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Aura Sylvia Lorenzo Valdés

Resumen: Diccionario Introductorio de Psicoanálisis Lacaniano.


Autor: Dylan Evans. Ed. Paidós Lexicon. Buenos Aires, 1997.

Estadio del espejo

El estadio del espejo (en inglés: looking-glass phase), fue el tema del
primer aporte oficial de Lacan a la teoría psicoanalítica, cuando propuso el
concepto ante el XIV Congreso Psicoanalítico Internacional de Marienbad en
1936 (el trabajo original de 1936 nunca se publicó, pero en 1949 apareció
una versión reescrita).

El test del espejo fue primero descrito en 1931 por Henri Wallon,
psicólogo francés amigo de Lacan, aunque éste atribuye el descubrimiento a
Baldwin. Se trata de un particular experimento que permite diferenciar al
infante humano de su pariente animal más cercano, el chimpancé. El niño
de seis meses difiere del chimpancé de la misma edad porque el primero
queda fascinado con su reflejo en el espejo, y lo asume jubilosamente como
su propia imagen, mientras que el chimpancé comprende rápidamente que
la imagen es ilusoria y pierde interés en ella.

El estadio del espejo describe la formación del Yo a través del proceso


de la identificación: el yo es el resultado de identificarse con la propia
imagen especular. La clave de este fenómeno está en el carácter prematuro
de la cría humana: a los seis meses, el bebé carece todavía de coordinación.
No obstante, su sistema visual está relativamente avanzado, lo que significa
que puede reconocerse en el espejo antes de haber alcanzado el control de
sus movimientos corporales, la criatura ve su propia imagen como un todo
(véase Gestalt), la síntesis de esta imagen genera una sensación de
contraste con la falta de coordinación del cuerpo, que es experimentado
como Cuerpo fragmentado: este contraste es primero sentido por el infante
como una rivalidad con su propia imagen, porque la completud de la imagen
amenaza al sujeto con la fragmentación; el estadio del espejo suscita de tal
modo una tensión agresiva entre el sujeto y la imagen. Para resolver esta
tensión agresiva, el sujeto se identifica con la imagen; esta identificación
primaria con lo semejante es lo que da forma al yo. El momento de la
identificación, en el que el sujeto asume su imagen como propia, es descrito
por Lacan como un momento de júbilo, porque conduce a una sensación
imaginaria de dominio; “el júbilo (del niño) se debe a su triunfo imaginario al
anticipar un grado de coordinación muscular que aún no ha logrado en
realidad”. No obstante este júbilo puede ser también acompañado por na
reacción depresiva, cuando el niño compara su propia sensación precaria de
dominio con la omnipotencia del la madre. Esta identificación también
involucra al yo ideal, que funciona como una promesa de totalidad futura y
sostiene al yo en la anticipación.

El estadio del espejo demuestra que el yo es el producto del


desconocimiento e indica el sitio donde el sujeto se aliena a sí mismo.
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Representa la introducción del sujeto en el orden imaginario. No obstante


tiene también una dimensión simbólica importante. El orden simbólico está
presente en la figura del adulto que lleva o sostiene al infante.
Inmediatamente después de haber asumido jubilosamente su imagen como
propia, el niño vuelve la cabeza hacia ese adulto, quien representa al gran
Otro, como si le pidiera que ratificara esa imagen.

El estadio del espejo está también estrechamente relacionado con el


narcisismo, como se advierte con claridad en la historia de Narciso en el
mito griego.

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