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C A P Í T U L O 2 8

VARÓN DE 42 AÑOS CON

FIEBRE, DOLOR ABDOMINAL
Y DIARREA SANGUINOLENTA
DE 1 MES DE EVOLUCIÓN

CASO CLÍNICO

Varón de 42 años, sin antecedentes medicoquirúrgicos de inte-

rés, que acudió al servicio de urgencias en abril del 2003 por un cua-
dro de 1 mes de evolución consistente en 15 deposiciones líquidas
al día (3 de aparición nocturna) acompañadas de sangre en modera-
da cuantía e importante sensación de tenesmo rectal. Presentaba
dolor abdominal hipogástrico de tipo retortijón e intensidad leve, y
fiebre mantenida de hasta 39 °C. Su ritmo intestinal habitual era de
1 deposición diaria sin productos patológicos. No había realizado
viajes al extranjero en los últimos meses, ni refería ingesta de pro-
ductos en mal estado; su entorno familiar no presentaba sintomato-
logía similar. Como único antecedente epidemiológico de interés
destacaba el abandono del hábito del tabaco 3 meses antes. Nunca
había presentado posibles manifestaciones extraintestinales de
enfermedad inflamatoria intestinal (EII) ni tenía familiares diagnosti-
cados de esta enfermedad.
Acudió primeramente al médico de atención primaria, el cual,
ante la sospecha de una gastroenteritis enteroinvasiva, inició trata-
miento empírico con ciprofloxacino 500 mg/12 h durante 1 semana,
E. PALACIOS LÁZARO sin clara mejoría sintomática.
M. VÁZQUEZ ROMERO La exploración física realizada en el servicio de urgencias fue nor-
mal, a excepción de un discreto dolor abdominal hipogástrico sin
A. LÓPEZ SAN ROMÁN
datos de irritación peritoneal. El tacto rectal tampoco evidenció alte-
V. F. MOREIRA VICENTE
raciones.
Se realizó una analítica elemental (bioquímica, hemograma y
hemostasia) en la que destacaba: Hb 11,8 g/dl; volumen corpuscular
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260 Varón de 42 años con fiebre, dolor abdominal y diarrea sanguinolenta…
medio (VCM) 80,3 fl; leucocitos 17 ⫻ 103/µl (78 %
de neutrófilos), fibrinógeno 595,9 mg/dl y proteí-
na C reactiva 26,20 mg/dl.
Para descartar una posible etiología infeccio-
sa como agente causal, se realizaron hemoculti-
vos, coprocultivos, parásitos en heces y toxina
de Clostridium difficile, que fueron negativos. La
radiografía de abdomen no aportó información
adicional.
Una semana más tarde se le realizó una colo-
noscopia izquierda (se visualizó hasta el ángulo
esplénico) que evidenció una mucosa deslustra-
da de forma continua con pérdida del patrón vas-
cular, presencia de múltiples lesiones petequiales
y gran friabilidad al roce del endoscopio. El recto
estaba preservado.
Se tomaron biopsias a varios niveles, que
demostraron edema e intensa infiltración inflama-
toria crónica difusa y, en menor grado, aguda,
con criptitis pero sin presencia de abscesos críp-
ticos, sin distorsión arquitectural ni afectación
transmural. La imagen sugirió al patólogo una
colitis infecciosa, aunque no podía descartar que
se tratara de un brote inicial de colitis ulcerosa.
En la unidad de endoscopia, dadas las altera-
ciones macroscópicas visualizadas, se decidió
iniciar tratamiento empírico con corticoides en
dosis plenas (1 mg/kg/día), además de calcio y
vitamina D oral, con resolución completa del cua-
dro.
FIG. 1. Ulceras serpinginosas en yeyuno. Realizada en
el Hospital Clínico. Madrid.
El paciente fue valorado 10 días más tarde en
la consulta monográfica de EII, donde se solicita-
ron niveles de tiopurina metiltransferasa (TPMT)
que fueron de 28,8 U/ml. En junio de 2003 se
repitió una colonoscopia, que visualizó hasta el
colon transverso y en la que el aspecto macros-
cópico de la mucosa fue normal, así como el
estudio histológico de las biopsias tomadas a
distintos niveles. Ante los hallazgos descritos y la
buena evolución clínica, se indicó al paciente que
continuara con dosis descendentes de corticoi-
des y suplementos de calcio y vitamina D, hasta
suspender el tratamiento.
Tres meses después de finalizarlo (octubre de
2003) fue ingresado en otro hospital de la comu-
nidad por un cuadro de diarrea sanguinolenta y
afectación importante del estado general. En
dicho centro se realizó una nueva rectosigmoi-
doscopia que mostró lesiones ulceradas de
sigma medio y descendente, con presencia de
una estenosis en sigma alto que no impedía el
paso del endoscopio; pero las biopsias obtenidas
no fueron concluyentes. También realizaron un
tránsito gastrointestinal (TGI) que fue informado
como normal.
El paciente volvió a las consultas monográfi-
cas de EII en diciembre de 2004, desde donde se
solicitó, ya que continuaba con el diagnóstico de
colitis indeterminada, un estudio mediante cáp-
sula endoscópica (realizado en el Hospital Clínico
FIG. 2. Úlcera lineal en íleon terminal. Realizada en el
Hospital Clínico. Madrid.
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E. Palacios Lázaro, M. Vázquez Romero, A. López San Román y V. F. Moreira Vicente
de Madrid) con los siguientes hallazgos: existen-
cia de múltiples erosiones en yeyuno e íleon, así
como presencia de varias úlceras serpinginosas
recubiertas por fibrina y rodeadas de un halo
hiperémico a lo largo de todo el intestino delga-
do; todo ello era compatible con enfermedad de
Crohn.
Con el muy probable diagnóstico de enferme-
dad de Crohn (clínica del paciente, mejoría con el
tratamiento esteroideo y hallazgos en el estudio
con cápsula endoscópica) se inició un nuevo
ciclo de esteroides en pauta descendente y, en
mayo de 2005, el paciente se encontraba asinto-
mático, con tratamiento de mantenimiento con
5-ASA.
DIAGNÓSTICO DEFINITIVO
– Enfermedad de Crohn (fenotipo A2 L3 B1.
Clasificación de Montreal).
– Diagnóstico mediante cápsula endoscópica.
COMENTARIOS
CÁPSULA ENDOSCÓPICA (CE)
INTRODUCCIÓN [1]
El estudio del intestino delgado (ID) ha sido
muy laborioso debido a su difícil accesibilidad.
Históricamente, los estudios radiológicos con
contraste baritado eran la única técnica disponi-
ble para la evaluación de la mucosa y la morfolo-
gía del yeyuno e íleon. Posteriormente, tras la
aparición de la enteroclisis, se consiguieron
mejores imágenes y el diagnóstico de lesiones de
menor tamaño.
Con la utilización de la endoscopia, el ID se
estudió inicialmente con endoscopios convencio-
nales y fue posible la valoración de los últimos
centímetros del íleon con el colonoscopio, hasta
el ángulo de Treitz, con un endoscopio alto o
incluso se exploró parte del yeyuno proximal con
los colonoscopios pediátricos.
En la década de 1980 aparecieron los ente-
roscopios lastrados, que se abandonaron por
ofrecer resultados muy limitados en el diagnósti-
co y no disponer de capacidad terapéutica. En
261
1993 apareció la videoenteroscopia oral de pul-
sión (EOP), que permitió la toma de biopsias y el
tratamiento de las lesiones, aunque en escasas
ocasiones se pudo explorar más de 80 cm de ID.
La reciente aparición de la CE permite la
completa valoración del ID y el hallazgo de lesio-
nes que difícilmente podrían visualizarse con las
técnicas convencionales. La CE actual se basa
en la tecnología desarrollada por el ingeniero
Gabriel Iddan en 1981, pero hasta el año 2001 no
se obtuvo la aprobación para su empleo.
FUNDAMENTOS
Se trata de una técnica no invasiva que
explora el ID mediante una cámara de vídeo des-
echable (cápsula M2A) que graba dos imágenes
por segundo desde la luz del ID (fotogramas)
durante unas 7 a 8 horas, con un sistema que
transfiere el vídeo a un ordenador con un softwa-
re especial para el estudio de las imágenes obte-
nidas [2].
La cápsula se encuentra empaquetada con
un sistema de imán que impide su activación
hasta su apertura. Su peso es de 3,7 g, mide
26 mm de largo y 11 mm de ancho, el ángulo de
visión es de 140° y la magnificación es de 1:8;
no se pueden visualizar imágenes inferiores a
0,1 mm [3].
La grabadora tiene una memoria de unos
9 GB y una capacidad para almacenar unas
50.000 imágenes en color, que se descargan en
un ordenador para ser visualizadas [4].
El equipo consta también de una batería,
8 antenas que se colocan en el abdomen del
paciente y que están conectadas a la grabadora,
así como un cinturón para alojar todo el sistema
unido [2].
Se precisa conocer la talla, el perímetro abdo-
minal y el peso del paciente e introducir estos
datos en el ordenador para la correcta localiza-
ción de la cápsula en el ID [5].
PREPARACIÓN
El paciente debe permanecer en ayunas al
menos las 8 horas previas a la exploración, aun-
que puede recomendarse una dieta sin residuos
los días previos. De forma generalizada, no es
imprescindible la toma de soluciones evacuan-
tes, aunque existen estudios que recomiendan la
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262 Varón de 42 años con fiebre, dolor abdominal y diarrea sanguinolenta…
preparación intestinal, por haber demostrado
mejor calidad en las imágenes obtenidas [6]. En
ocasiones se recomienda ingerir 2 litros de polie-
tinelglicol si es importante la valoración del íleon
terminal o del colon derecho [7].
La cápsula se moviliza por la propia peristal-
sis intestinal del paciente [4], por lo que, en los
casos en los que existan alteraciones en el vacia-
miento gástrico, puede administrarse eritromicina
como procinético (200 mg vía oral), aunque pare-
ce que también alarga el tiempo de tránsito intes-
tinal [8].
No se ha demostrado que la preparación
intestinal ni la toma de procinéticos aumente la
fiabilidad diagnóstica y, aunque se cree que los
procinéticos pueden asegurar un mayor número
de exploraciones con valoración completa del ID,
se deben realizar más estudios para generalizar
su empleo [9].
Tras la ingesta de la CE se podrán tomar líqui-
dos de forma inmediata y se deberá esperar
3 horas para iniciar la ingesta de sólidos [2].
SISTEMÁTICA EN SU EMPLEO
Tras la obtención del consentimiento informa-
do, se fijan unos parches por todo el abdomen
del paciente, que son las antenas que captarán
las imágenes emitidas y que servirán para la
correcta localización de la cápsula, con un mar-
gen de error de unos 4 cm. Estas antenas se
conectarán a un sistema de grabadora con bate-
ría que se aloja en un cinturón colocado al
paciente [10]. A continuación se abre la cápsula,
se desimanta y comienza a funcionar su batería;
se espera unos segundos y se acerca a la graba-
dora para comprobar que parpadea. El paciente
traga la cápsula con la luz hacia la boca y con
ayuda de agua; en algunos niños y ancianos es
necesario introducirla mediante endoscopia [5].
A las 8 horas se retira el equipo y se espera a
la eliminación fecal. Se tardan unas 2 a 3 horas en
descargar las imágenes al ordenador [4] y serán
interpretadas por endoscopistas, que suelen tar-
dar entre 45 y 90 minutos en función de su expe-
riencia, concentración y número de lesiones
observadas [3].
El esófago y el estómago se visualizan mal, ya
que la cápsula pasa enseguida al antro, donde
queda retenida aproximadamente 1 hora; el pílo-
ro se identifica en la mayor parte de los casos,
pasando el bulbo y el duodeno con gran rapidez.
El tránsito por el intestino delgado tiene una dura-
ción aproximada de 4 horas; se observan varias
contracciones convergentes al llegar a la válvula
ileocecal y un aumento brusco de la luz en su
paso al ciego [5]. En función de la preparación, el
tiempo de tránsito y la duración de la batería, se
podrá visualizar el colon derecho e incluso su
paso por el ano. Tras 24-48 horas la cápsula se
expulsa con la deposición [2].
NORMAS DURANTE LA EXPLORACIÓN
El paciente no deberá acercarse a aparatos
que emitan interferencias con la cápsula (reso-
nancia magnética [RM] y algunos detectores de
robos). Debe intentar deambular y anotar en un
diario la sintomatología observada durante la
prueba [4]. Hay que evitar la ingestión de antiáci-
dos, sucralfato y hierro, ya que pueden oscurecer
la visión, así como fármacos que disminuyen la
motilidad intestinal; no existe contraindicación
para la toma de antiagregantes ni anticoagulan-
tes [11].
INDICACIONES
En la actualidad, las indicaciones para el
empleo de la CE se están modificando a medida
que se conoce su potencial diagnóstico para las
enfermedades del ID; se pueden dividir en indica-
ciones incontrovertibles, posibles y en fase de
investigación [12].
Indicaciones incontrovertibles
La hemorragia digestiva de origen oscuro es
la principal indicación para el uso de la CE, ya
que, tras los métodos endoscópicos, radiológi-
cos e isotópicos clásicos, la hemorragia perma-
nece sin diagnosticar hasta en un 15 % de los
casos. Por otra parte, su empleo es coste-efecti-
vo bajo esta indicación [4].
La CE ha demostrado su superioridad diag-
nóstica frente a la enteroscopia (75 y 32 %, res-
pectivamente) [13], pero no permite el tratamien-
to de las lesiones y presenta peor calidad en las
imágenes por no disponer de un dispositivo de
lavado, ni permite revaluar las posibles lesiones
que son, por lo tanto, técnicas complementarias
[7]. Si la alteración observada mediante CE se
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E. Palacios Lázaro, M. Vázquez Romero, A. López San Román y V. F. Moreira Vicente 263

encuentra a menos de 1 hora del píloro, será
accesible por enteroscopia. Ha demostrado tam-
bién su superioridad frente a estudios radiológi-
cos del ID [14]. Recientemente se ha realizado un
estudio para evaluar la utilidad de la CE frente a
la enteroscopia intraoperatoria (Hartmann D y
cols. Gastrointest Endosc 2005; 61: 826-832) que
ha demostrado su gran sensibilidad y especifici-
dad en los pacientes con hemorragia digestiva
alta de origen oscuro.
Tiene una tasa diagnóstica, tras la evaluación
de distintos estudios, próxima al 65 %, aunque
todavía está por definir qué lesiones de las obser-
vadas son las responsables del sangrado [10].
Presenta una sensibilidad del 88,9 %, una espe-
cificidad del 95 %, un valor predictivo positivo
(VPP) del 94,45 % y un valor predictivo negativo
(VPN) cercano al 100 % para el diagnóstico de
esta patología [12].
La CE se deberá indicar tras la realización de
una endoscopia digestiva alta y baja sin altera-
ciones, que podrán repetirse por endoscopistas
expertos si existen dudas en la valoración endos-
cópica inicial. La realización previa de una tomo-
grafía computarizada (TC) estará indicada si exis-
te sospecha de una estenosis intestinal o de un
tumor del ID. Se deberá pensar en la existencia
de un divertículo de Meckel en los pacientes
menores de 25 años y descartar, en las mujeres,
un posible origen ginecológico antes de iniciar un
estudio equivocado [7]. Actualmente, la enteros-
copia de doble balón, que permite la toma de
biopsias y la terapia endoscópica, puede consi-
derarse una técnica complementaria a la CE en el
estudio de la patología del ID (Gerson LB y cols.
Gastrointest Endosc 2005; 62: 71-75).
En la figura 3 se muestra un algoritmo de con-
trol de la CE para la evaluación de la hemorragia
digestiva de origen oscuro.
Indicaciones posibles
Enfermedad de Crohn
Existen tres estudios importantes en los que,
de forma global, se han encontrado lesiones del

PEO/colonoscopia
Sin hallazgos

TC si sospecha:
– Estenosis
– Tumor de ID

CE
+ –

Tratamiento Con sangrado activo Sin sangrado activo

PEO Arteriografía
Enteroscopia Angio-TC
Ileocolonoscopia
Cirugía

+ –
Laparotomía y enteroscopia intraoperatoria

FIG. 3. Utilidad de la CE en la hemorragia digestiva de origen oscuro. PEO: panendoscopia oral. ID: intestino
delgado. CE: cápsula endoscópica. +: hallazgos que pueden justificar la hemorragia digestiva. –: CE sin
hallazgos o que no pueden justificar la hemorragia digestiva. Modificado de Gay y cols. [4].
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264 Varón de 42 años con fiebre, dolor abdominal y diarrea sanguinolenta…
ID en 18 de 54 pacientes estudiados con sospe-
cha de enfermedad de Crohn (31 %) mediante
CE, aunque existe escasa información sobre el
seguimiento y su diagnóstico final [15-17].
La CE podría ser de utilidad para el diagnós-
tico diferencial entre colitis indeterminada, colitis
ulcerosa y enfermedad de Crohn; para el diag-
nóstico de síntomas inexplicados en pacientes
diagnosticados de EII; para la valoración de la
curación mucosa tras el tratamiento médico y la
recurrencia posquirúrgica, así como para conocer
la historia natural de la EII al utilizarse como un
marcador subclínico en familiares asintomáticos
de pacientes diagnosticados de EII [9].
La CE parece ser superior a la enteroscopia y
la enteroclisis para la evaluación del ID en los pa-
cientes diagnosticados de enfermedad de Crohn
(Chong AK y cols. Gastrointest Endosc 2005; 61:
255-261), y sus hallazgos conllevan un cambio en
el tratamiento de gran parte de los pacientes.
Hay que tener en cuenta que no todas las
lesiones encontradas son indicativas de enferme-
dad de Crohn, por lo que es importante estanda-
rizar la terminología y caracterizar las lesiones y la
gravedad de los hallazgos obtenidos [4], hecho
que, hasta ahora, no se conoce con exactitud.
Probablemente, la visualización de úlceras en el
ID sea más específica de enfermedad de Crohn y
pueda sustentar su diagnóstico de forma más
consistente; en este sentido, se ha sugerido que
la existencia de más de 10 úlceras aftosas halla-
das en el ID mediante CE es muy sugestivo de
enfermedad de Crohn [18].
La CE ha demostrado su superioridad frente
a otras técnicas radiológicas para el estudio del
ID en pacientes diagnosticados o con sospecha
de EII [19].
Actualmente, el empleo de la CE estaría indi-
cado en pacientes con alto grado de sospecha
clínica y con resultados endoscópicos y de ima-
gen negativos [4].
En la figura 4 se muestra un algoritmo de con-
trol de la CE para la sospecha de enfermedad de
Crohn. Cuando la clínica del paciente o los hallaz-
gos en la TC hagan sospechar una obstrucción
intestinal, se podría utilizar la cápsula Patency®
(véase el apartado «Detector de estenosis»).
Enfermedad celiaca
La utilización de la CE se recomienda ante la
sospecha de enfermedad celiaca (clínica y anti-
Sospecha de EC*
Colonoscopia/ileoscopia y biopsias
– +
Diagnóstico EC
Clínica obstructiva
+ –
- Cápsula Patency® CE
- TC abdominal
FIG. 4. Utilidad de la cápsula endoscópica (CE) en la
sospecha de EC. EC: enfermedad de Crohn. * Sos-
pecha de EC si existen al menos dos de los siguien-
tes: dolor abdominal o diarrea; anemia ferropénica;
aumento de VSG o de la proteína C reactiva; hipoal-
buminemia; manifestaciones extraintestinales; his-
toria familiar de EII; alteraciones serológicas. Cápsu-
la Patency®: véase apartado «Detector de esteno-
sis». Tomado de Lewis y cols. [9]
cuerpos positivos) en pacientes que se niegan a
la realización de la endoscopia oral y en aquéllos
con biopsias no diagnósticas [9].
Podría ser de utilidad en pacientes que no
responden al tratamiento, ya que pueden presen-
tar atrofia vellositaria en el intestino distal y per-
manece normal el proximal [10].
Por último, estaría indicada en los pacientes
diagnosticados de enfermedad celiaca que pre-
senten clínica sospechosa de linfoma intestinal
primario [4].
En un estudio prospectivo recientemente
publicado (Culliford A y cols. Gastrointest Endosc
2005; 62: 55-61) realizado en 47 pacientes con
enfermedad celiaca complicada (dolor abdomi-
nal, sospecha de cáncer, sangre en heces y ane-
mia ferropénica persistente), detectaron presen-
cia de ulceraciones intestinales en un 45 %,
afectación ileal en el 35 % y presencia de cáncer
en un caso, lo que demostró su utilidad para la
valoración completa del ID en los pacientes de
riesgo mencionados.
Lesiones vasculares
Existe una gran diversidad de lesiones vascu-
lares que pueden ser diagnosticadas durante el
estudio mediante CE:
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E. Palacios Lázaro, M. Vázquez Romero, A. López San Román y V. F. Moreira Vicente
– Angiodisplasias: son la causa más frecuente de
hemorragia en el ID. Su sangrado es más fre-
cuente en el yeyuno, seguido por el de íleon y
del duodeno. Desde la aparición de la CE ha
aumentado el número de indicaciones de la
enteroscopia para el tratamiento o el diagnósti-
co anatomopatológico de las lesiones observa-
das; la eficacia de esta técnica es mayor si
existe hemorragia activa [5].
– Lesiones varicosas por hipertensión portal: se
ha sugerido la utilización de la CE para el cri-
bado de varices esofágicas dada su gran acep-
tación por el paciente y su alta sensibilidad
(100 %) y especificidad (89 %) [9]. También es
de utilidad para el diagnóstico de varices
extraesofágicas, ya que, hasta un 30 % de
éstas, se pueden localizar en el ID; la existencia
de adherencias posquirúrgicas es un factor de
riesgo para su aparición [20]. En un estudio
recientemente publicado realizado sobre 37 pa-
cientes con cirrosis e hipertensión portal eva-
luados mediante CE (De Palma y cols. Gas-
trointest Endosc 2005; 62: 529-534) observa-
ron mayor número de lesiones en el ID (67, %)
respecto a los controles sanos (0 %); el edema,
el eritema y las lesiones vasculares fueron los
hallazgos más frecuentes en la yeyunopatía por
hipertensión portal, aunque todavía está por
definir el valor real de estos hallazgos. La pre-
sencia de cirrosis hepática grado C (clasifica-
ción de Child-Pugh), varices esofágicas gra-
do II o superiores, gastropatía y colopatía de la
hipertensión portal, se asocian con la existen-
cia de enteropatía de la hipertensión portal.
– Isquemia intestinal: la trombosis de la arteria
mesentérica puede provocar hemorragia diges-
tiva de origen oscuro; se visualizan zonas con
áreas necrosadas y depósitos fibrinosos, pre-
sencia de escaras y áreas necróticas.
– Otras patologías: vasculitis, hemangiomas, fle-
bectasias, telangiectasias, fístula aortoentérica,
enfermedad de Dieulafoy, enfermedad de
Rendu Osler, entre otras [5]. En la literatura
médica se han referido casos anecdóticos de
estas patologías observadas mediante CE.
Indicaciones en fase de investigación
Tumores del ID
Desde la aparición de la CE, la incidencia de
tumores del ID ha aumentado del 2 al 9 %. Con
265
frecuencia son diagnosticados durante el estudio
de la hemorragia digestiva de origen oculto o
ante la existencia de anemia ferropénica. La
mayoría de los tumores visualizados (60 %) son
malignos (adenocarcinomas, carcinomas, mela-
nomas, linfomas y sarcomas), y los tumores
benignos (tumores del estroma gastrointestinal,
hemangiomas, hamartomas y adenomas) repre-
sentan un 40 % del total [9].
Pólipos y poliposis
La CE puede ser utilizada para la vigilancia de
los síndromes polipósicos hereditarios. En el sín-
drome de Peutz-Jeghers, casi el 100 % de los
pacientes presentan pólipos en el ID; la CE puede
visualizarlos y ser de utilidad en el seguimiento de
estos pólipos con potencial de malignización.
En la poliposis adenomatosa familiar (PAF), la
frecuencia de pólipos adenomatosos en el yeyuno
e íleon es de un 50 %, y muchos están localizados
en el duodeno; la CE estaría justificada si la en-
doscopia oral encuentra lesiones, con el objetivo
de valorar la existencia de patología en el ID [21].
Lesiones por ingesta de antiinflamatorios
no esteroideos (AINE)
La lesión típica es la visualización de lesiones
puntiformes de coloración rojiza, que habrá que
diferenciar de las angiodisplasias. Asimismo, es-
tudios realizados en cadáveres muestran la exis-
tencia de úlceras en el ID de los pacientes que
toman AINE (8,4 %) pero también en los que no
los toman (0,6 %). Mediante CE se han detecta-
do lesiones en el ID en un 58 % de los pacientes
que toman AINE (erosiones y úlceras) frente a un
17 % en los que no lo toman; existen diferencias
mayores al analizar lesiones de gran tamaño
(33 frente a 0 %) [22], que ponen en duda el valor
clínico de visualizar las de menor tamaño.
Dolor abdominal crónico
La utilización de la CE para esta entidad toda-
vía no está bien establecida, ya que existen estu-
dios contradictorios [3].
Estudio del ID en la edad pediátrica
Parece ser de utilidad y haber demostrado su
seguridad incluso en niños de tan sólo 3 años,
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266 Varón de 42 años con fiebre, dolor abdominal y diarrea sanguinolenta…
con resultados similares a los adultos, aunque se
precisa la realización de ensayos bien diseñados
para generalizar su empleo [12].
Enfermedades infecciosas bacterianas
La CE podría ser de utilidad en el diagnóstico
de la tuberculosis intestinal, el VIH y la existencia
de parásitos intestinales, entre otros [5].
Otras lesiones observadas
Anillos congénitos en el ID, divertículos, xan-
tomas, presencia de úlceras en íleon en la enfer-
medad de Behcet, úlceras en empedrado en la
enfermedad por depósito de cadenas pesadas
alfa, páncreas heterotópico, divertículo de Mec-
kel, etc. [5].
REALIZACIÓN DE OTROS ESTUDIOS
MEDIANTE CE
Detector de estenosis
Se trata de una cápsula degradable (Pa-
tency®), que se administra previamente a la cáp-
sula endoscópica para descartar la existencia de
estenosis. La definición de retención implica la
permanencia de la CE en el área estenótica un
mínimo de 2 semanas.
La CE (Patency®) estará indicada en pacientes
con sospecha de enfermedad de Crohn, cirugía
mayor abdominal previa, antecedentes de radio-
terapia abdominopélvica, toma de AINE, síndrome
adherencial, enteritis eosinofílica y ante la sospe-
cha clínica de estenosis [9].
Es importante saber que la existencia de un TGI
normal no excluye la presencia de estenosis [4].
En términos generales, la CE queda retenida
en un 1,4 % de los pacientes con hemorragia
digestiva alta de origen oscuro, en un 5 % de los
diagnosticados de enfermedad de Crohn, y en un
21 % de los que se sospecha patología obstruc-
tiva del ID. Ante la retención de la CE se deberá
valorar la necesidad de tratamiento médico al ini-
cio (laxantes, esteroides, infliximab) y, posterior-
mente, endoscópico o quirúrgico [9].
Valoración de la motilidad del ID
El tiempo de tránsito de la CE podría hacer
sospechar un enlentecimiento de éste de origen
orgánico o funcional, aunque no está generaliza-
do su utilización bajo esta indicación, ya que
actualmente se encuentra en investigación [5].
Medición de la temperatura del ID
Se basa en la elevación de la temperatura que
crean distintos procesos inflamatorios. Actual-
mente, no esta indicado el empleo de la CE bajo
esta indicación [5].
Detección de sangre
Algunas de las CE más recientes tienen la
capacidad de señalar las zonas visualizadas de
color rojo, de este modo el explorador puede ir
directamente a la valoración de estas lesiones,
aunque puede tratarse de mucosa hiperémica o
pegada a la lente, o ser incluso la señal de finali-
zación del vídeo. Este tipo de CE se encuentran
actualmente bajo evaluación [23]. Su precisión es
del 83 % si existe sangrado activo, pero baja al
35 % si no lo hay [3].
CONTRAINDICACIONES:
Las contraindicaciones para el empleo de la
CE se están actualizando día a día. Por ejemplo,
la inicial contraindicación para su empleo en
pacientes portadores de marcapasos o desfibri-
ladores ha quedado relegada [24]. En otro estudio
reciente, realizado en 100 pacientes portadores
de marcapasos (Dubner S y cols. Gastrointest
Endosc 2005; 61: 250-254) concluyeron que, si
bien pueden existir interferencias electromagnéti-
cas, éstas no tienen significado clínico, ya que no
observaron ningún caso de inhibición del marca-
pasos. Recomiendan comprobar la existencia de
posibles interferencias del marcapasos con la CE
mediante un dispositivo externo (test-cap, Given)
que reproduce con exactitud las alteraciones pro-
ducidas por la CE.
También existen estudios que justifican su
utilización en pacientes con cirugía abdominal
previa. Su seguridad en el embarazo todavía no
está establecida [4]. Las contraindicaciones
actuales se encuentran resumidas en la tabla 1.
COMPLICACIONES
– Retención en el ID: puede deberse a una dis-
función de la cápsula (4 %) por exposición a
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E. Palacios Lázaro, M. Vázquez Romero, A. López San Román y V. F. Moreira Vicente
TABLA 1. Contraindicaciones de la CE
Absolutas
Obstrucción/suboclusión intestinal
Imposibilidad o negativa a cirugía si hay
retención
Relativas
Alteraciones de la deglución
Disminución de la motilidad gástrica
Divertículo de Zencker
Modificado de Caunedo y Herrerías [12].
fuentes magnéticas (RM o detectores de robo),
fallo de la batería o agotamiento de ésta en
pacientes con retraso del vaciamiento. También
puede ser secundaria a zonas estenóticas
inadvertidas en las técnicas de imagen previa-
mente realizadas [5].
– Retención en el colon: existen casos publicados
de retención de la CE en divertículos, pero no se
han descrito complicaciones asociadas [25].
– Impactación en el esófago: es muy poco fre-
cuente y suele ser secundaria a trastornos
motores esofágicos.
– Impactación en los senos piriformes.
– Impactación bronquial.
– Retención en el asa aferente: en estos casos
(gastrectomía Billroth II) se debe introducir
directamente por endoscopia oral en el asa
eferente [5].
FUTURO DE LA CE
Existen indicaciones y aplicaciones potencia-
les de la CE que en la actualidad se encuentran
en investigación; entre ellas, se pueden destacar
las siguientes:
– Diagnóstico de patologías esofágicas, como la
enfermedad por reflujo gastroesofágico, el cri-
bado de varices esofágicas y el esófago de
Barrett, entre otras [26].
– Valoración de la viabilidad de ID tras el tras-
plante.
– Posibilidad de una CE terapéutica que permita
la posibilidad de tomar biopsias de las lesiones
y realizar un análisis del contenido intestinal [4].
– Creación de nuevas unidades con pantalla dual
para crear una lectura más rápida de la explo-
ración sin disminuir la tasa diagnóstica [3].
– Posibilidad de una CE bajo control remoto que
permita, además de la toma de biopsias, la
267
liberación local de fármacos e incluso la dilata-
ción de áreas estenóticas [27].
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