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CAAL EN FLOR
(Alfredo Espino)
El caal no se enguirnalda
como los mares, de espumas;
sus flores ms bien son plumas
sobre espadas de esmeralda...
Los vientos-nios perversosbajan desde las montaas,
y se oyen entre las caas
como deshojando versos...
Mientras el hombre es infiel,
tan buenos son los caales,
porque teniendo puales,
se dejan robar la miel...
UN RANCHO Y UN LUCERO
(Alfredo Espino)
Un da primero Dios!?
has de quererme un poquito.
Yo levantar el ranchito
en que vivamos los dos.
MES DE MAYO
(Claudia Lars)
POEMA DE AMOR
(Roque Dalton Garca)
LA SIGUANABA
(Roque Dalton Garca)
menosprecio,
el vilipendio en toda forma.
Se les ha ultrajado en su cuerpo, en su propiedad, en sus sentimientos, en
su trabajo, en su honra, en sus creencias. Se ha embrutecido a fuerza de malos
tratamientos,
se les ha enseado a viciosos para explotarlos y para dominarlos, y una vez
cados en el vicio,
se les ha tratado de imbciles , de haraganes, de rehacios al progreso, de sucios,
de incivilizables.
Este crimen se est cometiendo en Amrica hace ya ms de cuatro siglos. Y no
cesa
de perpetrarse, aunque su forma vaya cambiando segn lo aconseja el inters o la
hipocresa
de los victimarios.
Ahora bien, este crimen colectivo, perenne y secular, es la causa principal de que
Amrica,
Indoamrica, yazga en la postracin, en la dependencia y en la humillacin. Los
blancos y
los semiblancos de la Amrica India , que son una muy pequea minora,
ejercitan sus fuerzas
en extirpar a los indios, que son los ms , el ochenta por ciento de la poblacin.
Tanto
valdra que la cabeza cifrara su inters y su ideal en deshacerse de sus brazos , de
sus
piernas , del tronco, de todo lo que forma el cuerpo.
TAMALITOS DE CAMBRAY
(Claribel Alegra)
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OTOO
(Claribel Alegra)
de Susana Reyes
La tarde es azul
como su rostro.
El da se despinta sin pompa
de las paredes
y la fiebre de sol
hace crujir los huesos
de los edificios?
el nico abrigo (sus abrigos)
son el ruido
y la esperanza de no despertar.
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La Pia
El ngel de
las frutas
David Escobar
Galindo
frutas
con pinceles mojados
en aroma y en msica.
Es un ngel que agita
su sombrero de plumas
sobre todos los huertos
que prometen dulzura.
De Perqun a Conchagua.
De Santa Ana a Tejutla.
De Sesori a Nejapa.
De llobosco a Juaya.
En caballo con alas
monta el ngel de azcar,
y repletas alforjas
lleva siempre en la grupa.
Van ah los sabores,
los aromas, las msicas
con que pinta -gozosolas almas de las frutas.