usted? *** ¿Cuán misericordioso es usted? ¿Se le hace fácil pasar por alto ofensas que se cometan contra usted? o ¿se le hace difícil despedir asuntos de esta índole de su mente? ¿Está usted consciente activamente de las necesidades de los que lo rodean? o ¿es preciso que traigan estas cosas a su atención constantemente? ¿Se inclina a sospechar de los motivos de otros? o ¿puede usted reconocer y aceptar la sinceridad y la falta de engaño? ¿Se inclina a ser más solícito de los que son prominentes o que tienen ciertos talentos? o ¿puede usted hallar verdadero placer en cualidades estrictamente espirituales? Si fuese a pesarse usted mismo en la balanza de estas preguntas, ¿se hallaría falto de misericordia? El resultado es vital, porque, sea que individualmente nos interesemos o no, el juicio de Jehová se anotará individualmente para con nosotros tal como lo ha indicado él por medio de Santiago, y solo al que practica misericordia se le mostrará misericordia cuando sea sometido a juicio. 4 La persona misericordiosa es la que no guarda rencor, que está dispuesta a abstenerse de condenar y castigar siempre que lo permitan las circunstancias, que es generosa al dar tanto material como espiritualmente, que está consciente de los necesitados y que muestra interés en ellos de manera activa, que no muestra parcialidad ni usa su lengua en orgullo y celos, que ejecuta sus actos de caridad y distribuye sus dones de misericordia con sinceridad y humildad libre de hacer alarde, que no se hace tan eficaz en sus tratos con sus asociados que llegan a ser para ella simples partes de una “máquina que funciona como organización.”