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Poner la mano en el fuego.

Hay muchas formas de juramento que utilizan las manos; poner la mano una
espada, sobre la Biblia, en el pecho o en el fuego. La ltima la invento un joven
romano que fue capaz de mantener voluntariamente la mano en el fuego para al
rey enemigo que jams se rendira.
Tarquino el Soberbio, pidiendo ayuda al rey etrusco Porsena acuden a Roma para
recuperar el trono, sin embargo los romanos ya haban instalado una forma nueva
de gobierno, una res publica, una cosa pblica.
Primero la infantera etrusca viendo por el puente Sublicio, nico lugar desprovisto
de murallas. Horacio Cocles solo frente al ejrcito permite que sus compaeros
hundan del puente. Por lo que Porsena sitiada la ciudad cortar los suministros. Las
perspectivas de xito eran escasas, el pueblo romano saba que en la contienda le
iba la libertad; una sola oportunidad para no depender del rey extranjero.
As Gayo Mucio, se intern en el campamento, por lo la guardia y se introdujo en
la tienda que crey era la del rey, sac su espada y arremeti contra un hombre
que se encontraba durmiendo. Detenido y llevado ante el rey, se da cuenta que
slo haba dado muerte al escriba real. Al preguntarle el monarca porque lo haba
matado, este contexto: <<He venido aqu porque he jurado ante el padre Jpiter
que matara al jefe de este ejrcito que oprime a Roma>>. Todo mientras tena la
mano derecha puesta en el fuego, adems aadi: <<300 jvenes ms estn
dispuestos a seguir mis pasos si yo no culmino mi misin>>.

Porsena se dio cuenta de que nunca acabara con Roma, as que entregndole su
espada dej Gay Mucio en libertad. Despus segn armisticio con el Senado
romano.
Mucio Escvola nos ensea que somos capaces de gobernar el fuego porque hay
algo en nuestro interior que nos eleva por encima del reino animal. Escvola pudo
resistir con la mano en el brasero porque para l tena ms poder su espritu
patritico que el dolor de las quemaduras. Y Porsena se dio cuenta de que podra
arrasar Roma pero que nunca podra someter al espritu romano.
Hay dos ejemplos ms de esto en Roma: el primero fue Postumio Tuberto,
dictador que hizo de captar a su hijo, Aulio Postumio, porque haba combatido al
enemigo contra sus rdenes (431 a.C.); el segundo, Tito Manlio Torcuato, que,
durante la guerra contra los latinos de 340 a.C., conden a muerte a su propio hijo
por haber sabido luchar censura anuencia (Valerio Mximo, hechos y dichos
memorables, II, 7, 8).

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