atraccién es atin insuficiente para moverlos y el tango pasa, act-
ba, sin ser bailado,
Después de un momento de charla se hacen nuevas presen-
taciones, entran algunas personas mas, y la misma nifia hace sal-
tar el piano bajo un fox-trot.
Esta vez el joven Paglota elige una compariera ¢ inicia la
danza. A la tercera pieza bailan ya tres 0 cuatro parejas, y a las
‘once y media no caben ya en el saldn y algunas salen al pati
Se turnan las chicas en la ejecucién de las piezas bailables
aque se reducen a tangos, tow-step, fox-trot y algin vals Boston.
Danzan habilmente la mayor parte de los concurrentes; de
‘yer en cuando se advierte a un muchacho empefiado en comuni-
lad a su pesada y torpe compafiera, 0 a otro revelar, a pe-
sar de sus esfuerzos, sus habitos de cabaret,
‘Si se mira'a un muchacho no hace falta mirar a los demés:
uniformidad especial
lo tirado hacia atrés y bien lustrado y do-
s la misma corbata, el mis-
ia misma conversacién, las mismas ideas.
's acaso de un sacabocado que los recorta de un golpe
codos dan un aspecto
Es el mismo cabi
rado a base de sustancias gras
di
de la vida y los arroja a los bailes familiares?
Las chicas, por lo menos, tienen cada una su pequei
sonalidad... Esta tiene una linda sonrisa; aquélla maneja
piano, la otra artic por su cabeza rubia; al olfaro simple dan la
Sensacidn de haber iniciado su propio capull
Nos quedamos pensando por qué esta
son de los mismos hogares, de la misma educacis
ferencia, cuando
n, de iguales
na mujer de dieciocho afios
es ya una mujer; un hombre es wna cose i al a esa edad, y
ni siquiera tiene lo que aquella posce po
nos a los bailarines, infatigables, cadencio-
sos, heroicos.
"A eso de las doce y media se pasa al lunch.
‘Alli los muchachos adquieren verdadera personalidad... y
no es extraiio que algunas muchachas pierdan la suya.
826
Dos horas mas de baile y un caliente chocolate reconforta-
dor y oportuno.
Después, de nuevo el tango, el two-step, el fox-tror, la mu-
chacha pesada, el muchacho que casi sofoca a la compafiera. Em-
piezan a pesar los parpados de las graves sefioras de negro; unos
primeros, otros después, inician el desbande.
___ Pero atin quedan ocho, dice parejas que no ceden ance la f-
tiga...
‘Alas seis de la mafiana la sala de baile esta vacia.
Las sillas en desorden, el piano abierto, algunas flores caidas
en el piso...
Flora en el aire un olor a polvos, a perfumes, a cosméticos,
a brillantina, a seres de raza blanca...
Suefian las muchachas cosas raras; comentan los mucha-
chos pequeiios detalles.
Nada.
Un baile honesto de familia.
Mis peligrosos que esto suelen ser ciertos versos de mujer...
(La Nota, 9 de mayo de 1919)
8. Diario de una nifia inutil
__ Esta mafana al levantarme me he acordado de que alguien
dijo que un hombre complero, debe en la vida, tener un hijo,
plantar un drbol y escribir un libro. .
Yo no suelo ser muy afecra a seguir los pensamientos de na-
die, pero éste me ha gustado... Son tan verdes las hojas de los ér-
boles... tienen tantas hojas... Algin da me voy a enteetener en
contar las hojas que tiene un drbol
He pensado también que una mujer completa debe escribir
su diario: todas las grandes mujeres lo han hecho asi; mas a
algunas se hicieron grandes después de publ
Bueno... yo también tengo mi
1 psicologia y no sélo
27la tengo sino que sé escri
cologia empieza con p).
Desde hoy, pues, empiezo a escribir mi diario; pondré en él
todos mis pensamientos intimos, mis temores, mis afanes... lo
més importante que me ocurra.
Empezaré por hoy...
{Qué me ha ocurrido hoy?
Nada.
He estado contenta todo el dia.
No me he aburrido.
jAh, me olvidaba! A las cres de la tarde senté una fuerte
puntada en un pie.
Serd esto de mal gusto?
gTendré algo que ver el buen gusto con la psicologta?
‘Lo pensaré seriamente.
la palabra que expresa esa idea (psi-
Primavera de 191...
He recibido esta tarde, de mi amiga Mechita, un decilogo
interesantisimo. Resulta que se ha constituido una “Asociacién
secreta de niffas intitiles pro defensa de sus intereses”.
La Asociacién ha formulado un programa completo y sus
sometidas deben aceptar este decilogo:
1° Cazar novio sobre todas las cosas.
2° No ponerse a la caza en vano.
3 Santificar las “fiestas”.
4° Honrar Oro y Lujo.
5° Matar callando.
6° No hurtar a la amiga un novio pobre.
7 No estornudar (sobre todo delante de los hombres,
porque las chicas se ponen muy feas).
8° No deslizar falsos testimor
mentir cuando una puede ser descubierta
ee desear el marido de la amiga antes de que aquél en-
viude.
10° No codiciar més que aquello que se puede obtener sal-
vando el honor.
sino en un elogio y no
828
(Aqui siguen accesorios del decilogo, con deralles muy in-
ceresantes.)
Medito:
El decilogo no esti mal, pero esta Mechita es un poco desco-
cada... :A quién se le ocurte prohibir que se robe un novio pobre?
Hay cada deseo de hacer ganar dinero a los fabricantes de
tintal
'Y escribo esto porque creo que esta franqueza mia expresa
imi intima psicologfa y no debo olvidarme de la receta para trans-
formar una nifia imiil en una gran mujer...
Noviembre 4
‘Vengo de la reunién secreta: he salido convulsionada...
Horror!
Desde mafiana heme a Ia caza de un hombre, pequefio 0
grande, delgado 0 grueso, rubio 0 moreno... el pais necesita mi
concurso maternal
Dios mio, inspirame.
Noviembre 6
La cleccién del eraje es una cosa muy importante para la ca-
za del novio (esto dicen los accesorios del decilogo). Ast, pues,
para la fiesta de maiiana debo elegir bien: el rosa me queda mo-
rifsimo; mis ojos brillan mis, resalta la negrura de mi cabello...
’ ‘Oh, el blanco me queda divino... parezco
uuno de los angelitos que danzan en el cielo bajo los arboles lenos
de panecillos de on
Pero el lila. es mi color predilecto... lilas eran las
ojeras de Margarita Gautier.
(Podemos hablar de Margarita Gautier porque se arrepintis.)
Esto no entra en el decdlogo, pero, zpor qué no hemos de
hacerle unas escapadas al decilogo?
{No dicen que en las mujeres todo son jescapadas!?
829Me decido pues por cl vestido lila... Ah, pienso ahora que
tiene un escote demasiado pronunciado...
Voy a consultar los accesorios del decilogo:
“Es preferible que el escote sea discreto: la gasa es muy im-
portante en la caza del novi
Sf; le afiadiré dos centimetros de gasa al escore, porque
jo (esta palabra es muy poco usada entre las nifias), porque colijo
que los centimetros son cosa muy grave en la vida femenina. {Si
habré escrito yo algo digno de una gran mujer?
Noviembre 7
Ah, he sufrido una rabieta...
ref anoche haberlo apresado ya... lo cre por momentos.
Usé con discrecién de las nociones adquiridas en la As
cin secrera...
Pero estoy convencida ahora de que tropecé con un tilingo.
Después de las primeras escaramuzas empez6 a observarme
como si me tuviera debajo de un microscopio.
UR. Estos profesionales son unos insoportables. Se les ha
dado ahora por las grandes cosas.
Han perdido la sencillez de corazén. No son capaces de
; asf, a primera vista, una pasién avasalladora, ciega
;Quign me diera hallar hombres como los de otros tiempos!
jEntonces sf que el decilogo!...
‘Oh, pero no desespero de hallar mi media mitad.
‘Me vengaré..
Odio a los hombres con bistu
microscopio.
Noviembre 9
Hace algunas semanas que no toco mi diario... los dias van
pasando uno a uno... estoy un poco aburrida.
Ayer vino a verme Mechita; me dijo que el decilogo le ha
dado gran resultado...
Se casa este verano.
830
Y se casa bien,
Diciembre 20
Estoy nerviosa, febriciente... un mes mis y empiezo los
tiscis aos.
Qué tarde estipidat
eve.
Diciembre 25
‘Tengo tun gran programa... a las sierras nos vamos... y va
con nosotros... Oh!, me guardo el nombre... hay cosas que no
deben ser profanadas... Sobre todo, el pudor...
Ayer nos han dado en la Asociacién secreta nuevas leccio-
nes; las cosas todas se vuelven cada dia més di
Hay q
Las cosas se modifican. Es imposible no seguir el conjunto
de esas cosas...
Diciembre 28
Henos aqui en las sierras...
Presiento...
Enero 15
Es un hombre; ofdlo... sabedlo, humanidad venidera; es un
hombre lo que he pescado...
(Oh, dioses, 0s ruego que no lo confundais con un grill.)
Enero 25
831Diario mio; me despido de ti por unos meses.
Al decélogo me debo..
He dejado ya de ser una mujer; soy un decilogo en accién.
Dia a dia, noche a noche, me debo a la repeticién sagrada:
el 1°: Cazar novio sobre todas las cosas... El 2°, ercétera, etcétera.
Por la i
(La Nota, 23 de mayo de 1919)
9. El collar de Diana
No es por cierto a Diana la cazadora a quien voy a referir-
me, sino a otra de més humilde rango que nada tiene que ver ni
con la mitologfa ni con la especie humana
Diana se lama una perrita blanca y lanuda a quien he visto
una sola vez en mi vida.
Yo no conozco la vida intima de esta Diana a quien llamaré
cazadora de ovillos, pero lo sospecho por sus signos exteriores.
Esta Diana debe pertenecer al grupo selecto de las perritas
cocriticas, nacidas para llevar mimosamente el cetro de las ca-
ricias femeninas...
La tinica vez que he visto a Diana ha sido el dia 24 de este
mes, asomada a un balcén, rodeada de encantadoras cabezas de
muchachas.
Entre el parloteo de sus lenguas, rosadas, sonaba cristalina-
mente: Diana... ;Dianal, de donde deduje después de un corto
esfuerzo de imaginacién, que Diana era el nombre de la afortu-
nada perrica.
El hociquito negro de Diana, hiimedo y movible, se mante-
nfa erguido hacia el cielo en posicién heroica.
A su cuello, dos manos blancas y encantadoras, habfan
prendido un lazo de cinta argentina, la que rematando en un
artistico mofio redondo oftecia toda la apariencia de una esca-
rapela.
932
Es de sospechar con cuanto alborozo habjan aquellas ino-
centes manos ungido de patria al inconsciente mamifero.
Posiblemente lo habian hecho con la misma parsimonia
con que pasan carmin por un par de frescos labios...
Pero no hay que alarmarse por tales sintomas, pese a la pa~
ciencia elegante de las manos en cuestién: la patria es una cosa
demasiado grande y solemne para que la ofendan las perritas
adornadas con collares pattios..
Un lipiz vengador
Dias pasados, cruzando una calle -no recordamos cudl-,
hemos visto un retrato de sefiora,
Emerge el busto de aquélla, de una gasa blanca con cierta
prudencia, pero here aqui que, sobre el hombro derecho, la picara
gasa, en el momento mismo que el operador enfocaba, parece ha-
ber sufrido un pequefio desmayo y, al resbalar un tanto, ha dejado
asomar algo mas que lo estipulado para el hombro izquierdo.
Es entonces cuando el lapiz vengador ha intervenido, nive-
lando, con toscos rayos, la gasa de los hombros.
Asi como la estructura y mecanismo de los ojos, por ejem-
plo, no es menos complicado que el movimiento del sistema
solar, as{ estos seis 0 siete rayos de lipiz no tienen una psicolo-
{gf menos complicada, que la de un espiritu femenino moder-
no 0 toda una época de vida femenina. Quizé no haya nada tan
interesante, y tan exacto, como medio de deduccién, que el de-
alle
Es este el delator por excelencias pueden los advenedizos, en
‘cualquier campo tratar de simular lo que no son; el detalle ines-
perado y fuera de sus cilculos, os sefialaré al andlisis, y asf como
un deralle fésil puede servir para reconstruir toda una época,
ciertos detalles humanos pueden servir para construir sobre ellos,
in medio ambiente, una expresién colectiva.
El lépiz. de nuestra dama nos habla de la presente hora fe-
833,