LA ESQUINA DE ACOFI.

La Ingeniería y la calidad de la educación.

German Urdaneta Hernández, Sepúlveda Lozano & Cia Ltda.
En los últimos días de Octubre se reunieron en Cali las
facultades de Ingeniería del País para reflexionar sobre la
Calidad de la educación en Ingeniería. Entre los muy
variados temas que se debatieron, surgió uno que toca de
cerca a la Ingeniería practicante: el total abandono del
profesional respecto a la calidad del estudiante que se
selecciona para cursar la carrera. Tan dramático resultó el
análisis, que se llegó a calificar a la ingeniería de "..especie
sin instinto de conservación", puesto que no se preocupa de
cuidar la simiente de su perpetuación.
La madurez del aspirante a Ingeniero es baja, ya que debido
a la aceleración de los procesos educativos, la edad de
egreso del bachiller promedio es demasiado baja, por lo
cual el adolescente se impresiona fácilmente. Al enfrentar
la decisión de elegir carrera, su motivación está muy
débilmente sustentada, ya que por lo general, y cuando no
existen otros motivos muy fútiles, priman la afinidad por
determinados aspectos de la profesión (las matemáticas, la
ciencia, la investigación, el trabajo de campo, etc.), la
novedad de una carrera, la aparente calidad o el glamour de
las instituciones educativas o los prospectos de bienestar
económico que se le ofrecen, factores que le atraen pero sin
que conozca realmente los objetivos, posibilidades y
dificultades del verdadero ejercicio profesional.
ha permitido con su inacción, que las instancias de la
secundaria, poco capacitadas para ello, asuman la
responsabilidad de orientar a aquellos que serán los
sucesores de la generaciones actuales.
Desafortunadamente, la relación de la Empresa con la
Universidad está marcada por el signo del interés
comercial, pues colabora con ella, generalmente en
términos económicos, para obtener beneficios derivados del
esfuerzo investigativo o de la prestación de servicios
baratos. Al no encontrar un interés específico y común, no
considera que su posibilidad se encuentra "ad portas" en la
persona de los estudiantes.
He aquí la raíz de la catilinaria acusación que se hizo al
gremio.
No se pretende que sea la profesión el agente adecuado para
efectuar la Orientación. El defecto primario del proceso
actual es la desinformación de los orientadores sobre lo que
es la Ingeniería Nacional.
Es altamente deseable que la profesión, mejor representada
por sus gremios y asociaciones, haga presencia en el
proceso formativo, aportando sus luces y recursos para
documentar y sustentar tal información, de un modo que
solo la visión del profesional puede aportar.

Tradicionalmente, la ingeniería en ejercicio se ha mostrado
ausente del proceso formativo de sus nuevas generaciones.
Una vez egresado de los claustros, el Ingeniero se aleja del
proceso educativo. Habiendo sido sujeto de formación, no
tiene mentalidad de participante y considera que la función
es exclusiva de la escuela. Al no existir una saludable
retroalimentación sobre los resultados de la formación, la
cual solamente se centra en las estadísticas siempre
preocupantes del desempleo, el contacto del estudiante con
la realidad se hace a través de la practica docente de
algunos profesores, que de manera puntual y a menudo
sesgada, comparten sus vivencias profesionales sin orden ni
concierto alguno.
Estas reflexiones, que se abren a polémica, han dado origen
a un proyecto de ACOFI, la Asociación Colombiana de
Facultades de Ingeniería, para producir materiales serios y
bien documentados que soporten los procesos informativos
de Orientación profesional hacia las áreas de la Ingeniería.
En los próximos días podremos recibir solicitudes de
apoyo, de información y soporte para desarrollar este
programa. Al escuchar esta solicitud apoyémosla con
entusiasmo, ya que es una tarea de altura que nos compete a
todos, ya que es de supervivencia.
Publicado en la Revista de Acic en 1992

Como usuaria de la producción de las Universidades, la

Empresa acoge a los recién egresados, dándoles la
oportunidad de iniciar su camino. Recogiendo personas
cuyo perfil no necesariamente coincide con sus
necesidades, debe acometer una tarea de
acondicionamiento, que produce altas tasas de deserción en
los primeros años de ejercicio laboral.

Las diferentes instancias de la educación, la secundaria, la

universitaria o la Empresa no identifican su
interdependencia y es así como sus metas y esfuerzos a
menudo divergen o entran en conflicto, dispersando
innecesariamente la energía que se dedica al vital empeño
de formar los Ingenieros que realmente necesita el país.

La profesión no ha comprendido que el éxito de las

promociones de Ingenieros, y por consiguiente de nuestro
futuro, está en la excelencia de la selección y protección
adecuada de esa simiente que reciben las Universidades. Y