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POLÍTICA ANALÍTICA

Por Juan Fernando Perdomo*


EL RECONOCIMIENTO A LOS DEMÁS
Siempre hemos sabido que el ser humano toma posiciones muy polarizadas, sobre los
diferentes temas, y encontradas ante los demás. Es común señalar a los demás con
frases extremas que indiquen, de esa persona seleccionada, sólo sus cosas malas o
sus cosas buenas. ¡Es muy difícil ser balanceado! A pesar de que todos tenemos
virtudes y defectos, aunque sea muy complicado hallarlas. Además, las cualidades y
fallas de nosotros pueden ser lo contrario en los diferentes momentos. Por ejemplo, la
tenacidad y la insistencia para lograr una meta u objetivo, se vuelven capricho y
obstinación cuando, a juicio de los demás, estamos buscando algo que no se alcanzará
o que pensamos es sólo por interés personal.

La búsqueda del éxito económico y acumulación de riqueza con gran determinación cae
en el extremo de volverse avaricia y, de manera importante, hace quedar a la persona
como un materialista desenfrenado.

Así es. Según el momento y la actitud las cosas pueden ser buenas o malas, pero
también es cierto que, los seres humanos adoptamos esas actitudes y somos víctimas
de las críticas de los demás cuando las llevamos a los extremos. Pero, de nuevo, las
personas no son totalmente “buenas” o totalmente “malas” pues, finalmente, somos
seres humanos con imperfecciones.

Eso no obsta para que no nos demos reconocimiento los unos a los otros. Y no sólo
hablo de diplomas, premios, medallas o dinero; Hablo desde un “GRACIAS” personal,
hasta un público y emotivo comentario sobre las cualidades de otras personas.

Pero la realidad es otra. La gente acostumbramos a generalizar y, a todas las personas


o grupos de la sociedad los “encapsulamos” en una actitud negativa o en un defecto.
Decimos, y lo menciono sin un orden de prioridad:
“Los sindicatos son malos, generan ineficiencia”; “Los empresarios sólo buscan la
riqueza, sin importarles los demás”; “Los trabajadores son flojos y quieren que se les
pague sin hacer su chamba”; “Los policías son unos verdaderos ladrones en los que no
hay que confiar”; “Los medios de información son amarillistas y sólo quieren vender”.
Y, los que se llevan las “palmas”, los políticos. De ellos decimos:
“Todos los políticos son corruptos y no sirven para nada”.
Alguien me dijo una vez:
-“Dime un nombre, sólo uno, con eso me conformo, de un político honesto”
¡Claro! Ante esa postura la respuesta que des va a ser rebatida y te mencionarán mil
defectos de esa persona pues, realmente, ‘¿Quien conoce a todos los políticos? Pero
que los conozca bien.

Por ello, la invitación de esta columna es a que retomemos el valor de los buenos
ejemplos y aprendamos a reconocer los valores de la sociedad.
Muchas organizaciones lo hacen. Cuando cumplen aniversarios importantes de
existencia, las Empresas, Cámaras, Clubes, Asociaciones, Sindicatos, Medios…
entregan premios a aquellas personas que llevan muchos años como colaboradores.

Algunas, varias diría yo, sólo se les ocurre cuando los homenajeados ya se nos
adelantaron, ya se fueron. Así le hacemos muchos:
-¡Era tan bueno- o tan buena- y nunca se lo dije!

Ya lo dijo Ana María Rabatte: “En vida, Hermano, en vida” y, en este pensamiento
concluye diciendo: “Nunca visites panteones, ni llenes tumbas de flores, llena de amor
corazones…en vida, hermano, en vida”

Un ejemplo positivo de esto sucedió hace unos días, cuando el Consejo Coordinador
empresarial del Estado de Veracruz, entregó reconocimientos, nada menos y nada mas
que a la “clase política” del estado. Digamos, al sector más señalado y criticado, Ahí
estuvieron funcionarios del orden federa y estatal; Legisladores federales y Locales y,
Presidentes municipales. Fueron 20 personas las que recibieron un Diploma del
CCEEV y del Gobierno del estado de Veracruz.

En cada uno de los diplomas del premio “YECATECUTLI” venía una breve descripción
de el porqué se le entregaba ese reconocimiento al político y, cada uno, sin duda, lo
recibió con una actitud distinta pero, esperamos que lo reciban con el honor de saberse
reconocidos y que se sigan aplicando en su trabajo a favor de sus representados.

Si, me da mucho gusto saber que estos actos sean parte de nuestra cultura de ser
AGRADECIDOS, como ya lo vimos en Septiembre de este año con el “Águila
Canacintra Nacional al Mérito Legislativo” en que se reconoció a los legisladores por
parte de los industriales del país.

En contraparte, el Gobierno de Veracruz, por ejemplo, tiene la medalla “General Ignacio


de la Llave” como el máximo reconocimiento a la labor de un ciudadano.

Los legisladores, a su vez, han impulsado algunas modificaciones a la Ley de estímulos


y premios a la sociedad civil, con lo que podemos saber que existen los instrumentos
para que las autoridades reconozcan también el esfuerzo ciudadano.

Esto debe ser en todos los ámbitos: Deportivo, Filantrópico, Empresarial, Estudiantil y
Académico, Cultural, Social, Informativo…

Y, aunque no lo creamos totalmente, esto estimula a la sociedad a tener ejemplos y a


dedicarse con más empeño a realizar sus tareas. A dar modelos de lo que debemos de
hacer para tener una mejor sociedad. Algo que, sin duda, nos hace mucha falta.

*Juan Fernando Perdomo es egresado del TEC DE MONTERREY.


Servidor publico, empresario y Político ( jperdomo@infosel.net.mx )

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