El ltimo Minotauro o los actores dentro del laberinto.

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Me consta que no soy lo que parezco, que no soy el

Minotauro y que esto no es un laberinto. Esto es
un teatro. Qu laberinto ni qu ocho cuartos.
Escena I

Len Febres Cordero, escritor y dramaturgo venezolano, nace en Caracas en

1954. Parte de su vida transcurre en el extranjero, entre Italia, Espaa y Reino
Unido (en la Universidad de Londres realiza su tesis sobre la tragedia de
Shakespeare). En 1999 estrena en su ciudad natal El ltimo Minotauro. La editorial
Arteletra ha publicado en 2002 esta ltima junto con Clitemnestra, Mata, que Dios
perdona, Olimpia y Nern. Algunas de sus obras han sido representadas en Grecia.
Aunque se ha estimado que pertenece a la joven generacin venezolana,
Febres Cordero posee una serie de influencias muy destacadas que se inscriben en
torno a Shakespeare y la tragedia clsica (Sfocles y Eurpides).
Adems de teatro, ha publicado, en 2004, Textos sedientos, singular conjunto
de relatos breves entre los que destacaremos, por la sugestin y asombro que
originan en el receptor, Perfecto error y Defecto de fbrica.
Muestra Febres Cordero en El ltimo Minotauro una perspectiva de carcter
universal, particular recreacin del mito en la que todos y cada uno de nosotros
podemos vernos reflejados. Para ello, impulsa a los personajes hasta nuestros das,
ofrecindonos a una contradictoria Ariadna, que lleva consigo el lastre de todos los
prejuicios del ser humano, revelndose incapaz de vivir el presente; un Teseo
cercano, que en las diferentes representaciones prorrumpe de entre el pblico para
dirigirse al escenario y, finalmente, el Minotauro, personaje de mayor complejidad
que encarna el carcter eterno y repetitivo del mito. La gran tragedia reside en que

todos ellos se encuentran dentro del laberinto. El espectador podr observar la

reaccin de cada uno de los personajes ante el descubrimiento de lo que realmente
son: actores que representan un mito de dimensiones eternas.
No busquen, pues, la salida del laberinto. El hilo de Ariadna, ahora, est
dentro.

A ti, lector, toca ahora dar el paso. Te aguarda un

canto, antiguo y nuevo, misterioso. Escucha.
Eduardo Gil en la presentacin a la obra de Febres
Cordero.

Por Carolina Prez Garca