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“Cristo se identificó con las necesidades de la gente. Sus necesidades y sufrimientos eran los suyos. Él dice: ‘Tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí’. Mateo 25:35-36. Los siervos de Dios deben tener en su corazón tierno afecto y sincero amor por los discípulos de Cristo. Deben manifestar el profundo interés que Cristo hace resaltar en el cuidado del pastor por la oveja perdida; deben seguir el ejemplo dado por Cristo y manifestar la misma compasión y amabilidad y el mismo amor tierno y compasivo que él nos demostró a nosotros” (Testimonios para la Iglesia, tomo 3, pág. 207)
“Cristo se identificó con las necesidades de la gente. Sus necesidades y sufrimientos eran los suyos. Él dice: ‘Tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí’. Mateo 25:35-36. Los siervos de Dios deben tener en su corazón tierno afecto y sincero amor por los discípulos de Cristo. Deben manifestar el profundo interés que Cristo hace resaltar en el cuidado del pastor por la oveja perdida; deben seguir el ejemplo dado por Cristo y manifestar la misma compasión y amabilidad y el mismo amor tierno y compasivo que él nos demostró a nosotros” (Testimonios para la Iglesia, tomo 3, pág. 207)
“Cristo se identificó con las necesidades de la gente. Sus necesidades y sufrimientos eran los suyos. Él dice: ‘Tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí’. Mateo 25:35-36. Los siervos de Dios deben tener en su corazón tierno afecto y sincero amor por los discípulos de Cristo. Deben manifestar el profundo interés que Cristo hace resaltar en el cuidado del pastor por la oveja perdida; deben seguir el ejemplo dado por Cristo y manifestar la misma compasión y amabilidad y el mismo amor tierno y compasivo que él nos demostró a nosotros” (Testimonios para la Iglesia, tomo 3, pág. 207)
heredad de un hombre rico haba producido mucho. Y l pensaba dentro de s, diciendo: Qu har, porque no tengo dnde guardar mis frutos? Y dijo: Esto har: derribar mis graneros, y los edificar mayores, y all guardar todos mis frutos y mis bienes; y dir a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos aos; repsate, come, bebe, regocjate. Dios ha abierto caminos por los cuales la codicia puede ser vencida: realizando actos de benevolencia. Por su vida usted est diciendo que estima los tesoros del mundo ms altamente que las riquezas inmortales. Usted est diciendo: Adis, cielo; adis, vida inmortal; he elegido este mundo. Usted est canjeando la perla de gran precio por ganancias presentes. Mientras Dios as lo amonesta, mientras en su providencia l ya ha colocado sus pies en el ro oscuro, por decirlo as, se atrever usted a cultivar su propensin a amar el dinero?. Lucas 12:16-19; Testimonios para la Iglesia, tomo 3, pg. 598, Testimonios para la Iglesia, tomo 3, pg. 598
Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu
alma; y lo que has provisto, de quin ser? As es el que hace para s tesoro, y no es rico para con Dios. Dir tambin a los de la izquierda: Apartaos de m, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ngeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la crcel, y no me visitasteis. Ellos le respondern: Seor, cundo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la crcel, y no te servimos? Les responder diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos ms pequeos, tampoco a m lo hicisteis. Los hombres recorren la tierra y el mar para obtener ganancias mundanales y soportan privaciones y sufrimientos para conseguir su propsito. No obstante, no se interesan en las atracciones que ofrece el cielo ni toman en cuenta las riquezas eternas. Sea cual fuere la ocupacin que tengis en la vida, deberais tener el propsito de hacer vuestro trabajo de tal manera que glorifique a Dios. Lucas 12:20, 21, Mateo 25:41-45; Hijos e Hijas de Dios, pg. 277
Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido,
sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Cul es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? No es el que se sienta a la mesa? Ms yo estoy entre vosotros como el que sirve. El apstol Pablo exhort a sus hermanos filipenses: Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo tambin en Cristo Jess, el cual, siendo en forma de Dios, no estim ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despoj a s mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres. Cristo nos ha dado su vida como modelo, y lo deshonramos cuando recelamos cada desprecio, y tendemos a sentirnos agraviados por cada herida, imaginaria o real. Sera mejor sufrir cien veces injustamente que herir el alma con un espritu vengativo o dar rienda suelta a la ira. Podemos obtener fuerza de Dios. l puede ayudarnos. Puede darnos gracia y sabidura celestial. Si peds con fe, recibiris. Mateo 20:28, Lucas 22:27; Testimonios para la Iglesia, tomo 2, pg. 379
Se levant de la cena, y se quit su manto, y
tomando una toalla, se la ci. Luego puso agua en un lebrillo, y comenz a lavar los pies de los discpulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceido. Se despoj a s mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres. La ordenanza del lavamiento de pies ilustra claramente la necesidad de la verdadera humildad. Mientras los discpulos estaban contendiendo por el lugar ms elevado, en el reino prometido, Cristo se ci, y desempe el oficio de un siervo lavando los pies de aquellos que le llamaban Seor Habiendo lavado los pies de sus discpulos, l [Jess] dijo, Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros tambin hagis.Cristo estuvo aqu instituyendo un servicio religioso. Mediante el acto de nuestro Seor, esta ceremonia de humildad fue hecha una ordenanza consagrada. Haba de ser observada por los discpulos, para que pudiesen siempre tener en mente sus lecciones de humildad y servicio.
Juan 13:4, 5, Filipenses 2:7; The Faith I Live By, pg. 298
Servos por amor los unos a los otros.
Sirviendo de buena voluntad, como al Seor y no a los hombres. A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. Estn los siervos generalmente dispuestos a hacer todo lo que pueden? No es ms bien costumbre prevaleciente deslizarse por el trabajo tan rpida y fcilmente como sea posible y obtener el salario al menor costo posible? El fin no es ser tan cabal como se pueda, sino obtener una remuneracin. Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no para ser vistos como los que quieren agradar a los hombres, sino con sinceridad de corazn, por respeto a Dios. Y todo lo que hagis, hacedlo de corazn, como para el Seor, y no para los hombres; seguros de que recibiris del Seor la recompensa de la herencia; porque a Cristo el Seor servs. Glatas 5:13, ltima parte, Efesios 6:7, Romanos 1:14; Mensajes para los Jvenes, pg. 160
Y todo lo que hacis, sea de palabra o de
hecho, hacedlo todo en el nombre del Seor Jess, dando gracias a Dios Padre por medio de l. Si, pues, comis o bebis, o hacis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. Con espritu de amor, podemos ejecutar los deberes ms humildes de la vida como para el Seor. Si tenemos el amor de Dios en el corazn se manifestar en nuestra vida. El suave perfume de Cristo nos rodear y nuestra influencia elevar y beneficiar a otros. No debis esperar mejores oportunidades o capacidades extraordinarias para empezar a trabajar por Dios. No necesitis preocuparos de lo que el mundo dir o pensar acerca de vosotros. Si vuestra vida diaria atestigua la pureza y sinceridad de vuestra fe, y los dems estn convencidos de que deseis hacerles bien, vuestros esfuerzos no sern enteramente perdidos. Colosenses 3:17, 1 Corintios 10:31; El Camino a Cristo, pgs. 82, 83
El Rey dir a los de su derecha: Venid, benditos de mi
Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundacin del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la crcel, y vinisteis a m. Los justos le respondern diciendo: Seor, cundo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? Y cundo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? O cundo te vimos enfermo, o en la crcel, y vinimos a ti? el Rey, les dir: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos ms pequeos, a m lo hicisteis. Con las condiciones en que se funda nuestra mayordoma, tenemos obligaciones, no slo con Dios, sino con los hombres. Todo ser humano est en deuda con el amor infinito del Redentor por los dones de la vida. El alimento, el vestido, el abrigo, el cuerpo, la mente y el alma, todo ha sido comprado con su sangre. Y por la deuda de gratitud y servicio que nos ha impuesto, Cristo nos ha ligado a nuestros semejantes. Nos ordena: Servos por amor los unos a los otros.