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todo lo expuesto, esos dmbitos de lectura parecen necesarios para la educacién literaria, Sea cual sea la plasmacién de que se dote cada proyecto educativo en cada escuela, nuestra intencién es dar elementos para sostener que “leer libro: deberia convertirse en una actividad més precisa y menos sujeta a los avatares del tiempo escolar o de le decisién indi vidual de los docentes de fo que resulta serlo ahora en la préc- tica de las aulas. Leer en solitario Nuestra tesis es que el aprendizaje —especialmente el de a leetura— debe dar al nif la impresién de «ques través de l se abrirén nuevos mundos ante su mente y su imaginacién.¥ esto no resultaria di si enseféramosa leer de otra manera. Ver c6mo nit pierde la nocién de preocupaciones cuando lee una «ina, ver cémo vive en el mundo de fantasia descrito por dicha historia incluso mucho después de haber ado de tert, es algo que demuestra la faci dad con que los libros fg, siempre y cuando se Bnuwo Berrstisin y Kane ZeLan! La creacién de un espacio de lectura personal en la escuela intenta dar la oportunidad de leer a todos los alumnos; a los que tienen libros en casa y a los que no; a los que dedican tiempo de ocio a la lectura y a los que slo leerfan los minu- tos dedicados a realizar las tareas escolares en el aula. La lec- tura auténoma, seguida, silenciosa, de gratificacion inme- diata y de eleccién libre es imprescindible para el desarrollo de las competencias lectoras. Lo es para que el propio texto “ensefie” a leer tal como hemos expuesto anteriormente. Lo és para que los alumnos formen su autoimagen como lectores aprendiendo a evaluar anticipadamente los libros, creando expectativas, arriesgindose a seleccionar, acostumbrandose aabandonar un libro que defrauda y a llevarse en préstamo aquel que les resulta atractivo. Si la escuela no asegura un "Bruno Betclcim y Kaen Z ie ler, Boccia, Crea, 1982, pp. 56-57. tiempo minimo de practica para todas estas funciones, squién lo hara? Muchas dudas que expresan los docentes sobre las lectu- ras que deben programar se resolverian més facilmente si existiera un espacio escolar reservado exclusivamente para la lectura libre, Porque, a diferencia de lo dicho en el primer capitulo, aqut si hay que situarse en la esfera individual, en la simple incitaci6n, Hay que aliarse con los libros, en parti lr con la literatura infantil y juvenil, para que oftezcan a todos Jos nifios y nifias la oportunidad de practicar las habilidades de lectura y de experimentar la comunicaci6n literari Desde la década de 1970, los programas de lectura insis- ten de manera undnime en la necesidad de dedicarle un tiempo en la escuela, En los tiltimos aiios, paises como Gran, Bretafia o Francia han adoptado esta medida en todas las etapas educativas, Curiosamente, en Espafia se ha retroce- dido en este campo en lo que respecta a la etapa secundari division de las etapas educativas que ha traspasado los «il la biblioteca escolar es una actividad bastante extendida en etapa primaria, pero muy escasa en secundar' :ganizacién ha tenido la consecuencia inmediata y total: mente imprevista de privar a los alumnos de doce y trece aiios de esta actividad. primaria, mientras que su lectura desciende durante los cut 505 de secundaria, Asf, por ejemplo, si a los ocho aitos 60. de los nifios lee una vez al dia o muchas veces @ la seman 49.7% afirma que lee mas de quince libros a lo largo, m y ello ocurre también en paises latinoamericanos que haa tos de apoyo: una biblioteca realizado reformas educativas similares, a causa de la nueva de aula o de centro, ‘solectivo de valoraciones y recomendaciones, un cuaderno ‘Personal donde se consignen las lecturas realizadas (y tal vez __fambién las que se ha decidido abandonar), etc, Si los maes. tran que los nifios leen cada vez més a lo largo de la etapa los dieciséis aitos sélo lo hace 20%. O sia los nueve ai105, curso escolar, a los dieciséis aftos s6lo lo hace un escaso 2.1%, mientras que 64.2% lee menos de cinco libros anuales a esa edad.? En el mismo sentido, los estudios cuslitativos revelan que el recuerdo positivo de la lectura durante la etapa pr maria es muy frecuente entre los jévenes entrevistados. Se trata de un recuerdo asociado a las actividades de biblioteca escolar y lectura compartida, de tal forma que todo lleva a Pensar que en esos espacios se ha conseguido armonizar satisfactoriamente la libertad de eleccién con los rituales sociales. La investigacién en el aula sobre esta actividad también que existen algunas constantes que se aso- sian a su éxito entre los alumnos: la percepci6n de ese tipo de lectura como un espacio més flexible y libre de obligacio. le y lib) E il lige _ Por el maestro a cada nifio o la posibilidad de ejercer libre. ‘mente juicios sobre las obras, entre otros, acién de las recomendaciones efectuadas La lectura libre se favorece con determinados instrumen- un mural ‘0s consultan estos registros y observan directamente alos { tiflos mientras leen, obtienen mucha informacién sobre la Competencia lectora de cada alumno, _Sucapacidad de concentracién, sus dificultades concretas antela lectura y otros aspectos de interés sus gustos y rechazos, En cualquier caso, hay que recordar que la lectura en Ia e5- ‘uela nunca es “libre” por completo, Tiene un tiempo limi- do, requisitos de lugar, condiciones de lectura y un sisterna Eeregles consensuadas (tiempo maximo para elegir un libro cura on fvenes entre 816. 173 antes de sentarsea lee, posbilidades de préstamo, formas de demand puntual de apoyo al docent para prosegit lectura, etc.) que hacen que se trate sélo de una lectura “p recida” a la que se realiza socialmente por placer. ¥ antologias literarias, En 1844, por ejemplo, el escritor Hein- rich Hoffman decidié crear su propio cuento, el Struwwelpe- ter (Pedro el Desmenuzado}, después de buscar en vano un _ “buen libro” para su hijo en el mercado aleman. A finales del siglo x1x se empezaron a fundar bibliotecas piblicas infanti- lesy alguien tuvo que decidir qué libros para niftos debian fgurar en los estantes y qué actividades favorecerfen su leer _ ura, Por ello el critico Marc Soriano! seialé a ls biblintesn, _ tias como “la priniera oleada” de profesionales interesadas | ene literatura infantil desde una perspectiva moderna Bila actualidad, las librerias se hallan repletas de libros- _ }tego, libres de bosillolibros-regalo libros baratos,lbros-a. io, dlbumes esplendorosos, reediciones facsimiles, colec. __ clones escolares con ejercicios incorporados, libros mudos 0 Cuidadas ediciones de clisicos. La edicién se ha multiplicado _ ¥ofrece productos para funciones y bolsillos cada vez mas _tliversificados. Tal vez sea una abundancia de la cual felich jarse en una sociedad del ocio y el consumo, pero es evidente _ sue implica un gran problema de orientacién. $i pensamos | ena lectura autonoma de un libro semanal entre los quince primeros afios de vida, LA SELECCION DE LOS LIBROS" Para leva abo estas actividades, bay que empezar pr te ner libros apropiados para cx ipo delectua. Puede ser que se acepten, en un grado variable, aquellos que lo alas jf aportan espontineament, Sin embargo, a atiud mayor teria de Ia excuea es intenarasegurase el contol de cierto nivel de calidad de las lectras que se fclitan en lla, Por lo tanto, hay que pensar que “alguien” leer an 7 odes, ests historias y poemnas, transporter os bros hasta lose tantes, suger perouslmente los tale y enayard le eo manera de tentar aoe nines y nina con su lecture, En alg nos patses, Ia administracion educativaiterviene activa mente en esta selecci6n e incluso envia directament 4 bros de aula. Aun as son ls maestros quienes terminan pal promocionar unos u otros de esos libros segin su content educativo. Los docentes confluyen'aqui con todos eo deni mediadores y bibliotecarios que enfrentan tareas fale cidn y, como els, e ven obligados a interogarse antes nada sobre su idea de lo que deberian leer los ninos y Jos cinco y Por ejemplo, resulta que la Sctura propia de un nifio puede moverse alredledor de unos » seleccionar cules mere- | 300 titulos como mucho. Por ello, = ocupar el tiempo de los nifios Desde que la escuela se abrié a Ja lectura de los libros “ex- riores’, elegirlos se convirtié ta mbién en uno de sus pro- _Blemas. En la actualidad, las propu estas sobre criterios de se- rt nites y vee Gi de exh 1995, 175 i los J: Alinicio, estos criterios resultan féciles de admitir por z i de titulos provienen de todos » Z Pp Lee Gas enn eee aus _parte de todos los implicados; pero la experiencia demueven Una de los mde reclentes y polémicas ha sido la del eitico “ue su aplicacién esta plagada de problemas en la préctica Una de las mis recientes 5 Y que se termina adoptando un equilibrio precario entre el i dltiples y ‘én cuatro tipos de respuestas que se | i man Sanchez Ruipérez o las mil a g > a eae eeia obs en distintos paises latinoame- “4 superponiendo entte ellas hasta rieas iniciativ : han ido debatiendo y actualidad, Ascatsap cirerarsa 7 mn: le ctiterios que emergen inevitable. onjugar la amalgama de criterios que em te en cualquier discusién sobre el corpus de lecturat 4 Una de as grandes batallas ae ddables: valovar si obras que parecien incnest brada en favor de la cal tables han reducido gu interés al de titlos que hay que role" Mesthvenos Hines independientes de propésitos educativos eral hinds Waa a bb lseaeiomesae aa [Empezaron a alzarse muy pronto frente alos primeros bog gar ala histori cocina paige aes delle aeaales que didicticos y escolares, con sus burdas formas de adoctrina- ete iciunaea ance e con haa La | J 2220 infant. En 1885, por ejemplo, Mak Twain seven oe asta resultan banales y estereotipados a los _ aLas aventuras de Huckleberry Finn, su célebre aviso: iiios, : ojos dela critica y Ja escuela; si, en cambio, siganos oy 4 : apreciados por los adultos, parecen escapar va a vail capacidad de comprensi6n o a los gustos infantiles; si ectaee pee pena incluir libros experimentales que pueden con stcrada formas culturales familiares para los nis i : : bien aquellos que serdn siempre delectura minoritavia, pe timedio de esa escasez.inicial, los mediadores mas sensi- al folclor ya buenos libros “para terarios; y todo ello presidido, qué duda cabe, por la'bus ‘omo las novelas de aventuras que se pu- as en los periddicos y las revistas, con el lela literatura infantil ha idad literaria. Las voces en favor de ban por entreg: lehallar el alim sB0co a poco surgicton obras excelentes quie fueron pen- § deliberadamente para la infancia: obras que hablan jose i Brendido la leccién profunda del folclor, que habfan sabidlo e a 7 agacharse hasta el nivel de a competencia infant y reduc su perspectiva de la realidad sin perder el potencial human zador dela literatura. Esa creciente aparicion de buenos ti: tulos demostr6, obviamente, que la literatura para nifios era posible. Pero ello no anulé el problema tedrico de determi- la calidad literaria de esa produccién. i ae irae dis, el debate sobre la calidad se mueve | en torno a una fatigosa discusién recurrente sobre si puede: denominarse “literatura al ficci, versificacin y drama: cin oftecida a receptores tan poco capaces de interpretar la experiencia estética. En efecto, si el andlisisliterario part de los parémetros del dealismo alemnén, del esta sim bolista de principios de siglo, el formalismo ruso, la ests francesa y alemana o el new criticism angloamericano, qué densidad literaria puede esperarse de un texto destinado esos lectores? La postura que ha defendido la inexistencia d ‘una literatura “con apelidos” puede sintetizarse en la com: paraci6n de la periodista espafiola Lolo Rico de Alba® al de: nominar “castillos de arena” los libros infantiles en coms traste con la “arquitectura real” de los textos literarios. Sin embargo, la misma teorfa iteraria ha conformado dis: tintas vias de salida para la consideracién de los libros infa _ lon de la teoria literaria hacia el estudio del lector y del cir- cuit completo del funcionamiento del sistema literario en lseno de una sociedad, abrié perspectivas més amplias para _ Poder considerar “literatura” a unos textos que se definen _ por su destinatario. Ast, en las tiltimas décadas se han empe- | zado a aplicar muchos nuevos conceptos literarios a los libros _ para nifios con excclentes resultados. La teoria de los “polisis- temas literarios’, el pacto narrativo establecido entre autor y _ lector, los concepts de “lector implicito en el texto” o de “lec- | tor cooperativo” propios de la teoria de la recepcién, etc., se han revelado como instrumentos de anélisis muy fructiferos | Flantiguo eje jerarquizado de valoracién literaria, cuya ctis. _ pide era la maxima tensién que consigue la onda expansiv. _ fun poema, se ha convertido en un terreno més variable y _irticulado, en el que caben ahora los distintos tipos y prop- = sitos de las obras. el criterio de calidad no se refiere sélo a la obra en sf “Taisma, sino a la experiencia que es capaz de provocar en el tor, las nuevas reformulaciones sobre la importancia de ‘bs valores educativos de la literatura —a las que hemos alu- ido en el primer capitulo— también inciden en esta polé- ica. Ast, a partir de los estudios de la literatura infantil y vyenil también han surgido muchas voces que han insis- ign de la realidad, para proyectar y construir la intimidad el lector, distanciarse criticamente del discurso, descubrir sotredad, evadirse, imaginar, observar las potencialidades del enguaje, compatibilizar sus distintas pertenencias culturales situatse en esa “frontera indémita” de la que habla Montes,” * Lalo Rio de Alb, Gi recy defen del espacio br 1986 Valorar la calidad literaria de esas obras para nifios ha planteado nuevos problemas. Peter Hunt® sefialé hace algtin tiempo que la critica de la literatura infantil fue la primera “en tener que recurtir a un abanico de instrumentos de andli- _sis més amplio de lo habitual. En efecto, para su cometido “no basta con los estudios literarios, se precisa de conocimien- _ tos sobre la imagen, se necesita establecer criterios sobre la = aportacién creativa de los libros-juego, observat cémo se _apela a las habilidades metaficcionales de los lectores o valo- _ ‘ar silas nuevas tecnologias suponen simplemente un envol- _ forionuevo Para un contenido anacrénico. Todos esos temas pardmetzos variables para valorar los titulos, de manera que no pueden jerarquizarse como quien reparte calificaciones, del 0 al 10. Tal como insistiremos més adelante, elaborar una seleccién —o la propuesta de un canon— requiere | siempre explicitar la funcién que debe cumplir en un con: texto determinado. : de elias, ya que la produccién infantil y juveni Viende ante grar elementos distintos a los del texto. La imagen, por ¢jem= ” plo, forma parte de los libros infantiles casi desde su inicio, | tomo una agencia de socialzacion cultural y retlta esencial E saber qué mensajes se estén dirigiendo a las nuevas genera- des de usar nuevos materiales explorando les relaciones 6 tre juego y ficcién —apoyadas sin duda por la llamada dé : consumo— han desarrollado una gran tipologia de libros: juego o de libros-objeto; los habitos de recepcién audio sual de los nifios actuales han influido en los libros que se! destinan de un modo atin mis evidente que el efecto audi | Una de las mayores pugnas en este campo ha sido la del J juicio al folclor y, por extensidn, a la presencia de la fantasia = 2 los libros infantiles. El deseo de verdadera literatura al “que acabamos de referirnos incluy6, desde el principio, la Fvindicacién de la fantasia, puesto que el didactismo origi- visual, también producido en la literatura para adultos; | BM tilde los ibros para nifios la habia considerado poco for- . Ps Pe nuevas tecnologias han generado nuevas formas de festa tiva yla habia expulsado a las tinieblas exteriores. Se ins- ictiben aqui hitos obvios como el de la publicacién de Alicia nel pais de las maravillas frente a los cuentos didacticos en las coordenadas de lo que se habia considerado comprent F5eo(d), Creriomir,Lonnes Nues York, Roe & Kean Pah ble para los pequefios. 180 181 el siglo xix. Pero también se produjo una batalla parecida imaginacién al poder”; en suma, era el triunfo de una nueva entre la fantasia y el realismo pedagégico, racionalista y civi- oleada cultural que situé le fantasfa en su lugar actual, es de- | cit, ocupando alrededor de los dos tercios de la produccién __ de libros infantiles y juveniles desde la década de 1980, __, Unsegundo debate sobre la formacién moral eercida por __!0s libros proviene de la toma de conciencia de que ningiin - libro es ideolégicamente inocente y de que los valores com- _ Partidos van cambiando a lo largo de la evolucién histérica Pde las sociedades. Resulta sencillo verlo en los mensajes dici- = sidos a los nifios, ya que son un material especialmente _transparente para apreciar la ideologia dominante de una __ sociedad y para ver cudl es la imagen de si misma que desea ln década de 1970, Se trataba de un argumento que ven‘a avas ” lado por el prestigio de la “ciencia’, asi que la escuela hall justificacién para usarlos sin desdoro en su misién educa: xx, una actitud que provocé ejemplos tan graficos como el de la extendida versién de la abuelita de Caperucita escon- dida en el armario como expresi6n del nivel maximo de vio- lencia que se estaba dispuesto a tolerar. __ Los estudios ideolégicos de la década de 1980 sefialaron _ we la literatura infantil del siglo xxx evidencia la forma en Ja que ha emergido la conciencia de los derechos universales Bettelheim,? Jos que influyeron de modo decisivo en la valds 4995 dela humanidad: el derecho ala libertad y la democracia; el de- in educativa del folclor. Esos estudios resaltaron las ven) {echo de les mujeres, las razas, las culturas 0 los pueblos co- pees Jonizados a ser tratados sin discriminacién y desde su propia iPerspectiva; el derecho de cualquier persona a ser respetada _fn.su diferencia respecto de los modelos estandarizados y \da por la confianza en el papel civilizador de los ogtos ¥ - dominantes, Con esos pardmetros valorativos se denuncia- fas hada hizo que las seleccionesescolares se poblaran daft ~1011]os libros infantiles clésicos, rebosantes de los valores ca Teese creme populares y fantasticos. |B doc0s de las sociedades que los produjeron, y los lobos y las apa Ie | saltar que el triunfo defi princesas de la antigua literatura oral fueron puestos nuieva- fea pte Panty) vale le Dena reread mente bajo sospecha, ahora por su sexismo y formas sociales fo democraticas. Combativamente, se decidié potenciar la Anversion de los estereotipos y los modelos de conducta pro- “Bresistas lenaron los relatos modernos pare niiios y nities, + Sin embargo, muy pronto empez6 a denunciarse que este la todo de proceder tendia a convertis los libros en pantletos " "feministas y antiautoritarios, o bien en desleidas obras poli- fcamente correctas, Puede decirse que a través de todos es- profindos del folclor, més allé del salvajismo y la violen¢! superficiales presentes en esos cuentos. La tranquilidad otor ginacién, cuando los nuevos aires culturales divulgaron signas y palabras como liidico, desbloquear, creatividad, tfeuios como “el poder de los cuentos”, Se trataba de llevar * * Bramo Bain, Paso de os uentor de elas, Maid, Cees, 1977 182 183 tos debates se ha tomado conciencia de que el mensaje mo- rales algo ms sutil que las marcas de superficie de los textos ydelas imagenes, de modo que saber cusntasnifias apare- cen 0 quin Hleva el delantal puede resultar algo irrelevante. También se ha constatado que la recepcién literaria por par- te de los nifios y niftas transforma de maneras muy variables, imprevisibles , incluso, desconcertantes, los mensajes ideo- Igcos de sus libros En este momento exten instruments mis refinados que munca para analizar los valores morales transmitidos por los libros y se extiende una actitud mucho ms prudent flexible para encara a censura ala que se Inclinan enseguida los mediadores adultos. La critica de li- bros tiende a abordarse en forma mas compleja y las obje- ciones sobre los mensajes derivan hacia propuestas de me~ diaciones més indirectas 0 posteriores a la lectura de las seleecidn de libros, porque la sociedad acostumbra estar mis preocupada por la educacién moral que por la educacién li teraria de los niftos y ésa es la funcién que “realmente” se atribuye en su mayorfa ala literatura infantil aun ahora. Es por eso que, a pesar de los progtesos realizados como fruto de estas polémicas, buena parte de la produccién ac-_ tual de libros continta situandose en el terreno de los ibros didacticos, Una gran cantidad de obras se escriben para for mar opini6n sobre temas determinados, aunque, €50 si os temas sean nuevos, ya que se trata de preocupaciones propias de nuestro tiempo tales como las generadas por la vida en las grandes urbes, las migraciones sociales 0 la sociedad de con- sumo, Pero si para seleccionar hay que compatibilizer diss” tintos criterios de valoracién, cabe preguntarse desde cusndo el tema del cual trata una obra determina su calidad artistic 184 ¥ si resulta posible sintetizar una narracién literaria diciendo simplemente, por ejemplo, que “habla de la anorexia’ En el mismo sentido, puede verse que, como sucedia en los origenes de la literatura infantil, se continitan escribien- do libros concebidos para el uso escolar. Muchos de ellos tra tan contenidos informativos que adoptan formes natrativas; or ejemplo, se describe la degradacién ecol6gica de un rio a través de la vida de los castores. Cabe preguntarse entonces si pueden incluirse esas obras bajo la etiqueta de literatura o si deberfan explicitar su funcién especifica de aprendizaje. ‘También aparecen sin cesar libros simplistas que muestran explicitamente los modelos de conducta como si se tratara de una leccién de autoayuda que el lector deberia aplicar di- rectamente en su vida: gcdmo superar los celos infantiles?, écémo relacionarse con los demds?, gcémo respetar las caracte. risticas culturales de los inmigrantes? Nos hallamos aqui en la mejor tradici6n de aquellos tempranos libros didacticos que contaban a los nifios cémo ser aseados 0 caritativos me- diante la interposicién de un persongje de ficci6n Si toda esa produccidn existe es porque tiene aceptacién social. Muchos mediadores contintian seleccionando los li- bros dando prioridad a estos aspectos. Una gran cantidad de maestros s6lo dicen de un libro que “funciona muy bien ara trabajar tal tema”, a menudo afloran opiniones contra- tias a los cuentos populares por su grado de violencia, se | _censuran libros clésicos por determinados rasgos sexistas, | facistas o de maltrato animal, 0 se demandan libros que __“‘muestren la realidad”, Tal vez, pues, més que progresat en | cLandlisis ideot6gico de los libros, fa tarea actual en este __ Punto sea que la escuela distinga entre materiales didacticos ~ ylibros literarios, se convenza de que la literatura actiia a un > hivel educativo més profundo y seleccione sus obras en con- _ secuencia Be 135 LA OPINION DBL LECTOR | fantil con otra adulta que es quien aprueba y selecciona las obras, qué nifios lee : Pata que la calidad y los valores de las obras sirvan de algo, trata, 'n libros en realidad y de qué libros se es evidente que los libros tienen que ser leidos. Todos los maes- Sin embargo, se sabe muy poco sobre k tros estén siempre de acuerdo con este tercer criterio: los i- que un libro conecte con su lectoresO bien hay gue eens bros deben gustar a los nifios y nifias. De hecho, estén tan de a ae ages es rice) ane ve ; regularmente ala selec- acuerdo que, mientras que la valoracién moral se mantiene cién, puesto que varias editoriales rech acuerdo ques meth erade toga dda para latareade selec- MM de Harry Porter y pocos mediadores se habien atevidon oe, cin, muy a menudo se acepta que la calidad literaria puede” | ner los voliimenes de El sefor de los an Treen batirse en retirada ante la probabilidad de no gustar alos lec- | lescentes poco lectores. Quizé = 0s anillos en manos de ado- tores. “Buenos libros para quién” es, pues, el tercer criterio | saber que, cuando los nitos cligenibsomenta los eaeneee 2, los cuentos en liza para la seleccion escola. “Tal como hemos sefialado anteriormente, el “quién’s pre~ cisamente, ha variado mucho @ lo largo del siglo. En primes | préstamo infor ; lugar, a obligatoriedad universal de la escolaridad hizo que P No aa peti ee Ja dectinacién de los libros se ampliara a los nitios y niftas de gusta alos nifos y del modo en cues sued hace a todos los sectores sociales. Mas tarde, la transformaci6n en. ahr Ghl REI PER eal fe sociedades alfabetizadas y los cambios pedagdgicos hicieron” Bsablando sobre libros, vees eneee pox ea eens aparecer los libros para lectores principiantes. Al poco | yhay que saber también qué pea ped su opinion: fe sus padres y : sobre las peliculas de Walt Disney contintian siendo los pre- los, tal como revelan ahora los datos provenientes del tiempo, la prolongacién de la escolatidad contribuys decisi _ maestros, si ellos leen como adult é vamunte crear la representaciOn de una etapa adolescente) e_yaloran de verdad para sus h adultos y qué libros infantiles de la vida, Jo cual trajo aparejado el desarrollo de la novel” ‘avanzar si no se sabe de aaaae! y sus alumnos. No se puede juvenil. ¥ més recientemente la producci6n ha ampliado st “que permite progresar. ‘nde se parte y si no se precisa lo ‘oferta hacia los primeros afios de vida. En estos momento pues, es toda la infancia y adolescencia de toda la poblacie: 1 Ja que se constituye como destinataria potencial de los bu nos libros. ‘ En este proceso de ampliacién, la tarea de selecci6n, ob viamente, se ha ido complicando: “;qué libros gustan alos) inom?” sea revelado como una pregunta de una simplici= ira dactes a leer eso, meio dad inoperante que ha sido sustituida por los interrogantes is mediadores cercanos a los oe me ey > POr Su parte, se sien sobre qué idea de la infancia se construye socialmente, c67 ten menospreciados y reaccionan aitad: : ge traduce en las obras la coexistencia de una audiencia in: Ee oeprescatantes emplticos dela opinion de loc tac la opini6n de los lectores 186 infantiles y se defienden manifestando que la critica “no ha visto un nifio en su vida”, Probablemente, clarificar el “para quién” y el “para qué” ayudarfa a superar enfrentamientos estériles y a progresar en la reflexién sobre como lograr la und- sxima calidad de lectura para el maximo nimero de lectores. siglo xx, ligada a la investigacion sobre la lectura y a la cologia cognitiva, y fue adoptada con entusiasmo. Se peneé que finalmente a selecci6n de libros podia abandenar cl et. tismo humanista de los estudios literatios, los criterios mes ramente morales y el simple gusto infantil, y aplicar instr. mentos psicopedagégicos cientificos. Como hemos seralado antes se produjeron libros aplicando formulas de lecturab- idad, después se clasificaron por edades segiin una evolu. cidn medida de las capacidades infantiles y, més tarde, sedi seflaron programas escolares para adiestrar a los nizos en tana multitud de estrategias y habilidades de lectura, “> Pero los estadios de desarrollo psicol6gico establecidos Piaget, el anlisis textual o el conocimiento del proceso lector _20ehabian jad eno quelos nines lean ya menudo se ba saban en anilisis individuales y experimentales. Los estudios BL STINERARIO DE APRENDIZATE En los ailtimos tiempos ha saltado al terreno de juego un cuarto criterio de seleccién, muy poco tenido en cuenta ex! plicitamente hasta ahora: el de analizar los libros segin el iti- = nerario de aprendizaje que ofrecen, tal como hemos expues® to ena tercer capitulo: cl criterio que se deriva del punto dé vista que hemos adoptado aqui segtin el cual el placer lectot se construye y Ia competencia se desarrolla a través de la lec. ttura de los libros. Se trata, pues, de valorar los libros bajo la perspectiva del itinerario de aprendizaje cultural que ofre= cen a los nifios y nifia Es un ctiterio que tiene la ventaja de hacer confluir todos Jos aspectos anteriores. Seleccionar los libros con criterios de_ calidad intrinsecos tiende a tener en cuenta s6lo las obras y coloca como teferente comparativo la literatura adulta, Los” otros dos criterios citados atienden al efecto de los libros ea. el lector: el efecto sobre su moral, en un caso, y el efecto sobr su placer, en el otro. En este cuarto criterio, por primera v nos hallamos en tn terreno que fusiona la consideracién d texto, el lector y la mediacién educativa. Ademés, se trata de tuna perspectiva que considera al mismo tiempo las dos oom denadas que circunscriben siempre el campo de la literatura para niftos y nifias: su comprensibilidad y su adecuacién educativa, a ;Cmo entienden los libros los nifios y cémo progresa si comprensién?”, es una pregunta que surgié a mediados'del ios en lida, Esta presen _ importante son los vértices de niios” “aprenden” y "leer, | Sino que los “textos” que los nifios oyen cantar yrelater, 0 los tentos que leen, tienen tna importancia fundamental, por. es laliteratura la que hace actuar alos nifios yninas como eptores lterarios y los convierte efectivamente en tales, Desde el campo de a literatura infantil, uno de los prime. a. 188 y las nuevas formas literarias de la literatura para nifios, ;Pueden entender los peqnefios esas extrafias obras experi- mentales? sDénde estan los nuevos limites de comprensibili- dad derivados de las formas culturales actuales? En relacién con estos temas ha surgido también la preocupacién por las principal De ahi el simil de que la literatura para nifios y ni- as funciona como una escalera con barandilla que tira del lector a 1 ala vez que le apoya, que se pone a su nivel al tiempo que le abre nuevos horizontes. ‘También sabemos que, por otra parte, esa tarea ¢s social funciones que debe cumplir la critica de libros infantiles. 3E para orientar a la sociedad, por ejemplo, una exitica en- simismada en la deconstruccién semiética de libros infanti- les? Qué esperan los mediadores de una critica que oriente su seleccién? Por otra parte, en el campo de la préctica, sin duda ha sido Ja introduecién de la literatura infantil y juvenil en la escuela a gue ha propiciado la reflexién sobre su uso, Durante mucho tiempo, los temas de debate al respecto versaban acerca de la reivindicacién de la biblioteca escolar, los libros en el aula o el aprendizaje de la lectura con libros reales. En la actuali+ dad, puede decirse que estos t6picos han sido aceptados “en. teoria” por todos. Pero ahora se necesita saber qué compe- tencias deben adquirir los alumnos y qué précticas ayudan a su desarrollo. Bsas nuevas preguntas han vinculado los estu- dios especificos sobre los libros infantiles con la didéetica di Ja literatura. Lo que se desea ahora es entender como los ni= fos aprenden a leer literatura y quién les ensefia a hacerlo Sabemos que la respuesta pasa, por una parte, por el and lisis de los libros, por comprender c6mo las obras se abrent como un mapa lleno de pistas para construir a su lector, Tes varle de la mano hacia terrenos cada vez mas complejos'y_ exigirle la puesta en juego de una mayor experiencia de vida y de lectura. ‘Tal como se menciond, no hay, por ejemplo, = historias secundarias en los libros para primeros lectores,_ pero puede haberlas en Ia imagen, de manera que para” cuando el nifio se encuentra con narraciones intercaladas e2 el texto, ya se ha acostumbrado a desviarse y volver al hile eLnifio que lee un libro lo hace en el seno de su fami | aula o en la biblioteca, comenténdolo con los adultos y ls ottos lectores infantile, inmerso en miitiples sistemas Ac. cionales y artfsticos que forman competencias y conoci- Iientos que pueden trasvasar a su lectura. Hl aprendizaje de In iteratura se reaiza asi en medio de un gran despliegue cial de construccién compartida del significado, Colocar Ja literatura para nifios como literatura de apren. dizaje y formacién de los nuevos lectores parece especial. ‘ mente interesante, porque es un marco adecuiado para fusio. _ nar y rentabilizar los avances producidos en las otras lineas perspectiva, los docentes cleberian tener el apoyo de una cri- “tica de libros que les fa lib (¢ su tarea, Entonces, je6mo de ser la critica de libros infantiles? i ae _Lalliteratura infantil yjuvenil es un fenémeno cultural muy “amplio. A Io I dj __implio. lo largo del siglo x1 sobre todo en sus altimas _, nese reto surge un primer problema: en los itimos anos “han aparecido multiples estudios te6ricos sobre literatura wi ipfantil, ealizados ya a partir de la convocatoria de distintas disciplinas, Hay que felictarse de ello, puesto que la realidad ts compleja y cualquier aproximacion desde un dnico én- gulo muestra s6lo un aspecto, de modo que la relaci6n in- Airdisciplinaria es algo propio del momento actual en el tance del conocimiento, Sin embargo, ese esfuerz0 de com prensién del fendmeno debe ser regulado, A veces parece gue es la propia admiracién de su complejidad lo que Teva = ‘Movilizar gran cantidad de instramentos de andlisis para lle gar a resultados {nfimos, 0 meramente descriptives, o due ae solo preventan nuevos problemas sin legat a clarificar — Ios anteriores. Podriamos decir que se corre el peligro de ca- var moseas con cafiones. Hay que madurar més en ese pro- caso de relaciGn para obtener resultados realmente innova- dores ylo aplicables en la préctica. ‘Como segundo problema, se debe también perder el doa sentisse distinto. Como toda nueva Area, la exitica y 105” cetudios sobre literatura infantil no sélo seleccionan ema: portan resultados e instrumentos de andlisis de otras disc a plinas, sino que pueden desafiarlas con preguntas esti” Tantes que surgen precisamente desde el campo de la critica @ infantil Es la posibilidad de formular sus propios interrogans tes lo que define una perspectiva nueva ‘del conocimientox ‘Un atractivo de los encuentros entre especialistas de litg 7 satura infantil y javenil es la mezcla entre variedad profesio nnaleintereses comunes que los hacen muy diferentes de otf0s. encuentros académicos. Sus convocatorias revinen a edit toe 12s, bibliotecarios, autores, ilustradores, criticos, psicdlogos etctores o educedores, porgue el desarrollo dela prodle ‘Gn de libros para nifios y niias los ha ido mezclando. Late9 tia y la préctica no han estado nunca separadas en ese ee tio profesional. La valoracion de los libros infantles By obligado a contrastar andlisis literario y lecturabilidad, Hes 192 renci paar olin y posmodernidad, desarrollo psicol6gico y icci6n literaria del mundo, il n ilustracién y medi sivos, animacion a la lect Scolar u onge- \ura y programacién escol: Sos an rc colar w orga- , iacin de biblioweeas, formacin del imaginario coletiva Y recepcion letora individual, deologie y pensamiento ne rativo, alfabetizaci6n y multiculturalidad, histori : cin y enseftanza escolar denise Pocas é impli | psPas eas se sientenimplicadas en temas tan variados __ snes una rigueta y un desefi puesto que hay que refor- _ lo los preguntas yhallae nuevas respucsas, manteniendo _ls conciencia de que el motor del interés inicial continia pp teri fe _teios para valorar los ibros se fumdamentan en una apuesta Be todos coe colectvee por defender la palabra como cons. Stu la humanidad. Actualment e . te cuals pes Iquiera puede _bperimentar el vértigo de hllrseinmerso en una prod | Gin incesante de nuevos tipos de libros y de nuevas formas _ Ee lecture pero, a pesat de todo, hay que recordar que el Boceto deer mo mismo en el seno de una cultura esse {Pe eliismo en cada nueva generacién, a 2 Neesiro mundo se hace cada vez més global y més de al mismo tiempo. Sin embe: pee c 10, los nifios que v a iven en ps mrgenes del sistema social necsitan la palabra ylas hi, pase poser sobrervinX Jos nifios que viven instalados én la ma ividad consumista necesit jlamayor pas -cesitan de la palabra y a poder rescatarse. “Alguien” p pisoris -“Alguien” debe continuar iendo qué palabras y qué histori je Pepe ae paras yout histor pueden ejercer mejor 2 se pueden ofrecer a la infancia, Esa selec-

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