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SUBJETIVIDAD INTERNACIONAL

Primeramente entablaremos la doble posición que se puede adoptar en


cuanto a la subjetividad internacional, planteamientos que se han ido adoptando dados
los diversos factores o elementos históricos, dogmáticos o hasta políticos,
a) El primero que nuestro autor hace mención es el Dogmático, el cual lo
podemos desarrollar en dos tesis contrapuestas:
1) La primera de ellas, donde se puede notar en el derecho
internacional un ordenamiento interestatal; nos dice que solamente, en un
aspecto sociológico, los estados son sujetos de derechos y deberes, por lo tanto,
solamente los estados pueden ser sujetos de derecho internacional. El Tribunal
Permanente de Justicia Internacional, en el año de 1927, afirmo que el derecho
internacional “rige las relaciones entre estados independientes”1; dada tal
situación, podemos se resuelve que el individuo, la persona humana, no será
considerado como un sujeto internacional, sino solamente un simple objeto del
mismo.
2) Contrapuesto a la tesis arriba planteada, de igual forma, dogmática y
excluyente, se considera que solo la persona humana es el verdadero sujeto
internacional. Los defensores de esta posición afirman que el estado es una mera
abstracción jurídica, es solamente una creación del hombre, del individuo; además
de que todo ente colectivo a fin y al cabo se puede resolver dentro de un grupo de
individuos. “Los individuos son, pues, los únicos sujetos de todo sistema jurídico y
por lo tanto del Derecho Internacional”2
b) Este segundo planteamiento lo podemos identificar con la tesis del
polimorfismo de la subjetividad internacional.
Se basa más que nada en una declaración hecha por el Tribunal Internacional
de Justicia, dado que se le planteo un asunto en el que versaban sobre las facultades de

1
As. Del Lotus, CPJI, Series A n°, 18 ss (en 18).
2
Scelle, 339-46, 363-73.
las Organizaciones Internacionales Intergubernamentales; llegando a la siguiente posición,
posición que ahora adoptamos para efectos de la subjetividad intencional: “Los sujetos de
un sistema jurídico no son necesariamente idénticos en cuanto a su naturaleza o en
cuanto a la extensión de sus derechos, dependiendo aquella de las necesidades de la
comunidad internacional.”
Con esta declaración se puede concluir que:
1) La noción de sujeto evoluciona dada la necesidad de la misma
comunidad internacional.
2) Pluralismo de la subjetividad, lo que en la doctrina se refiere a “la
ampliación del círculo de los sujetos.”3
3) Heterogeneidad de los sujetos internacionales, como son sujetos de
distinta naturaleza a los Estados, en el caso de la citada controversia, de las
Organizaciones Internacionales Intergubernamentales.
SUJETOS DE DERECHO INTERNACIONAL
Ahora hablaremos nuevamente de los sujetos de derecho internacional;
podemos discernir que para ser sujeto de derecho internacional, es necesario un tipo de
reconocimiento por parte de este ordenamiento jurídico, no por otro, exclusivamente por
el ordenamiento del derecho internacional.
Lo podemos ver como un tipo de capacidad que otorga el derecho
internacional, y recalcamos que solamente a quien expresamente este le conceda
derechos y obligaciones, respectivamente con las facultades para poderlos ejercer, serán
quienes tengan esa capacidad. Se tiene que hacer un examen exhausto, en el
ordenamiento, para dilucidar tales sujetos.
Como conclusión de dicho examen, se desprenden que para el derecho
internacional existen tres tipos de sujetos; siendo estos los Estados, como sujeto
necesario, primario y pleno; en segundo punto encontramos a las Organizaciones
Internacionales Intergubernamentales, como sujetos funcionales y secundarios; y por

3
Ad ex. Mosler. 228 ss.
ultimo sujetos con una capacidad disminuida o menor a la de los Estados o a la de las
Organizaciones Internacionales, sin embargo el Derecho Internacional, les concede
derechos y obligaciones.
EL ESTADO, SUJETO NECESARIO, PRIMARIO Y PLENO.
NECESARIO porque el Derecho Internacional, de su creación y de su existencia
depende; sin estados no existiría el Derecho Internacional.
PRIMARIO Y PLENO porque el estado tiene todas las competencias o poderes
que el derecho internacional no les prohíbe, condiciona o matiza.
El estado ya no puede monopolizar la subjetividad jurídica internacional. En
efecto la caducidad de la concepción estatomorfista aparece determinada por un doble
movimiento:
1. La toma de conciencia de los mismos Estados de la imposibilidad de hacer
frente a los desafíos contemporáneos de la coexistencia en un marco estrictamente
relacional.
2. Este movimiento es fruto de la penetración en el marco de las relaciones
internacionales de otros "actores" que no son ni Estados ni Organizaciones
Internacionales y que plantean la duda de su subjetividad internacional.
LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES INTERGUBERNAMENTALES,
SUJETOS SECUNDARIOS Y FUNCIONALES.
Las organizaciones internacionales intergubernamentales, creadas por Estados
mediante tratados internacionales, tienen el objetivo de poder hacer frente en grupo lo
que los Estados individualmente no podían hacer.
Las Organizaciones Internacionales son sujetos en Derecho Internacional
Público; eso sí de carácter secundario (porque deben su existencia a otros sujetos
primarios, es decir los estados) y funcional (porque a diferencia de los sujetos plenos "los
estados" solo tienen las competencias que los Estados miembros les han atribuido en los
tratados constitutivos).
De tal forma que la naturaleza de la funcional va implicar dos consecuencias
jurídicas que van a determinar su status jurídico internacional:
· Son entes que carecen de territorio y población.
· La absoluta importancia y significación que para toda Organización
Internacional tiene su tratado constitutivo.
Los Estados por encima de sus desigualdades tienen la misma estructura y
naturaleza; pero las Organizaciones Internacionales no, por lo que resulta difícil la
consolidación de una genuina teoría general de las mismas en cuanto sujetos del derecho
internacional.
¿Otros sujetos?
Habrá que examinar qué derechos y obligaciones, según el Derecho
Internacional tiene la persona humana y otras como los pueblos, los movimientos de
liberación nacional o esas fuerzas socioeconómicas que comúnmente se designan como
transnacionales por la sola razón de que si todavía no han alcanzado su derecho de
ciudadanía en el orden jurídico internacional.
CONCLUSIONES
El panorama evolutivo que la teoría de la personalidad jurídica internacional
ofrece en el Derecho internacional contemporáneo. Si bien es cierto que el Derecho
Internacional no se limita, en la actualidad, a regular las relaciones entre Estados
soberanos, el marco estatal sigue siendo preponderante.
La coexistencia de los Estados y de que solo mediante la acción de estos
positiva o negativa pueden realizarse los cambios que sean necesarios para su mejora.
LA NOCIÓN A EFECTOS DEL DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO
Respecto a la interrogante ¿Que es un Estado para el Derecho Internacional
Público?, podemos decir que no existe una definición “oficial” respecto del estado, ni
siquiera la carta de Naciones Unidas ofrece una definición, limitándose a decir que los
estados que se incorporaran a ella deben ser amantes de la paz.
En 1993 en el convenio sobre los derechos y deberes de los estados dieron una
definición acertada con variaciones menores como derecho, se considera que el estado
como persona de derecho internacional debe poseer los siguientes elementos: una
población permanente, un territorio definido, un gobierno y una capacidad para
establecer relaciones con otros estados. 4
Como sabemos no puede existir un estado sin un territorio, ya que los estados
son entes territoriales por excelencia, aunque en el aspecto internacional no existe
ninguna regla que exija una determinada extensión mínima al territorio de un estado ni
tampoco una que exija la perfecta delimitación del territorio.
Otro elemento importante del estado es la población permanente,
interpretando como tal que no existe un número determinado de población para un
estado ni tampoco importa su grado de unión o solidaridad, ya que como sabemos en el
ámbito internacional se admite el caso de los estados plurinacionales, ahora bien lo que si
es importante señalar es la permanencia que dicha población debe tener en un estado,
entendiendo así que la población como elemento constitutivo del estado está integrada
por las personas físicas que viven en un territorio unidas al estado por un vinculo jurídico
político “la nacionalidad”.
El derecho internacional existe para la existencia de un estado la existencia de
una organización política, las cuales debe tener como características para ser catalogada
como gobierno el complimiento de la efectividad entendiéndose como tal que tenga la
capacidad de ejercer las funciones estatales en el plano interno, manteniendo el orden,
seguridad y respeto a las leyes para que de esta manera en el plano internacional se
asegure el cumplimiento de las obligaciones internacionales del estado.
Respecto de la capacidad para establecer relaciones con otros estados,
encontramos dos elementos, el primero es la existencia separada dentro de fronteras
razonablemente definidas, que se da cuando se goza de un control efectivo sobre su
territorio y su población, el segundo elemento es la no sujeción a la autoridad de uno u
otros estados, entendido esto como la independencia, pero es importante resaltar que en
un estado existen dos tipos de independencia: la formal y la real; la primera es la que se

4
Compendio de Montevideo, 26 de Diciembre de 1933, articulo 1 (Sdn: recueil des traités, tomo 165 (1936).
36 ss.)
encuentra en su propia legislación ( constitución) o el reconocimiento formal de su
independencia por otros estados, entre otros; en cuanto a la independencia real, en la
actualidad es muy difícil encontrar un estado con dicha independencia, la doctrina sin
embargo nos dice que no se reconoce la independencia real de un estado cuando: a) los
estados nacen en violación de alguna de las reglas básicas del derecho internacional como
la que consagra la identidad territorial de los estados existentes; b) los estados creados
bajo ocupación militar por el estado ocupante y c) los estados que son sustancialmente
controlados por un estado extranjero. Es importante remarcar que el grado de
independencia real exigido por el derecho internacional es débil. Para las interrelaciones
entre independencia formal y real se debe considerar: Primero, la independencia real de
un estado se presume cuando dicho estado lo es formalmente y cuando su creación no lo
ha sido con un vicio de origen sustancial, y segundo se presume la continuidad e
independencia del estado ya existente pese a que haya perdido parte de su control y
autoridad.
Cuando un estado reúne todos estos requisitos es considerado como tal frente
al derecho internacional y todos los estados son soberanos e iguales.
EL RECONOCIMIENTO
El reconocimiento es un acto unilateral por el cual se comprueba y acepta la
existencia de un hecho destinado a servir de base a relaciones jurídicas ulteriores.
La importancia del reconocimiento de estados es grande en el derecho
internacional, pudiendo constituir, un instrumento útil de estabilización y orden.
Ya que, en el derecho internacional no existe órgano alguno que decida
universalmente cuando una determinada entidad reúne los elementos constitutivos de la
noción de estado. Con el reconocimiento se pueden despejar dudas, si un estado es
reconocido como tal por un número apreciable de estados, pues seguramente lo será.
Uno de los problemas es que no siempre el reconocimiento se utiliza en
términos jurídicos, sino con una clara intencionalidad política, siendo así estados ficticios
con un reconocimiento prematuro.
Cuando un estado reconoce a otro, lo acepta como tal y, consecuentemente,
se le establece con él, el máximo nivel (misiones diplomáticas, embajadores). Misiones
que aseguran y canalizan la relación a todos los niveles y de manera estable entre ambos
estados.
TESIS A PROPÓSITO DE SU ALCANCE
Para la teoría constitutiva, el reconocimiento tiene por efecto atribuir al
estado reconocido la cualidad de tal. El reconocimiento seria, un elemento más
constitutivo de la cualidad de estado. Esta teoría hoy ya no tiene sentido ni es aceptada.
Hoy lo que se acepta es la teoría declarativa del reconocimiento; en 1929 un
tribunal afirmaba que el reconocimiento de un estado no es constitutivo, sino meramente
declarativo. El estado per se y el reconocimiento no es otra cosa que la afirmación, la
comprobación de su existencia reconocida por los estados de los que emana.
El estado existe desde que reúne los elementos constitutivos que conocemos
desde ese momento, es sujeto del derecho internacional y, por tanto tiene asegurados
unos derechos mínimos, sea o no reconocido.

CUESTIONES FUNDAMENTALES
Son 3 básicas, ¿Existe un deber de reconocer?, ¿Y una obligación de
reconocimiento?, ¿Cuáles son los tipos o modalidades del reconocimiento?
-Para los estados no existe la obligación jurídica de reconocer a otros y es que,
reconocer no es solo comprobar la existencia de un hecho, sino , asimismo aceptar ese
hecho y actuar en consecuencia, sin embargo no existe obligación jurídica de reconocer,
ya que el reconocimiento de un estado nuevo es un acto voluntario, discrecional.
La doctrina entiende hoy que no existe un deber de reconocer en cuanto a
norma de derecho internacional general.
-Es tal vez en materia de no reconocimiento donde ciertas normas de derecho
internacional general pueden haber ejercido una acción más directa.
En el derecho internacional existió un deber de no reconocer ciertas
situaciones, el deber de no reconocer ciertas situaciones ilegitimas constituyo en épocas
pasadas una práctica no general ni con éxito final, siendo sustituida a nivel general por
las doctrinas basadas en el criterio de la efectividad. Puede observarse en la actualidad,
una evidente tendencia a hacer resurgir criterios de legitimidad en relación con el
reconocimiento de estado.
Se ha propuesto el no reconocimiento no ya de Estados que han nacido en
violación de normas imperativas del Derecho internacional sino de los Estados ya
existentes que violan este tipo de normas.

El no-reconocimiento de la práctica de la ONU con una finalidad sancionadora


que pretende que la situación de hecho producida no pueda consolidarse y desaparezca,
va más allá de los efectos que se derivan de las relaciones establecidas entre Estados que
no se reconocen. La práctica internacional tradicional admite que el mantenimiento de
relaciones consulares no implica ni supone reconocimiento.

La práctica española contemporánea respecto al reconocimiento o no


reconocimiento sigue las políticas dictadas por las Organizaciones Internacionales a las
que pertenece, particularmente la ONU y la Unión Europea.

El reconocimiento de Estados puede ser individual o colectivo. Los Estados


actúan de cierta manera para reconocer o no, una determinada situación. Entendemos
como manifestaciones de reconocimiento colectivo a ciertos tratados multilaterales cuyas
disposiciones comportan el reconocimiento de un Estado (Ejemplo: el reconocimiento de
Grecia por el tratado de Berlín el 18 de junio de 1878). El reconocimiento colectivo sería
aquel que trascendiera a la mera yuxtaposición de las voluntades individuales, es por eso
que es difícil aceptar la existencia de un verdadero reconocimiento colectivo en el
Derecho internacional contemporáneo, en la medida en que la práctica internacional
demuestra.
El reconocimiento (individual o colectivo) puede ser expreso o tácito:
El reconocimiento individual expreso adopta formas diversas no determinables
necesariamente a priori en la medida en que la intención de reconocer se exteriorice de
manera inequívoca.
El reconocimiento colectivo expreso puede manifestarse en las formas
manifestadas supra. El problema lo enfrenta el reconocimiento tácito debido a que el
reconocimiento deberá deducirse no ya de una declaración inequívoca sino del
comportamiento o conducta del Estado.
Sin embargo en la práctica internacional encontramos que el reconocimiento
individual de un Estado puede entenderse dado con el establecimiento de relaciones
diplomáticas o con su mantenimiento durante un tiempo.
EL RECONOCIMIENTO TÁCITO
El reconocimiento tácito de Estado puede platearse por tres situaciones.
-Conferencias de Codificación (tratados multilaterales resultado de estas) no
pueden aplicar un criterio conocido a otros casos similares para extraer conclusiones o
hipótesis, pues en la práctica las cosas son muy diferentes pues hay Estados que no están
reconocidos o han sido excluidos por los miembros de las Naciones Unidas.

Un claro ejemplo seria la “Fórmula de Viena” que busca más excluir, por
razones políticas la participación de otros Estados, aunque esto no resulta decisivo para
sostener que este es un reconocimiento tácito o de un no reconocimiento.

Pues aunque por su simple participación en un tratado multilateral puede


entenderse como reconocimiento no es así, debe verse la naturaleza del Estado y las
múltiples justificaciones para valorase como reconocido o no reconocido por los demás
Estados participantes.
En la ONU se marca que no se considerara admitido a un Estado que sea
reconocido por otro Estado miembro, debe ser votado favorablemente por todos o no se
dará reconocimiento por la Organización.
EL RECONOCIMIENTO PUEDE SER CONDICIONAL O INCONDICIONAL
El reconocimiento condicional ha sido discutido, pues consideran desagradable
el calificar de “ilícito” todo reconocimiento sujeto a condición, ya que, hay Estados que
cuentan con todos los elementos para ser reconocidos como tales.
EL RECONOCIMIENTO DE IURE Y DE FACTO.
La práctica ha conocido la distinción entre reconocimiento de iure y de facto.
Esta distinción resulta cuando siendo la Monarquía una única forma de
gobierno se deseaba reconocer la existencia de un hecho no asociado a esta, ya que se
daba inicio a las formas de gobierno republicanas.
A ese expediente se le denomino del reconocimiento de facto de los
regímenes monárquicos. Desde entonces el reconocimiento de facto ha sido utilizado por
razones distintas a la legitimidad monárquica.
En otros casos el reconocimiento de facto responde a la presión de una
opinión pública al régimen o Estado reconocido.
La doctrina a intentado articular jurídicamente la distinción entre
reconocimiento de iure y de facto; se ha dicho en este sentido que mientras el
reconocimiento de iure es expreso, el reconocimiento de facto es tácito, pero la practica
no confirma esta idea.
SITUACIÓN DE ESTADO NO RECONOCIDO
Los Estados tienen capacidad y competencia para decidir formar o no parte de
un tratado, aunque para el Derecho Internacional no tiene derecho a exigir que otros
Estados concierten acuerdos con él; el primer derecho de todo Estado (reconocido o no)
es el de la inviolabilidad de su territorio y su independencia.
Una segunda categoría de derechos es aquella que se refiere a la cooperación.
–La Declaración de Principios aneja a la Resolución 2625 (XXV) afirma: “Los Estados tienen
el deber de cooperación…”, sin embargo no da una clara y mayor precisión de la
cooperación y de los métodos por los cuales puede ser exigida. Algunos opinan acerca de
esto: el profesor Blix, ve en la disposición citada un desarrollo progresivo más que una
manifestación de codificación.
Por otra parte, en la medida en que se respetan unos derechos mínimos
sentados por el Derecho Internacional, es correcta una negativa total de entrar en
cortesías, es decir aquellos Estados no reconocidos no pueden relacionarse plenamente.
Para finalizar, se toman en consideración conclusiones generales acerca del
tema:
a) Existe un amplio acuerdo acerca de los derechos mínimos inherentes a la
cualidad del reconocimiento, tales como el derecho a la integridad y soberanía territorial.
b) Los Estados, a través de reconocimiento, consideran a otros para efectos de
Derecho Internacional: un Estado.
c) El reconocimiento de una entidad que no haya alcanzado aún los elementos
necesarios de la cualidad del Estado, es nulo. Por el contrario, el no reconocimiento de
una entidad que reúna los elementos y respetados sus derechos mínimos, no viola al
Derecho Internacional.
d) La práctica contemporánea revela una marcada tendencia a no reconocer
ciertas situaciones planteadas por el Derecho Internacional: como la prohibición del uso
de la fuerza, la discriminación racial o la que consagra el derecho de los pueblos a su libre
determinación.

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