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En el estreno de la creación, el espíritu del Cóndor volaba por el cielo
azul, acariciaba las nubes con sus grandes alas que abanicaban el inmenso
paraje.
En el estreno de la creación, el espíritu del Cóndor volaba por el cielo
azul, acariciaba las nubes con sus grandes alas que abanicaban el inmenso
paraje.
En el estreno de la creación, el espíritu del Cóndor volaba por el cielo
azul, acariciaba las nubes con sus grandes alas que abanicaban el inmenso
paraje.
En el estreno de la creacin, el espritu del Cndor volaba por el cielo
azul, acariciaba las nubes con sus grandes alas que abanicaban el inmenso paraje. El aire era tan puro, que cada respiracin se disfrutaba, se inspiraba durante seis o siete segundos, se retena, se senta, era imposible dejar esta accin al sistema autnomo, pues haba necesidad de vivirlo en cada movimiento, se expiraba lentamente, desnudndolo, festejndolo, aprovechando todo lo que tena para dar, su encanto quedaba en el cuerpo. Y eso haca el Cndor, lo disfrutaba, jugaba con l, era suyo, poda tocarlo al volar, poda recorrerlo sin lmite, el aire le ayudaba a acercarse a Dios, lo haca poderoso, le permita ver todo, ser sabio, grande, real. Desde lo alto admiraba y disfrutaba la alfombra verde, deleitaba sus ojos con el resplandor de los colores, vea en ellos la razn de la vida, vea a la Pachamama llena de belleza, protegida y cuidada, la respetaban porque era suya, era de cada uno. Todos se sentan dentro de ella. La alfombra verde era su piel, su sangre era frtil, el agua repasaba sus curvas, rastreaba sus entraas, sus senos erguidos eran el resguardo del Cndor, le daban seguridad, lo cuidaban, lo mantenan en la cumbre del mundo, lo mimaban con suaves caricias que slo una mujer puede dar. La creacin era perfecta, an los hijos del Cndor eran perfeccin, cuidaban tambin y consentan a la Pachamama, y lo hacan en todo momento, lo hacan con amor, con tanta dedicacin que la Pachamama agradecida los llenaba de regalos, les daba flores de diversos colores, aromas y tamaos, les daba frutos de todos los sabores, jugosos, exquisitos, como slo ella los poda preparar, como slo una madre lo sabe hacer. La vida era un xtasis total, un diario conocimiento, un encuentro permanente con la belleza, con la grandeza, con el poder, era sentir la fuerza sobrenatural en cada movimiento, tranquilidad en cada suspiro, en cada imagen, un todo para todos, a favor de todo cuanto haba sido creado. Hasta que pas lo inevitable, llegaron los extraos que nunca debieron llegar, con su afn de poseer y controlar, con su verdad nica y excluyente, y su manera de mirar el mundo como si fuera una mercanca, un botn para repartirse; manipulando el mensaje del Dios colgado del madero, prostituyendo su anuncio, quemando y arrasando en su nombre.
Toda la carga histrica de agresin y desprecio produjo el
aniquilamiento de muchas etnias, la drstica reduccin de otras y la aculturacin de las restantes. El Cndor resista, pero sus hijos estaban anonadados ante tal brutalidad y slo obedecan al que ms duro hablara, se aterraban frente a lo desconocido, ante lo ms sucio, ante la crueldad de los extraos y sus acciones. No actuaban, se dejaron ultrajar sin poner la menor resistencia; el Cndor luch pero luchar solo fue en vano, adems no quera maltratar a sus hijos, los amaba y no poda hacerles dao alguno. La Pachamama lloraba, lloraba al ver lo que suceda a su alrededor, los extraos rasgaban su piel, la hurgaban, la irrespetaban, fueron acabando con su belleza; an sus hijos le hacan dao, se dejaron llevar por ese poder maligno sin darse cuenta que se destruan a si mismos, estaban inmersos en su inhumanidad. Estaban tan llenos de mal, que el da de su partida no podan dejar de mirarlos, los vieron perder en el horizonte... Cuando su asombro pas, miraron atrs y vieron desidia, sintieron miedo, vaco, pero ya haban quedado invadidos por ese aire pesado, putrefacto; estaban enfermos, sentan dolor. Los ms trastornados comenzaron a rellenar vacos amontonando piedra, porque piedras era lo nico que quedaba, las hacinaban una encima de otra, as hasta invadir el espacio del Cndor. Lo privaron de su libertad, se traicionaron unos a otros, perdieron su identidad, fueron tan dbiles, que nunca ms pudieron salir de esa experiencia que los marc para siempre... Es por eso que hoy son slo imitadores de cualquier extrao, estn sin espritu an sabiendo muy en el fondo que deben actuar, quedaron sordos al llamado del Cndor que desde su cautiverio permanece en sus mentes de libertad, quedaron ciegos a la belleza de la Pachamama, hoy lo que menos importa es mantenerla viva, por eso la destruyen, pero ella saca fuerzas de sus entraas por amor a sus hijos, sus restos parecen no ser suficientes para hacerlos cambiar. Ellos sienten vergenza por lo suyo, por sus costumbres, por su hermosura, se quedaron en imitadores, ya no slo de blancos, sino de azules, verdes, rojos, hasta preparan su llegada, los reciben con ansia, bailan, ren, vociferan a una misma voz su nombre, los idolatran, se visten con sus desechos, comen sus desperdicios, Hasta cundo?... La Pachamama an tiene vida, todava su fuerza est en la conciencia de muchos, an quedan restos de savia en su cuerpo, la voz del Cndor dice: cuidmosla, es patrimonio nuestro, es vida que produce vida, es amor, es perfeccin, es nuestra alma... COMUILLA UAI. Madre Tierra Liberacin!.