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LA CONFUSIÓN
Solo basta que usted acuda a uno solo de los numerosos foros que
existen en la red sobre la religión yoruba y formule la siguiente pregunta:
¿Qué diferencia existe entre Eleggüá y Eshu?, para que de inmediato le
contesten sacerdotes yorubas, iniciados, y hasta neófitos; lo lamentable de
esta situación, es que cada uno de ellos tiene versiones muy confusas
sobre el asunto, y que generalmente están vinculadas al comercio con
dichos Dioses. La mayoría de las opiniones que dan los adeptos a esta
religión sobre Eleggüá y Eshu, independientemente de la jerarquía o
estatus religioso que posean, demuestra la validez del refrán yoruba:
Oreja no pasa cabeza, frase que por cierto, ha sido usada
frecuentemente entre los sacerdotes de la diáspora yoruba, para implantar
en la religión, la absurda idea de que: E l que tiene más tiempo de
iniciado en la religión yoruba, siempre tiene la razón ; cuando
realmente lo que la frase quiere expresar, es que el hombre es loro del
hombre, pues nos gusta repetir lo que oímos y no usamos la cabeza para
analizar lo que estamos repitiendo. Esta actitud enquistada en la mayoría
de los sacerdotes yoruba de la diáspora africana, ha generado serias
aberraciones en la mecánica de la religión, por eso existen sacerdotes de
Osha que determinan el Orisha tutelar con el caracol de Eleggüá; entregan
los denominados guerreros, cuyos atributos pertenecen al sacerdocio de
Ifá; o simplemente le colocan nombres de los caminos de Eshu a Eleggüá.
Pero los sacerdotes de Ifá, también somos culpables de que esas cosas
ocurran en el seno de la religión yoruba que se practica en la diáspora
africana, pues el conocimiento que poseemos, solo está basado en
cuestionadas historias mitológicas, y que solo tienen una función
meramente pedagógica, pero que el fundamentalismo ha convertido en
verdades incuestionables; no obstante, en los códices de Ifá de la diáspora
africana, están insertos en forma de símbolos y oscuros mensajes, la
verdad ancestral de la religión yoruba, la pagana, la que contiene las leyes
universales que rigen el universo, pero que los sacerdotes degradaron con
el tiempo, convirtiendo al culto celeste de Ifá, en panteísmo puro y en su
fase posterior el fetichismo, esto ocurrió en gran medida por la negligencia
de no pensar, no estudiar, y no analizar e investigar sobre lo que
profesamos y adoramos.