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JOE HYAMS EL ZEN EN LAS ARTES MARCIALES Acerca del Autor Joe Hyams inicié su participacién en marcjales en 1952, rae uno de los primeros slorteoe of PETAL em Kenpo-Karate, Estuilié jeet-kune-do con Bruce Le, aden a >>> — ottas ocho disciplinas de artes marciales, Siendo cinta negra em karate, . 5 \ desde 1969, Joe todavia practica el wing-chun, Enure sus otrine wfiei wafigios 1681 ne se cuenttan la cagrima, volar y conducir automéviles de carreras. Jor Hyams emperé su carrera como escritor cuando era corresponsal de combate del ¢jército de Estados Unides en ¢l Pacifico del Sur, durante la Segunda Guerra Mundial. En 1951 formé parte del New York Herald Tr- biene ¥ pronto fue enviado a Hollywood como jefe del Departamento de la Costa Ocrdental, A los cuantos meses se convirtié en uno de les columinis- tas ms leidas de dicho periédico, con mas de § 000 historias de noticias acrediradas asu favor, y durante unadécada fue el escritor de revistas me- jer pagado del mundo y su nombre ha figurado en casi todas las principa- Jes revistas, Ha evcrito también tieciséis libros, que van dede su autobiografia, Mislaid in Hollywood, hasta la biografia, entre ellas Bogre, Ja historia de Humphrey Bogart, que fue todo un éxito de Libreria, Hyams ha escrito tres librossobre tenis, y dos de sus librosse extn filmando actual - mente. Es también autor de numerosos libretas y de dos novelas, The Pool y¥ The Last Award, El autor vive en Beverly Hills, California, con su espesa, Ia actriz Elke Sommer, y cinco perros. Acerca de los Fotégrafos as forografias de Kenneth McGowan seexhibieron renentemente nel Museo de Arte Modemnoen Nueva York y hubo una exhibicién exclusiva de sus fotos en la Leo Castelli Gallery, también de Nueva York y la Greea Collections, de ‘Tokio. Sus fotografias ar han publicado internacianalmente en Zoom Magazine (Parts), Camera Mainichi (Takio), Foto, (Estocolmo) y Art Forum (Estados Unidos). Las fotograflas de Dough Coder han figuradoenexhibiciones de grupos ca Los Angeles, en Ja Cirrus Gallery, la Frankfort Gallery, yen las galerias de la Universidad del Estado de California en Long Beach y en las del Chapman College, Fata esa primers ver que Ken y Doug colaboranen las forografias para un libro, Strung. quien, en rorma paciente y sabia, me gui durante muchos afios en todas y cada una de las etapes de oe aprendizaje de las artes mar- ciales y siempre fue para mi wo ejemplo de lo que debe ver ef artiia completo de las artes marciales, ¥ para mi esposa, Elke, quien jamés ha comprendida Hermes 8 por: = oi a thorn evi Se mci, we no obsrante, siempre ba ido para mf una fuente de ali JOE HYAMS EL ZEN EN LAS ARTES MARCIALES / z as DE es © EOTORLAL UNIVERSO MENICE ta, Ediciém, Noviembre de 1987. 4a. Impresiin, Diciembre de 1990 ISBN 968-35-0287.9 DERECHOS RESERVADOS © Titulo original: ZEN IN THE MARTIAL ARTS Teaduceidn: Jaime Vazquez V, Copyright © 1979 by Joe Hyams Art Director: John Brogna Copyright © 1987, por Editorial Universo, 8. Ade C. V. Corezas No. 89 Col del Valle Méxien, D, F.C, P, 03100 Prokibida la reproduccién total de exia obra o de alguna de sus partes por cualquier medio, fotogrdfico 0 meednico, sin autorizacién por eserita de esta Editorial, IMPRESO EN MEXICO — PRINTED IN MEXICO Reconocimientos El Zen en las Artes Marciales Vacie su Taza Es el Proceso, Noel Resultado Viva el Momento Supere la Precipitacion Conozca sus Limitacioncs Hasta los Maestros ‘Tienen sus Propios Maestros Alargue su Linea t 8 € &8 8 & No Molestar La Inactividad Activa La Actividad Inactiva Extienda su Ki La Respiracién Zen Déjese Liewar por la Corriente Enojo Sin Accién ‘Como Reconocer una Amenara Real Kime; Apriete su Mente Mushin: Deje Que su Mente Fluya ‘La Accion Instintiva El Dolor Que no Piensa Un Esfuerzo sin Esfuerzo Convierta al Miedo en un Amigo C6mo Mirar con Confianza El Poder de |a Concentracién Opciones Maltiples Artes Marciales sin Zen E) Karate sin Armas Ganar Perdiendo 48 52 62 74 78 82 98 102 107 113 118 124 iz8 133 137 M4 RECONOCIMIENTOS En el texto de este libro presento a la mayoria de los maestros con los que cstudié durante las filtimas dos décadas y media, pero seria muy ingrato si no expresara mi reconocimiento muy especial a las siguientes personas: A George Waite por sus con- sejos, el entrenamiento especial que me dio y su sincera amis- tad; a Bob Phillips, quien, aunque no es un artista de las artes marciales, tiene ¢l espfriru, la habilidad combativa y la buena ética deportiva tipica de todos los atletas verdaderamente pro- fesionales; a Bernice Bernheim, el cual, habiendo empezado a estudiar karate a la edad de cincuenta y siete afios, lleg6 al gra- do de cinta negra a los sesenta y uno, y es toda una inspiracion para aquellos que piensan que las artes marciales son Gnica: mente para los fisicamente jovenes; a Emile Farkas, por sus consejos y comentarios acerca del texto del presence libro; a Stan Schmide, de Johannesburg, quien, en el corazon de Su- dafrica, mancja un dojo tradicional que ya ha producido muchos campeones mundiales; y a Larry Tatum, quien, con toda galanteria, me ha permitido entrenarme de vez en cuando junto con sus alumnos en el dojo de Ed Parker en Santa Méni- ca. California. EL ZEN EN LAS ARTES MARCIALES Se han escrito cientos de libros sobre la pr&ctica de las artes marciales orientales, pero sflo en unos cuantos se hace men- cién al significado del Zen en las mismas. Esa es una lamen- table omisién, ya que las artes marciales, en su expresién mas refinada, son mucho mis que una competencia fisica entre dos es... un medio de imponer la propia voluntad o de infligirle dafo al contrario, En vez de eso, para el verdadero maestro, el karate, el kung-fu, e) aikido, el wing-chum y todas las demas aries marciales son esencialmente caminos por los que puede arribar a Ja serenidad espiritual, a la tranquilidad mental y a la mas profunda confianza en sf mismo, No obstante, yo tuve que estudiar las artes marciales durante varios afios antes de percatarme de tal cosa, En las primeras etapas de mi aprendizaje, como la mayoria de los estudiantes, me past mucho tiempo aprendiende y refinando técnicas y mo- yimientos técnicos y fisicos muy compiejos. Solo de ver en cuan- do el sifu (“instructor” en chino) mencionaba que habia otras lecciones que debia yo aprender. 10 Por supuesto, cuando en 1952, empecé a estudiar Karate, no tenfa la menor intenci6n de involucrarme con el Zen 0 con cualquiera otra disciplina espiritual. De hecho, nada podia ha- ber estado mas lejos de mi mente. Si alguien me hubiera dicho adénde me llevaria mi senda a final de cuentas, lo mas probable es que hubiera rechazado esa idea como una tonterfa, pues yo asociaba el Zen con el misticismo y me enorgullecia de ser una persona completamente pragmiittica. Sélo después de argos afios de practica legué al convencimiento de que el propésite mas profundo de las artes marciales ce"ervir de vehiculo para el] desarrollo espiritual personal. Las artes marciales empezaron a desarrollar ese énfasis en el crecimiento espiritual del practicante en el siglo diecistis, cuando en el lejano Oriente disminuyé la necesidad de hom- bres diestros para el combate, En ese entonces, las artes mar- ciales se transformaron de un medio préctico de combatir a muerte, 4 Un entrenamiento educative espiritual que hacia hincapié en el desarrollo personal del participante. De esta ma- nera, el arte de combatir con la espada. kenjutsu, se transfor- mé en “el camino de la espada”, kendo, Muy pronto, a otras artes marciales se les aplieé la terminacién — do, que significa “el camino”, 0, mas completamente, “el camino al esclareci: miento, a ta autorrealizacién y a la comprensién’”, y ese cle- mento Zen se refleja en grados diferentes en el aikido, el judo, el karate-do, ¢] tae-kwon-do, el hapkido y el jeet-kune-do entre otros, E] papel que desempefia el Zen en las artes marciales desafia @ cualquier definicién facil porque no tiene ninguna teorla, si: ho que es un conocimiento intimo para el que nd hay ningdin dogma claramente establerido, Fl Zen de las artes marciales le quita el énfasis a la potencia del intelecto y exalta el de la acs cién intuitiva, siendo su objetivo Ghimo el de libertar al indivi- duo det enojo, la ilusién y Ta falsa pasién. 1B Al estudiante le es posible ponerse en contacto con el Zen en las artes marciales s6lo paulatinamente y dando un rodeo. Una ‘vez que Ilegue a comprenderio asi, algo con lo que estan fami- liarizados todos los que son verdaderos maestros de las artes marciales, cmpect a tomar nota de mis descubrimientos, Du rante la Gitima década, El Zen en las Artes Marciales ha sido la gran historia de mi horizonte, el libro que con mayor anhelo deseaba escribir. Sin embargo, siempre habla algtin otro maes: tro con quién estudiar u otra disciplina qué aprender antes de que me sinticra listo p ra emprender la tarea. No obstante, éste no‘es un libro para el lector que desea do- minar el Zen, ya que los conceptos centrales a csa tradicién ciertamente no pueden adquirirse a través de la palabra escri- ta. Este libro tampoco es para aquellos que esperan aprender a realizar las sorprendentes proczas de los artistas marciales, que tompen tablas y ladrillos con las manos desnudas y que con to- da facilidad derrotan a varios contrincantes al mismo tiempo. El lector al que le interese aprender tinicamence los conceptos fisicos de las artes marciales. puede aventurarse, solo, en ese ti po de literatura sin necesidad de que yo lo guic. En ver de cso, ste es un libro en el que los lectores pueden aprender a aplicar a su propia vida los principios del Zen, como éstos se reflejan en las artes marciales, a fin de abrir una fuente potencial de forta- leza interior que jam4s habrian sospechado que poseyeran. Mi interés formal en las artes marciales empezd en 1952, cuando era columnista de Hollywood para cl New York Herald Tribune. En esa €poca era un hombre sedentario, excedido de peso, inquieto, que se aburria facilmemte y andaha constante- mente en busca de nuevas aventuras. No tenia conciencia ple- na de quién era ni adénde se dirigian mi carrera o mi vida. Pa- Ta empeorar las cosas me sentia ansioso, intimidado por la autoridad, inseguro y hostil para compensar mi inseguridad. Diariamente entrevistaba a luminarias de la pantalla, muchas 12 de las cuales eran mas jévenes que yo. Como con frecuencia en- vidiaba so Gcito, mi técnica de entrevistar consistia en aguijo- nearlas hasta que respondian con algo digno de ponerse en letras de molde, En cierta ocasion Bronislaw Kaper, el compositor de misica para pellculas, lwureado por la Academia, reconocié mi téeni- a precisamente por cOmo era y me sugirié que estudiara kara- te, "El ejercicio podria ayudarte a bajar de peso ¥ te permitiria despojarte de alguna de tus hostilidades”, sugirié. En ese tiem- po el karate era algo nuevo en la escena de Hollywood y se le consideraba simplemente una forma de combate oriental exb- tica, Conceptos tales como el de la elevaci6n de la conciencia, e] de adquirir el control de la propia vida y el de intensificar la percepciin propia, eran cosas de las que jamais se habia ofdo hablar. Sélo hasta hace poco hemos Iegado a darnoa cuenta de Ja relaciéin que existe entre los deportes y el crecimiento perso- nal o espiritual. ‘Cuando Kaper hizo los arregios para que recibiera mi prime ra leccién con el maestro de karate Ed Parker, acepté pensan- do que, aunque no aprendiera yo nada, no obstante reuniria material suficiente para Henar varias columnas del periédico, pues un pufiado de estrellas, entre ellas Elvis Presley, eseu- diaban con Parker en ese tiempo, En esos dias Parker ensefiaba kempo-karate, una forma esta- dounidense de boxeo chino, en la sala de pesaje del Club Atlé- ticu de Beverly Hills. En nuestro primer encuentro, me dijo: —No voy a demastrarte mi arte, sino compartirio contigo. Si te lo demuestro, eso serfa una exhibicién y, con el dempo, irfas retrocediendo tanto en tus recuerdos que acabarias por perder- te, Por otra parte, si lo compart, no slo lo recordaras siem- pre, sino que, al mismo tiempo, yo tambitn mejoraré. Pronto aprendi que cl concepto de que el saestro aprenda de la leccin misma, es algo basico en toda huena ensefianza de 13 las artes marciales, Pordicha razon, quizd a la sala de practicas el dojo (en japonés), el dojang (en coreano), cl kwoon (en chino) — donde se estudian Jas artes marciales, se le Hama tra- dicionalmente “El lugar del Esclarecimiento”, Un dojo ¢s.un cosmos en miniatura, donde nos ponemos en Contacte Con Nosotnos mismos, , , CON Nuestros iemores, an- siedades, reacciones y habitos. Es también una arena de conflictos confinados donde nos enfrentamos a un oponente que no € un oponente, sino mas bien un camarada decidido a ayudarnos a que nos comprendamos mas plenamente nosotros mismos. Es un sitio en el que podemos aprender mucho en un tiempo. muy corto acerca de quiénes somos y come. reacciona- mos en.el mundo. Los conflictos. que tienen lugar dentro del dojo nos ayudan a manejar los conflictos que se nos. presentan fuera de él, La concentracién y disciplina totales que se re- quieren para estudiar las artes marciales, se vraspasan a la vida diaria. La actividad que tiene lugar en cl dojo nos. obliga a in- tentar constantemente nuevas cosas, por lo que también es una fuente.de aprendizaje. . - En la renminologia Zen, una fuente de esclarecimiento propio. Dice un refran budista que cualquier lugar puede ser un do- je. Yo he estudiado karate shodokan en un hermoso edificio moderno, en Johannesburg, Sudifriea; judo en la bodega de un Festaurante japonés, en Londres, Inglaterra; jujiysu cn un sport halle en Munich, Alemania, Sin embargo, la mayor parte de mi estudio del hapkido, aikido, tae-kwon-do ¥ wing-chun la he hecho en Los Angeles, donde tas tiendas con frecuencia se convierten en estudios de artes marciales, Todo dojo esta dirigido por un sifu, 0 sensed (en japonés), lo cual significa maestro, Sen significa “antes” y set “nacido”; por lo tanto, aquel que ha nacido antes que uno es su maesiro, y eso se refiere menos a la edad cronoldgica (algunos de los maes- tros que he tenido eran Jo bastante jovencs como para ser mis 14 hijos) que a la sabiduria del maestro. En términos espirituales, 10 ella (si es una mujer) es mi superior y, por lo tanto, mi maestro, Bruce Lee-nos ensefié ject-kwon-do al argumentista Stirling Silliphant y a mf en la calzada de la puerta cochera de mi Casa. E] sensei de las artes marciales cs en gran medida como el} macstro de Zen; él no ha salido a buscar al cstudiante ni le im- pide que se vaya, 5i él desea a alguien que lo guie para subir la empinada cuesta de la pericia, el instructor esta dispuesto a servirle de gufa. , , con la condicién de que el estudiante est preparado para cuidame €1 mismo a lo largo del camino, La funcién del instructor es la de delegar en el estudiante exacta- mente aquellas tareas que es capaz de dominar, y luego dejarlo atenido tanto como sea posible a sus recursos y habilidades in- ternas, Ell estudiante puede seguir los pasos de su gufa o excoger alguna otra senda, . , Ja elecci6n es suya, El instructor enseia primeramente la técnica (waza) sin dis- cutir su significado; él desea que el estudiante lo descubra por si mismo. Si el estudiante posee la dedicacién necesaria y el macsiro suministra la inspiracion espiritual apropiada, el signi- ficado y esencia de las artes marciales se le revelaran finalmen- te al primero. Aunque uno puede leer algo acerca del Zen en las artes mar- ciales, el verdadero conocimiento de éste es experimental. sCé- mo podemos explicar ¢l sabor del azticar? Las explicaciones verbales no nos dan la sensacién. Para conocer ¢l sabor uno tiene que experimentarlo, La filosofla de las artes no es para meditarse ni razonarse, sino para experimentarse. Por cso mis- mo, de manera inevitable, las palabras silo pucden darnos parte de su significado, En mas de veinte afios de estudiar las artes marciales, toda- “fa no me he retirado a un monasterio Zen ni he retracedido ante las presiones de trabajar y vivir en una sociedad de compe- 15 tencia. No obstante, sf he descubierto que, cuando alcanzo las metas espirituales de las artes marciales, la calidad de mi vida cambia en forma dramiatica al en con los dems asi como al conservarme en un contacto mucho iquecer mis relaciones ms estrecho conmigo mismo. Y he Hegado a comprender que el esclarecimiento significa sencillamente reconocer la armonfa inherente a la vida diaria Por lo tanto, le ofrezco al lector este libro con Ja intengiin de compartir con 4 lo que he aprendido y con la esperanza de que algunos de ellos deseen recorrer un camino semejante. Tal ver, al compartir mis experiencias, yo aprenda ms, ya que eso también, est& en cl camino del Zen. © Toda hombre que ha alcanz revele en todas sus acciones, fo da maeitria en aigtin arte, Je MAXIMA SAMURAI El conocer a loa dems ex sabiduria, el comacerse a sf mismo ex jarecimsent Lao-Tzu VACIE SU TAZA Ese dia de verano de 1964, el aire cra bochornoso y fécido en a Arena de los Deportes de Long Beach, El sistema del aire acondicionado no funcionaba bien y la multitud asisente al — Torneo Internacional de Karate empezaba « inquietarse des puts de largas horas de ver los encuentros. Luego, Ed Parker, organizador del evento anual, tomé el micréfono ¢ hizo ta pres sentacién de Bruce Lee, quien haria una demostraci6n de jeet- kune-do. Hubo un murmullo instantineo y todas las cabezas se estiraron hacia adelante, Antes de iniciar su carrera en el cine, Bruce Lee era ya toda una leyenda entre los artistas marciales- Bruce hizo su entrada a la plataforma clevada del cuadrila- tero de boxco luciendo un sencillo uniforme de kung-fu negro, hecho a la medida. Durante unos cuantos momentes hablo tranquilamente acerca de su arte y luego inicié su demostra- cin. Siempre ¢ algo impresionante observar a un hombre grande y robusto hacer una demostracion de karate, apabu- Ilando al espectador con el despliegue de una potencia vibrante y cabal. Sin embargo, para mf ¢s algo todavia miis impresio- 18 pante ver aun hombre de canstituci6n liviana ejecutar técnicas con una rapidez cegadora, y con unos movimientos tan veloces y elegantes come los de un pajaro en yuelo, Cuando Bruce termi no hubo un momento de silencio y luego un aplauso atronador. Algunas semanas después, un amigo mio me arreglé una cn- trevista con Bruce, de quien descaba yo recibir clases particu- lares. Bruce escogia con todo cuidado a los estudiantes a los que accedia a ensefiar, y esa entrevista seria para mf una expe- cie de audicion, Como él daba solamente lecciones pasticulares y no tenia un estudio formal, la reunién se celebraria en mi casa, Llegé con toda puntualidad y sali al patio del frente para recibirlo. A pri mera vista parecia todayla mas pequefio que como se veia en el escenario. Llevaba pucstos unos pants de entrenamiento ajus- tados que le cubrian las piernas hasta los tobillos y una sudade- ra verde, debajo de la cual se le scfialaban los misculos. Sonrid cuandy nos saludamos, pero casi inmediatamente fue al grano. —¢Por qué-deseas estudiar conmigo? —pregunvé, Porque me impresiond mucho tu demostracién y porque me han dicho que eres cl mejor. 2¥a has estudiado artes marciales? — Durante afios —cantesté—., pero dejé de hacerlo hace al- gan tempo y ahora quiero, valver a empezar. Bruce asintié en silencio y lucgo me pidié que le demostrara algunas de las técnicas que yo supiera. Salimos a la calzadita que daba a la cochera y me estuvo observando atentamente mientras yo realizaba las diferentes Aa/as o ejercicios de otras disciplinas, Luego me pidié que ejecutara algunas patadas ba- sicas_y bloqueas y que golpeara cl costal que tenia en la cache fa, pendiente de una viga, Te das cuenta de que tendrias que olvidarte de todo lo as aprendido y empezar de nucvo) — interrogé. No — repuse. que Bruce sonrié y, suzvemente, me puso una mano en el ham- bro. -Permiteme relatarte una historia que me cont6 mi sifu* — dijo. Es acerca de un maestro japonés de Zen, el cual recibio a un profesor univenitario que fue a hacerle preguntas acerca del Zen. “Desde cl inicio de la conversaciin, resulté obvio para el macstro que ¢l profesor no estaba tan interesado en aprender algo sobre ¢l Zen como de impresionar al maestro con sus pro- pias opiniones y conscimientos. El maestro lo escuché pacien- temente y al final sugirié que tomaran un poco de té. El macs- tro, entonces, Je sirvid 1¢ a su visitante hasta que la taza de éste se llend, pero siguié virtiendo té en ella, El profesor contempld cémo su taza se Henaba hasta que ya no pude contenerse, —La taza se est desbordands — dijo, Ya no le cabe mas, Al igual que esta taza —repuso el maestro—, estas leno de tus propias opitiones y especulaciones ¢Como puedo ense- iante Zen a menos que previamente vacties (u taza?” Bruce se me quedi mirando. — Comprendes abora lo que quicro decirte? — finalird. Si —repuse. Lo que quieres es que yo vacie mi mente de los conocimientos pasados y de mis vicjos habites a fin de que esté abierto al nucvo conocimiento. —Exactamente —concedié Bruce. Y, ahora, ya estamos lis tos para la primera leccién. Lo anterior no significa que Bruce me hubiera impedido en- juiciar con una mente critica sus ensefianzas. De hecho, 61 aceptaba con gusto cualquier discusién y hasta la argumenta- cién. Sin embargo, cuando se le discutfa demasiado tiempo al- gin punto, replicaba siempre: Por lo menos, vacia tu taza y has un esfuerzo. © Sift rmmemire (N. del 'T.). Posteriormente supe que Bruce siempre ponfa en practica lo que ensefiaba, De joven, en Hong Kong, habia estudiado aing- chun, una de las ramas de kung-fu, con el célebre maestro Yip Man, Cuando, siendo un adolescente, llegd a los Estados Uni- dos, observé cl kenpo- karate de Ed Parker y tomé6 de &! muchas técnicas manuales que le gustaron, Del tae-kwon-do adopté las devastadoras patadas que hacen que el estilo coreano sea algo tan formidable, Estudié también otros estilos de las artes mar- ciales, tomando de todos ellos lo que juzgaba til. Aunque lo consideraron uno de los mejores artistas marciales de su tiem- po, estaba siempre aprendiendo, siempre en un proceso cons- tance de cambio y mejoramiento, Con toda certeza, él siempre mantuve vacia su taza. Bruce no s6lo habla desarrollado sus habilidades fisicas has- ta un grado de perfeccién, sino que también agudiz6 la mente con el estudio del Zen. En Los Angeles, el estudio de su casa ¢s- taba atcstado hasta el techo con gastados volimenes de los maestros del Zen escritos en chino y en inglés, Han pasado muchos adios desde mi primera leccién con Bru- ce ya la fecha me encuecniro a la mitad de la cincuentena. Con medio siglo de experiencia a mis espaldas, cn ocasiones atin me impaciento con alguna nueva idea o técnica. Sin embargo, cuando acto con impaciencia o dagmfticamente seguro de mi mismo, recuerda la leeciém que Bruce me dio y trato de vaciar mi tara para hacerle lugar a los nuevos métodos e ideas. Esa fue mi primera leccion verdadera del Zen en las artes marciales y de su aplicacién a la vida, . , aunque en ese enton- ces no la reconoct camo Zen. Para mf, era simplemente buen sentido. . . que es precisamente lo que el Zen es. 21 Nada ex imponhle pure una mente dispuesta LOS LIBROS DE Ld DINASTIA HAN Cuande to buscas, no puedes encontraria ACERTYO LEN _ ES EL PROCESO, NO EL RESULTADO El maestro Bong Woo Han es un coreano de mediana estatu- ya cuya cabera esta completamente Mena de cabello gris. Hay una calmada autoridad en todo lo que dice y hace. Ninguna de sus palabras o movimientos es superfluo, Es ¢l tradicional artis- ta marcial que aprendié cl hapkido con su maestro de Corea, el cual, a su vez, lo aprendié con su maestro, al que hablan ense fade toda una larga y continua fila de otros maestros, Una se- sion con el maestro Han no es solamente un cntrenamiento, si- no también wna leccion de la vida, Siempre que salgo de su do. Jang me siento enriquecidy, Tenia yo cincuenta afios de edad cuando inicié cl estadio del hapkido con el maestro Han. Desde ¢! principio, el proceso del aprendizaje fue lento y con frecuencia dificil para mi, ya que el hapkido exige un cuerpo cxtremadamente flexible. El mio se habia endurecido con |a edad y tenia problemas con la espal- da, los cuales afectaban mi equilibrio y hacian que cualquier patada que tirara mas arriba del nivel de ta cintura me produ- jera un dolor intenso, Mi aprendizaje xe complicaba todavia 24 mas por la presencia de hombres mucho mas jovenes que po- dian hacer con toda facilidad lo que a mf me costaba un es fueréo tremendo y una gran concentracién. Hubo muchas oca- siones en las que estuve a punto de abandonarlo todo, hecho que el maestro Han reconocia, Una tarde, después de una sesion de prictica, el maestro Han me invite a tomar ol 14 con él, Una ver que hubo lenado las tazas, ¢mpez6 a decirme: —Nunca aprenderis a hacer ‘a@propiadamente ningin ¢s- fuerzo a menos que estés dispucsto a darte tiempo a ti mismo, Me imaging que estas acostumbrado a que todo se te haga f& cil, pero ésa no es la forma de vida en las artes marciales, —Soy paciente —repuse. —No estamos hablando ahora de paciencia —contesté él. Ser paciente es tener la capacidad de una resistencia calmada. El darte tiempo a ti mismo es trabajar activamente hacia un objetivo sin fijarce un limite a cuanto tiempo deberas emplear. Habla puesto cl dedo en la Naga. Yo me habia fijado una de terminada cantidad de tiempo para llegar a ser razonablemen- te eficiente en su estilo y me estaba frustrandn yo misma por- que, al parecer, no iba a aleanzar la meta con la prontitud ne- cesaria. Una vez eliminado el fin del plazo que me habia fija- do, seria como quitarme un gran peso de encima, Sin embar- go, ahora podia ver que mi enfoque estaba equivocado, Esa- ba haciendo lo mismo gue habfa hecho con el hapkido, Debia concentrarme en el proceso de trabajar en el libro en vez de en 4 terminacion, Una vez que liberara mi mente del apremio de! Uempo ¥ atacara la tarea del libro sin un limite arbitrario, po- dria dedicarme a esciibiria y a trabajar sin ansiedad alguna. Para 41 incantrolada no hay sabidurta, ni existe ef poder de ta concentraciin para ef que mo tiene control; y pare el que no Heng concentractin no existe la pas. ¥, pana el que ne conoce Ja par. seomo puede haber felicidad? BHAGAVAD GITA VIVA EL MOMENTO Un dia, mientras practicaba en el dojang del maestro Han, ejecutaba los movimientos del hapkido en forma mecanica, ha- ciendo de forma muy deficiente aquello que sabia hacer bien y voltcande a yer cl reloj a cada momento, —Tu mente esté en otra parte — observé el maestro Han, al cabo de unos minutos, Tuve que admitir que, en realidad, mi mente estaba Iejos de ahf, Apenas si me las habla arreglado para hacetle lugar a mi lecci6n entre dos citas de negocios. El maestro Han me hizo una reverencia, significando con eso que la leccién habia terminado, Una ver vestide con ropa de calle, iba a salir del dojang cuando me lo encontré en la puerta, esperandome. —Debes aprender a vivir en el presente — me acunsej— , no ev el futuro ni en el pasado. El Zen ensefia que la vida debe vi- virse en cl momento. Al vivir en el presente estas en contacto completo contigo misme y con tu medio ambiente, tu energla no se disipa y sicmpre la tienes a tu disposicion, En ei presente no hay remordimientos, como en el pasado; por otra parte, al pensar €n el futuro diluyes el presente, El tiempo para vivir es ahora, “Mientras lo que hagas en el presente sea exactamente lo que ests haciendo en exc momento y nada mAs, eres uno conti- go mismo y con lo que estas haciendo, . . y cso es el Zen, el ha- cer lo que ests haciendo en toda su plenitud.” Reflexioné luego en Jo que el maestro Han habia dicho. Una de las razones principales por las que me gustan las artes mar- ejales, es porque exigen una concentracién total, Durante unas horas cada semana puedo aislarme de todos los problemas y presiones de mi vida diaria. La rapidez con que tiene lugar un encuentro o sesién de practica de las artes marciales, no deja lugar o tiempo entre dos “puntos” para la reflexiéin, Pero ese dia yo me habla permitido distraerme y mis pensa- mientos estaban divididos entre la junta que acababa de termi- nar y la que iba a tener lugar dentro de pocos minutos. Mi mente no habla estado en la actividad del momento. Entonces recordé con cudnta frecuencia, al estar trabajan- do, dejaba que mi mente divagara de esa manera, disipando al mismo tiempo energia y concentracién, y tormé la decisién de que me entrenarfa yo mismo para que tal cosa no volviera a ocurrir. A cada una de mis actividades le darfa mi concentra- cin mas absoluta, Cuando regresé a mi oficina, escribf en una pequeiia tarjeta de archivo “Vive cl Momento" y. con una chinche, ta clavé en mi escritorio. Hasta la fecha esa tarjeta sigue donde la clavé, y vuelve a leerla cada vez que me percato de que me estoy distrayendo, Desde ese dia, continuamente recuerdo concentrarme en el momento en lugar de dejar que mi mente divague en el pasado © hacia el futuro, La paciencia es ta cualidad exencial det hombre KWAIKOO-TSU SUPERE LA PRECIPITACION Estaba tomando té con cl maestro Han cn su oficina, cuando lleg6 el cartero trayendo una carta que enviaba la familia del maestro desde Corea. Sabiendo que él habia aguardado ansiosamente esa carta, hice una pausa en nuestra conversacion, esperandy que é abriera el sobre y se precipitara a leer su contenido. En vez de eso, cl maestro hizo la carta a un lado. se volvid hacia mi y com tinud con nuestra conversacién, Al dfa siguiente le comenté el gran contro] de si mismo que poscia, y le comenté que yo me hubiera puesto a leer la carta al instante, Hice Io que hubiera hecho si hubiera estado solo —repu- so. Hice la carta a un lado hasta haber superady la precipiia tién. Luego, cuando le puse la mano encima, la abri como si fuera algo precioso. Durante unos momenius, quedé intrigado con su comentario sabienda que su intenci6én era la de que eso fuera una leccién para mi, Finalmente declart que no comprendia a qué condu- ia tanta paciencia. —Conduce a esto —me contesté. Los que son pacientes en las cosas triviales de la vida y saben controlarse, un dia tendran el mismo dominio en las cusas grandes © importantes, $2 CONOZCA sus LIMITACIONES Después de una leccién, Bruce Lee y yo esidbamos tomando dim sum, un desayuno tradicional chino consistente en paste- lillos rellenos de carne, en un restaurante del centro de Los An geles. Yo aproveché la oportunidad para confesarle que me sen tia desanimado, A los cuarenta ¥ cinco afos de edad, me consi- deraba un viejo y sentia cl cuerpo demasiado rigido para lograr una verdadera habilidad en el jeet-kune-do, —Nunca aprenderas nada nuevo a menos que estés dispuesta a aceptarte con tus propias limicaciones —repuso Bruce. Tie- nes que aceptar el hecho de que estas capacitado en algunas direcciones y limitado en otras, y debes desarrollar tus habili- dades, —Sin embargo, hace diez afos podia tirar una patada por encima de mi cabeza con toda facilidad — repuse. Ahora, ne- cesito media hora de calentamiento para poder hacerlo. Bruce colocé sus platillos para comer junto al plato, se guse Jas manos ep los musios y me sonrid: Fso fue hace diez afios —me dijo cranquilamente, Ahora Ba eres mas viejo ¥ tu cuerpo ha cambiado. Todos tenemos limita- ciones fisicas qué superar. Para ti es facil decir exo —repliqué. Si alguien ha nacido con habilidad natural para Tas artes marciales, ese alguien eres 16 Bruce se rib, Voy a decirte algo que muy pocos saben — me confid. Yo Negué a ser artista marcial a pesar de mis limitaciones. Me quedé asombrado. En mi opinién, Bruce era un espéci- men fisico perfecto y asi se lo dije. —Probablemente no te has dado cuenta — prosiguiéb—. pero mi pierna derecha es un poco mas de dos centimetros mas corta 55 que Ja izquierda. Ese defecto fue el que me impuse la mejor postura para mf. . . con la pierna izquierda adclantada. Des- pués descubri que, por tener la pierna derecha m4s corta, tenia una ventaja con cierto tipo de patadas, ya que un paso desigual me daba un impetu mayor. “Ademias uso lentes de contacto. Desde mi nifiez he sido cor- to de vista, lo cual significa que, cuando todavia no usaba len- tes, me costaba trabajo ver al uponente si éste no estaba cerca, Originalmente empecé a estudiar wing-chun porque ésa ¢s una técnica ideal para ¢l combace cuerpo a cuerpo. “Acepté mis limitaciones por lo que eran y les saqué pro vecho, ¥ eso es lu que ti tienes que aprender a hacer. Dices que no puedes patear a una altura mayor que la de tu cabera sin un calentamiento largo, pero la pregunta fundamental es ésta: {Es realmente necesario patear a esa altura? En realidad, sélo hasta hace muy poco tiempo los artistas marciales empeza- ron @ patear a una altura superior a la de la rodilla, Las pata- das a la cabeza son principalmente para exhibicién. Asi ¢s que perfecciona tus patadas a la altura de la cintura y serén tan formidables que nunca necesitaras patear mis arriba. “En lugar de tratar de hacer todo bien, has perfectamence Jas cosas que seas capaz de hacer. Aunque la mayoria de los ar- cistas marciales expertos x han pasado largos afios practicanda cientos de técnicas y movimientos, en un encuentro, o kumute, un campeon puede en realidad usar Gnicamente cuatro o cinco técnicas una y otra vez. Esas son las técnicas que 4] ha perfec cionado y de las que sabe que puede depender.” Yo protesté: —Pero el hecho sigue siendo que mi adversario real es el pa- so de los afios, —Deja ya de compararte a ti mismo a los cuarenta y cinco afios, con el que eras a los veinte o a los wreinta —contest6 Bru- ce. El pasado es una ilusion, Debes aprender a vivir en el pre- senate y aceptarte a ti mismo camo eres actualmente. ¥ lo que te falta en agilidad y flexibilidad, debes compensarlo con conoci- mientos ¥ una practica continua, En Jos meses siguientes, en vez de gastar el tiempo tratando de hacerme tan flexible como para poder patear a la aluura de la cabeza, me puse a trabajar en las patadas a la altura de la cintura hasta que incluso Bruce se mostré satisfecho con mi de- sempeiio, Luego, un dia, a fines de 1965, me fue a visitar para despe- dirse antes de salir para Hong Kong donde, segan me dijo, se iba a convertir en la estrella mas grande del cine, 3x7 eRecuerdas nuestra conversacién acerca de las limita ciones? —pregunté. Yo estoy limitado por mi estatura y mi die ficultad con el inglés, ademis del hecho de que soy chino, pues nunca ha habido una gran estrella china cn las pantallas norte americanas. No obstante, he dedicado los tres iltimos afios @ estudiar peliculas y pienso que el ticmpo cs propicio para una buena pelicula sobre las artes marciales. . . y yo soy cl mejor equipada para ser la estrella, Mis aptitudes sobrepasan a mis fi mutaciones Elpoder de La mente es infinito, mientras que eldel puro mdscule limitada KOICHI TOHE! edt Dak nip Tees HASTA LOS MAESTROS - TIENEN SUS PROPIOS MAESTROS En la mayoria de las disciplinas de las artes marciales, el cs- tudiante novaio usa wna cinta blanca que, de acuerdo con la tradicién, simboliza la inocencia. Con el paso del tiempo la cinta s¢ ensucia con el manejo y el uso, por lo que la segunda etapa del aprendizaje se simboliza por medio de una cinta café, Pasa el tiempo y Ja cinta se va oscurecicndo mas hasta que se pone negra. . . y ésa es la etapa de la cinta negra. Con todavia més uso, la cinta negra empieza a racrsc y sc va poniendo casi blanca, significando con eso que su duefio esta regresando a la inocencia. . . una caracteristica Zen de la perfeccién humana. Muchos sistemas de artes marciales tienen cintas de varios colores entre el blanco y cl café, asi conto diferentes grados de café y de negro, lo cual es un constante recordatorio para el es- tudiance de que todavia hay mucho mas qué aprender mas alla de cualquier grado de eficiencia que €1 0 ella pueda haber ad- quirido hasta esos momentos. Y ese recordatorio se extiende hasta con los maestros, cada uno de los cuales tiene un maestro antes que él. 40 Ed Parker, por ejemplo, se considera un novicio si se compa- ra con William Chow, su maestro de Hawaii: el maestro Bong $oo0 Han habla con reverencia de la habilidad de sa maestro de Corea, Yong Sul Choi; Bruce Lee siempre hablaba con asom- bro de su maestro de Hong Kong, Yip Man, quien fue también el sifu de Jim Lau; Stan Schmidt, de Sud&frica, atraviesa la mi- tad del mundo hasta Los Angeles una vez al afio para estudiar con su maestro, Nishyama; mientras que Camilla Fluxman, de Los Angeles, vuelve a eu hogar, en Sudéfrica, cada vez que puc- de, para estudiar nucvamente con su maestro, Stan Schmide. Ese interminable circulo de esudiante y maestro les da a am- bos, maestro y cstudiante, la sensacién de que forman parte de un continuo de aprendizaje. Mi propia experiencia del aprendizaje de las artes marciales ha sido siempre camo una escalera con incontables descansos. Con cada paso hacia arriba, la meta — la unificacién spiritual y Msica de cuerpo y mente— parece estar mas cercana, pero siempre hay descansos, o altiplanas, en los que el aprendizaje parece detenerse, con la escalera subiendo interminablemence hacia lo alto. En esas ocasiones, muchas veces me he sentido frustrado y desalentado, Les he mencionado esa experiencia a diferentes amigos de las artes marciales y cada uno de ellos ha admitido que él, también, ha arribado a ese altiplano de vez en cuando. Dicha experiencia es comdn a todos nosotros. George Waite, mi huen amigo y mentor, recordaba los dias cuando su cinta era café y como se desanimaba cuando vela a alguien mucho mejor que él, a pesar de que #1 se consideraba bueno. — Cuando ocurtia eso —decfa —, acostumbraba ir al dojo a observar a los de cinta blanca. Veia entonces que, comparado con ellos, yo era bueno. Regresaba después a observar a los de cinta negra y volvia a inspirarme viendo cuan. mejor me éra po- sible llegar a ser. Cuando al fin Negué a ser cinta negra, com- 41 prendi que realmente no sabia yo nada comparado con mi sifu, y me desanimé hasta que éste me dijo cud, grande habia sido su maestro, A pesar de ciales, reconozco Jo poco que x realmente comparado con los muchos afios de estudio de las artes mar- maestros de fos mismos, Sélo comparandome constantemente con alguien mejor que yo he podido ir mejorando, Realmente, ¢s algo inspirador saber que hasta los maestros tienen macstros ¥ que todas somos aprendices. El rey Huan, de Chou, oy hablar de Po Kumg-i, quien era can sideradoel hombre mis fuesre de sa reine, Fl rey se decepciond al conocerka, pues Po ve vei débil. Cuando «l rey le peeguars qut tan fuente era, Po dijo humildemente: "Puede comport una pula a un saltarontes de primavera y resiuo el vienta que produce una cigarra en el otorio” Fai to, ol reyexclamé: "Yu pucdu desgarrar cuetos de rinaceronte hiifales por Ja cola y, no ofstante, me avengtienzo de mi debi dad. :Cimo purdes entomces ser tan fumuso?” Pu sonrid y 1s pondié trunquilamente “Mi macsiro fue Tra Shang Chi'ui, cu ya fuerea oo tenia igual en el mundo, pero ni sus parientes lo sablan porque éf nunca La usd". y arrastrar a mew INONIMO ALARGUE SU LINEA Me enconiré por primera ver con el maestro de kenpo- karate, Ed Parker, en 1952, en un gimnasio de Beverly Hills donde le rentaban espacio, Ed es un hawaiano bien parecida de 1.8% m de estatura y ana cabeza coronada por una tupida mata de cabello negro, A primera vista me hizo pensar en un frondoso drbol, con sus brazos como grucsas Tamas ¥ sus pies descalzos firmemente anclados en un tapete de lona. (A pesar de su gran estatura, es un torbellino en movimiento), Llevaba puesto un delgado uniforme de algodin de dos piczas al que son muy afectos los artistas marciales. El uniforme, al igual | que su cinta negra, blanqueaba ya en varios sitivs a fuerza de- uso y de repetidas lavadas, El rostro de Ed era sereno y paciti- co, como si acabara de meditar, i An recuerdo una de mis sesiones iniciales en su dojo de Los. Angeles, donde estaba yo practicando kurmite (entrenamicnto) con un oponente mas habil, Para compensar mi falta de conoci- mientos y experiencia, probaba movimientos sGbitos y engafio” sos que eran ficilmente anulados. El otro era sencillamente su-— 44 perior ami y Parker observaba la vapuleada que me estaba dan do, Al terminar el encuentro yo estaba sencillamente abatido. Parker me invitd a su oficina, un cuarto pequefio escasamen- ce amueblado, con s6lo un esctitorio'maltratado y unas sillas viejas. — ¢Por qué estas tan turbado? —me pregunts, - Porque no pude hacer nada, Parker se puso en pie detras del cscritorio y con un gis (raz una nea blanca en el suelo como de metro y medio de largo. —¢Come puedes acortar csa Hnca? —me pregunté, Me quedé observando La Iinea y le ofreci varias respuestas, entre ellas la de cortar la linca en varios pedazas, El movié la cabeza y trad una segunda linea, esta vez mas larga que la primera. —Y ahora, cémo se ve la primera linea? — pregunté, Mas corta — contesté, Parker asintié en silencio. Siempre ¢s preferible mejorar y robustecer la propia finea y conocimientos que tratar de cortar la del oponente, Me acompafié hasta la puerta y agregé: Piensa en Io que acabo de decirte. Lo penst y estudié con ahineo los meses siguientes, desarro- Nando mas mis capacidades y ampliando mis conocimientos y mi habilidad. La siguiente vez que me encontré en la Iona con el mismo oponente, él también habla mejorado, pero lo hice mucho mejor que la vez anterior, porque ya habia ampliado mix conocimientos y desarrollado mis mis habilidades, No mucho después comprobé que podia aplicar el principio que Ed me habia ensefiado, a mi manera de jugar tenis, Como vido jugador de tenis de fines de semana, con frecuencia me veia enfrentado a jugadores mejores que yo y, cuando las cosas ine empezaban a pintar mal, muchas veces echaba mano de ‘trucos, . . come rebanar la bola, tratar de golpearla con efecto 45 o recurrir a toda clase de artimaiias. Sin embargo, invariable- mente me derrotaban ¥ me sentla frustrado. Y cra que, en lu- gar de tratar de mejorar mi juego, trataba de “acortarles su linea” a los contrarivs, Hasta que reconoci que venfa que jugar ami maxima capacidad en lugar de tratar de echer a perder el juego de mis contrincantes, Teniendo sienipre presente el con- acjo de Parker, mi juego pronto mejoré. Han pasado casi treinta afos desde aquello y, mientras tan- to, Parker les ha ensenado su arte a miles de estudiantes. Aun después de que han dejado de verse, ellos siguen considerdndo- lo un buen amigo. . . y como a un sabio y amable sifu que en- carna el espiritu y la filosofia de las artes marciales. NO MOLESTAR Muchas de mis lecciones de jeet-kune-do.con Bruce Lee las comparti con Stirling Silliphant, uno de los argumentistas de mayor éxito en Estados Unidos. Muchas veces, después de las lecciones, los tres [bamos al patio trasero de mi casa y. armados con-sendes jugos de frutas, nos sentabamos a conversar. Esos momentos cran preciosos para ml porque, invariablemente, obtenfa un panorama interno de uno de ellos oe mis das ami- gos. En una de esas ocasiones hablamos de la diferencia que hay entre desperdiciar el tiempo y gastar el tiempo. Bruce fue el primero. en hablar, Gastar el tiempo es pasarlo de una manera cspecifica —dijo. Estamos gastandolo durante las lecciones del mismo mody como fo estamos gastando ahora en la conversacion, Des- perdiciar cl tiempo es gastarlo en forma irreflexiva a sin el me- nor cuidado, Todos tenemos tempo para gastar o desperdiciar y nos corresponde a tosotros decidir qué hacer con él. Sin em- bargo, una vez pasado, el tiempo se ha ido para siempre! 48 —Esel bien mis precioso que poseemos —comentd Stirling. Yo siempre considero mi tiempo como si estuviera dividido en infinitos momentos o transacciones 0 contactos, Cualquicra que robe mi tiempo me ex robando la vida porque me esta quitando mi existencia. Conforme voy envejeciendo compren- do que el tiempo ex lo Gnico que me queda. Asi pues, cuando alguien me aborda con algin proyecto, calculo el tiempo que me costara realizarlo y luego me pregunto ami mismo, “:Deseo gastar semanas o meses del poco ticmpo que me queda en este proyecto? ¢Vale la pena o simplemente estoy desperdiciandy mi tiempo?" Si considero que el proyecto tiene su valor, lo leva a cabo. “Aplica la misma medida a las relaciones sociales. No voy a permitir que nadie me robe mi tiempo. He limitado mis amis- tades a aquellas personas con quienes el tiempo se pasa feliz mente. Hay momentos en mi vida — momentos necesarios— en los que no hago nada, pero ésa es decision mia. La decision de como gasto mi tiempo es sola mia y no la dictan as conven- ciones sociales.” Una vez que Stirling termind de hablar, Brace se quedé mi rando el espacio durante unas momentos, Cuando al fin hablé, fue para preguntar si podia usar cl teléfonv. Cuando regresé, Bruce venia sonriendo, Acabo de cancelar una cita — dijo. Era con alguien que queria desperdiciar mi tiempo, no ayudarme a gastarlo, Al marcharse, Bruce se volvié hacia Stirling y le dijo: — Hoy fuiste el maestro. Por vex primera me di cuenta de cuanto tiempo he desperdiciado con ciertas personas. Nunca antes s¢ me habla ocurrido que estuyieran robandome la exis- tencia, pero asi era. En esa €poca de mi vida, tenfa muchos amigos que acos- ‘umbraban llegar de yisica o llamarme por teléfonu a cualquier hora. Porque soy escritor y trabajo en mi casa, ellos supontan 49 que estaba disponible para platicar o aconsejarlos sobre cual quicr tema, Sin embargo, después de mi conversacion con Stirs ling y con Bruce, comprendi que, en ver de gastar el tiempo con esos amigos, lo ¢staba yo desperdiciando. Asi pues, compré un anuncio grande que reza "No Molestar™ y lo coloqué por fuera de la puerta de mi estudio ¢ instalé ung m4quina para que comestara el teléfono. Para mi gran sorpres sa, mi cuota de trabajo casi se duplicé. Habla yo dade un pasa decisive para controlar el empleo de mi tiempo. home Hamada teempo, la envweloe en una gran 2 acabada, se he ita petra siempre 4DAGIO CHING LA INACTIVIDAD ACTIVA Bronislaw Kaper, quien me imicié en las artes marciales hace mas de veinte aiios, me introdujo también a otra necion imere: sante... la de no hacer nada de una manera consciente. Bronny es cortesano, elegante y todo un caballery a la manera europea. Nacido en Polonia y educado en ‘Varsovie ¥y Bertin. fue campedn juvenil de sable cuando tenia dieciocho adios yah gue siendo considerado uno de los mejores espadachines con sable dela cesta occidental, aunque'ya anda cerea de Jos seten ta afios, Un dfa lo Namé por telefon para invitarlo a almorzar. —Le siento — dijo Bronny —, pero hoy es mi dia de nv hacer nada, Yo protesté, Es que almorzar es no hacer nada sino comer —le argif. Branny salté la risa. ; Si hago una cita para almorzar contigo, mi querido amigo —repuso- , deho hacer algo, y hoy es mi dia de no hacer nada, Explicate, por favor —le rogué, 52 —En nuestra vida moderna —me explicé- no dejamos campo para espacios vacios, para no hacer nada. Ese concepto de no hacer nada, que no tiene relacion con simplemente no hacer algo, ¢s también una actividad y un ejercicio. “Comparemos el no hacer nada con una pausa en la moisica — prosigui6. Fsa pausa no es una ausencia de mfsica, sino par- te integrante de la composicién; Si un director no mantiene una pausa en su valor completo, cs como si cstuviera hacienda un corte en fa carne. Ya lp tlijo Claudio Debussy, ‘La masica es el espacio entre las notas’. Los maestros de buen fraseo, como los artistas marciales, syn hombres que les prestan tanta aten- cién a las pausas y a los silencios (inactividad) como a la accién misma.” Lo que Bronny parecia querer decir era que ana pausa signi- ficativa le permitia a uno evaluar dénde se cacontraba. La si- guienté vez que via Bruce Lee, Ir referi mi conversacién con Bronny. Bruce eché a reir y dijo: —Esté en lo cierto, zsabes? La pausa, a la mitad de la ac. cién, es también uno de mis seeretes. Muchos artistas marciales atacan con la fuerza de un huracdn, sin detenerse a observar cual es el efecto desu ataque sobre el epanence, Cuando yo atacu, trato siempre de hacer una pausa —una accion deteni- da— para estudiar a mi oponente y sus reacciones antes de vol- ver a entrar en accion. Yo inciuyo pausa y silencio junto con la actividad, dandome asi tiempo para sentir mis propios proce- Sos internos asf como los de mi aponente. Aiios mas tarde, mucho después de que Bruce se fue a Hong Kong a hacer peliculas, camprendi finalmente cudn importan te era esa “accién detenida™ para su arte. La mayorfa de los ar- tistas marciales emplean un patron fijo de técnicas una y otra vez, pero Bruce Lee nunca se encered en una rutina, El, en cierto sentido, levaba constantemente un registro del impacto 53 medioambiental de su propia actividad. haciendo una pau- sa para evaluar, ajustar y corregir de acuerdo con las cxigen; cias de Ja situacién, E) nunca permitié que fuera cl oponente el que dictara sus acciones. En ver de eso, é1 forzaba al oponente a reaccionar de acuerdo con él, haciendo pausas frecuentes pa- ra reagrupar y reformar su enfoque. Recientemente encontré una manera de hacer encajar esa idea abstracta de la “accién detenida” en mi propia vida, Dy. rante algan tiempo permiti que fuera mi programa de trabajo el que gobernara mi vida, Luego, un dia, me sent! abrumado por la presién y me di cuenta de que habla cierto paralelo con mis experiencias en la ¢stera de combate cuando me las tenia que ver con un oponente irresistible. En esas ocasiones, recor: hacia una pausa para reagrupar daba las palabras de Bru mis propios medios y luego intentaba tomar la iniciativa ¢Por qué no habria de dar resultado ese método con mi problema actual? A pesar de todas las presiones, decidi tomar un dia libre, hae cer una pausa durante la cual aceptaria no hacer nada y estu diar la situaci6n. Dicha pausa obro maravillas en mi caso, Pu- de evaluar el predicamento en que me cncontraba, decidi qué curse de accién emprender y me dije a mi mismo que tomaria la iniciativa para determinar el programa de mi propia vida, Habla descubierto que el no hacer nada a veces puede ser algo ms importante que hacer algo. >) z © La mente wo debe etter on ninguna parte en particular TAKUAN LA ACTIVIDAD INACTIVA Jim Lau, mi sifu en wing-chun, tiene veintiocho afios de edad y fue fundido en el mismo molde que Bruce Lee. De jo- ven, Lau estudié wing chun en Hong Kong con ¢l macstro de Bruce Lee, el legendario Yip Man, Lau es esbelro y de estatura mediana, con unos brazos y picrnas como de acero templado, pero es.can flexible como una vara de sauce. Puede tener la frente pegada a la de su oponente y, aun asf, patearle a éste la quijada, Cuando fui a visitar la academia de wing-chun que Jim Lau tiene en Los Angeles, en lo que antiguamente era una tienda, me sorprendié observar que todos los estudiantes estaban en ropas de calle, Lau mismo lucia una camiseta roja de manga corta, con un dibujo del ratén Miguelito, y pants azules de entrenamiento, Cuando nos presentaron le hice una reveren- cia, como se acostumbra cuando une conuce a un artista mar- cial de alto rango, pero él lo ignoré, me estreché la mano -e in- sistié en que lo llamara Jim. 56 Ese aire de informalidad es pico del wing-chun, al que también llaman “pugilismo chino", el cual es actualmente uno de los estilos de artes marciales mas populares en Hong Kong y en Europa, y que esta ganando una rapida popularidad en Es- tados Unidos por su simplicidad y enfoque realista en el com- bate. En el wing-chun no hay sistemas de rangos ni cintas de colores para distinguir al novato del instructor, Cuando un es tudiante ha alcanzado cierto nivel de eficiencia, el sifu puede darle un pequefio medallén o algiin regalo personal como muestra de aprecio. A diferencia de Bruce, quien habia decidido Hegar a ser estrella de cine, la ambicién principal de Jim Lau es la de tras mitizle su arte a un namero cada ver mayor de devotos seguido- res, la mayorfa de los cuales le han Ilegado con cierta experien- cia en otras artes marciales, A pesar del estilo informal de ense- fiar que posee Jim, éste siente una gran responsabilidad por el progreso y bienestar de cada uno de sus alumnos. Un dia est&bamos practicando “manos pegadas”, un ejerci- clo en el que ias manos de uno parecen estar pegadas a las del oponente, , , de ahi su nombre, A lo largo de su entrenamien- to, los estudiantes de wing-chun aprenden a interpretar los mensajes silenciosos que telegrafian las manos de su compaiie- ro, La manera como una mano se retira pucde indicar un cam- bio en el peso del cuerpo, un cambio de postura y/o la pro bable direccion del gollpe siguiente. Eso puede ofrecer una pis- ta de si el siguiente golpe seré un uppercut*, un golpe volado de casa redonda o un golpe recto, El perder contacto con la mano de] compaiicro le permite a éste golpearlo a uno, El em- pujar contra la mano del adversario lo extiende demasiadu a uno y puede perder cl equilibrio facilmente. * Golpe eiirto hacia aviiha 57 En.ese ejercicio, ambos compafieros tratan de imterpretar las sefiales del otro y de disimular las propias. La técnica le ensefia @ uno a parar un ataque inminente y, aun ad, mantenene centrado y en control de Ja simuacién, sin reaccionar en exceso ni quedarse corto. E] resultado, con frecuencia, es un estancas miento. Ese cjercicio me frustraba porque Jim podia leer mis inten- ciones en mis manos a través de la sensibilidad de su toque, casi como un superdotado mental lee las mentes de otras personas, ¢ intentaba descargar un gol- Con frecuencia me imp: pe. pero Jim sentia mi intenci6n cada vez y contrarrestaba el movimiento aun antes de que yo lo hiciera, sorprendi¢ndome siempre fuera de equilibric. Finalmente, daba un paso atras y habla levantaba una mano, indicando con eso que la lece terminado. Una vez terminada fa Jeccién, lo acompafié hasta su automé- vil y me dijo: “Debes aprender a dejar que la paciencia y la inmovilidad se sobrepongan a la ansiedad y a la actividad furiosa por el ansia de hacer algo. Entre los artistas marciales del grado mis alto, no hay cabida mds que para una sola equivocacién. Antes de un intercambio de golpes pueden transcurrir varios minutos de paciencia controlada y de planeamiento mientras cada con- trincante, respectivamente, observa a su oponente, estudiando sa posicién o postura, vigilando, concibiendo ideas y cargando su energia, Cuando uno de ellos piensa que va a atacar, su opo- nente puede cambiar de postura rdpidamente. Si ha reacciona- do de ms, su oponente toma nota de eso mentalmente, ya que ésa es una debilidad que m4s tarde intentara aprovechar en ventaja suya, “Un buen jugador reconoce esos movimientos par lo que son: un proceso de sondeo y experimentacién, El buen jugador es 58 paciente, Se mantiene observando, controlando su paciencia y organizando su compostura, Cuando ve una oportunidad, cx- plota”, Tiempo después tuve oportunidad de presenciar un “cruza- miento de manos" o combate encre dos maestros de las artes marciales, Yo asistl esperando ver el despliegue magnifico de unos acrébatas relampagueantes y d¢ unos miembros como dos torbellinos. En vez de eso, vi a dos hombres en postura de com- bate estudiandose mutuamente con toda atencién durante va- trios minutos, A diferencia del boxeo, no habfa fintas ni amagos 59 tentativos, Durante casi todo el tiempo, los macatros se mantu- vieron inmoviles, como estatuas, De repente, uno de ellos ex ploté en movimiento tan rapidamente, que ni siquiera pude percibir lo que habla sucedido, aunque df vi que su oponcnte salt’ hacia atras. E] combate habia terminado y los maestros se hicieron mutuamente una reverencia, En mi siguiente leccién le conté a Jim lo que habla visto. —Ahora ya has visto el poder de Ja paciencia controlada s- bre la estera — dijo é]. Lo mismo se aplica a los problemas de la vida, Cuando surja un problema, no combatas con 1 ni trates de negarlo, Acéptalo y reconéx lo, Sé paciente en la biisqueda de una solucion o apertura y luego entrégate plenamente a la solucién que jurgues mis adecuada. ente son une. Entre wtedes hay una releciin 1 opontente ye coneiatte en su vento ubsorbiende ss ataqgues 9 uiande la fueren ae Bf dirrnecearte BRUCE 12k EXTIENDA SU KI Liegué tarde al aikido, “el arte suave", en mis estudios de las artes marciales. Ya conocia el aikido, por supuesto, y me inte- resaba aprenderlo algin dia, pero estaba enfrascado en el ka- Fate y pens€ que podria esperar, Luego, durante una visita hice a Londres hace algunos afios, me fijé en un cartel donde anunciaban una conferencia sobre aikido y decid asistira ella, La conferencia truvo lugar en una tienda que habian conver-— tide en un pequeiio dojo a la sombra de la torre de la oficina de correos de Londres. El salon de pricticas estaba abarrotado de espectadores sentados con las piernas cruzadas cn una estera, observando al maestro, un japonés joven que lucia una blusa blanca y una hekama, o falda negra, que es la vestimenta de los maestros de aikido, El joven se veta fragil y vulnerable cuando se enfrents a me~ dia docena de jévenes fornidos que lo rodearon cn forma ame- natante, Cuando empezaron a acercirsele, el maestro se man tuvo inmévil, calmado y sereno, de pic en el ojo del huracan. Repentinamente, con fuertes gritos, lo atacaron al unfsono. Lo que sucedié entonces fue algo magnifico. Parecié como que el maestro flufa como una corriente de agua sobre los hom- bres. Remolineando entre ellos, su falda negra parecla rodear los. Cada ver que alguno de ellos descargaba un golpe en su cuerpo, el ya no estaba ahf. Del mismo modo como cuando un giroscopio gira cada vez mas aprisa, su movimiento parece mas calmado, sucedia lo mismo con e] maestro mientras desviaba la energia de sus atacantes y los iba proyectando, uno tras otro, fuera de la melée, Todo terminé en unos momentos, El maestro, win calmado, con wna leve sonrisa en los labios, sc volvié hacia cl auditorio ¢ hizo una reverencia bajo una catarata de aplausos. Luego, se incling humildemente ante los estudiantes atacantes, quienes, a su vez, sc inclinaron respetuosamente ante él. Las acciones del maestro se habian visto tan sin esfuerzo que yo sabia que habia algo bajo la superficie que no podia verse, que no podia explicarse. Asi era, confirmé él. Era el Ai, la energia o fuerza invisible de la vida que no puede verse, pero que la mayoria de los artistas marciales, especialmente los aikidofstas, tratan de desarrollar Como una demostracién adicional del ki, ¢l maestro invité a cualquiera de los espectadores que asi lo deseara, a que intenta~ ra levantarlo de la estera, Fso me parecié algo relativamente fa- cil, asfes que me ofreci. Sujeté firmemente al joven alrededor de la cineura y traté de levantarlo. pero ni siquicra pude moverlo, Aunque yo pesaba por lo menos veinte kilos mas que él, parecia haber echado raices en el suelo. £1 me pidié entonces que lo gol peara pero, aun antes de que mi pufio viajara la mitad de Ia dis- tancia que nos scparaba, me seni respetuosa, pero firmemente Nevado a la estera. Nunca me habian derribado tan répidamen- te ni habia sentido jams una fuerza tan suave. — Este cs un ejemplo de! ki —me dijo, mientras me ayudaba a incorporarme, zY como puedo desarrollarlo? — preguneé. —Sélo con la practica y una actitud mental apropiada —me contesté enigmaticamente, Mentalmente tomé nota de que, en cuanto regresara a Los Angeles, investigaria mas acerca del aikido, A mi regreso, busqué y encontré una escuela de aikido y em- pect a estudiar ese arte, que para mf era nuevo. Constante- mente ola mencionar el ki y, después de una de mis primeras lecciones, lc pedi a una ayudante del instructor, una esbelta morena, que me lo explicara. —Realmente nadie puede explicarlo, Joe —dijo—, pero si puedes sentirlo. Me voy a colocar al borde de la estera con mi bra- xo extendido y ti caminaras hacia mi, en direccién de mi brazo, Hice lo que me pedia y caminé hacia su brazo, el cual detuvo mi avance. —Bien — dijo ella. Ahora, quiero que pienses en un objeto que esté frente a ti, mas acras de mi brazo, y camines hacia 4, Nuevamente segut sus instrucciones y caminé “a través de" y mas all& de su brazo extendido. — Esta ver estabas proyectando tu energfa hacia adelante en la forma apropiada — comenté ella. Ahora, exticnde tu brazo en linea recta a partir del hombro y ponme una mano en el hombro. Pon rigido ¢] brazo. Presionando con las manos en la parte interna del codo, me flexioné el brazo con toda facilidad. Ahora flexiona el brazo ligeramente por el codo y relajalo sin quitarlo de mi hombro, !maginate que tu braro es una manguera por la que fluye el agua. la cual te sale por los dedas en un chorro, que mentalmente has apuntado al infinite, Esta vez sc colgé con ambas manos de mi brazo, pero, a pe- sar de sus esfuerzos y de que trac de hacer palanca, no pudo flexionarlo mis, fse es un ejemplo del ki —dijo. Todo el mundo lo tiene hasta cierto grado. . . hasta un bebé. Has tratado alguna vex 64 de levantar 4 un nifio o a un perro que no queria que lo levan- tuvan? El nifo parece mas pesado cuando no esta cooperando, pero cuando quiere que lo levanten se hace mis liviano. Y eso se debe a que la mente es en realidad una fuente de potencia, y cuando se coordinan la mente y el cuerpo, ¢! ki se manifiesta, Con la prictica podras conectar ¢l ki a voluntad. ~ €¥ de donde proviene ese ki? — pregunté. — El centro del ki ¢s el “punto” o tar-ten —repuso ella, sefta- lando un site como a unos tres centimetros abajo del ombligo, Aqui 3, mas o menos, donde se encuentra el centro de grave- dad del cuerpo humano, EI ki se define coma una energia o fuersa imerior que puede dirigirse desde el “punto” tai-ten, por medio de la visualicacion, a lugares fuera del cuerpo, Pue- de combinarse con la gravedad para producir un pese muerto y una pesadez extrema dentro del cuerpy, como en el caso del ni- fiv que no quiere que lo levanten. “Las aikidoistas, asf como la mayoria de los artistas mar- ciales y los practicantes del Zen, creen que todo el ki o energia Gel universo fluye a través de ellas por ese ‘punto’, viajando eternamente en todas direcciones. No imparta dénde estés, siempre eres cl centro del universo. Sosteniendo tu ‘punto’ y manteniéndote controlado, te sientes uno con ¢l universo y-al misme tiempo, totalmente consciente de tu relaciéin corporal con el universo.” Sacud{ la cabeza. Eso es demasiado esotérico para mt —observé. ~ Hay otra manera de comprenderlo — continud ella. Pien- saen el vientre como en una valvula que envia agua (o ki) por todas las extremidades, Cuando la vilvula se abre, se genera mas agua (0 energia) a través de los brazos y las piernas, “Si te imaginas que toda tu energia le est Hegando a tu ‘verpa per un punto de tu parte media, que fluye hacia abajo bor tus piernas y hacia arriba por wu tronco, por tus brazos y 65 tmas arriba hasta tu cabeza —y luego, con la mente, proyectay esa energia por tu cuerpo én la direccién que quieras— , puede decirse que est4s extendiendo tu ki. El ki puede enviarse eq cualquier direccién, dependiendd de lo que intentes hacer.” Ese es un concepto especialmente dificil de comprender, Sin embargo, en raras ocasiones he podido percatarme de un flujo espontaneo de fuerza constante (o energia) que fluye por todo mi cuerpo sin que yo lo pretenda en forma consciente, Todo cl mundo, incluso los que no son artistas marciales, son capaces de jalar de ese superpoder o fuerza interior. Por ejemplo, la fragil mujer que derniba una pesada puerta porque su nifio se qued6 encerrado en un cuarto que se est incendian. do, el marido que es capaz de levantar un automévil porque una de las pienas de su esposa qued6 atrapada debajo de él en circunstancias normales, esas personas no hubieran podide realizar esas proezas de fuerza, Sin embargo, en una emergencia, la mente trabaja velozmente y coordina su fuerza con la del cuerpo, técnica que los artistas marciales desarrollan a base de practica y que se les convierte en algo mec4nico y, Posteriormente, esponthneo, Para mi, la leccién de eso puede resumirse en una asevera- cién simple: ¢s suficiente saber que existe una cosa tal como el ki, una fuerza interior disponible que amplia el concepto de los propios recursos com que uno cuenta. El simple hecho de saber que ¢l ki existe en todos nosotros ¢s, en sf mismo, algo que nos confiere poder Flaye con cualquier com que peed mceder y iteje que tw mente quede libre. Mantente centrads eceptands cualquier cosa que estés haciendo. Eso es lo alten CHUANG T2U oe LA RESPIRACION ZEN Hacla un frfo tremendo. Mi respiracifin se convertia en va-_ por frente a mis ojos y mi delgado gi estaba hamedo al tact Afuera estaba oscuro todavia, ya que el sol tardarfa por lo nos media hora en salir. Dentro del dojo ramos cerca de vei ocupantes. De rodillas en nuestras esteras, con las espald . erectas, mirando al instructor. F) también se encontraba de rodillas, frente a nosotros, com un bloque de madera en cada mano que descansaban en las. i dillas, Hablé con suavidad y, aunque parecta estar mirando al espacio, yo estaba seguro de que nos veia a cada uno de no sotros con toda claridad. ferior. Si respiran correctamente, ustedes emplearan la parte inferior de los pulmones lo mismo que la superior, de la mism manera como respiran automaticamente cuando duermen, 68 “Imaginense que el aire que estin respirando es niebla y vi- sualicenla entrandoles por la nariz y la garganta hasta la parte inferior del abdomen. Dejen que circulen ahf y por todo su cuerpo y sus miembros, visualizindola mientras viaja por los diversos canales y meridianos de su cuerpo. Al exhalar, vean c6émo la niebla les sale por la boca. “Al principio pueden volverse excesivamente conscientes de su respiracién y empezar a jadear como si estuvieran haciendo un ejercicio violento. Cuando suceda eso, vuelvan a empezar.” Las manos del sensei se arquearon con gracia al unirse frente 2 su restro cuando hizo resonar las bloques, al juntarlos de un golpe. Al sonido del choque, inhalé lenta y sostenidamente por la nariz, con la boca cetrada suavemente, de tal modo que se expandicran las paredes del abdomen, dejando que la respira- cién circulara dentro de mi cuerpo durante mis o diez segundos, hasta que volvié dejarse ofr el chasquida de la made- ra contra la madera. Hubo un suave sonido de exhalaci6n cuando todos ‘dejamos escapar cl resuello, al exhalar como las tres cuartas partes de] aire por la boca, Luego, el seco chasquido resoné en la sala y todos volvimos a inhalar, Pronto quedé establecido cierto ritmo: el chasquido, un so- nido sibilante cuando todos inhalabamos, y luego otro chas- quide y un ruido como el de un gran suspiro cuando exhalaba- mas al unisono, Durante Jos primeros minutos segui helado, con el cuerpo Higido, que se rebelaba contra la postura y el duro piso, Sin em- bargo, segén fue avanzando el ejercicio de respiracién, fui entrando en calor y mi cuerpo se relaj6 por completo, Cuando Jas primeras luces del dia iluminaron la sala, sudaba copiosa- mente ¥ estaba listo para empezar la leccién. El ejercicio de inspirar y expirar no ¢s tan sencillo como pare- ce. Al principio me parecia que era el Gnico de Ia clase que no podia mantener al ritmo de los dernas, O inspiraba demasiado. aire o dejaba escapar demasiado poco, o terminaba sin aliento €n unos cuantes momentos y tenia que empezar de nuevo, Gon ¢] tiempo comprendi la sabidurfa de Ja imagen del sen: sei. Al tratar de visualizar la respiraci6n como una niebla, los demas pensamientos se mantenian fuera de mi mente y obtenfa una concentraci6n total en la respiracion. Mi mente estaba cal- mada, pero alerta, y mi ser fisico sereno. Estaba listo para ir a la estera porque podia fluir facilmente en cualquier direecién, como el agua, y, si cra yo derribado, aterrizarfa suavemente, co- mo un infante al que arrojan a un colchén, Recuwerdo,cuan fascinado estaba par el hecho de que hasta una cosa can sencilla como el respirar, fuera una materia que cuviera que volver a aprendcrse y a dominarse como parte del emtrenamiento en las artes marciales, En ese tiempo, no tenia la menor idea de que Negaria un dia en que la técnica de la res piracién controlada que habla aprendido, me salvaria la vida. Tiempo después, cn, ocrubre de 1972, andaba yo de vaca: ciones.con mi_esposa, Elke, en Europa. Una hermosa mafiana de'verano ibamos en automévil a través de la campifia vitivi cola de Francia cuando de pronto senti un dolor agudisimo en el abdomen, combinado con un espantoso dolor de cabeza, Muy pronto, mi cuerpo entero cra un solo ¢ insufrible dolor, Al cabo de una hora, me retorcia.en el] asiento mientras me des mayaba y recuperaha el sentido intermitentemente. Los dien- tes me castafieaban y el cucrpo se me sacudia en con causadas por la tos, Tuve que pedirle a Elke (quien, afortuna- damente, iba al volante) un pafiuclo desechable para li r me la boca, pues me sentla tan débil que yo no podia de la caja; Elke me lo arrebaté inmediatamente, le eché. un mirada y luego lo arrojé por Ja ventanilla, Después supe que € taba lleno de sangre, Elke aceleré el automdvil furiosamente, metiéndose por 70 minos de tierra y subiéndose a las banquetas para ganar tiem: po. Sabla que habia una clinica en una universidad, precisa mente al cruzar la frontera con Alemania, y que podriamos Ile- gar alli en cuestin de minutos, Yo entraba y salfa de la incons- ciencia como en una pesadilla, Para cuando legamos a Freiburg. el dolor Ilenaba hasta el Gltimo rincén de mi cuerpo, Cuando Elke localizé a un médi- co, éste vino al automévil ¢ inmediatamente ordend que traje- ran una camilla. Actualmente tengo solo un vago recuerdo de que me metieron en una sala y me hicieron algunas pruebas. Sin embargo, lo que sf recuerdo con claridad es que los mé- dicos fe dijeron a Elke en alemin que no sdlo estaba yo vomi- tando sangre, sing que también la estaba evacuando, Of luego que le preguntaban si conocia a algin familiar mio al cual no- tificarle, y entonces supe que debfa estarme muriendo. El pani- co me inyadié, ¢l corazn empez6 a palpicarme con fuerza y ca- da larido me sacudia el cuerpo, El médico que me atendfa pen: 86 que me estaba dando un ataque cardiaco ¢ hizo preparar un fibrilador para regular mis palpitaciones, En cée momento penst, “Esto es algo absurdo. Estoy ya bas: tante malo como para adem4s agregar un ataque al coraz6n a mis problemas". Con la respiracién entrecortada, ¢! corazén palpitante y el cuerpo tenso, empecé a obligarme a mi mismo a regular mi respiracién haciendo profundas inspiraciones ven- trales (cl estémago se infla durante la inspiracién), reteniéndo- las durante uno, dos o tres segundos, y luego expeliendo todo el aire con fuerza, Repett ef proceso hasta que afirmé una relaja- da respiracién ventral que exigio toda mi concentracién inha- lando por la nariz y contando hasta cuatre y exhalando por la boca durante el mismo conweo. Esa técnica, la cual me hablan ensefiado como preludio para el aikido, es un aspecto de la priic- -tica Zen que lo hace a uno olvidarse de las impresiones externas, Mientras mas me concentraba en la respiracin, més inmune a me volvia al miedo de morir, Al cabo de unos cuantos minutos estaba nuevamente en control de mf mismo y de'mi cuerpo. Antes de que el fibrilador Negara junto a mi cama, los lati- dos de mi coraz6én habian yuelto a la normalidad. Unglaublich” — dijo el médico en alemfn, “jIncrefblet™ Volvi a caer en la inconsciencia y me llevaron ala unidad de cinco dias, Dos veces, durante ese tiempo, la fiebre me subié a tal grado terapia intensiva de la clinica, donde me tuvier que los médicos le dijeron a Elke que ya no podfan hacer nada, De e308 momentos lo finico que recuerdo ¢s que flotaba en un capullo cilido que se deslizaba por un tinel, a cuyo final estaria yo libre del dolor, Aun asf, podta ofr a la distancia la vor de Elke rogandome que no me muriera- Cada vex que sucedia eso, emperaba a regular mi respira cién. Tres semanas mas tarde me dicron de alt en el hospital. Habia sobrevivido a la enfermedad de Weill, un rato virus que gencralmente es fatal. (Yo fui, en mas de cuarenta afios, el pri De acuerdo con el Institute mer caso que hubo en Alemania de Enfermedades Tropicales, Jo contraje por beber agua con taminada en Fspaiia, Si ese incidente me hubi¢ra ocurrido unos afios antes, ci¢rta. mente me hubiera muereo, porque todavia no hubiera cone do la técnica de respiracion Zen. Desde entorices, he descubier- Imente dtil en siruaciones de tensién o que provocan ansiedad, cuando mi respiracion se tor na irregular y el miedo distarsiona los procesos de pensamienta to que dicha técnica ex especi ordenados, lo cual tiende a inmovilizar tanto mi cuerpo'come mi mente. Antes de ciertas citas de negocios o enfrentamientos persona les, trato de ponerme en un estado 'de relajamienio controlan do mi respiracién; eso me relaja y me refresca, all mismo tiem- pe que calma mi mente, La respiracién controlada restaura la calma, ta confianza y el vigor 72 DEJESE LLEVAR POR LA CORRIENTE Mi compaiiero y yo estabamos practicando shomen-ate, el primer movimiento del randort no kata, en la clase de aikido, ejercicio exigia que yo, como el defensor, evitara un golpe recto a la cara moviéndome por dentro del brazo atacante y proyectando al contrincante hacia atras, poniéndole la mang en el mentén y empujando con el cuerpo. Me acerqué a mi compaiiero varias veces, pero no pude mo yerlo. Finalmente, ya un poco desesperada, apliqué ta fisica y mi compafiero fue a dar a Ja estera, Send entonces ume ligero golpecito en el hombro y, al volverme, me encontré a I asistente del instructor, que me miraba con el cefio fruncidia. —Se opuso usted de frente a la fuerza de su ataque — me di- jo-en tono de reprobacién. Como es fuerte, se salié, con Ta u pero todo lo que hizo fue detener su fuerza, no su inteweibn de acar. q Pe oamebnalguied lo golpea, extiende su ki hacia usted y empieza a fluir cuando é piensa que lo golpear’. . aun ante de que su cuerpo se mueva. La accibn de él esti dirigida por s 4 mente. Usted no necesita entendérselas con su cuerpo en lo ab- soluto, si puede redirigirsuy mente yel flujo de su ki. Ese es el secreto: desviele la mente lejos de usted y el cuerpo la seguira.” —2¥ cémo puedo desyiarle la mente de mi? — pregunté, —No trastornando el flujo de su ki ni haci€ndole saber su in- tencién, Usted no tiene que jalar, empujar ni golpear. Simple- mente t6quele el cuerpo con suavidad y gentileza y guiclo adonde usted quiera, De esa manera la mente del otro no se trastorna y su cuerpo la seguirs. “El principio basico del aikido — prosiguié la muchacha— es ceder a la fuerza atacante de tal manera que sea incapaz de las- timarlo a uno y, al mismo Uempo, hacer que cambic de direc- cién empujéndola por deers, en lugar de tratar de resistirla de frente, El aikidofsta jamas va contra la fuerza de su oponente, En ver de eso, redirige esa fuerza lejos de 61, “EI principio de evitar el conflicto y jamds oponerse a la fuerza de un agresor frente a frente, es la esencia del aikido, Nosotros aplicamos ese mismo principio a los problemas que surgen en la vida. El aikidoista diestro es tan elusivo como la verdad del Zen, El mismo se convierte en un koan, en un enig- ma que mas nos clude mientras mas tratamos de resolverlo, Se parece al agua en el sentido de que se le escapa entre los dedos al que trata de sujetarla. E] agua no titubea antes de ceder, porque en el momento en que los dedos empiezan a cerrarse so- bre ella, se retira, no por su propia fuerza, sino aprovechando la presién que se le aplica, Es por esa razon, ual vez, por la que uno de los simbolos del aikido esc] agua.” Poco desputs de esa leccién tuve oportunidad de poner a Prueba algunos de los principios del aikido que la instructora me habia ofrecido, Durante una reunién de negocios, me di cuenta de que era inminente un enfrentamiento con uno de mis sucios, Decidido a sacarle ta vuelta si era posible, evité con- testar a su ataque inicial a fin de no dar lugar a un choque de ri) frente. Cuando la disputa prosiguid, yo reconoct que sus argu- mentos tenian cierto mérito y, al mismo tiempo, traté de des. viar sw enojo en otra direccién. Dandole a mi “oponente” una oportunidad de descargar su energia y enojo y no respondién- dole ni ofreciéndole ningin punto de apoyo, pude evitar la confrontacién, Al poco rato, se encogié de hombros y se retir6, La blandwra trivnja sobre la dureza, Ja debitidad sobre ta fucrn. Lo que os mds maicable ex siempre superior a le que es inconmovible, fixe es el principio de controlar tas cosas dejitn- dose Hever por ellas, de la maestria por medio de la ada pea ein. LAO-T?U Las practicas del wirig-chun se realizan con frecuencia po a cuerpo, por lo que pronto me acostumbré a seneir las rafa gas de aire cuando manos y puiios me pasaban cerca de los ojos y del rostro, De vez en cuando, algin 7 fiero hacia contacto accidentalmente y, en esas ocasiones, s¢ tia a veces una oleada de cnojo. Un dia, despats de una practice, Jim Lau me Hamé Pp Cuando te golpean, te pones tensa —aip - y siento en ti el enojo y el deseo de golpear en represalia. 7 Me sentl avergonzado, pues habia captado mis demasiado bien. —Sé que no debo enojarme — repuse—. pero no pundo vos u hostiles hacia los derns — dijo. Cuando 4 reconoces sentimiencos, ya no tienes que fingir que es aquello que puedes aprender a aceptar esos estados de Snimo, Lo que malo, sin embargo, ¢s dejar que ellos dicten tu natu 78 Cuando desatas tu agresion u hostilidad sobre otra persona, tal cosa inspira agresién y hostilidad en respuesta. El resultado, en 808 Casos, ¢s un conflicto, que todos los que son verdaderos ar- tistas marciales tratan de cvitar. El enojo no exige accién. Cuando uno actia bajo el enojo, pierde el control de sf mismo, Jitw se me qued6 mirando pensativamente; luego, volvié a hablar; 4Como puedes esperar controlar a alguien si no puedes controlarte a ti mismo? Piensa en eso como en una cualidad de las artes marciales, El siguiente fin de semana tuve que ir a Nueva York a una reunién de negocios. Después de un vuclo nocturno, Mlegué a mi hotel a las sicte de la majiana para encontrarme con que te- nia que esperar cuatro horas para que me entregaran mi habi- tacién. Me sentia cansado y habla experado ansiosamente po- der descansar un poco antes de mis Compromisos, Pedi hablar con ¢l gerente, enfureci€ndome cada momenve mas y repasando mentalmente todo lo que iba a decirle si Al (o ella) no me daba wi cuarto-a la mayor brevedad, Cuando la encargada lego, estaba furioso y le habit en tér- minos violentos, Mi antagonismo hizo que ella también se eno- Jara y pronto nos vimos enfrascadys en wna acalorada discu- siin. Yo habia olvidade las palabras de Jim Lan y habia inspi rado un conflict frente a frente, Posteriormente, ya m4s calmado, le ofrect excusas a la en cargada por mis bruscos modales, —Realmente me sorprendi6b usted —repuso ella. Tenia la imencién de hacer por usted lo que pudiera, Pero, por la ma- Nera como me hablé, olvidé mis buenas incenciones y decidi no hacer ningiin esfuerzo por ayudarlo, Nuevamente vi la aplicacién de las artes marciales a Ja vida diaria. La experiencia me habia dado una leccién que recorda- Tia Por mucho tiempo. El enojo rara vez da buenos resultados. 79 Cuando uno pierde la compostura, se pierde a misr mismo en la estera que en la vida diaria. te emociin o elie te controtant a ti ADAGIO CHING Fl hambse que se etaga se derrotant a af mesmo en ef combate fo mismo que en ta wide MAXIMA SAMURAL COMO RECONOCER UNA AMENAZA REAL Antes de que empezara a estudiar artes marciales, me inti- midaban facilmente con imagenes falsas de fuerza. . - farrones agresivos, personas tercas, fortachones, intelectuales arrogantes, camareros altaneros, vendedores insistentes, Gesilt fiosus vendedores de automéviles, etcérera. En algtin canregl imiento con alguna de esas personas, o me retiraba dei cat rapidamente, sintiéndome inadecuado, avergonzado y enoja : conmigo mismo, o reaccionaba con enojo, colocandome ea: conflicta directo, Mi reaccion en la estera en contra de un oponente am gresivo tt fo mismo que i a generalmente era ja misma, > ies Me ponta tenso, acalorado, y tendia a acon a al, Bruce Lee me sacé @ Ja calzadita que conducia ala chera de mi casa. Ya ali, me dijo que me mantuviera en pM estirara hacia adelante una picrna lo mis que pudiera. hizo que girara lentamente con la pierna evtendida — @1, con tiza, trazaba un circulo a mi alrededor, cuyo la longitud de mi pierna extendida. 3 82 Bruce, entonces, se pard a cierta distancia de mi, al borde del cfreulo, y empezé a hacer fintas y movimientos agresivos, Yo me puse tenso, en espera de su ataque, — Ests tenso —me dijo—, pero, ypor qué? Desde esta dis- ‘ancia no puedo causarte daiio alguno. Redujo entonces la distancia ligeramente hasta que tocé la circunferencia de mi circulo con los pies. Nuevamente, me pu- se rigido y otra vez Bruce me Ilamé la atencién: —Todavia no me acerco tanto como para poder tocarte. ¢Por qué no te relajas? Sabitamente, Bruce penetrd en mi circulo de un salto. Ins- tintivamente me eché atras. —|Bien! —dijo, Has echado atras tu dreulo, de manera que no soy Una amenaza, Ahora bien, supongamos que me quedo en Ia orilla del circulo, gsigo siendo una amenaza Para ti? Negué con la cabeza_ —No, realmente no —contesté, iPero supongamos que sdy fisicamente amenazado dentro del circulo? —Cuando tu oponente entre a tu cfreulo y tno quieraso no puedas retroceder mas, deber4s combatiy, Pero, hasta enton- ces, deberas mantener eu control y tu distancia, Segin fue aumentando mi habilidad en las artes miarciales, sucedié lo mismo con mi propia confianza. Ya podia retroce- der calmadamente y dejar que un eponente se desgastara con fintas © intentes por intimidarme, Porque posefa la confianza de que, si era necesario, yo podria dominarlo, Pronto tuve la oportunidad de trasladar esa actitud a mi vi- da diaria. Un dia, durante una junta, me vi enfrentado a una Petsona agresiva, acostumbrada a ganar en sus argumenta- Stones al poner a sus subordinados a la defensiva. Yo compren- ‘ inmediatamente que, puesto que sus intentos por intimidar- ™c no significaban para mf ninguna amenaza real - después de todo, no trabajaba para él—, no tenfa ninguna necesidad. 83 de reaccionar en forma agresiva, ademds, tenia la confianza de que mi trabajo estaba bien hecho, £1 trataba de provocarme Gnicamente con palabras, asi cs que, si podia mantenerlo al borde de mi circulo mental, pronto agotaria toda la energia hostil que pudiera reunir sin que hubiera recibido ningtin esti- mulo. de mi parte. El que trata de intimidar se crece si recibe alguna respuesta de su supuesta victima, pero, si no recibe ninguna, pronto se apaga, lo cual sucedi6 en ese caso, Finalmente, cl hombre se encogié de hombros y abandoné el escenario. Aunque no hubo ningan conflicto verdadero entre nosotros, él habla perdido la partida. He aqui el consejo del maestro Han para librarse de personas y-de situaciones que tratan de intimidarlo a uno, “Jamés tomes wna decision instantanea, aunque sea entre amigos”, me dijo una yer, “El mejor sistema ¢s el de pensarlo dos veces, y la pa- ciencia forma parte de é1, Para cvitar que lo intimiden a uno, hay que pensarlo m4s ¥ reaccionar menos’. i) Puedo derrotar fisicamente con o xn razén, pera silo puedo derrotar tw mente can algwna razén JIM. LAU wo KIME: APRIETE SU MENTE Probablemente era un especticulo ridiculo: dos hombres maduros, con cascos protectores y guantes de boxro, aporrean- dose mutuamente frente a ta cochera de una casa en los subur~ bios. Sin embargo, Stirling Silliphant y yo estabamos tratando: de poner en practica algunas de las técnicas de jeet-kune-do que Bruce Lee nos habia ensefiado. Esaba tan decidido a demostrarle a Bruce cuanto aprendido, que mi atencién estaba dispersa. Habia estado tra tando de anticipar los movimientos de Stirling en ver de ponder a ellos, me preocupaba mi movimiento de pies en de dejar que mi mente me condujera en forma navural ala poe tura correcta, me preocupaba todo, menos el objetivo inme- diato. . . penetrar en su guardia y anotarme alin tanto, ~ (Bien, bien! Eso es todo —exclam6 Bruce, quien habia es- tado actuando como 4rhbitro y entrenador, Se mueven como elefantes. Patean como caballos de tiro y telegraflan golpes como Samuel Morse, Bruce se volvié entonces hacia mi. —Joe — dijo—, estas pensando en bloquear los golpes de Stirling en lugar de interceptar sus puiios y acertar algunos ti mismo, No sé dénde esti tu mente, pero no esta donde de- biera. Lo que te deberfa importar es aplicarle tal presiém a Stirling, que le desbarataras su juego de piernas, su equilibrio y su habilidad para moverse. Y fijate cuan agotado estas y no has conseguido nada. fse fue s6lo el principio de una critica devastadora que ter- miné con: ~ ¢Cuintas veces les he dicho que concentren toda la encr- gia del cuerpo y de la mente en un blanco o meta especifica ca- da ver? El secreto del Aime (apretar la mente) es el de excluir todos los pensamientos extraiios, los pensamientos que no tienen nada qué ver con el logro de la meta inmediata, Mas tarde, Bruce convers6 a solas conmigo durante unos mi- nutos. —WUn buen artista marcial pone la mente en wna sola cosa cada vez —me dijo, Acepta cada cosa segin viene, termina con ella y pasa a a siguiente. Como un maestro del Zen, a él no le preocupa el pasado ni ¢l futuro, sino Ginicamente to que hace enese momento. Como su mente esta en la correcto, él est cal- mado y puede mantener fucrzas en reserva. Después habri campo para solo un pensamiento, el cual lenard todo su ser co- mo el agua lena una jarra. TM desperdiciaste una enorme can- tidad de energia porque no ubicabas ni enfocabas tu mente. Recuerda siempre: cn la vida, al igual que en la estera, una mente desenfocada o “suelta™ desperdicia energfa. ~¥ si no puedo vaciar mi mente de otros pensamientos, gen- tances qué hago? Bruce se echo a refr. —Entonces, tu mente no anda bien — contesté un tanto tor- tuosamente. a7 Mc ha costado largo tiempo Hegar a dominar cl _kime y wda- via me falta mucho, pero he descubierta que. cuando mi men. te cst apretada, mis ¢ gia ET ax y mentales se unen y¥ se eH. focan, Los dias que he podido trabajar con una concentracion total, he vealizac cosas v he terminado el dia menos cane sailo que aquellos en que facilmente me distraigo. targo, jpere ie semipite lax manas y iy xaltas ¥beineds cate wn der karate ne ti wntey diferente de apren x haba Here, ap der a hatar of come asunta, pr fracasade eu captar te quivtecencia det karate ito. ¢ MIN FUNAKOSHI MUSHIN: DEJE QUE SU MENTE FLUYA Después de un vigoroso entrenamiento bajo el sol, Bruce Lee y yo estbamos tomando jugo de frutas en el jardin, Fl se vela calmado y a mi me parecié un buen momento para hacerle una pregunta que desde hacia tiempo tenia en mente. —¢Qué sucederia en un combate real —le pregunté— en el que te vieras obligado a pelear por tu vida? 3Cémo responde- vias y qué harfas? Bruce se puso serio, dejé su vaso en la mesa y ahuecé las ma- nos bajo el mentén, sefial de que estaba considerando cuidado- samente mi pregunta. Con frecuencia he pensado en eso —dijo al fin. Si fuera un combate de verdad, estoy seguro de que lastimarfa a mi asaltan te Jo mas posible. . . quizi lo matarfa. Si sucediera eso y me viera obligado a que uh tribunal me enjuiciara, me declararia irresponsable de mis actos. Dirfa que yo habia respondido a un ataque sin estar plenamente consciente. Que “ello” lo habia matado. no yo. eQué quieres decir con “ello”? ~ interrogué. 90 —"Ello" ¢s cuando actias sin estar plenamente consciente, cuando simplemente accdas, Como cuando me arrojas una pe- Iota y yo, sin pensarlo, levanto las manos y la atrapo. O como cuando un nifio o.un animal sale corriendo frente a tu auramd- vil y, autométicamente, t@ aplicas los frenos. Cuando me lan- 2a3 un golpe, yo lo intercepto y contesto con otro, pero sin pen- sarlo. “Ello” simplemente sucede. Not que estaba yo intrigado y se echd a reir. —Esto es algo mas para ese libro que siempre est4s diciendo que vas a escribir —agreg6, “Ello” cs un cstado mental al que los japoneses aman mushin, lo cual, literalmente, quiere de- cir "no-mente”. Segdn los maestros del Zen, cl mushin entra en acci6én cuando el actor se separa de la actuacion y ningdn pen 91 samiento interfiere con la accién, porque el acto inconsciente est de lo més libre y sin inhibiciones. Cuando el mushin esta en funcionamiento, la mente pasa de una actividad a otra, fMu- yendo come una corriente de agua y lenando todos los huccos. #Y cémo adquicre uno ese estado de no mente? — pregun- ee. —Sélo por medio de practica y mas prictica, hasta que puedas hacerlo sin un esfuerco consciente. Entonces, cus reac- cones se vuelven autorniticas. —Vay a mi oficina por una grabadora —dije, -Muy bien — dijo Bruce. Mientras tanto, yo voy al auto @ tracr wn libro. Cuando regresé al jardin. Broce tenia frente a é!-un volumen 92 que se vela muy gastado. Era un libro cuyo auvor habia sido el gran maestro de Zen y famoso espadachin, Takuan, quien fue uno de los primeros en aplicar la psicologia al arte de combatir con la espada. Bruce abrié el libro y empezé a leer en vor alta: “La mente siempre debe esa en el estado de ‘estar fluyendo’ por- que, cuando se deti¢ne en cualquier parte, eso significa que el flu- jose ha interrumpido, y esta imerrupci6n cs nuciva para el bienes- tar dela mente, En el caso del cspadachin, signifies Ia muerte, “Cuando el expadachin se enfrenta a su oponente, no debe pert sar en El, ni ent misttio ni en los movimiento de la espada de su enemigo. El simplemente esti ahi con su espadla que, exenta de to- da téenica, esti lista solamente para seguir los dictados del incans- ciente. El hombre sc ha superado af enixmo como esgrimidor de la espada, Cuando golpea, no es el hombre, sino la espadaen la ma- no del inconsciente, la que golpea”. Bruce hizo una pausa. — Comprendes ahora lo que quiero decir con “ello”? Comprendi ¢l concept intelectualmente, pero tuvieron que pasar afios para que lo comprendiera en toda su profundidad. Desputs de muchos meses de practicar un movimiento particu- lar de wing-chun con Jim Lau, Negé un dfa en que el code vold hacia arriba sibitamente. sin ningtin pensamiento consciente, Muy bien ~ dijo Jim. Ni siquiera lo pensaste, pero tu bong-sao fue perfecto. Con el tiempo, muchos otros de mis movimientos sencilla. mente ocurtian en forma correcta. El mushin estaba empezan- do a funcionar. Comprendt que estaba dejando fluir mi mente en vez de confinarla en los pensamientos acerca de lo que esta: ba haciendo, Mis respuestay se estaban volviendo instintivas ¢ inmediatas. , .¢l resultado de largas horas de practica y de la confianza en cl maestro y en sus ensefianzas, 98 Poco después de que pensé que ya habla aprendido ef mushin, entré a la estera para otro encuentro de wing-chun Iles no de confianza, seguro de que era yo, si no invencible, por lo menos formidable. El “ello” estaba listo para funcionar para mf. Sin embargo, desde el principio mismo las cosas empezaron a pintarme mal; mi oponente se anoté ficilmente un tanto mientras yo esperaba que el “ello” aparecicra, lo cual nunca sucedi6. Mientras mas pensaba en el “ello”, mas confundido me sentia. Cuando le conté a Jim Lau Jo de mi derrota, él se echd a refr, —Pensame que habfas aprendido una leccién —dijo— y luego, al igual que todos, te olvidaste del espfrivu de la leccién, ‘TG mismo te bloqueaste. Cuando estas pensando en demostrar tu habilidad o en derrotar a un oponence, tu conciencia de ti mismo interferira con tu desempefio y cometer’s errores, Tiene que haber la ausencia de sensacién de lo que estas haciendo, La autoconciencia debe subordinarse a la concentracién. La’ mente debe moverse libremente y responder a cada situacién inmediatamente para que tu propia conciencia no se vea impli- cada, “Por ejemplo, si tienes miedo, tu mente se congelara, el mo- vimiento se detendra y seris detrotado, Si cu mente est4 fija en la victoria o en derrotar a tu oponente, no podrés funcionar automaticamente. Debes permitir que tu mente flote en entera libertad. En el instante en que estés consciente de que buseas la armonia y hagas un csfuerzo por obtenerla, ese mismo pensa- micnto interrumpe el Mujo y la mente queda bloqueada. “Ahora tienes ya la clave del antiguo acertijo Zen: ‘Cuando lo buscas. no puedes encontrarlo’. “Tu mente se decendra invariablemente si diriges tu aten- citém al pensamiento del ataque ola defensa. Esos pensamientos crean una apertura llamada un suki, un intervalo, yledan atu a4 oponente la ventaja porque no pucdes responder lo suficiente- mente aprisa para contrarrestar su movimiento.” —gY cémo puedo desbloquear el bloqueo? —interrogué, Lo peor que se puede hacer es tratar de bloquear el blo- queo. Lo mejor que hay qué hacer es simplemente aceptarlo cuando ocurre. Descubrirks que, generalmente, se disuclve é1 misrno, —éNo hay ninguna otra manera de desbloquear mis pensa- mientos? —Si —repuso Jim. Prosigue con tu entrenamiento para que acties inconscientemente cn lugar de intelectualmente. —Hemos Ilegado de nuevo al mushin —dije. —Asi es —confirmé é1, jHas notado alguna vez con qué sen- cillez se desempefia un acieta profesional? El entrenamiento y la practica toman. el lugar del esfuerzo consciente y eso ¢s lo que el atleta hace. Estoy seguro de que Jimmy Connors no piensa cn golpear la pelota de tenis mas de lo que a Arnold Pal- mer le preocupa el dirigir bien la pelota de golf. Ellos simple- mente s¢ proveen. Los esquiadores sienten el terreno sobre el que estan y, cuando les es necesario hacer un ajuste, Este es automatico, sin pensarlo. . . es mushin. HAY QUE INTENTARLO MAS SUAVEMENTE Un joven atravent ef fapin y arrihe a in escuela de wn fama- so urtéste marrdal, Cuando Negd aldose. el sensed le conceslid audience. iQue quieres de mi? —pregunti ef ma: Quiero rer alummn tuye y Megara ver el mejor harateha de esta terre — respond el jowen,—pCuinto tiempo tengo gud werd? Ober atta por tn menos —digo ef maestro Dies atioy #5 un tiempo muy tergo -refruse ef muchecho. ¢Y qué tal af eatudin dos overs sis dina que tes demas etw- dianetes? Vernte atios —repuro ef macstra {Painte atlos' (¥ qué tal si estudio die y noche, ponienda toda mu empedia Treinta atu: —fue to contestaciin que te div ef macsro aCieoves que cada svt que digo que trabajaré més di tii me dices que tardaré meds? ip mcharhe. La respuesta ex clare. Cuando un op ' éle queda ef oftd fara encontrar ef camény LA ACCION INSTINTIVA Algunos artistas marciales Hegan a alcanzar un estado conciencia tal, que da la impresion de un sexto sentido; &a ¢ Ja intrincaci6n total en ¢] medio ambiente a la que tienden k ma y despreocupaci6n aun si se hallan frente a sity amenazantes, cuando el miedo 0 el enojo podrfan parecer la Tespuestas naturales. A causa de su entrenamiento, un artista marcial reacciona no de una manera personal, sino casi como una cy natural. El rayo cac y el trueno se expande; el viento sopla y | Arbol se dobla; el ataque llega y a 1 sigue la respuesta, El “ell est aconteciendo, Aa kc phate joprasest Secs Scie Samurtis: a Mea 1 murais sin empleo se les hace una prueba de su habilidad espadachines. Dentro del cubo de la puerta de una casa, p que todo aquel que entre tiene que pasar, uno de los jefcs de I aldea ha ocultado a un muchacho. Tan pronto como un samy rai trate de trasponer la entrada, ¢l muchacho debe de: tun golpe con un palo para ver como reacciona el guerrero. El primer espadachin recibe el palo con toda la fuerza del que lo maneja y falla en la prueba. El segundo clude el golpe, golpea al muchacho en represalia y es descalificado por reac. cionar con enojo, El tercer samurai siente la presencia de un enemigo dentro de la casa, se detiene a la entrada y le dice al que se oculta junto a la puerta que no intente ningtn truco con un guerrero avezado. Eso demuestra que posce el sexto sentido que los ancianos de la aldea andan buscando, Saber y actuar son wha y ir misma MAXIMA SAMURAT Para alcanzar io wictoria debrs melerte em ia prot de tu ope nente. Si no te comprendes ti misma, perdenis el cien por cienta dei tiempo. Site comprendes a ti mizma, ganards el crn mpa. Site comprendes a is mesma ya tw oponents, gananés cf cen por crentu del tirmpa, TSUTOMU OSHIMA Ei conacimiente técnice nv «3 bastante Uno debe trascender las téentoes para que elarte se concrerta en wn afte sis arty, que brote def inconsciente. DAISETSU SUZUKI EL DOLOR QUE NO PIENSA Los artistas marciales, 0 karatekas, con frecuencia se nan durante las pricticas. Por esa razon, han tenido que rrollar medios eficaces para enfrentar al dolor, Puesto que la mayoria de los artistas marciales no son maestros del Zen, sing hombres practicos que practican cl Zen, muy rara ver filosofan acerca de lo que han aprendido, aunque con frecuencia com: parten sus experiencias unos con otras, Una tarde de primavera de 1975, visité el dojang de Yong Tac Lee, un maestro de tac-kwon-do del séptimo grado. Lee habia accedido a sostener un encuentro con el boxeador Mike Quarry, cl cual se efectuarfa en el Astrodome de Houston ese verano, y yo fui con Pat Strong al estudio de Lee para verlo entrenar. ‘Lo encontrames solo, ¢n un rincin del dojang, golpeando con los pufios desnudes una tabla makawara. .. un gruco poste de madera atornillado a la pared cubierto con paja de arroz asegurada con unos cordclcs. Su concentraci6én era tan completa que no se percaté de que tenta visicantes. Escurria sangre de los nudillos de Lee y bajaba por el poste, pero él si- guié golpeandolo potente y ritmicamente una y otra vez duran- te varios minutos antes de alzar la vista. Luego nos vio y vino a nuestro encuentro. Aunque no es alto ni pesado, Lee parecia enorme y daba la impresion de haber sido vaciado en un deshilachado gi negro. Cada centimetro de la tela de éste se veta abuitado por podero- sos m@sculos, Sus pies parecian bloques de roble, pero se movia sin esfuerzo alguno, como si alguien Jo jalara hacia nosotros por medio de un cordel atado a su centro de gravedad. Recucr- do que pensé que la simple vista de 4l en Ja estera le causaria te- mor a cualquier oponente. No obstante, Su rostro cra screno ¥ sonreia con los ojos y 1a boca cuando nos hizo una reverencia y luego me saludé de mano a la manera tradicional. con la mano izquierda tocando ligeramente mi mufieca derecha, Noté que tenfa los nudillos de la mano derecha casi en carne viva y le pregunté si le dolia la mano. Lee contesté que'no le habia dolido sino hasta esos momentos, cuando pensé en ella. —Pero debe haberle dolido durante la practica —insistt. Lee movié la cabeza negativamente y luego nos relaté la si- guiente historia: ~En Corea, mi maestro tenia ochenta y acho afios cuando sufrié una severa infeccién cn la nariz y en los senos frontales, Los médicos le dijeron que tenian que operarlo lo mas pronto posible. Cuando crataron de darle anestesia contra cl dolor, 1 se negé. Los médicos tenian miedo de operarlo sin antes admi- nistearle la droga, pero mi maestro estaba decidido, “Finalmente, los doctores aceptaron, pero me pidieron que yo estuviera presente. Mi maestro cerré los ojos y se relajé cuando ef médico introdujo su escalpelo, La operacién duré dos horas y mi maestro jamAs se movié ni hizo ningiin gesto de dolor. La expresiin de su rostro no cambié ni una sola vez. 103 “Cuando terminé la intervencion, mi macstro abrid los ojosy se bajé de Ia mesa de operaciones. La raz6n por ta que él nunca dio muestra de dolor, es que habia pucsto su mente en otra parte. ~ es eso posible? —interrogué. —Regula tu respiracién y fija Ios ojos y la mente en otra par- te... quiza en una piedra o en algin punto del piso o de} techo. Concéntrate en ese objeto, saboréalo, pruébalo, dale coy lor y huele la dimensién. Déjalo que absorba todos tus pensa- mientos y tu concentracién y ¢l dolor disminuira. Cuando yo. estaba golpeando el makawara y ustedes entraron, mi mente estaba en mi hogar, en Corea. Aunque estaba cn mi dojang, vefa las montaiias que conoct en mi adolescencia y a los” muchachos con los que jugaba, ofa sus risas y la vor de mi madre. No me daba cuenta del dolor de mi mano_ d Como ven ustedes, mi mente estaba en otra parte y, sin mente, no puede haber dolor. Una vez que se conquista el do- Jor, toda m actitud sobre la conquista de otras menos du- ras se acrecienta. Dias desputs de que visitarnos a Lee, tuve que ira ver al den- tista para un trabajo dental de rutina. El dencista sugirié una inyeccién de novecaina para matar el dolor, Recordando to que Lee me habia dicho, decid! poner a prucba su técnica y que el dentista hiciera ¢l trabajo sin anestesia. : Le pedi uno o dos minutos para prepararme y empect a re gular mi respiracién, fijando los ojos ¥ la mente enteramente en un punto del techo, segdin Lee me habla explicado. 4 tes pocos momentos ¢l dentista ya habia terminado y entonces me percaté dé que ni siquiera me habfa dado cuenta de que habia estado trabajando. Hace poco tuve otra experiencia en apoyo a la técnica Lee. Un dia, mientras entrenaba, sufrt un cirén en unm 0 de la espalda y ef dolor fue tan intense que caf al piso como! 104 F | L hubiera recibido un tiro y empecé a lorar a causa del dolor. Fmpecé entonces a analizar cl dolor, a saborearlo, a intentar asignarle algdn sabor, a olerlo y a visualizarlo de algan color, Aunque el dolor segufa ahi, muy pronto me parecié menos in- tenso porque mi cerebro lo estaba investigando, El poder de concentracién de la mente es mas fuerte que cl dolor cuando el artista marcial ha aprendido a usar la técnica Zen de “la mente sobre Ta materia”, UN ESFUERZO SIN ESFUERZO Un buen artista marcial debe ser capaz de saltar de cualquier Pposicién o postura y golpear a su oponente sin telegrafiar su in- tencién. Esta técnica, en ocasiones llamada “de explosion”, sola- mente puede lograrse en ausencia de algin pensamiento cons- ciente previo. . . en lugar del cual el pensamiento y la accién deben ser simultaneos. Durante una de mis lecciones de wing-chun con Jim Lau, és- te se colocé frente a mi con un guante de beisbal en una mano y me pidié que lo golpeara antes de que él pudiera mover la mano. Sin embargo, cada vez que yo lanzaba el golpe, él ya habia sentido mi intencifn y movia el guante. Aunque habia empezado el ejercicio con ¢l cuerpo y la mente relajados, pron to estaba tenso, y acezando, frustrado por el hecho de que él era capar de anticipar mis acciones. Incluso cuando, finalmen te, él mantuvo el guante casi inmévil, tampoco pude ascstar cl golpe. —Deseansa —aconséjé él, Ya no te esfuerces. Micntras me- nos te esfuerces, “mds rapido y m4s potente serds". 107 cuando un servicio era largo 0 iba un poquito afuera, lo regre- saba yo perfectamente, Me di cuenta de que, cuando el serviv cio cafa fuera de la mesa, no tenia yo necesidad de hacer un disparo bueno, por lo que le pegaba a fa pelota sin mucha avencién o cuidado y, generalmente, hacia una devoluci6n de primera. Ahora sabia lo que Jim habia querido decir, Lo que se interpone en el camino del esfucrzo sin esfuerzo es la preocu- pacién © un intento consciente de hacerlo bien. Durante mis siguientes lecciones de tenis, decidi dejar de es- de esforzarme, sucedié, Lo habia logrado. Transferi luego el mismo principio a mi trabajo. Aunque enfrentado a lo que parecia una programaci6n imposible, me dije a mf mismo, "Al diablo con todol Sencillamente lo haré". Mi concentraci6én se agudiz6, pero me sentfa relajado fisica y_ mentalmente. Hice lo que tenia que hacer en menos tiempo y_ con menos esfuerzo del que hubiera creido posible. No permi- tia ponerme tenso y preocuparme por el trabajo que estaba ha- ciendo, me sent en libertad para salir adelante. El csfucrzo fue | sin esfuerzo alguno. La mente de un hombre perfecto ex como wn expejo. No con- serva nada, Refleja, pero no retiene. Por lo tanto, el hombre perfecto puede actuar sin exfuerzo. CHUANG. TZU A menor exfuerao, més rdjrida y mas potente sends. BRUCE LEE HAGA DEL MIEDO UN AMIGO Era solamente un pie desnuda, pero no podia evitar que me cayera en alguna parte del cuerpo. Mi respiracién era fatigosa y sentia los brazos y las piernas como pesas de plomo, Cada ver que me movia, ese pie parecia encontrar la oportunidad de cacrme encima con fuerza suficiente para sacarme el resucilo, Mi ponente tenia manos, pero eran sus pies a los que les temfia, Cuando terminé el encuentro, yo estaba completamente ex- hausto, Tenia la boca seca y sudaba copiosamente, E] maestro Han, que habia estado observando e] kumite, me Hamé, Fui con #1, le bice una reverencia y permaned de pie, esperando sus comentarios. — En el dojang no se puede huir cuando se tiene miedo — me dijo, De hecho, es el lugar perfecto donde se aprende a enfren- tarse al miedo. Casi siempre, nosotros generamos nuestros pro- pios temores, y eso ¢s especialmente cierto cuando nos enfren- tamos a una situaciOn poro coméin que destroza nuestra con- fianza. Y eso ¢s lo que te sucedié hoy. 113 Repentinamente, sin ninguna advertencia, su pie ascendidé desde el piso hasta mi cabeza, Sin pensarlo, mis manos volaron a la posicién de en guardia y di un gran paso hacia atras, fuera” de su alcance. —|No te muevas! — ordend 61. No voy a golpearte. Nuevamente, su pic se dispar hacia arriba, deteniéndose el grueso de un cabello al lado derecha de mi quijada, para luego teaparecer velozmente de! lado izquierdo. Oi el sonido explosi- vo de su calz6n gi cuando, con el pie, me rozé la punta de la nariz. Yo estaba temblando, pero no me habia movida, —Bien —dijo A. Mantente quicto y tranquilo, confiado en que no corres peligro. Hice como é| me ordenaba. En los momentos siguientes sblo oi el chasquido del gi cuando su pie giraba por todo mi cuerpo, deteniéndose siempre a un milfmetro de hacer contacto. —Debes desarrollar la confianza para manejar cl miedo dijo. Haré que uno de los alumnos practique las patadas contra ti todos los tlias que vengas, con instrucciones de que ja- mis deber4 hacer contacto, Hasta que tu temor a que te den una patada se convierta en algo familiar y desarrolles la com fianza, te mantengas inmévil y no reacciones. Con ¢! tiempa, ya no tendras miedo; te lo prometo, Mc hizo una reverencia, significando con eso el final de la leccién, Después, cuando vestido ya en ropas de calle, me disponia a salir, el maesro Han me hizo la sefia de que entrara en su oficina. Q Tengo una historia que contarte —me dijo: Cuando era yo un nific en Corea, me aterrorizaban los tigres que on tiempo todavta habia alla. En las primeras etapas de mi dizaje de las artes marciales, mi maestro, quien se habla tado de mi miedo, me dijo que cuando meditara, me visua tayo mismo luchando con un tigre. Las primeras veccs, el siempre me derrotaba. Luego empecé a ir al zoolégico de 14 a estudiar a los tignes que habia ahf, familiarizAndome con sus h&bitos y movimientos, “Con el tiempo, comprend! que, aunque el tigre ciertamente era un animal temible, tenfa sus puntos débiles, No posefa una movilidad completa en sus quijadas y confiaba demasiado en sus patas traseras para desgarrar asu aponente. Empecé a pla- near estrategias para mis imaginarios encuentros con el tigre y para encontrar mancras de explotar sus debilidades. Muy pronto, de vez en cuando ganaba yo una escaramuza y mi mie- do a los tigres empezé a desvanecerse.” El maestro Han sonrié ¢ hizo un ademan, sefialando las ‘pa- redes de su oficina, ~ Ahora, como puedes ver aquf, las paredes de mi despacho estan cubiertas con fotograffas de tigres. Cuando estoy a solas, estudio algunas de las fotos y me imagino a mi mismo en con- flicto con cl animal, Algunas veces yo salgo criunfante yon otras pierdo el combate, Sin embargo, ya no les tengo miedo porque ya estoy familiarizado con ellos. En el ardor del comba- te me siento calmado, lo cual asi debe ser, porque he descu- bierto que el miedo es una sombra y no sustancia. Me costé varias semanas de enfrentarme constantemente a las patadas de los alumnos del maestro Han, el darme cuenta de que, cuando sentfa miedo, generalmente me asustaba a mf mismo, ¥ que mis propios temores eran s6lo un aspecto de una situacién que del mismo modo podria contemplarse sin z0- zebra. Cuando acepté el hecho de que me estaba asustando yo mismo, empect a perder el miedo. Mi falta de confianva era la que ocasionaba todo ¢l problema, Habiéndome sobrepuesto a algunos de mis temares, ahora sé que es mejor enfrentarse a una situacion terrible que ignorarla, ¥ aceptar el hecho de que es algo normal el sentir miedo. Por ejemplo, dejé para otro dia un enfrentatniento emocional al que le temia. Cuando comprendi que el enfrentamiento era 115 inevitable, empecé a visualizar las formas que podria adoptar, a hacerles frente y a analizar mis temores. {Qué era lo peor que podria decirse ¥ cho podria yo reaccionar? Visualizando las posibilidades durante cierto tiempa, reduje mis temores @ sus proporciones apropiadas hasta que finalmen te me senti listo para cl encuentro, Por supuesto, éste result6 ser mucho menos dificil de lo que habia tenido al principio, COMO MIRAR CON ; CONFIANZA Una de jas primeras lecciones que uno aprende en cl dojo es que la mente es un poderoso factor en toda,lo que uno hact, incluso en aquellos ejercicios que, aparentemente, exigen un maximo de fuerza fisica. Por ejemplo, la primera ver que me enfrenté a un Jadrillo que tenia que romper con el canto de la | mano, estaba seguro de que iba a ser mi mano, y no el ladrillo, ja que se romperfa, Le confié mis temores a Pat Strong, mi ins- tructor y amigo durante muchos afios, Quiero que le hagas algunos pases al ladrillo —me dijo él. Repite para ti mismo, “As{ es como voy a romperio". Luego. visualiza el lado de abajo del ladrillo, No tomes en cuenta la parte de encima, sino piensa Gnicamente en la del fondo. Cuando te sientas listo, limpia tu mente de todo pensamiento. excepto la imagen de tu mano pasando a través del ladrillo. Pat colocé entonces el ladrillo que iba a romper sobre dos ladrillos, formando con los tres un pequefio arco, Yo me. arrodili¢ frente a los ladrillos y bajé la mano lencamente, dete: niéndola en la superficie de arriba del ladrillo, pero visualizan- do mi mano pasando a través de €1 hasta abajo. 8 —|Ahoral — grité Pat. Para mi sorpresa. part! limpiamente el ladrillo en dos y ape- nas si me di cuenta de que lo habia hecho. Pronto aprendi que casi todos los atletas de éxito emplean ese sistema de visualizacién, En un tiempo, escribia un libro sobre tenis con Billie Jean King, y le pregunté a ella como era que casi nunca comeia una doble falta én un partido ni si- quiera bajo presion. — Antes del segundo servicio, lo visualizo entrando bien —di- jo ella. Jamas me permito pensar ni por un momento en la posi- bilidad de una doble falta. 2Pero qué pasa si pensamientos negativos entran en la men- te? Durante una de mis filtimas practicas‘con Bruce Lee, conta Ja mente puesta en una carta que habia recibido de un editor, en la que me pedfa que volviera a escribir cierto mimero de capitulos de un libro en el que habia empleado ya gran canti- dad de tiempo. Me sentfa deprimido, convencido de que el li- bro cra impublicable. Bruce sintié inmediatamente que mi concentracién estaba en otra parte y me pregunté si ése cra el caso. Yo tuve que admitir lo de mi preocupacién y le confié lo que me inquietaba_ —La mente es como un jardin fértil dijo Bruce. En ella erecerA cualquier cosa que desees plantar. , . hermosas flores cizafia. Y lo mismo pasa con los pensamientos saludables y vie Berosos, o con los negatives que, como Ia cizafia, estrangularan y agobiaran a los otros. No permutas que los pensamientos ne- fativos entren en tu mente porque ellos son la cizafla que eMrangule la confianza —Eso suena muy bien —le dije—, pero los pensamientos ya estan ahf. 2Cémo hago para librarme de ellos? —Te confiaré el secreto de cémo libro mi mente de pensamien- tos negatives —dijo Bruce. Cuando ese tipo de pensamientos pe- hetran en mi mente, los visualizo como si estuvieran escrites en un 1s pedazo de papel, Luego, me visualizo a mi mismo haciendo una bolita con ese pedazo de papel, Después, mentalmente, enciendo, un fuego y visualizo que quemo la bolita hasta que queda hecha, cenizas. El pensamiento negative queda asi destruido y jamas vuelve a entrar en mi mente, iQué hermoso! -exclamé. {Pero cémo puedo desarroliar la, confianza para hacer csa tarea? —Visualizando el éxito en lugar del fracaso, creyendo en “Puedo hacer ev" en vez de “No puedo”. Los pensamientos negativos son irresistibles silo si los alientas y permites que ellos — te dominen. Comprendi entonces que los pensamientos negativos cierta- mente me estaban dominando aunque, racionalmente, yo sa- bia que podia haces el trabajo. Nunca habia pensado en visua- lizar el problema resuelto o el trabajo realizado, como Bruce sugeria, Ni tampoco habfa cratado de "pensar a través" del pro: blema, como Pat Strong me habia enscfiado a hacer con las la- drills, Sin embargo. esta vez, cuando empect a reescribir los capitulos, mantuve el pensamiento del éxito como algo que s¢ destacaba en mi mente y pronto los terminé. Esa técnica de visualizacion la emplean los artistas marciales en muchas situaciones. Pur ejemplo, el instructor de karate, Sam Brodsky. planed hace poco una demostracién para sus alumnos, en la que intentaba romper nueve losas de concrete con un golpe del purio, El concrete esiaba apilado en el piso, frente a él, y Brodsky adopté una postura semiarrodillada. Hizu dos pases en falso a las losas y luege inspiré profundamente. Después, con un ester: téreo “iKiail” (exhalacién de la respiracidn), descargé el pafio contra las losas. Todas se quebraron, excepto las dos dltimas, Después del aplauso, noté que a Brodsky se le ponia blanca la cara, y le entreg la clase a uno de sus ayudantes. Lo encontré en los vestidores, examindndose la mano con 120 desaliento. Se vefa a las claras que se la habia lastimado, Aun- que ciertamente sufria grandes dolores, no dio ninguna mues- tra de ello cuando salid, diciendo que seria mejor que viera a su médica, Después supe que se habia pulverizado muchos de los peque- fios huesos de los nudillos de su mano derecha. Lox médicas clasificaron ¢] dafio como “fractura desplazada’ y decidieron operar, Después de la operacién, te soldaron ta mano can alambres y a Brodsky le dijeron que tendrian que pasar de quince a dieciocho semanas antes de que se iniciara cualquier proces de curacién, Los médicos declararon que, probable- mente, pasaria un afio antes de que recobrara aunque fuera el uso parcial de la mano, Brodsky, quien estudié artes marciales en Corea y en Japon, cree que la clave de la curacifn est4 cn la mente. La noche que Megé a su casa de regreso del hospital con la mano enyesada, se tendié en Ja cama con los ojos cerrados, imagin&ndose que su mano era un solar de edificacién. He aquf su historia: — Al tenderme en la cama imaginé que se dejaba ofr un silba- ty visualizé una horda de hombrecitos con mezcla, cemento y herramientas para soldar, que bajaban al molde de yeso a traba- jar en la reconstmuccién de mi mano, Los hombrecitus ludan uniformes de trabajo de diferentes colores, cascos metalicos y hasta lemmas en sus camisetas de mangas cortas, Me concentré tanto en la manera como estaban vestidos y ¢n sus herramientas v equipy, que olvidé el dolor, Luego, ¢l suciio sobrevino. “En la mafiana desperté imagindndome que ola sonar el sil- bata, Era como si los hombrecitos hubicran trabajado todo el turno de la noche soldandome los huesos de la mano. "Gada noche, durante tres semanas y media, antes de que me durmicra, ofa sonar el silbato y veia a los hombrecives tra- rea bajando en mi mano, Hablan enganchado poleas a los huesos y trabajaban con grapas y acoplamientos. “Dos semanas m4s tarde, cuando regrest a ver al médico, sa- cé la mano del molde y comenté que el proceso de curacién era ‘asombroso’, pero que los nudillos se me habfan congelado jun- tos. La mano me quedaria ticsa. Me puso la mano en un ca- bestrillo y me envié a casa. “Todas las noches, de ahi en adelante, ances de dormir ima- ginaba a los mismos hombres trabajando en mi mano. Para ese entonces, su equipo habia cambiado. Ahora estaban trabajan- do con limas, aceite, grafito y materiales que lubricaban y hacian mas suaves las cosas. Empezaron a limar y a lijar los nu- dillos. Cuando, siete semanas mas tarde, regresé nuevamente a ver al médico, éste dijo que era ‘un milagro’, El proceso de cu- racién, que él habia calculado en un ailo, habla requerido sélo dicz semanas." Seis meses después de que su mano sand, Brodsky complet exitosamente la demostracién ante sus alummos, El invierno pasado usé la técnica de Brodsky de visualizar el procese de curaci6n, para aliviarme de una severa congestién de los bronquics, Cada mafiana y cada noche, por tres dias consecutives, visualizé cuidadosamente un barre-nieves mo- viéndose por mis tubos bronquiales, limpiando la congestin y abriendo los pasadizos. Practiqué verme ami mismo sanar por completo y muy pronto esuve otra vex sang. cele nts ce ls ma EL PODER DELA CONCENTRACION Bruce Lee media s6lo 1.73 m de estatura y pesaba casi 68 k, pero era algo increible la cantidad de potencia que podia gene- rar. Una de sus demostraciones favoritas de povencia era su *“golpe de una pulgada”... . Manteniendo su auna pul- gada de distancia del pecho de un hombre mucho mis alto y pesado que él, Bruce podia derribarlo o lanzarlo hacia atras. Un dia, mientras Bruce me entrenaba en ¢l patio trasero de mi casa, un amigo mfo que habia ofdo hablar de él se present, para observar la sexién, Mi amigo era cinta negra en judo y le- vantador de pesas, Estuvo observindonos durante unos miny- tos, Luego, coma ¢l joven macstro no poscia una aparicncia formidable, decidid poner a Bruce @ prueba y le dijo a éste que, aunque sus relampagueantes movimientos cran impre- sionantes, él no creia que tuviera mucha potencia, Tengo la suficiente para hacer mi tarea — dijo Bruce tran- quilamente. Mi amigo etaba tercamente decidido a retar a Bruce ye cuando la sesién terminé, volvié a sacar a colacién cl coma de — la potencia. 124 Bruce le pidid a mi amigo que se colucara a un poce mas de dos metros de distancia de la alberca, —Affirmese —dijo Bruce, mientras colocaba la mano, con los dedos extendidos, en el musculoso pecho de mi amigo. —Sé6lo voy a cerrar la mano en un pufio y lo derribaré, —No puede ser — contesté mi amigo quien, de todas mane- tas, se afirmd. De pronto, Bruce cerré los dedos y apreté la mano en un pu- fia —un movimiento de alrededor de un centimetro — y mi amigo salié volando hacia atras hasta caer en Ia alberca. Cuando salié de ésta chorreando agua, mi amigo sdlo pre- gunté mansamente si podfa entrar al cuarto de bafio a secarse, Lo seguf deniro de la casa y lo encontré sentado en el borde de la tina, haciendo esfuerzos por recobrar el aliento y exami- n&ndose el pecho, —Me siento como si me hubiera pegade con un martillo —dijo. Jamas lo hubiera crefdo. Después le pregunté a Bruce cémo lo habia hecho, ~ Me relajé hasta el momento en que puse en juego todos los masculos de mi cuerpo —explicé— y luego concentré toda la fuerza en mi puito, “Para generar una gran potencia —prosiguié —, primero debes relajarte totalmente y reunir toda la fuerza, y después concentrar tu mente y toda tu fucrza cn golpear el blanco. Nuevamente, decidf tratar de aplicar el principio de la con- centracion enfocada en mi juego de tenis. Durante un calenta- miento, cuando normalmente estaba vo un poquito tense, hice un esfuerzo consciente por relajarme ¥ reunir toda mi fuerza hasta el momento de hacer contacto con la pelota. Luego me concentré Gnicamente en golpear la pelota adecuadamente, manteniendo la mente en el area de la mesa donde deseaba que ésta cayera, La pelota salit despedida de mi raqueta con tremenda velocidad y cayé exactamente donde yo queria que 125 cayera. Fue el mejor tiro que jamis hiciera, Y siempre que re- cuerdo la demostracién de povencia concentrada de Bruce, he sido capaz de duplicarla. | Un maestro de Zen salt a cammmar con uno de sur alumnos y le sefald a dite una rorra perniguiende a un conefo. De acuerda con wie antigua fébuta —dija ef maestro el conejo se fe escapard a ta zorre. No hard tat — veplicd ef alumno. La xorra es més riipida —Perv ef coneja la eludird —innistié of maestro {Por qué etd usted ton seguro? —preguntd of alumne. Porque ja rorru corre para comer, y el conejo corre para safer ia ida contestd ef maestro. 126 OPCIONES MULTIPLES Mas Oyama cs un coreano que ensefia karate en Tokio. Aun- que solo tiene cuarenta y cuatro afius de edad, Oyama es un maestro entre maestros, y muchos lo consideran el artista mar- cial mas grande que existe. Sus hazafiasson legendarias. A fin de desarrollar su disciplina, resistencia y cuerpo, sc pas6 ano y medio viviendo solo en las desoladas montafias del Japon. ha« ciendo 2 000 lagartijas diarias y gotpeando los Arboles con tos purios hasta que éstos chorreaban sangre. Para desarrollar la voncentracién s¢ sentaba bajo una cascada de agua helada y_ meditahba en koans Zen (cucstiones que ¢l pensamicnto re) cional no puede resolver), creando asi un estado de tension im- telectual que to condujera al logro del esclarecimiento, Oyama pucde atravesar con el canto de la mano una docena de tejas para techar, tan facilmente como un lefiador puede cortar una rama con un hacha. Yo he visto Ja peliculaenla que él enfrenta la embestida de un toro y derriba al suelo a) Oyama es un hombre robusto, que parece un Buda, . . sili. do, permanente, yes uno consigo mismo y su medio ambiente, El paisaje de su rostro es llano. tranquilo € imperturbable, con apenas ¢] dejo de una sonrisa en las comisuras de la boca, yson sus ojos los que lo taladran a uno: inteligentes, calmados, ela- ros y alertas. . . Da la impresién de que lo ve y lo comprende todo, Por lo general es callado y se sienta tranquilamente, apo- yando las manos en Jos muslos, . . Todo el que llega a su pre- sencia se sieate calmado por su serenidad. Cuando se le pregunta cual es ¢l origen de su tranquilidad, Ja respuesta de Oyama es evasiva, como lo son muchas de las respuestas que ofrecen los maestros del Zen. — El karate no es un juego ~ dice—, no es un deporte. No es ni siqulera un sistema de defensa personal. El karate es un ejer- cicio mitad fisieo y mitad espiritual. El karatcka que ha dedi. cado los atios necesarios al ejercicio y a la meditacibn, es una persona tranquila, No le teme a nada. Puede mostrarse calma- do dentro de un edificio en llamas, Después de haberle dedicado muchos afios a las artes mar ciales, crev poder comprender el significado basico de las pa- labras de Oyama, Una serenidad tal, solo puede alcanzarse ex- tendiéndose totalmente uno mismo en lo que haga, sabiendo que ha hecho todo aquello que es capax de hacer, Como Oyama se ha empujado él mismo hasta los limites ex- teriores de sus habilidades mentales y fisicas, nada puede ami lanarlo ni preacuparlo. Cuando Oyama ejecuta el karate, uno tiene la sensacién de que esta envuelio en el capullo impenetrable de su propia ex- periencia, excelencia y conocimiento de mismo. Jamis se Muestra nervinso en su desempefio, pues siempre esta fun- cionandy denero de un rea que ha explorado ya por completo, Oyama es el epitome del maestro del Zen en. combinacién con cl maestro de artes marciales, A causa de su calma des- lzg preocupada, es capaz de tomar una decision sensata entre sus muchas opciones posibles aun frente a la amenaza de un pe- ligro de vida o muerte. Oyama, como muchos otros maestros que han dedicado su vida a las ar:es marciales, ha aprendido que existen mancras méiltiples de responder 4 un ataque en la estera, del mismo mo- do como existen cursos de accién miltiples de los que puede uno echar mano en cualquier situacién de la vida. Como Oya- ma es calmado y seguro de si mismo y de sus habilidades, puede responder con fuerra con tanta facilidad como puede hacerlo amableinente. Mis propias experiencias en la estera me han ensefiado que hay ciertas cosas respecty a las cuales puedo hacer algo, y otras en las que no puedo hacer nada. He aprendido a considerar las alternativas con una especie de calma indiference y, habiendo — tomado una decision racional, seguirla hasta el fin. ‘Aun en medio de un terremoto, un artista marcial probable- mente mantendria la calma y su sentido de las proporcianes. Al primer retumbo, s¢ diria a si mismo, “Estoy en un terremoto, 4Qué es lo mejor que hay qué hacer? 2Ponerme bajo el marco de una puerta? ;Correr afuera? ;Quedarme donde estoy?” Si decidiera moverse, lo haria calmadamente, porque su decision estarfa basada en un pensamiento racional. Fuera cual fucse decisién, reaccionarta a los hechos de la situacifn y no a la fantasia de la amenaza. E] maestro estadounidense de karate, Ed Parker, relaciona ese estado de tranquilidad con el tener “una mente como el agua quieta™ (mismo no koro). {Camo adquiere uno “una mente como e] agua quieta"? Uno aprende a dejarse llevar par el flujo de la vida, por la corriente de Ia existencia, Cuando un suceso adverse ocurre en la vida de uno, hay que reaccionar a él sin prisa ni pasion, Comprenda que, en casi todos los casos, usted probablemente tiene mas al- 130 ternativas de las que cree tener, Manténgase inmévil un mo- SS a ee ee ae nativas. Luego, después de decidir tomar algén cién, proceda con toda calma, nee ARTES MARCIALES SIN ZEN No hace mucho observé una disputa entre dos artistas mar: ciales del rango més alto. Uno dé élles cra un instructor que tenia su propio dojo, el ocro habfa sido su mejor amigo. . . has- ta que decidio abrir su propia escucta, En el proceso, se llev consigo # varios de los alumnos de] dojo de'su amigo: Camo amigo cercano de los dos, me sorprendié descubrir la irracional hostilidad que habia surgido entre ellos. Se hablaba de que se iban a cjercer venganzas entre ambas escuelas, de enfremamicntos personales, de recriminaciones y de asevera- ciones de enemistad, Ambos artistas dieron rienda suelta a un cComportamiento que uno esperaria de unos niflow malcriados, fosa que me hizo ver que é posible ser un maestro de artes marciales sin dominar por eso el espiritu del Zen Esto podita parecer en comtradiccién con mucho de lo que he escrito en este libro. pero la verdad desnuda es que cs po sible dominar las t&nicas fisicas de las artes marciales sin comprender o absorber las bases espirituales y Gloséficas de ta les artes. Par otra parte, también ex posible aplicar los princi- 188 pios espirituales del Zen a las artes marciales sin involucrarse uno mismo en ellos, Yo pienso que uno puede aprender mucho acerca del Zen en cualquier actividad que practique, si uno se mantiene cons ciente de las propias reacciones internas. La clave esti cn un tjercicio constante de la percepcién, de la vigilancia de la men- te y del relajamiento del cuerpo. Si aplicamos los principios del Zen, cso libera a. una persona de la preocupacién, de la tension y de la ansiedad acerca del ganar o perder. Desde que empecé a estudiar les artes marciales hace muchos afios, he notado cambios, lo mismo grandes que pe- quedios, en mis actitudes y en mis acciones, Por ejemplo, todas mis actividades cn muchos otros deportes han mejorado. Soy ya un mejor jugador de tenis porque puedo golpear la peloca sin pensarlo, liberando a mi cuerpo y permitiéndome a mi mismo relajarme fisica y mentalmente, Ahora corre mejor porque ya no me preocupa correr determinada distancia ni determinada camidad de dempo, Mi actitud hacia mi trabajo también ha cambiado. Hace afios pensaba demasiado en lo que tenia qué hacer, me esforza~ ba demasiado, posponia las tareas dificiles, esperaba estar de vena o que empezaran a fluir los jugos creativos. En la actuali- dad, simplemente lo hago sin un esfuerzo consciente, y el tra- bajo fluye porque él y yo somos uno y no estamos en conflicto el uno con el otro. El estudio del Zen en las artes marciales también me ha ayu- dado a cambiar mi vida personal. y ahora la siento mas calma~ da, mAs rica y mas plena, Ahora posco mas paciencia, ms to- lerancia hacia los dem&s y una mayor confianza propia. Me siento yo mismo un mejor padre, esposo y amigo. He perdido mucho de la intransigencia y combatividad que brotaban de mi propia inseguridad. Soon ee ae der un juego, la oportunidad de un trabajo o un is Pero, cuando lo pierdo, puedo aceptarlo con mayor gracia considerar la derroca como parte del proceso de aprendisaje, EL CAMINO DE LA VIDA Fl hombre nace ruace y debi. Al marit se pone dura y tieso Las plantas verdes som tiernas ¥ Uenas de cova. A sw muerte se marchman y se secan, ‘ For to tanta, to tieso y lo que mo s¢ dobla ei ductinde de la muerte. Lo suave y lo que cede es discipulo de ta Asi, bis see a aa con aaa

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