siento. No quise decir eso como si...bueno, no me refiero a…"

Carrie se acercó, sus ojos fijos en Jill "¿Me amas?" susurró ella.

Jill tragó nerviosamente, su mente acelerada "Yo…yo…"

Carrie inclinó su cabeza, pero no dijo nada, esperando.

Jill se encogió de hombros "¿Es eso lo que es, Carrie?" preguntó Jill en voz baja.
"¿Esto es amor?"

"Las dos lo sabemos ¿no?" Carrie agarró sus manos sosteniéndolas con fuerza
"De alguna manera estamos...estamos conectadas. Es algo más allá de la
amistad, más allá de esta atracción física que tenemos. Y Jill, es tan, tan diferente
a lo que tenemos ahora ¿no es así?" se acercó aún más rozando ligeramente los
labios de Jill con los suyos "No puedo explicarlo más de lo que tú puedas" agarró
la mano de Jill y la colocó sobre su corazón "Pero lo sé. Lo siento"

"Sí" Jill cerró sus ojos brevemente "Sí, lo siento"

"¿Es amor?"

Jill asintió, su sonrisa suave y segura "Sí. Sí, lo es"

Y no dudó en lo más mínimo cuando Carrie tiró de su mano guiándola en su


caminata hacia la cabaña. Ambas tiraron de sus ropas, lanzándolas donde
cayeran. Pero no fue hacia el dormitorio donde Carrie la llevó. Fue hacia el cuarto
de baño, con sus paredes rojo brillantes y la enorme ducha.

"Jardinería y pesca" le recordó Carrie mientras abría toda la llave del agua.

"No me habría importado" murmuró Jill mientras metía a Carrie bajo la ducha con
ella, sus pieles húmedas se deslizaron fácilmente mientras se abrazaban. Jill
saboreó el toque de vino en la lengua de Carrie cuando exploró su boca. Sus
manos no pudieron quedarse quietas, moviéndose a través de la piel de Carrie,
deslizándose a lo largo de su columna vertebral hasta sus nalgas y acercándola
más hacia ella. Las manos de Carrie, llenas de jabón líquido se movieron entre
ellas, acariciando ligeramente los pechos de Jill, creando burbujas de jabón antes
de continuar más abajo. Las piernas de Jill se separaron y jadeo audiblemente
cuando los dedos de Carrie le acariciaron. Sus ojos permanecieron conectados,
fusionados por una pasión que no podían explicar. La boca de Jill se abrió
mientras luchaba por respirar, los dedos de Carrie fueron implacables a medida
que se movían contra ella. Las rodillas de Jill se debilitaron y se preparó
extendiendo ambos brazos y sosteniéndose a sí misma en posición vertical contra
las paredes de la ducha mientras la boca de Carrie se trasladaba hacia su pecho,
su lengua firme contra su pezón.

"Me encanta cuando haces eso" susurró Jill.

Carrie levantó la cabeza, sus ojos azul celeste oscurecidos por el deseo, su
cabello corto color castaño cenizo estaba humedecido por la regadera. Sus manos
se detuvieron, alejándose un poco antes de agarrar las caderas de Jill haciendo
que se volteara. Carrie se puso detrás de ella, presionándose con fuerza contra
sus nalgas mientras sus manos rodeaban a Jill para acercarla con más firmeza
contra ella.

Jill gimió, sintiendo los senos de Carrie apretados contra su espalda. Las manos
de Carrie se movieron más abajo, separando los muslos de Jill nuevamente, sus
dedos se movieron fácilmente por su humedad, rozando su clítoris, provocando
que Jill gimiera más profundamente desde su garganta. Sus caderas se movieron,
meciéndose lentamente y sintiendo el roce constante de los dedos de Carrie
contra ella.

"Por favor" gimió ella.

Carrie mordió suavemente su hombro, meciendo sus propias caderas,


moviéndose al ritmo de Jill.

"Despacio" susurró Carrie en su oído.

Y así lo hicieron, sus cuerpos moviéndose como uno, Jill arqueándose hacia
adelante para sentir el delicioso roce de los dedos de Carrie contra su cálido
centro y luego hacia atrás, reuniéndose con el movimiento de Carrie mientras
Carrie se frotaba contra ella. Poco a poco, lentamente, sus respiraciones se
volvieron entrecortadas y sus movimientos aumentaron, sus caderas trabajaron
juntas, moviéndose al unísono, cada vez más rápido, cada vez más fuerte hasta
que Jill se balanceó hacia atrás, amando la sensación de Carrie embistiéndose
contra ella, amando el encanto de su danza, el movimiento de los dedos de Carrie,
el ardiente deseo que le golpeaba con cada embestida.

"Oh, Dios, Carrie...no te detengas" rogó Jill "No te detengas, no te detengas" ella
jadeó mientras sus caderas se movían ferozmente la una contra la otra. Con los
ojos cerrados...ese momento, ese pequeño momento entre la euforia y el éxtasis,
ese momento cuando todo se detiene...ese momento mantuvo a Jill suspendida en
el tiempo, robándole el aliento, robándole de la luz de sus ojos. Ese pequeño
momento pareció durar una eternidad antes de su liberación, expulsó su
respiración desde lo más profundo de sus entrañas, su cuerpo casi
convulsionando mientras su orgasmo se repetía una y otra vez a través de ella,
tocando su alma.

Cuando pensaba que no tenía nada más que dar, Carrie agarró firmemente sus
caderas, tirando de ella con fuerza hacia atrás mientras Carrie buscaba su propia
liberación. Los dedos de Jill se extendieron contra la pared de la ducha,
sosteniéndose a sí misma mientras Carrie empujaba contra ella una última vez
antes de gritar el nombre de Jill, entonces se dejó caer contra su espalda mientras
los temblores sacudían su cuerpo.

"Oh, Dios mío" murmuró Carrie "Eso fue fantástico"

Jill se volteó lentamente para mirar a Carrie y sostenerla fuertemente contra ella.
Se quedaron allí, abrazadas, recuperándose el tiempo suficiente hasta que el agua
caliente se volvió tibia. Sólo entonces se movieron, separándose lentamente, con
sus manos todavía tocándose, todavía acariciándose. Carrie se extendió rodeando
a Jill para cerrar el agua y luego sacó a Jill de la ducha. No se molestaron con las
toallas mientras entraban en el dormitorio.

Carrie acostó a Jill sobre la cama y se arrodilló ante ella, sus manos moviéndose
lentamente desde sus piernas hasta sus muslos, separándolos. Jill le miró,
esperando, temblando cuando esas manos separaron sus muslos.

"Te amo" susurró Carrie. Levantó la vista rápidamente, encontrándose con los ojos
de Jill, sosteniéndolos "Te amo"

Las palabras resonaron en el cerebro de Jill cuando sus ojos se cerraron, el cálido
aliento de Carrie le dificultó hablar, pensar. Renunció a intentarlo cuando Carrie
envolvió sus brazos alrededor de sus piernas, acercándola, tirando de ella hacia
su boca. Las manos de Jill se abrieron, agarrando las sábanas con sus dedos,
tratando de aferrarse cuando la lengua de Carrie entró en ella. Gimió con fuerza
cuando esa misma lengua rodeó su clítoris palpitante, jugueteando con ella casi
hasta la inconciencia, hasta que su boca se cerró sobre ella, succionándola,
llevándola hasta el límite en cuestión de segundos.

Sus caderas se arquearon, saltando incontrolablemente mientras Carrie le


sostenía, su boca nunca se apartó de ella. El grito de Jill vino de lo más profundo
de su garganta, estallando cuando alcanzó su clímax, apretando sus piernas,
uniéndolas y atrapando la cabeza de Carrie entre sus muslos, sosteniéndola allí
hasta que el temblor de sus piernas cedió.

Finalmente se relajó, tumbándose inerte sobre la cama. Sus ojos se abrieron


lentamente encontrándose con los de Carrie quien todavía estaba entre sus
piernas. Intentó una débil sonrisa, pero no lo logró.

"Creo que me has matado" murmuró ella mientras sus ojos se cerraban
nuevamente. Escuchó la risa de Carrie, sintiendo como se movía a través de la
cama colocándose a su lado, pero ella todavía no podía moverse.

"Ven aquí" susurró Carrie mientras arropaba a ambas con las mantas "Tomemos
una pequeña siesta"

"Debería decir que no" protestó Jill, sin embargo se metió debajo de la manta "No
quiero perder nuestro tiempo durmiendo"

"Sólo por un rato" dijo Carrie y le sostuvo muy cerca de ella, sus cuerpos
desnudos se reunieron bajo las mantas y sus piernas se entrelazaron.

"Me encanta estar contigo" susurró Jill contra el cuello de Carrie, su boca
moviéndose sensualmente contra su piel, su lengua saliendo para juguetear antes
de moverse hacia abajo.

"Pensaba que estabas exhausta"

"Mmmm. Mucho" dijo ella mientras su boca continuaba su asalto por la piel de
Carrie.

Cuando rozó el pecho de Carrie escuchó su inhalación brusca y su boca se cerró


alrededor de su pezón, su lengua girando sobre el firme pezón. Sintió las manos
de Carrie moviéndose a través de su espalda y enredándose como una serpiente
en su cabello manteniéndola apretada contra su pecho. Levantó la mirada,
descubriendo que Carrie le observaba contra su pecho. Su corazón creció ante la
mirada de deseo en los ojos de Carrie, ante su mirada de amor.

Levantó la cabeza ligeramente, estaba a centímetros del pecho de Carrie. El


ascenso y descenso del pecho de Carrie le acercaban el pezón y luego se lo
alejaban. La lengua de Jill salió tocándolo ligeramente, apenas acariciando la
punta. Escuchó el gemido de Carrie y sintió como los dedos de Carrie se
clavaban en su espalda. Levantó la mirada nuevamente…la boca de Carrie estaba
abierta, sus ojos oscurecidos y entreabiertos.

"Estoy enamorada de ti, Carrie" susurró Jill.


Los ojos de Carrie se abrieron con una suave sonrisa en su boca. Su mano se
movió a través del cabello de Jill acariciando su rostro, acariciando sus labios
"Hazme el amor" murmuró Carrie "¿Me harás el amor?"

"Siempre" susurró ella antes de volver a capturar el pezón de Carrie en su boca.


Capítulo 26

Jill observó a Craig moverse en silencio por la cocina, evitando intencionalmente el


pollo y el puré que ella había comprado en el lugar de comida rápida, prefiriendo
un sándwich de pavo frío. Ella tomó un sorbo de su té mientras él extendía
meticulosamente la mayonesa en cada rebanada. Respiró profundamente
preguntándose si el silencio era tan incómodo para él como lo era para ella.

"¿Cómo estuvo el torneo?" preguntó Jill finalmente.

Él se encogió de hombros "Bien"

Ella asintió con su cabeza y levantó las cejas "¿Y ganaron?"

Su risa fue sarcástica "Oh, Jill, deja de fingir que estás interesada en nuestro
equipo de béisbol"

Ella iba a protestar, pero lo pensó mejor. No tenía ningún sentido discutir la
verdad.

"Está bien" se puso de pie, tirando el resto de su té por el fregadero y enjuagando


el vaso "Asumo que tu sándwich no es sólo un aperitivo. Si no quieres el pollo, voy
a guardarlo"

Él rió nuevamente "Sí, ya sé que te tomaste muchos problemas con la cena, pero
este sándwich está muy bien"

Ella se aferró al mostrador con fuerza, entonces se dio la vuelta "¿Qué demonios
te pasa?"

"Oh, eso sí que es una pregunta tonta, Jill"

Ella negó con la cabeza "¿Qué quieres que haga?"

"Quiero que seas una maldita esposa, eso es lo que quiero" gritó él. Arrojó su
sándwich sin comer en la mesa y salió de la habitación.

Ella inclinó su cabeza hacia atrás, mirando hacia el techo con los ojos cerrados,
tratando de aferrarse a ese pequeño sentimiento de euforia que había traído con
ella de la casa de Carrie. Pero regresar a casa, lejos de Carrie, le dificultaba
mantener su espíritu animado, no cuando era abofeteada con la realidad de su
desintegrada vida.
Tomó una respiración profunda siguiendo a Craig mientras corría por las
escaleras. Lo encontró saliendo de su dormitorio con una almohada y un puñado
de ropa. Ella se detuvo, sus ojos moviéndose de la ropa a su rostro, sus ojos le
miraban furiosos.

"¿Que queda, Jill?" se encogió de hombros "Solo esto ¿no es así? ¿Qué salga de
tu cama?" una vez más, la risa sarcástica "Tenemos una maldita cama
matrimonial y no he podido tocarte ni siquiera el dedo gordo del pie en meses. Ya
no veo el punto"

Supuso que él pensaría que iba a discutirle, que iba a rogarle que no se mudara a
la habitación de invitados, pero ella le miró con indiferencia "Como quieras" dijo en
voz baja.

Él negó con la cabeza "Eres increíble. Ni siquiera puedes luchar por esto"

"¿Luchar qué? Ya sabes cómo me siento ¿Creías que todo cambiaría de la


noche a la mañana?"

Él le miró fijamente durante un largo rato "¿Qué hiciste hoy?"

"¿Qué quieres decir?" preguntó ella, esperando que su rostro no revelara la


confusión interna que estaba sintiendo.

"No estuviste en casa ¿Qué hiciste todo el día?"

No se molestó en preguntar cómo sabía eso. Sin duda alguna Arlene debió venir
para vigilarla "Estuve de paseo" dijo ella con toda la naturalidad que pudo reunir
"Tenía recados pendientes y fui de compras"

Sus ojos se estrecharon "Te fuiste antes de las nueve y no regresaste a casa
hasta después de las seis" afirmó él con un tono acusador.

Pero ella cuadró sus hombros "En realidad no hay necesidad de que Arlene me
espíe, Craig. Sin duda, no es de su incumbencia lo que hago en mi tiempo libre"

"Bien… ¿Quieres continuar con esta farsa?...que así sea. Avísame cuando estés
lista para decirme la verdad"

Él caminó resueltamente hacia la habitación de invitados, cerrando la puerta con


firmeza detrás de él. Ella se quedó mirando la puerta por un momento, luego se
volteó sorprendida de encontrar a Angie de pie en el pasillo. Sus ojos se
encontraron, pero Jill apartó la mirada, sin saber qué decir a su hija. Muy
probablemente había escuchado toda la conversación.
"¿Por qué no terminas con esto de una vez?"

Jill bajó las escaleras ignorándola, con la esperanza de que regresara a su


habitación. Pero ella siguió a Jill hasta la cocina.

"¿Qué estás esperando?" preguntó Angie.

"Angie, esto es entre tu padre y yo. No sabes lo que está pasando"

"Si lo sé" dijo ella en voz alta "Él se mudó a la otra habitación porque estás
teniendo una aventura" le acusó ella.

"Angie, no es así"

"¡Mentirosa! Deja de mentir" gritó ella "¡Estás viendo a otro hombre!"

"No estoy viendo a otro hombre. Te juro que no"

"¡Estás mintiendo! ¡Estás mintiendo!" dijo ella otra vez "¿Por qué no puedes
decirle la verdad a papá? Solo acaba con esto de una vez, así no tendré que
preocuparme día a día por lo que va a suceder"

"Angie, no es tan simple" ella extendió sus manos "Y nada va a pasarte"

"Sí me va a pasar. Vas a divorciarte y vas a hacer que me vaya aquí. Vas a
mudarte a alguna parte y harás que me vaya contigo. Bueno, no quiero irme
contigo" gritó ella "¡Te odio! ¡Quiero quedarme con papá!"

Salió corriendo de la cocina, pataleando en las escaleras mientras se apresuraba


en regresar a su habitación. Jill escuchó el golpe de la puerta y vaciló,
debatiéndose entre consolar a su hija y consolar sus propios miedos. Carrie
estaba en lo cierto. Si Angie se enteraba de su relación, arruinaría el frágil vínculo
entre madre e hija. Angie nunca lo entendería, especialmente a su edad.

Se dejó caer pesadamente en la silla, mirando el sándwich a medio comer que


Craig había arrojado allí anteriormente. Se sentía marginada. Incluso en su propia
cocina, rodeada de sus cosas familiares, se sentía poco más que una extraña en
su propia casa.

Apoyó los codos sobre la mesa, apoyando la barbilla en sus manos mientras
miraba al otro lado de la habitación. Poco a poco, sus acusaciones comenzaron a
desaparecer, siendo sustituidas por palabras mucho más agradables, fragmentos
de conversaciones entre Carrie y ella, palabras de amor dichas en susurros en sus
momentos más fervientes de pasión, palabras traviesas dichas entre ellas, cuando
estaban sentadas una junto a la otra en el muelle y luego sin palabras cuando
estaban en el jardín, agarradas de manos, mientras admiraban su trabajo y el reloj
marcaba lentamente el fin de su tiempo juntas.

Capítulo 27

Tan pronto como Jill entró en la cabaña la tarde del lunes, supo que algo andaba
mal. Carrie, que normalmente le recibía en la puerta, estaba en el muelle, sola,
mirando el lago. Jill arrojó su bolso sobre la barra y avanzó por el camino, más allá
del jardín de flores hasta el muelle, sus tacones hacían clic en los tablones de
madera. Carrie se volteó ante el sonido y sus ojos mostraron sorpresa.

"¿Ya es la 1?"

"Sí" Jill inclinó su cabeza ligeramente, mirando a Carrie "¿Qué pasa?"

Carrie agitó su mano con indiferencia "Oh, nada" se acercó envolviendo sus
brazos alrededor de la cintura de Jill y tirando de ella en un fuerte abrazo "El
sábado fue fantástico y ayer te extrañé como loca"

Jill sonrió alejando su cabeza para mirar a Carrie, entonces se acercó besándole
ligeramente en la boca "Ayer fue interminable" Jill estuvo de acuerdo "De hecho,
esta mañana fue interminable" se alejó del abrazo de Carrie mirándola, tratando
de leer sus ojos. Había una mirada herida que nunca había visto anteriormente.
Agarró la mano de Carrie y la llevó a su banco "Ahora dime que pasa"

Carrie miró hacia otro lado "Oh, no es nada. Sólo un mal día ayer"

"Entonces cuéntame. Hemos hablado de todo. No hay secretos entre nosotras ¿no
es así?"

"No es eso" dijo Carrie. Entrelazó sus manos mientras miraba el lago "Es sólo que
ayer por la mañana, James...confesó que había tenido una aventura" dijo ella en
voz baja.

Los ojos de Jill se agrandaron "Oh Dios, lo siento" entonces frunció el ceño "¿Es
correcto decir eso tomando en cuenta nuestras circunstancias?"

Carrie sonrió levemente y se encogió de hombros "Me siento como un asno.


Quiero decir, allí estaba él, tan consumido por la culpa por lo que tenía que
confesar y yo simplemente permanecí sentada allí, aturdida"

"¿No dijiste nada?"


"No tuvimos una pelea a gritos, si a eso te refieres. James y yo nunca hemos sido
grandes luchadores. Todo estuvo tan tranquilo y civilizado. Por supuesto, no sé
cuál hubiese sido mi reacción si no estuviese involucrada contigo" se puso de pie
paseándose y Jill permaneció callada, esperando que Carrie hablara.

"Ella es la asistente del gerente en una de sus tiendas" dijo ella finalmente. Una
vez más rió en silencio "Tiene 31. Y Dios, también está casada. Quiero decir ¿en
qué estaba pensando?"

"¿Y qué le dijiste?"

"Le pregunté cuánto tiempo había estado sucediendo" dijo ella "Desde el otoño
pasado" se dio la vuelta y miró hacia el lago "Ahora creo que sé por qué no se ha
preocupado por nuestra falta de vida sexual" se dio la vuelta "Dios, eso sonó a
esposa abusada ¿no es así?"

"Bueno, es un impacto. Quiero decir, nunca sospechaste ¿verdad?"

Carrie negó con la cabeza "No. Claro, no he pensado mucho en nada


últimamente" suspiró ella "Pero no es por eso que estoy molesta, Jill. Quiero decir
¿cómo podría molestarme que él tuviese una aventura? No, estoy molesta
conmigo misma. Tuve la oportunidad perfecta para contarle sobre tí, sobre
nosotras. Sin embargo, no lo hice" se acercó nuevamente al banco y se sentó "Y
como una típica esposa, dejé que se revolcara en la culpa, rogándome perdón y
permitiendo que me rogara que no se lo dijera a los chicos. Y todo el tiempo
estuve pensando en el asno que soy"

Jill entrelazó su brazo con el de ella "¿Pero por qué te lo dijo? ¿Quiere estar con
esa mujer?"

Carrie negó con la cabeza "No. Como he dicho, es casada, tiene hijos. Fue algo
pasajero"

"¿Y sigue ocurriendo?"

"No. Creo que por eso se sintió culpable" ella suspiró "Dijo que pensaba que tal
vez yo estaba teniendo mi propia aventura y que por eso no extrañaba tenerle
cerca"

"Oh"

"Aun así no pude decírselo. Si le contaba, entonces todo se habría centrado en mí


y su aventura sería algo pequeño comparado con lo mío, tomando en cuenta que
eres una mujer y todo eso" dijo ella con un toque de diversión. Entonces hundió la
cabeza entre sus manos "Qué desastre" murmuró ella.
Jill se acercó y golpeó suavemente su hombro "Bueno, hablando de
desastres…Craig se mudó oficialmente al cuarto de huéspedes"

Carrie miró hacia arriba "¿Ha llegado tan lejos?"

"Y Angie me enfrentó. Me ha informado que me odia y si me divorcio quiere


quedarse con Craig"

"Oh, no"

Jill se encogió de hombros "Tiene 14. Se supone que odia a su madre"

"¿Y Craig?"

Jill suspiró "No sé" se dio la vuelta mirando a Carrie, encontrándose con sus ojos
"¿Qué vamos a hacer?"

"No voy a mentirte, Jill. He pensado en nosotras estando juntas. Lo maravilloso


que sería dormir contigo cada noche, abrazarnos, despertar juntas para darle la
bienvenida al nuevo día ¡¿Qué maravilloso sería eso?¡" se volteó nuevamente, sus
ojos moviéndose a través del agua "Pero esto es tan extraño para nosotras" se
echó a reír "No tenemos exactamente la experiencia de ser lesbianas"

Jill también se rió, deslizando su brazo alrededor de los hombros de Carrie y


siguiendo su mirada sobre el agua.

"Pero me preocupo por ti" continuó Carrie "Por tí y por Angie. Si ella sale de tu
vida, si ella nunca te perdona, eventualmente ¿tendrías resentimiento contra mí,
contra nosotras?" preguntó ella en voz baja "Y lo que tenemos ¿es lo
suficientemente valioso como para perder un hijo?"

Jill asintió y cerró sus ojos "En otras palabras…tampoco sabes lo que vamos a
hacer"

Carrie se volteó y sus ojos se suavizaron al ver el amor que Jill no trató de ocultar.
Se acercó aún más besándole ligeramente "No tengo ni idea" susurró ella.

Capítulo 28

"¿Quieres ir al parque?" preguntó Carrie uno de esos cálidos y soleados días


semanas más tarde.

Jill se echó a reír "¿Extrañas a los patos?"

Carrie levantó una barra de pan, con ojos sonrientes "Tengo un impulso"
Jill se acercó deslizando sus brazos alrededor de la cintura de Carrie "Un impulso
¿huh?" se acercó más a ella, amando la familiaridad de su abrazo, amando la
suavidad del beso que compartieron "Me encantaría ir al parque contigo"

"Maravilloso. Y para que no te mueras de hambre…preparé sándwiches"

Jill se alejó, viendo la bolsa de papel en la barra. Asintió con la cabeza y sonrió
"Como en los viejos tiempos"

"¿Te importa?"

"Por supuesto que no" agarró la bolsa "Va a ser divertido" o eso pensó hasta que
vio el atestado estacionamiento minutos después. Gimió en voz alta "Buen Dios.
La mitad de la ciudad está aquí"

Carrie se echó a reír "Vacaciones… ¿Qué esperabas?"

"Supongo que había olvidado como era durante el verano" discretamente se


inclinó sobre la consola y frotó el muslo de Carrie "Y me has mimado con nuestro
propio lugar privado en el lago"

"Lo sé" Carrie condujo a través del estacionamiento buscando un lugar. Encontró
uno al otro extremo y se estacionó. Permaneció sentada con las manos aún sobre
el volante "Tal vez esto no sea una buena idea"

"Oh, todo estará bien. Tomaremos el sendero por el bosque hasta los muelles.
Habrá menos personas"

Y así fue. Encontraron sólo un puñado de corredores y dos adolescentes en


bicicletas. Para Jill, era uno de esos cálidos y soleados días cuando deseaba no
tener un trabajo al que tuviese que regresar tan rápidamente ¿Qué tan bueno
sería pasar la tarde con Carrie?

"Sé exactamente lo que estás pensando" dijo Carrie.

"Oh ¿lo sabes?" respondió Jill golpeando juguetonamente su hombro.

"¿Quieres fugarte esta tarde?"

Jill se echó a reír "Está bien. Me descubriste"

"¿Sabes? tienes algo de ropa en la cabaña. Pantalones cortos y esas cosas" dijo
ella con un encogimiento de hombros "¿Tal vez podrías hacerlo?"

"Oh, Carrie, desearía poder hacerlo. Pero tengo lo del pago de nómina. No puedo
posponerlo"
"Mejor así. Si empezamos a hacerlo, voy a estar pidiéndote por lo menos una vez
a la semana que te fugues del trabajo"

"Lo sé" Jill se volteó, deseando poder tener el lujo de tomarse de las manos "Es
sólo que una hora al día no es suficiente"

"¿Sabes?... Ha pasado algo de tiempo sin que tengamos un sábado" le recordó


Carrie.

"No, no lo hemos tenido. Y no sé cuándo podamos"

"¿Ha cambiado algo en casa?"

"¿Además de Craig ofreciéndose para enseñar en la escuela de verano? Es la


primera vez para él" Jill suspiró "Es su intento de ser el mártir, ya sabes, ya que no
hay nada en casa para él" ella se detuvo "Y Angie apenas me habla"

"Lo siento"

"No. No puedo culparla. Tampoco puedo culpar a Craig por lo que está haciendo.
Quiero decir, nuestro aniversario de boda es esta semana ¿Cuan incómodo podría
ser?" acarició el brazo de Carrie brevemente y luego comenzó a caminar "He
llegado a la conclusión que soy yo quien lo mantiene atrapado" admitió ella
"Independientemente de lo que pase entre nosotras, no es justo para él"

"¿Quieres divorciarte?"

"Ellos no tienen que descubrir lo de nosotras, Carrie. Ese no tendría que ser el
problema"

"Saldrá a relucir, lo sabes. Con el tiempo ocurrirá"

"Entonces me encargaré de eso. Simplemente no quiero que te afecte"

Carrie permaneció en silencio mientras continuaban su caminata, el sendero llegó


a su fin cerca de los muelles. La mayoría de los botes de remo y las canoas
habían sido alquilados y tanto los niños como los adultos reían y jugaban en el
lago. Carrie se detuvo, buscando la bandada de patos que se habían refugiado en
una pequeña cala no muy lejos de los muelles. Ella los señaló y Jill asintió,
siguiéndola a través de los árboles.

"No te lo dije, pero Josh me preguntó directamente si estaba viendo a alguien" dijo
Carrie.

"¿Cuándo?"
"La semana pasada. Dijo que notaba que algo estaba pasando entre su padre y
yo"

"¿Qué le dijiste?"

Carrie desvió la mirada hacia el lago "Le dije que no" dijo ella en voz baja "Pero
Jill, estuve tan cerca de decirle la verdad" se dio la vuelta mirando a Jill "Josh es
un gran chico. Y creo que entendería esto…lo de nosotras. Realmente lo creo"
abrió la hogaza de pan, entregándole a Jill varias rebanadas "Pero entonces no
quise que él cargara con el peso de todo esto. Se va a la universidad en un par de
meses. No quiero que se preocupe por mí"

Mientras caminaban cerca del agua, los patos les vieron y nadaron más cerca,
algunos saliendo del agua para reclamar su comida. En silencio partieron el pan y
lo lanzaron a la docena de patos que se reunían alrededor de ellas. La abuela pato
se unió a ellos, cojeando notablemente mientras luchaba por su porción de pan.

"¿Qué vamos a hacer?" preguntó Jill finalmente.

"No lo sé" dijo Carrie cuando se agachó para entregarle a la abuela pato un
pedazo de pan. Levantó la vista, mirando los ojos de Jill "Sólo sé que te amo. Eso
es todo"

Jill se quedó sin aliento, como siempre ocurría, cada vez que Carrie pronunciaba
esas palabras. Sí, eso era todo. Amor. Pero ninguna de ellas sabía qué hacer con
ese amor. Jill retrocedió un paso, mirando a los patos y mirando a Carrie. Carrie
finalmente se puso de pie, cerrando sus ojos con una mueca de dolor.

"¿Qué pasa?" preguntó Jill.

"Nada" dijo ella mientras frotaba sus sienes "Sólo tengo este terrible dolor de
cabeza. Va y viene" le ofreció una breve sonrisa "¿Quiere encontrar una banca en
el parque?"

Jill negó con la cabeza "Prefiero volver a la cabaña y tener un poco de tiempo a
solas"

Carrie miró su reloj "15 minutos"

Jill agarró su brazo y le llevó de regreso por el sendero "Puedo llegar un par de
minutos tarde"
Capítulo 29

Harriet golpeó una vez y luego entreabrió la puerta, metiendo su cabeza. Jill
apartó la mirada de su monitor, elevando sus cejas.

"¿Qué pasa?"

"Tienes una visitante" susurró Harriet.

Jill frunció el ceño "¿Quién?"

"Tu suegra"

"Oh, Dios" dijo Jill con un gemido "Tienes que estar bromeando"

"Lo siento"

"¿Qué es lo que quiere?" susurró Jill.

"Simplemente pidió verte"

Jill se puso de pie "Está bien, está bien" alisó su falda y luego se dirigió a la
puerta. Harriet había desaparecido y Jill forzó una sonrisa mientras saludaba a
Arlene "Qué sorpresa, Arlene ¿Pasa algo malo?"

"Por supuesto que no ¿No puedo visitar a mi nuera?"

"No lo haces normalmente" Jill dio un paso atrás, haciendo un gesto para que
entrara en su oficina "Adelante"

Arlene se sentó en una de las sillas de visitantes, con sus ojos moviéndose
alrededor de la habitación, aterrizando en los pocos objetos personales que Jill
mantienen allí. Vio la mirada de desaprobación en su rostro y supo que vendría.
No había fotos de Craig en su oficina. De hecho, la única que tenía de Angie fue
tomada 5 años atrás.

"Es tan impersonal aquí, Jill. Pensaba que tendrías más recuerdos de tu familia.
Pareces haber olvidado que tienes una"

"Escucha, Arlene, si viniste aquí para hablar de mi matrimonio, deberías haberte


ahorrado el viaje. No es asunto tuyo"

"No he venido aquí para hablar de tu matrimonio. Vine a hablar sobre el


matrimonio de mi hijo"
"Entonces tal vez deberías hablarlo con él"

Arlene sonrió con aire de suficiencia "Oh, lo he hecho cariño. Y es positivamente


horrible lo que estás haciendo con él. Haciendo que duerma en el dormitorio de
invitados como que si fuesen compañeros de habitación. Y la pobre de Angie…le
has arruinado la vida. Tienes que saberlo. Esa niña llora casi todos los días"

Jill se puso de pie abruptamente "No voy a sentarme aquí a escuchar esto, Arlene"
señaló hacia la puerta "Adiós"

Pero Arlene no hizo ningún movimiento para marcharse.

"¿Dieciocho años de matrimonio y ni siquiera estás dispuesta a luchar por él?


¿Qué clase de mujer eres? Nunca imaginé que fueses tan cruel, Jill"

"Fuera de mi oficina, Arlene"

"Si no lo amas, entonces divorciarte de él, dejarlo ir para que pueda seguir
adelante con su vida. Todavía es joven. Todavía puede encontrar a alguien que le
puede tratar con la dignidad y el respeto que merece"

Jill se inclinó hacia delante, con las manos sobre el escritorio "No tienes ni idea de
lo que era vivir con él, Arlene. Soy invisible en mi propia casa ¿Te gustaría estar
casada con un hombre que nunca está presente? ¿Un hombre que no ha
madurado después de 21 años?"

Arlene negó con la cabeza "Ese es su trabajo. Y si te hubieses molestado en


mantener tu trabajo de enseñanza años atrás, podrían haber pasado más tiempo
juntos. Pero no, no me escuchaste. Bueno, espero que ahora estés feliz. Has
arruinado la vida de tu marido y la vida de tu hija" se puso de pie rápidamente,
agarrando con fuerza el bolso entre sus manos "Al menos ten la decencia de
decirle la verdad" giró sobre sus talones y se fue antes que Jill pudiese responder.

"Increíble"

Y cuando Harriet asomó la cabeza por la puerta minutos después, Jill seguía de
pie, sin dejar de mirar el espacio vacío.

"¿Necesitas hablar de ello?"

Jill le miró durante un rato y luego suspiró. Ella y Harriet eran amigas de 8 a 5,
nada más. Rara vez discutían su vida familiar. Y no creía que ahora era un buen
momento para comenzar.

"Lo siento, pero escuché" dijo Harriet.


Jill regresó a su silla, finalmente haciéndole señas a Harriet para que se sentara.
Decirle a alguien que estaba teniendo problemas maritales era una cosa. Decirles
que estaba teniendo una aventura con una mujer casada era harina de otro costal.

"Craig es hijo único" dijo Jill a modo de explicación.

"Bueno, realmente he notado que últimamente no eres tú misma"

Jill se echó a reír "Eso es un eufemismo" cruzó las manos delante de ella, sin
hacer nada más que retorcer el anillo de matrimonio que todavía llevaba "Creo que
se puede decir que Craig y yo estamos separados" dijo ella.

"Oh Dios mío. No tenía idea"

"Todavía estamos viviendo en la misma casa, pero se acaba de mudar a la


habitación de invitados. Y todo ha sido muy raro" admitió ella.

"¿Te vas a divorciar?"

Jill alzó la vista y le miró a los ojos. Era una decisión con la que luchaba todos los
días. Por supuesto, sabía la respuesta. No había sido capaz de decirla. Pero
ahora asintió con la cabeza "Sí. Voy a pedirle el divorcio"

"Lo siento mucho. Sé que con un hijo, debe ser muy difícil"

"Lo más difícil es darte cuenta que tu hijo quiere quedarse con su padre y no
contigo" Jill se echó hacia atrás en su silla, volteando la cabeza para mirar por la
ventana "Es muy complicado, Harriet"

"Sé que no es asunto mío… ¿pero hay alguien más?"

Quería contarle con todas sus fuerzas. El amor que sentía por Carrie estaba casi a
punto de hacerle estallar y sólo quería decirle a alguien sobre eso, decirle a
alguien lo feliz que era, lo completa que se sentía cuando estaba con Carrie. Pero
no podía. No todavía.

"Acabo de decirle a mi suegra que no era su problema" sonrió para suavizar sus
palabras "Debo decirte lo mismo"

"Por supuesto. Entiendo"

Cuando ella se movió para marcharse, Jill le detuvo.

"¿Harriet? Aprecio tu ofrecimiento para hablar. Realmente lo aprecio"

Harriet asintió y salió de la habitación.


"Lo digo en serio, Craig. Tienes que hablar con ella. No es nuestra maldita
consejera matrimonial" dijo Jill mientras cerraba la puerta del armario con fuerza.

"¿Qué? ¿Tengo que prohibirle que hable contigo?"

"Eso sería un buen comienzo" añadió la pasta al agua hirviendo, consciente de


que Craig le estaba observando "¿Dónde está Angie?"

"Con mi madre"

"Grandioso. Otra oportunidad para que Arlene le lave el cerebro"

"Sólo está preocupada por ella. Y estoy seguro que Angie le cuenta sus cosas"

Jill se volteó "¿Quieres decir más de lo que tú le cuentas?"

"Lo siento, pero a veces necesito a alguien con quien hablar"

"¿Tu madre?"

"¿Por qué no? Somos unidos" el miró la botella de vino en el mostrador "¿Quieres
que te sirva una copa?"

"Por favor" Jill agitó la salsa del espagueti, preguntándose del porqué de la
amabilidad de Craig esta noche. Especialmente con respecto al vino "Sólo estoy
diciendo que hay algunas cosas que las madres no necesitan saber. Nuestra vida
sexual está en la parte superior de la lista"

Craig rió y Jill se dio cuenta de que era la conversación más larga que habían
tenido en meses. Y admitió que era mucho mejor que el silencio con el que habían
estado viviendo.

"¿Sabes? Se acerca el 4" dijo él mientras colocaba la copa de vino a su alcance.

"Sí ¿Y?"

"Bueno, por lo general tenemos una reunión aquí…con el grupo" dijo él.

"¿Te refieres a tus amigos del softbol?"

"Y sus esposas. Actúas como si sólo invitara a mis amigos"

"Son tus amigos, Craig. Aunque me llevo bien con la mayoría de las esposas, sí"

"Bueno ¿quieres hacerlo este año?"


Jill bajó la cuchara y se volteó mirándolo ¿Era en serio?

"¿Quieres tener una fiesta? ¿Aquí? ¿No sería un poco incómodo?"

"Sí. Probablemente tengas razón. Sólo pensé...bueno, pensé que podríamos


hacer algo normal, ya sabes. Como solíamos hacer"

Jill se volteó hacia la estufa, odiando el manto de culpa que caía lentamente sobre
ella. Sí, siempre tenían una fiesta el 4 de julio. Su cumpleaños era el 5, así que era
una doble celebración. Arlene horneaba el pastel y le cantaban "feliz cumpleaños".
Luego al atardecer, se amontonaban en los coches para ir a ver los fuegos
artificiales en el lago.

El lago. Su lago. Se preguntaba si Carrie y su familia también iban allí.

"Entonces… ¿qué dices?"

Ella suspiró "Está bien. Si eso es lo que quieres hacer"

"Gracias, nena"

Ella se dio la vuelta "Craig…esto no cambia nada"

Él asintió con la cabeza "Oh, lo sé. Sólo creo que sería bueno para nosotros…para
Angie, hacer algo familiar. Ella realmente está pasando un tiempo difícil, Jill"

"Así he escuchado. Realmente no habla conmigo" dijo ella mientras escurría la


pasta "¿Podrías sacar el pan del horno?"

"¿Estás lista para que traiga a Angie a casa?"

"Sí, todo está listo"

Y lo estaba. Espagueti y albóndigas. Pan de ajo con una cantidad obscena de


queso derretido encima. Y una ensalada saludable que sin duda Craig y Angie,
desecharían. Suspiró nuevamente ¿Cuan disfuncional había sido esta noche?
Había llegado a casa cabreada, todavía furiosa por la visita de Arlene y Craig
estaba tratando de preparar la cena. Una vez más, la culpa le golpeó, así que se
hizo cargo, dorando las albóndigas antes que él pudiese arruinarlas y sacando del
congelador un poco de salsa casera para el espagueti en lugar del frasco que él
tenía junto a la estufa. Y aquí estaban, a punto de sentarse, para disfrutar juntos
de una cena familiar. Ella y su marido…que vivían en habitaciones separadas…y
su hija, que difícilmente le había dicho más de diez palabras en las últimas
semanas.

Y ahora has accedido a una fiesta de cumpleaños.


Llenó su copa de vino nuevamente, apenas notando el portazo mientras Angie
pasaba de largo.
Capítulo 30

Una pequeña torta redonda, cargada con lo que Jill asumía eran 40 velas
ardientes le dieron la bienvenida cuando llegó a la cabaña. Ella se rió y luego tiró
de Carrie en un rápido abrazo.

"¿Cómo lo supiste?"

"Eché un vistazo a tu licencia de conducir. Sé que hoy es 03, pero quería hacerlo
antes de los días festivos"

"Qué dulce de tu parte" dijo ella dándole un beso "Pero no estoy segura si tendría
que disfrutar tanto los 40"

"Tonterías. Los 40 es un gran año"

"Da la casualidad que estoy de acuerdo contigo" Jill se agachó, apagando las 40
velas a la vez. Aplaudió con entusiasmo y luego abrazó a Carrie nuevamente "Te
amo"

Sintió el brazo de Carrie abrazándola con más fuerza y escuchó el suave suspiro
que Carrie liberó cuando sus cuerpos se apretaron "Yo también te amo. Feliz
cumpleaños"

Los gentiles y suaves besos se volvieron más intensos a medida que sus cuerpos
se movían sensualmente uno contra el otro. Después de todo este tiempo, Jill
seguía sorprendiéndose por la reacción de su cuerpo ante las caricias de Carrie.

"Tengo champán" murmuró Carrie a su oído.

"Luego" susurró Jill volteando su cabeza para capturar la boca de Carrie "Primero
hazme el amor" susurró contra sus labios. Sintió el temblor de Carrie ante su
petición y sus ojos se cerraron cuando la lengua de Carrie se envolvió contra la
suya propia.

No fueron pronunciadas más palabras mientras Carrie le guiaba hacia el


dormitorio, empezó a quitar cuidadosamente su ropa. Jill perdió la paciencia
quitándose su falda y luego alcanzó los pantalones cortos de Carrie,
deslizándolos hacia abajo por las caderas de Carrie en un solo movimiento.

"¿Apurada?" bromeó Carrie.


"De hecho, sí"

Jill se acostó en la cama, tirando de Carrie con ella, sus muslos se extendieron
permitiendo así que Carrie se ubicara entre ellos. Pero tan pronto como la piel
desnuda de Carrie tocó la suya, Jill hizo que se giraran atrapando a Carrie debajo
de ella.

"He cambiado de opinión" susurró ella antes que su boca se cerrara sobre el
pezón de Carrie.

"No voy a quejarme" murmuró Carrie y Jill sonrió moviéndose más abajo,
humedeciendo el trayecto a través del estómago de Carrie antes de ahuecar sus
caderas y acercarla a su ansiosa boca.

Capítulo 31

Tan pronto como Jill escuchó a Craig silbando en la cocina, mientras colocaba la
carne molida en el cuenco, supo que la fiesta había sido un error. No tenía ningún
propósito sino darle falsas esperanzas de que pudieran salvar su matrimonio. Y no
existía esa posibilidad. Pero cuando abrió la puerta de vaivén de la cocina y lo
encontró allí, con una gorra de béisbol en la cabeza volteada hacia atrás,
mezclando unos paquetes de salchichas con la carne molida en el mostrador, no
tuvo corazón para decirle algo. Decidió que podría seguir el juego a lo largo del
día.

"Estás empezando temprano" dijo ella mientras agarraba la cafetera.

"Bueno, no quiero que tengas que meterte con todo esto" él sonrió "Claro, si te
encargas de usar tu condimento especial en las hamburguesas, sería genial"

Ella tocó su brazo "Te diré algo… ¿por qué no vas a arreglar la red de voleibol y
yo atiendo esto"

"¿No te importa?"

Ella sonrió "Creo que este siempre ha sido mi trabajo"

"Grandioso. Porque todavía tengo que correr a la tienda y comprar la galletas y


esas cosas"

"¿Quieres que prepare una jarra de té?"

"Oh, no te molestes. Sabes que los chicos traerán cerveza"


"Lo recuerdo. Pero creo que tu madre prefiere el té helado"

Craig se detuvo elevando sus cejas "¿Estás preocupada por mi madre? ¿Estás
bien?"

Jill se echó a reír "Simplemente no quiero que tenga nada de que quejarse"

"Se quejará de que tus hamburguesas picantes son demasiado picantes…como


siempre" dijo él antes de cerrar la puerta.

"Sí, como siempre" murmuró ella para sí misma mientras unía los condimentos. Y
aunque Craig estaba fingiendo que esta pequeña fiesta no era algo del otro
mundo, realmente estaba aterrorizada. Habría preguntas, no tenía ninguna duda.
Su ausencia, en los juegos de softbol este verano, seguramente habría levantado
sospechas. Y si no, dudaba seriamente que Arlene hubiese mantenido sus
problemas matrimoniales para sí misma.

Pero las preguntas...ella no estaba preparada para responder ninguna de ellas


¿Simplemente fingiría que todo estaba bien entre ella y Craig, sólo para evitar las
preguntas? Negó con la cabeza. Eso sólo confundiría a Craig, a Angie...y a sus
suegros. Y eso era lo último que quería hacer.

"No quiero ir a la fiesta"

Jill miró a su hija, ambas de pie con las manos en sus caderas. Ella ladeó la
cabeza, su ceño tan pronunciado como el de Angie "No tienes elección"

Angie se apoyó en un pie, luego cruzó sus brazos en su cintura.

"Debería tener una elección. Ya no soy una niña. De todos modos, me han
invitado a casa de Shelly"

"Mira…no quiero ir a la fiesta más que tú. Pero él está haciendo que vaya. Así que
si yo tengo que ir…tú tienes que ir"

Angie se quedó mirándola "¿Iremos al lago para los fuegos artificiales?"

"Supongo que sí. Siempre lo hacemos"

Angie cambió de pie y finalmente descruzó sus brazos "¿Puedo invitar a Shelly"

Jill sonrió "Por supuesto. Puedes invitar a quien quieras"

Se miraron la una a la otra por un momento antes que Angie hablara "Está bien.
Bueno, entonces podría quedarme"

"Bien. No me gustaría pensar que huirías de casa un 4 de julio"


Angie sonrió "Bueno, es tu cumpleaños"

Jill suspiró "Sí. 40"

"¡Dios mío! ¿40? Vaya, eres una vieja" dijo ella mientras huía de la habitación.

Jill observó el balanceo de la puerta de la cocina, con una sonrisa en su rostro "Mi
hija se está burlando de mí" murmuró ella "¿Qué demonios le pasa?"

"¿Con quién estás hablando?"

Jill se volteó encontrando a Craig en la puerta, su gorra todavía volteada hacia


atrás. Sus ojos se abrieron "Dios mío. Te has afeitado el bigote"

Él se echó a reír "Serías una detective terrible. He estado sin él toda la semana"

"Pero siempre lo has tenido. Lo tenías cuando nos conocimos ¿Por qué demonios
te afeitaste?"

Él frotó con los dedos su labio superior sonriendo "Me di cuenta que necesitaba un
cambio"

"Bueno, no es que ahora mi opinión tenga mucho peso, pero por favor déjatelo
crecer nuevamente. Te ves desnudo sin él"

Él sonrió "¿Cómo lo sabes? No me has visto desnudo en meses"

Antes que pudiese responder, él se había ido, su silbido haciendo eco a través de
la casa mientras se dirigía hacia el piso de arriba.

"Bueno, veo que has recobrado el sentido"

Jill bajó la copa de vino "¿Cómo es eso?"

"¿O simplemente accediste a esta fiesta porque es tu cumpleaños?" Arlene entró


en la cocina haciendo equilibrio con un enorme pastel en sus manos "¿Y no es un
poco temprano para el vino? No quieres que los invitados hablen ¿verdad?"

Jill dejó escapar el aliento y prometió que no permitiría que su suegra le molestase
hoy. Entonces sonrió dulcemente "Como todo lo demás, Arlene, no es tu maldito
problema" tuvo el placer de ver como jadeaba su suegra al salir a la terraza. Craig
y su padre estaban midiendo las líneas de los límites para los juegos de voleibol. A
pesar del odio por su suegra, siempre se había llevado bien con Carl. Pero dada la
situación actual, no le culpaba si elegía ignorarla. Él no lo hizo.
"Jill ¿cómo estás?"

"Bien, Carl, gracias"

"Me alegra que ambos decidieran hacer la fiesta. Simplemente no sería 4 de julio
sin ella"

Jill miró a Craig asintiendo ante su sonrisa "Así me han dicho" salió al patio para
unirse a ellos "Tu madre hizo un pastel" dijo ella. Luego, dijo más bajo "No crees
que lo recubrió con arsénico ¿verdad?"

Craig se echó a reír "Comeré la primera porción"

Jill avanzó a través de las sillas de jardín que Craig había colocado en la terraza,
eligiendo su habitual mecedora. Craig ciertamente estaba de buen humor. Así
como Angie, tomando en cuenta la situación. Se preguntaba si era sólo por la
perspectiva de la fiesta o si ellos pensaban que había accedido porque las cosas
volverían a la normalidad.

Se empujó con el pie, estableciendo el ritmo de su balanceo mientras les veía


marcar las líneas. Sus invitados llegarían en cualquier momento y todavía no
estaba segura de cómo iba a actuar ¿Fingiría que todo estaba bien, sólo para
evitar las incómodas preguntas? En otras palabras mentiría. O sería ella misma y
mantendría la distancia con Craig, permitiendo que todo el mundo supiera que los
rumores que muy probablemente habían escuchado eran verdad. O tal vez podría
utilizar su nueva respuesta favorita: no es tu maldito problema.

Sonrió, imaginando como se la decía a Whitney Myers, la esposa del mejor amigo
de Craig. Esposa, abstemia y maestra de escuela dominical. Con respecto a las
esposas de los amigos de Craig, se llevaba bastante bien con la mayoría de ellas.
Sin embargo, ella y Whitney nunca había congeniado. Siempre le había quedado
la impresión de que Whitney le juzgaba. Y que encontraba a Jill carente de cosas.

Permaneció de pie bajo las sombras de la terraza, viendo como los demás reían y
conversaban de manera fácil y agradable. Al menos entre ellos. Pero con ella, las
conversaciones habían sido forzadas y cuidadosas. Respiró profundamente e hizo
girar el vino en su copa, preguntándose si se atrevería a abrir una segunda botella.

"¿Jill?"

Se volteó sorprendida de encontrar a Mindy detrás de ella, observándola. Se


enderezó, alejándose del pilar donde había estado apoyada.

"Hey, Mindy" dijo ella. Entonces recuperó sus modales "¿Estás pasándola bien?"
"Una gran fiesta. Como siempre"

"Gracias"

Mindy se acercó más, bloqueándole a Jill la vista del patio trasero. Jill asumió que
tendría su primera inquisición.

"Sé que no hemos sido las mejores amigas, pero si necesitas hablar con alguien,
estoy aquí para ti"

Jill elevó sus cejas "¿Por qué necesitaría hablar con alguien?"

"Bueno...tú y Craig…quiero decir…no es ningún secreto que han estado teniendo


problemas" dijo ella en voz baja "No les hemos visto juntos en mucho tiempo"

Jill se mordió el labio, apenas conteniendo su nueva respuesta favorita. En


cambio, sonrió y tocó ligeramente el brazo de Mindy "Gracias por tu preocupación
Mindy, pero estoy bien. De verdad"

"Así que… ¿tú y Craig están bien?... ¿no…no se están separando?"

No es tu maldito problema. Otra vez sonrió "Nuestra vida personal...bueno…es


personal. Tu entiendes"

"Entonces, está bien" ella dio un paso atrás "Bien. Bueno…si alguna vez necesitas
hablar" dijo ella.

"Gracias. Lo aprecio"

Pero su sonrisa se desvaneció tan pronto como Mindy se alejó. Estas


personas…estas mujeres a las que había llamado amigas, se dio cuenta que
realmente no lo eran. No eran más que conocidas que veía esporádicamente en
los juegos y en las raras ocasiones en las que compartían una comida. Y el
ofrecimiento de Mindy para ser su confidente, se basaba más en la curiosidad que
en la preocupación.

Y con esa revelación, llegó otra. Efectivamente, necesitaba abrir la segunda


botella de vino.

"Las hamburguesas estaban muy bien, nena"

Jill movió sus ojos hacia él, encogiéndose por la palabra cariñosa que había
llegado a detestar "Gracias"

"Pero realmente no estás pasando un buen rato ¿verdad?"


Ella sonrió "¿Por qué? ¿Sabes que estoy sentada aquí, rogando por ser tele-
transportada a Hawaii o algo así?"

"¿Tan mal?"

"Craig, sé que quieres algo de normalidad en tu vida, pero esta fiesta no ha


cambiado nada" dijo ella en voz baja "Lo siento"

Él se encogió de hombros "Angie la ha pasado bien. No le había visto tan feliz en


meses"

Jill asintió "Lo sé. Y me doy cuenta cómo le está afectando esto. Realmente me
doy cuenta" tomó una respiración profunda "Tal vez es hora de tomar algunas
decisiones en lugar de seguir como estamos" dijo ella suavemente.

Ella le vio tragar y vio como sus ojos se cerraban y realmente sintió pena por él.

"¿Quieres decir como el divorcio?" preguntó él finalmente.

Ella asintió con la cabeza, pero él negó con la suya.

"No estoy listo para hablar de eso, Jill ¿Podemos no hablar de eso ahora?"

Ella asintió con la cabeza nuevamente "Está bien, Craig"

Él se puso de pie "¿Todavía quieres ir a los fuegos artificiales?"

"Creo que voy a declinar, si no te importa"

Él metió las manos en los bolsillos de sus pantalones cortos, sus ojos reflejando
su confusión interna "Claro. Entiendo. Llevaré a Angie y a sus amigas, luego las
llevaré a sus casas" hizo un gesto hacia el patio "No te preocupes por todo esto.
Lo limpiaré por la mañana"

Ella asintió con la cabeza y se obligó a ponerse de pie, se obligó a moverse para
decir adiós a todos y con gracia aceptó las palabras de agradecimiento que le
ofrecieron sus invitados antes de marcharse. Y en cuestión de minutos, la
tranquilidad prevaleció y se quedó sola. Incluso Arlene se marchó sin un
comentario de despedida. No había duda que todavía estaba dolida por su
conversación anterior.

Ahora a solas, Jill se dispuso a la tarea de limpiar la cocina y guardar las sobras. Y
a pesar de la directriz de Craig sobre el patio trasero, Jill arregló la terraza lo
suficiente como para poder sentarse en la mecedora.

Y pensar.
El vino había sido sustituido por una botella de agua y se quitó sus sandalias, se
sentó descalza mientras ponía la mecedora en movimiento. La oscuridad había
reemplazado la luz del cielo y supo que los fuegos artificiales pronto comenzarían.
Incluso ahora, los estallidos esporádicos se escuchaban a lo lejos.

Se relajó por primera vez en todo el día, permitiendo que el movimiento de la


mecedora le calmara. Su anterior consumo de vino, había sosegado su estado de
ánimo casi al punto de la satisfacción. Así que finalmente, dió rienda suelta a sus
pensamientos, permitió que las imágenes de Carrie se formaran, crecieran...y le
consumieran.

Cualquier duda que existiera con respecto a su relación, hoy se disipó. Aunque
ella y Craig, de alguna manera pudiesen funcionar normalmente, pudiesen ser
capaces de hablar y de incluso bromear, no cambiaba el hecho de que ella estaba
enamorada de alguien más.

¿Y cómo llegó al punto de estar completamente enamorada de otra mujer?...no


tenía ni idea. Sólo sabía que su corazón pertenecía a Carrie. No a Craig.

Con eso, aceptó lo inevitable.

Presentaría la demanda de divorcio.


Capítulo 32
Después del largo fin de semana de tres días, Jill estaba más apresurada de lo
habitual para llegar a la cabaña. Cerró el portón detrás de ella mientras conducía
por el camino, contenta de haberse puesto una blusa sin mangas con sus
pantalones. Estaba soleado y cálido, pero aun así, prefería almorzar a la sombra
del jardín que en el interior.

Pero Carrie no estaba en ninguna parte cuando salió del coche. Bajó la vista hacia
el muelle, pero estaba vacío. Así como la pequeña mesa que habían colocado
debajo de los árboles en el jardín de flores.

Tocó una vez la puerta de la terraza acristalada, luego entró. La puerta interior de
la cabaña estaba cerrada y asumió que Carrie tendría en funcionamiento el aire
acondicionado.

"¿Carrie?" llamó mientras asomaba la cabeza en el interior.

"Aquí" Carrie estaba sentada en la oscuridad, su cabeza hacia atrás en el sofá de


dos puestos.

"¿Qué pasa?" preguntó Jill acercándose y frotando sus hombros.

"Estoy bien"

Pero cuando miró a Jill, sus ojos estaban llenos de dolor.

"¿Te sientes mal?"

Carrie cerró sus ojos "He tenido esta maldita jaqueca todo el fin de semana. Me
temo que nada parece ayudar"

Jill se sentó a su lado, acariciando su rostro "Estás caliente ¿Crees que tienes
fiebre?"

Carrie tomó su mano y la apretó acercándola a ella "Estaré bien ahora que estás
aquí"

"Bueno, no tengo mucha experiencia con las migrañas, pero sé que se supone
deberías estar en una habitación oscura y silenciosa" se puso de pie tirando de
Carrie para que se levantara "Vamos. Acuéstate en el dormitorio. Voy a preparar
una compresa fría para tu cabeza"

"¿Te quedarás conmigo?"


"Por supuesto. Vamos"

Jill retiró las mantas y luego ayudó a Carrie a quitarse los pantalones cortos con
los que estaba luchando. Después de cerrar todas las persianas, desató las
cortinas, dejándolas caer para ahuyentar la luz aún más. Luego empapó dos
toallas en agua fría. Una, la puso en el congelador para usarla después, la otra la
colocó sobre la frente de Carrie.

"Eso se siente bien" murmuró Carrie.

Jill se arrastró a su lado, sentándose sobre las almohadas y frotó ligeramente la


cabeza de Carrie. Sonrió cuando Carrie gimió y continuó su ministración,
presionando con más fuerza alrededor de las sienes de Carrie, tratando de aliviar
su dolor.

"¿Sabes?...últimamente has estado quejándote mucho de dolores de cabeza"


comentó Jill "¿Es inusual en tí?"

Carrie abrió sus ojos brevemente y luego los cerró nuevamente "Sólo alergias" dijo
ella "Algunos años son peores que otros"

Jill se inclinó y besó la parte superior de su cabeza, luego se apoyó sobre las
almohadas nuevamente, sus dedos continuaron el masaje en el cuero cabelludo
de Carrie. En poco tiempo, la respiración de Carrie señaló que se había quedado
dormida. Jill le miró notando el ceño que deslucía sus facciones, incluso durante
el sueño.

Finalmente, cuando el reloj marcó cerca de las 2, Jill abandonó la cama. En la


cocina, sacó la compresa fría del congelador y regresó al dormitorio. Carrie se
había desplazado, rodando hacia su lado como si estuviese buscando a Jill. Ella
quitó el paño mojado de su cabeza, reemplazándolo por el del congelador. Carrie
gimió una vez, pero no se despertó. Jill besó suavemente su mejilla y luego se
alejó. Momentos después, sacó el celular de Carrie de su bolso y lo encendió
colocándolo al lado de la cama. La llamaría más tarde…sólo para asegurarse que
no se quedaría dormida toda la tarde.

"Te amo" susurró mientras besaba su mejilla por última vez antes de marcharse.

Pero apenas había llegado a la oficina cuando sonó su propio celular.

"Desperté y te habías ido"

"Tenía la esperanza de escabullirme en silencio para que pudieses dormir más


tiempo" dijo ella.
Carrie rió entre dientes "¿Quién podría dormir con un cubo de hielo en la cabeza?
Pero me siento mejor. Supongo que tu compresa fría ayudó"

"Bien"

"Lo siento…arruiné nuestro almuerzo"

"No lo arruinaste. Estuvimos juntas"

Carrie hizo una pausa "¿Cómo estuvo la fiesta?"

"Oh, fue...fue tolerable. No…esa ni siquiera es la palabra correcta. Supongo que


debería decir que sobreviví. Pero realmente sentí como que no estaba allí
¿sabes? Como si mi cuerpo estuviese allí, pero yo no. Como si ya no perteneciera
a ese lugar"

"¿Es así como te sientes? ¿Cómo si no pertenecieras allí?"

"Sí…así es como me siento" ella aclaró su garganta, pensando que esta


conversación debería ser en persona y no por teléfono, pero no quería esperar
más "Carrie, voy a pedir el divorcio"

Carrie permaneció en silencio por un momento…entonces Jill escuchó como


tomaba una respiración profunda "Jill, quiero que estemos juntas. Si vas a hacer
eso en serio, entonces quiero que estemos juntas"

Jill desaceleró mientras giraba hacia el estacionamiento. Se detuvo y apagó el


coche, su mano agarrando el teléfono con fuerza "¿Estás segura?" preguntó ella.

"Sí. Estoy preparada para cualquier consecuencia. No estoy preocupada por


James, sólo por mis muchachos. Pero cariño ¿tú estás preparada? ¿Realmente
has pensado en todo esto? ¿En Angie? ¿Tu familia?"

"No puedo seguir así, Carrie. No puedo"

"Está bien. Está bien" ella suspiró y Jill pareció escuchar el más pequeño de los
gemidos.

"¿Regresó el dolor de cabeza?"

"Sí. Hablaremos de esto mañana. Creo que voy a acostarme un rato más"

"Bien ¿Quieres que te llame más tarde?"

"Eso sería agradable. Te amo, Jill" murmuró antes de desconectar.


Capítulo 33

"¿De dónde diablos salió esto?" dijo Jill en voz alta cuando comenzó el aguacero.
Por la ventana de su coche, vio las nubes oscuras que se recolectaban hacia el
norte y puso en funcionamiento sus limpiaparabrisas en el nivel más rápido. Se
empaparía. Su paraguas estaba colgado en el perchero en su oficina. No había
llovido las últimas semanas.

Mientras presionaba el botón, estaba agradecida por el control remoto que Carrie
le había dado para el portón, esperó que abriera para continuar su camino. Lo
presionó nuevamente, cerrando el portón detrás de ella y manejó a través de la
lluvia. Ya en la cabaña, se sorprendió al encontrar la calzada vacía.

Esquivando los charcos de agua mientras corría a lo largo del camino, se apresuró
a entrar en la terraza, fuera de la lluvia. En el interior, estaba oscuro y tranquilo, no
había señal de que Carrie hubiese estado allí hoy. Sacó su teléfono celular,
debatiéndose si debía llamar o no. Se lo pensó mejor, en caso de que Carrie
estuviese en algún lugar donde no pudiese hablar.

Se ocupó con el almuerzo, renunciando a su ración regular de sándwiches cuando


encontró la sopa en la despensa. Pero a medida que el reloj avanzaba
acercándose a la 1:30, comenzó a preocuparse. Una vez más agarró el teléfono,
pero nuevamente decidió no llamar.

Y entonces minutos después escuchó la furgoneta de Carrie, escuchó el portazo.


Entró en la terraza acristalada y esperó. Carrie dio vuelta en la esquina y sus ojos
se encontraron a través de las ventanas. Jill supo de inmediato que algo andaba
mal.

"Siento llegar tarde" dijo Carrie. Se deslizó entre los brazos de Jill y Jill le atrajo
hacia ella.

"¿Qué pasa?"

"Estaba en el médico" dijo ella.

"¿Qué quieres decir?"

"Oh, ya sabes, por estos malditos dolores de cabeza que he tenido"


Jill agarró su brazo y le condujo hacia la cabaña, ayudándole a sentar en un
taburete de la barra "¿Han empeorado?" preguntó ella mientras pasaba sus dedos
por el cabello húmedo.

"Últimamente han sido insoportables"

"¿Por qué no me lo dijiste?"

Carrie negó con la cabeza "No quiero que te preocupes. Hicieron un montón de
pruebas. He estado allí toda la mañana. Hicieron una TAC (Tomografía axial
Computarizada) también un escáner. Pero los síntomas son como un maldito dolor
de cabeza sinusal" dijo ella mientras frotaba su frente.

"¿Cuándo vas a saber algo?"

"Probablemente el lunes" envolvió su brazo alrededor de la cintura de Jill y la


atrajo hacia ella "Pero no te preocupes. Es probable que sólo sean mis alergias"

Pero Jill se preocupó. Por mucho que lo intentara, Carrie no podía ocultar el dolor
en sus ojos. Y por primera vez, Jill se dio cuenta de lo delgada que estaba Carrie.
Desde hacía una semana, más o menos, no había tenido apetito en el almuerzo,
sólo jugueteaba con su comida.

"¿Te gustaría comer sopa?"

Carrie negó con la cabeza "He sido traspasada y torturada con agujas" dijo ella
"Creo que voy a pasar. Pero adelante, come"

Jill se acercó más, acariciando con sus labios la sien de Carrie, entonces se movió
a través de su mejilla antes de encontrar sus labios "Te amo"

Carrie se volteó en la silla, abriendo sus piernas y colocando a Jill entre ellas,
manteniéndola cerca "Yo también te amo. Muchísimo" murmuró ella.

Jill alisó su cabello, deslizando sus dedos a través de los cortos mechones, ahora
había más gris que castaño. Otra cosa que Jill apenas había notado. Cerró sus
ojos, atrayendo a Carrie hacia su pecho, sintiendo como Carrie se acurrucaba allí
"¿Hay algo que pueda hacer?" susurró ella.

Carrie le apretó con fuerza "No, no. Solo estoy muy cansada"

"Entonces vamos" dijo Jill, alejándose y ayudando a Carrie a ponerse de pie "Voy
a prepararte la cama"

"Es probable que ya sea hora de que te vayas ¿no?"


"Casi. Pero está bien. Puedes descansar. Voy a dejar la sopa afuera. Necesitas
comer algo, Carrie. Te sentirás mejor si lo haces"

"Claro. Está bien. Deje la sopa afuera" dijo ella sus palabras lentas, deliberadas.

Jill se detuvo, sus ojos buscando los de Carrie "Tal vez debería quedarme contigo"

"No, está bien. Me dieron algo para el dolor de cabeza. Probablemente me tumbe"

"¿Estás segura?"

"Sí. Segura"

Jill apartó las sábanas de la cama, luego lentamente desnudó a Carrie mientras
ella se sentaba en silencio en el borde. Hizo una pausa, ahuecando con su mano
la mejilla de Carrie.

"¿Segura que estás bien?"

Carrie cerró sus ojos "Estoy bien, amor"


Capítulo 34

Jill levantó la bolsa cuando entró en la cabaña "Compré hamburguesas ¿Quieres


comer en el jardín?"

Carrie negó con la cabeza, sus ojos se movieron rápidamente alrededor de la


habitación, luego se enfocaron en Jill.

"Por favor, no digas que no tienes hambre" dijo Jill mientras se acercaba
"Últimamente lograr que comas algo se ha convertido en un trabajo de tiempo
completo" dejó la bolsa en la barra y entonces envolvió sus brazos alrededor de
Carrie, sonriendo cuando le escuchó suspirar.

"Te amo, Jill"

Su breve beso se volvió persistente y Jill cerró sus ojos derritiéndose en los brazos
de Carrie pero Carrie se detuvo, alejándose "Tenemos que hablar, Jill" dijo ella en
voz baja.

Cuatro palabras sencillas, sin embargo, Jill sintió que su mundo se desmoronaba.
Sus ojos se conectaron, sosteniéndose, buscando. Jill se quedó sin aliento y negó
con la cabeza.

"No" susurró ella.

"Sí" Carrie agarró su mano y la condujo hacia la terraza acristalada "Vamos a


sentarnos"

Jill negó con la cabeza "No. No quiero sentarme"

Carrie suspiró con cansancio "¿Por favor? Necesito que hagas esto por mí"

"Oh, Dios" susurró ella "Estás enferma ¿no es así?"

Carrie asintió "Sí" palmeó el asiento junto a ella "Ven"

Jill tomó una respiración profunda y luego se sentó, sus ojos buscando los de
Carrie "¿Qué tan malo es?"

Carrie agarró su mano y la llevó hacia sus labios "Es malo, Jill"

"Oh, Dios ¿Tus dolores de cabeza?"


Carrie asintió "Encontraron...encontraron tumores, Jill"

Jill le miró, incapaz de respirar, incapaz de apartar la mirada "No" negó con la
cabeza "No"

"He estado pensando. Ya sabes, no es demasiado tarde. Puedes quedarte con


Craig, puedes tratar de salvar tu matrimonio"

"¡No! No, no, no" dijo ella en voz alta "¡No lo quiero! ¡No quiero mi matrimonio!
Sólo te quiero a tí"

Carrie desvió la mirada "Lo siento"

"Oh, Dios, Carrie. Lo siento" dijo ella al borde de las lágrimas "Lo siento" atrajo a
Carrie hacia ella, sus labios moviéndose sin pensar antes de enterrar su rostro
contra Carrie.

"Te amo tanto" susurró Carrie "Lo siento"

"No" Jill aclaró su garganta y luego se alejó "Saldremos de esto" tomó una
respiración profunda y enjugó sus lágrimas "Así que... ¿qué dicen los doctores?...
¿qué hacemos?"

Carrie negó con su cabeza "No entiendes. No hay nada que hacer"

Los ojos de Jill se ampliaron "¿Qué quieres decir? ¿No hay tratamiento?"

"No. Son inoperable, Jill"

Sus palabras hicieron efecto en Jill y sacudió la cabeza lentamente "No" susurró
ella "No. No voy a dejar que te rindas"

Carrie agarró su mano nuevamente, sosteniéndola con fuerza "No me estoy dando
por vencida. No hay nada a que renunciar, Jill. No hay ninguna posibilidad"

"Hay tratamientos. Siempre hay tratamientos"

"No. No, no voy a pasar por eso ¿Y para qué? ¿Para prolongar esto un mes a lo
sumo? No, no quiero que mis últimos días en esta tierra sean en un hospital,
conectada a máquinas, pegada a agujas...enferma como un perro ¡No! No voy a
hacerlo"

Jill se puso de pie alejándose de ella, sus ojos muy abiertos "Llamo a eso darse
por vencida"

Carrie cerró sus ojos y sacudió la cabeza "No, cariño. Sólo es aceptar la realidad,
eso es todo" se puso de pie y caminó lentamente por la habitación hacia Jill.
Agarró nuevamente sus manos "No queda mucho tiempo" dijo ella en voz baja
"Lo sé. Puedo sentirlo. No me hagas pasar por la quimioterapia" sacudió su
cabeza nuevamente, cediendo finalmente ante las lágrimas que Jill sabía estaba
conteniendo "No me hagas hacer esto por ti"

Entonces Jill rompió en sollozos…sollozos que sacudieron todo su cuerpo y se


aferró a Carrie recibiendo consuelo, dando consuelo.

"No, bebe, no. No llores" murmuró Carrie "Esto no va a ayudar en nada. No llores"
dijo ella otra vez "Tus lágrimas son demasiado valiosas como para perderlas"

"No me dejes"

"No depende de mí"

"Pero…"

"No. No" susurró ella acariciando levemente con sus labios la boca de Jill "Por
favor, deja de llorar ¿Por favor? No soporto verte así"

"Lo siento" dijo Jill, pero sus lágrimas seguían cayendo.

"No tenemos mucho tiempo, Jill. No hay mucho tiempo"

"Oh, Dios" Jill secó sus ojos, tratando de controlarse a sí misma, pero falló "Lo
siento"

"No. Yo lo siento" ella trató de sonreír "No creo que haya un buen momento o
lugar para decirle a alguien noticias como estas" tomó una respiración profunda
"Tendré que decirles esta noche"

Eso significaba a su familia y la realidad de su situación, de su relación le impactó.


Esto era lo que tenían. Una hora cada día. Incluso ahora, en este momento de
dolor y angustia, eso era todo lo que tendrían. Una hora. Sus lágrimas cayeron
nuevamente.

"Lo sé, cariño. Lo sé" murmuró Carrie "Por mucho que desearía pasar mis últimas
horas contigo, las dos sabemos que no puedo. Estaré con mis hijos. Pero sabes
que solo estaré pensando en tí. Mis últimos pensamientos serán para tí"

"No, no, no" susurró Jill.

"Por favor, no estés triste. Mírame, Jill…" Jill levantó su rostro, haciendo caso
omiso de las lágrimas que fluían libremente por sus mejillas "…nuestras almas
están conectadas. Estaremos juntas nuevamente. Como antes. Como ahora, en
esta vida. Habrán otras"
"Quiero creerte con todas mis fuerzas"

Carrie limpió las lágrimas de Jill, entonces unió sus bocas "Entonces cree"
Capítulo 35
"¿Quieres hablar de ello?"

Jill se volteó sobresaltada. Negó con la cabeza, poniendo la mecedora en


movimiento otra vez, pero él se acercó de todos modos.

"Pedí una pizza para la cena" dijo él.

Jill aclaró su garganta "No tenía ganas de cocinar" sabía que su voz seguía
estando ronca de tanto llorar, pero no le importaba. No le importaba nada en este
momento.

"¿Vas a decirme qué te pasa?"

Ella suspiró "No es nada" Dios, lo es todo.

"Has estado aquí toda la noche" él salió de las sombras, la luna emitía la única luz
"Has estado llorando"

Ella cerró sus ojos "Por favor, Craig. Sólo quiero estar sola"

"¿Es algo que he hecho? ¿Algo que no he hecho?"

"Craig…no tiene nada que ver contigo, ni con nosotros" él permaneció allí de pie,
con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones cortos, sin dejar de
mirarla "En serio. Sólo quiero estar sola"

"Está bien. Bueno…te avisaré cuando llegue la pizza"

"Bien"

Ella se echó hacia atrás meciéndose con los ojos cerrados, deseando la
esperanza de un resultado diferente. Estaba más allá de la insensibilidad, más allá
del cansancio, más allá del...vacío.

Se habían tomado la tarde después que llamó a Harriet. Hubo preguntas pero
ninguna que Jill pudiese responder. Simplemente le había dicho a Harriet que
apagara su ordenador y cerrara con llave su oficina. Cortó la comunicación y las
lágrimas surgieron nuevamente. Entonces caminaron hasta el muelle y se
sentaron. Sólo se sentaron, no hablaron mucho. Permanecieron sentadas,
acariciándose, llorando juntas.
Y a las cinco, Carrie le abrazó con todas sus fuerzas, diciéndole su adiós. Sus ojos
estaban llenos de dolor, dolor que había tratado de esconder de Jill.

"¿Te veré mañana?"

Carrie asintió "Claro. Igual que siempre"

Jill condujo alejándose, sus ojos mirando una y otra vez por el espejo retrovisor,
viendo a Carrie de pie en la calzada, mirándola. La sensación de que nunca
volvería a ver a Carrie fue como una premonición siniestra y trató de disiparla
mientras se alejaba.

Pero ahora…sentada aquí, sola, en la oscuridad…esa sensación regresó


nuevamente. Así como ocurrió todos esos meses atrás cuando conoció a Carrie,
cuando sintió que su encuentro había sido predestinado y su relación inevitable.
Sabía en lo más profundo de su alma que nunca volvería a ver a Carrie.

Y nuevamente, surgieron las lágrimas.


Capítulo 36

Había pensado que...tal vez...la furgoneta de Carrie estaría allí. Pero realmente no
se sorprendió al encontrar la calzada vacía. Porque lo sabía.

Sin embargo, se sorprendió al ver las rosas en su mesa en la terraza acristalada.


Rosas y una botella de vino. Se quedó sin aliento y tapó su boca, tratando con
todas sus fuerzas de no llorar ante la vista de la copa de vino solitaria.

"Oh, Carrie"

Permaneció de pie en la puerta durante un largo tiempo, controlándose sí misma,


sus ojos moviéndose sobre la mesa, viendo los documentos, viendo la nota.
Finalmente se movió, acercándose, instintivamente se inclinó para oler las flores.

"¿Por qué has hecho esto?" susurró ella.

Pero la nota le atrajo y se sentó, mirando con sus ojos las palabras, leyendo con
rapidez antes que su visión se volviese borrosa por las lágrimas.

No haré que esto sea largo. No necesitas eso y no estoy segura de poder
manejarlo. Hay algunas cosas que necesitas saber. Primero, la cabaña. Es tan
tuya como mía. Y no se convirtió en un hogar para mí hasta que llegaste a mi vida.
Así que he transferido el título a tu nombre. Todo lo que necesitas hacer es firmar
los papeles que he dejado para ti. La tarjeta de mi abogado está allí. Le he dado
toda tu información. Él se pondrá en contacto contigo. Además, hay una cuenta
bancaria que abrí en tu nombre. No es una suma enorme, Jill, pero era mía y
quería que tú la tuvieras, no James. Era el dinero de Joshua y de su tierra.

Sé lo difícil que es para tí. Entré en tu vida y puse tu mundo al revés y ahora te
estoy dejando. Pero no duele tanto Jill sabiendo que estaremos juntas en otra
vida, en otro momento. Tan breve como fue, no podría haberte amado más, aún si
hubiésemos tenido 20 años juntas.

Por favor, no llores por mí. Estaré contigo. Sólo tienes que buscarme. He pedido
que mis cenizas sean esparcidas en el parque, cerca del muelle, donde tú y yo
caminábamos y hablábamos, donde alimentábamos a los patos...donde nos
conocimos.

Había otra frase o dos, pero Jill no pudo continuar. Lloró, entonces con una
oscilación de su brazo, golpeó las rosas y el vino tirándolas al suelo, los cristales
rotos estaban en el azulejo por su ataque de dolor. Allí, entre el desastre, estaba la
copa solitaria…imperturbable ante su furia.
Capítulo 37
En la actualidad
Jill se movió en el banco, su mirada deslizándose desde la anciana hacia las
innumerables lápidas que salpicaban el paisaje "Y simplemente de esa
manera...se fue" Jill secó sus ojos, su toallita en jirones así que buscó otra en su
bolso "Nunca la volví a ver. Y tres semanas más tarde, lo leí en las noticias...en el
periódico" dijo ella, sus lágrimas cayendo nuevamente "Tan rápido. Aún estoy
impactada…creo. No hubo tiempo para decir adiós. No hubo tiempo para decirle
todas las cosas que quería decirle, que necesitaba decirle. Sólo se fue" Jill se
detuvo para respirar, notando en ese momento las sombras que se extendían
mientras el sol desaparecía del cielo. Había estado hablando por horas "Lo siento
mucho, he estado divagando"

La anciana agarró su mano y la apretó, sus ojos empañados por las lágrimas "No
has estado divagando, querida. Me has estado contando sobre un gran amor.
Gracias por compartirlo conmigo"

Jill sonó su nariz y luego aclaró su garganta "Sí. Nos enamoramos. La gente hace
eso ¿sabe?" dijo ella casi en tono de disculpa "Y cuando estás enamorada, crees
fervientemente en ciertas cosas" hizo una pausa, sus lágrimas brotaron
nuevamente de sus ojos "Y yo creo. Realmente lo hago ¿Es una locura? ¿Es una
locura creer que hay otra vida en la que estaremos juntas? ¿Piensa eso con
respecto a su Eddie?"

Ella negó con la cabeza "No. La Biblia dice que no es así. Pero creo que voy a ver
a Eddie nuevamente. En el cielo. No en otra vida" ella acarició su mano "Pero he
aprendido a través de los años que todo el mundo tiene diferentes creencias" se
inclinó más cerca "Eso no significa que sea malo"

Jill permaneció en silencio por un momento, frotando sus ojos con aire ausente,
sabiendo que tenía que lucir espantosa. Finalmente se dio la vuelta "Nadie lo
sabe. Nadie. Sólo usted" ella tocó su corazón "Un amor tan intenso dentro de mí y
nadie lo sabe"

"¿Y hoy te colaste en el servicio sólo para verlos…para poner rostros a sus
nombres?"

"Sí ¿Es eso horrible de mí parte? Pensé que tal vez podría sentir...bueno, podría
sentirla aquí"
"Por lo que me has contado, no es aquí donde la encontrarás. Ahora tienes la
cabaña. Allí es donde ella va a estar"

Jill rió amargamente "Sí. Tengo la cabaña. Un lugar donde no puedo soportar la
idea de ir…aun así, un lugar del que nunca será capaz de desprenderme"

"Tonterías. Irás ahí…porque es allí donde ella está. Ahí es donde encontrarás tu
paz" ella señaló hacia la tumba "Es por eso que vengo aquí. Para mí…este es el
lugar donde Eddie está, aquí fue donde lo puse. Eso es lo que me enseñaron a
creer" se quedó mirando la tumba, su rostro arrugado insinuó una sonrisa "Oh,
siento su presencia en la casa, supongo que siempre lo haré. Pero él está aquí. Y
tengo mi banca donde puedo venir y hablar con él. Alivia el dolor de alguna
manera" sorprendió a Jill poniendo un delgado brazo alrededor de sus hombros y
acercando a Jill hacia ella "La muerte...es tan difícil ser quien se queda" dijo ella
en voz baja "Pero seguimos adelante. Eso es lo que hacemos" ella se alejó
"Ahora, ve a casa. Tienes algunas decisiones que tomar"

Jill asintió, luego se inclinó y besó el rostro arrugado "Gracias" susurró ella
"Gracias por...bueno, simplemente gracias"

Jill apretó su hombro una última vez y luego se alejó, sorprendida por la
disminución del dolor en su corazón.

"Si alguna vez necesitas hablar, ya sabes dónde voy a estar" dijo a Jill en voz alta.

Jill se volteó, viendo como la mirada de Bea se deslizaba nuevamente hacia la


tumba, de regreso hacia su Eddie.
Capítulo 38

Se dio a sí misma una semana. Una semana para poner sus emociones bajo
control, una semana para asegurarse que no había ningún tipo de complicación
con la cabaña y una semana para sentirse confiada con su decisión.

A pesar de todo lo que le había sucedido en el último año, su decisión de dejar a


Craig realmente tenía muy poco que ver con Carrie. Había sido infeliz en su
matrimonio mucho antes de que Carrie entrara en su vida. Pero aun así, el
divorcio había sido algo que nunca había considerado anteriormente.

Así que esperó que Craig llegara a casa, decidida a decirle, decidida a seguir
adelante con su vida. No podía continuar esto por más tiempo. Entre sus
constantes preguntas y sus ataques de llanto, las últimas semanas habían sido un
reto para los dos. Pero había llegado el momento de que ambos lograran un poco
de alivio. Así que esperó, sentada silenciosamente en la terraza, la familiaridad del
lugar le daba comodidad mientras ponía la mecedora en movimiento. Él pronto
estaría en casa, lo sabía. Y Angie, con el nuevo año escolar, que apenas había
comenzado hacía un mes, había caído en su vieja rutina de ir a casa de Arlene en
las tardes hasta que la buscaran para ir a su casa.

Entonces lo escuchó, la apertura de las puertas del garaje y el portazo de la


camioneta. Cerró sus ojos por un momento, tratando de reunir coraje. No quería
hacerle daño a Craig, pero lo que tenía que decirle le haría daño profundamente.
Después de todo lo que había ocurrido entre ellos, sus peleas, sus silencios, Craig
todavía pensaba que podrían resucitar su matrimonio.

"Hey. Pensé que estarías aquí"

Ella asintió con su cabeza, esperando que se uniera a ella.

"Pensaba que cuando dijiste que querías hablar...bueno…pensaba que tal vez
sería algo bueno" dijo él "Pero no es así ¿verdad?"

"No, Craig" ella respiró profundamente "No podemos hacer esto por más tiempo"

"Pero…"

"No, por favor. Déjame terminar" aclaró su garganta antes de continuar "Ha sido
un año difícil para ti, lo sé. Pero tengo que hacer esto, Craig. Voy a pedir el
divorcio" dijo en voz baja "Es lo mejor para todos, Craig"
Él se alejó…sus pasos haciendo eco en la terraza mientras se paseaba de un lado
a otro. Entonces hizo la pregunta que Jill sabía podría hacer.

"Siempre lo has negado…pero hay otro hombre ¿no es así?...Sólo dímelo"

Ella le miró fijamente, sus ojos llenos de lágrimas que no trató de ocultar "No,
Craig. Nunca hubo otro hombre"

"Entonces ¿por qué? ¿Por qué quieres divorciarte?"

"Porque ya no tengo nada que ofrecerte. Nada. Y no es justo para ti seguir así,
Craig. No puedo quedarme y ser tu esposa" ella desvió la mirada, luego regresó la
mirada hacia él, mirándolo a los ojos "Lo siento…pero no estoy enamorada de ti. Y
necesitas a alguien que lo esté. Necesitas encontrar a alguien que ame el deporte
tanto como tú lo haces. Entonces ella irá a todos tus juegos, se pondrá de pie y te
animará, te amará por esa parte de ti. Pero yo no puedo ser esa persona. No soy
esa persona"

"No entiendo" él se paseó nuevamente "¿Qué significa eso? ¿Quieres que me


mude?"

Ella negó con su cabeza "No. Esta es tu casa. Es la casa de Angie"

"¿Angie? ¿Quieres que Angie se quede conmigo?"

"Sí. Tu madre está cerca" ella sonrió con tristeza "Angie no quiere estar conmigo,
Craig. Además, no sería muy buena para ella en este momento. Así que haremos
algunos arreglos. Sólo quiero lo mejor para ella"

Él inclinó su cabeza hacia atrás y miró hacia el cielo, entonces dejó escapar el
aliento "Supongo que no debería estar tan sorprendido. Ha pasado tanto tiempo
desde que nada ha sido normal" se dio la vuelta y le miró "¿A dónde irás?"

"En realidad, le he puesto el ojo a...a esta pequeña y hermosa cabaña en el lago"
limpió las lágrimas que se deslizaban por su mejilla "Creo que va a ser perfecto
para mí"
Capítulo 39

A pesar de su aprehensión inicial sobre la cabaña, descubrió que en realidad allí


se sentía en paz. Y se topó con muchas sorpresas agradables mientras revisaba
las cosas de Carrie. Concretamente, una pintura que Carrie había escondido en el
armario de su dormitorio, completamente envuelta con papel de regalo y una
tarjeta. El papel de regalo indicaba que sería un regalo de Navidad, pero Jill no
pudo esperar.

Y cuando arrancó el papel se deslizó hasta el suelo junto a él, las lágrimas
fluyeron libremente. La pintura, en acuarela, era de ella, sentada junto al muelle en
su banco, el verdor de los árboles y el azul del agua exhibía un día espectacular
de comienzo de verano. Y junto al banco estaba la enorme maceta que ellas
habían comprado, llena de flores rojas y amarillas.

"Gracias" susurró ella.

La pintura ejemplificaba por completo su verano justas. Días despreocupados,


llenos de amor, llenos de colores y flores, llenos de apacibles conversaciones y
caricias aún más apacibles.

Respiró profundamente y entonces miró la pintura nuevamente, esta vez sin


lágrimas. Esta vez maravillada al recordar a la mujer que lo había pintado. La
mujer que le había enseñado el significado del verdadero y genuino amor.

Fue semanas después, cuando estando de pie en la terraza acristalada mirando el


lago y el muelle, con la brisa insinuando la llegada del otoño y la caída de una
ligera lluvia, que sintió una atracción, una urgencia familiar para salir. Inclinó la
cabeza, uniendo sus cejas con el ceño fruncido. Este sentimiento, esta inclinación
inexplicable, se convirtió en un anhelo cuando sus pies finalmente se movieron,
llevándola en silencio hacia la puerta. Y justo como la primera vez cuando conoció
a Carrie, fue la necesidad la que le guió. No la cuestionó. Salió, ignorando la lluvia,
simplemente siguiendo el silencioso mandato de su corazón.

El agua estaba serena, sólo las pequeñas gotas de lluvia perturbaban la


superficie. Permaneció allí de pie, mirando el lago, buscando aquello que no
sabía. Y entonces los vio…en la distancia.
Patos. Una docena o más.

Ellos nadaron resueltamente hacia ella, sus clamores discretos avanzaron a través
del agua. Los observó, consciente que su corazón latía rápidamente, su
respiración siseando entre sus labios. Entonces, alejándose del grupo ella se
acercó, batiendo fuertemente sus alas, su cabeza gris un contraste opaco ante los
brillantes colores de los patos silvestres a su alrededor.

Jill cayó de rodillas mientras la abuela pato avanzaba a través del agua, lejos de la
bandada antes de establecerse nuevamente. Sus sollozos surgieron rápidamente
y le dolió el pecho mientras permanecía allí arrodillaba, esperando que el pato
nadara más cerca. Aún más abrumadora fue la sensación de la presencia de
Carrie, dejó de respirar, simplemente mirando a través del agua, esperando creer.

Y tan rápido como surgieron los sollozos, estalló la risa de forma inesperada. Se
sentó sobre sus talones, con las lágrimas corriendo por su mejilla mientras reía
bajo la lluvia.

"Oh, Dios, Carrie...debí haber sabido que regresarías a mí como un maldito pato"

FIN

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