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INVESTIGACION Y ANALISIS

aFP

el caos aereo por el volcan

Una odisea
para volver
de Europa
Dos cronistas de PERFIL que habían viajado a Alemania y
Dinamarca, luego de recibir un premio, estuvieron entre las
ocho millones de personas atrapadas en Europa por el cierre
de los espacios aéreos provocado por un volcán de Islandia.
Aquí, su relato resignado, pero jovial, de cómo necesitaron
una semana y decenas de horas de viaje para volver al país.

Silvina Marquez /
Pedro Ylarri
El 20 de marzo de 2010, por la
mañana, el volcán Eyjafjalla-
jokull, ubicado bajo un glaciar
al sur de Islandia, se despertó
por primera vez desde 1821 y
generó alarma entre los habi-
tantes de la zona. Menos de un
mes después, el 14 de abril, lo
que había sido una señal de
humo se transformó en una
enorme erupción que derritió
los hielos de alrededor y obligó
a evacuar a unos 800 vecinos.
Una columna de cenizas se ele-
vó luego por sobre las nubes, a
11 kilómetros del nivel del mar
y comenzó a desplazarse hacia
el continente europeo. Origi-
nó un caos sin precedentes en hay humo en europa. Los
el tráfico aéreo que todavía cronistas de PERFIL, a punto
continúa y pérdidas multimi- de iniciar su travesía desde
llonarias. Unas ocho millones Copenhague, y la amenazante
de personas fueron afectadas nube generada por el volcán
y cerca de un millón quedaron islandés Eyjafjallajokull.
varadas, sin poder volver a ca-
sa, entre ellos dos cronistas de operario de Siemens a unos motas, que elegían el tren. Dos No eran nuestras historias, la leyenda “aeropuerto cerra-
PERFIL. Esta es su historia. 86 metros de altura, mientras irlandeses eligieron irse en claro; “no les va a pasar”, nos do hasta las 8 am”. Salíamos 9
muestra in situ cómo funcio- barco, al igual que un británico decía un ecuatoriano fanático y media. “Salíamos”. La CNN
l Viernes 16 na una turbina de energía eó- y un escocés, que habían veni- de Leo Messi mientras nos o BBC World mostraba que la
Brande, Dinamarca. lica. Es un espacio pequeño y do de la misma forma. Otros, mostraba su carné de socio mancha de cenizas invisible se
El viento aquí sopla más fuer- la erupción del volcán no nos simplemente esperaban. del Barcelona FC y atendía un extendía como en una película
te, pero el aire parece no traer preocupa, aunque tan sólo nos restaurante italiano. Hasta las sobre todo el continente. Pare-
nada malo del Noroeste, de separan dos mil kilómetros del l Sábado 17 ocho u ocho y media, cuando cía el final. El caos a esta altura
donde vienen, desde Islandia, glaciar, algo similar a la distan- Copenhague, Dinamarca. la recepcionista del hotel ac- era total. La gente nerviosa en
las cenizas del volcán, según cia entre Buenos Aires y Misio- La nube siguió avanzando tualizó un sugerente y peque- las estaciones de tren, buses y
el tartamudo “breaking news” nes. Desde el molino y camino mientras se anunciaba una ño cartel con dibujos de un aeropuertos, y la TV insistía en
que la CNN lanza desde la a Billund, el pequeño pueblo pronta mejora. Pero los núme- helicóptero escapando de una mostrar un estallido inminen-
mañana. No es una ceniza sin estación de tren que nos ros no lo corroboraban: cinco explosión volcánica que tenía te, en el que los buenos moda-
cualquiera, es una nube invi- hospeda desde hace unos días, mil vuelos habían sido afecta- les se desvanecían incapaces
sible que daña las turbinas del las noticias parecen lejanas, dos el jueves y para el viernes de soportar más de 72 horas
avión, nos dice en inglés un al igual que nuestro regreso a la cifra había ascendido a 17 de aeropuerto. Un robot gi-
Buenos Aires, en 48 horas. mil. A los cierres de aeropuer- gante en el lobby del hotel nos
Cuarenta y ocho horas es tos en Reino Unido, los países acompañaba en la posición de
justamente lo que estimaba nórdicos, Holanda y Bélgica espera.
Eurocontrol, el ente regulador luego se les sumó el nuestro,
del espacio aéreo del Viejo Copenhague. Hacia la tarde, l Domingo 18
Continente, cuando regresa- para cuando la vía de escape a Copenhague, Dinamarca.
mos al hotel por la tarde, en Argentina, Frankfurt, anunció A esta altura, unas dos mil
donde a estas alturas ya había su cierre, ya teníamos pensa- personas deben estar en la
el doble de personas que du- dos una decena de planes B, misma lista de espera por el
rante la mañana y todos ha- copiados o adaptados de los mismo vuelo o similar de Luf-
blando del mismo tema: cómo que se decidían en el lobby del thansa que nos regresará a la
escapar hacia el sur. Los ger- hotel, en donde frente a un te- Argentina. Formadas en fila
manos alquilaban autos y se levisor o a un mozo, un italiano india serían una hilera de un
despedían diciendo la prime- que hablaba español intentaba kilómetro de largo, demasiado
ra palabra que uno aprende en debatir con un inglés que sabía para esperar; desde el final no
Dinamarca: tac (gracias), pero algo de francés. Todos busca- se vería el principio. No hay fe-
molino. En Dinamarca, una de había grupos más numerosos ban el mismo objetivo: volver alien. Un robot custodia el cha de apertura del aeropuerto
las razones del viaje original. provenientes de zonas más re- a casa. hotel en el que hay que esperar. y, en su página web, la aerolí-
Perfil - Sábado 24 de abril de 2010 el observador - 53

l Lunes 19 el aire como queriendo saber A las 7.35 el conductor del


Estación de Copenhague, a qué sabe un volcán, pero el tren que nos lleva a Padborg,
Dinamarca. cielo sólo les devuelve un éter en la frontera sur con Alema-
Cinco días de pérdidas econó- insípido. Fuera lo que fuese, nia, dice por tercera vez que
micas ya habrían costado casi lo que es no puede verse. Y estamos por llegar, y desde
mil millones de dólares a las entonces uno empieza a pen- el lado opuesto del andén al
líneas aéreas, dice la Asocia- sar en teorías conspirativas. que llegaremos sale el próxi-
ción Internacional del Trans- Pero no mucho, porque ante mo hacia Hamburgo, previsto
porte Aéreo (IATA). Si hubie- un descuido, en Copenhague, para las 7.33. Por suerte, esta
ra alguna chance de volar, las cualquiera puede pisarte: una vez para calmar nuestros ner-
empresas la habrían aprove- bicicleta –aquí hay más de vios agrega un dato más: The
chado. Pero no, los aeropuer- una por habitante– o bien un train is waiting us. Cuando la
tos siguen cerrados (ahora se carrito de bebé, grandotes y de formación se detiene, todos
suman los de países de Europa cuatro ruedas, que se multipli- corren de un tren a otro para
del Este y la nube se dirige a can porque tener un hijo da un conseguir mejores lugares y
Norteamérica) y estamos ha- año de licencia paga y muchos cafe, cafe. Verónica, un para aminorar el impacto de
ciendo la interminable fila pa- descuentos en el impuesto a rincón argentino en Dinamarca. esta aguanieve que a esta altu-
ran conseguir nuestros pasajes las ganancias, que hace que ra nos llueve casi en horizon-
casa del periodista. En ferroviarios a la ciudad de las toda mujer que no tenga hijos comidas. Ya han pasado dos tal. Ahora hace más frío que
Copenhague, cerrada también. siete colinas. De los nervios, la en carritos o en la panza quie- días y hemos eliminado el ca- antes, y un campo pequeño
tarjeta rígida del hotel termina ra llevar uno, tal vez a partir fé, compartimos el postre y el con vacas peludas se trans-
nea nos ofrece devolvernos el siendo doblada en más de cien del próximo fin de semana, si restaurante de autor ha pasado forma en la última postal de
dinero. Nos miramos, serios, pedazos y las informaciones es que el frío sigue tan fuerte a ser una trattoria y luego una Dinamarca.
dejamos de hablar; nos decla- que nos llegan son que Iberia como ahora, y el aguanieve rotisería en donde ya hablan
ramos oficialmente varados. traslada en buses a sus pasa- sigue cayendo por más que la inglés con menor fluidez. l Miércoles 21
Entonces, aparecen solu- jeros y que Lufthansa realiza primavera esté avanzada. Lo hemos hecho por propia Hamburgo, Alemania. Basilea,
ciones místicas. Una simple infructuosos vuelos de prue- Ahora con sistemas habili- voluntad, ya que costeaban los Suiza. Milán, Italia.
asociación de ideas –un lla- ba. Para cuando el paciente tados, volvemos con Nicho- gastos nuestros anfitriones. Pe- Este tren a Basilea es una es-
mado de un amigo italiano, un Nicholas, de los trenes DSB, las, que nos recuerda y no ro nos imaginamos a las mareas pecie de “descanso”. Por siete
conductor iraquí escuchando nos dice que “el sistema se ha nos hace hacer de nuevo la de personas cayendo de clase horas no necesitamos correr
a Eros Ramazzotti, una mujer caído de Suiza a Italia”, algu- fila. Finalmente, tenemos en social como de una escalera, para hacer combinación. Nos
que nos confunde con napoli- nas lágrimas empiezan a aso- nuestras manos el boleto y un pasando de hotel cinco estrellas acompañan el empresario que
tanos, un mozo que nos habla mar en más de una cara en la viaje en el porvenir de cinco al de cuatro, y así sucesivamen- tuvo que reprogramar su agen-
en florentino– nos devuelve a escalas y cambios de tren: Co- te hacia el motel y al sándwich da por la cancelación de los
la estación de tren en busca de penhague, Fredericia y Pad- de mortadela preparado arriba vuelos, trabaja en su compu-
la odisea: un viaje de 30 horas borg (Dinamarca), Hamburgo de las frazadas. Por la noche, tadora portátil; la solitaria que
a Italia. Cinco horas de espera (Alemania), Basilea (Suiza) y vamos a la estación por nues- busca contar de dónde viene y
y ninguna decisión. Nos dicen finalmente en Milán y Roma tras 29 horas y 23 minutos de a dónde va; el que aprovecha
ahora que Fiumicino está ce- (Italia). tren. La travesía empieza a las para disfrutar su vaso de cer-
rrado, o casi. 2 de la mañana. veza (¡a las 11 de la mañana!) y
Ya son las cinco de la tarde y l Martes 20 quien hace todo lo posible para
todo el mundo está volviendo a En un café argentino de l Miércoles 21 entretener a sus hijos con cra-
sus hogares. Nos disponemos Copenhague, Dinamarca. Fredericia y Padborg, yones y autitos de juguete.
a almorzar cuando el resto ya Las cenizas del volcán des- Dinamarca. 17.28. De Basilea a Milán re-
está cenando, y entonces es tronan los beneficios de per- Lo único que vemos en Frede- emplazamos la ropa de abrigo
que decidimos hacer un últi- tenecer al “sistema danés”; ricia es una estación de tren por mangas cortas. Los cam-
mo intento patriótico: ir por una circunstancia de la que se congelada, decorada con luces pos verdes y trabajados con-
autoridades argentinas. Como jactan todos en Dinamarca y con forma de guirnaldas, con trastan con las montañas de
a cualquier lado en Copenha- que consiste en “pagar 85 por una sala de espera de treinta cumbres nevadas. Junto con
gue, caminando llegamos a ciento de impuesto en los au- por treinta metros y con unas animales pastando, hay casas
la embajada de Argentina en tos; 65, en las ganancias” y que cien personas que casi con sin más murallas que persia-
Dinamarca, ubicada en un ba- a bordo. Un carrito de bebé hace “que pobres existan po- seguridad no hablan español. nas o la ventana, sin rejas ni
rrio descuidado de esta capi- en el tren que cruzaría Europa. cos, los ricos no se noten tanto Gringos con sombreros, chinos sensaciones de inseguridad. El
tal, en donde las mesas de los y que todo el mundo sea feliz, en masa, alemanes que comen tren que nos lleva a Italia de
cafés a la calle son en cambio estación. Salimos. Como en la casi como sin clases sociales”, unas galletas crocantes y la repente se mete en las monta-
estaciones de carga para au- verdadera La Sirenita, el relato según nos cuentan. Pues bien, música en los oídos de Tiesto, ñas. Mientras sólo la luz arti-
tos eléctricos, y en donde los del más conocido escritor da- si bien no existen estadísticas el DJ más importante del mun- ficial nos ilumina, un anticipo
carteles de Rolex o Tag Heuer nés, Hans Christian Andersen, oficiales al respecto, un cálculo do que aman los daneses, y cu- de nuestro porvenir: el idioma
son reemplazados por ropa esta historia parece terminar a ojo daría una estimación de yo cartel anunciando su último italiano entre los pasillos.
interior colgada de un cordel. mal. que cada dos días de permane- show todavía sigue pegado en 23.20. Con dos horas hasta
Hace frío. Afuera, algunos muestran cer varado en una ciudad tan la cartelera pública. Llegamos salir para Roma, en Milán, na-
Tocamos el timbre justo al con alegría su ansiado bille- costosa como ésta, se pierde a Fredericia a las 4.36. Salimos da mejor que honrar a nues-
lado del cartel que dice “Em- te. Otros miran hacia arriba, una categoría de hotel por día de nuevo a las 5.41, con dos tros abuelos en un restaurante
bajada de la Rep. Argentina” intentando ver algo. Huelen y se les quita un atributo a las minutos de retraso. cerca de la estación al ritmo
como si hubiese faltado bron- de la incansable “parla” de los
fotos: silvina marquez y pedro ylarri
ce para no poner el nombre tanos. Gentiles, los mozos del
completo. Nadie del otro lado. lugar nos reciben y comparten
Ninguna bandera, sólo un es- nuestra travesía de ya varios
cudo detrás de un pasillo con días. Con lemoncello al final,
menos estética que una señal por supuesto. Ya en el tren, el
de tránsito. Nuestra compa- guarda se saca una foto con
ñera de El Cronista llama al nosotros cuando le mostramos
número de emergencia: ahora los pasajes, y luego nos dirigi-
nos atiende la señora Georgina rá a las “habitaciones”. Con
Clotilde Fernández Destéfano, pinta de camarotes, nos espera
encargada de negocios y máxi- un cuarto pequeño con olor a
ma autoridad de la embajada. los 60, con dos cuchetas para
“Ah, claro, se quedaron por la dormir hasta las 6.45, cuando
fumarola, escuché que se está el guarda vuelve a la carga con
dispersando”. Enseguida acla- dieci minuti a Roma.
ra: “No hay argentinos varados
pero si quieren, los espero ma- l Jueves 22
ñana a las 11, pero no después, Fiumicino-Ezeiza.
tengo un compromiso a las do- Después de hacer los trámites
ce”. Verónica, una argentina de embarque y despachar las
que atiende un bar no muy valijas, queda encontrarnos
lejos de ahí dice que Georgina con otros turistas y latinos va-
Clotilde es “buena onda”. Pero rados; con el pasaporte azul y
nos vamos, otra vez, sin solu- con el escudo nacional argento
ciones a la vista, sabiendo que o con otros. Las instrucciones
no volveremos a aquel lugar. son ahora en castellano. Las
De paso, nos cruzamos por la azafatas nos indican que ya
también cerrada Casa del Pe- nos podemos desabrochar los
riodista. santa paciencia. Las interminables filas en la estación de trenes de la capital de Dinamarca. cinturones de seguridad. n

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