Sunteți pe pagina 1din 59
Articulos/ Articles # El urbanismo y sus modelos en el area andina: 1532-1632 Leonardo Mattos-Cardenas se requiere tener noticia de todas las demas ciencias, de Filosofia Moral y Natural, Geometria, Aritmética, Perspectiva, Miisica, Astro- logia y Derechos. Porque el arquitecto que de estas ciencias careciere no podra ser perfecto arquitecto en sus fundaciones, estructuras y dibujos...” Miguel de Urrea: Prefacio al “De Arquitectura” de Vitruvio, Alcala de Henares. 1582 El presente estudio! trata de demostrar la vigencia de diferentes mode- los ideolégicos y atin morfolégicos —algunos poco conocidos—, apli- cados durante el proceso de fundaciones y organizacién urbana en Hispanoamérica y especialmente en el Area Andina durante el primer siglo de su colonizacién espafiola: 1532-1632. ‘A través de una rapida visidn histérica se analizan algunos compo- nentes culturales, religiosos, estéticos y simbélicos que llevaron a la introduccién de esos modelos. Estos modelos estuvieron presentes en la organizacién de los primeros asentamientos espafioles y fueron impuestos sucesivamente en la organizacién urbana de los indigenas. Al estudiar su difusién en la América Meridional, se reconoce, el rol LEONARDO MATTOS CARDENAS es arquitecto y profesor universitario que ha estudiado y obtenido titulos académicos en Lima, Edimburgo y Roma. Posee un largo catdlogo de trabajos de restauracion, estudios y publicaciones. Es director del Instituto de Estudios Urbanisticos Italo-lati- noamericanos de Roma. ' Terminado en marzo de 1985, En Noviembre 1986 recibié una distincién de la VI Bienal de Arquitectura. Investigacién Historiogrifica. Colegio de Arquitectos del Pera. Lima. Para facilitar la lectura se han empleado numeros drabes y se han modernizado algunas citas éditas; dando en esos casos, la respectiva referencia dela version original. Vedse bibliografia para referencias completas. 5 Poblicado ew la Revista /Peview luferawren cous, Vol. %1x W4-2 Universidad [aitetewercaua cle Prerts Rico, Recmte a de Son German. 1984. pays. 5-64 6 Revista/ Review Interamericana paradigmatic asignado a la ciudad de Lima destinada a ser“capitalde esos reinos del Pert”. Algunos ejemplos estudiados evidencian ademas una simbiosis entre modelos; cuando sus componentes ideoldgicos o morfoldgicos fueron compatibles. La aparicién de elementos nuevos en el Urbanismo de este periodo, y en el mundo andino en particular, es enfocada a la luz de algu tradiciones ambientales inclusive pre-hispanicas; a pesar de ser cons- ientes de estar frente a una época caracterizada por violentas imposi- ciones de la cultura dominante. El trabajo finaliza recordando algunos antecedentes del articulado sistema de leyes, informes y representaciones cartograficas oficiales que actuaron como mecanismo de control colonial en la aplicacién de estos criterios urbanos y territoriales. LA URBANIZACION Los conquistadores intentaron en cada momento de su empresa, que los habitantes del lugar “entiendan que los espafioles pueblan alli de assiento y no de paso”? Los primeros momentos de este nuevo periodo en el Area Andina, fueron revividos por el funcionario incaico Sebastian Yacovilea con estas palabra: “estando este testigo en la ciudad del Cusco en servicio del Inca Hua car, llegé alli la nueva de como habjian llegado a la costa del Pera ciertas gentes que Haman Viracochas que decian “hijos del Sol” y que estos habian desembarcado y poblado un pueblo en el valle de Tangarara".> En efecto los espaiioles — después de haber visitado nuevamente el pueblo indigena de Tumbes que fue incendiado— fundaron en julio de 1532 la primera ciudad espaiiola en esos vastos territorios. La la- maron San Miguel y fue establecida a orillas del rio Chira (Piura) en una zona costera fértil, rodeada de asentamientos indigenas que gra- vitaban alrededor del cacique local: “Tangarara™. El grado y tipo de urbanizacién aleanzado por estas poblaciones indigenas no fue homogéneo y ha sido objeto de diversos andlisis. Se ha supuesto que la estructura organizativa de aquellas comunidades tenian pocos puntos en comtn con los criterios occidentales de vida urbana y que los conjuntos edilicios pre-hispanicos —atin si impo- nentes— eran polos de cardcter regional o zonal en los que una 2 Cir, Encinas 1V:244. Aunque la frase es de 1573, refleja bien elcriterio espaiiol de “assiento” y de asentamiento 3 Probanza hecha por el s ior fiscal ...1571 eft. Guillén 1973:74. ard Mattos: Cardenas 7 gran masa acudia en forma pendular para recibir y ofrecer servicios comunitarios, El relato de Miguel de Estete —miembro de la expedicion de Her- nando Pizarro — ante la vista de una de esas poblaciones nos da una vivida idea de la estructura y funcionamiento de uno de ellos: FI pueblo de Xauxa [Hatun-Jauja]...esta hecho a manera de pueblo de Espaiia, muy junto y sus calles bien trazadas. Hay a la vista de él otros muchos pueblos a él sujetos y era tanta la gente que aparecié alli del mismo pueblo y sus comarcas, que otro semejante en un solo pueblo no se ha visto en Indias; porque al parecer de cuantos espaioles lo vieron, se jumtaban cada dia en la plaza principal mas de 100,000 almas y estaban los mereados y calles del mismo pueblo tan Hlenos de gente que parecia cosa de maravilla su grande multitud. Habia hombres que tenian [en]cargo de contar aquella gente cada dia para saber los que venian a setvir a la gente de guerra, otros tenian [en leargo de mirar todo lo que entraba en el dicho pueblo™+ A pesar de ésta y otras cronicas al respecto y el caracter evidente- mente urbano de ciertos asentamientos —como el Cusco— se ha puesto en evidencia que las viviendas no alternaban en un mismo ido con los edificios representativos y de servicios a la manera de las ciudades europeas,’ y que el sistema organizativo incaico se carac- teriz6 por una mayor integracién con el medio rural. Por otro lado, los espafioles, desde sus primeras fundaciones en el Caribe al terminar el siglo XV, evidenciaron la voluntad de controlar el territorio a través de la “urbanizacién” masiva de la poblacién. Esta politica se aplicé no s6lo al sector que constituia la mano de obra —los indigenas— sino también al sector que la dominaba. Cada nuevo territorio sometido debia depender de alguna ciudad espafiola fun- constituyendo los “términos” de esa ciudad. A pesar de las profundas diferencias con el periodo precedente, encontramos que el poder de la nueva sociedad colonial urbana dependié también en gran medida del medio rural, a diferencia de algunas regiones curopeas, donde la nueva clase urbana comenzaba a desarrollar intereses contrapuestos a aquella.* Poblaciones espattolas en América Las ciudades fundadas en el “Nuevo Continente” han sido clasifica- das con relacin a las funciones primordiales que desempefiaron en el + Col. Urteaga y Romero | serie:96-97 > Benévolo 1973:476. © Contreras 1982:12. | 8 Revista) Review Interamericana contexto regional.’ Una division de ese tipo, aunque util, resulta sin embargo insuficiente como instrumento de anilisis, maxime sien ese periodo, muchas funciones urbanas variaron sensiblemente. Los espafioles fundaron ciudades siguiendo estrategias regionales prec! que incluian obligaciones y derechos regulados por las respectivas “Capitulaciones”, “Instrucciones” y demas “Provisiones”, firmadas por la autoridad competente. Los primeros asentamientos fueron puntos de apoyo o centros logisticos mas o menos precarios destinados a servir a una sucesiva avanzada sobre el territorio y, al mismo tiempo, funcionaron como importantes simbolos de la voluntad espafiola de establecerse, como fue el caso de la fundacién de San Miguel (Piura) —punto de enlace entre Pizarro y las autoridades de Panama, durante la captura del Inca Atahualpa en Cajamarca Otras ciudades reflejaron la voluntad de crear centros politicos ¥ administrativos de caracter mas estable, como fue el caso de la fun- dacién espaiiola de Jauja, o de caricter definitivo, como el caso de la fundacién de Lima. Otros asentamientos fueron concebidos como verdaderos puntos de recoleccién de potenciales tesoros y riquezas de una determinada zona. Esta deberia contar ademas con una poblacién indigena sufi- ciente para ser explotada como mano de obra en esa tare Una vez dominado el nucleo del Imperio Incaico, se crearon nueva ciudades de espaiioles en zonas de frontera, colindantes con la“ceja de selva”. Cumplian con una funcién logistica de avanzada, intentando controlar los grupos indigenas que se habian desplazado o que ya existian en esas zonas y simultaneamente, descongestionar social y politicamente las zonas ya fundadas y “encomendadas”. La finalidad de esta Ultima medida era aplacar las ambiciones de los nuevos llega- dos 0 menos favorecidos en las precedentes reparticiones; como fue el caso de Hudnuco en 1539, en el N.E. del Pert. La creacién de estos nuevos nticleos fue también estimulada por la posibilidad de extrac- cién de faciles riquezas y tesoros, como se puede apreciar en las motivaciones que dieron lugar a la fundacion de la ciudad de San Juan de la Frontera (Chachapoyas): ..asi mismo, conviene al ennoblecimiento, conservacién y poblacién de estos dichos reinos que se vaya aumentando y poblando la mayor cantidad de pueblos que en ellos se pudiere poblar y que se descubran todas las tierras que se pudiere descubrir, porque estoy informado que por la dicha provincia de los Chachapoyas tierra adentro, hay tierra de muchos caciques ¢ indios ricos de oro y plata y otras tierras y provincias Leonardo: Mattos-Cardenay 9 de mucha gente que no han dado a su Majestad la obediencia, y que hay disposicin de tierra para que se pueble con Cristianos... [Instrucciones de Francisco Pizarro a Alonso de Alvarado. 28 de Junio de 1538] Los asentamientos programados en la zona de Vileabamba, después de su conquista espafiola en 1572, deben relacionarse también a inte- reses de ese tipo, ya que fueron descubiertas alli, y denunciadas, importantes vetas de plata.” Las nuevas poblaciones espafiolas organizaron de esta manera, una nueva red de drenaje econémico, que tenia sus puntos terminales en América en los puertos. Al aumentar las ambiciones politicas y eco- nomicas de las otras potencias europeas, estos puertos se revelaron como puntos vulnerables, dignos de ser defendidos con asentamientos y fortificaciones adecuadas; configurandose asi las lamadas ciudades- puerto, Ademas existieron ciudades-intermedias para suministrar servicios al nuevo sistema regional. Fue éste uno de los motivos de la fundacién espafiola de Huamanga (Ayacucho) en 1539 y, en cierto modo, el motivo de la fundacién espafiola de Arequipa, punto de articulacion de las comunicaciones con la costa, Después que el emperador Carlos V promulgé las “Leyes Nuevas” (1542-1543), la administracion espaiiola comenz6 a dar los primeros pasos para lograr un mayor control politico y administrativo en sus nuevos territorios, obtenidos con empresas que eran producto general- mente de iniciativas privadas, aunque reguladas por la Corona. Estos gunos ex-conquistadores que territorios habian pasado a manos de se habian convertido en potentes “Sefores”, al haberse beneficiado con “encomiendas” de miles de indios y tierras. Superadas las protestas, guerras y pacificaciones provocadas por ésta y otras medidas y superado asi mismo, el periodo de restriccién de anexiones territoriales y fundaciones decretado por el Emperador (1550-1556), pasamos a una nueva etapa, especialmente durante el gobierno del virrey Conde de Nieva (1561-1564) en que —apoyandose la formacién de gobiernos locales con “vecinos-ciudadanos” y tratan- dose de modificar el poder de los “encomenderos”— se crearon villas de espanioles con mavor base agricola Sin embargo la fiebre “extractiva” continud con la explotacién de los minerales aledafios de Potosi (en el actual Bolivia) y después con los de Huancavelica y Castrovirreina (en el actual territorio peruano) y que dieron como resultado la formacién de las ciudades mineras homénimas, en 1571 y 1590 respectivamente. Estos centros mineros * Library of Congress 1936:104 + AGL. Lina 32:22, IV: 73-74 10 Revista] Review Inveramericana devinieron en polos gravitacionales importantes en la region sur del pais y estimularon el desarrollo de otras zonas subsidiarias. En la costa frente a Huancavelica —-de Cafiete a Nasca— se llevé a cabo entre 1580 y 1590, un otorgamiento masivo de “mercedes de tierras” agri- colas a espafioles, que parece relacionarse con este fendmeno."” La modificacién de estos equilibrios regionales produjo ademas la declinacion simultanea de otras zonas, como fue el caso de Huanucoe incluso la desaparicion de algunos poblados. El descubrimiento, en 1630, de los yacimientos de Cerro de Pasco (en el centro del pais) fue la semilla de otra etapa minera cuyo estudio escapa a los alcances de este periodo. Decisiones geo-politicas nies germinar asi mismo otras pro- puestas a nivel regional, como fue la creacién de poblaciones for- mando cadenas. Este sistema tiene un precedente en 1518, cuando Bartolomé de Las Ca: cada 100 leguas en la zona del Caribe. A. Francisco de Aguirre, gobernador del Tucuman, se le atribuye la idea de relacionar las costas del Pacifico con las del Atiintico a través de poblaciones, en la tierra de los indigenas Comechingones y en lo que fue después San Miguel de Tucumin y Santiago del Estero. Posteriormente, al virrey del Pert Francisco de Toledo, parece debérsele un proyecto de crear poblacio- nes fortificadas a distancias regulares unas de otras, para cohesionar en esa zona una “linea defensiva de civilizacién”. Este proyecto mas tarde se reflejé en las fundaciones de La Rioja (1591), Nueva Madrid y Jujuy (1593) en la actual Republica de Argentina Razones logisticas y geograficas fueron igualmente decisivas en la propuesta de fundaciones espaiiolas en el Estrecho de Magallanes en los tiempos del virrey del Per’ Martin Henriquez: en 1582 se fundé la villa de Don Felipe 0 Philipopolis (llamada después Puerto del Ham- bre) y después se fundé Nombre de Dios. Estos planes habian y: fracasado completamente hacia 1587 Si bien muchas ciudades se levantaron previa autorizacion, proyecto y trazado, otras surgieron paulatinamente en zonas geografi- cas con una especifica vocacién geografica como cruces de caminos zonas de encomiendas de indios, ete:, sin que para cllo mediase acta de fundacién alguna. Muchos de estos nuicleos se consolidaron y regulari- zaron, fisica y juridicamente, con el pasar del tiempo. como ocurrid en la costa peruana con el asentamiento de Huaura, hacia 1597 y el de Chiclayo, cuya configuracién urbana se conereté entre 1561 y 1584. Poblaciones de indigenas La conquista espaiola alter profundamente los modos de vida de la poblacién indigena, que en pocos aiios se vio inmensamente dis- Coleccion Vargas t te, Papeles varios. 636 dee.® ett, Contreras 19 Leonardo Mattox-Cérdenas " minuida debido a las nuevas enfermedade: y. principalmente, a los traslados: a los trabajos forzados pasarlos de sus asientos a otros 0 hacer venira servir los de la sierra a la costa 0 Hevar los de kt costa a la sierra, es notorio que reciben notable daiio porque si no se mueren todos a lo mismo se muere la mitad, como lo he visto y sé y todos los de esta tierra saben..." [Carta del obispo Vicente Valverde al Emperador Carlos V. Cusco, 20 de mar- 70 de 1539] El proceso no fue siempre sumiso, ni ciertamente pacifico, Algu- nas poblaciones indigenas incendiaron sus propios edificios antes de abandonarlos a los conquistadores. Este gesto se repitié en 1572 al caer el tltimo baluarte conocido de la resistencia: cl pueblo inca de Vilea- bamba.!? La organizacién espafiola utilizé intensamente la infraestructura territorial incaica y, simultaneamente, ciertos niicleos indigenas ances- tralmente instalados sobre esa vasta red de caminos, abandonaron sus asentamientos y sus centros ceremoniales asociados. Algunos grupos se establecieron en zonas mds altas 0 en zonas més apartadas de los circuitos de caminos, huyendo del nuevo sistema de dominio implan- tado y buscando una relativa tranquilidad. La dispersién poblacional asi ocasionada, fue acentuada por los movimientos insurreccionales, motivando la aparicién de “Provisio- nes reales” como la dada a Blasco Noiiez de Vela el 28 de septiembre de 1543, en la que se establecia que los indios “sean traidos a los pue- blos donde solian vivir para que alli residan..."0 La organizacién introducida por los espaiioles en los nuevos “pue- blos de indios” del Peri tiene su origen explicito en las experiencias previas mexicanas. Esta situacién es reconocida por la Real Cédula dirigida a la Audiencia de Lima el 9 de octubre de 1549 que establece que los indios estén: “en pueblos juntos y no derramados y que en todos los pueblos que estuviesen hechos y se hiciesen, era bien que se crease y proveyesen alealdes ordinarios para que hiciesen justicia en las causas civiles y también regidores eadaiieros [vic] de los mismos indios que los elijiesen ellos; los cuales tuyiesen cargo de procurar el bien comtn y proveyesen asi mismo alguaciles y otros oficiales necesarios: como se hace V acos tumbra hacer en la provincia de Tlaxcala ¥en oias partes". ores INNS 101 Guillen 1977:144-155 Eneinay 1V:278 1 Eneinay 1V:274. (Pxisten algunas dilereneras con el texto del AGL pareialmente elt en Mailaga 1974150), 2 Revista] Review Interamericana En efecto, después de los primeros planes.en el Caribe (v.g. los de Bartolomé de Las Casas y los de Cisneros); se habia-iniciado hacia 1531 interesantes experimentos politico-religiosos en la provinei mexicana de Michoacan con un marcado cardcter utépico e incenti- vados por el obispo Vasco de Quiroga y otros intelectuales y religiosos, especialmente franciscanos.!5 Enel Perti, la dispersin de la poblacién indigena atentaba también contra la opcidn politica espafiola de“urbanizar”, destinada a obtener un mayor control econémico, administrativo, ideolégico y religioso del territorio. La antedicha Cédula de 1549, establecié que con los indigenas del Pera se: hiciese pueblos de muchas casas juntas en las comarcas que ellos eligiesen, porque estando como ahora estan, cada casa de por si y ain cada barrio, no pueden ser doctrinados como convenia...” A lo larto de todo el siglo XVI fue tomando cuerpo el sistema para la “reduccién” definitiva de esa poblacin; especialmente durante el gobierno del Virrey primer Marqués de Cafiete (1556-1561) y el det Conde de Nieva. En este periodo se planted la reunién de los indigenas “en forma de pueblos de Espafia” aunque algunos sectores propiciaron la busqueda de soluciones que proveniesen de un mejor anilisis de la estructura tradicional andina. Con el gobierno del Presidente de la Audiencia Lope Gare ia de Castro (1564-1569) y principalmente des- pués, con el del virrey Francisco de Toledo (1569-1581), se programé la drastica y total reubicacién de la poblacidn indigena, imponiéndo- sele ademas rigidos sistemas de vida y organizacin v.g. la version colonial de la “mita”, la obligacién de trabajar en minas situadas frecuentemente muy lejos de sus nicleos de origen. Las sucesivas politicas de poblacién contaron con la contribucién ideoldgica de funcionarios como Polo de Ondegardo, el oidor Juan de Matienzo, el licenciado Francisco Faleén que fue “Procurador de indios” durante el Segundo Concilio de Lima y de religiosos como el mismo B. de las Casas, cl obispo Vicente Valverde, el dominico Domingo de Santo Tomas, fray Tomds de San Martin, y, después, los jesuitas Portillo, José de Acosta y otros. © Quiroga fundé Santa Fe en Méjico en 1531; se ha dicho que se inspiré en la “Ista de Utopia” (1516-17); obra de Tomuis Moro basada en la abolicién de la propiedad privada en forma que “corresponde a un gobierno de gentes como ta del Nuevo Mundo”. A los franciscanos se les atribuye asi mismo “un organizado plan de implantacién de la Ciudad de Dios en el Nuevo Mundo”, (Baudot: 1983), Leonardo Mattos Cardenas 13 Convivencia y marginalidad + Desde los primeros momentos de la colonizacién en el Pert se habian dictado normas para separar la poblacién espafiola de la indigena. Las Ordenanzas de Francisco Pizarro y el padre Valverde, ratificadas en 1536 por la reina, establecian que “ningiin espafol.... demore niesté en pueblos de indios por donde pasare mas del dia que legare y otro, y que al tercer dia parta y salga del dicho pueblo”."* Este limite legal al tiempo de permanencia de blancos en los “pue- blos de indios” tuvo su origen en la necesidad de evitar los abusos y como norma aleanz6, a partir de ese momento, una insdlita difusion: se encuentra presente en Juli, en la meseta del Collao en 1682!” y —en Ambito igualmente jesuitico— fue aplicado en las misiones del Para- guay, donde perdié su vigencia con la expulsidn de esos religiosos en 1767. En el programa masivo de reubicacién de la poblacién indigena levado adelante por el Virrey Toledo, se encargé a funcionarios espafioles, Hamados Visitadores, la tarea de elegir los sitios mas ade- cuados para esas “reducciones”. El “Visitador”, a pesar de que debi: escuchar las necesidades de los indigenas, favorecié frecuentemente con su decision del emplazamiento a los intereses de los espaiioles, quienes pudieron asi entrar en posesién de las mejores tierras ya cultivadas en la zona Esta situacién se verificé tanto en el Norte —-por ejemplo en Chérrepe en 1572'*— como en el Sur, en Nasca, Pisco y Chincha. E19 de octubre de 1576 el virrey Toledo encargé a Juan de Grajal redactar un Memorial, en los valles costeros de Nasca, Pisco y Chin- cha, con todas las viiias y tierras cultivadas de indigenas que distaban mas de una legua de sus nuevos “pueblos de indios” reubicados durante su gobierno, Este inventario debia servir para la evaluacion de esas tierras en vista de su distribucién entre espafioles, usando el aparentemente nuevo sistema del “remate™ Por el contrario, en 1574 Toledo habia decidido en Charcas man- tener el sistema de “chacras” debido a: 16 fr. Mala " Gutiérrez 1978:163 ' Ramirez-Horton 1978:94 Vargas Ugarte (1966:V;31 I:doc.8). El remate al mejor postor fue un auevo titulo originario para la adquisicién del dominio privado de las tierras” en ese entonces. Sistema mencionado por Juan de Solérzano y Ledn Pinelo aunque Ots Capdequi (1959:32) lo consideraba aplicado en América s6lo poco antes de la “cotposicion de tierras” 0 de la que él lama la “primera reforma agraria” de 1591 19742147. 4 Revisea Review interantertcana “1 A 1 pac comodidid que hay para reducirloy a pueblos para que de alli pudiesen salir a labrar lay chacras de espadoles por suatlquiler, por kas asperezay de la tierra y porque habian de ir a 6.0 10 leguay a kas dichas Jabras, en algunas partes”. La regién del Collao constituyé una excepeidng especialmente Chu- cuito que contaba con ganados, algunos cultivos e indigenas relativa- mente bienestantes. que se habia preferido hacer tributar directamente ala Corona Los traslados de poblaciones indigenas en todo el resto del territorio provocaron en muchos casos Ia documentada aunque sorda protesta de los “naturales”, inclusive la de Guamén Poma, y la de algunos fun- cionarios espaiioles. Desde el punto de vista organizativo se fue implant basado en la dualidad legal. territorial y urba obviamente con prerrogativas no simétric: AL avanzar la dominacién espafiola, la parte de la poblacion indigena que se instald o fue instalada en onas periféricas de la ciudad de espafioles formé niicleos denominados “barrios de indios”, para diferenciarlos de los “pueblos de indios”, que fueron reducciones de cardcter basicamente rural. Las diferencias de significado de estos vocablos son sin embargo relativas. como ya habia notado el mismo padre Cobo al comenzar el siglo XVII. Inclusive observamos en un documento, el uso de la palabra “pueblo” en la zona de Jayanca (Piura) en 1570, para deno- minar un nicleo creado con esteras, formado por “cuatro mora: dos yndios”.2! En Lima se denominé también “pueblo” a la nueva “reduccién de indios” de Santiago del Cereado, en virtud quizas de poscer un propio cabildo indigena y de haber sido establecida “ex-novo” en terrenos. entonces agricolas de la ciudad, a diferencia de los “barrios de indios” desarrollados alrededor de algunos conventos 0 iglesias situados en los limites de las ciudades. En Huancavelica se nota una rapida tendencia a la formacién de eso: arrios de indios”, debido a la actividad minera que era la base de su existencia. Estos barrios se consolidaron en el siglo XVII conser- vando su fisonomia y cierta autonomia formal atin en el siglo XVII, como se puede observar en el plano de ese siglo conservado en el AGNA. En ciudades como Huancavelica, donde su estructura especial pod permitir una mayor movilidad cconémica, algunos sectores social- mente privilegiados de la poblacién indigena ndo un esquema con™dos repiblicas”. 2 ef. Gutierres 197941 3 Gama (1570):218. 2 AGNA-B.N.P.A. 368 lep.257 (2 Feonarde Matto Cardenas 15 cendientes de los antiguos curacas Il propicdades dentro de ki trav urbana De otro lado se nota kt tendencia de algunas categorias de espaiioles tresidir, aun en el primer siglo. en los “pueblos de indios”, a pesar de las repetidas prohibiciones reales. como la que prohib won a poseer algunas ai a los enco- menderos el hacerse construir casa dentro de los pueblos de sus encomienday de indigenas. Hacia 1567 el odor Juan de Maticnzo propuso en su trabajo “Go- bierno del Pert” k asados como residentes en los pueblos de indios, asigndndoles los solares privilegi dos de la plaza mayor.4 Este tipo de conviveneia urbana fue segin algunos — una de las causas de la alarmante “disminucidn” de los indigenas. Finalizando el siglo NVE-cl mismo Guamiin Poma propuso al rey, como medidas de buen gobierno el: aceptacion de algunos espaioles echar de kis provingias y pueblos de indios de este reino a los espaioles. mestizos, ne gros Y mulatos sambaigos y que los dichos espaiioles, mestizos y mulatos se vayana kts dichas ciudades [de espaiioles] aunque sean easados con indios, se Heven a sus mujeres: y los jucces y justicias de sue majestd echen de lay ciudades y villas [de espatioles] a los indios € indiay y los Heven a lay dichay provineias y pueblos [de indios} 1» ast aumentarin los dichoy indios de este reine Los problemas de convivencia y marginalidad tocaron también a la poblacién negra, que estuvo presente desde las primeras horas de la conquista y lt colonizacidn: introducidos como esclavos, desempefia- ron a menudo roles auxiliares en las actividades ciudadanas como pregoneros, ejecutores de sentencias, albaitiles, etc. Desde los primeros aiios de la fundacién de Lima algunos negros c inclusive indigenas fueron formando “corrales” al ocupar algu- nos terrenos de espaioles que habian sido “eereados” con muros de adobe antes de ser edificados, cumpliendo con una obligacién esta- blecida por cl Cabildo al momento de su asignacién. Con el Virrey Luis de Velasco se dio la Ordenanza de 12 de septiembre de 1598, reiterada al afio siguiente. relativa a la climinacion de esos “corrales de negros” ya comienzos del siglo XVI el Padre Cobo nos deja entender que ese tipo de “eorrale: habia casi desaparecide, pues ademis “no queda cuadra entera dentro de fa planta de fa ciudad en que no hi edificio de espaitoles”?* Fl desarrollo de ka mineria, la insaciable demanda de mano de obra y Contreras 198265 Matienzo (1567):50, 52. 82. 8S Guamdn Ponnat4t © Cobo Th 30S. 16 Revisia/ Review Imeramericana iniciativas contra 1a explotacién indiscriminada del indigena, lle- varon a organizar la participacién de esclavos negros, libertos “vaga- bundos” y mulatos en esa actividad; los que fueron mandados a Huancavelica y a otras minas. Con el establecimiento de la nueva ciudad de San Juan del Oro (Carabaya) hacia 1557 se dicté diversas normas sobre la creacion alli de “pueblos de negros” como la Provision de 1612, para que en el asiento de esas minas se funde “pueblos de negros horros”. Los esclavos “bozales”, que continuaban siendo remitidos a Lima, fueron alojados en locales especiales donde permanecian aislados en cuarentena antes de su ingreso para su venta en la ciudad. Hacia 1618 el Cabildo contaba, entre otras propiedades. con una pulperia y cuatro casas para el hospedaje de esclavos en una zona periférica de San Lazaro. En 1619 y 1633 se dicté otras medidas relativas a esos aloja- mientos.2? Parece que en. la segunda mitad del siglo ya se habia configurado bien un nucleo de este tipo en ese lado del rio.2* La convivencia entre la variada poblacion negra y el resto de la ciudad fue igualmente dificil. A menos del afio de establecimiento del Cabildo espafiol de Lima se pidié que ni“cristiano ni negro” entre enel “tianguez” (mercado indigena) y hacia 1545 se ordend “que no entren negros ni negras en el tianguez ni en casas ni ranchos de los indios”.” En 1572 —y después en 1598, como hemos visto— los espaiioles trataron de impedir que los negros y mulatos, “que vagaban por la ciudad”, vivan en casa aparte “de por si” y la real cédula del 23 septiembre 1580 intenté igualmente “que los negros no vivan entre indios ni tengan contratacién con ellos porque los tratan muy maly se sirven de ellos”. En fin en 1601 se orden inclusive que “en las estancias de la ciudad no se tenga negros ni moriscos cuando no haya espafiol”.2 A comienzos del siglo XVII Guaman Poma y el Padre Cobo, nos evidencian la curiosa situacién —confirmada por Harth Terré— que ciertos indigenas bienestantes poseian esclavos, como en Santiago del Cercado de Lima. donde habia 80.2! MITOS ¥ MODELOS CULTURALE Al comenzar el siglo XVI (Europa estaba en pleno Humanismo y Renacimiento) Espaiia conservaba fuertes rezagos feudales que fa mente revitalizé en América y que modularon los sistemas implanta- 27 Municipalidad de Lima, VIL:91, 124; III: 184, 343, 2 Bernales 1972: 186. Cabildos de Lima:111:137 3 Encinas: 1V:341; M.Lc11:364; VII: 90. ™ Cobo 11:353; Harth Terré: 1961. Leonardo Mattox-Cardenas 7 dos: repartimiento de tierras, “encomiendas”, tasas y la version espa- jiola de las “mitas”, que desvirtuaron el mas 0 menos homénimo sis- tema incaico de trabajo social periddico. El Occidente, al volear sus ambiciones y sus expectativas en este primer encuentro con América, transporté su idiosincracia y valores en tres maneras: 19, Traté de confirmar teorias y creencias con el fin de “integrar una herencia comin a toda la humanidad™: Localiz6 asi el Paraiso terrenal en estas tierras. Declaré que la biblica tierra de Ophir “donde navegaban las flotas del rey Salomén y volvian cargadas de oro y otras riquezas era este reino del Pert”? asi mismo, el pais de las Amazonas, la ciudad de los Césares, la ciudad de Utopia, el Dorado y, en fin, la Atlantida —discutida desde tiempos de Plat6n— fueron localizados en este Continente. 28. Describié el mundo que encontraba usando paradigmas occi- dentales. El adoratorio inca de Pachacamac sobre la costa del Pacifico era considerado “como la Meca para los moros” y “grande como Roma” aunque también “el Cusco en su imperio fue otra Roma”. Este para- digma fue empleado por muchos cronistas y desarrollado puntualmen- te por Garcilaso de la Vega Inca en sus “Comentarios Reales” El Cusco con su fortaleza de Sacsahuaman fue comparado, asi mismo, a lag murallas de Babilonia —posteriormente fue definida Babilonia inclusive ka Potosi colonial, El Cusco incaico fue representado grafica- mente, ademas, por mas de dos siglos, siguiendo probablemente el esquema del templo de Salomén en Jerusalem. Una ver establecida la poblacién espaiiola sobre la semi-destruida capital ineaica se levanté la iglesia, a la que el Padre Valverde dedicaba estas lineas en 1539: “La cosa que mas contentamiento me did en esta ciudad, fue la iglesia, que para las Indias, es harto buena cosa, aunque segtin la riqueza [que] = “Qui Ophir constituant in Indiis Oceidentalibus ut sit Peruana regio” De Pineda de Reb. Salomon Reg. WN-XVI-UL eft, Cobo. Mena. el presunto Astete. Garcilayo de ka Vega Inca y Vaixques de Espinoza (.XVEXVID). \ (Palm 1979: 126). El prototipo fue dado a conocer por Ramusio “Delle naviga- tioni et viaggi”. 111, Venecia en 1556 ( BayOn 1969: 142-151). A las versiones posteriores conocidas como la de Braun y Hogenberg de 1574, se podria agregar la reelaboracién de Francisco Valepgio publicada hacia 1579 en su “Raccolta delle piu illustri et famo- sa cittd di tutto il mondo” y reproducida nuevamente en V.G, Lasor, Feo: Universus Orbis terrarum Padua 1713 Is Revista) Review hueramerteana ha habido en esta tierra, pudiera ser nxis semejante al templo de Salomén de lo que es" Esta cita leva nuestra atencién a la siguiente manera de transmision cultural v.g. 39, Aplicé sus mitos y modelos en la concretizacion de los innume: rables proyectos, El Occidente se valid para ello de elementos mis 0 menos coneretos pero igualmente importantes: escritos de la antigu edad, nuevos criterios de la época, los astros, ete.: “influyendo los signos i planetas varios efectos, monstrando Dios en ésto las correspondencias de sus obras [...] pues dicen que el que predominace a la ora ¢ punto que se comiensit a edificar el pueblo ese es el que siempre influye con eficacia de sus influencias, dicen los astréno- mos”. “Que en dia de la luna on suascendiente se comienzana edificar las ciudades, porque dice que serin sus habitadores en muchas cosas dichosos [...] estas influencias que dejamos dichas tienen Jos signos i planetas que predominan en Lima”."* Al describir la fundacién de esta ciudad el Padre Calancha (1638) hace referencia a la existencia de un hordscopo, a lit manera de los tra zados en cl siglo anterior para la extension Estense de la ciudad de Fe- rrara y posteriormente en el siglo XVI durante la puesta de la primera piedra del Escorial y para la fundacion de la nuevarMedicea de Liorr Entre los mitos mas importantes que influenciaron enel siglo XVI a organizacién socio-politica tenemos cl “Mito de Venecia”. Cieza de Leén nos refiere en efecto que, durante la fundacién de Lima “mand6 Pizarro a Juan Tello que repartiese los solares por lat horden que estavan sefialados en la traza y dizen que desia este Juan Tello quan- do entendia en esto que avia de ser aquesta tierra otra tralia ven el rato segunda Venecia, porque tanta multitud de ore ¢ plata avia hera imposi- hle que no fuese asi. Vrarado pues el pueblo, Pizarro se volvio a Pachacamac...° Esta versién — por muchos afios inédita por un lado confirma el rol de Juan Tello como protagonista en la asignacidn de solares en la traza y por otro lado evidencia el rol paradigmatico de Venecia corroborando la amplia difusion del Hamado “mito de Venecia™. durante el siglo XVI. Torres INS:11191 Calancha 1638:239, 40. Ciesa:872, Melendes Pelayo que teyd a Lopes de Velasco, Vargas Machitea § a también refiere que ta capital tue “taskudada por Juan Telle al valle de Lima por orden del mismo Pizarro” (Meléndes-Pelayo: 115). | | | | | Leonardo Mattos-Cardenas 19 Venecia era sede de un inmenso trafico maritimo mercantil —como probablemente se deseaba que fuese Lima— y era ejemplo de organi- zacién y “buen gobierno” de la ciudad. Hemos podido constatar que hacia 1569, poblaciones como Saaca en Hungria, llamabanse también “pequefia Venecia” en “cuanto al gobierno”. EI “mito de Venecia” incluia en esa ¢poca un ideal constitucional dado por el equilibrio de un gobierno mixto en esa Repiiblica y un ideal politico dado por la libertad y la responsabilidad civil de sus ciudadanos. * No se puede dejar de lado estas apreciaciones en un periodo his- trico en que —como dice Menéndez Pidal y después Jorge Bas dre*’— “parte de la tradicién de las ciudades libres y behetrias tellanas se difundié en las ciudades peruanas inicialmente” y en todo caso, en una época en que los espafioles no mostraban una unidad de ideas sobre el sistema que se deberia instaurar en las tierras apenas conquistadas de América. En otras ocasiones, Venecia habia sido recordada, ademas, por su aspecto fisico semejante a algunas zonas del “Nuevo Mundo”: n 1500 al desembarear Américo Vespucio en una zona de Mara- caibo (Venezuela) se escribié que: (rovamo una grandisima popolazione che tenevan le lor case fondate nel mare come Fenetia con molto artitizio © meravigliati di tal cosa acordamo d’andar a vederli..."*! Bartolomé Colén en su informacion sobre el cuarto viaje lama también Vercida (Juan Ruysch: Venicida), esa regién que —como confirma fray Pedro Simén hacia 1626— mantuvo el nombre de Venezuela en honor a esa “pequefia Venecia”, En el siglo XVI se records igualmente qui la ciudad de México esta fundada en el lago o laguna como Venetia esté en la mar”? il quale spendendo il nome, quanto al governo, di picciola Venegia, ma veramente essendo ricetto di lade Ongaria...” en Bellino, G. De'disegn Venecia 1569. Parte | Pecchioli 1983:47-S1 4” Menénder Pidal 1958:82; Basadre 1980:53 4! Biblioteca Riccardiana. Florencia 1910) Carta de Vespucio a Pier Francesco de Medicis. Julio de 1500. Segtin version de Piero Vaglienti (1438-1514), Existe ademas otra version que se puede traducir asi: “/uimos a tierra aun puerto donde encontramos una poblacién fundada sobre el agua, como Venecia, eran cerca de 44 grandes casas con forma de cabafias apoyadas sobre palos grucsisimos...~ (BR. Ms. 112 b). #2 Manuscrito. Apologetica Historia Sumaria {19 (Regesta Lat. 659). Sartor (1948: 335-343) no menciona estas referenci * cfr. plano “Dissegno del Castello di delle piu iMustri & ca in et fortezze del Mondo. 0 Revista/ Review Interamericana Esta version “veneciana” de México se ve ratificada por los graba- dos que circularon en Europa en la época. Las creencias politico-religiosas, las exigencias socio-econdémicas y organizativas, las normas legales, la memoria, etc., consolidaron otros mitos y modelos que contribuyeron mas especificamente a la construc- cién de ese “nuevo mundo urbano”. Cada ciudad fue el producto de la aplicacién de uno 0 mas de estos modelos, que hemos agrupado en: 19, modelo “pragmiti 2°, modelo “agricola” 3°. modelo “biblico” 49, modelos “jerarquizados” 5°. modelo “legal” y que analizamos en los siguientes titulos comunitario MODELO “PRAGMATICO” ¥ TRAZADO ORTOGONAL E] trazado ortogonal —constituido por calles rectilineas formando Angulos rectos entre si— ha sido objeto de innumerables estudios. Algunos autores relacionan este trazado con la mentalidad “utilita- rista” del conquistador espafiol y con el pragmatismo “tipico del Renacimiento”, llegando a considerar su amplia difusién en América como un verdadero aporte de ese periodo al Urbanismo. Ese trazado fue llamado a lo“moderno” por contemporaneos como Vasquez de Espinoza (1629) —quien se referia a ciudades americanas como Lima*}— aunque ya Aristételes habia usado el mismo término para definir las poblaciones ortogonales organizadas por Hipodamos de Mileto en Asia Menor (Politica 10). Estas citas testimonian la gran diferencia con las tortuosas tipologias urbanas mozarabes y. en general, medievales —de donde provenian la mayor parte de los espafioles— y de otro lado testimonian el “renacimiento” de una experiencia clasica. En época romana encontramos este trazado inclusive en la penin- sula ibérica. Estos asentamientos o colonias tuvieron un comin deno- minador, al haber sido fundados en procesos rapidos y hasta violen- tos. de ocupacién y usufructo del territorio. Durante el periodo romanico algunos trazados ortogonales fueron empleados en ciudades, especialmente durante los sighos XII y XII, tanto en Espafia como en Italia —v.g. Gattinara. Esta ciudad —cuna de Mercurio Arborio, Canciller de Carlos V.— no es un ejemplo del Renacimiento ya que su trazado ortogonal inscrito dentro de un perimetro rectangula do, se remonta al periodo romanico y amur 3) Vasquer (1629):400.

S-ar putea să vă placă și