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5 Alfredo Lépez Austin ae Leonardo Lépez Lujan El pasado indigena »de México {Cc cf 4 so Historia de las Américas iM Cultura Econdémica ay 3 = Vv 2 Q s Ss xR S 3 3 Q Q = z & > a x 3 3 & a 3 5 3 4 2 Z < x a g 4 3 3 2 2 MN Wie, ta Fideicomiso Historia de las Américas LU MM Serie Hacia una Nueva Historia de México 226 FL POSCIASICO MESOAMESICANO. ‘Torquemada, Techotlala, Hatoani del Acolhuacan, gobernaba sobre tuna poblacién heterogénea. Bajo su poder se encontraban gentes de las etnias acolhua, chichimeca, tepaneca y culhua, gobernacas desde tiempos muy antiguos por ‘seftores naturales", Techotlala temia que las alianzas étnicas internas de sus stibditos debilitaran la cohesién de su reino. En consecuencia, dividié cada una de las etnias y reubicé las fracciones, entreverdndolas. Si bien es cierto que los suibdlitos siguie. fon reconociendo a sus "sehores naturales”, la fragmentacién dismin y6 considerablemente su poder. EI sistema de dependencia territorial tenia como entidad politica fun. damental el dlatocdyotl. Esta unidad, a la cual los espanoles llamaron reino, eta capaz de regir los destinos dle conglomerados pluriétnicos que formaban las mas importantes ciudades de la época, Es sumamen te interesante el hecho de que, al constituirse, el sistema de dominio territorial no destruyé el sistema parental de las comunidades (como propone Carrasco), sino que fined sus raices en él, aprovechando las estructuras gentilicias y adaptindolas a sus intereses. A diferencia de Carrasco, estamos convencidas de que en este dificil proceso de inte- graciGn, los *sefiores naturales" pasaron de dirigentes de sus commini- dades a burdcratas del orden politico pluriétnico. Esto explicaria por qué en las fuentes documentales el (rine se cubiii significa en algunas ocasiones “sefor natural", como aparece en procesos de Huexotzinco, y en otras es el nombre de funcionarias nombrados por el Hlaloani por sus servicios o sus méritos militares, tal ¥ como lo deseriben Zurita y Torquemada, Como hemos visto, en los regimenes mas complejos el tecubtl era el delegado del gobiemo cen tral que, con funciones judiciales, militares, administrtivas y hacenda sas, gobernaba cl calpull! en lo que ataiifa a las relaciones con el tlato- eayott, estableciendo en él su teccallé 0 casa de gobierno. Al ser captado el recubtlt por la administracién central, las unidades gentilicias debieron de haberlo sustituide por otro funcionario de lina- je. En el calpul, este funcionario seria el “pariente mayor" mencionado por Zurita, En cambio, en otras sociedacles del Centro de México este fensimeno no se dio. A la llegada de los espanoles, el tectbilt seguia siendo el “senor natural”. La imbricacién de los dos sistemas de dependencia pudo haber ge- nerado complejas normas de distribucién de titulos y de cargos publ cos. Unos y ottos se otorgaban ya por linaje, ya por méritos persona- les © combinando el abolengo del individuo con su carrera politica FL POscLASICO MESOAMERICANO BS den divino que dividia el mundo en dos mitades: celal peat ri en hc Buns Tate em on ee Aguila (simbolo celestial), y el Seem al la Son en ee er supremo estaba en manos del tlacatéceally el tacochedicath cuyes pero la recurrencia 228 EL POSCLASICO MESOAMERICANO la wopa y de las armas. El ejército se compona por una tropa integra- da por el comtin de la poblacisn; por érdenes militares de guerreros mantenidos por el palacio, y por un alto mando de funcionarios publi- os, entre los cuales predominaban los nobles. Cada calpulli formaba ‘un cuerpo que se identificaba por bandera y sea, comandaclo por et Jecubtli. La tropa no recibia soldada, pues la participacién en la guerra era_una forma de tributo; pero podia aprovecharse del botin, era recompensida con premios y tenia un tipo de seguro por invalidez y muerte. Los sumos sacerdotes de Mexico-Tenochtitlan también eran dos: el Quetzalcéatl Tétec Hamacazqui ¥ el Quetzalcéatt Tiéloc tlamacazqui, consagrados al culto de los das dioses cuyas capillas coronaban la pi- rimide mayor de la ciudad: Huitzilopochtli, el dios solar, y Tliloc, ef sehor de la lluvia. Bajo ambos sacerdotes se desplegaba una compleja jerarquia que terminaba en los estudiantes bisofos. El clero ocupaba, dependiendo de sus titulos, importantes cargos de gobierno, sobre todo en materia de educacién. Por su parte, las sacerdotisas tenfan un lugar destacado en la sociedad y en la pirimide eclesiistica, aunque sin vinculos con importantes cargos piblicos. materia hacendaria, el esquema dual estructuraba las funciones entre el bueicalpingi, quien dirigfa a todos los recaudadores del trib to, y el petlacalcatl, encargado de su almacenamiento y redistribucion EI nivel mas bajo lo formaban los tetecubtin, quienes recibfan instruc- ciones del huetcalptxgut para recolectar los tributos en los calputin, La administracion de justicia se iniciaba en cada calpulli, en el tribu- nal llamado teccallf 0 feccaco. El tecubul atendia alli los asuntos meno- res, entre ellos los divorcios, Si las sentencias implicaban una pena grave, el caso era proseguido en el flacxitlan, tribunal del palacio real Los casos extremos, sobre todo cuando fa condena era de muerte, se ventilaban en el wibunal supremo del cibuacéatl, compuesto por 13 jueces. Es pertinente agregar que existian varios tribunales especiales, « los cuales se resolvian los juicios de los nobles de palacio, los mi- lares, los comerciantes, los sacerdotes y los estudiantes, La educacién escolar Cuando fray Bernardino de Sahagiin describi6 las costumbres de los otomies, hablé del Otonteocalli, templo dedicado a Yocippa, el dios EL ROSCLASICO MESOAMERICANO 2» principal de este pu, tn dicho templo tan cacao los los en- te ites y penitencis. La sper vida infantil comprencia ls noche cn vela, ef aprovisicnamiento de agua para el templo, el ayuno y las ofrencias de sangre propa. Fl rigor de ta edcacion no era exctusivo de fos otomies; hay relatos semeantes sobre otros pueblos ea Sen tro de México. Coinciden también los documentos al precisar que los templos eran los centros educativos, y Tos sacedotes Tos elucadores, Si bien la funcidn principal de estos centros era impart la educacién formal a ninos y jévenes, cumplfan colateralmente con otros fines: del ejército y centros bién un fuerte serrido ritual. Asi, en su ingreso al templo, las ails vestidas, y el sacerdote las recibia entre discursos. Tanto los sarones Win social en nobles yplebeyos se provecaba ins ine ed cas distin de emploesctls os tpt repuides por eds los cpu, asta Tos hos de los macehal- roel camden menos mumezosos, los de len pin. Las Rantes dlocumentales consignan que los padres tenfan libertad para elegir la trout de ais ios, Debemos suponer que, de haber exstido ex I rad stn consdonenete por nes enim colic ene as lo ealad fara a determina doses eae iesenesfandamentl ene el facta el calmecac re caboion ls dipling pues en el segundo larder enn exe. Por tucional- 20 PL POSCLASICO MESOAMERICANO ejemplo, mientras los miembros del telpochcaili podian pasar algin tiempo en sus propias casas lo que debi6 de ser un gran auxilio en los periodos de intensificacién de las actividades procuctivas—, a los ‘estudiantes del cafmécac no se les permitia abandonar el templo. La diferencia en la disciplina era mas notable en lo tocante a la conducta sexual. Los jévenes del elpocbcallf podian disfrutar de esporidicas aver turas amorosas, En cambio, los del calmécac no gozaban de este pi vilegio; su voto de castidad era absoluto y cualquier infraccion se castigaba severamente. Juan Bautista Pomar dice que en Texcoco las penas aplicadas a los hijos de los nobles eran las punciones con espi- nas de maguey, la exposici6n al humo de chile, y el azote con ortigas. tras fuentes senalan que a Ios lujuriosos se les quemaba el cabello hasta Ia raiz, y que eran expulsados con gean ignominia de la escucl Los estudiantes del selpocheallt cumplian sus deberes productivos labrando las tierras de la escuela o acudiendo en grupos a la construc- cién de obras publicas. Cuando el joven adquiria fuerzas, iba como. cargador al campo de batalla, donde se familiatizaba con las activida- des belicas. Si tenia coraje, se lanzaba con sus compatieros a la captu- rade un enemigo, y el éxito era recompensado con sus primeros ascensos dentro de la escuela. En el calmécac el joven recibia una educacién militar més completa y, was su preparacion, salia al campo le batalla acompatado por un preceptor militar, guerrero experimen- tado, pagado por sus padres. El contenido de la educacién impartida en ambas escuclas no es cles- cfito ampliamente en las fuentes documentales. Pomar menciona que Jos nobles aprendian oficios prestigiosos, como la plateria o el tallado antistico de la piedra 0 la madera, Habla también del estudio del calen dario adivinatorio y de los ejercicios en las canchas del juego de pelota Debemos suponer que se destinaba mucho tiempo para preparar a los jdvenes nobles en ret6rica, ingenieria y derecho, indispensables para €l buen gobierno, Para todas las jévenes, nobles 0 plebeyos, era de Primer orden el aprendizaje de bailes y cantos sacros y bélicos. La edu- cacién femenina se enfocaba en las actividades productivas, entre ellas el hilo y el teido. Un importante funcionario del gobiemo central de Tenochtitlan, el mexicatl teobuatzin, era el ditigente supremo de todas las escuclas y determinaba el contenido religioso de la enseRanza. La compleja orpa- nizaci6n tenfa como escalén inferior el de los “sacerdotillos’, nombre con que eran conocidos Ios escolares novatos. Estos se iniciaban co- HL POSCLASICO MESOAMERICANO eS rear lena y agua smo sivienes del vemplo, encargados de bane, a el ci , a is fuentes i oe eet gr ccenons rls, es Tos describen como penitentes que se bafiaban a media noche con agua Se ae cinerad on epee nae CE re ado hokbe era ererdte durante un lrg, deen ee ie song ahaa wor re, te tne ene om sco mia ee os pet a I sats parepcions ses Se oe a mirada ox cdc are a a Ale Oe a oat rene cooctisis eh los cueicacali las danzas, los cantos guerreros y el arte de taner los ins: is del canto”, eran instity- cronesanckas simples, ais que aca Tos estudiantes para fe "Obamente, fr educa reabida dante la fala y la ake ceria reper en la vide act, incada con i sida de aes vars comeagar a vila atonal Los pin y fos maceuatin, por Pan, denempenartn ls actviiades para as cuales habian ido napa tse pameron, edveados eamorndsy dissplinadamente en Ioseaimécae, eran téneos pra ocupar fos cargos publics de impor cea porous pate, el vel jeirqico adqurio por los mértos de vine oon dieu ea escolar sera el punto de awa parte Gree de neds a serio del estado Las relaciones entre los pueblos El clima dle inseguridad politica generaclo por la caida del Clisico se prolongé en el Centro de México hasta el tiempo de la Conquista como tuna situacion de tensiones ¢ inestabilidad, Fue un estado permanente de violencia institucionalizada, Para entenderlo es necesario estudiar la complejidad de las relaciones de Jos pueblos de rea. De manera global, puede afirmarse que éstos consttuian un Conjunto enorme y heterogéneo, v que, pese a sus diferencias étnicas, linguisticas y polit- cas, vivian inmersos en una historia comin teiida intensamente por el Comercio y la guerra, En su impresionante pluralidad, los poblaclores, del rea se agrupaban siguiendo, entre otros, criterios de cardeter étni 232 FL ROSCLASICO MESOAMERICAND. co. En las fuentes documentales hay frecuentes alusiones a estos nexos gentilicios: en algunos pasajes se habla del parentesco entre los dioses patronos de dos grupos; otras textos se refieren a un origen mitico co- tin @ varios pueblos; en algunos discursos politicos se esgrimen ra zones de fidelidad y alianza en razon a la ascendencia comtin, y asi por el estilo. Quienes formaban parte de aquellas enormes “familias” reco: nocian también a sus “seflores naturales”, dirigentes que estaban a la cabeza de distintos niveles de organizacién ‘Sin embargo, el concierto y la cohesién emanados de esta estructura ‘eran profundamente alterados por otra clase de nexos, a los cuales nos hemos referido en capftulas anteriores. Eran éstos los vinculos del sis- tema de dependencia territorial, es decir, los del poder ejercido sobre los cliversos grupos que habitaban en un territorio dado, independien- temente de las afinicades gentilicias que hubiese entre ellos. tai unidad fundamental de este orden politico era la ciudad. De jure, las ciudades eran entidades autGnomas. No obstante, de facio su carécter politico territorial creaba entre ellas, con frecuencia, lazos de dependencia. Las cludades poderosas, duefias de la tierra, consentian que entidades mas débiles se instalaran en sus dominios a cambio de una retribucién Pongamos por caso la relacién que entablaron Jos mexicas al estable- cerse en Mexico-Tenochtitlan, Esta poblacién se fund6 en las islas oc Cldentales del Lago de Texcoco, terrtonio perteneciente a Azcapotzaco. Los mexicas pidieron autorizacion para asentarse en ellas. Azcapotzal- co accedié a cambio de la subordinacién politica y la entrega de un tributo periddico. El anterior es un simple ejemplo entre los muchos que quedaron re- sistrados en la historia, El sistema de dependencia territorial, en efec- ‘©, conformaba una amplia red regional. Como puede suponerse, la coexistencia de los sistemas gentilicio y territorial produjo una gran complejidad en las relaciones entre los pueblos del Centro de México; y en mayor medida por cuanto a que los mas poderosos gobernantes el area eran, con mucha frecuencia, dirigentes en ambos regimenes. Si bien la coexistencia de los dos tipos de organizacién hace suma- mente dificil la comprensién de las fuentes documentales, hay suficien- tes bases para suponer que el sistema de dependencia de tipo paren- tal fue ef fundamento remoto dle la mayor y mas poderosa institucién supraestatal de la Cuenca de México: la excan tlatoloyan, Su nombre significa literalmente “el tribunal de tres sedes". Otros nombres corto: doran su cardcter judicial: Hernando Alvarado Tezozémoc la llama en EL POSCLASICO MESOAMERICANO Ba espaitol “el tribunal de los reyes” o “las audiencias”, y tecubtlatoloyan cen lengua nahuatl, Pero no eran judiciales todas sus funciones; la ins- titucién tenia también caricter militar. Por ello en las fuentes docu mentales se le denomina Triple Alianza. a excan tlatoloyan parece haber respondido a los requerimientos de una organizacion supraestatal de nivel regional inscrita en un con. texto de guetra encémica, Esta era una situacién comin del Posclasico fen toxla Mesoamérica, por lo que no debe extrafar que hayan apareci do instituciones semejantes entre los mayas y entre los tarascos. En la Cuenca, la antigiedad de la excan tlatoloyan va mucho mas allé del siglo xv. Aunque est muy difundida la idea de que surgi6 tras la gue: ra contra Azcapotzalco, en 1430, debe insistrse en que su existencia se remonta cuando menos a la época tolteca. Domingo Chimalpahin ‘Cuauhtlechuanitzin menciona, aunque en forma muy vaga, una remota entre Tollan, Culluacan y Otompan. Con el tiempo, Tallan fue stituida por Coatlinchan, y ésta por Texcoco; Culhuacan tuvo como 1 heredera a Mexico-Tenochtitlan; el lugat cle Otompan fue ocu- ado primero por Azeapotzalco y después por Tlacopan. gon In consign elit Triple alan, los atoque de Tex coco, Mexico-Tenochtitlan y Tlacopan ocuparon las cabeceras corres pondientes a los grandes grupos étnicos de la Cuenca. En efecto, ade ms dle su funcion de gobernames territoriakes de sus propias ciudade: ahora se ostentaban, respectivamente, como el "seiior de los acothuas ¥ de los chichimecas” (acolbuatecubtit y chichimecatecubili), el “senor de los culhuas" (culbnatecubil) y el “senor de los tepanecas” (epane- ccatecubth) ; En el plano ideal, la Triple Alianza seguia la estructura cOsmica. Los datos que se tienen de esta instituciba, aunque escuetos, permiten descubrir que tuvo como arquetipo la division de los wes grandes ni- veles dlel universo (los ciclos, la superficie de la tierra y el inframun: do). Siguiendo este modelo basico, pueden descubrirse elementos que identifican a los acolhuas y chichimecas con el cielo, a los mexicas con la superficie terrestre (Ambito al que pertenece el Sol) y a los te- manecas con el inframundo. ahaa Hato, en tao Imagen de totaled esi, a ba su poder sobre todas las etnias. Los tres sefiores, actuando como jueces en un tribunal de caricter rorativo que tenia como sedes las tres Capitales, resolvian los conflicias susctacos entre las entidades pertene: ciemtes al gran complejo. Al mismo tiempo, la alianza militar los hacia PL POSCLASICO MESOAMERICANO 26 guardianes de la seguridad regional ante los eventuales ataques exter- fos, La tutela y el amparo debian ser ampliamente retribuides por los protegidos con la subordinacion y el tributo. Obviamente, no todos los pueblos vecinos estaban dispuestos a reconocer Ia Tegitimidad y las cexigencias politicas de los tres sefores. La exca tlatoloyan manifesta- ba entonces su derecho de dominio, utilizando la fuerza de las armas para incorporar a los renuentes. Lo anterior concorchaba con las iniciales ambiciones conquistacloras de la Triple Alianza. Desde su establecimiento, el poderio adquirido con la victoria sobre Azcapotzalco la hizo una coalicion prepotente, Su expansi6n militar era ya un propésito franco en el establecimiento rnismo del pacto: acordaron entonces que dos quuintos de lo recauda- do serian para Texcoco, otros dos para Mexico-Tenochtilan y el restan- te para Tlacopan. La excant tlatoloyan fue sometiendo uno a uno a tos pueblos proximos y a los cemotos en tin proceso de expansién desco rnocido hasta entonces en Mesoamérica Ta sumision a la excar tlaroloyan se daba tanto en forma pacitica como por medio de las armas. Los pueblos mas inseguros de su pro- pia fuerza militar se entregaban sin resistencia tras los primeros reque- Fimientos, Por lo comin su inclusi6n se pactaba en términos benignos, y el reconocimiento se linitaba a la entroga periddiea dle gobernantes y a sus dioses. En cambio, los que se opontan al dominio y eran vencidos tenian una suerte diferente. Su condicién variaba en fazén a su resistencia. En la mayor parte de los casos las ciudades conquistadas entregaban el tributo que correspondia al reconocimien- to, quedando ademas obligadas a permitir el libre paso de los comer: ciantes protegidos por la excar tfatofoyan, y a auxiliar a los ejércitos de los Conquistadores con tropas y vituallas. Sin embargo, mantenian ‘sus regimenes juridicos y politicos propios, En casos dle oposicién ex- trema, la excan tlatoloyan podia imponer, ademas del tibuto, un go~ hemauor, o bien arrasar la poblacion y ocupar el cerrtorio anexado ‘con su propia gente. Pese a los términos establecidos en el pacto dle ssumisiOn, todos los pucblos sojuzgaclos sufrian, en forma abierta o fencubierta, las intromisiones de la excan tlatoloyan en sus asuntos in: ternos de gobierno. En la distribucién de funciones entre las tres cabezas aliadas, toc a Jos mexicas la direccién militar, Aprovechando su cometido en benefi- cio propio, pronto traspusieron la posicién de igualdad que habian pactado con los texcocanos, Las campanas de conquista se orientaron dones a los | | 236 FLPOSCLASICO MESCAMERICANO preferentemente hacia las zonas que més convenian a Mexico-Tenoch titlan, La ciudad insular, que carecia de un territorio agricola suficiente, se enriqueci6 con el flujo de bienes que legaban a ella por el tributo, eto también gracias a la produccién artesanal, al comercio a larga distancia potenciado por la guerra y a las actividades mercantiles dentro de la Cuenca. De tierras distantes procedian las plumas y pieles finas, las piedras semipreciosas y los metales que requerfan los artesanos me. xicas para su labor especializada, En cambio, la propia Cuenca y los va- Hes circunvecinos producian los viveres que se consurian en la ciudad, De acuerdo con Edward E. Calnek, los tributos procedentes principal: mente de la zona chinampera de Chaleo y Xochimileo proveian de ali Mentos a S6lo un cuarto o un tercio de los habitantes de Tenochtitlan Esta poblacién estaria compuesta por la nobleza, el ejército profesional y la burocracta. La mayoria restante obtenia sus recursos alimenticios a través del sistema mercantl La supremacfa transforms a los mexicas, que se proclamaron desde entonces los grandes guerreros del mundo conocido. Por eso, la gue- tra fue para ellos el principal medio para la resolucién de los proble- mas politicos; la organizacién del ejército se convirtié en una de las empresas fundamentales del estado; la carrera de las armas fue la vi idénea para alcancar alos puestos puiblicos no castrenses, y la ideo- logia —especialmente la religiosa— descans6 en los valores bélicos A pesar de ello, los mexicas nunca se atvevieron a iniciar la guerra sin alegar ante el enemigo la existencia de una causa justa, por ejemplo el ataque a embajadores 0 comerciantes. Utiizaban un doble mensaje: hacia su pueblo, la exaltaciGn miltarista por las requerimientos de cau- tivos para el sacrificio; hacia el exterior, una declaracién del uso de la fuerza sélo contra quienes violaban un orden subordinado. Las Uicticas militares y la estrategia de la expansién estuvieron en buena parte condicionadas por el desarrollo técnico, sobre todo por las limitaciones en la capacklad, velocidad y costo del transporte en sociedades en que las vituallas y los tributos tenian que movilizarse sobre las espaldas de cargadores humanos. Ganada la guerra se esta- blecia el tributo, sin que quedara sobre el territorio derrotado un ejér- cito de ocupacién ni més burdcratas que los calpixque 0 recaudado- res. Sélo en casos contaclos, sobre todo en las zonas fronterizas, se establecian guarniciones. Esto permitia que el efército estuviese com- Puesto principalmente por tropa no profesional (los cuerpos formados Por los calpultin) que era dirigida por mandos procedentes del gobier- 1 POSCAIOO MISOAMEREANO w , serreros de rdenes mili to central En estos cuerpos se intercalaban gue ; tres, mantenidos a expensas del paacio, Cando Ia movilzacn de ito se hacia a través de tertitorios anexados, se recibia el auxilio : 2 y tropa adicional trbutario en vituallas, transpone y tropa adiciona stan Hl propdsto cena del expansionismo hegemnico de la riple Alan 2a no eta el dominio terol, sno el benefco tba Se pee gan ta jens recursos naturales, la re- quan también el acceso privilegiado a lenis recursos nat Etpiniacin del eomercioy el control de mercados importantes. Saasiones los pueblos tributarios no s6lo entregaban los bienes produ cis en sus props regones, sino que debian pagar | dewda con rexiytos que adguitan aves del comerco con sus wecnos, En flones situadas mis allé de sus dominios. Segiin algunos autores, esta forma de dominio era polticamente inadecuada, carecia cle cobvesiGn interna y se fundaba en una organizacién militar deficiente. Ross Has snc oar dnd el stam en ean oman en cuenta tno el propo principal de a expansién —e wibuto— como elnvel teenolegeo de a paca Sn embargo indeendientemente Is eheacla o ineeacia de dicho sstema, ao pornos ana ep blera silo desde la vision de fos deminantes. La ova cara dea #0 ned son tos pueblos conguistades, que stn en ts condiciones Snerosas, inestables € inseguras que genera toda insttucionalizac de la violencia ; Gone frea contolada por la excan latolyan fue aprovechaca de inmedkato po los pochtecs a comerciatesprofesonaes del Cen tro de México, estableeidos tanto en as escapes como en las it dads somes. Estos comercintes estan agrupads no slo en as grandes cindades del Centro de México —entre ellas Ia independiente Cholula, Famosiima por sus actividades mercantiles—, sino en toda Mesoamerica, Mil Acosta Sigs es supone cman de cone del Golfo. Singularizados por sus tradiciones, los pochtecas na onganizactn desarolladny jrnguzada, AS, or elem, todos tos cafpultin de comerciantes mexicas extaban presididos por dos altos foncionarios propios, el pochlecatfaféac y el aceotécatl, y en el terre- no militar los comandaba un jefe también propio el cuatahpoyatzin Sibien tenan un amplio margen de awonoeia en In ongnizaion de su expedicones comerciales, os pochieassevian a su tatague como embajadores, espias , excepcionalmente, como nlicianos. Su riquera y los servicios desempedados los evaron a una posiciin pri- a EL POSGLASICO MESOAMERICANO, vilegiada, pues ejercian la jurisdiccién en los mercados y fijaban los Precios, Las fuentes documentales hablan de sus asociaciones mercan- tiles con el tlaioans «le Mexico-Tenochttlan, de sti participacién como altos consejeros en la conte de Texcoco o de sus cargos gubernamenta- les en Tlaxcala Asimismo los pochtecas se vinculaban estrechamente con los cal: pultin de artesanos. Los provefan de lassmaterias primas indispensables para la produccién de las manufacturas (arte plumaria, textiles de al- godin, joyeria, eteétera) que mas tarde distribuirian por toda Mesoa- mérica. Los pochtecas de las ciudades de la Cuenca de México orga- nizaban de comin acuerdo sus expediciones comerciales, formando columnas que pasaban por Tehuacdn y llegaban a Tochtépec, En esta poblacién oaxaquena se dlividian en dos grupos, para dirigitse unos a Andhuac Ayotlan, en las costas del Pacifico, y otros a Andhuac Xicalan- co, en las del Golfo de México. Fn su trafico meridional los pochtecas le la excan tlatoloyan controlaban la regién del Soconusco, rica pro- ductora de cacao, Este fruto no s6lo era una mercancfa de elevado va lor, sino que, junto con el potvo de oro, las hachas de cobre y las man tas de algodén, servia de equivalente general, a manera de moneda En Tabasco, los pochtecas del Centro de México intercambiaban sus productos con los comerciantes zoques y mayas, que a su vez Ilega- an cn sus tratos hasta Honduras, Las grandes transacciones se hacian ‘en centros independientes y neutrales, conocidos como “puertos de intercambio" El mayor control comercial de la excan tlatoloyan se ejercia, cbvia mente, sobre los mercados de la Cuenca de México, principalmente el de Taltelolco, En ellos era comtin la especializacién. Por ejemplo, en Az- ‘capotzaleo se vendian esclavos; en Texcoco, alfareria fina y ropa; en Acolman, perros, y en Tepepulco, aves. Todos integraban un sistema de intercambio que reforeé la simbiosis econdmica de la Cuenca de México, Fuera de ella, la excan tatoloyan traté de conquistar y contro- lar mercacios importantes, sobre todo en Oaxaca, Los tratos mercantiles de sus comerciantes en los territorios conquistados solian ser abusivos, lo que detoné con frecuencia revueltas y rebeliones. Segiin Calnek y Berdan, el tibuto, el comercio a larga distancia y ef mercado interno de la Cuenca estaban estrechamente interconectados, de manera que formaban un sistema complejo y cambiante en el cual es dificil pre- cisar la importancia correlativa de cada uno de los tres subsistemas ‘mencionados. A nivel local y regional, el mercado era el punto estraté. PL POSCLASICO MESOAMERICANO 20 ico de imeraccin. Asi, los bcnes de resto es Pa como ito ein rls ae “ohegados por a Ws noble ‘atimiban dghos bicnes para agi en eb mercado productos de p Las hases det conocimiento las f6rmulas para e! cémputo del tiempo y el arte de la medicina ae ss as ata ogieacin dl aap jl dverseacon ao EL POSCLASICD MESOAMERICANO ¥ otf0s medios de captacién y distribucién del agua. Con el riego se podian obtener dos cosechas anuales y se alcanzaba una mayor pro- ucci6n por cosecha. Excepcionalmente, donde las aguas lacustres, dulees y poco profun- das lo permitian, se hicieron chinampas, Este sistema estaba basado én la construccién de tertenos arificiales dentro del pantano, atravesa dos por canales, abonaclos con cieno y humedecidos por filtracién, Fl rendimiento era altsimo, aunque se requerian técnicas de cultivo muy elaboradas, un trabajo ininterrumpido y obras hidréulicas para contro- lar el nivel de acuifero y evitar la contaminacién de las aguas dulces or las salitrales; Las chinampas més conocidas son las de la region de Chalo y Xochimileo. Un estudio adecuado sobre el saber mesoamericano hace necesario que se valoren las relaciones entre la prictica, la experiencia, la abs. tracci6n y la sistematizaci6n del conocimiento. Por conocimiento en- tendemos la acci6n y el efecto de un ejercicio que pretende aprehen- der intelectualmente un objeto. Es el proceso ideal de una percepcion —realizada a parts dle una preconcepcién que la condiciona y struc tura— y es el resultado conceptual y estructurante derivado de ella Como serpiente que se muerde la cola, toda experiencia esté determi- nada por un marco. intelectual, y todo marco intelectual se modifica Permanentemente a partir de Ia experiencia. Cualquier campo de co- ocimiento no €s, por tanto, un mero ciimulo de experiencias. Es un producto social formado por proposiciones estructuradas en un sistema, Los sistemas de conocimiento de las distintas tradiciones culturales pueden dividirse —con limites en ‘ocasiones no demasiado precisos— en dos grandes clases: los pertenecientes a macrosistemas y los siste- ‘mas clentificos, En ambas clases, estin constituidos por proposiciones de caracter heterogéneo: te6ricas y pricticas, comprobadas e hipotéti- as, verdaderas y falsas, eficaces e ineficaces; pero todas son validadas Por su pertenencia al cuerpo estructurado. Dentro de las diferencias existentes entre los sistemas pertenecientes a macrosistemas y los cien- Uificos pueden seftalarse las telativas a su integracién, a su potenciali dad de transformacién y a su rigor critico. Dentro de cada tradicién ‘cultural, os sistemas de conocimiento de la primera clase se encuen- {ran sumamente interconectatios, hasta el punto de formar —como el nombre lo indica— un orden explicativo de muy amplia comprensidn la cosmovisisn, Los sistemas cientificos, en cambio, tienden a la disper- sion y panicularizacién de sus campos de saber. En estos sistemas hay Lanna XV. ES el juego de pe Leonardo Aon XXXVI Columnas montimentales que representan guerreros armados Templo de Nabuizcalpantecubtti, Tula, Hidalgo, Area Cena Period Pascldsica (foto: Ignacio Guevara /® Arqueologin Mexican, m ca Leia XOOXVIE Bseultuva mexica de felino para depositar dos covazanes de Jos sacrificados, Area Centro, pertodo Posclasico (cotesia de Salvador Guilliem) Lisa XL. Pircimide de Malinalco, Estado de México. Area Centro, periodo Paselsico (contest de Salvador Guiltiom) Loonie XXXIX, Bajorretiove mexica con of giifo dei gobernante Abuizott, Tepoztlén, Morelos Area Centro, perindo Posclisico (comesta de Salvador Guillem) Laws XLL. Pinimide de Tenayuca, Estado de Pasclasico (cortesia de Salvador Guillem) México. Area Centro, periodo {aun XLII, EL Seor 8 Vonado Gara de Tigre con das de sus allades, Cédice Nuttall. crea Oaxaca, periodo Posclisteo (foto- Carlos Blanco) © Arqueologia Mexicana, mvs) Lamina XIV. Ykcatas tarascas le Tzintzuntzan, Mi pertodo Paselasico (ota: Cartes Blanco / ©) Arciucoh vin, Area Oecidemte ia Mexicana, woud fo" Tea, Luisa XLVI (S108 voga9 Bxtela con ta imagen de Tile, Teayo, Ver racruz. Area Golfo berioilo Paselasico (cortesia de 1 ie piedra. Area Golfo, periodo Posclasico Leonardo lipex Lujén) © Arqueolo; ares, Chicén Itza, Yucatin, de Salecudor & uatemita, dred Sure fet Eo Lassa LI, Penpectiow dle Isimché, capita: de fos cakchique sissies ciina anion tuna mayor conciencia de los procesos sociales de creacién del conoci- miento y, por tanto, wna mayor velocidad de transformacién, Por tl timo, aunque la critica esta presente en todos Ios sistemas de conoct racterizan por haber desarrollado rigurosos mitento, Jos cienificos se c métodos de depuracién Tas formas mesoamericanas de conocimiento son macrosistémicas, Consecuentemente, cada una de ellas debe ser estudiada en sper tenencia a la cosmovision. Esta explica los procesos cOsmicos como celectos de la accidn regulada de seres sobrenaturales poseedores de intelecto, vohintad y podler de comunicacion. Asi, por ejemplo, los ¢o- ir cle al menos tres prineipios az6n” de los seres mundanos nocimientos agricolas se entienclen a pi universales. El primero se refiere al “cc Todas las criaturas poseen, dentro de su materia perceptible, una sus: lancia divina, imperceptible, que es su esencia de clase. Por tat puede hablarse del “corazén «lel maiz”, del “corazdn de las piedras" 0 del "corazén de los venados" como una interioridad inmortal que tras- ciende a los individuos, necesariamente mortales. FI segundo princ- pio es Ia divisiGn de todos los seres en dos grandes grupos que son opuestos y complementarios, De uns parte queda lo que se caracter za por su esencia predominantemente caliente, seca, masculina, lumi fesencia se inclina nosa y vital; en la vir se encuentra aquello cuya lo frio, hiimedo, femenino, oscuro y mortal. Esta separacién binaria proporciona el primer criterio taxonémico de tado lo que existe. El ter- er principio es la alternancia del poder de las esencias sobre la tierra cel dominio de las fuerzas opuestas se sucede para crear los ciclos que dan continuidad al mundo, Un agricultor del Centro de México, por ejemplo, trabajaba en su parcela concibiendo el ciclo anual como una gran hucha en la cual se sucedian las victorias de lo femenino y lo masculino. En la mitad fe: menina del ato, dominaban las Tluvias y las fuerzas del crecimiento, otra era regida por el Sol, que doraba las cosechas. Al inicio de la pri- mera mitad se abria el mundo de la muerte para liberar las aguas, los poderes de germinacién y los “corazones” de las plantas, todo lo cual fa permanecido guardado durante el tiempo de secas. Al concluir cl tiempo de lluvias, todo volvia a su encierro subterraneo, conde des: cansaba mientras el Sol cocia con sus rayos el alimento del hombre, EL agricultor debia actuar en el mbito de lo perceptible y en el dle lo imperceptible: rozaba, abria la tierra 0 recogia las mazorcas; pero al mismo tiempo propicinba ritwalmente la llegada de los diversos seres ae EL POSCLASICO MESOAMERICANO sobrenaturales que intervenfan en el proceso, les agradecia el cumpli- miento de sus funciones, los despedia al final de ellas, y quemaba los rastrojos con la creencia de que ast liberaba en el humo— el agua de lluvia que habia caido sobre la milpa. ‘Ouro tanto ocurrfa con la medicina, El cuerpo humano era concebi- do como un organismo complejo, compuesto por materia pesada y Por materia ligera. Esta, a diferencia de la primera, era imperceptible, constitufa varias entidades animicas, La mas importante era el “cora. z6n”, esencia ubicada en el drgano de este nombre. El “corazén" era ‘una parte del dios patrono del grupo, del que derivaban no s6lo la na turaleza humana del individuo, sino los rasgos fundamentales de la et nia protegida por el dios. Otra entidad animica era la “iradiaciGn”, sonalti, la cual proporcionaba las peculiaridades individuales del nom- bre secreto y el destino, Era una porcién cle los rayos solares que ha- fa sido introducida ritualmente en el recién nacido y que le propar- ionaba el destino propio det dia de la ceremonia, in efecto, se creia que el tiempo era una sustancia divina que viajaba regularmente por el mundo, y que, captada e introducida en el nino, formaba parte de su Persona. Una tercera entidad, ubicada en el higado, regia las pasiones el hombre. La rectitud moral y la salud del individuo derivaban en buena pane de la armonia de sus entidades animicas. Las dos tiltimas podtan aban- donar temporalmente el cuerpo. La *iradiacién’, por ejemplo, salia du- rante el sueiio, durante el coito, por efecto de un psicots6pico © de luna fuerte impresién. Si era atrapada en el exterior por algiin dios, el individuo languidecia, enfermaba y morta Las fuentes documentales mencionan cualicades frias o calientes, aribuidas tanto al organismo humano como a las enfermedades, a las ‘medicinas y a los alimentos. No se trata de valores térmicos, sino de su Clasificacion en el sistema polar al que nos hemos referido. Asi, exis: tian males de origen fiio o caliente, y, concomitantemente, medicinas y alimentos que por su naturaleza contrarrestaban la accion de las en. fermedades. La salud del organismo exigia, por tanto, un estado de equilibrio entre su calor y su fio. ‘Sin embargo, no todas las enfermedades se debian a la falta de ar- monia de las calidades esenciales. EI mundo se concebia como una gran palestra invadida por infinidad de dioses en contienda, Todo lo colmaban y transformaban, ocupando a las criaturas en forma tempo- ral 0 definitiva, Las posesiones que los dioses hacian del ser humano FL POSCLASICO MESOAMERICANO a podian ser benéficas © dafinas. Por ellas se explicaban estados cle conciencia 0 de salud tan diversos como la inspiraciOn antistica, la lv juria, Ja inclinacién criminal, la locura o el reumatismo. Esto hacia que ‘muchas enfermedades fuescn identificadas como personas sobrenatu- rales que se alojaban en el organismo. La posesi6n definitiva significa ba la muerte: el dios poseecior se aduefiaba del *corazsn” del poseido ¥ se lo llevaba a sus dominios en el mas al . n resumen, la enfermedad era un estado que implicaba, por lo co. amin, un desequilibro 0 una discorclancia la salida por tiempo proton. gado de una de las entidades animicas o la intcoduccién de un ser so- brenatural en el cuerpo. La intervencién del médico era, en primer término, la busqueda de fa causa del mal, que poda ser tan variada como lt infraccién de una regla moral, Ia pasién clesmedida, Ia falta de respeto aun anciano, el olvio del co 4 wn dios en 0 da lt to imprudente del cuerpo o el maleficio de un hechicero. Encontrado cl origen dlel mal, el médico procedia a devolver al cuerpo el equi brio o la armonia perdidos, a rescatar y restituir la entidad animica ex- traviada oa expulsar al invasor. El médico aetuaba como confesor, ‘guia moral, consejero o participe en ef ritual religioso, conjurador de la enfermedades y administrador de los medicaments, Lat atencén mis completa al paciente, como es abvio, era de naturaleza mixta tenia como objeto cubrir tanto el deta perceptible como el imper ceptible, Asf, el méclico que intentaba reducir el hueso fracturado, cll al enfermo un medicamento, entablillaba el miembro ¢ imprecaba codorniz divina en la cual se personificaba miticamente la fractura EI conocimiento del curso celeste y el manejo de los ciclos pertene. cen a los Ambitos del saber mesoamericano que mas seguramente pueden rastrearse en la historia, hasta el remoto Prechisico. Las inves tigaciones arqueoldgicas revelan no s6lo la preocupacién humana por la sucesién de los tiempos, sino la existencia de un sistema cuyos sim- bolos perduraron a través de los siglos. El sistema calendirico mesoa- mericano era, como se ha dicho en capitulos anteriores, a articulaciin de ciclos de distintas dimensiones. Los habitantes del Centro de MExi- co wtilizaron un calendario con dos ciclos principales: el de 365 dias, dividido en 18 veintenas mas cinco dias supernumerarios, por el cual se regian las actividades estacionales y las fiestas religiosas mas impor- tantes, y el de 260 dias, adivinatorio, integrado por la combinacién de dos ciclos menores, de 13 y de 20 dias. Tenfan, ademis, el de nueve dias, adivinatorio también, complementario del anterior pero dedicado m4 EL POSCLASICO MESCAMERICANO, a los destinos marcaclos por los poderes noctumos; el lunar y el vent sino. La combinacién numérica de estos ciclos daba lugar a otros, de grandes dimensiones. Entre éstos el mis importante era el de 52 avios de 365 dias (equivalentes a 73 vueltas del ciclo de 260 dias), que es propiamente el "siglo" mesoamericano. Con el manejo del calendario se pretendia determinar, por medio de cilculos numéricos, 1a influencia sucesiva de los dioses. Los tiempos, como se ha afirmado, eran dioses que se extendian sobre el munclo, lo invadian y lo transformaban para abandonarlo después de haber impreso su huella. Los dioses-tiempos habitaban en los cielos superio- res y en el inframundo. Viajaban por adentro de los cuatro frboles que separaban el cielo de la tierra. Cada uno de estos ‘irboles se dis tinguia por un color caractetistico. Los dioses Hegaban a la morada de los hombres en el orden establecido por los ciclos calendaricos: pri mero por el oriente, luego por ef norte, después por el occidente, a continuaci6n por el sur, para recomenzar por el oriente en un perma- niente orden levogiro Cada unidad temporal era, en realidad, un dios compuesto por va- fios diases. Por ejemplo, el dia llamado 1 Muerte era producto de la tunién det dios 1 con el dios Muerte, y en su conjunto este dios-tiempo se identificaba con Tezcatlipoca, SeAor del Destino. Cada dins-tiem- o trafa consigo una fuerza particular, E] mencionado dia 1 Muene era muy favorable para todos los esclavos y durante su transcurso exis cl grave peligro de un viraje radical de la fortuna, que podia privar de sus bienes a quienes hasta entonces habian sido présperos, Se ha discutido si el calendario mesoamericano, despojado de toclo su contenido religioso, tenia un uso eficaz en las actividades product vas, Debe reconocerse que el calendario tail al agricultor no requiere de la complejidad de dicho sistema; con el auxilio de algunas sefia- les de la naturaleza un calendario simple cumple suficientemente los Fequerimientos reales de las labores del campo. Sin embargo, el saber agricola —como cualquier otro— estaba articulado inextricablemente con el resto de los campos del conocimiento, y las respuesta a las es- peranzas, temores e inquietudes del agricultor estaban contenidas, en buena parte, en las ruedas calendéricas interpretadas por los sacerdo- tes especializados en su manejo. 1 POSCLASICO MESOAMERIEANO as El mito, ta religion, la magia y ta adivinacién tema de conocimiento— se donde uns node sca ee arn Hk reas Senso pace swe sae ee ee aga wane presaban la especificidad de cada divinidad por medio: a compe de Jo mundano —a los cuales ya nos he- M6 "FL POSCLASICO MESOAMERICANO fia pesada y dura. Asi, dieron origen a hombres, animales, plantas, mi: nerales, meteoros y astros. Como especies, como clases, siguieron sien- do inmortales; pero como individuos deban transitar del mbito cle la vida al de la muerte, y de éste al de la vida. Cuando un ser mundano digamos por caso un conejo, la esencia divina continuaba su ciclo en el reino de la muerte, y alli esperaba el momento de introcki- cirse en el vientre de una coneja prefada, para volver a ocupar cl ‘cuerpo de un nuevo individuo de la misma especie Otros mitos se refieren al establecimiento de la gran maquina cosmi- a que pondria a circular @ los dioses como fuerzas transformadoras Hemos dicho que el tiempo surgéa, ordenadamente, por cada uno de los cuatro Arboles de colores que estaban en los extremos del mundo, El tiempo era la unin de los elementos divinos contrarios, Dentro de cada tronco césmico se producia la unin del fuego celeste y el agua del inframundo. Uno de los principales asuntos narradlos en los mitos la conjuncién de las dos sustancias opuestas y complementarias ta unién formaba el tiempo. Fl encuentro tenia por simbolo la gue- Tra, y su representacién visual era la figura entrelazada del at-tlachino. Ji Cel agua, la hoguers") Entre los relatos més conocidos sobre el tema sobresalen el del dilu- vio y el de los misicos del Sol. El primero narra que una pare logré salvarse de la gran inundacién dentro de un tronco hueco. Tras retirarse las aguas, los sobrevivientes trataron de calmar su hambre, asando los eces que encontraron muertos en el lodo. El humo de la hoguera as- cendi6 a los cielos y causé la ira de los dioses, Los dos infractores fe- ron decapitados por su enorme pecado, pues habfan unido los contra- rios: los peces (materia muerta, acuatica, fia) y el fuego (materia viva, seca y caliente). BI segundo mito se refiere a la trampa que Tezcatlipoca, clios de la Noche, fragué contra el Sol. Tezcatlipoca envi6 a su negeo hijo, Ehé- catl, a capturar con sus cantos a los muisicos celestes, personajes que aparecen vestidos con los cuatro colores caracteristicos de los arbotes césmicos. El Sol prohibié a sus miisicos que respondieran al enviado octurno; pero éstos, sin poder resist Ia belleza del canto, contesta- Fon con su miisica, y asi uno a uno fueron quedando atrapaclos por el Fitmo de las altemancias, La unién de canto y misica, de colores y negrura, del dia y la noche, dieron origen a la fiesta del mundo, Los mitos del origen del hombre no escapan a la légica de la combi- nacién de las dos sustancias. Quetzaledatl, simbolo de I vida, va al " Com el lip aie sr queda claro el papel de Querralcatl come doses que se sangran? No, sie entiende que en el pensamiento me- sonas ode false cn una, Vimos el mismo tenomen ao habla li Ehécatl CInvisible € Impalpable”), Thicall ‘La Persona"), Moyoco- tenia su propia personalidad, poderes y atavios, Genet iene ex be 28 EL POSCEASICO MESOAMERICANO dees terrestres y lunares, y Tiiloc, el dios de la lluvia, presidian el am- Dito de lo frio, Xiuktecuhtly, sefior del fuego, y Huitzilopochtl, dios del Sol, estaban al frente de tos dominios igneos y celestes. Cuateo dioses de colores diferentes actuaban en los cuatro postes de los extre- mos del mundo. Xipe Tétec y Quetzaledatl provocaban los movimien- tos y las Iuchas de las sustancias opuestas. A su vez, los dioses se sub. dividian en advocaciones. Por ultimo, lo divino se fragmentaba al grado de diluirse en la infinitud de los seres del universo, pues todos ellos tenian al menos una particula de lo sagrado. EL mesoamericano seguia tres vias para enfrentarse a lo divino. Po- dia rogar a los seres invisibles, colocandose en una posicién de infe oridad y dependencia; podia tratarlos desde un plano de igualdad 0 de superioridad, o podia sumergirse en los misterios dle lo nnecesidad de entablar un diglogo. En el primer caso, el hombre act ba dentro de los marcos religiosos; en el segundo, de los migicos, y en el tercero, de los adivinatorios. Los tres campos se diferenciaban en sus {6cnicas; pero en la prictica los limites eran borrosos y la mezcla de procedimientos era lo mas comin. Los mexicas y sus contemporineos imaginaban que la complejidad de su entorno se debia a la multiplicidad de Jos dioses, pues éstos eran la causa oculta de los fenémenos. Los procesos naturales, por tan- (0, se explicaban como la sucesién de las fuerzas sobrenaturales que egaban al mundo, Fl ser humano estaba obligado a recibir dignamen- te, con el ritual especifico adecuado, a cada uno de los dioses que ban manifestando su poder sobre la tierra. Ademis, dlebja contribuir con su esfuerzo —y aun con su propia vida—a la continuidad de los Ciclos y @ la renovacién de las criaturas. Era el colaborador de los dose’, Paralelo a un intenso culto individual, el rto colectivo adquirié enor- nes proporciones tanto en nivel comunal como estatal. Fue una de las praicticas mis significativas para la cohesi6n social y para la accién po- ica. La frecuencia de las fiestas, su riqueza de manifestaciones, su fas- to y su dispendio hicieron del culto publico una de las preocupacio- ‘nes mas profundas del habitante del Centto de México. los ritos colectivos pueden dividitse en calenditicos y no calendri- cos. Los mis importantes de los calendaricos correspondian a las 18 veintenas del ciclo de 365 clas. En cada veintena tenian lugar ceremo- nias ligadas a deidades o grupos de deidades especificas en las que se les ofrecian comida, flores, sangre, papel tenido con hule, joyas, vest dos, incienso y fuego. Estas ofrendas se bacian en medio de plegatias, HL POSCLASICO MESOAMERICANO 2 danzas, misica y canto, de reactvalizaciones miticas, peregrinaciones, fescaramuzas militaces, juegos y consumo de alimentos especificos. Entre otros muchos autores, Henry B. Nicholson ha puntualizado la correspondencia de estos festivales con la fertilidad de la tierra y los sucesivos petiodos del ciclo agricola, Para la exacta correspondencia centre las veintenas y los periodos agricolas era indispensable alggin tipo de correccién bisextil. Sin embargo, Michel Graulich ha desarro- lado toda una explicacién basada en la inexistencia del bisiesto, Segiin él, las fiestis tuvieron en el pasado remoto una correlacion directa con las labores del campo; pero, con el transcurso del tiempo se fueron desfasindo hasta perder su sentido agricola, Aunque muchas de las ideas de Graulich son sugerentes, es dificil concebir que los mesoamericanos hayan creado todo un complejo calenclirico tual que s6lo hubiera tenido concordancia con la naturaleza durante tuna época relativamente coma, Ma fo wocane aos os no calendrcos, los principales estaban lie gadis a los momentos mas tmscendentes de la vida de los hombres Gacimiento, inscriscién escolar, matrimonio, honores militares, defun- ‘cién, etcétera), a ies respuestas colectivas ante las catastrofes (clerrotas bélicas, inundaciones, sequias, terremotos, etcétera) y a las rogativas docasionadas por les fenmenos que consideraban anuncios de desgra- esas como fs elses y Ios comets ¥¢ buscaba la comunicacion religiosa porque se cre! can aptents de reconociniento svi fos benes del hombre El tipo de relacién mis comin era entablado bajo la forma social de la blacion; el devoto, al entregar su ofrenda, pedia ayucla a Ios clioses 0 les agradecia la merced recibida. El bien mis preciado por los doses era la sangre humana, raz6n que impulsaba al fiel a ofrecer la propia 0 en- tregarvitimas parte szniio, Una parte de as occisiones tues era €1 pago por los favores divinos recibidos; otra parte tenia la Finalidad de preservar el srovimiento césmico. Para el efecto, muchas victimas eran convertidas rtualmente en recepticulos de las fuerzas divinas y, tuna vez transformaclas en hombres-dioses, se les mataba durante las fiestas, Con su destruccion se provocaba el inmediato aacimiento ciclico de los dioses renovados por la muerte, Como anteriormente hemos afir- mado, en el Centro de México, sobre todo en tiempos mexicas, la ex: pansion militar contribuyé al increment del fervor religioso y, particu larmente, ce los secrificios humanos, 'A diferencia de las seligiones de salvacién-condenacién, la meso que los dioses 20 EL POSCLASICO MESOAMEICANO americana se caracteriz6 por centrar sus preocupaciones en la vida te- rena del hombre. La muerte no fue concebida como el ingreso en la verdadera existencia, sino como el principio de la disgregacién de lo que habia constituido la integridad y plenitud del ser humano. Segtin los mexicas, una de las entidades animicas, la alojada en el coraz6n, ¥ jaba al mas alli, dirigida al Mundo de los Muertos, al Cielo del Sol, al Lugar de Tliloc o al Arbol Nodriza, de acuerdo con la causa y condi ciones de la muerte del individuo. Al primer lugar iban quienes pere- cian de muerte comtin; al reino solar, los guezreros muertos en com bate y las mujeres fallecidas en su primer panto; al dominio de la lluvia, quienes morfan por motivos acuaticos (por rayo, ahogados, hi- dropicas, bubosos, leprosos, etc.), y al Arbol Nodriza, Ios nifios que no habian probado sino la leche de sus madres. $i bien el destino fi nal podia responder a la moralidad del individuo, se consideraba una consecuencia de haber penetrado en los ambitos de un dios, ef mismo que causaba la muerte La magia, fundada en ta coaccién ejercida por el hombre para influir en la voluntad de los seres sobrenaturales, desarroll6. entre sus técni as dos que merecen una mencién particular. La primera fue la comu- nicacién a través de un discurso denominadlo nabwallatollt 6 “lengua de Jo oculto”, sumamente dificil de comprender, pero léaico y directo, ‘en consonancia con los fines pricticos que perseguia. FE discurso se basaba en buena parte en una nomenclatura que ubicaba de inmediato a los participantes del proceso en el plano sobrenatural: el mago, su cliente, los agresores y los colaboradores, todos se igualaban cuando se recalcaba su aspect imperceptible, Como puede suponerse, algu- ‘nos nombres hacian referencia directa al tiempo de la cteacién, pues se invocaba a los seres por su denominaci6n secreta, la que corres- pondia al dia de su creaci6n. Por ejemplo, si en el proceso interventa un Arbol o un pedazo de madera, su nombre era 1 Agua, derivado del dia del ciclo primigenio en el cual se originaron los drboles; si estaba presente el fuego, se le llamaba 4 Cafa, El mago, por supuesto, se atribuia el nombre divino que le proporcionaba una adecuada posi ci6n de ventaja. La segunda técnica fue el viaje al mundo de los dioses, que el mago creia realizar exteriorizando una de sus entidades animicas. El recurso mis frecuente era Ia ingestion de psicotrépicos. El mago imaginaba acittar en los ambitos de los clioses, con ka conviceién de que su inter venci6n en el tiempo/espacio mitico trascenderia sobre la tiesra. Los HL ROSCLASICO MESOAMERICANO as viajes al otro tiempo/espacio se consideraban summamente peligrosos, Pi Sd‘an ven ports danos que podan resulta de i ingestion de las drogas. Por lo regular, esta técnica era exclusiva de los especia- TSE pcs ei con ra eee, Uno des eps era el de la medicina; otro, el del conirol de tos meteoros, principal- mente Ia lluvia y el granizo. #1 lego hacia uso de ella en actividades laborales, como eran la sicmbra, lt tala de arboles, la pesca, la caza, la produccién de cal o la castracion ce colmenas. En cambio, solictaba 1a incervencidn del especilista para el ritual de inauguraciéin de la cas 6 del bao de vapor. Sin embargo, cl eampo mAs notable y mas temi- do era el de la hechicerfa, abundante en técnicas espectficas, Una de tllas —que no siempre servia a los antisociales propésites de la hech ‘ceria era el nahalismo. El mago nahual crefa poder ocupar con in de sus almas el cuerpo de un animal o una hola de fuego para desen- volverse oculio entre sus enemigos. Ta adivinacion, por tikimo, desarrollé cuatro tenieas principales: el viaje extético mencionado anteriormente; el manejo de objetos cuyos movimientos 0 aspecto se interpretaban a pani de los principios de ta isonomia césmica; el uso del calendario adivinatorio junto con la ob- servacidn de los cielos, y la interpretacion de los swefos ‘Con el viaje extiico el adivino crefa situarse en los cielos superiores 6 en el inframundo, donde el tiempo se encontraba en perpetuo pre~ sente y donde era posible observar pasid, presente y futuro del anun- do del hombre. Un procedimiento terapéutico era el del pabini Cel {que toma la medicina"); el médico ingeria un psicotrépico, y durante cl éxtasis descubria el origen del mal de su paciente. {a adivinacion por isonomia hacia uso de miliples objetos. Entre los mais comunes se encontraban los granos de maiz los atadox de ‘cuerdas, El adivino arrojaba maiz 0 cuerdas sobre un lienzo 0 hacia girar los granos en el agua de un recipiente, confianda en que el pro- eso que constituia su problema tuviera un desarrollo paralelo en aque Tos objetos que 1 considersba equivalentes, Por ejemplo, las partes dlel cuerpo de st paciente cortespondian a los granos cle maiz, por to {que la posicién que adquirian sobre el lienzo indicaba cul era el esta do del enfermo. La adivinacién por medio del calendario de tos destinos era una operacién que se inclinaha considerablemente mis a los eémputos imateméticos que la astrologia. El especialista determinaba cusles a BL POSCLASICO MESOAMERICAN eran los dioses que intervenian en cada unidad temporal, y confronta- ba sus acciones y su poder para calcular el valor del destino. En cuanto a los suefos, las fuentes mencionan la existencia de libros para su interpretacidn, y quedan brevisimos textos de su contenido. La adivinaci6n caia bajo el dominio de los conocedores, con fre cuencia de los magos, aunque el manejo del calendario correspondia a sacerdotes muy prestigiaclos, especialistas en los libros de los desti- nos y en la observaciGn de los astros. OAxACA BN EL PosctAsteo Oaxaca es una de las areas mesoamericanas donde se manifiesta ms claramente el proceso de fragmentacion politica que dio su sello ca- racteristico al Posclasico, Dicho proceso —bautizado por algunos au- tores como “balcanizacién” por la proliferacién de pequetios estados hostiles— tiene un origen fijado entre 800 y 900 dC. El Posclasico oa- xaqueno no sélo significo la fragmentacion del terrtorio, las guerras endémicas y la generalizaciin del sistema de alianzas matrimoniales en- tte clites; otros fenmenos de gran trascendencia fueron la explosién demogritfica y el enriquecimiento ¥ diversificacién del paisaje cultural 2 partie de 800/900 dC como consecuencia de los vaivenes politicos y Jos flujos migratorios, Estos hechos se reflejan de manera nitida en el mapa lingUistico del area: a la llegada de los espaioles habia hablan- tes de nueve lenguas de la familia oaxaquetia (amuzgo, chatino, cho- ‘cho, ixcateco, mazateco, cuicateco, mixteco, trique y zapoteco), dos len- aguas de la familia mixe (mixe y zoque), mas el chontal, el huave y el ndhuatl. Este mosaico, lejos de lo que pudiera suponerse, no inhibid los contactos sociales durante el periodo; por el contrario, el registro arqueol6gico da fe de un increment insélito en los intercambios de bienes e ideas que trascendian cotidianamente las fronteras politicas y Etnicas, y que enriquecieron el sustrato cultural compartido. Aparte de estas notas generales sobre el Posclisico, poco poclemos decir con certeza acerca de la historia y la arqueologia de la mayor par- te de las 14 provincias geogréficas de Oaxaca. En abierto contraste con la abundante bibliografia sobre mixtecos y zapotecos, son franca- mente raquiticos los estudios sobre las demas sociedades de st época. Arqueol6gicamente, la informacién mis completa de este periodo (en. tre 800/900 y 1530 dC) procede del Valle de Oaxaca (fase Monte Al- TH POSCLASICO MESOADERICANO, BS ban V>, de la Mistoca ata Fase Natiidac) y delim de Tehuantepec A cin se complements con la con (fases Aguadas y Ulam). Fsta informacién ements com Icon: tenida en los eéices mixtecos prehispanics, en las Relaciones geo _grdficas escritas en las postrimerias det siglo xv1 y en las obras de reli- ginsos como fray Francisco Burgoa asin lugar a dudas, ¢. coadeo mis acabaclo tanto en el nivel sine xin co coma en el diacronico nos lo ofrecen Tos registros sobre Ta sociedad mixteca. ES una Mistima que carezcamos de informacion semejante so- be los zapotecos. El lector debe tomar en cuenta, sin embargo, que los datos més fragmentarios acerca de este titimo grupo muestran al _gumas semejanzas polficas y sociales con los mixtecos, producto de unit larga historia compartia _ sabemos que los seforios mixtecos eran hiisicamente 1 que contaban con territories discontinuos, distribui- autosuficientes, dos en ccosistemas pertenccientes a distintas altitudes. Esto les permit cen las laderas bajas de valles fétles, en lugares casi siempre prOximos a ella convivian las numerosas clases que conformaban un sistema ee r ser agrupadas a grandes rasgos en cuatro categorias: la del rey Spe y los principales (dzayya yyia), Ia de los hombres libres (tay 7, la Ja de los esclavos (dthasaba).

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