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Decanato de Estudios de Post grado
Maestría en Administración Gcia. Mercadeo
Comportamiento del Consumidor
Los 7 Detonadores de La
Persuasión
Basado en el Best Seller “The 7 Triggers to Yes” de Russell H. Granger
Edgar Peña Sanabria
Comportamiento del Consumidor
Prof. Carlos Rosales
Junio, 2010
Los 7 Detonadores de la Persuasión
(Basado en el Best Seller “7 Triggers to YES de Russell Granger)
Los individuos, empresas u organizaciones de hoy, desde las más simples hasta las más
variadas, sitúan sus campos de batalla en un “terreno” mucho más complejo e intrincado, cuyo
acceso requiere no solo de un gran entendimiento, sino de una gran habilidad para poder
acceder y dominar con el objeto de “ganar la batalla”.
Recientes investigaciones llevadas a cabo por el Dr. David Geary, director de investigación de
ciencias psicosociales en la Universidad de Missouri y publicadas en la revista Human Nature
de junio de 2009, explican que este importante órgano, ha triplicado su tamaño en los últimos
dos mil años, como resultado de un proceso evolutivo en el que la competitividad social como
elemento de la presión demográfica, ha sido un importante factor. Estos trabajos, similarmente
se vinculan con los hallazgos de la Universidad de Londres, en la cual se estableció que la
razón de la aparición de la conducta humana moderna se debió a la densidad poblacional y el
impacto de las intensas interacciones humanas que nos hacen una especie única en el planeta.
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El Cerebro, es el órgano rector de las actividades de nuestro sistema nervioso y responsable de
todo lo que percibimos y hace nuestro organismo, ya sea de manera voluntaria o involuntaria.
Fue descrito por el Dr. Paul McLean, (1990) ex-director del Laboratorio del Comportamiento y
Evolución del Cerebro del Instituto Nacional de Salud Mental de Bethesda, MD, como un órgano
con tres estructuras separadas e interconectadas, llamadas, cerebro reptiliano, cerebro
mamífero o límbico y el cerebro neocortex o neo mamífero. Éstas rodean en su conjunto a una
estructura menor pero de gran importancia denominada la Amígdala, encargada de las
respuestas a través de dos rutas de decisiones, las emocionales por una ruta corta o
automática y; las respuestas razonadas, por una ruta analítica o de evaluación cognitiva.
Cada uno cumple funciones bien delimitadas y que podemos enmarcar consecutivamente en
los procesos de Actuar, Sentir y Pensar. Su conocimiento facilita el proceso de comunicación e
interrelación entre los seres humanos, y su comprensión permite deducir bajo la atención de
qué estructura del cerebro (Reptil, Mamífero, Neocortex) los seres humanos estamos
percibiendo los estímulos y de esta manera advertir determinadas reacciones de modo
voluntario.
Similarmente, el Dr. Roger Sperry (1974), ordenó al cerebro en dos (2) hemisferios, derecho e
izquierdo, destacando la existencia de dos formas separadas de conciencia, identificando
funciones para cada hemisferio, asociándose el hemisferio izquierdo al razonamiento lógico,
funciones de análisis y síntesis y; el hemisferio derecho, a procesos asociativos, creativos e
imaginativos, que permite ver globalidades y establecer relaciones espaciales.
La Influencia y su papel
La Influencia, fue descrita en tiempos ancestrales por Platón y Aristóteles, como Ethos o
autoridad devenida de la experiencia, el conocimiento y la credibilidad; Logos o lógica, basada
en los hechos, la evaluación cognitiva, la razón y; Phatos o emociones, donde los sentimientos
implican las acciones.
En este orden de ideas, encuestas dirigidas por la American Management Association, sobre
herramientas efectivas para influir sobre otros, arrojan en sus resultados que las dos (2) más
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importantes herramientas para el Management son a) habilidades de comunicación y b)
habilidad para motivar e inspirar a otros.
En definitiva, para Rusell (2008) la Persuasión es “motivar a que alguien haga algo que no haría
sino se lo pides” y considerando esta definición y lo que en el mundo de los negocios se tiene
como premisa, es que nuestros prospectos, clientes y/o consumidores sean persuadidos y
motivados por nuestras promesas básicas, se involucren de manera voluntaria con nosotros en
una experiencia de valor y beneficio mutuo, salvaguardando la permanencia.
Rusell Granger, propone siete (7) detonadores, elementos que impulsan e incitan a nuestro
cerebro a reaccionar basado en sentimientos más que en razonamientos, a tomar decisiones en
pro de un interés en particular.
Estos son considerados parte del sistema de navegación del cerebro que reducen el dolor y el
estrés del arduo trabajo de la actividad mental.
Los siete detonadores se listan a continuación: Amistad, Autoridad, Consistencia, Reciprocidad,
Contraste, Por Qué y Esperanza.
Describiremos brevemente en que consisten y su impacto en el relacionamiento con clientes y
consumidores así como sugerencias para impulsarlo o activarlos.
Amistad
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Autoridad
Consistencia
El secreto de activar este detonador es identificar con que es nuestro cliente o consumidor
consistente. Existen múltiples elementos a los cuales este puede ser consistente tales como el
estatus social, sus hábitos, afiliación política, lo que ha escrito o piensa, sus negocios, sus
logros, cómo ha decidido antes, etc.
Prestar atención a estos aspectos permite garantizar la consistencia, dado que los seres
humanos somos esclavos de la consistencia y actuamos de manera similar (automática) muy
frecuentemente, y es de gran utilidad, que en las comunicaciones dirigidas a nuestra audiencia
(consumidores y clientes), enfaticemos la consonancia con la que por principio se actúa.
Reciprocidad
Considerado uno de los mas sencillos de implementar y uno de los mas poderosos. Las
personas están siempre abiertas a dar de vuelta lo que reciben. Si las personas reciben
obsequios, atenciones, o sencillamente buen trato estarán abiertas a brindar lo mismo en
reciprocidad. Detonarlo requiere astucia, inteligencia e innovación además de un alto sentido de
oportunidad y de proporcionalidad.
Contraste
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tangibles de tu alternativa o propuesta para ofrecerlos prudentemente al momento de alguna
objeción.
Por Qué
Una buena razón marca la diferencia. Las personas se sienten atraídas por evaluaciones
racionales, es por ello que se debe sustentar la propuesta con argumentaciones razonadas y
explicativas de las diferencias e impacto de las decisiones y de cómo estas aportaran
soluciones y beneficios a los consumidores y/o clientes. Tener a mano elementos como costos,
validez de ofertas, etc., resultan de gran utilidad para respaldar las repuestas.
Esperanza
Es una combinación de deseos y expectativas. Resultará conveniente identificar cuales son las
expectativas que los consumidores tienen. Para lograrlo es necesario preguntarles e invitarles a
participar activamente y así poder obtener la mayor información posible sobre cuales son sus
necesidades y deseos, entendiendo que las primeras son limitadas y los segundos ilimitados y
dejar claro hasta donde tendremos una opción para alcanzar su satisfacción. Entre los
detonadores de la esperanza, se encuentran la salud, alegría, más tiempo, independencia,
metas y ambiciones, reducir riesgos y problemas, entre otros.
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