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Este documento resume la situación y perspectivas de difusión del español en el mundo. Explica que el español tiene más de 250 millones de hablantes y es oficial en muchos países de América y otras partes del mundo. Detalla las variantes del español como el judeo-español o sefardí y el español filipino, y analiza factores como la influencia de lenguas indígenas y africanas en el desarrollo de diferentes variedades del español en América.
Descriere originală:
Temario de filología hispánica
Titlu original
TEMA 9.- EL ESPAÑOL DE AMÉRICA. EL ESPAÑOL EN EL MUNDO:
Este documento resume la situación y perspectivas de difusión del español en el mundo. Explica que el español tiene más de 250 millones de hablantes y es oficial en muchos países de América y otras partes del mundo. Detalla las variantes del español como el judeo-español o sefardí y el español filipino, y analiza factores como la influencia de lenguas indígenas y africanas en el desarrollo de diferentes variedades del español en América.
Este documento resume la situación y perspectivas de difusión del español en el mundo. Explica que el español tiene más de 250 millones de hablantes y es oficial en muchos países de América y otras partes del mundo. Detalla las variantes del español como el judeo-español o sefardí y el español filipino, y analiza factores como la influencia de lenguas indígenas y africanas en el desarrollo de diferentes variedades del español en América.
MUNDO: SITUACIN Y PERSPECTIVAS DE DIFUSIN. 1.- El espaol en el mundo. Situacin y perspectivas de difusin. Nuestro idioma es hoy lengua oficial y/o de cultura de ms de 250 millones de hablantes, de los que un 90% lo tiene como lengua materna. Su extensin comprende el suroeste y otras comunidades de los Estados Unidos de Amrica, como Nueva York; Mjico, Amrica Central y Cuba, Santo Domingo y Puerto Rico, toda Amrica del sur, salvo Brasil y las Guayanas; una minora en Filipinas, el pueblo sefard y Guinea Ecuatorial. Algunas de estas maneras del espaol merecen un comentario detenido. El judeo-espaol, o sefard, nace ya en la Edad Media como un espaol con ciertas peculiaridades debido al carcter culturalmente cerrado de los judos hispanos. Tales tendencias se observaban en arcasmos - el sefard apocopaba an en el XIV, un siglo ms tarde de lo acaecido en Espaa -, en el calco de construcciones hebreas - como en el genitivo ponderativo del tipo Por los siglos de los siglos - y voces mosaicas - como Quinnn, "compromiso jurado" -. De hecho, el judeo-espaol de las versiones bblicas, o judesmo, no corresponde al hablado, de tan ajustado en lo literal a los originales hebreos. El arcasmo actual se debe a que se conserva con pocas evoluciones el espaol de los tiempos de la dispora, que se inicia en 1391 y finaliza un siglo ms tarde con el decreto de expulsin de los Reyes Catlicos. De este modo, como ejemplo, podemos observar como conservan grupos intervoclicos latino como mb - plombo por plomo-, las prepalatales /s/ y /z/ correspondientes a las grafas x, g y j que caen en el reajuste de sibilantes que se inicia en el XV, o la vacilacin entre el mantenimiento y la aspiracin de f- inicial latina - fabla por habla-, que en espaol cae definitivamente en 1520. Uno de los puntos de destino fue Portugal - de ah el gran nmero de lusismos que hoy pervive, como d, s, est por doy, soy y estoy- ; tambin rechazados de all, se trasladaron a Amsterdam Spinoza es de ascendencia sefard - y a otros muchos lugares de oriente. El otro punto de dispora es el de los pases de la cuenca del Mediterrneo: Turqua, todo el Magreb, Palestina, los Balcanes,... En el siglo XX se ha constatado una notable decadencia de esta modalidad del espaol por mltiples motivos: as, el genocidio nazi casi aniquil a la numerosa comunidad balcnica; en los pases
alejados, pequeas comunidades se adecuaron al idioma
circundante, como sucedi en Nueva York; en la misma Israel, el peso de las comunidades europeas orientales, especialmente la mayoritaria eslava, y la uniformidad lingstica basada en el neohebreo han influido negativamente en el sefard: de hecho el lxico se va empobreciendo y se adoptan trminos de las comunidades circundantes; en Marruecos pesa decisivamente la influencia del espaol moderno. Actualmente se han sintetizado todas las variantes sefarditas en una modalidad inteligible para todo sefard, en franca regresin y reducido al mbito familiar, a pesar de varias publicaciones y eventos culturales. En Filipinas los misioneros impusieron el espaol como lengua de educacin, eclesistica y administrativa, crendose el chabacano, o dialecto espaol filipino. No obstante, tras la prdida de las islas en 1898, Estados Unidos impuso con xito la cooficialidad del ingls y el tagalo, lengua autctona. El espaol se fue reduciendo rpidamente al mbito familiar de generaciones ya envejecidas que no encontraron relevo en su descendencia, quedando hoy como sustrato del ingls y el tagalo. En el mbito americano, el espaol es cooficial con el quechua en Per, y con el guaran en Paraguay. En Puerto Rico, estado libre asociado a los EE.UU., el ingls fue la lengua oficial desde 1902. En 1949, el Ministerio de Instruccin Pblica decret la presencia del espaol en el mbito docente y, tras sucesivas tensiones, en 1991 el espaol vuelve a ser idioma oficial en Puerto Rico mediante la llamada Ley 417. Actualmente el espaol no ha conseguido desbancar al ingls de los mbitos tecnolgicos y financieros. Las perspectivas de unidad del espaol son esperanzadoras, varios factores han contribuido a ello: nuestro idioma llega a Amrica entre los siglos XVI y XVII, cuando est ya muy cohesionado; la unidad normativa se refleja de un modo muy fuerte y ha conseguido que las diferencias sean slo orales y, en parte, lxicas. La labor de la confederacin de las Academias de la Lengua y del Instituto Cervantes ha tenido mucho que ver con esta cohesin, que se refleja en el creciente mundo audiovisual latino, cada vez ms autnomo y pujante aun en los EE.UU. Por otro lado, los flujos migratorios, ms que tursticos, han ayudado al contacto directo entre los diferentes pases hispanoamericanos y Espaa. 2.- El espaol de Amrica. 2.1.- Introduccin.
La diversidad a la que hemos aludido antes no se refiere slo
a las divergencias entre el espaol de nuestro pas y el americano: no podemos hablar de una sola modalidad americana. Pedro Henrquez Urea distingui cinco zonas: / Antillana: Puerto Rico, Cuba, Santo Domingo, costa de Venezuela y litoral atlntico de Colombia. / Mejicana: Mjico, Amrica Central y suroeste de EE.UU. / Andina: Andes venezolanos, meseta colombiana, Ecuador, Per, Bolivia y noroeste de Argentina. / Chilena: Chile. / Rioplatense: Argentina, Uruguay y Paraguay. Los factores que han intervenido en esta diversidad, segn vamos a detallar, son los sustratos indgenas y de hablas africanas, procedencia de los colonos espaoles y evolucin propia. 2.2.- La influencia de las lenguas indgenas y las hablas negras. La conservacin de las lenguas indgenas se debe a la poltica lingstica de evangelizacin, por la que los misioneros compusieron gramticas y diccionarios, aunque desde la metrpoli se conminara a uniformar a los sbditos bajo el castellano, hecho que culmin con un decreto de Carlos III en tal sentido en 1770. Hoy hay zonas donde las lenguas amerindias tienen una gran importancia: sur de Mjico, Guatemala, Honduras, El Salvador, la costa pacfica desde Colombia hasta Per, la sierra y los altiplanos andinos, la selva del Orinoco, el Amazonas, Paraguay y la zona araucana de Chile. Las lenguas ms importantes son el quechua, que cuenta con cuatro millones de hablantes y es cooficial en Per; el guaran, con dos millones y tambin cooficial, en Paraguay; el nhuatl, que ostenta 800.000 usuarios en Mjico; mientras que entre 200.000 y 500.000 de hablantes tiene el mayaquich en Yucatn y Guatemala; el aimar en Bolivia y Per; el zapoteco, el tarasco y el mixteco en Mjico; y el araucano en Chile. Durante un tiempo se vino idealizando la importancia de las lenguas indgenas en el espaol americano. Por ejemplo, Rodolfo Lenz afirm que el espaol de Chile era un modalidad con sonidos araucanos, no obstante esta tesis va perdiendo consistencia: muchos de los fenmenos aducidos ya se estaban dando en la Pennsula Ibrica, como la aspiracin de /s/ implosiva, o la existencia de un alfono bilabial de /f/. Lo mismo cabe decir de la no fricacin de
oclusivas agrupadas con lquidas, o en posicin postconsonntico,
hecho registrado en Espaa en 1600. Otras palabras de procedencia indgena han adecuado su pronunciacin al espaol, as la x se pronuncia como /s/, pero tambin como [ s ], es decir, como predorsodental. S hay alguna influencia indgena en zonas bilinges, especialmente en lo fontico: sirvan de ejemplo dos hechos: en el Yucatn, por influencia del mayaquich, las oclusivas sordas, /p/ /t/ /k/, se pronuncian como africadas seguidas de aspiracin; por su parte, en zonas de fuerte pasado incaico se confunden /e/ e /i/ y /o/ y /u/ porque el quechua y el aimar slo tienen tres vocales, /a/, /i/ y /e/. Morfolgicamente apenas quedan el sufijo nhuatl /-ko/, con sus femeninos y plurales para indicar relacin - yucatecos -, y en zonas de Per pervive el sufijo aimar /-/ como posesivo. La mayor aportacin se encuentra en el enorme caudal lxico que refiere realidades americanas antes desconocidas en Europa: tiburn, cacique, chocolate, patata,... Las aportaciones morfolgicas son mnimas y las fonticas, o muy reducidas y como sustratos, o confundidas como evoluciones espaolas. Por su parte, la poblacin negra, de origen esclava, es de alto porcentaje en Las Antillas, litoral caribeo y las costas del Pacfico hasta Ecuador. Este hecho, el de que tuvieran una localizacin precisa, sumado a la circunstancia de que recogieran abundantes lusismos por la nacionalidad de los negreros, hizo que esta poblacin se entendiera en una mezcla de lenguas africanas y vocablos portugueses y espaoles que se denomin bozal. Esta habla fue desapareciendo en favor de un espaol con un abundante lxico bozal referido a lo religioso, a la danza y a parte de la realidad material cotidiana. Esta modalidad de espaol, conocida como hablas criollas africanas, pervive hoy en algunas de las zonas reseadas. 2.3.- Influencia del espaol septentrional. Fonticamente no hay un conjunto de fenmenos comunes ni, por ello, lazos evidentes de dependencia del espaol americano con el del norte de Espaa. Con todo hay similitudes en zonas donde hubo colonizadores de esta procedencia. Por ejemplo, en Chile y partes de Per, Bolivia y Argentina los fonemas vibrantes se pronuncian asibilados y la secuencia /tr/, se pronuncia /t/ como africada, alveolar seguida de una fricacin sorda y vibrante, como sucede en zonas de La Rioja, Navarra y Pas Vasco. Por su parte, en Paraguay existe lesmo, fenmeno muy raro en Hispanoamrica - por el peso del espaol meridional, que no es lesta -, y propio de zonas castellanas. Como veremos, el espaol americano, es heredero directo de las modalidades meridionales, no de las septentrionales.
2.4.- Influencia del espaol meridional.
La importancia capital del elemento andaluz y, en menor medida, canario y extremeo encuentra una primera respuesta en la procedencia de los primeros colonizadores y al hecho de que las mujeres tardaron en llegar y, cuando lo hicieron, en el siglo XVI, la mayora era originaria de las provincias de Cdiz y Sevilla. Por otro lado, hay un criterio de correccin normativa: Sevilla era el centro administrativo y comercial en la metrpoli, los dirigentes militares eran tambin meridionales -Corts y Pizarro eran extremeos- al igual que los mismos cargos administrativos en la primera poca: su modalidad qued investida de un prestigio social y econmico que pronto se impuso. Cuando las capitales de los virreinatos, como Mjico capital y Lima, trataron de imponer la norma castellana del norte era demasiado tarde y no irradiaron allende sus lmites, hecho que se vio ayudado por la falta de contacto entre las capitales y las zonas perifricas. Incluso se ha comentado la idea de que en las tierras altas Chile y las zonas montaosas de Bolivia, Per, Argentina y Paraguay -, ms diferentes al paisaje y climatologa meridionales, se impusiera la modalidad septentrional, pero tambin en esas zonas el origen de los colonizadores era meridional en los siglos XVI y XVII. La influencia morfolgica se desvela en la cada de la -d de los imperativos - cant - y en el hecho de que, como en zonas de Andaluca occidental, de elimine la diferencia entre ustedes y vosotros en favor de aqul, pero no como forma de respeto; aunque en Andaluca se combina con la segunda persona del plural - ustedes hablis bien - mientras que en Amrica se une a la de tercera del plural - ustedes hablan bien -. Sin embargo es en lo fontico donde la presencia meridional es decisiva: el seseo, el yesmo, una serie de fenmenos relacionados con las lquidas y la aspiracin de /x/ y de h procedente de f- inicial latina, como vamos a detallar. 2.4.1.- El seseo. Para conocer satisfactoriamente el fenmeno que conocemos como seseo tendremos que remontarnos al corte sincrnico de la historia de nuestra lengua que conocemos como preclsico (14741525). En tal tiempo, en la zona meridional las dentales africadas ( es decir, c+e, i y como sorda /s/, y z como sonora /z/) se hicieron interdentales. Este hecho hizo que se confundieran con las apicoalveolares (esto es s intervoclica como sonora /z/, y s no intervoclica, geminada o no, como sorda /s/) por proximidad articulatoria.
Ya en poca urea se elimina las sonoras sibilantes al igual
que se hizo en el norte, de modo que si c+e, i , , z, y s se pronunciaban como interdental sorda, se daba el zezeo, mientras que si se pronunciaban como alveolar sorda, se daba el eeo. Posteriormente, desapareci en el sur peninsular y en Canarias la apicoalveolar, de modo que qued el fonema interdental, fricativo, sordo /O/ para las grafas c+e, i , , z, y s, dndose el ceceo. Sin embargo, si tal fonema se pronunciaba con su alfono dental [ s ], estaremos ante el seseo. Fue este ltimo fenmeno el que pas a Amrica: ntese que el complejo reajuste de sibilantes que hemos comentado finaliza su desarrollo en torno a 1650, y ya estaba iniciado desde 1492, es decir en pleno periodo de colonizacin por parte de gentes que procedan del sur de Espaa. Hoy el seseo supone un solo fonema /s/, pronunciado como predorsal, para tres grafas: c+e,i; z y s, como sucede en amplias zonas de Andaluca y Canarias. Otro fenmeno compartido por espaoles meridionales y americanos es la aspiracin, y aun cada de /s/ final o en posicin implosiva, con duplicacin de la consonante siguiente como en Te enteraste? pronunciado como /tenterhtte/. En ciertas zonas, la aspiracin de s implosiva puede provocar el ensordecimiento de la sonora siguiente: como en Los dados como /lohtddoh/; y, si sigue vocal a una s final, sta puede apoyarse en ella, como ocurre en Andaluca: Los ojos /lo sxoh/. 2.4.2.- El yesmo. Las consonantes lquidas. La aspiracin de /x/ y de h procedente de f- inicial latina. La pronunciacin de la palatal, lateral, sonora, de grafa ll como africada /y/ est ampliamente extendida en Amrica (salvo en zonas con sustrato quechua - Per y zonas andinas colindantes -y mapuche - partes del sur de Chile y Argentina -, donde exista la palatal lateral). Fue un fenmeno ya atestiguado en mozrabe (como paso del grupo romance CL >LI > Y) y que ya estaba consolidado en el siglo XVI en Andaluca. Por su parte, las lquidas /r/ y /l/, como en Andaluca, se truecan - amor /aml/-, vocalizan - carta /kita/ - e incluso caen respirar /respir/ -. En cuanto a la aspiracin de h procedente de f- inicial latina, ya se produca en en el siglo XVI de tal manera que en 1520 deja de usarse f como grafa de [ h ], como en faminem > hambre como /hmbre/. Sin embargo, la aspiracin qued rechazada en el norte, pero no en Andaluca, donde sigue vigente, como en Amrica, hasta extenderse en algunas zonas hasta otras labiodentales fricativas
mantenidas en espaol estndar - afuera /ahura/ - y a la aspiracin
del fonema velar, fricativo, sordo /x/, as en Mjico como /mhico/. 2.5.- Caractersticas propias. Es comn en Amrica la predominancia abrumadora del diminutivo -ito con valor estilstico extendido incluso a otras categoras no nominales - ahorita -, hasta el punto de haber desplazado a -illo y -ete, y en menor medida a -ico, que puede unirse a -ito - toditico -. Otras peculiaridades americanas son la adicin de -n a los pronombres enclticos - dmen por dme -, o el uso de la interjeccin apelativa ch - proveniente de un c peninsular de entre los siglos XV al XVII- y que tiene extraordinaria difusin en las hablas rioplatenses -como en la Valencia espaola-. Muchas de las caractersticas propias del espaol americano apuntan, de hecho, a un cierto mantenimiento de rasgos arcaicos, especialmente reflejados en el lxico: as el uso de carro por coche, o pollera por falda. As, uno de los lugares comunes del espaol americano, el voseo, responde a esta tendencia. En la Espaa de 1500 t era la forma de tratamiento para dirigirse a iguales o a inferiores, y vos entre iguales. Al irse generalizando usted, t recobr el terreno arrinconando a vos hasta eliminarlo definitivamente ya a inicios del siglo XVIII. Estos cambios se implantaron en zonas de ms tarda emancipacin de la metrpoli, con la que mantenan un mayor contacto, como Mjico, Per, Bolivia y Las Antillas, zonas donde haba capital de virreinato, donde hoy, de hecho, predomina t - en Las Antillas tal predominio se explica por la influencia de la Universidad de Santo Domingo-. Sin embargo, en zonas con menos contacto con Espaa, como Paraguay, Uruguay, Argentina, Amrica Central y Chiapas - Mjico -, dominar el vos; mientras que el resto de Hispanoamrica contiende una forma con otra. Vos concuerda con formas verbales que en su origen fueron de plural, como los imperativos sin -d final - Cant -, usados en Espaa hasta el XVII. Del mismo modo, acompaa a varias formas verbales, especialmente presente de indicativo, que deshacen el diptongo en la desinencia, formas desaparecidas ya en el XVI en Espaa - Vos sabs -. Tambin es destacable el hecho de que el mantenimiento de vos no haya sido acompaado por el de os y vuestro, como hubiera sido de esperar, sino que concuerda con te y tuyo, tu, tus,... - Vos te volvs para tu casa -.