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VICERECTORADO ACADEMICO
DECANATO DE INVESTIGACIÒN Y POSTGRADO
VALLE DE LA PASCUA - ESTADO GUARICO
EL PROBLEMA
Objetivos de la Investigación:
Objetivo General
Objetivos Específicos
Justificación
MARCO TEORICO
Antecedentes
Bases Teóricas
Desarrollo Productivo
Sistemas de Sistemas de
capacitación inclusión educativa
(Vuelvan Caras) (Misiones
Educativas)
Elementos de la Participación
Coordinación
A los efectos del enfoque del presente trabajo, la coordinación se entiende
como la concreción y ordenamiento de personas, recursos y estructura, a fin de
propiciar la expresión de los esfuerzos tendentes al logro de un objetivo
determinado. En referencia a la concepción de la interacción escuela-comunidad, tal
como se percibe en esta investigación, se asume la definición de Gutiérrez (2001),
quien determina que la coordinación consiste en “disponer con autonomía los
distintos medios humanos, técnicos, materiales e institucionales con que se cuenta
para aprovechar eficazmente el esfuerzo, el trabajo colectivo y alcanzar los objetivos
propuestos” (p. 66).
La coordinación de la interacción escuela comunidad implica involucrar a
todos los actores del escenario, bien sea en la investigación de los problemas, o bien
indagando hasta qué punto se tiene una comprensión de los mismos, de tal manera
que se cuente con las personas necesarias para planificar y realizar acciones. Entre los
aspectos donde la coordinación adquiere relevancia destacan la organización en
equipos de trabajo, la definición de estrategias conjuntas, el diseño de acciones
permanentes en el tiempo, la distribución de tareas entre los interesados en brindar su
aporte, la delimitación de las funciones de cada quien, entre otros.
Por lo tanto, cuando la comunidad que conforma las instituciones educativas
se organiza coordinadamente, se asume que sus integrantes se sentirán más valorados,
interesados y orgullosos de sus trabajos si se les respeta y se les permite colaborar en
las actividades educativas, en cuanto su disponibilidad de tiempo lo permita. La
filosofía organizacional de la educación básica debe tener su fundamento en la
promoción de la función de coordinación, basada en la premisa de eficiencia
organizacional, como un valor que vale la pena promover y buscarlo.
Decisión
Es la acción mediante la cual las personas resuelven o seleccionan una
alternativa para abordar un problema y buscarle solución (Diccionario Larousse,
1991, p. 11). De acuerdo con Zamora (2009), la toma de decisiones “es la facultad de
escoger la mejor y más conveniente alternativa de un conjunto posible de ellas” (p.
34). De manera más amplia, la toma de decisiones se concibe como un proceso a
partir del cual se consideran varias alternativas de acción, y se escoge una o varias,
con base en el análisis razonado y crítico de sus ventajas y desventajas, así como de
sus posibilidades y limitaciones. Zamora (op cit) sostiene que la toma de decisiones
implica poner en práctica una serie de elementos tales como (a) La comprensión del
propósito que va a cumplir. (b) Estudio de los hechos, opiniones e ideas relativas al
problema bajo consideración. (c) Procesamiento imparcial de toda la información
obtenida, a los fines de que conduzca a diferentes alternativas de solución al
problema planteado. (e) Seleccionar cuál de las alternativas ofrece menos problemas.
Al respecto, destacan García, Marquis y Guerrero (2009), que un proceso de
enseñanza y aprendizaje planteado en un ambiente donde los actores esperan que
otros digan qué pensar y qué hacer, genera desmotivación y pérdida de la iniciativa,
lo que se traduce en sumisión o rebelión. La sumisión limita la búsqueda del
conocimiento y la rebelión dispersa la energía requerida para el aprendizaje. Acota el
autor mencionado que “la confianza en las potencialidades de los integrantes de una
comunidad es fundamental para el desarrollo organizacional en educación básica. En
contraste con la desconfianza que propicia la sobreprotección y el control
obstaculizador” (p.463).
A juicio de García, Marquis y Guerrero (op cit), para la toma de decisiones en
el ámbito escolar se debe establecer los objetivos que se lograrán con la decisión que
se tome; clasificar y jerarquizar los objetivos; señalar las diferentes alternativas
posibles; valorar la mejor alternativa en función de los intereses institucionales;
escoger la mejor alternativa y ejecutar la decisión y controlarla. Dada la importancia
de la toma de decisiones, es considerada como una de las tantas tareas del liderazgo,
que merece consideración especial. En este sentido, las decisiones de las
organizaciones deben ser tomadas, consultadas y aprobadas por todos los niveles de
la organización. Fernández (2001) señala que el proceso decisorio es “Negociador,
que busca que las decisiones cuenten con el concurso necesario para que se ejecuten
con éxito” (p.48), lo cual quiere decir que las decisiones tomadas en las
organizaciones educativas deben ser consultadas y aprobadas en todos los niveles y,
por supuesto que, lo deseable sería que tanto el personal docente como los
representantes y demás miembros, formen parte de esa decisión.
Sobre el particular, Fernández (2001) refiere que “es posible discernir los
cambios de acción que se abren ante nosotros. Vivimos uno de esos grandes períodos
históricos que se dan cada doscientos o trescientos años, en los que las instituciones
tienen que innovar rápidamente” (p. 64). Las implicaciones de la cita anterior en
relación con la toma de decisiones radica en que la escuela con altas expectativas
respecto a los resultados, crea un clima de libertad ara que cada individuo tome sus
propias decisiones, les brinda la oportunidad de demostrar mediante el quehacer
práctico, sus potencialidades creativas. Este tipo de escuela entiende el riesgo como
una posibilidad creadora, reconociendo que todos los responsables del hecho
educativo pueden y son capaces de tomar decisiones acertadas necesarias para
alcanzar el éxito.
Comunicación
La comunicación, según McEntee (1996) “es un proceso que se explica como
la transmisión de señales y la creación de significados que no se pueden explicar
totalmente por la transmisión de las señales que componen el mensaje” (p. 34).
Explica el autor que la fidelidad en la comunicación se refiere a la correspondencia
entre el mensaje transmitido y su recepción, estando relacionada con el esfuerzo que
ponen tanto el emisor como el receptor en el proceso de la comunicación. Esto quiere
decir que la calidad de la comunicación la decide el propio comunicante.
Por su parte, Barrera (2000), en una visión integradora de la comunicación
sostiene que “la condición básica, existencial, eminentemente antropológica del ser
humano es su condición relacional, su naturaleza social y su condición de
comunicador” (p. 16). Este autor determina que la comunicación ha sido definida de
acuerdo con las persovisiones que se han manifestado en la historia y acota que desde
la integralidad, “la comunicación es una garantía para que la persona se realice como
ser integral… es aquella donde participa toda la persona y permite que ella se
exprese de igual manera: sensitivamente, emocionalmente, intelectualmente,
volitivamente, relacionalmente, ética y artísticamente…” (p. 181).
Puede afirmarse a la luz de las consideraciones anteriores, que la
comunicación es ante todo un proceso integral, centrado en la persona en su totalidad
y tiende hacia ella en similar forma. En el ámbito de la interacción escuela-
comunidad, la comunicación se define como la libertad que tienen los miembros de la
comunidad para emitir información o datos de manera precisa y objetiva sobre la
realidad observada y las necesidades del contexto (Sánchez, 2010, p. 17).
La comunicación es parte fundamental de la comprensión, porque implica, por
un lado, comprender a la audiencia, saber a quién se dirige uno para crear la forma
más efectiva y potente, por otro lado implica conocerse a sí mismo, para saber la
forma de comunicación con la que más se tiene habilidad. Al igual que el personal
directivo, los docentes deben cumplir labores que promuevan la integración de
equipos de trabajo y la participación comunitaria, implantando en la institución un
sistema comunicacional adaptado a las características y posibilidades de la escuela;
además, es fundamental entender que el convencimiento del director para que se
incorpore a los proyectos generados por los docentes, es de vital importancia, por que
éstos no pueden realizarse sin su apoyo directo.
En efecto, en la organización escolar es imprescindible que exista buena
comunicación, que sea constante y precisa. Fernández (2001) sostiene que la
comunicación como un proceso es esencial en la integración escuela-comunidad, pues
crea la retroalimentación necesaria para que la escuela se autorregule y la
información sea bien administrable.
En consecuencia, la comunicación entre la comunidad y su escuela tiene que
ser cada vez más fluida y significativa. Debido a esto la escuela es útil a la comunidad
y le sirve para fortalecer su capacidad de organización, de reflexión, de expresión y
de acción.
La revisión de la literatura permitió: (a) recopilar los antecedentes, a fin de
contrastar la información obtenida sobre participación y desarrollo productivo; (b)
revisar las teorías, conceptos y datos de interés relacionados con la pregunta de
investigación y (c) lograr una comprensión de participación y desarrollo productivo.
A partir de esta comprensión fue posible percibir que la escuela es un ente que no
puede actuar desprendida y aislada del contexto donde se encuentra, sino todo lo
contrario, porque la complejidad del hecho educativo y sus implicaciones, conducen
indefectiblemente a la necesidad de darle la significación a la materialización de la
integración escuela y comunidad.
Es un hecho que a medida que avanzan los años dicha integración se ha
promovido con mayor énfasis, pero para llegar a concretarla se requiere de la
superación de las limitaciones que ésta confronte y una vía pudiera ser: (a)
aprovechar las experiencias educativas que en ese sentido se pudieran desplegar, (b)
explorar las potencialidades ambientales, institucionales, legales, humanas y
axiológicas, entre otras) que brinda el contexto.
De manera que en la noción participación en el desarrollo productivo asumida
confluyen varios elementos, que es preciso verlos de manera integrada y que tal como
se planteó previamente en el marco teórico, están conformados por compromiso,
coordinación, comunicación y decisión.
La participación es un elemento de primer orden que se apoya a través del
compromiso. El compromiso se expresa mediante el sentimiento de logro, la apertura
a las ideas, al cambio, a la observación del entorno, para verificar sus características,
criticar y juzgar acerca de cuál es la calidad de vida que se desea y cuál se tiene en
realidad; la presencia activa de la persona, es decir, involucrarse dejando de ver esa
realidad desde lejos, sino más bien pasar a formar parte de esa realidad; encendiendo
la llama del interés versus apatía, haciéndose cada vez más consciente de los aportes
que se es capaz de dar. Para esto es preciso saber que hay que desprenderse con
humildad y dejar el afán de poder y de tener, identificar los obstáculos y trazarse
estrategias para superar cualquier dificultad que se presente en el hacer cotidiano.
Conjuntamente con el compromiso, la participación para promover el
desarrollo productivo se apoya en la coordinación, visualizada como una forma de
acción controlada y consciente para hacer que los resultados esperados ocurran. La
coordinación se expresa cuando se organizan los recursos humanos, financieros,
materiales, institucionales y ecológicos, a fin de operacionalizar en un todo armónico
las actividades de integración.
Así mismo, una base de estelar significación sobre la que descansa la
integración es el aspecto comunicacional, el cual ha de garantizar el funcionamiento
eficiente de modo que se potencien las relaciones interpersonales, se favorezca la
creación de un clima de confianza y respeto. Pero a su vez, la comunicación en la
participación para el desarrollo productivo debe caracterizarse por ser abierta,
bidireccional, sincera y asertiva: tratando de comunicar lo que realmente se piensa y
se siente, valorando las capacidades, atributos y creencias de los interlocutores.
Finalmente, se valora la toma de decisiones, visualizada como un proceso
derivado del estudio y percepción de las distintas vías, posibilidades y situaciones, a
fin de iniciar acciones controladas y conscientes que tengan que ver con que los
resultados deseados ocurran.
En el logro de la participación para el desarrollo productivo, la toma de
decisiones ha de estar basada en la intuición y los valores que subyacen en el
contexto escolar, comunal y en el país en general: la verdad, el amor, la solidaridad,
el respeto por la vida, por la libertad, por la diversidad y por el ambiente.
Así como las naciones sufren cambios a lo largo de la historia, en los aspectos
políticos, sociales, económicos y culturales, de este mismo modo, la educación que
esta estrechamente vinculada a todo estos procesos, ha transcurrido de acuerdo con
las necesidades del país, lo cual exige mayor importancia al desarrollo social,
económico y cultural de una comunidad donde por supuesto existe una institución
educativa.
Esta investigación estará fundamentada legalmente en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (1999), en sus artículos14, 103, 309 y 79 y en la
Ley 0rgánica de Educación (2009) en sus artículos 4, 20, 6 y 19.
Por otra parte, constituyen pilares fundamentales del presente trabajo, la Ley
Especial de Cooperativas, el Proyecto Nacional Simón Bolívar, del modelo
productivo socialista y las normativas en cuanto a la Comunidad Educativa se refiere,
dada la consideración de la comunidad educativa como un mecanismo potencial para
vincular de manera permanente, participativa y protagónica a las organizaciones
educativas con su contexto y la sociedad civil, se ha creado un basamento legal que
la define y la regula, a partir de lo dispuesto en el Decreto 223, del 07 de enero de
1970, que ha sido acogido por la Ley Orgánica de Educación tanto de 1980, como la
reforma del año 2009.
REFERENCIAS