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psiquiatría laboraL
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epidemiologí A
Según las conclusiones de la Jornada servadoras en las que hay poca toleran-
sobre Mobbing, celebrada en Barcelona cia a la diversidad y fuertes vínculos
en el año 2000, se estimaba que la entre sus miembros. Son instituciones que
población afectada por este fenómeno consideran el poder y el control como
en el continente europeo alcanzaba los valores prioritarios sobre la productivi-
12 millones de personas, con una inci- dad y la eficacia (Fornés, 2001). Aunque
dencia ligeramente superior en mujeres su presencia no excluye ninguna entidad
(9 frente al 7 % en hombres). En España, pública o privada, esta presión psicoló-
el último informe de la Fundación gica se considera más sólidamente insta-
Europea para la Mejora de las Condi- lada y, por lo tanto, más probable, en la
ciones de Trabajo (2001) estimaba que Administración del Estado (escuelas, uni-
alrededor de 750.000 personas estaban versidades, fuerzas armadas, etc.), hos-
padeciendo acoso psicológico en su tra- pitales, sector inmobiliario, banca e inclu-
bajo. Estimación muy benévola si se so algunas ONG (González de Rivera,
compara con los datos derivados del 2000; Díaz, 2000).
Quinto Informe Cisneros desarrollado
por Piñuel en la Universidad de Alcalá, Según el estudio de Piñuel (2001), los
que hallaba que más de 1,5 millones de acosadores suelen ser personas con
personas en España son víctimas de posiciones jerárquicas superiores res-
acoso laboral, lo que supone un 15 % de pecto a los acosados hasta en el 46 %
la población en activo. de los casos, aunque no es infrecuente
que las agresiones se lleven a cabo
Esta problemática se ha descrito en insti- por compañeros del mismo nivel hasta
tuciones altamente reglamentadas y con- en el 44 % de los casos.
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3. Proceso utilizado por el Acumular testigos del supuesto acoso por parte del
falso mobbing acusador
Conseguir una baja con diagnóstico de mobbing, que
constará ya en los documentos oficiales y se converti-
rá en uno de los principales elementos del juicio
los protagonista S
la figura del acosadoR le tener un objetivo definido: acceder al
poder o mantenerse en él, para lo cual
Es importante empezar recordando que usará cualquier medio o bien ocultará su
un acosador puede existir en cualquier incompetencia. La psicología ha descrito
ámbito de la vida, aunque en este caso a estas personas como «perversas nar-
se trata del campo de las organizacio- cisistas» o «psicóticos sin síntomas»
nes laborales. Independientemente del (Hirigoyen, 1999). El perverso narcisista
ámbito que se trate, el perfil del acosa- podría ser descrito como una persona
dor suele ser muy concreto y posee unos con un gran vacío interior que sólo se
fuertes rasgos de personalidad, inclu- encuentra a sí mismo cuando se mira en
yendo, según diversos autores, entre el espejo del otro, por este motivo inten-
otras, las siguientes características: nar- tará conectarse al otro y sorber su vida.
cisismo, impulsividad, mediocridad pro-
fesional, ineptitud e inseguridad y au- Field (1996) realizó en su libro Bully in
sencia de culpa, que a continuación se sight, una descripción más minuciosa
irán desglosando. de los rasgos que delatan a un acosa-
dor, al que considera un «intimidador
El «acosador institucional», como los ha en serie». La síntesis de estas caracte-
llamado González de Rivera (2001), sue- rísticas se recoge en la tabla 4.
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Otros investigadores, como Piñuel Sin embargo, otros autores como
(2001), apuntan que se pueden dis- Matthiesen y Einarsen (2001) han apun-
tinguir tres tipos de comportamientos tado que, a pesar de que la afirmación
patológicos en los acosadores, y que previa puede ser cierta, los datos de su
éstos serían los que les llevarían a estudio indican que algunas víctimas de
hostigar a sus víctimas. Estos tres mobbing son más sensibles a éste o reac-
tipos de trastornos se recogen en la cionan de un modo más dramático que
tabla 5. otras ante situaciones de acoso. Esto ven-
dría a confirmar la diversidad con que
la figura del acosadO las personas, incluso las víctimas de aco-
so, pueden reaccionar ante los conflictos
Al hablar de mobbing y no de los con- interpersonales y ante el escalamiento
flictos normales derivados de la diná- del conflicto en el trabajo (Medina et al.,
mica cotidiana del ambiente laboral, 2002; Zapf y Gross, 2001). De esta
autores como Leymann (1996) han forma, muchas de las personas que se
indicado que la personalidad del aco- han identificado como víctimas de acoso
sado resulta irrelevante para que se psicológico en el trabajo son personas
desencadene la situación de acoso. sensibles y vulnerables, y este hecho
Hoy por hoy, siguen sin existir eviden- puede haber influido en la elección de
cias para afirmar que existan trabaja- sujeto-objeto del acoso.
dores que, debido a sus características
personales, puedan ser etiquetados González de Rivera (2002) clasifica a
como víctimas propiciatorias. los sujetos con riesgo de padecer mob-
acoso labora
estrés L en el trabajo o mobbinG
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tablA 6 SUJETOS CON RIESGO DE PADECER MOBBING
Envidiables Vulnerables Amenazantes
Personas brillantes y Personas con alguna Personas activas, eficaces
atractivas, con su mera peculiaridad o defecto o y trabajadoras, que
presencia amenazan simplemente necesitados ponen en evidencia lo
los sentimientos de supe- de afecto y aprobación establecido y pretenden
rioridad del Estas personas presentan implantar reformas
acosador rasgos de debilidad o Aquí suelen ser los
Son personas de éxito y, de dependencia que compañeros (no tanto
como el acosador es «disparan» los rasgos los jefes) los acosadores,
mediocre, «no soporta la sádicos del acosador ya que no soportan la
comparación» (puede ser superior o igual) eficacia de la víctima
(generalmente un superior)
De Piñuel, 2001.
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muchas de las situaciones de acoso siendo capaz de explicarse el motivo de
que relatan las víctimas: esta situación, pero habitualmente no
actúa contra la empresa, confiando en
1. Aparición de algún incidente crítico. que tarde o temprano la presión pasa-
2. Persecución sistemática. rá y contará con la buscada integración
3. Intervención de los superiores. en el proyecto de la organización.
4. Abandono del trabajo.
Si el acoso continúa, la persona comien-
En cuanto a la persona objeto del za a preguntarse en qué ha fallado, refle-
acoso, este continuo conflicto en el que xiona sobre sus propios errores e insiste
se ve inmersa atraviesa también cuatro reiterativamente en el análisis de éstos. La
fases muy enlazadas y vivenciadas, excesiva preocupación suele producir tras-
con una elevada carga de sentimientos tornos del sueño e ideación recurrente en
de impotencia, que conduce en muchos muchas de estas personas. En este punto
casos a poner en peligro su salud, tanto se pueden producir los primeros síntomas
física como psicológica, llegando en de ansiedad en relación con el manteni-
casos extremos, como se verá más ade- miento del estatus laboral y algunas alte-
lante, a un final autolesivo con conse- raciones de los hábitos alimentarios.
cuencias irreparables para la víctima.
La víctima se encuentra en un impasse,
Si bien Leymann (1996) ha analizado buscando la manera de resolver el pro-
al objeto de hostigamiento como una blema sin que se vea perjudicado su
víctima aislada, diversos estudios han puesto de trabajo o su estatus laboral.
demostrado que sólo una minoría de Para ello tiende a recurrir a sus relacio-
afectados confiesa haber sido objeto nes más cercanas, esperando la ayuda
de acoso individualmente, ya que la necesaria y encontrando incomprensión
mayoría suele informar de que han o falta de contribución para resolver el
compartido su experiencia con algu- problema. En este momento se encuen-
nos de sus compañeros, e incluso en tra aislada ante el acosador y ante su
algunos casos aislados, con todo su responsabilidad con la organización
grupo de trabajo (Hoel et al., 2001). laboral.
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puesto de trabajo con el agravante de su oficio o profesión en dicha organiza-
una enfermedad añadida. ción, puede considerar que ya es tarde
para volver a empezar un nuevo rumbo
cuarta fase: la huidA profesional y su carrera tiende a concluir
Tanto la presión como el progresivo dete- en un amarga prejubilación. En el caso
rioro del acosado pueden llegar a hacer de las personas más jóvenes, siguen
insostenible su presencia en el entorno soportando la presión durante algún
laboral. La simple idea de volver al tra- tiempo hasta que su trabajo se vuelve
bajo después de una baja médica tiende puramente instrumental y se mantienen
a convertirse en algo terrorífico. La vícti- en la organización de una manera buro-
ma suele optar ya, cada vez con más crática, en tanto les llega una oportuni-
seguridad, por buscar soluciones fuera dad para poder marcharse, lo que no es
de la organización a la que pertenece. del todo frecuente dadas las precarias
En el caso de que su historial laboral condiciones de salud de las que suelen
refleje una dedicación de muchos años a ser víctimas.
consecuencias físicas
y psicológicas del acoso en las víctima S
En definitiva, las múltiples modalidades bipolar, depresión y ansiedad (Agust
de aplicación del acoso psicológico en el y Beas, 2001; González de Rivera,
trabajo, si se mantienen de forma soste- 2001; Piles de la Fuente, 2001).
nida en el tiempo, sobre una persona o Conductas antisociales: tendencias
grupo de personas que no tienen los a adicciones relacionadas con el
recursos suficientes para hacerles frente consumo de drogas, de tabaco y
amortiguando sus influencias, pueden abuso de alcohol (Cervera et al.,
llegar a deteriorar su salud con manifes- 2001; González y Ramírez, 2001).
taciones de diversos síntomas como con- Afecciones fisiológicas, como hiper-
ductas de evitación, ideación recurrente, tensión, trastornos dermatológicos,
desarrollo de fobias, alteraciones del alteraciones digestivas y cierta pro-
sueño, etc. (Barón et al., 2003). pensión a incluir al sujeto en grupos
de riesgo de accidentes vasculares
Efectivamente, la investigación llevada y coronarios (Bruziches y Rinaldi,
a cabo en este ámbito ha demostrado 2000; D’Elia, 1997; Leymann,
la aparición de diferentes afecciones 1997).
patológicas asociadas a situaciones de Especial atención merecen las con-
mobbing, como las siguientes: ductas autolesivas como los conflictos
familiares, divorcios e incluso suici-
Alteraciones del estado de ánimo, dios (Leymann, 1997). De hecho, en
como el trastorno obsesivo, trastorno Suecia, país pionero en el estudio del
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Numerosas investigaciones relacionan el relevantes se pueden concretar en los
mantenimiento del estrés en el tiempo con siguientes aspectos:
la aparición de síntomas físicos, como se
resume en la tabla 9, a partir de lo des- Pérdida del potencial profesional para
crito por autores como Piñuel (2001) y la las organizaciones.
propia casuística de los autores. Daño difícil de reparar para la salud
física y mental de la víctima.
En resumen, se trata de situaciones Probable deterioro de sus relaciones
laborales que se caracterizan por los personales y familiares.
elevados costes humanos, económicos Elevado coste de asistencia sanitaria y
y sociales, y cuyos indicadores más de pensiones asociadas.
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nir o tratar el acoso psicológico en el relacionados con el agente que ejerce
trabajo serán diferentes en cada caso el acoso, la víctima que lo padece y el
y dependerán de las características entorno organizacional en el que se
que se combinan entre los factores produce (Barón et al., 2003).
diagnóstico psiquiátrico
y tratamiento farmacológico del mobbin G
Desde el punto de vista práctico del debido a la frecuencia con que
médico de familia, del psiquiatra o de estos pacientes desarrollan cuadros
cualquier otro profesional que trate este depresivos y/o de trastorno de
tipo de cuadros, debe tenerse un extremo estrés postraumático, se recomien-
cuidado en no diagnosticar al paciente da tratarlos siempre con antidepre-
como mobbing, ya que éste es un con- sivos, bien sea serotoninérgicos o
cepto laboral y legal, y sólo puede ser duales. La duración es la habitual
ratificado por el juez o por un experto en en casos de depresión.
prevención de riesgos laborales. El médi- Tratamiento psicológico: a menudo
co o el psicólogo deben diagnosticar no es imprescindible la remisión a
exclusivamente el cuadro psicológico salud mental y el paciente puede
resultante, que habitualmente es, en el ser controlado desde atención pri-
Eje I, un trastorno adaptativo (con ánimo maria. Casi siempre suele ser
depresivo, ansioso o mixto), un trastorno necesario que el paciente relate su
de ansiedad o un trastorno depresivo. experiencia por la función curativa
Puede especificarse, además, en el Eje V, de la catarsis. Si es posible, resul-
la existencia de «problemática laboral» ta útil la agrupación de estos
pero no de mobbing. pacientes, en cuyas reuniones rela-
tan su experiencia y cuentan con
En cuanto al tratamiento, se recomien- todos los factores curativos de los
da asociar: grupos que se resumen en la tabla
11. Las asociaciones de pacientes
Tratamiento farmacológico: aunque también son un recurso importante
predominen síntomas de ansiedad, que se debe tener en cuenta.
(Continúa)
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Las propuestas que hacen todos los para conseguir el adecuado tratamien-
expertos en la materia se dirigen hacia to institucional, organizacional e inclu-
su consideración normativa, esto es, su so regulador de las conductas indivi-
tipificación como delito en el Código duales en el mobbing (Barón, 2003).
Penal, su inclusión como riesgo que se
debe prevenir en la Ley de Prevención Desde un análisis prospectivo de la
de Riesgos Laborales y su reconoci- situación, se vislumbran en un futuro
miento en la Ley de Seguridad Social próximo dos enfoques para el aborda-
como enfermedad profesional. je del problema. Uno como análisis
macro, que se concretaría en el abor-
Dichas pautas legales proveerían de daje de la organización laboral y otro
un medio disuasorio, preventivo e como de análisis micro, que engloba-
incluso paliativo y curativo, siendo esta ría el tratamiento del problema de la
ordenación legal la mejor herramienta víctima de acoso.
conclusione S
El acoso psicológico en el trabajo o deja sin apoyo a la mayoría de los
mobbing es un problema de compleja trabajadores, que prefieren abando-
solución por varios motivos: nar su puesto de trabajo antes que
pasar un nuevo calvario de justifica-
En primer lugar, porque es difícil ciones y enfrentamientos con directi-
aportar datos que justifiquen la agre- vos o, en último extremo, con la ley
sión psicológica, ya que ésta no suele (Fornés, 2001).
dejar huellas objetivas, a pesar de
que sus consecuencias puedan ser La intervención eficaz del afrontamien-
más nefastas que las producidas por to del mobbing debe partir de un ade-
un maltrato físico. cuado ordenamiento en el marco jurí-
En segundo lugar, porque sería nece- dico, aunque en cualquier caso este
sario sensibilizar al resto del grupo amparo en el ámbito jurídico requiere
para que entendiera el problema y ir acompañado de una terapia psicoló-
dejara de ejercer de cómplice, cosa gica que fortalezca las bases de auto-
que tampoco es fácil, ya que muchas estima e identidad de la persona y que
personas no están dispuestas a le ayude a recuperar las emociones
renunciar a ciertos beneficios secun- positivas vinculadas a la percepción de
darios que obtienen al mantener esta autoeficacia (Cisneros et al., 2000).
postura.
Finalmente, la carencia de una legis- El mobbing no es un juego patológico
lación que contemple este problema en el que el fracaso de uno permite la
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