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11 Un apretn de manos es ms que una limosna

Una seora, que siempre daba una limosna a un mendigo, que estaba pidiendo a la puerta de la
Iglesia, se llev aquel da la mano a la cartera, y cay en la cuenta de que haba dejado en casa su
monedero. El mendigo mantena su mano extendida hacia ella. Con tacto y rapidez aquella seora le
dijo: "Hoy no tengo nada que darte pero al menos puedo estrecharte la mano". Y as lo hizo, con
sincera naturalidad de sentimiento. Y el mendigo no se dej ganar en cortesa, acept el apretn de
manos y dijo: "Hoy Ud. me ha dado ms que todos los otros das".

Adems de las siete obra de misericordia corporal el catecismo nos sugiere tambin otras siete obra
de misericordia espiritual: "aconsejar a los dudosos; corregir a los extraviados; consolar a los
afligidos; ensear a los ignorantes; acompaar a los que estn solos; soportar las personas
molestas: y rezar por los vivos y difuntos. " Lo que cuesta, mucho ms que una simple limosna, es
preocuparse por el necesitado, saber perder tiempo con los que necesitan de consuelo y compaa.
La seora del cuento hizo lo que pudo con todo su corazn y el mendigo entendi y apreci su gesto
de bondad.

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