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Rescate y resucitación
de pacientes ahogados
A. Ortiz Arjona, M. Álvarez Blázquez,
F. J. Fonseca del Pozo, M. Ruiz Madruga

INTRODUCCIÓN
La atención extrahospitalaria en urgencias abarca todo tipo de situacio-
nes, y una de ellas es el paciente ahogado, que se debe tratar como un
paciente «traumatizado». Su pronóstico final dependerá, fundamental-
mente, del tiempo que el paciente permanezca en hipoxia y de la preco-
cidad de la aplicación de las medidas terapéuticas.

FISIOPATOLOGÍA
Los factores que influyen en la parada cardiorrespiratoria (PCR) del
paciente ahogado son los siguientes:

• Duración de la inmersión (variable).


• Tipo de agua (dulce, salada, barro, residuos, etc.).
• Temperatura del agua (muy importante).
• Cantidad de agua inhalada (el 10 % no inhalan).

El factor más importante es la duración de la hipoxia. En el pronósti-


co también influyen el tiempo de inmersión y la precocidad en las manio-
bras de resucitación cardiopulmonar (RCP).

AHOGAMIENTO HÚMEDO
Es el ahogamiento que tiene lugar cuando pasa agua hacia los pulmo-
nes, provoca hipoxia y acidosis metabólica. En la mayoría de los casos no
se produce aspiración en cantidad suficiente para causar hemodilución o
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alteraciones electrolíticas. Para ello, se deben deglutir más de 20 ml de


agua/kg de peso (1.540 ml para una persona de 70 kg).
El 85 % de los seudoahogados aspiran menos de 20 ml/kg (si se provo-
caran alteraciones electrolíticas, los ahogados no sobrevivirán a las
maniobras de RCP).
Otra alteración típica de los pacientes ahogados es la hipotermia, que
conlleva una disminución de los requerimientos de oxígeno del corazón
y del cerebro, aumentando el grado de hipoxia que se tolera sin producir
lesiones (la demanda cerebral de oxígeno a 25 °C es del 30 % del normal,
por ello puede tolerar aproximadamente 60 minutos de PCR sin realiza-
ción de maniobras de RCP).
Por todo esto, hay que tener presente el axioma de Reuler: «Un
paciente hipotérmico debe considerarse muerto, cuando esté caliente y
muerto».

AHOGAMIENTO SECO
En el 10-15 % de las víctimas se produce un laringoespasmo al aspirar
cantidades mínimas de agua o incluso sin aspiración, cuya finalidad es
evitar la inundación de la vía aérea, lo que da lugar a hipoxia e hipercap-
nia, produciéndose un metabolismo anaerobio que conduce a una acido-
sis láctica y termina en PCR.
Hay que recordar que un paciente ahogado o semiahogado puede ser
secundario a:

• Convulsiones.
• Ingestión de alcohol-drogas.
• Traumatismo craneoencefálico.
• Lesiones de columna cervical.
• Patología cardiovascular.

TRATAMIENTO EN EL LUGAR DEL ACCIDENTE


RESCATE DEL AGUA DE UNA VÍCTIMA QUE SE ESTÁ AHOGANDO
• En primer lugar, se debe alertar al centro de coordinación provincial
de emergencias o al 112, para que conozca la localización exacta, tipo
de accidente y número aproximado de víctimas.
• A continuación si se sabe nadar y se conocen las técnicas de rescate,
se ha de comprobar la dirección de la corriente (nunca se debe nadar
contracorriente, ya que el rescatador se agotaría pronto, siendo impor-
tante por ello nadar a favor de ésta, en dirección diagonal); se reco-
mienda entrar con cinturón y camiseta, que pueden ser de ayuda en el
rescate de la víctima.
• Si el rescatador no sabe nadar, tras haber comunicado la situación,
deberá esperar la llegada de las fuerzas de orden público, protección
civil o emergencias sanitarias, para que le ayuden en las maniobras de
rescate.
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FORMAS DE ACCESO A LA VÍCTIMA DE AHOGAMIENTO


• Directa: a) rodearla y abordarla por la espalda, o b) sumergirse, salien-
do por la espalda de la víctima, o darle un giro a las caderas, de forma
que la víctima esté siempre de espaldas con respecto al rescatador.
• Indirecta: ofreciéndole una camiseta o cinturón, para que, cuando lo
agarre, el rescatador pueda tirar del objeto hacia sí y de esta forma
acceder a la víctima.

TÉCNICAS DE REMOLQUE DE LA VÍCTIMA


• Colocar las palmas de nuestras manos en la cabeza de forma que los
pulgares se sitúen sobre la región occipital y el resto de dedos sobre
la mandíbula (entre el primer dedo y el resto se encuentra el pabe-
llón auricular), de esta forma la cabeza siempre estará por encima
del agua (fig. 1).
• Por las axilas, para víctimas conscientes e inconscientes (fig. 2).

Figura 1. Remolque sujetando la


cabeza por la mandíbula Figura 2. Remolque por las axilas

MATERIALES DE SALVAMENTO
• Aro salvavidas: son flotadores de plástico, recubiertos de vinilo o lona.
Se suele emplear en piscinas, ya que pueden lanzarse fácilmente. En
playas o pantanos se emplean para lanzarlos a las víctimas desde una
embarcación.
• Latas de rescate: construidas de polietileno, rígidas de forma ovalada
(permite buena natación), con varias asideras en su entorno, por un
cabo de longitud variable se une
a un arnés que sirve para que el
rescatador lo lleve, está diseña-
do para aguantar a 5-7 personas
(fig. 3). Es el medio idóneo para
los rescatadores en playas o
pantanos Si la víctima esta muy
nerviosa y agitada, el rescatador
se acercará a 1,5-2 metros,
recuperará la lata, se la entrega-
rá hablando de forma que ésta Figura 3
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la agarre y pueda empezar a remolcarla, sin perder el contacto visual


con ella. Si la víctima está en PCR, colocará la lata en la zona interes-
capular para mantener a la víctima a flote. El rescatador intentará rea-
lizar la apertura de la vía aérea y ventilación boca a boca, mientras tras-
lada a la víctima a un lugar seguro.

RESCATE DEL AGUA DE UNA VÍCTIMA AHOGADA O QUE ACABA


DE TENER UN INCIDENTE
Cuando un rescatador se aproxima a una víctima inerte o sumergida en
la playa o pantano se mantendrá en la dirección del punto que se ha fija-
do como referencia y se introducirá teniendo mucha precaución en pan-
tanos, ya que puede haber ramas de árboles sumergidos que lo hagan
quedar atrapado.

TRATAMIENTO DE UNA VÍCTIMA TRAUMÁTICA EN EL AGUA


La mayoría de accidentes de este tipo se producen cuando la persona se
lanza en zambullidas en fondo desconocido. Por lo general se producen
en aguas de menos de 1,5 metros de profundidad, o bien en parques acuá-
ticos, cuando bajan por un tobogán con la cabeza por delante; también al
practicar windsurf, etc. Los equipos de urgencia suelen encontrar al
paciente inconsciente en el agua, y habitualmente desconocen la causa de
dicha situación.

IDENTIFICACIÓN DE LA LESIÓN
Se debe sospechar una lesión de columna si al contacto con el acci-
dentado éste se encuentra desorientado, presenta debilidad muscular,
entumecimiento, incapacidad motriz, hormigueos, ausencia de dolores
o sensaciones, etc. Si el accidentado está consciente, el dolor del cuello
es el mejor síntoma para identificar las lesiones cervicales. Ver el acci-
dente es la mejor forma de deducir el tipo de lesión producida en fun-
ción del impacto. Pero si eso no ha sido posible, se pueden obtener indi-
cios observando el lugar en el que se ha producido y como precaución
es bueno considerar la premisa: «Siempre se presupone traumatismo
cervical».

Recuerde antes de entrar en el agua llamar al teléfono de emergen-


cias sanitarias: 112

Según la posición del accidentado


Lo primero que se debe inmovilizar es la cabeza y el cuello, consiguien-
do que se mantengan alineados en posición neutra, evitando que se pro-
duzcan movimientos de extensión, rotación, flexión o lateralización que
puedan aumentar las lesiones.

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El rescatador debe acercarse al


accidentado por un lado, con mu-
cha precaución, evitando remover
el agua. Según en la posición que se
encuentre el accidentado, deben
realizarse las siguientes maniobras
para inmovilizarlo:

• Si el accidentado se encuentra
en decúbito supino: colocar su
brazo dominante a lo largo del
esternón del accidentado y con
los dedos coger su mandíbula, Figura 4
al mismo tiempo que coloca el
otro brazo en la espina dorsal del accidentado y con su mano coge la
parte posterior de la cabeza de éste, ejerciendo una tracción suave, y
mantener alineado el eje cabeza-cuello-tronco, las muñecas rígidas y
los antebrazos pegados al cuerpo del accidentado (fig. 4).
• Si el accidentado se encuentra en decúbito prono:
— Volteo del paciente en aguas poco profundas: se estirarán los bra-
zos de la víctima a lo largo de su cabeza. Sujetar los brazos por los
codos o los hombros, la mano izquierda del rescatador sujeta el
brazo izquierdo y la derecha el brazo derecho, apretando los codos
e inmovilizando (fig. 5). Girar su brazo izquierdo hacia arriba
(hacia el rescatador) y adelantar el derecho de forma que lo que rea-
lice sea un giro (fig. 6), quedando la cabeza del paciente sobre su
antebrazo derecho totalmente inmovilizada sobre sus antebrazos y
el antebrazo derecho del rescatador (sumergido). De esta forma, se
asemeja a una «dama de Elche» manual (fig. 7).

Figura 5 Figura 6 Figura 7

— Volteo en aguas profundas: Una mano del rescatador en su nuca,


con el antebrazo pegado a la columna vertebral, otra mano a la
mandíbula apoyando el antebrazo sobre el esternón (fig. 8). Se pre-
sionan ambos antebrazos para mantener inmovilizada la columna
cervical y la cabeza, se introduce en el agua y se gira el cuerpo de
la víctima hasta ponerla en decúbito supino (figs. 9 y 10).
Utilizando esta técnica al mismo tiempo que se inmoviliza la
columna cervical es posible mantener abierta la vía aérea, ya que se
debe controlar la respiración del accidentado, por lo que se obser-
varán los movimientos de pecho y abdomen.
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Figura 8 Figura 9 Figura 10

INMOVILIZACIÓN DEL ACCIDENTADO


• Si no se dispone de material de inmovilización, el equipo de rescate
debe colocarse de la siguiente forma:
— Un miembro del equipo debe estar situado en la cabeza del pacien-
te, ejerciendo el control cervical.
— El segundo miembro se colocará a la altura de las caderas.
— El tercero estará en las extremidades inferiores.
— Se levantan las caderas y las extremidades lentamente, hasta llegar
al nivel del agua, y se acerca el accidentado hasta la orilla, mante-
niendo la alineación hasta conseguir una tabla o cualquier objeto
plano, firme y de superficie rígida con el que efectuar el transporte.
• Si se dispone de material de inmovilización:
— Colocar el collarín cervical; el responsable que se encuentra ejer-
ciendo el control cervical seguirá realizándolo hasta conseguir la
inmovilización completa del accidentado (figs. 11 y 12).
— Seguidamente, otro miembro del equipo deslizará la tabla por deba-
jo del agua y la dejará subir horizontalmente por debajo del acci-
dentado, con el fin de que tome contacto simultáneamente con
todo el cuerpo (fig. 13).

11 12

Figura 13. Colocación


Figuras 11 y 12. Colocación de un collarín de una tabla larga

— A continuación, el miembro del equipo que se encuentra en la


parte de las caderas colocará una mano debajo de la tabla y otra
sobre el accidentado, manteniendo el cuerpo unido a la tabla
hasta la colocación de la «dama de Elche» (figs. 14-17) y de las
correas.

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Figura 14 Figura 15 Figura 16 Figura 17

COLOCACIÓN DE LAS CORREAS


Las correas se deben colocar una por debajo de los brazos y por enci-
ma del tórax, otra por encima de las caderas y la tercera por las rodillas
(figs. 18-21).

Figura 18 Figura 19 Figura 20 Figura 21

MANIOBRAS DE REANIMACIÓN
Técnica de ventilación boca a boca: no se debe olvidar que se trata de
un paciente traumatizado y que para la apertura de la vía aérea se debe
emplear la técnica de tracción mandibular. El resto de la RCP es como en
cualquier otro paciente.
Los semiahogados en agua dulce/salada aspiran pequeñas cantidades de
agua que es absorbida con rapidez por los pulmones hacia la circulación.
Se debe realizar la maniobra de Heimlich, sólo si se sospecha obstruc-
ción de la vía aérea. La maniobra de Heimlich no está recomendada para
la reanimación habitual de víctimas de inmersión.
Se aplicará el protocolo de Apoyo Vital Básico (AVB) y Avanzado (AVA)
como en cualquier otro paciente en situación de PCR, sin olvidar el con-
trol sobre la columna cervical.

No se deben realizar medidas posturales para evacuar agua aspira-


da, puede favorecer el vómito y una mayor aspiración

Una vez en tierra firme (fig. 22):

• Secar de forma correcta al pa-


ciente (es útil porque previene
la hipotermia, para colocar pa-
las o electrodos del desfibrila-
dor y aplicar masaje).
• Colocar un collarín cervical si
no se hizo antes. Figura 22

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• Mascarilla facial con oxigenoterapia.


• Monitorizar.
• Canalizar dos vías periféricas.
• Colocar sonda nasogástrica si se sospecha que ha ingerido mucha
agua.

Si el paciente se encuentra eupneico y está tosiendo, además, debe ani-


mársele a que siga tosiendo.
Finalmente, en los siguientes casos es aconsejable proceder como se
indica:

• Broncoespasmo: aerosol con salbutamol.


• Pulsioximetría < 90 %: presión positiva continua en vía aérea (CPAP)
o bifásica (BIPAP); si no mejora debe realizarse una intubación orotra-
queal (IOT).
• Paciente obnubilado, confuso (no se debe olvidar realizar una gluce-
mia capilar o sospechar intoxicación, en cuyo caso se administrará
naloxona, flumazenilo, glucosa y tiamina).
• Hipotermia predominante: retirar ropa, aplicar mantas, administrar
líquido caliente por sonda nasogástrica u oxígeno caliente.

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