Sunteți pe pagina 1din 6

Los seres vivos y los fenómenos de su entorno

Pero a pesar de toda esta diversidad, los seres vivos del planeta Tierra comparten una
base común, unas pautas biológicas básicas que los identifican como seres "cortados
desde el mismo patrón

CLASIFICACIÓN DE LOS SERES VIVOS

En biología, identificación, denominación y agrupamiento de organismosen un sistema


establecido. Las numerosas formas de vida que existen deben ser nombradas y
organizadas de manera ordenada, de modo que los biólogos de todo el mundo puedan
estar seguros de que conocen el organismo exacto que es objeto de estudio.

La definición de los grupos de organismos debe basarse en la selección de características


importantes, o rasgos compartidos, responsables de que los miembros de cada grupo
sean semejantes entre sí, y diferentes de los de otros grupos. Los métodos actuales de
clasificación tratan también de reunir los grupos en categorías, de modo que éstas reflejen
los procesos evolutivos que subyacen bajo las similitudes y diferencias que existen entre
los organismos. Dichas categorías forman un tipo de pirámide, o jerarquía, donde los
distintos niveles representan los diferentes grados de relación evolutiva.

La clasificación de plantas y animales por semejanzas estructurales fue establecida sobre


bases sistemáticas firmes por el biólogo sueco Carl von Linne o Linneo.

Puesto muchas semejanzas estructurales dependen de relaciones de evolución, la


clasificación moderna de los organismos es en muchos puntos semejante a la de Linneo
basada en similitudes estructurales lógicas.

La unidad de clasificación para plantas y animales es la especie. Este término es difícil de


definir pero podemos aproximarnos si decimos que es un grupo de individuos semejantes
en cuanto a características estructurales y funcionales, que en la naturaleza sólo se
reproducen entre sí y tienen un antecesor en común. Las especies vecinas se agrupan en
géneros. El género es una unidad superior.

Los nombres científicos de los organismos constan de dos términos: el


género y la especie en latín. Este sistema es el llamado binomial.
Así como varias especies se agrupan en géneros, los géneros semejantes
se reúnen en familias , A su vez, éstas se agrupan en ordenes y estos en clases
. Un conjunto de clases puede llamarse división si estamos estudiando las
plantas o filo si se trata de animales. Los filos (o divisiones) son las grandes
divisiones de los reinos.

Dentro de los seres vivos se reconocen dos reinos, el Vegetal y el Animal, ya desde que
Aristóteles estableció la primera taxonomía en el siglo IV a.C. Las plantas con raíces son
tan diferentes en su forma de vida y en su línea evolutiva de los animales móviles y que
ingieren alimentos, que el concepto de los dos reinos ha permanecido intacto hasta hace
poco. Sólo en siglo XIX, bastante después de saber que los organismos unicelulares no
se ajustaban adecuadamente a ninguna de las dos categorías, se propuso que éstos
formaran un tercer reino, Protista. Mucho tiempo después de que se descubriera que la
fotosíntesis era la forma básica de nutrición de las plantas, los hongos, que se alimentan
por absorción, continuaban siendo clasificados como plantas debido a su aparente modo
de crecimiento mediante raíces.

En la actualidad, debido al gran desarrollo que han experimentado las técnicas para
estudiar la célula, se ha puesto de manifiesto que la división principal de los seres vivos
no es entre vegetales y animales, sino entre organismos cuyas células carecen de
envoltura nuclear y organismos cuyas células tienen membrana nuclear. Los primeros se
denominan procariotas (anteriores al núcleo) y los segundos eucariotas (núcleos
verdaderos). Las células procarióticas también carecen de orgánulos, mitocondrias,
cloroplastos, flagelos especializados, y otras estructuras celulares especiales, alguna de
las cuales aparece en las células eucarióticas. Las bacterias y las algas verdeazuladas
son células procarióticas, y las taxonomías modernas las han agrupado en un cuarto
reino, Monera, también conocido como el reino de los Procariotas.

Las células eucarióticas se desarrollaron con posterioridad y pueden haber derivado de


asociaciones simbióticas de las células procarióticas. El reino Protistaestá compuesto por
diversos organismos unicelulares que viven aislados o formando colonias. Se cree que
cada uno de los reinos multicelulares se ha desarrollado más de una vez a partir de
antecesores protistas. El reino Animal comprende los organismos que son multicelulares,
tienen sus células organizadas en diferentes tejidos, son móviles o tienen movilidad
parcial gracias a tejidos contráctiles, y digieren alimentos en su interior. El reino Vegetal o
de las Plantas está formado por organismos multicelulares que en general tienen paredes
celulares y que contienen cloroplastos donde producen su propio alimento mediante
fotosíntesis. El quinto reino, los Hongos, incluye los organismos multicelulares o
multinucleados que digieren los alimentos externamente y los absorben a través de
superficies protoplasmáticas tubulares denominadas hifas (de las que están formados sus
cuerpos).

La clasificación de los seres vivos en cinco reinos (ver tabla en la página


siguiente), está basada en tres niveles de organización: el primitivo nivel
procariota; el eucariota, relativamente simple y ante todo unicelular, y el
complejo multicelular eucariota. Dentro de este último nivel, las tres líneas
evolutivas principales se basan en tipos de nutrición diferentes, y se expresan en
los distintos tipos de organización tisular característicos de los animales,
vegetales y hongos.
La temperatura ambienta y los organismos
Todos los seres vivos realizan continuamente intercambio de energía con el entorno,
todos viven en un ambiente térmico. La fuente primaria, como sabemos, proviene de la
radiación solar.
La energía solar es captada por los organismos directamente, difundida por el cielo
o reflejada desde el suelo o las rocas.
También liberan calor constantemente mediante los diferentes procesos
metabólicos que realizan.
Como sabemos, las plantas transforman importantes cantidades de radiación solar
en energía química mediante el proceso fotosintético.
Para aminorar el efecto de los cambios de temperatura ambiental, los organismos
deben desarrollar diferentes funciones.
Una de las formas mediante las cuales los organismos liberan calor al exterior y,
regulan su temperatura interna, es la evaporación. Mediante ella, los seres vivos son
capaces de liberar calor para mantener en condiciones óptimas, su medio interno.
La evaporación depende de la diferencia de presión de vapor entre el aire
circundante y el objeto u organismo.
Si la humedad ambiental es abundante, hay poca evaporación y, poca disipación de
calor por este medio.
Cuando el ambiente es seco, aumenta la tasa de evaporación y con ella la disipación
de calor.
Otro proceso de transmisión de calor es la conducción que ocurre entre dos
cuerpos sólidos, fluyendo del más caliente al más frío. La velocidad con que el calor se
transfiere depende del grado de contacto que haya entre ambos, la diferencia de
temperatura y del grado de resistencia al calor que tengan los organismos.
La convección es otra forma de transferencia de calor por los fluidos debido a sus
variaciones de densidad por la temperatura; las partes calientes ascienden y las frías
descienden formando las corrientes de convección que hacen uniforme la temperatura
del fluido.
La radiación térmica se produce cuando un cuerpo se expone a una fuente que emite
calor, como sucede cuando nos colocamos frente a una fogata.
Las plantas poco pueden hacer internamente para regular su temperatura interna.
Constantemente están expuestas a diferentes formas de transmisión de calor y su
metabolismo cuenta con muy pocas alternativas para mantener el control corporal. Las
plantas no pueden desplazarse para evitar o buscar la radiación. Generalmente pierden
calor por convección y evaporación, por ello, el tamaño y forma de sus hojas tienen
gran importancia. Las hojas que presentan muchos lóbulos o salientes pierden calor de
manera más eficiente que las hojas grandes y poco lobuladas.
Los bordes y extremos de las hojas sufren más los cambios de temperatura y por
ello, los márgenes de las hojas, con frecuencia se hielan por el frío o se secan por el
calor.
Los grandes troncos tienen mayor capacidad para guardar el calor y por ello, son un
refugio buscado por aves y pequeños mamíferos.

La fotosíntesis como
muchos procesos
metabólicos, se incrementa
en razón directa al
aumento de temperatura
ambiental sin embargo,
este efecto no es
sostenido ya que todas las
plantas tienen un límite
superado el cual, la
fotosíntesis deja de
incrementarse y, más aún,
puede cesar.
Las plantas C4 viven en
lugares más cálidos y
pueden llevar a cabo la
fotosíntesis a mayor (a) Una planta C3 (Sesleria caerulea) de regiones templadas
temperatura que las nórdicas.
(b) Una hierba C4 (Spartina anglica) también de zonas nórdicas.
plantas C3.
(c) Un arbusto C4 (Tridestromia oblongifolia) de zona desértica

Se ha observado que las plantas son capaces de resistir el frío, siempre y cuando el
enfriamiento se lleve a cabo lentamente. Si la temperatura baja drásticamente, la
planta conserva el agua en su interior y esta se convierte rápidamente en cristales de
hielo, que destruyen las células.
Ciertas plantas resisten mejor el frío que otras ya que genéticamente están
provistas con mecanismos metabólicos mediante los cuales pueden sintetizar
compuestos que actúan como protectores y permiten el sobreenfriamiento de la savia
sin que se alteren las células.
Algunas estructuras como las vellosidades que presentan algunas plantas árticas,
funcionan como ‘trampas’ de calor que impiden que la planta se congele durante el frío
invierno.
Los animales han desarrollado mecanismos más sofisticados para contender con los
cambios de temperatura. Éstos pueden producir calor, haciéndolos moverse y
protegerse del frío.
Su metabolismo también cuenta con alternativas para regular la temperatura
corporal, produciendo calor o aumentando la transpiración.
Según su capacidad para regular su temperatura interna, los organismos pueden
contar con mecanismos internos que utilizan la energía almacenada en el cuerpo para
mantener constante la temperatura aunque en el exterior ésta varíe. Estos organismos
son conocidos como HOMEOTERMOS.
Los POIQUILOTERMOS regulan su temperatura corporal mediante mecanismos
externos. Obtienen el calor exponiéndose a la radiación y, lo disipan mediante
evaporación, conducción o convección. Estos organismos parecen fríos al tacto y por
ello se conocen vulgarmente como animales de ‘sangre fría’.
Algunos investigadores consideran un tercer tipo de organismos, los que regulan su
temperatura interna a veces por mecanismos propios y otras veces por mecanismos
externos. A este tipo de organismo los denominan HETEROTERMOS y entre ellos
clasifican a los murciélagos, los colibríes y las abejas.

Existe una relación muy estrecha


entre el metabolismo de un organismo y
su tamaño.
Un animal grande pierde menos calor
que un animal pequeño en el mismo
tiempo ya que tiene expuesta una
menor cantidad de superficie en
relación a su masa total que la que
tiene un organismo pequeño. Los
homeotermos rara vez son menores a
un cuerpo que pese 2g.
Por otra parte, a los poiquilotermos
Si comparamos el cuerpo de un organismo con una forma les afecta también esa relación
cúbica, podemos observar que un animal, cuyo cuerpo ocupe peso/superficie corporal y por ello, los
un volumen de 1 cm 3 cuenta con una superficie corporal total más pequeños pueden calentarse y
2
de 6 cm , que queda expuesta a los cambios de temperatura del perder calor más rápidamente que los
ambiente (una relación volumen/superficie de 6).
grandes. Hay pocos organismos
En un organismo que ocupe el doble (2 cm3) sólo tendrá una
superficie expuesta de 24 cm2 (una relación volumen/superficie poiquilotermos de gran talla.
de 3).
La capacidad de hibernar es un mecanismo adaptativo
que muchos organismos han desarrollado para sobrevivir
a los fríos inviernos.
Durante la hibernación desaparece prácticamente
cualquier función metabólica. Los poiquilotermos
disminuyen el azúcar en sangre, aumentan el
almacenamiento de glucógeno en el hígado, aumenta el
tono muscular, entre otros cambios fisiológicos.
Los homeotermos se comportan como heterotermos
adoptando una hipotermia controlada. Tanto la
respiración como la frecuencia respiratoria y cardiaca
bajan notablemente y la temperatura corporal puede caer
hasta los 10ºC.

La presencia de escama y pelo en el cuero ayudan a formar trampas de calor que


ayudan al organismo a controlar mejor su temperatura corporal.
En muchas ocasiones los organismos recurren al tiriteo para producir algo de calor y
mejorar sus condiciones internas.
El jadeo y el sudor, son mecanismos mediante los cuales los organismos disipan calor
para regular su temperatura. Algunos animales utilizan las alas para abanicarse.
Las aletas de algunos organismos como la ‘vaquita marina’ o marsopa (Phocaena sp)
utilizan sus aletas como medios de regulación de calor, haciendo circular mayor o
menor cantidad sangre a través de ellas. Otros organismos como el atún también
utilizan mecanismos de 'contracorriente' como los de la marsopa.
Muchos otros animales desde insectos o aves hasta los grandes mamíferos, utilizan
la migración para contender con los cambios extremos de la temperatura.
Cada año, cientos de miles de aves viajan de un lugar a otro en búsqueda de
condiciones más favorables para alimentarse, encontrar refugio y reproducirse. Desde
la mariposa monarca, la ballena gris, el flamingo, el pato canadiense, la garza, visitan
nuestro país en cierto tiempo. Conducta que cada día va en descenso ya que el hábitat
de los lugares que visitan en su migración ha venido sufriendo importante deterioro,
muchos bosques están desapareciendo, el agua de los lagos ha sido confinada mediante
presas o ha recibido un gran aporte de sustancias contaminantes, el alimento natural
que consumen ha desaparecido.
Las zonas de reserva ecológica y los parques nacionales son una alternativa para
aminorar el descenso de este interesante fenómeno.

S-ar putea să vă placă și