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FACIES

En la cara, cuya extremidad frontal tiene la significación más noble, se reflejan las
reacciones provocadas por el mundo exterior (interés, miedo, repugnancia, etc.), así
como las excitaciones que tienen su origen en el propio individuo, ya sean estados de
ánimos (alegría, tristeza, , preocupación, angustia, etc.), o en trastornos funcionales de
las vísceras provocados por daños de cualquier índole. En todos los casos, y por vía
nerviosa, se produce, a la par, la contractura de determinados músculos faciales y
fenómenos de irrigación de la piel (palidez, rubor, sudación), que dan a la cara un
aspecto que permítela observador experto apreciar la causa que lo motiva.

Las FACIES, o sea la expresión fisonómica, la coloración y la forma de la cara,


permite el inmediato y rápido conocimiento del intelecto, ánimo y salud del paciente.
Más todavía, muchas veces orienta hacia un determinado sistema o aparato y aún a una
enfermedad, guiando la exploración en el sentido más conveniente, es decir, haciéndola
discriminativa, que como reiteradamente se ha señalado, es el desiderátum del examen
médico.

Expresión Fisonómica. Se debe al tono y contracción de los músculos faciales,


agonistas y antagonistas, como de los extrínsecos del ojo y la actividad de las
glándulas lagrimales, dependiendo de la acción del tálamo e hipotálamo, a su vez
controlada por estímulos corticales emocionales e intelectuales.

En los sujetos sanos, el aspecto de la cara varía según múltiples factores, edad, la raza y
el estado de ánimo.
En los sujetos pícnicos, la cara tiene el contorno pentagonal o en forma de escudo
ancho, con color fresco de la piel y sienes notablemente despejadas.
Los Leptosómicos tienen el contorno frontal de la cara ovoideo, con el eje corto.
En los Atléticos, el contorno de la cara es ovoideo, alargado, sin perfil característico.

Tipo pícnico Tipo Asténico; leptosómico


Tipo Atlético
Los gestos de la cara (apretar los labios, fruncir el ceño, adelantar la barbilla; sonrisa
ancha) son como un semáforo revelador de un gran número de emociones e incluso de
estados no expresados por el lenguaje. Los gestos de la cara adquieren mayor
significado si se acompañan de otros de la cabeza, cuello y cuerpo.

Las enfermedades graves se reflejan en la expresión entre la cara y sobre todo en la de


los ojos. Reciben diversas calificaciones en relación con el nombre del autor que las ha
descrito, según el signo principal que manifiestan, ó el órgano enfermo

Hay afinidad de expresiones: tierna, colérica, amorosa, etc., que por propia experiencia
basta evocarlas para el reconocimiento; sin embargo algunas serán señaladas por su
significación médica.

Facies normal: expresiva e inteligente, atenta con la mirada vivaz y escudriñadora por
tono armonioso y apropiado de los músculos faciales y externos de los ojos.

Facies reconcentrada: por acción inmediata o alguna preocupación: rasgos exagerados


(labios apretados, frente fruncida) y mirada fija, penetrante, por aumento del tono de los
músculos faciales y extrínsecos de los ojos.

Facies durmiente: Inexpresiva y hasta estuporosa del sueño, sopor, coma, depresión
mental, abulia y letargia, caracterizada por rasgos borrados, labios entreabiertos,
párpados semiocluidos y mirada indiferente, o si no, párpados cerrados y bien quietos,
por hipotonía de los músculos faciales y oculares, como también por disminución de la
secreción lagrimal.

Facies ansiosa: hipertono y mayor secreción lagrimal, presenta rasgos faciales


acentuados, comisuras estiradas, ojos bien abiertos y brillantes y mirada movediza. Se
presenta en la angustia, ansiedad, neurosis, manía, excitación psicomotriz y libido.

Facies dolorosa: rasgos desencajados y mirada vaga por hipotonía, si hay inhibición, o
bien rasgos acentuados con boca fruncida o comisuras estiradas, maseteros prominentes
y dientes apretados, ojos fruncidos o abiertos por hipertono, cuando hay excitación.

COLORACIÓN
La coloración de la cara, al igual que la del resto de los tegumentos, depende del
número y volumen de los vasos de la piel, como de la calidad y cantidad de los
pigmentos contenidos en la sangre, particularmente hemoglobina, y de la cantidad de
melanina u otros pigmentos de la dermis, todo esto supeditado a la transparencia de la
piel, epidermis y dermis. Lo cual a su vez tiene relación directa con el espesor o grosor.

De acuerdo con la coloración se diferencian las facies:

Facies rubicunda, eritrósica:


Son caras con tintes progresivos del rojo, el cual puede ser sólo de la mejilla, frente,
nariz y barbilla o de toda la cara. La facies rosada y aun rubicunda pede ser normal,
dependiendo ello de factores familiares, raciales y de la edad, también es normal en la
emoción (facies púdica) y en las personas expuestas al calor o a la intemperie.
El alcoholismo inveterado origina una facies con estas características.
Una causa importante de las facies rosadas y aun rubicunda, también por vasodilatación
capilar, son los procesos agudos febriles en general.
Dentro de las facies febriles hay dos muy características:
La facies neumónica, generalmente vultuosa, algo cianótica y disneica, pero con
coloración rosada cianótica a manera de mancha, más acentuada en una de las mejillas,
correspondiendo al lado del pulmón enfermo y debida a una vasodilatación refleja
simpática.
Otra, la facies eritrósica, de las enfermedades eruptivas comunes: rubéola, sarampión
(ambas presentan un eritema papuloso, salpicando la cara, mejillas y frente) y
escarlatina (con eritema rosado difuso con un punteado rojizo).

Facies pálida:
Se caracteriza por la desaparición del sonrosado normal de la frente, mejillas, nariz y
hasta labios. Se debe a una de las siguientes causas:
a) Intransparencia constitucional de la piel, o bien pérdida del tejido elástico con
proliferación fibrosa tiene tez resquebrajada y llena de arrugas por lo que se
denomina facies gerodérmica.
b) Disminución del calibre de los vasos por espasmos con o sin esclerosis.
c) Disminución del contenido de Hemoglobina en la sangre.

Facies cianótica:
Consiste en la coloración azulada de toda la cara, incluso conjuntivas palpebrales, ó sólo
de las mejillas, mentón, lóbulo de la nariz y labios, por existencia en la sangre capilar de
5g% o más de hemoglobina reducida.
Las facies cianóticas se originan por los siguientes mecanismos:
a) Cortocircuito venoso arterial a nivel del corazón o en la circulación pulmonar.
b) Trastornos de la Hematosis (bronconeumonía, tuberculosis, asma bronquial)
c) Estasis sanguínea capilar (insuficiencia circulatoria, particularmente ventricular
derecha)

Facies ictérica:
Consiste en la coloración amarilla limón (flavínica), amarilla rojiza (rubínica), o
amarilla verdosa (verdínica) de la cara, incluso las conjuntivas bulbares por aumento de
la bilirrubina en sangre.
Las facies ictéricas se presentan en las siguientes condiciones:
a) Hemólisis por fragilidad congénita o adquirida de los glóbulos rojos.
b) Retención de bilirrubina por alteración del hepatocito.
c) Resorción de bilis por obstáculo a su eliminación.

Facies melanodérmica:
Consiste en la coloración morena y aún negra por acumulación anormal de la melanina
(exposición prolongada al sol, raza negra, enfermedad de Adisson) o de hemosiderina.
La primera es parda negruzca; en cambio, la segunda es ocre.

A continuación se describen la Facies de acuerdo con el sistema afectado:


FACIES DE ORIGEN NERVIOSO:

Facies Parkinsoniana: también denominada facies de jugador de póker, porque tiene


como rasgo saliente la inexpresividad; en efecto el paciente carece de mímica, su mirada
es fija y parpadea muy raramente; la piel se halla lustrosa, como embadurnada de
pomada; la boca entreabierta y fluyendo saliva por una de sus comisuras. Se observa en
la enfermedad del Parkinson, en el parkinsonismo postencefálico y en otros estados
parkinsonoides.

Facies del síndrome de Claude Bernard Horner: caracteriza al síndrome de igual


nombre debido a la parálisis del simpático cervical; se observa enoftalmía, o sea
disminución de la hendidura palpebral, reducción de la pupila o miosis y congestión de
la conjuntiva, todo del lado de la parálisis.

Facies en la enfermedad cerebrovascular: Rostro inmóvil, con la mejilla del lado


paralizado agitada por los movimientos respiratorios.

Facies encefálica: aspecto somnoliento y estuporoso del semblante; cuando el paciente


mantiene abiertos los ojos su fisonomía denota sorpresa. Se observa en la encefalitis
letárgica epidémica o enfermedad de Von Economo-Cruchet.

Facies hemiatrófica: una mitad de la cara es más pequeña que la otra como
consecuencia de la atrofia de la piel, músculos y huesos correspondientes a dicha mitad.
Se halla en la hemiatrofia facial o enfermedad de Romberg.

Facies hemihipertrófica: es opuesta a la anterior, apareciendo la mitad afectada de la


cara más grande que la otra. Se halla en la hemihiperatrofia facial o enfermedadde
Friedreich-Montgomery

Facies por parálisis facial periférica: hay hemiatrofia facial, con pérdida de las arrugas
de la frente, aumento de la hendidura palpebral, epifora, desviación del ojo y de la
comisura labial hacia arriba. Debe diferenciarse de las facies que se observa en la
parálisis facial central, en ella no hay compromiso de la frente, excepto en el caso
extremo de la lesión bilateral del nervio facial de origen central.

Facies de Hutchinson o de la “mirada de astrónomo”: consiste en la inmovilidad de


los ojos y ptosis palpebral unilateral o bilateral por oftalmoplejía externa nuclear
progresiva con extensión de la cabeza a fin de poder ver.

Facies del Tétanos: en el tétano se observa la llamada facies de la risa sardónica o del
espasmo cínico. Se observan arrugas en la frente y en el ángulo externo de los ojos, con
elevación de las cejas y las alas nasales, lo que confiere a la parte superior de la cara una
expresión de dolor; las comisuras labiales están llevadas hacia arriba y afuera, al mismo
tiempo que la boca queda entreabierta por retracción de los labios en una especie de risa
fija; de ahí el nombre de las facies.
FACIES DE ORIGEN RESPIRATORIO:

Facies adenoidea: boca entreabierta, cara alargada, mirada adormecida, pómulos


aplanados, nariz y labio superior muy pequeños y prominencia de la dentadura superior.
Es a causa de hipertrofia de adenoides.

Facies mediastínica: cara abogatada y cianótica, ingurgitación de las venas del cuello y
de la cabeza. Se presenta por obstrucción de la vena cava superior.

FACIES DE ORIGEN CARDÍACO:

Facies por angina de pecho: es pálida, refleja angustia, ansiedad y terror.

Facies por infarto del miocardio: piel con un tinte gris plomizo, como ceniza, se
observa una expresión de terror similar a la anterior.

Facies de la insuficiencia aórtica: color pálido de suave tinte amarillento, con las
arterias temporales y carótidas animadas de amplios latidos y las mejillas con una ligera
coloración rosada intermitente y sincrónica con el pulso.

Facies por cardiopatía congénita: cianosis, labios color rojo negruzco, conjuntiva
ocular inyectada, epicanto y orejas puntiagudas.

Facies rubicunda: es habitual en el niño, a causa de su piel fina, es normal en emoción


y en las personas expuestas al calor. Una causa importante de facies rosadas, son en los
procesos febriles.

FACIES DE ORIGEN DIGESTIVO

Facies pancreática: hay contracciones de la musculatura facial, palidez cianótica de las


mejillas y enoftalmos.

Facies peritoneal o hipocrática: puede encontrarse en enfermedades graves como una


peritonitis aguda o un estado de shock. Se caracteriza por un perfil enjunto (delgado),
mejillas hundidas, nariz afilada, enoftalmos y cianosis en los labios, con frecuencia se
acompaña de signos evidentes de deshidratación.

Facies ulcerosa: mejillas hundidas, frente arrugada, mirada brillante, temblor palpebral
y midriasis.

Facies cirróticas: conjuntivas ictéricas, rubor y telangiectasias en la frente, pómulos y


dorso de la nariz

Facies ictérica: coloración amarilla de la cara, escleróticas por aumento de la


bilirrubina en sangre; se ve en ictericias hemolíticas, por retención de la bilirrubina y
por obstáculo en su eliminación.
FACIES DE ORIGEN RENAL

Facies por nefritis: se ve en la glomerulonefritis aguda o vasoconstricción y anemia, la


cara abogatada, pálida con edema palpebral.

Facies por uremia crónica: piel amarillenta por reducción actínica de los cromógenos
urinarios retenidos.

FACIES ENDOCRINAS

Facies acromegálica: por adenoma cromofilo-eosinófilo del lóbulo anterior de la


hipófisis: perfil simiesco, por mayor desarrollo de la cara que el cráneo, prognatismo
por anormal desarrollo del maxilar inferior, arcos superciliares y cigomáticos bien
salientes.

Facies cretina: por hipotiroidismo congénito endémico, o esporádico: cara redonda y


algo infiltrada, en luna llena, con la boca entreabierta y la lengua algo afuera,
permitiendo el escurrimiento de la saliva

Facies hipertiroidea: ojos bien abiertos y aun propulsados (exoftalmo), con mirada fija
y brillante, tegumento de coloración salmón y a menudo canicie precoz.

Facies hipotiroidea o mixedematosa: destaca la poca expresividad del rostro, asociados


a rasgos abogatados, aspecto pálido amarillento, piel áspera y pastosa, pelo escaso,
edema periorbitario y macroglosia; con alguna frecuencia se pierden las cejas en los
lados externos. Se asocia a cuadros en los que existe un déficit de hormona tiroidea.

Facies Adissoniana: color de la piel sepia, a veces casi negro bronceado, que se
extiende a la mucosa bucal y orificios naturales, recto y vagina.

Facies de cushing: la cara se ve más redonda “cara de luna llena”, la piel se aprecia
más fina y eritematosa, es frecuente observar mayor cantidad de vellos y lesiones de
acné. Se ve en cuadros asociados a exceso de corticoides.

Facies virilizada: mejillas, mentón, labio superior y cuello con vello poblado y aun
barba en la mujer. Se encuentra en el adenoma basofilohipofisario, tumores
corticosuprarrenalles.

Facies mongólica: carácter recesivo con déficit mental y aun idiocia: cara redonda, con
borramiento del ángulo interno de los ojos por epicanto exagerado, generalmente
microcefalia y orejas pequeñas en asa.

Facies sardónica: la mitad superior de la cara, expresa concentración y la inferior riza


forzada. Es provocada por contracturas musculares del tétanos.
OTRAS FACIES:

Facies Caquécticas: palidez y con relieves óseos marcados, con cara triste y cansada,
con un tinte pardo-grisáceo. Se ve en desnutrición y en neoplasias.

Facies dolorosas: rasgos desencajados, mirada vaga por hipotonía en caso de dolor
profundo o contractura muscular facial, sudoración y ceño fruncido, expresión de
angustia y midriasis.

FOTOGRAFÍAS
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

• Semiología Médica y Técnica Exploratoria. Autor: Antonio Surós Batlló. 2001


• Medicina Interna. Autor: Pedro Cossio. 2007
• Manual de exploración Clínica. Autor: Agustín Caraballo. 2005
• Semiología Médica Integral. Autor: Diego Álvarez Montoya

Contacto: www.gastromerida.com

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