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Adrián O. Ravier

James M. Buchanan y el Análisis


Económico de la Política

Antes de las dos Guerras Mundiales, la Segunda Guerra Mundial y la incapacidad


participación del Estado sobre la econom- de los economistas para comprender este
ía era mínima. En la segunda mitad del fenómeno. 1
siglo XX alcanzó niveles elevados. En
este contexto, James M. Buchanan se Hubo, desde luego, precursores de es-
preocupó esencialmente por entender las tos estudios, como Maquiavelo o Hobbes,
razones de este crecimiento y más preci- y en particular el científico político esta-
samente por comprender “cómo funciona dounidense Arthur Bentley, pero todos
la política en la práctica”. ellos fueron la excepción. Buchanan des-
taca que “los economistas no estaban
Nacido en los Estados Unidos el 3 de dedicando mucha atención a cómo fun-
octubre de 1919, James McGill Buchanan cionaba el gobierno porque estaban pre-
estudió en la Universidad de Tennessee y ocupados por cómo funcionan los merca-
se doctoró, en 1948, en la Universidad de dos y cómo las personas se comportaban
Chicago. Luego, emprendió una carrera en relaciones de mercado” (Buchanan,
académica en la George Mason Universi- 2001).
ty y fue una figura central de la Escuela
de Economía Política de Virginia. Frank Knight fue un maestro muy in-
fluyente, pero Buchanan mismo advierte
Si bien realizó numerosos aportes a la que el trabajo de Knut Wicksell titulado
ciencia económica, sus contribuciones A New Principle of Just Taxation ejerció
quedarán marcadas en la historia del pen- un tremendo impacto en su carrera:
samiento económico y político por sus
estudios sobre el “funcionamiento real de Wicksell decía a los economistas: dejen
los procesos políticos”, caracterizado por de actuar como si estuviesen aconsejando
la aplicación de las herramientas del aná- a un déspota benévolo. No los van a es-
lisis económico a la política. cuchar de todos modos, así que deténgan-
se; desperdician su tiempo y gastan sus
fuerzas. Y dijo: si quieren mejorar los re-
Las inquietudes acerca de este campo sultados políticos, entonces tienen que
de investigación surgieron en relación cambiar las reglas. Nunca van a lograr
con el notable incremento de la interven- que los políticos hagan otra cosa que re-
ción del Estado en la economía tras la presentar los intereses de los votantes a
quienes representan. Así que si tienen una
cámara legislativa, deberán esperar que el
Adrián O. Ravier, miembro del departamento
de investigaciones de la Fundación Friedrich congreso genere resultados que gozarán
A. von Hayek (Buenos Aires), es Doctor en del apoyo de la mayoría de los grupos re-
Economía Aplicada por la Universidad Rey
Juan Carlos, de Madrid.
1
Véase Tullock (1997).
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presentados por esta legislatura. Puede o genes, las propiedades y las instituciones
no surgir un resultado eficiente de esto, del intercambio, consideradas en térmi-
pueden o no surgir buenos proyectos que nos amplios. La propensión que sentía
valgan su costo. ¿Cómo cambiar esto? Adam Smith hacia el trueque y el inter-
Cambiando las reglas, avanzando de la cambio de una cosa por otra, se convierte
regla de la mayoría hacia la regla de una-
nimidad, hacia un consenso (Buchanan,
en el punto de partida adecuado para
2001). nuestra investigación y nuestras pesqui-
sas. La manera de aproximarse a la eco-
También destaca Buchanan una gran nomía que he preconizado y sigo preco-
influencia en la forma de encarar estos nizando era llamada por algunos de sus
temas en su paso por Italia, donde estudió proponentes decimonónicos ‘cataláctica’,
a los clásicos de la llamada scienza della la ciencia de los intercambios. Más re-
finanza, investigación que desarrolló gra- cientemente, el profesor Hayek ha suge-
cias a una beca Fulbright. rido el término ‘catalaxis’, el cual, según
él, se aproxima más a los orígenes grie-
Por último, Buchanan manifiesta afi- gos de la palabra. Esta manera de ver la
nidad con los economistas de la Escuela economía, como tema de investigación,
Austríaca, y en particular con Ludwig llama nuestra atención directamente sobre
von Mises y Friedrich A. von Hayek, el proceso de intercambio, comercio o
pero dice no haber sido directamente in- acuerdo contractual. Asimismo, introduce
fluenciado por Mises, porque llegó a él necesariamente en los inicios de la discu-
demasiado tarde. “Cuando era un estu- sión el principio de un orden o coordina-
diante de grado nadie nunca mencionó a ción espontánea, que es, como he sugeri-
Mises”. La deuda intelectual con Hayek do a menudo, quizá el único principio
sí fue importante, ya que Camino de Ser- real de la teoría económica como tal”
vidumbre acababa de ser publicado. (Buchanan, 1986).

En un artículo titulado La perspectiva No sorprende entonces que Buchanan,


de la elección pública, definió al Public siguiendo la tradición de los economistas
Choice como aquella “perspectiva acerca de la Escuela Austríaca, afirme que “el
de la política que surge de una extensión modelo de las ciencias duras no es apro-
y aplicación de las herramientas y méto- piado para la economía”, y que sostenga
dos de los economistas a la toma de deci- que la profesión ha atraído estudiantes
siones públicas o colectivas”. que no sienten pasión por los problemas
económicos, sino por la formalización
Pero no se refiere Buchanan a las tra- matemática y la econometría. 2
dicionales herramientas económicas del
paradigma de la maximización. Siguien- Recuerda que su generación de eco-
do a los citados Mises y Hayek, Bucha- nomistas sentía “pasión por salvar el
nan prefiere hablar de “cataláctica”. Pre- 2
fiere “definir nuestra disciplina, nuestra Buchanan no se considera a sí mismo un
pensador neoclásico. Manifiesta que la Nue-
ciencia, en términos del límite de la esca-
va Economía Institucional, el creciente in-
sez; a que cambiemos la misma defini- terés por el Law and Economics, la ya madu-
ción, incluso el propio nombre de nuestra ra teoría de la elección pública, e incluso el
ciencia; a dejar de preocuparnos tanto revival de la Escuela Austríaca, son todas
acerca de la asignación de recursos y de áreas complementarias y que pueden conside-
la eficiencia, a concentrarnos en los orí- rarse un ataque a las convenciones ortodoxas.
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mundo”. Eran todos socialistas, aunque suficiente para cubrir los costos del pro-
luego muchos, como él mismo, se sintie- yecto. Así que debe haber algún tipo de
ron atraídos por la economía de mercado arreglo o esquema tributario por medio
y la libertad individual. del cual uno puede lograr un acuerdo
general unánime. Se puede utilizar la
Volviendo a sus contribuciones, Bu- regla de la unanimidad como una medida
chanan definió a su programa de investi- contra la cual se calcula el nivel de efi-
gación, sobre el que trabajó durante más ciencia en el sector público” (Buchanan,
de medio siglo, como la “política sin ro- 2001).
mance”. Quitándonos las “gafas rosa-
das”—según sus propias palabras—con La regla de la unanimidad se presenta
las que percibimos a la política, podre- como la contrapartida “política” del
mos verla como lo que realmente es (Bu- óptimo de Pareto. Alcanza el óptimo por-
chanan, 1984 [1979]). que implica la adhesión voluntaria a un
determinado orden social por parte de
Así, ¿cuál es el terreno de juego de la “todos” los participantes, o en términos
política? ¿Cómo se comportan los políti- económicos, elimina la posibilidad de
cos y los votantes? Guiado por su indivi- externalidades negativas como resultado
dualismo metodológico, Buchanan en- de decisiones colectivas. Claro que, al
tiende que, en última instancia, los que mismo tiempo, la unanimidad en la toma
toman las decisiones de gobierno son los de decisiones colectivas eleva considera-
individuos. El “homo politicus” es “homo blemente el costo esperado en la toma de
economicus” y, al igual que un empresa- decisiones. Teniendo en cuenta estos cos-
rio, el hacedor de políticas públicas actúa tos, que pueden llegar en muchos casos a
fundamentalmente guiado por su propio impedir la toma de decisiones, Buchanan
interés. y Tullock sostienen que el individuo en-
frentado a una elección constitucional
De esta forma, Buchanan pone en podría decidir voluntariamente aceptar
cuestión uno de los conceptos elementa- alguna regla menos rigurosa para la deci-
les de la democracia representativa: la sión de cuestiones de menor importancia.
delegación de los asuntos de los ciudada- Por esa razón, cuestiones tales como el
nos en manos de políticos profesionales. respeto a la vida, la propiedad y otros
Precisamente, esta delegación hace que derechos individuales requerían del con-
las pensiones, la educación, la salud, las senso unánime, mientras que otro tipo de
relaciones laborales y también el medio decisiones menores podrían ser tomadas
ambiente queden a merced de decisiones con grados de consenso menores, y por
burocráticas en manos de políticos que no ende, con costos decisorios también me-
necesariamente se guían por el “bien nores.
común”.
Este principio llevó a Buchanan a tra-
Pero, ¿cuál es la alternativa a este pa- bajar en lo que hoy se conoce como Eco-
radigma? Buchanan, siguiendo a Wick- nomía Constitucional: “Mientras se tenga
sell, propone un cambio de reglas. Imagi- una constitución con la cual las personas
nemos que se presenta un proyecto públi- están en consenso básico, se puede procu-
co ¿Cómo estar seguros que amerita el rar ciertos resultados en términos de las
gasto? Buchanan afirma que “el costo lo reglas operativas que la constitución
amerita si los que se benefician pagan lo permite desarrollar. Desplazamos la nor-
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ma wickseliana [de la unanimidad] hacia mercado lo que considera los mejores


el nivel constitucional y argumentamos bienes y servicios, según sus necesidades,
que, de hecho, es más probable alcanzar elige también la comunidad “que mejor
un acuerdo a ese nivel por la sencilla satisface sus preferencias por bienes
razón de que las personas no conocen el públicos”.
impacto que una regla particular tendrá
sobre su interés personal identificable. Es Buchanan explica que en el proceso
más probable alcanzar un consenso entre de competencia entre los gobiernos loca-
más elevada sea la regla.” les, la posibilidad que presenta la opción
de “salida” limitaría las posibilidades de
La pregunta que surge entonces es: los gobiernos locales de explotar a sus
¿A qué nivel corresponde una decisión ciudadanos y empresas. Y destaca que no
acerca del grado de la gobernabilidad de resultaría necesario que esa opción sea
la organización social? Para algunos, ejercida por una gran parte de la pobla-
sobre todo economistas utilitaristas, se ción sino que los efectos se sentirían
requiere una aproximación caso a caso y igual con una proporción relativamente
un cuidadoso análisis empírico para me- pequeña de los mismos. Aún los ciudada-
dir los pros y contras de la centralización nos y empresas que nunca considerarían
y la descentralización, pese a que admiten trasladarse serían protegidos por la reco-
que la heterogeneidad de las preferencias nocida existencia de aquellos que margi-
e intereses individuales lleva a que las nalmente están dispuestos a hacerlo. En
distintas alternativas favorezcan o dañen este sentido, el federalismo y la descen-
determinados intereses, con lo cual resul- tralización servirían para limitar las posi-
ta difícil alcanzar conclusiones sin el bilidades de abuso tanto del gobierno
apoyo de juicios de valor. Esto es así federal como de los gobiernos locales, del
porque sus modelos llevan implícito un primero porque los recursos se encuen-
modelo político basado en un déspota tran repartidos entre distintos niveles de
benevolente y eficaz que persigue (y al- gobierno, de los segundos porque existe
canza) el bien común. Esto se articula la posibilidad de movilizarse. 4
principalmente en la denominada “fun-
ción de bienestar social”, el “bien En el campo monetario, Buchanan
común” que el déspota ilustrado habrá de cree que la expansión de la oferta mone-
perseguir. Otras escuelas económicas, taria no es un medio adecuado para redu-
particularmente la de la Escuela Austría- cir el déficit público. “Uno puede siempre
ca o el Public Choice, abandonan—como eliminar el déficit imprimiendo suficiente
dijimos—esa presunción de benevolencia dinero, pero esto es perverso”. Manifestó
reemplazándola con la indiferencia (o que el sistema de patrón oro, si pudiera
incluso con la malevolencia). 3 ser factible, sería lo mejor, e incluso pro-
puso una constitución monetaria. 5
Siguiendo con la aplicación de las
herramientas del análisis económico a la Galardonado con el Nobel de Eco-
política, Buchanan, tal como lo hiciera nomía de 1986 por sus trabajos en el área
Tiebout (1956) originalmente, también
asimiló el consumidor al votante quien, 4
de la misma forma en que elige en el Véase Brennan y Buchanan (1997 [1987]) y
Buchanan (1995/1996).
3 5
Véase Krause, Zanotti y Ravier (2007). Véase Tucker (1987).
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de Public Choice (elección pública), Bu- BIBLIOGRAFÍA


chanan publicó unos 300 artículos y 23
libros donde trató asuntos de finanzas
públicas, tópicos monetarios y de política Brennan, Geoffrey, y James M. Buchanan.
económica. 1997 [1987]. El poder fiscal, Ediciones
Folio, Barcelona.
Entre sus libros, el más influyente ha
sido The Calculus of Consent, que escri- Buchanan, James M. 1984 [1979]. “Política
bió junto a Gordon Tullock (Buchanan y sin romanticismos: Esbozo de una teoría
Tullock, 1980 [1962]), donde los autores positiva de la elección pública y de sus
implicancias normativas”, en Buchanan y
presentan un análisis económico de las
otros, El análisis económico de lo políti-
estructuras constitucionales, la mirada de co. Madrid: I.E.E.
un economista sobre los fenómenos polí-
ticos. ————. 1986. “The Public Choice Per-
spective”, en Liberty, Market and State:
Political Economy in the 1980´s. New
York: New York University Press.

————. 1995/1996. “Federalism and Indi-


vidual Sovereignty”, Cato Journal, 15
(Fall/Winter): 259-68.

————. 2001. Mi Peregrinaje Intelectual.


Conferencia dictada en la Universidad
Francisco Marroquín (19 de enero de
2001).

Buchanan, James M., y Gordon Tullock.


1980 [1962]. El cálculo del consenso.
Madrid: Espasa Calpe.

Krause, Martín, Gabriel Zanotti y Adrián


Ravier. 2007. Elementos de Economía
Política. Buenos Aires: Editorial La Ley..

Tiebout, Charles M. 1956. “A Pure Theory of


Local Expenditures”, Journal of Political
Economy, 64 (Oct): 416-24.

Tucker, Jefrrey. 1987. An Interview with


Laureate James Buchanan”, Austrian
Economics Newsletter, 9 (Fall) (mis-
es.org/journals/aen/aen9_1_1.asp).

Tullock, Gordon. 1997. “El desarrollo del


gobierno”, Libertas, No. 27 (Octubre):
19-40.

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