ESTADO ACTUAL DE LAS

NOCIONES DE MUERTE

Muerte neocortical prdida de

la conciencia, personalidad y
cognicin. No aceptada.

Muerte cardiopulmonar: cese permanente de las

funciones cardiopulmonares, confirmado por el
pulso, respiracin y EKG. Criterio insuficiente para
explicar casos de pacientes con dao cerebral
irreversible cuyo corazn contina latiendo.
Muerte de todo el cerebro "cese
permanente de las funciones
integradoras del organismo como un
todo". Doctrina ms aceptada

Muerte del tronco cerebral "cese irreversible

de las funciones integradoras del cerebro
como un todo". Es vigente entre los
britnicos determinada por la respiracin y la
conciencia.

III CORRIENTES
DISCREPANTES

Opcin filosfica
La muerte cerebral no se limita al campo
mdico, muchos malentendidos se
deben al descuido de la races filosficas.
H. Jons: Aboga por el derecho del
paciente, a que el mdico no sea su
verdugo al continuar sosteniendo
artificialmente sus vidas para extraer los
rganos, no le parece correcto continuar
artificialmente la vida de un cuerpo sin
cerebro en beneficio de terceras
personas.
P. Byrne: afirma que el cese de todas las
funciones cerebrales no est ligado con la
muerte de la persona, seala que tratar
como muertos a pacientes en muerte
cerebral, o extraerles rganos vitales, es
moralmente
inaceptable
para
las
principales religiones occidentales.
J. Seifert: seala "muerte cerebral" es
confusa y ambigua, y que adems no
aduce suficientes fundamentos filosficos
sobre las nociones de vida y muerte.

Debate contemporneo
La muerte cerebral disfrutaba de
gran acogida. 1990, Comit Dans
de tica sugiri volver a la muerte
cardiopulmonar. establece queslo
se puede declarar muerta a una
persona cuando han cesado
definitivamente todas las funciones
cerebrales, cardacas y pulmonares,
los tratamientos deben cesar una
vez diagnosticada la destruccin del
cerebro, justifican la extraccin de
rganos vitales para trasplante
diciendo que esta intervencin
concluye el proceso, pero que no es
la causa de la muerte del donante.
A partir de la publicacin de
este informe comenz una
nueva etapa en la historia de
la determinacin de la
muerte. autores como S.
Youngner, R. Truog o A.
Shewmon.