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“Alienación y separación”

Dos operaciones fundamentales

El presente trabajo pretende analizar dos operaciones fundamentales en la


constitución del sujeto, a las que Lacan denomina “alienación y separación”, partiendo
del seminario XI donde se formalizan dichos conceptos, para luego explorar la forma
particular en que dichas operaciones intervienen en la estructuración del sujeto, y
finalmente articularlas con lo que puede ofrecer un análisis ante las fallas de estas
operaciones.
En principio podemos hacer un esbozo de estas funciones. Si consideramos los
mecanismos de alienación y separación es necesario partir da la perspectiva que Lacan
sostiene a la altura de aquel seminario, donde considera que el Otro preexiste al sujeto.
La cuestión que indagamos allí entonces es pensar cómo aparece el sujeto en el campo
del Otro, atendiendo a que el Otro es algo dado, mientras que el sujeto es algo que debe
advenir. La operación de alienación intenta responder cómo es que en el campo del Otro
se produce el sujeto.
El sujeto nace en tanto que en el campo del Otro surge el significante. Es decir, el
significante le viene desde el campo del Otro.
Lacan, en este momento de su enseñanza, va a plantear que entre el conjunto del
sujeto y el conjunto del Otro, hay que elegir. A esta elección la denomina elección
preferencial, lo cual consiste en que el sujeto toma un significante que obtiene del
campo del Otro y se identifica a dicho significante que pasa a ser aquello que lo
representa. El sujeto elige entonces obtener una respuesta sobre qué significa lo que le
pasa.
Jacques-Alain Miller plantea que de esta manera se constituye la metáfora original
del sujeto que sostiene la metonimia de la cadena significante, debido a que al elegir al
S1, se elige también al Otro (representado por el S2), que da sentido a este primer
significante. Primero está es S1 y después surge el sujeto representado por él en esta
primera operatoria que denominamos alienación.
Esta perspectiva introduce una segunda operación concomitante para el
advenimiento del sujeto, la separación. Lacan en el seminario XI plantea que el sujeto
hace de su desaparición el objeto del Otro. “El primer objeto que propone a ese deseo
parental, cuyo objeto no conoce, es su propia pérdida. Junto con ello surge la pregunta:
¿Puedes perderme? Y según cómo responda el Otro a dicha pregunta, diferentes serán
las consecuencias para el sujeto. Existe una elección del sujeto frente a estas
operaciones lógicas. Se plantea que en la psicosis si bien se realiza la operación de
alienación, no opera la separación, no se inscribe en el sujeto, volviéndose inoperante la
extracción del objeto a.
Miller postula que es ésta operación lo que permite la constitución de la ventana del
fantasma como la pantalla que la cubre – i(a)-, la realidad se construye a través de esta
extracción. Al no realizarse dicha extracción en la Psicosis se produce la positivización:
la mirada se vuelve visible, la voz audible.
Ahora bien, ¿Qué consecuencias se desprenden de esta alienación al Otro sin
separación, de esta alienación del niño al deseo de la madre? “Nada que oficie de límite,
mezcla con el Otro, un cuerpo que no está consolidado como tal, sin bordes que hayan
pasado por los desfiladeros de los significantes, que no pueden constituir zonas
erógenas, con un peculiar pasaje por el lenguaje”. “Imagen alienada donde no oficia
separación entre lo que es yo y no yo. Objeto puro de la madre”1 .
El niño Psicótico queda petrificado en la posición de objeto en el fantasma materno.
“El Otro primordial y el sujeto son una sola cosa, indivisa, hay confusión, alienación
entre ambos, sin siquiera poder diferenciar un Otro de un sujeto, porque no lo hay como
tal. Más que sujeto se observa un objeto presa de alguien que oficia casi de Otro”2 .
En este punto podemos situar la importancia de la función paterna tal como lo
plantea Jacques Alain Miller, la cual no significa sólo que el Nombre del Padre deba
poner bridas al deseo de la madre a través de la Ley, sino también que el objeto niño no
lo sea todo para el sujeto materno. Ello exige que el padre sea también un hombre.
Lacan dice que para ser un padre, un padre conveniente, no perfecto, basta ser un
hombre; no un hombre cualquiera, sino el hombre que elija a una y que asume a los
hijos de una (mujer).
El nombre del padre cumple una función fundamental en la consolidación de la
separación del Otro. Es preciso que el niño no sature la falta en que se sostiene el deseo
materno, y que pueda desear como mujer, más allá del hijo. Dice Miller “el niño no sólo
colma, también divide”. 3
Que divida es lo esencial, ya que si el objeto niño no divide entra en una relación
dual que lo somete al fantasma materno. Cuanto más colma el hijo a la madre, puede
ocurrir que la madre no desee, o desee poco o mal, como mujer.
Miller plantea que la metáfora infantil sólo es lograda cuando falla, es decir cuando
no atornilla al sujeto a una identificación fálica, sino que por el contrario, le da acceso a
la significación fálica en la modalidad de la castración simbólica, lo cual requiere que se
preserve el no-todo del deseo femenino. Es preciso que la metáfora infantil no reprima
en la madre su ser de mujer.
Hasta aquí describimos las operaciones que pueden o no operar en la constitución
subjetiva y sus consecuencias. Seguidamente, y en línea con lo expuesto, pasemos a
preguntarnos: ¿Qué es lo que puede ofrecer el encuentro con un analista cuando no ha
operado la separación?
Recordemos que Lacan se refiere a la cura de la siguiente manera: “La cura es una
demanda que parte de la voz del sufriente de su cuerpo o de su pensamiento”. 4 Podemos
postular que lo que ofrece el encuentro con un analista es, en principio, una forma de
alienación distinta a la que se pone en juego con la madre. Sin dicha alienación no sería
posible al inicio un análisis en tanto es lo que permite la instauración del Sujeto
supuesto saber y la transferencia.

1
Collazo Cecilia: “Psicosis en la infancia”, en: ¿Qué escucha un analista?, Grama Ediciones, Bs. As.,
2007.
2
Idem.
3
Miller Jacques Alain, “El niño entre la mujer y la madre “en Revista virtual de Psicoanálisis N|° 13
4
Jacques Lacan. “Televisión”, p.88.
Por otro lado, Lacan plantea que el paciente demanda obtener un sentido a lo que le
sucede, pero en esa demanda se desconoce la satisfacción asociada a su padecimiento,
su goce, que está más allá del bien del sujeto.
En relación al niño psicótico, podemos partir de la idea de que, aún siendo un sujeto
psicótico, su estructura todavía no está constituida. Es un niño que está en proceso, lo
cual le da al analista cierta ventaja para poder trabajar. Cecilia Collazo nos dice que en
estos casos el analista apunta a trabajar con la palabra, haciendo brizna de lo simbólico,
sin ejercer de gran Otro (para no gozarlo), y sin ponerse en posición de objeto a, porque
no se es eso en la estructura de un psicótico. Por lo cual planteamos que la alienación
que propone el trabajo con un niño psicótico resulta funcionalmente diferente a la que
operó con la madre, y constituye la posibilidad de una separación. El análisis allí apunta
a acotar ese goce Otro que se le vuelve intrusivo, oficiar de límite entre el niño y la
madre, perforando la alienación, separando el objeto. Es decir, se propone mantener al
Otro a raya, de los atisbos del yo integrado.
En esa dirección, el análisis también intenta establecer las dimensiones de espacio,
tiempo, de nombre, de Nombre de Padre, hacer compensaciones y suplencias en la
forclusión.
La dirección de la cura en estos casos puede entenderse como orientada a una forma
de separación, en la que se busca que el niño pueda construir algo que le sea propio, una
marca particular y con esa marca anudar los vestigios de los tres registros, y de esa
manera constituir un “sinthome”, aludiendo al concepto propuesto por Lacan en los
últimos años de su enseñanza.

Giaquinta, Jorgelina
Bibliografía:

? Brodsky Graciela: “Clínica de la Alienación”, en: Fundamentos. Comentario


del seminario XI, Cuadernos del ICBA (Instituto clínico de Bs. As) N°2,
2001.

? Colette Soler y Esthela Solano Suarez: “La sexualidad femenina como


cuestión preliminar al psicoanálisis con niños”, Jornadas en Barcelona,
Editorial Forum, 1993.

? Collazo Cecilia: “¿Qué escucha un analista?”Grama Ediciones, Bs. As.,


2007.

? Lacan Jacques: El Seminario, Libro XI, “Los cuatro conceptos


Fundamentales del Psicoanálisis”, Clases 16 y17, Editorial Paidós, Bs. As.,
1987.

? Laurent Eric: “El niño y su madre”, en: “Hay un final de análisis para los
niños”, Editorial Colección Diva, 2003.

? Manzotti Marita (comp.): “Para la lógica de la cura del autismo y la psicosis


infantil, el valor de lo imprevisto está en su cálculo”, en: Clínica del autismo
infantil. El dispositivo Soporte, Grama Ediciones, Bs. As., 2005.

? Miller Jacques Alain: “El niño, entre la mujer y la madre”, en Revista virtual
de psicoanálisis N°13, junio/julio 2005.

? Tendlarz, Silvia Elena: “La constitución del sujeto” (Cap. 2) y “Una


perspectiva Lacaniana de tratamiento” (Cap. 5), en: ¿De que sufren los
niños? La Psicosis en la infancia, Editorial Lugar, Bs. As., 1996.

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