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Pamplona 2010
Derecho inmobiliario registral
Advertencia preliminar.
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Jose A Alvarez Caperochipi
CAPITULO 1
EL REGISTRO DE LA PROPIEDAD
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Derecho inmobiliario registral
1. Significado de la publicidad.
1.1 La propiedad como institución de orígenes
inciertos.
El problema jurídico más relevante de la propiedad es
la cuestión de sus orígenes inciertos: la identificación y
prueba segura de la propiedad es imposible. La identidad de
la propiedad se enfrenta a la incerteza de su causa, título y
objeto; y el mismo problema se reproduce en orden a su
prueba, porque la prueba de la propiedad solo se puede hacer
en un tiempo y lugar determinado, y la certeza de la prueba,
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del crédito. Propiedad y crédito son las dos caras del mismo
fenómeno, la certeza de la propiedad favorece la certeza del
crédito. Los derechos de crédito se ejercen sobre personas
(patrimonio), pero salvo la prisión por deudas, la garantía de
la responsabilidad patrimonial es la propiedad del deudor, y
la propiedad inmobiliaria registrada da seguridad y confianza
al crédito.
Y en el desarrollo ordinario del registro inmobiliario, mediante
registro no solo se consigue una garantía abstracta y genérica publicando
propiedades, sino que el registro pretende llegar a dar al crédito la misma
garantía y certeza que da a la propiedad. La tutela del crédito se consigue
no solo porque el registro publica e identifica propiedades, sino también
porque el registro afecta inmuebles a deudas concretas. El registro de la
propiedad privilegia o define la preferencia de ciertos créditos mediante el
principio de la afección singular: esto es, nace la hipoteca, por afectar
bienes concretos al pago de deudas concretas según unos órdenes de
prioridad y preferencia basados en su constancia registral (hipoteca,
anotación preventiva) realiza los créditos, y tras dar certeza a los créditos
simplifica su concurso, preconstituye y simplifica mediante ello el juicio
ejecutivo y concursal.
La constancia registral de los títulos de crédito más
relevantes permite ordenar el rango de los créditos, y facilita
la ejecución procesal de los créditos (y racionaliza el
concurso de los acreedores en caso e insolvencia).
Por el principio de especialidad, el Registro de la propiedad
pretende igualmente fundar el crédito sobre bases seguras. Frente a las
cargas universales ocultas (hipotecas generales tácitas) se establece el
principio de especialidad de las cargas (sistema de hipotecas expresas de
inscripción obligatoria); frente a las cargas ocultas, el principio de
especialidad registral de los créditos (hipoteca voluntaria y anotación
preventiva de créditos), lo que permite también resolver en base al
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aplicación de la Real Carta Orden expedida por el Rey Don Felipe II.
Felipe V retomó la necesidad y dictó otra Real Pragmática, el 11 de
diciembre de 1713, encargando el establecimiento de los Oficios de
Hipotecas en todos los Ayuntamientos de las ciudades, villas o lugares, lo
que parece mostrar que la anterior, salvo casos excepcionales, fue
incumplida, quizá porque no se facilitaron los medios para su ejecución.
La pragmática de 1713, Felipe V, por auto acordado (Ley 21, título IX,
Libro III, de la Nueva Recopilación), dispuso que «de su inobservancia se
habían seguido y seguían innumerables perjuicios», «de que han resultado
muchas pérdidas y atrasos a la real hacienda», y «que para la mejor
seguridad de los registros el oficio haya de estar en los Ayuntamientos»,
«y que los instrumentos se hayan de registrar por los escribanos de
Ayuntamiento e interponiendo los jueces su autoridad».
Las finalidades perseguidas por el nuevo registro son:
el cobro de tributos, el desarrollo del crédito territorial, y
también simplificar el proceso. Pero están lejos aún de
comprenderse las exigencias técnicas de la publicidad: la
exigencia de identificación eficiente de una finca
(especialidad), para facilitar la consulta del registro (incerteza
del objeto), y la necesidad de un procedimiento riguroso para
la incorporación del derecho al título registral (garantías de la
causa: calificación de los títulos, incorporación del tracto,
ordenación por fincas, universalidad de las transmisiones de
bienes). Su propia denominación denota que no era aún un
autentico registro de la propiedad, sino un registro de
hipotecas y gravámenes.
La primera organización del registro pecaba de un exceso de
ingenuidad. No es difícil deducir las causas de la relativa inutilidad del
sistema: No existen índices fiables, no se identifican las fincas, no es
fácil, por el desorden, la consulta de los libros, existen cargas ocultas que
no se publican (hipotecas tácitas), no hay calificación de los títulos, no
existe procedimiento registral, no se controla el tracto sucesivo, no se
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3. La reforma hipotecaria de 21 de
diciembre de 1869
3.1 La restricción a la desmedida eficacia de la
publicidad.
Probablemente es la desmedida eficacia de publicidad
en favor del tercero lo que motiva la reforma de la Ley
hipotecaria de 1861. Se toma conciencia de la necesidad de
proteger al poseedor frente al titular inscrito, pues dada la
facilidad de inscribir (ya que no se controla la realidad de la
finca, ni la primera inscripción), el Registro podía convertirse
en instrumento de expropiación de los poseedores y aun
propietarios inveterados de la tierra.
La cuestión esta abierta a la discusión jurídica después de la
aprobación de la reforma, pero ya no con los tintes absolutos, germánicos,
que tenía el tema en su primera redacción. El conflicto entre posesión e
inscripción es la estrella de un problema que aun necesita ser
conceptualizado. Así, la resolución de La Dirección de los registros de 14
de marzo de 1876, resolviendo una consulta del registrador de Tarragona,
concluye que no procede la inscripción de una escritura de venta cuando
la medida superficial que expresa difiera notablemente de la que resulta
de asientos anteriores, afirmando que no se puede aplicar el principio del
Art. 28 del Rto, de incorporar la nueva descripción al titulo, que solo
puede aplicarse circunstancias descriptivas que hayan variado. Insistiendo
la Rs. de 18 de mayo de 1877 que el registrador debe tener en cuenta la
identidad de la finca,…, advertir y salvar las contradicciones sustanciales
de los títulos. Pero la Rs. de 9 de noviembre de 1877, por su parte, tras
advertir que la diferencia de cabida entre el nuevo titulo y los anteriores
que constaban en la contaduría de hipotecas, es de escasa entidad …
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libros se folian y visan judicialmente (Art. 238 LH), los jueces de primera
instancia o la autoridad judicial del lugar en que residan los registros, dan
el visto bueno a los libros registrales (Art. 364 RH), autorizan y rubrican
lo libros provisionales (Art. 403 RH), verifican y comprueban el traslado
de los asientos registrales de los libros provisionales a los definitivos (Art.
408 RH), oyen las quejas de los particulares en caso de defectos en la
minuta de inscripción solicitada (Art. 258.3 LH), negativa al asiento de
presentación (Art. 416 4 RH) o de inscripción tardía, y pueden imponer
sanciones (Art. 97 RH). La Audiencia (hoy TSJ), bien por medio de su
presidente, bien por juez o magistrado delegado, tiene encomendada una
función de inspección y vigilancia de los registros (Art. 269, 270 LH, 469
y sigs. RH), y los registradores deben enviar semestralmente al Presidente
de la Audiencia una certificación del estado de su registro (Art. 270 LH).
El presidente de la Audiencia es calificado como inspector permanente
del registro y con ese titulo realiza visitas de inspección (Art. 469 RH),
debe autorizar ausencias de los registradores en tiempo de oficina los días
feriados, y comunicar a la dirección general la ausencia y regreso de los
registradores con licencia (Art. 288 LH), el presidente de la Audiencia
debe autorizar también el nombramiento de un sustituto del registrador
(Art. 292 LH). El presidente de la Audiencia o el juez de primera
instancia del lugar en que radique el registro escuchan la queja contra la
negativa a permitir la consulta del registro o a emitir certificaciones (Art.
228 LH). Se prevé igualmente el tratamiento del registrador como señoría
en los actos de oficio (Art. 272 LH), y la equiparación del Registrador a
un Magistrado a efectos de su jubilación (Art. 291 LH), El expediente de
dominio se sustancia ante el juez de primera instancia del lugar del
partido en que radique la finca que se pretende inmatricular (Art. 201
LH), y el mismo juez resuelve las contradicciones que se presenten en la
descripción física de los inmuebles (Art. 300 RH), o en las certificaciones
administrativas (Art. 306 RH), etc.
Las cuestiones sobre validez o nulidad de los asientos
practicados en el registro corresponde a la jurisdicción civil
(Art. 22.1 LOPJ). El procedimiento registral, basado en la
voluntariedad y aportación de parte, tiene a su vez
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Parece que ello significa que la consulta solo puede hacerse por personas
(esto es con un interés patrimonial directo y concreto, no con carácter
masivo), y además es necesario acreditar un interés legitimo para poder
consultar los libros del registro (pues el interés solo se presume en
autoridad, empleado o funcionario público que actúe por razón de su
oficio o cargo a tenor del propio Art. 221 LH según el Párrafo 2º añadido
por Art. 96 uno de la Ley 24/2001 de 27 de diciembre de Medidas
Fiscales, Administrativas y del Orden Social).
Pero la cuestión más difícil que se plantea es el conflicto entre la
publicidad del registro de la propiedad y los principios sobre la protección
de datos personales, y que imponen graves restricciones legales a la
publicidad de datos sobre la solvencia, tributación y riqueza. La Directiva
97/66/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 15 de diciembre de
1997, relativa al tratamiento de los datos personales y a la protección de
la intimidad en el sector de las telecomunicaciones, la directiva
2002/58/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 12 de julio de
2002, sobre la privacidad y las comunicaciones electrónicas y el
Reglamento (CE) nº 45/2001 del Parlamento Europeo y del Consejo, de
18 de diciembre de 2000, relativo a la protección de las personas físicas
en lo que respecta al tratamiento de datos personales por las instituciones
y los organismos comunitarios y a la libre circulación de estos datos,
propugnan reducir al mínimo el tratamiento de los datos personales y de
tratar la información de forma anónima o mediante seudónimos, cuando
sea posible. En España la Ley orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de
protección de los datos de carácter personal, en sus Art. 7 y 8 establece
grandes restricciones y responsabilidades en la difusión de datos relativos
a ideología, afiliación sindical, religión y creencias, origen racial, a la
salud y a la vida sexual, e infracciones penales o administrativas, y en el
Art. 29 también sometiendo a grandes cautela el tratamiento de la
información sobre solvencia patrimonial y crédito. El Real Decreto
1720/2007, de 21 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter
Personal, regula un procedimiento especial para el ejercicio de los
derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición en los ficheros
y registro de carácter patrimonial. En este sentido se denuncia por el
notario Javier Menéndez, directivo del Colegio Notarial de Canarias, y
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que consta fijada como valor de los bienes subastados (Rs 19 de julio de
2007); no se puede valorar el modo en el que el juez hace las
notificaciones judiciales (Rs 28 de abril de 2006) o si el Juez puede
otorgar escritura de venta tras una subasta judicial al arrendatario
retrayente que no ha sido parte en la subasta (Rs 1 de octubre de 1999).
No se puede negar la inscripción de una sentencia que describe
perfectamente una finca alegando que su descripción no se ajusta a la que
consta en el registro (Rs 4 de octubre de 2005). En este sentido es
reiterada la doctrina de que la calificación no puede controlar los tramites
procedimentales de un proceso ordinario o ejecutivo y posterior subasta
judicial (Rs 23 de abril de 1969, relativa a una ejecución hipotecaria en la
que el tipo de subasta fue inferior al pactado en la escritura, y también Rss
5 de julio de 1993, 19 de julio de 2002).
Pero lo cierto es que los limites de las facultades
calificadoras de los registradores no están claramente
definidas y en base a esta “congruencia” la doctrina registral
se irroga una defensa de los “terceros”, en particular de todos
los que tengan derechos que consten en el titulo registral, que
ni la ley ni el reglamento autorizan, se irrogan comprobar la
legalidad del procedimiento judicial y su valoración del
fondo controvertido, con lo que se corre el peligro de
trasformar la inscripción registral en una especie de recurso
informal y sin procedimiento a las resoluciones judiciales, o
de un trámite de control de su eficacia cuando legalmente una
resolución judicial tiene carácter de cosa juzgada.
Se tacha de incongruente toda resolución judicial que no tiene en
cuenta los derechos de los “terceros” que tienen un título registral. Por
ejemplo la Rs 29 de mayo de 2009 admite que se puede inscribir la
nulidad de una donación pero no la de una hipoteca posterior constituida
por el donatario, al no haber sido oído el acreedor hipotecario. En el
mismo sentido se afirma que no es inscribible un testimonio de un auto de
adjudicación recaído en procedimiento ejecutivo cuando anotado el
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LA FINCA INMOBILIARIA Y LA
INMATRICULACION EN EL REGISTRO
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5. Procedimientos Inmatriculadores
5.1. Concepto y clases
La inmatriculación es una primera inscripción del
dominio que carece de soporte causal en el registro. En esa
primera inscripción se hace, como decimos, una detallada
descripción de la finca. La primera inscripción está sometida
a unas garantías que determinan su especialidad respecto de
las inscripciones posteriores.
El expediente de dominio no es medio hábil para producir la
inmatriculación de una segregación, ni a través del expediente
inmatriculador, que sólo sirve para practicar una primera inscripción en
sentido registral, ni a través de la reanudación del tracto sucesivo
interrumpido, que se refiere a la finca tal y como está inscrita en el
registro o a una cuota indivisa de la misma, no a fincas configuradas de
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1.227 del Código Civil, sino que, además, dicho documento debe
acreditar de modo fehaciente haber adquirido el derecho. La DG sin
embargo hace una interpretación favorable a la inmatriculación y admite
que una escritura de partición de herencia puede admitirse como
justificación de la adquisición del bien por los herederos adjudicatario/s,
aunque no queda justificada la adquisición del bien al causante, y permite
por ello inmatricular la escritura de venta otorgada por el heredero
inmediatamente después de adir la herencia (Rs 28 de marzo de 2005)
La exigencia de aportar el título del transmitente viene
facilitada por el artículo 298.1.2.del RH. En efecto, el título
de adquisición del transmitente puede suplirse con acta de
notoriedad acreditativa de que el transmitente o causante es
tenido por dueño.
La introducción del acta de notoriedad también se produce en
la reforma de 1944-46 para facilitar la inmatriculación cuando el
transmitente carece de títulación; en el proyecto de ley se consideraba
medio directo de inmatriculación pero fue relegado a medio de acreditar
la titularidad del transmitente en su redacción definitiva. El acta de
notoriedad se tramita de acuerdo al Art. 209 RN, es decir como
mecanismo o procedimiento para constatar hechos notorios. El Notario
debe practicar cuantas diligencias estime necesarias, especialmente en
defensa de los terceros que puedan resultar perjudicados, requerimientos,
notificaciones o edictos cuando el requirente lo pida o el notario lo juzgue
necesario (la Rs de 19 de enero de 2002 afirma que no tienen la misma
naturaleza los edictos que debe publicar el Notario que los que publica el
Registrador a efectos de la inmatriculación, y que la calificación de la
necesidad de estos edictos compete exclusivamente al notario). Si del
resultado de las diligencias estima justificada la notoriedad, lo expresará
así levantando el acta correspondiente. El Art. 200 LH prevé también el
acta de notoriedad para la reanulación del tracto o para acreditar el exceso
e cabida, pero en ambos casos el procedimiento requiere la aprobación
judicial, que no se prevé en el procedimiento inmatriculatorio por acta de
notoriedad, aunque como veremos después es dudoso si el Art. 53 de la
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constancia registral es algo mas que un mero exceso de cabida, pues hay
que cambiar el título constitutivo, y ello exige la aprobación de la
comunidad de propietarios.
El régimen legal del exceso de cabida, en los términos
previstos en el Art. 53 Ley 13/1996 de 30 diciembre,
presupone que no se plantean dudas de identidad de la finca,
y entonces puede acceder directamente al registro por los
procedimientos inmatriculatorios, mediante certificación
catastral, cualquiera que sea la cuantía del exceso de
superficie que se quiera hacer constar. El Exceso de cabida se
puede corregir mediante título dirigido directamente a la
rectificación registral o en cualquier acto dispositivo del
inmueble previamente inmatriculado, o en una declaración e
obra nueva. En cualquiera de los supuestos el procedimiento
rectificador de la descripción registral será el mismo. El Art.
298 Rh parece asimilar en términos generales el exceso de
cabida a una inmatriculación que se hace por sus mismos
medios: el doble título público, el expediente de dominio y el
acta de notoriedad. Si el exceso que se pretende hacer constar
es inferior al 20%, y no se plantean dudas de identidad al
registrador, basta para incorporar la nueva superficie la
descripción grafica por técnico competente, aunque no haya
certificación catastral; y si el exceso es inferior al 5% puede
hacerse directamente por el registrador.
El exceso de cabida puede deberse tanto a una simple precisión
de la cabida, permaneciendo los mismos linderos, como a una
modificación de los linderos o rectificación de su descripción. El Art.
53.10 de la ley 13/1996, por su parte, al que se refiere expresamente el
Art. 298 RH, parece modifica el Art. 203 LH que solo tiene sentido para
los excesos de cabida de poca importancia que no plantean dudas al
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7. La doble Inmatriculación.
7.1. Antecedentes.
En ocasiones una misma esta inmatriculada en el
registro en dos folios distintos y a favor de titulares distintos.
Existen incluso casos de inmatriculaciones triples y aun de
inmatriculaciones múltiples de la misma finca (véase SSTS 9
de mayo de 2003, 20 de marzo de 2007). Se trata de una
grave inconsecuencia que existe en mayor o menor medida en
todo sistema registral, debido a la imposible comprobación
efectiva de la titularidad en la primera inscripción, y al
imposible control indubitado de la realidad fáctica de la finca
(lo que hemos llamado la cuestión de los orígenes: ningún
registro puede garantizar con absoluta certeza la primera
inscripción y la realidad de hecho).
La doble inmatriculación es el lugar donde se muestra la
inconsistencia material (falta de identidad real de la finca que sustenta el
registro) y dogmática del derecho inmobiliario registral; la contradicción
ultima del principio de publicidad registral: el registro no puede iniciar la
realidad dogmáticamente en la primera inscripción (por su artificiosidad).
Debe recordarse que el registro es una aproximación a la realidad del
derecho y de la finca, que no puede pretender ni alcanzar, ni sustituir, ni
siquiera imitar la realidad misma.
La progresiva coordinación entre registro y catastro, y
la constante preocupación por la validación de la realidad
cartográfica de las fincas inscritas, es previsible que limite
progresivamente los caracteres dramáticos del problema de la
doble inmatriculación; pero no parece que lo resuelva de
modo radical y definitivo, pues basta contemplar la
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CAPITULO VI
LA INSCRIPCION
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1. Concepto de Inscripción.
1.1. El asiento de inscripción.
Tres son las formas autónomas de ingreso de un
asiento en el libro principal de inscripciones: la inscripción
propiamente dicha, la anotación preventiva y la nota
marginal. En este capitulo tratamos de la inscripción
propiamente dicha. De la anotación preventiva y de la nota
marginal tratamos en el capitulo siguiente.
En un sentido amplio inscripción se emplea como sinónimo de
asiento; en un sentido estricto se distingue entre inscripción y asiento. El
Art. 41 RH establece que en los libros de los Registros de la Propiedad se
practicarán las siguientes clases de asientos o inscripciones: Asientos de
presentación, inscripciones propiamente dichas, extensas o concisas,
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5. Inscripción y tradición.
La inscripción no funda la adquisición de la
propiedad, y el momento y lugar exacto de la adquisición
efectiva de la propiedad se define por la traditio y no por la
inscripción registral. La transmisión y adquisición de la
propiedad se produce extrarregistralmente, ordinariamente
por aplicación de la teoría del título y el modo, mediante la
entrega efectiva de los bienes enajenados.
El proyecto de García Goyena de 1851, tomó del sistema francés
un modelo de transmisión de la propiedad fundada en el solo
consentimiento y abandonó la teoría del titulo y el modo, al que sin
embargo volvería la ley de bases del código civil, de acuerdo al sistema
tradicional español, y el texto articulado del código de 1889. Este cambio
de criterio dejó algún rastro asistemático en el texto articulado del código
(como el régimen de la traditio instrumental en el CC). En las discusiones
de la legislación hipotecaria del XIX, una inscripción que sustituyese la
posesión en el iter transmisivo de la propiedad ha estado repetidamente
tentando el subconsciente del legislador, y se ha revelado también en los
sueños de eficacia radical del registro de cierta doctrina hipotecaria.
Problemas que laten en otros contextos como en el significado de la
traditio instrumental o la distinción entre doble venta y venta de cosa
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causado por indefensión contra los titulares que han inscrito con
posterioridad".
Por medio del tracto sucesivo se pretenden facilitar el
conocimiento exacto del historial jurídico de una finca y los
sucesivos titulares de la propiedad o derechos reales sobre la
misma. El tracto sucesivo persigue escribir la historia
jurídico-real de la finca, traer al registro en el mismo folio
registral el conjunto de las transmisiones y gravámenes de la
finca inmatriculada.
Hemos visto que un inconveniente característico de los
primitivos registros de títulos es la dificultad de conocer su contenido; el
desorden de los títulos encuadernados por fechas, sólo se remedia con
índices de personas; pero para saber si una finca está efectivamente
gravada, hay que investigar sus sucesivos propietarios que han gozado de
poder de disposición, como medio de poder contrastar la libertad de la
propiedad y sus gravámenes. Es una investigación tortuosa de los
documentos a través de los índices de personas. En los registros de títulos
más perfeccionados este inconveniente se obvia ordenando el registro por
fincas, y por la organización del tracto sucesivo; es decir encadenando
causalmente las titularidades en el registro. Ello permite desde el mismo
folio tener el historial completo de la finca desde su acceso al registro y
conocer los gravámenes que pesan sobre la misma en el momento actual.
El tracto sucesivo (los sucesivos titulares) ya no se investiga
extrarregistralmente sino que viene incorporado al propio registro. Dentro
de la historicidad intrínseca de la publicidad, se llega así a un registro de
títulos ordenado por fincas.
El tracto es un hilo fino de seda, elaborado y cuidado
con esmero por el competente servicio registral, pero que se
pierde y rompe con facilidad por muchas razones y causas.
El tracto se pierde muchas veces porque hay adquirentes que
no inscriben su derecho dado el carácter voluntario de la
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CAPITULO VII.
LA ANOTACION PREVENTIVA.
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1. Concepto
La anotación preventiva es un asiento en el libro de
inscripciones que se funda en muy diversos motivos, y que
tiene también diversos orígenes y finalidades, y cuya
dogmática esta presidida por la tipicidad y el casuismo.
La Exposición de Motivos de la Ley de 1861 distingue
primordialmente dos tipos de anotación preventiva: la de procesos
judiciales y la de aseguramiento de créditos o derechos sobre un bien
inscrito. Estructura básica de la anotación preventiva a la que en la
reforma e 1944-46 se da coherencia también a la función de asegurar los
derechos de los afectados por una división hereditaria. Como cajón de
sastre existen otras anotaciones preventivas, que por tener una peculiar
eficacia, que se entiende superior a la nota marginal, vamos a denominar
de reserva de rango registral. La falta de coherencia dogmática de la
anotación preventiva tiene su explicación histórica en la falta de precisión
en este punto de la ley hipotecaria de 1861, y se arrastra desde entonces
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726 y 727 LEC (Rs de 19 de abril de 2002). La redacción literal del Art.
42.3 LH, parece que también abona el argumento de la anotación directa
de la sentencia ejecutoria.
La anotación preventiva de secuestro judicial, es
de la resolución poniendo en administración judicial bienes
inmuebles (Art. 42, 4 LH).
El espíritu de la LEC sin duda es facilitar la seguridad del
proceso por medio del registro, y predica una interpretación amplia de los
supuestos registrales de anotación preventiva como medida cautelar, pero
sin derogar, pienso yo, el principio de tipicidad de la anotación
preventiva. Algún autor sostiene que el Art. 727 6º LEC ha abierto la
puerta a la atipicidad de anotaciones preventivas, pero se refiere el citado
articulo solo a las medidas cautelares que por su naturaleza han de ser
todas las jurídicamente posibles para el aseguramiento de derechos o
situaciones. La propia amplitud procesal del embargo preventivo, que
puede ser aplicado por el juez en cualquier proceso, predica la amplitud
de la anotación preventiva como medida cautelar ligada
institucionalmente al embargo preventivo (Art. 140 RH distingue entre el
embargo preventivo y el embargo ejecutivo).
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Art. 656 LEC) y en el desarrollo del proceso ejecutivo, sino que, como
culminación del mismo, está llamado a un juicio sumario de
determinación del rango del crédito ejecutado, en su conflicto con los
demás créditos y gravámenes sobre el inmueble rematado, al que se
refiere el Art. 674.2 LEC, que tiene un acceso directo al registro, y que
determina el contenido del folio registral de que se trate. La principal
innovación de la nueva LEC, que ya estaba anunciada en la Reforma de la
LEC de 30 de abril de 1992 y en el RD 1386/1992 de 13 de noviembre,
que reforma el Art. 175.2 RH, consiste en que el procedimiento ejecutivo
termina con la determinación por el juez, prima faciae, del rango del
crédito ejecutado sobre el bien rematado. El juez debe establecer
expresamente en el auto de adjudicación, cuales son las inscripciones y
anotaciones, anteriores o posteriores que habrán de cancelarse
(Art.133LH, 233 RH), lo que afecta a todo el folio, quedando subrogado
el adjudicatario en los gravámenes anteriores o preferentes no cancelados
(Art. 668.3, 669.2, 670.5 LEC). En el conflicto entre varias anotaciones
preventivas, como la esencia de la anotación preventiva es la reserva de
rango el juez deberá calificar la preferencia de la anotación en el
mandamiento de cancelación.
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surten efectos sino trascurridos dos años desde la muerte del causante
(Art. 28 LH).
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7. La nota marginal
La nota marginal, es un asiento llamado a desarrollar
el contenido de un asiento principal que sólo puede definirse
por su tipicidad, su formalidad y su carácter definitivo. Como
su propio nombre indica la nota marginal se realiza en el
margen (izquierdo) del folio registral y se conciben como
accesorias de una inscripción o anotación principal, y
normalmente, con un vínculo de dependencia el asiento
principal. El carácter definitivo significa que la nota
marginal, al contrario que la anotación preventiva, no está
sometida caducidad.
Las notas marginales son muchas y muy variadas. En
términos generales dado que las dos funciones principales de
las anotaciones preventivas son de una parte facilitar la labor
de oficina del registro e informar de sucesos relevantes en
relación a los asientos registrales, y de otra determinar el
contenido de los asientos registrales concretando situaciones
transitorias, en estado de pendencia o sujetas a
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CAPITULO VIII
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1. Concepto
1.1 La inscripción como portadora de un contenido
que se presume verdadero y legítimo.
Como ya dijimos en páginas anteriores, toda
inscripción en el registro produce los efectos de una
declaración sumaria de propiedad o del derecho real inscrito.
El alcance y efectividad de esta declaración sumaria es
justamente el contenido de la legitimación registral.
La inscripción (en general todo asiento) como apariencia de
derecho sobre un inmueble, otorga, por sí mismo, un poder o posición
jurídica preferente y ventajosa al titular registral. A ese poder o posición
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2. Historia
2.1 La falta de sentido de la legitimación registral en
un registro de títulos.
Como hemos visto en el capítulo 1, de forma
coherente con la naturaleza de nuestro registro como registro
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3. La presunción de exactitud
3.1 Formulación legislativa y límites de la presunción
de exactitud.
La presunción de exactitud, formulada en el Art. 38
LH de la reforma de 1944/46, establece: “A todos los efectos
legales se presumirá que los derechos reales inscritos en el
Registro existen y pertenecen a su titular en la forma
determinada por el asiento respectivo.”.
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4. La presunción de posesión.
4.1 Formulación legislativa.
Se formula en el mismo Art. 38 LH “…De igual
modo se presumirá que quien tenga inscrito el dominio de los
inmuebles o derechos reales tiene la posesión de los
mismos”. El artículo 35 de la LH presume que el titular
inscrito ha poseído pública, pacífica, ininterrumpidamente y
de buena fe durante el tiempo de vigencia del asiento y de los
anteriores de que traiga causa.
En el sistema hipotecario vigente, la posesión como derecho está
excluida del registro. Se derogan los expedientes de información
posesoria que vimos aparecer en la legislación hipotecaria de 1869 y
reforzarse en la legislación de 1909 (que permitía transformarlos en
inscripciones de dominio por el transcurso de treinta años). La posesión,
por sí misma, deja hoy de tener un asiento propio en el registro.
Esta presunción de posesión tabular es
extraordinariamente útil para facilitar la prueba de la
posesión en el proceso, la prueba de su inicio y de su
continuidad.
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5. La usucapión y el Registro.
5.1 La usucapión como fenómeno extrarregistral.
Dado el problema de los orígenes, y las posibles
irregularidades sobrevenidas, no tiene sentido que la
usucapión pueda fundarse en la sola inscripción. La
propiedad es la posesión investida jurídicamente por el
tiempo. La usucapión, frente al carácter artificial de la
inscripción, es el supremo principio para la realidad del
derecho patrimonial. La inscripción no es la propiedad solo la
presume pues, como rito escriturario, puede preconstituirse
tabularmente o resultar alejada de la realidad de la finca y del
derecho.
La jurisprudencia, dando muestra de buen sentido,
frente a las vacilaciones doctrinales, sin perjuicio de
reconocer que el título registral sirve de medio de prueba de
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7.2. Procedimiento.
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CAPITULO IX
LA INOPONIBILIDAD DE TITULOS NO
INSCRITOS Y LIMPIEZA DE CARGAS
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3. La doble venta.
3.1. La doble venta como supuesto ordinario de
inoponibilidad de títulos no inscritos.
El régimen particular de la doble venta se presenta
como el supuesto más característico de aplicación del
principio de inoponibilidad de títulos no inscritos. En la doble
venta, cuando el titular registral enajena o dispone dos veces
del mismo bien inmueble, en el conflicto de títulos se prefiere
al primero que inscribe, aunque no sea el primero que compra
(Art. 1473 CC).
Por ejemplo STS 8 de octubre de 1997 Ante la realidad de dos
contratos de compraventa sobre una misma cosa inmueble celebrados,
uno el 23 de junio de 1970, en el que intervino como comprador el actor,
y otro, el 7 de julio del mismo año, con el que fue compradora la entidad
"P., S.A.", dirime la preferencia sobre la propiedad de la cosa vendida con
arreglo a lo dispuesto en el párrafo segundo del Art. 1473 del Código
Civil a favor del adquirente que inscribió su derecho en el Registro. En
las SSTS de 5 de abril de 2001 y 29 de julio de 1999 se aplica el mismo
principio para preferir a la primera inscripción de propiedad cuando hay
dos subastas independientes del mismo bien.
La preferencia del primero que inscribe es una
aplicación particular del régimen general de eficacia de la
inscripción registral (inoponibilidad), y por ello en ningún
caso la protección del registro es absoluta e indiscriminada, y
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CAPITULO X
LA CONDICIÓN DE TERCERO
HIPOTECARIO.
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INDICE
CAPITULO 1..........................................................................3
EL REGISTRO DE LA PROPIEDAD...................................3
1. Significado de la publicidad................................................4
1.1 La propiedad como institución de orígenes inciertos.
.........................................................................................4
1.2 El Registro como instrumento de certeza de la
propiedad y ordenación del crédito. ..............8
1.3 El Registro de la propiedad como instrumento de la
acción administrativa y desarrollo económico..............11
1.4 El registro como herramienta de un nuevo concepto
jurídico propiedad. .......................................................15
2. Los límites ontológicos a la publicidad y la resolución
de los problemas técnicos de la publicidad: sistemas
registrales..........................................................................16
2.1. Limites estructurales a la eficacia del Registro......16
2.2. Límites técnicos a la eficacia del registro..............18
2.3 Los sistemas registrales como compromisos ante la
imposibilidad de ordenar la publicidad como absoluto en
el registro. .....................................................................21
3. Evolución histórica y principales sistemas registrales en
el Derecho comparado. Los registros de títulos................24
3.1 El registro u oficio de hipotecas, censos y tributos. 24
3.2. Las contadurías de hipotecas y su organización por
la pragmática de Carlos III de 5 de febrero de 1768.....27
3.3. Los registros de títulos: el sistema francés.............30
3.4. Registro de títulos: sistemas americanos................35
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7.1. Naturaleza............................................................406
7.1.1 Carácter sumario de la acción real registral.
.............................................................................406
7.1.2 Carácter interdictal o posesorio de la acción
real registral.........................................................407
7.1.3 Limitación del objeto del proceso real
registral................................................................409
7.2. Procedimiento......................................................412
7.2.1. Régimen legal y competencia...................412
7.2.2. Escrito de iniciación..................................413
7.2.3 Demanda de contradicción.........................413
7.2.3 causas de oposición....................................414
7.2.4 La resolución del procedimiento y recurso.
.............................................................................418
8. Posesión y ejecución hipotecaria. ..............................418
BIBLIOGRAFIA SUMARIA A CAPITULO VII: ........422
CAPITULO IX....................................................................424
EFICACIA DE LA INSCRIPCION (II):............................424
LA INOPONIBILIDAD DE TITULOS NO INSCRITOS Y
LIMPIEZA DE CARGAS .................................................424
1. inoponibilidad de títulos no inscritos y la limpieza de
cargas, como efecto característico del registro de la
propiedad en España. .....................................................425
1.1. Propiedad, título, rango y registro.......................425
1.2. Definición de inoponibilidad de títulos y limpieza
de cargas......................................................................427
2. Formulación legislativa y doctrinal de la inoponibilidad
de títulos no inscritos, y limpieza de cargas....................428
2.1. Antecedentes .......................................................428
520
Jose A Alvarez Caperochipi
521
Derecho inmobiliario registral
522
Jose A Alvarez Caperochipi
523