Sunteți pe pagina 1din 18

La renovación en el Imperio Carolingio.

1. A MODO DE INTRODUCCIÓN.

Desde cualquier punto de vista que se examine, la civilización del siglo IX fue
testimonio de una ruptura muy clara con la civilización anterior. “El golpe de estado de
Pipino el Breve es algo más que un cambio de dinastías”1, dirá Pirenne. Y desde ya
que compartimos esta idea.
Esta etapa supone la orientación nueva en el curso seguido hasta entonces por
la historia. Ciertamente veremos con Carlomagno, que tomará el título de emperador
romano y de Ausgusto, un personaje que creyó reanudar la tradición antigua. Aunque
“en realidad la rompió”.2 El antiguo Imperio se convierte en un Imperio oriental,
yuxtapuesto y ajeno al nuevo Imperio de Occidente. Pesar de su nombre, éste no es
romano más que en la medida en que la Iglesia Católica es romana.
En este trabajo nos referiremos particularmente al reinado de Carlomagno, a sus
innovaciones y a las medidas implementadas por el mismo para lograr una profunda y
organizada renovación del Estado, a la que se llegará en parte.
Frente a tantos logros, avances y progresos, encontraremos paradójicamente en
algunos apartados una clave en este Imperio: una regresión con respecto a los
aspectos económicos de este período, cuestión particular que invitamos a atender, ya
que tendrá sus consecuencias en algunas de sus medidas.
Por último, Intentaremos esbozar lo que fueron sus ideas y cómo ellas se
llevaron a la práctica.

2. ORÍGENES DE LA DINASTÍA.

Las raíces del Imperio carolingio se encuentran en el reino formado por


Clodoveo en el siglo V. Llegó al poder en el 486 d.C., y en un reinado de sólo 30 años
logró unir a los pueblos francos en un solo reino y extender espectacularmente los
límites de su poder. La victoria clave de Clodoveo sobre los visigodos se produjo en
Vouillé, cerca de Poitiers, en el 507.
Hacia mediados del siglo VI se habían alcanzado los límites naturales de
Francia, y el reino merovingio (como se denominaba el reino de Clodoveo y sus

1
PIRRENNE, Henry, “Las ciudades de la Edad Media”, n/d, p. 10.
2
PIRRENNE, Henry, Ob. Cit., p. 10.

2
sucesores), abarcaba de los Alpes a los Pirineos, del Mediterráneo al canal de la
Mancha y desde el Atlántico hasta más allá del Rhin.

Con la muerte de Clodoveo, en el año 511, el reino de los francos comenzó a


dividirse, cuestión que originó guerras civiles y provocó la decadencia de la dinastía
merovingia.
Los últimos representantes de la familia, fueron soberanos indolentes e
incapaces, y con justa razón “se los llamó reyes holgazanes”. 3

Alejados de las tareas de gobierno, delegaron el poder en unos funcionarios


llamados mayordomos de palacio, los que adquirieron gran autoridad y se adueñaron
del poder. Éstos comenzaron siendo intendentes de la casa real, encargados de
administrar los bienes personales del rey. Con el tiempo, comandaron la guardia militar
y desempeñaron algunos ministerios.
Luego de un tiempo, la designación de los mayordomos de palacio dejó de ser
privilegio de los monarcas y pasó a estar en manos de la aristocracia que de esta
forma, controlaba el poder.
Finalmente, a principios del siglo VII, después de la muerte del Rey Dagoberto,
este cargo comenzó a ser hereditario, privilegio que cayó en la familia de los Heristal,
duques de Austria.

Uno de ellos, Carlos Martel, alcanzó gran renombre luego de lograr contener el
ataque de los musulmanes en la muy conocida batalla de Poitiers, en el 732. A su
muerte, en el 741, heredaron el cargo sus hijos, Carlomán y Pipino.
El primero ingresó en un convento y el segundo, apodado el Breve por su
estatura, comenzó a gobernar en nombre de Childerico III. Este monarca carecía de
poder efectivo en realidad. De esta forma, Pipino consultó al Papa Zacarías si era
justo que el título real estuviera en poder de quien no gobernaba. “…lo justo es llamar
rey al que ejerce dicha autoridad y no a quien carece de ella…”4, contestó el Pontífice.
Apoyándose en estas palabras, Pipino el Breve depuso a Childerico y se hizo
reconocer rey de los francos en el 751. El nuevo Papa Esteban III, se trasladó a
Francia y lo consagró solemnemente otorgándole, de esta manera, el derechi divino a
la sucesión hereditaria.
Por último algo importante aquí: el vínculo que se había generado entre el rey de
los francos y el Papa, logró que a partir de este momento, el Papa unía a su autoridad

3
IBAÑEZ, José, “Historia Medieval”, Sexta Edición, Troquel, Buenos Aires, 1956, p. 373.
4
IBAÑEZ, José, Ob. Cit., p. 374.

3
espiritual, un poder temporal, pues se transformó en el soberano de los territorios
situados al noreste de Italia.

Con la caída de Childerico, cae definitivamente la dinastía merovingia y el


advenimiento de una nueva se anunciaba, la Carolingia, cuyo nombre se debe al más
destacado de sus reyes: Carlomagno.

2.1. CARLOMAGNO

Pipino el Breve murió en el 768 y el reino franco era heredado por sus dos hijos:
Carlos y Carlomán, que al poco tiempo fallece. Con este nefasto hecho, Carlos es
reconocido como único rey.
Por sus brillantes prendas de carácter y sus exitosas campañas militares, fue
apellidado el Magno (grande) y ha pasado a la historia con el nombre antes
mencionado: Carlomagno.
“Carlomagno fue sin duda el mayor gobernante europeo de la época; un hombre
experimentado en la guerra, un administrador capaz, encarnizado defensor de la
Iglesia y del Cristianismo y un gran mecenas del arte”.5 El reino que fortaleció y
expandió se convirtió finalmente en Imperio.

2.2. EL IMPERIO CAROLINGIO

Luego de sus tan reconocidas victoriosas campañas, Carlomagno logró dominar


toda la Europa Occidental, salvo Inglaterra y gran parte de España, y “las fronteras del
reino franco fueron casi tan extensas como las del viejo Imperio Romano de
Occidente”.6

Este motivo, junto con la necesidad de unificar los territorios y los pueblos
cristianos, indujeron al Papa a restablecer la dignidad imperial, colocándola en manos
de este rey, que era el más poderoso de Europa. Uno de los sucesos destacados que
influyeron en esta decisión se dio en el año 800, cuando Carlomagno envía tropas a
Italia, en ayuda del Papa León III, que había sido depuesto en una rebelión.
Restablecida la autoridad pontificia, e Rey franco se trasladó a Roma, situación que

5
AA.VV, “Atlas de Historia Universal”, The Times. Aguilar/ Clarín, Buenos Aires, 1994, p.112.
6
IBAÑEZ, José, “Historia Medieval”, Sexta Edición, Troquel, Buenos Aires, 1956, p.377.

4
fue aprovechada por el Papa para coronarlo Emperador. De esta forma, el Papa se
consideraba su vasallo en el orden temporal.

El Imperio Carolingio abarcaba todos los actuales territorios de Francia, Holanda,


Bélgica, Suiza, Austria y partes de Alemania, Hungría, Italia y España.

3. POLÍTICA.

La coronación imperial no alteró demasiado el poderío de Carlomagno, pero sí


aumentó su prestigio y le aseguró el predominio sobre todos los príncipes cristianos de
Occidente.
Para facilitar la administración de un territorio tan amplio, el rey dividió su imperio
en unas trescientas provincias, a cuyo frente puso a los condes, funcionarios
revestidos de autoridad militar, civil y judicial, como veremos en este trabajo. Esas
provincias, ahora condados, fueron la base de la organización administrativa y se
subdividieron en vizcondados, centurias o vicarías, y mansos.

Por otra parte, cabe destacar que su gobierno, no fue del todo absoluto. Sabía
que al amor por la libertad individual era muy grande entre los pueblos de origen
germánico que formaban el Imperio, y a fin de escuchar su opinión y hacerles conocer
sus proyectos legislativos, solía reunirlos en Asambleas, donde participaban miembros
del clero, la nobleza y los hombres libres. De esta manera fue elaborándose un nuevo
derecho que desplazó lentamente las costumbres germánicas y favoreció la unidad del
Estado.
Por otra parte, la Corte sí conservó la sencillez germánica, y el Emperador
gustaba mantenerse en contacto con sus súbditos. Carlomagno “residía
7
preferentemente en el campo donde era dueño de grandes fincas”. Sin embargo, en
los últimos años, se estableció en Aquisgrán, ciudad que se constituyó en capital del
Imperio.

3.1. LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO.

Al abordar el problema de la organización del Estado y la unidad política, nos


encontramos con dos concepciones distintas.

7
IBAÑEZ, José, Ob. Cit., p. 379.

5
Para los francos que dirigen el reino, el poder es ejercido conjuntamente por la
nobleza de los hombres libres y por el rey. Estos elementos forman el Estado, “una
especie de comunidad de personas sin domicilio fijo, que ha conseguido someter a
otros pueblos”. 8 Este estado es reforzado por el juramento de fidelidad y la guerra de
conquista.
A pesar de ello, estas prestaciones de juramento no fueron demasiado bien
comprendidas por los súbditos. Para éstos, el soberano exigía estos juramentos
porque “necesitaba apoyo, lo cual fue interpretado como un síntoma de debilidad” 9
Por el contrario, la guerra era necesaria, ya que impedía que la nobleza se
arrogara demasiados poderes. Era entonces, la concepción de este Estado, una
concreta que sólo se mantenía con la victoria y estaba orientada por un concepto
fundamental, el de la “cosa pública”, el Bien Común.

3.2. LAS LEYES.

La unidad del Estado y del territorio debía se complementada por la unidad de la


legislación. Carlomagno utilizaba una reunión anual de todos los hombres libres,
llamada Asamblea General, antes de partir a las campañas militares, para obtener el
acuerdo de todos sobre sus decisiones.
Las mismas eran proclamadas y puestas por escrito capítulo a capítulo, de allí s
nombre “capitular”, con el que se designa a estos documentos oficiales. Éstas eran
aplicables tras la proclamación del soberano, en virtud de su derecho de “obligar y
castigar”. 10
Carlomagno introdujo una innovación, al hacerlas poner por escrito, a fin de
reforzar el orden oral y tengan sustento. De esta forma, cada pueblo del Imperio
conservó sus leyes.
El inconveniente fue que la personalidad de las leyes continuó existiendo a
través del tiempo e impidió la unidad real del Imperio. Con este problema, se dio
también la creación de sub reinos.
De esta forma, podemos decir, que la diversidad étnica y regional del Imperio fue
la causa principal del fracaso de la unidad tan buscada.

3.3. UNA INNOVACIÓN: LA VIDA DE PALACIO.

8
BALARD, Michel, GENÊT, Jean Philipe, ROUCHE, Michel, “De los Bárbaros al renacimiento”, Akal, Madrid, 1994,
p.66.
9
BALARD, Michel, GENÊT, Jean Philipe, ROUCHE, Michel, Ob. Cit.p.66.
10
BALARD, Michel, GENÊT, Jean Philipe, ROUCHE, Michel, Ob. Cit.p.67.

6
Los gobiernos carolingios, en un intento de “salir de la primitiva herencia y
evolucionar hacia una mentalidad más romana y más eficaz”11, pretenden, como ya lo
venimos mencionando, modificar las estructuras que se habían establecido como
habituales en el territorio. El Palacio será una de ellas.
El mismo comienza a establecerse en el dominio de Aquisgrán en el año 794, y
Carlomagno reside allí de forma habitual desde el 807. Allí, los grandes oficiales le
prestaban ayuda en sus tareas.

3.4. UNA FIGURA FUNDAMENTAL EN LA ORGANIZACIÓN: EL CONDE.

Las órdenes notificadas por el Palacio eran ejecutadas por a nivel del condado.
Éste estaba dirigido por el Conde, que era elegido por el Rey, como también
desplazado o revocado por éste. Se le remuneraba con el disfrute de las rentas de las
tierras imperiales, a las que se llamaban honor o comitatus. Sus funciones eran muy
numerosas: ejecutaba las órdenes reales y convocaba a los hombres libres para la
expedición anual, también garantizaba la presidencia del tribunal real, etc.

A pesar de esta figura, era comprensible que Carlomagno no pudiera tener


controlados todos sus territorios con un aparato tan reducido. Es más, veremos que
ello fue una de las causas de la caída del Imperio. Éste estaba “insuficientemente
administrado”. 12
Hasta algunas veces, el Emperador agrupaba unos condados confiriéndolos a
un Conde de la marca. Estos territorios, muchas veces fronterizos, estaban en una
situación de continua guerra: s necesitaba también pues, un jefe con todos los
poderes. Las marcas más importantes eran las de España, Bretaña y las que se
crearon para hacer frente a los daneses, a los wendos y a los ávaros.

3.5. LA DENUNCIA DE LOS ABUSOS CON LOS MISSI DOMINICI.

Otra innovación carolingia, pensada con el fin de impedir que éstos agentes
antes mencionados se convirtieran en déspotas locales, fue la institución de los Missi
Dominici. Aparecerán en el 779 y eran enviados reales que tenían como misión
indagar sobre “los abusos, proponer sanciones, presidir los tribunales, etc.…”.13
Fueron ellos los que dieron al Imperio cierta cohesión.

11
BALARD, Michel, GENÊT, Jean Philipe, ROUCHE, Michel, Ob. Cit.p.67.
12
BALARD, Michel, GENÊT, Jean Philipe, ROUCHE, Michel, Ob. Cit.p.68.
13
BALARD, Michel, GENÊT, Jean Philipe, ROUCHE, Michel, Ob. Cit.p.69.

7
A pesar de este logro, con el tiempo, son impotentes para denunciar los abusos
que comprueban, puesto que el Estado, incapaz de pagar a los agentes, es incapaz de
imponerles su autoridad, “viéndose así obligado a recurrir a la aristocracia que, gracias
a su situación social, era la única que podía proporcionarle servicios gratuitos”. 14
Este reclutamiento fue un vicio del Estado franco y causa esencial de su rápida
disolución después de la muerte de Carlomagno.

3.6. EL VASALLAJE Y EL BENEFICIO EN EL ESTADO.

Por otro lado, Carlomagno siempre preocupado de reforzar la solidez de su


Imperio, introdujo el vasallaje en el Estado, “al sistematizar la unión del beneficio con
el vínculo personal”.15 Exhortó a todos los hombres libres para que entraran en la
obediencia de un señor mediante la ceremonia de encomendación. A cambio del
servicio militar de este hombre, se señor le ofrece de por vida el usufructo de uno de
sus propios bienes territoriales.
El servicio del vasallo es la causa del beneficio. De este modo “se creó la
jerarquía a de subordinados”.16 Así, Carlomagno esperaba reforzar la estructura del
Estado.

Se rodeó de vassi dominici (vasallos particulares del rey) y hasta obligó a los
Obispos y Abades a que entraran también ellos en al encomendación. Mediante esta
red de fidelidades que se cruzaban, pero que siempre terminarían beneficiando a su
persona, el Emperador esperaba fundamentar el edificio político en el respeto de la
palabra dada, en la fe jurada sobre los evangelios y, sobre todo, en las obligaciones
mutuas de vasallo y señor. Aquí cabe mencionar que en su afán de orden y
organización “Carlomagno exhortaba a sus administradores a que fueran puntuales
(…) a fin de que dieran el ejemplo”17

Pero ¿cómo se daba la encomendación? Después de poner las manos entre las
del señor y prestar el juramento, tenía lugar la investidura del beneficio, valiéndose
para ello de un símbolo: un terrón o una rama llena de hojas que “representa el
disfrute de la tierra concedida” 18 – no la propiedad.

14
PIRRENNE, Henry, Ob. Cit., p.15.
15
BALARD, Michel, GENÊT, Jean Philipe, ROUCHE, Michel, “De los Bárbaros al renacimiento”, Akal, Madrid, 1994,
p. 69.
16
BALARD, Michel, GENÊT, Jean Philipe, ROUCHE, Michel, Ob. Cit.,p. 69.
17
POWER, Eileen, “Gente de la edad media”, EUDEBA, Buenos Aires, 1983, p. 18.

8
Así se expresaba, cuando el Duque de Baviera se encomendaba a Pipino: ““…
llegó Tasilón, duque de Baviera, quien se encomendó en vasallaje mediante las
manos. Prestó múltiples e innumerables juramentos, colocando sus manos sobre las
reliquias de los santos. Y prometió fidelidad al rey (…) tal como debe hacerlo un
vasallo, con espíritu leal y devoción firme, como debe ser un vasallo para con sus
señores”. 19
De esta forma, mediante una cadena de éstos, se descendía desde el rey a los
vasallos ordinarios, pasando por los vasallos reales. Desde un primer momento,
dejaba claro Carlomagno que los contratos eran indisolubles, salvo el caso de crimen
o injusticia del señor para con su vasallo.
“Si alguno quiere abandonar a su señor, lo podrá hacer, mediando pruebas de
alguno de estos crímenes: en primer lugar, si el señor ha querido reducirlo
injustamente a servidumbre; en segundo lugar, si ha meditado planes contra su vida;
en tercer lugar, si ha cometido adulterio con la mujer de su vasallo; en cuarto lugar, si
ha ido contra él, la espada en alto, para matarlo conscientemente; en quinto lugar si,
pudiendo asegurar la defensa de su vasallo después que éste se ha recomendado en
sus manos, no lo ha hecho” 20, establecía una capitular de Carlomagno.

4. EL EJÉRCITO.

Los medios de acción eran los que mantenían la concepción y organización


política. Entre ellos, el más importante y efectivo era el ejército, ya que la guerra, como
dijimos, “era una institución pública” 21, hasta la más importante sin duda alguna.
En teoría todos los hombres libres debían el servicio militar, pero en la práctica
se acababa convocando sólo a los hombres libres y vasallos que habitaban cerca de la
región en la que se iba a luchar. Las deserciones eran castigadas con la pena de
muerte.

5. EL FISCO.

Recién mencionábamos un medio de acción altamente efectivo en el Imperio


Carolingio. Otro, efectivo desde otro punto de vista, fue su riqueza, y de una forma
18
BALARD, Michel, GENÊT, Jean Philipe, ROUCHE, Michel, “De los Bárbaros al renacimiento”, Akal, Madrid, 1994,
p.75.
19
“Annales regni Francorum”, Ed. Kurze, 1985 en BOUSTROUCHE, R., “Señorío y feudalismo. I. Los vínculos de
dependencia”, Madrid, 1980, p. 284.
20
“Capitular de entre 801 y 813”, Capitularia. I, nº104, p.215, en LADERO, M.A., “Historia Universal de la Edad
Media”, Barcelona, 1987, p. 285.
21
BALARD, Michel, GENÊT, Jean Philipe, ROUCHE, Michel, “De los Bárbaros al renacimiento”, Akal, Madrid, 1994,
p.69.

9
especial, su riqueza en tierras. Se ocupó en administrar correctamente sus dominios
en todo tiempo. Podía utilizar este capital para conceder a sus vasallos unas tierras
que recuperaría luego de la muerte de éstos.
Luego, bajo Luis el Piadoso, este capital dejaría de crecer, por dos motivos: uno
al finalizar las guerras y otro, porque el mismo “concedería tierras en plena propiedad
y no a título de usufructo vitalicio”.22 Es así que disminuirían enormemente.
Los otros ingresos consistían en el cobro de multas judiciales, multas ante la
negativa de ingresar en el ejército, impuestos indirectos, etc.

6. EL SISTEMA JUDICIAL.

Carlomagno, para conseguir esta paz en sus territorios y la unificación de los


mismos, necesitaría un sistema judicial eficaz. Y aquí es donde el Emperador dejaría
su huella. Entre tantas cosas dentro de este sistema creo jueces profesionales, intentó
desarrollar la prueba mediante testimonio o pesquisa, para acabar con un
procedimiento oral y hasta organizó la apelación al tribunal del palacio en casos de
juicios erróneo.
Pero, más allá de estos esfuerzos y de la influencia de la Iglesia que intervino
para “humanizar las sentencias y la crueldad de las penas”23, la corrupción de los
jueces y la venganza por casos no resueltos continuaron existiendo.
Este enfrentamiento entre la violencia de los tiempos que corrían y los continuos
esfuerzos de paz y orden, ciñeron la labor de todos los emperadores carolingios.

7. LA IGLESIA COMO BRAZO DEL ESTADO.

“La debilidad de este gobierno, que no llega a dominar este conglomerado de


reinos y de pueblos tan diversos dentro de su totalidad, explica el continuo recurso a la
Iglesia”.24 Y de hecho así fue. Ella, única fuerza moral y material que se extendía por el
Imperio, es el crecimiento de una unidad siempre pretendida pero nunca alcanzada.
La Iglesia será la principal colaboradora del Estado. En esta relación, se dieron
dos posturas: Carlomagno siempre quiso controlarla; su hijo Luis, todo lo contrario.
La decisión del Emperador era imprescindible para entrar al clero, ya que éste
nombraba a todos los Obispos e incluso a veces a los Abades.

22
BALARD, Michel, GENÊT, Jean Philipe, ROUCHE, Michel, “De los Bárbaros al renacimiento”, Akal, Madrid, 1994,
p.70.
23
Ibídem, p.70.
24
Ibídem, p.71.

10
Tal es esta relación, que hizo entrar al clero dentro del vasallaje, obligó a los
grandes dignatarios a participar en las Asambleas Generales y hasta a dirigir su
contingente de hombres libres. Hasta presidirá los Concilios.

El principal resultado de esta “confusión de los espiritual con lo moral”25, fue que
ayudó a la Iglesia a acelerar la reforma iniciada en el siglo VIII. Dos generaciones de
grandes Obispos representan este doble renacimiento de la Iglesia: la primera que
pretendió organizar, con Carlomagno, y la segunda, que intentó aplicar el programa,
con Luis el Piadoso.

Por último, entre otras cosas, se reformo el clero, la liturgia, se estableció la


legislación episcopal y eclesiástica, la concepción y organización de los abades y
monjes en los monasterios y, a partir de estas reformas, los monasterios se convertían
en centros de múltiples funciones: agrícolas, espirituales e intelectuales.

8. LOS LAICOS Y LA ARISTOCRACIA.

Frente a este poderío de la Iglesia, fundamental para legitimar el poder del


Estado, el de los laicos era claramente inferior. A partir de esta época es cuando “se
produce la identificación del laico con el iletrado”.26 Entre los grandes, los hombres
cultos son escasos, lo que no impide que las familias nobles dominen el mundo laico y
evolucionen, gracias a la amplitud del Imperio y a los favores imperiales. Gracias a sus
alianzas con la familia real o con las noblezas locales, se implantan muy rápido en casi
todas partes, absorbiendo a las antiguas familias senatoriales o a los antiguos jefes de
tribus germánicas.
Carlomagno elegía a los condes casi exclusivamente entre los francos de
Austrasia, los hispanovisigodos, lombardos y bávaros para frenar la tendencia de esta
aristocracia a implantarse en las regiones administradas.
No obstante lo cual, podemos decir que hasta el año 846, aproximadamente,
esta aristocracia permanecerá fiel a los emperadores y a los reyes.

9. EL SISTEMA ECONÓMICO. ¿UN PERÍODO DE PROGRESO?

25
BALARD, Michel, GENÊT, Jean Philipe, ROUCHE, Michel, “De los Bárbaros al renacimiento”, Akal, Madrid, 1994,
p.71.
26
BALARD, Michel, GENÊT, Jean Philipe, ROUCHE, Michel, Ob. Cit., p.74.

11
Para situarnos en el contexto de este período, nos referimos al intercambio que
se daba en una Europa en decadencia económica, que tenía lugar desde el primer
momento en que dejó de pertenecer a la comunidad mediterránea, por las invasiones
musulmanas y el cierre del Mediterráneo por el Islam.

Luego de compartir anteriormente las ideas, renovaciones e intenciones por


lograr un Estado de paz, orden y progreso, permítannos compartir unas líneas con
relación a este tema que anunciamos: el aspecto económico.
“Estamos tan acostumbrados a considerar el reinado de Carlomagno como una
época de renacimiento que tendemos inconscientemente a suponer un progreso
idéntico en todos los aspectos. Pero, por desgracia, lo que es cierto a la cultura
literaria, al estado religioso, las costumbres las instituciones y la política, no lo es
respecto a la circulación y al comercio”27, expresará Henry Pirenne.
Ni sus grandes aliados, la Iglesia ni el ejército, podían controlar las
circunstancias que privaban al Imperio franco de la salida al exterior. Hubo que
acoplarse a una situación que se imponía de hecho, como vimos. La historia debe
reconocer que el siglo de Carlomagno, por muy brillante que parezca en otros
aspectos, visto desde lo económico “es un siglo de regresión”.28

9.1. LA RENOVACIÓN EN EL INTERCAMBIO.

Es por la razón mencionada en el punto anterior, que ni siquiera el dominio


clásico podía autoabastecerse.
Había que procurarse hierro para las herramientas, sal para la conservación de
la carne, vino en las regiones no vitivinícolas, etc. Pero, para ello, “era precisa una
moneda de poco poder de compra y asequible a todos”.29 Frente a esta necesidad,
Carlomagno adoptó definitivamente la plata como patrón monetario. Con esta
innovación, se trataba de orientar la economía hacia el espacio nórdico y fomentar los
intercambios locales.
El sistema constaba de dos monedas de cuenta: la libre y el sueldo, utilizadas
para las transacciones.
Al mismo tiempo, el Emperador Carlomagno suprimía las acuñaciones privadas y
mantuvo un número fijo de talleres su monopolio real. Aunque ello fue en vano, ya que

27
PIRRENNE, Henry, “Las ciudades de la Edad Media”, n/d, p. 14.
28
PIRRENNE, Henry, Ob. Cit., p. 14.
29
BALARD, Michel, GENÊT, Jean Philipe, ROUCHE, Michel, “De los Bárbaros al renacimiento”, Akal, Madrid, 1994,
p.78.

12
luego fue necesario “conceder a las Iglesias la autorización de acuñar monedas dada
la imposibilidad que tenían de procurarse numerarios”.30 A partir de la segunda mitad
del siglo IX, esta autorización dada por los reyes de crear un mercado iba casi siempre
pareja al permiso de establecer un taller monetario.

10. RENACIMIENTO CULTURAL

Eran tiempos de gran decadencia intelectual y ello había sido fomentado por la
poca intervención merovingia en el campo de las ciencias y las artes. El latín estaba
corrompido y la literatura apenas existía. Pocos sabían leer y escribir, y los mismos
religiosos poseían una ilustración bastante básica.
Consolidado el orden interior la paz, el Emperador dispuso todo lo necesario
para impulsar la instrucción pública y promover la recuperación intelectual.

Entre las innovaciones más destacadas el Emperador creó en su Palacio una


escuela modelo que se llamó Palatina y que constituyó el alma del renacimiento
carolingio. Buscaba educar en este espacio, a los niños de familias acomodadas, para
aprovechar su potencial y educarlos desde un modelo de futuros burócratas. Ello deja
entrever la intención de Carlomagno de poner en primer lugar la cultura y educación
de su pueblo.
Su sistema comprendía las siete artes liberales y a los cursos asistían él mismo,
sus familiares y consejeros.
La escuela Palatina, será el1º germen de lo que podría ser la escuela pública
actualmente.

10.1. EL ARTE EN EL PERIODO CAROLINGIO.

El renacimiento de este período se tradujo también en el plano arquitectónico y


en la pintura. El culto a las reliquias y la adopción de una nueva liturgia, como vimos,
requirieron nuevos tipos de Iglesias y de Monasterios. Entre los edificios más
completos y destacados, encontramos a la Capilla de Aquisgrán.
De esta forma se establecen todas las bases del arte occidental: “sentido de la
línea y del volumen, juego de colores, rechazo del arte por el arte, afirmación de una

30
PIRRENNE, Henry, “Las ciudades de la Edad Media”, n/dm p. 14.

13
grandeza humana y divina”31, entre tantos criterios que marcarán las etapas
posteriores.
Aunque el renacimiento carolingio mostró en cuanto a la arquitectura un retorno
a las antiguas formas romanas, en otros aspectos, “marcó un quiebre transcendental”
32
con el pasado romano.

10.2. NACIMIENTO DE LAS LENGUAS EUROPEAS.

Una de las cosas más sorprendentes de este período, también se dio en la


lengua. El redescubrimiento del latín clásico, tenía lugar simultáneamente al hecho de
que se dejaba de hablar esta lengua. Así, en el mismo momento que el latín toma
impulso como lengua muerta universal, aparecen claramente constituidas las lenguas
europeas. Dentro de estas diferentes lenguas, nace otra cultura.
El francés antiguo o el alto alemán están, ya ampliamente extendidos en esta
época. A la vez que aparecen los primeros textos en lengua germánica, “comienza a
diferenciarse el catalán del futuro castellano”.33

11.DIVISIÓN DEL IMPERIO. EL REPARTO DE VERDÚN.

Carlomagno falleció en Aquisgrán, en el año 814.


Según la costumbre franca, años antes de morir, había repartido el Imperio entre
sus tres hijos: Luis, Carlos y Pipino. Al fallecer los dos últimos, sólo quedo Luis quien
se hizo cargo del Imperio a la muerte de su padre.
Luis, llamado Ludovico Pío, fue un gobernante sin carácter ni condiciones de
mando. Ello se percibe claramente con la política sucesoria por la que opta. Sus tres
hijos, Lotario, Pepino y Luis, le exigieron la división anticipada del Imperio que había
heredado, a lo que éste accedió para poder acallar las disputas que se habían
generado al respecto.

Ludovico muere en el 840 y recae el título imperial sobre su hijo Lotario. Pepino
ya había fallecido y Carlos y Luis habían heredado otros territorios del Imperio.
Pero el problema se da cuando Lotario ocupa el trono y desconoce las divisiones
establecidas para sus hermanos, sobre los que intenta imponerse. Éstos se unen y

31
BALARD, Michel, GENÊT, Jean Philipe, ROUCHE, Michel, “De los Bárbaros al renacimiento”, Akal, Madrid, 1994,
p. 74.
32
AA.VV, “Atlas de Historia Universal”, The Times. Aguilar/ Clarín, Buenos Aires, 1994, p. 113.
33
BALARD, Michel, GENÊT, Jean Philipe, ROUCHE, Michel, Ob. Cit. ,p.73.

14
logran derrotarlo en Fontanet en el 841. Luis y Carlos, ambos, firmaron un pacto de
unión y en el año 843, Lotario reconoce la paz en el Tratado de Verdún.
Según este convenio, Lotario conservaba el título imperial, el reino lombardo y la
franja de territorio que llegaba hasta el mar del Norte. Carlos recibió la zona oeste que
se llamó Francia y a Luis le correspondió la Germania, situada al este. La sección
central del reino carolingio, que se extendía desde los Países Bajos hasta Italia,
funcionó en un comienzo como un reino separado.

Con este tratado se rompía la tan anhelada y estructurada unidad del Imperio
Carolingio, el que, dividido en tres reinos independientes, continuó fragmentándose en
gran número de principados.

12. A MODO DE CIERRE.

Varias fueron las causas que influyeron en la división u decadencia del Imperio
Carolingio. Su gran extensión territorial y la inexistencia de buenas rutas de
comunicación, “conspiraron contra la unidad geográfica y favorecieron el aislamiento
de los distintos pueblos de raza e idiomas diferentes”.34
Por otro lado, la maquinaria administrativa careció de solidez, ya que luego de la
muerte de Carlomagno, los condes, marqueses obispos, procuraron establecerse
como jefes hereditarios de los territorios confiados a su custodia, lo que contribuyó a
debilitar aún más la unidad política.
El Imperio Carolingio hubiera podido subsistir si hubiera tenido, por ejemplo, un
sistema de impuestos firme, un control financiero adecuado, una centralización fiscal y
un tesoro con el que pagar a sus funcionarios, los trabajos públicos, el ejército y la
flota. “La incapacidad financiera que causó su caída es la demostración evidente de la
imposibilidad que tuvo para mantener la estructura administrativa sobre la base
económica que no estaba en condiciones de sostener”35
Por último, a todo ello hay que agregar un nuevo peligro: los normandos, que a
partir del siglo IX comenzaron a invadir y saquear los restos del Imperio.
Finalmente, sí creemos importante destacar por sobre todas las cosas el legado
que deja el Imperio Carolingio como huella en las historia de la humanidad. Podemos
decir que las bases de la Edad Media han sido establecidas en su gran mayoría, por
los carolingios, en lo que se refiere a vasallaje, la realeza, la Iglesia, la cultura

34
IBAÑEZ, José, “Historia Medieval”, Sexta Edición, Troquel, Buenos Aires, 1956, p. 381.
35
PIRRENNE, Henry, “Las ciudades de la Edad Media”, n/d, p. 15.

15
intelectual y artística y la moneda, pero a fin de cuentas se trata, todo ello, un esbozo
de Europa, que se romperá, finalmente con el Tratado de Verdún, por los herederos de
Carlomagno.

13. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.

16
1. “Annales Laureshamenses, ann. 800”, en CALMETTE, “textes el documentes d
´Historie”, II. Moyen Age, París, 1953.

2. “Annales regni Francorum”, Ed. Kurze, 1985 en BOUSTROUCHE, R., “Señorío


y feudalismo. I. Los vínculos de dependencia”, Madrid, 1980, p. 284.

3. “Annales de Saint Bertin, ann.842-843”, en CALMETTE, “Textes el


documentes d´Historie”, II, Moyen Age, París, 1953, p.43.

4. AA.VV, “Atlas de Historia Universal”, The Times. Aguilar/ Clarín, Buenos Aires,
1994.

5. BALARD, Michel, GENÊT, Jean Philipe, ROUCHE, Michel, “De los Bárbaros
al renacimiento”, Akal, Madrid, 1994.

6. BOCCACCIO, G., “El Decamerón”, Madrid, 1984, Jornada Primera


(introducción), pp. 11-12 y 16.

7. “Capitular de entre 801 y 813”, Capitularia. I, nº104, p.215, en LADERO, M.A.,


“Historia Universal de la Edad Media”, Barcelona, 1987, p. 285.

8. “Capitular del año 847”, Capitularia II, nº 204, p.71.

9. CARLOMAGNO, “Epístola VII”, (a. 796), en ARTOLA, M., “Textos


fundamentales para la Historia”, Madrid, 1968, pp.49-50.

10.EGINARDO, “Vie de Charlemagne”, Ed. L. Halpen, Col. “Les classiques de


Historie de Frnace au Moyen Age”, París, 1938, pp.74-77.

11.IBAÑEZ, José, “Historia Medieval”, Sexta Edición, Troquel, Buenos Aires,


1956.

12.PIRRENNE, Henry, “Las ciudades de la Edad Media”, n/d.

13.POWER, Eileen, “Gente de la edad media”, EUDEBA, Buenos Aires, 1983.

14. ÍNDICE

17
1. A MODO DE INTRODUCCIÓN. Pág. 2

2. ORÍGENES DE LA DINESTÍA. Pág. 2

2.1. Carlomagno. Pág. 4

2.2. El Imperio carolingio. Pág. 4

3. POLÍTICA. Pág. 5

3.1. La organización del Estado. Pág. 5

3.2. Las Leyes. Pág. 6

3.3. Una innovación: la vida de Palacio. Pág. 6

3.4. Una figura fundamental en la organización: el Pág. 7


Conde.
3.5. La denuncia de los abusos con los Missi Dominici. Pág. 7

3.6. El vasallaje y el beneficio en el Estado. Pág. 8

4. EL EJÉRCITO. Pág. 9

5. EL FISCO. Pág. 9

6. EL SISTEMA JUDICIAL. Pág. 10

7. LA IGLESIA COMO BRAZO DEL ESTADO. Pág. 10

8. LOS LAICOS Y LA ARISTOCRACIA. Pág. 11

9. EL SISTEMA ECONÓMICO ¿UN PERÍODO DE PROGRESO? Pág. 12

9.1. La renovación en el intercambio. Pág. 12

10. RENACIMIENTO CULTURAL Pág. 13

10.1. El arte en el período carolingio. Pág. 13

10.2. Nacimiento de las lenguas europeas. Pág. 14

11. DIVISIÓN DEL IMPERIO. EL REPARTO DE VERDÚN. Pág. 14

12. A MODO DE CIERRE Pág. 15

13. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA Pág. 17

18

S-ar putea să vă placă și