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Rescate y resucitación
de pacientes ahogados
A. Ortiz Arjona, M. Álvarez Blázquez,
F. J. Fonseca del Pozo, M. Ruiz Madruga
INTRODUCCIÓN
La atención extrahospitalaria en urgencias abarca todo tipo de situacio-
nes, y una de ellas es el paciente ahogado, que se debe tratar como un
paciente «traumatizado». Su pronóstico final dependerá, fundamental-
mente, del tiempo que el paciente permanezca en hipoxia y de la preco-
cidad de la aplicación de las medidas terapéuticas.
FISIOPATOLOGÍA
Los factores que influyen en la parada cardiorrespiratoria (PCR) del
paciente ahogado son los siguientes:
AHOGAMIENTO HÚMEDO
Es el ahogamiento que tiene lugar cuando pasa agua hacia los pulmo-
nes, provoca hipoxia y acidosis metabólica. En la mayoría de los casos no
se produce aspiración en cantidad suficiente para causar hemodilución o
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78 Atención al accidentado: guía de urgencias
AHOGAMIENTO SECO
En el 10-15 % de las víctimas se produce un laringoespasmo al aspirar
cantidades mínimas de agua o incluso sin aspiración, cuya finalidad es
evitar la inundación de la vía aérea, lo que da lugar a hipoxia e hipercap-
nia, produciéndose un metabolismo anaerobio que conduce a una acido-
sis láctica y termina en PCR.
Hay que recordar que un paciente ahogado o semiahogado puede ser
secundario a:
• Convulsiones.
• Ingestión de alcohol-drogas.
• Traumatismo craneoencefálico.
• Lesiones de columna cervical.
• Patología cardiovascular.
MATERIALES DE SALVAMENTO
• Aro salvavidas: son flotadores de plástico, recubiertos de vinilo o lona.
Se suele emplear en piscinas, ya que pueden lanzarse fácilmente. En
playas o pantanos se emplean para lanzarlos a las víctimas desde una
embarcación.
• Latas de rescate: construidas de polietileno, rígidas de forma ovalada
(permite buena natación), con varias asideras en su entorno, por un
cabo de longitud variable se une
a un arnés que sirve para que el
rescatador lo lleve, está diseña-
do para aguantar a 5-7 personas
(fig. 3). Es el medio idóneo para
los rescatadores en playas o
pantanos Si la víctima esta muy
nerviosa y agitada, el rescatador
se acercará a 1,5-2 metros,
recuperará la lata, se la entrega-
rá hablando de forma que ésta Figura 3
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IDENTIFICACIÓN DE LA LESIÓN
Se debe sospechar una lesión de columna si al contacto con el acci-
dentado éste se encuentra desorientado, presenta debilidad muscular,
entumecimiento, incapacidad motriz, hormigueos, ausencia de dolores
o sensaciones, etc. Si el accidentado está consciente, el dolor del cuello
es el mejor síntoma para identificar las lesiones cervicales. Ver el acci-
dente es la mejor forma de deducir el tipo de lesión producida en fun-
ción del impacto. Pero si eso no ha sido posible, se pueden obtener indi-
cios observando el lugar en el que se ha producido y como precaución
es bueno considerar la premisa: «Siempre se presupone traumatismo
cervical».
• Si el accidentado se encuentra
en decúbito supino: colocar su
brazo dominante a lo largo del
esternón del accidentado y con
los dedos coger su mandíbula, Figura 4
al mismo tiempo que coloca el
otro brazo en la espina dorsal del accidentado y con su mano coge la
parte posterior de la cabeza de éste, ejerciendo una tracción suave, y
mantener alineado el eje cabeza-cuello-tronco, las muñecas rígidas y
los antebrazos pegados al cuerpo del accidentado (fig. 4).
• Si el accidentado se encuentra en decúbito prono:
— Volteo del paciente en aguas poco profundas: se estirarán los bra-
zos de la víctima a lo largo de su cabeza. Sujetar los brazos por los
codos o los hombros, la mano izquierda del rescatador sujeta el
brazo izquierdo y la derecha el brazo derecho, apretando los codos
e inmovilizando (fig. 5). Girar su brazo izquierdo hacia arriba
(hacia el rescatador) y adelantar el derecho de forma que lo que rea-
lice sea un giro (fig. 6), quedando la cabeza del paciente sobre su
antebrazo derecho totalmente inmovilizada sobre sus antebrazos y
el antebrazo derecho del rescatador (sumergido). De esta forma, se
asemeja a una «dama de Elche» manual (fig. 7).
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MANIOBRAS DE REANIMACIÓN
Técnica de ventilación boca a boca: no se debe olvidar que se trata de
un paciente traumatizado y que para la apertura de la vía aérea se debe
emplear la técnica de tracción mandibular. El resto de la RCP es como en
cualquier otro paciente.
Los semiahogados en agua dulce/salada aspiran pequeñas cantidades de
agua que es absorbida con rapidez por los pulmones hacia la circulación.
Se debe realizar la maniobra de Heimlich, sólo si se sospecha obstruc-
ción de la vía aérea. La maniobra de Heimlich no está recomendada para
la reanimación habitual de víctimas de inmersión.
Se aplicará el protocolo de Apoyo Vital Básico (AVB) y Avanzado (AVA)
como en cualquier otro paciente en situación de PCR, sin olvidar el con-
trol sobre la columna cervical.