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Es probable que Truman Capote tambin coincidiera con la idea de Norman Mailer.

Contratado por
los Rolling para cubrir uno de sus conciertos en Estados Unidos, a ltima hora rechaz la oferta,
argumentando que la banda careca de misterio. Sin embargo, Capote veneraba a los famosos y
enmend la plana afirmando que la personalidad de Jagger y de sus compaeros s era bastante
misteriosa.
Pero volviendo a la inconformidad de Norman Mailer, valdra la pena recordar su punto de vista
sobre la msica, los msicos y el mainstream: En el rock hay una especie de inflacin que
siempre me inspira desconfianza. No hacen falta muchos huevos para tener una gran
guitarra elctrica, un enorme sistema de amplificacin y 50 mil corporaciones
norteamericanas a las que atacar (pero que trabajan horas extra para amplificar esa msica).
Se parece al caso de esos polticos despreciables que afirman yo represento al pueblo.
Cuando slo representan su propio poder, con su micrfono y sus medios y su despacho
electrnico.
Entonces, qu era lo que Mailer esperaba de un disco o de un intrprete?
Con Sgt. Peppers, los Beatles lo conmovieron. En esta rola hay ocho compases que asustaron al
tipo duro que no bailaba, a travs de la nota errnea que Lennon y McCartney insertaron en un
momento clave del pentagrama. La emocin de Mailer surgi de la ruptura. Como en sus libros y
su prosa, la genialidad de la armona se bas en el cortocircuito, a la manera del instante que
trastoca el equilibrio entre el hombre y su naturaleza. Digamos la violencia, el amor, la miseria o la
locura, porque, al fin y al cabo, esos son los temas esenciales del rock y la literatura...

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