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cc la Constitución Política de la República para
los ciudadanos ecuatorianos de cualquier jurisdicción política electoral, radica en la capacidad para
revocar el mandato a los dignatarios de elección popular que se encuentren incursos en las
causales que la propia Constitución y la leyestablecen. La Carta Fundamental se refiere a la
revocatoria del mandato como otras de las formas de participación ciudadana, conducente a
controlar los actos y gestión de los dignatarios de elección popular. El artículo 109 ibídem al
referirse a este derecho, dice: "  
  
.- Los ciudadanos tendrán derecho a
resolver la revocatoria del mandato otorgado a los 
 !"
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 de su elección,
por actos de corrupción o incumplimiento injustificado de su plan de trabajo" ; el segundo inciso
del artículo 110 de la Constitución Política al hablar de la iniciativa para revocar el mandato
establece que deben cumplirse los requisitos previstos en la Constitución y en la "$ Hasta el
momento de escribir estos comentarios, el Congreso Nacional no ha expedido la Ley Orgánica de
Revocatoria del Mandato, lo cual limita severamente la aplicación de este derecho legítimo de los
ecuatorianos, a pesar que, reposa adormecido al igual que otros, varios proyectos de ley sobre la
materia, en especial el presentado el 15 de enero del 2000 por iniciativa del Tribunal Supremo
Electoral, en un solo Código, denominado de las Instituciones Democráticas. Preguntemos a
nuestros legisladores ¿ Por qué no trató, discutió y aprobó una ley tan importante, que consagra
derechos políticos y permite enviar de vuelta a su casa a los dignatarios incapaces de cumplir las
expectativas y dar soluciones reales a las necesidades básicas de sus electores, entre ellos a los
propios diputados?

Sin embargo, para subsanar la mora parlamentaria y, aplicando el tercer inciso del artículo 18 de la
Carta Política: no podrá alegarse falta de ley para justificar la violación o desconocimiento de los
derechos establecidos en esta Constitución, para desechar la acción por esos hechos, o para negar
el reconocimiento de tales derechos, el Máximo Organismo del Sufragio, en uso de su facultad
reglamentaria, consiente de su responsabilidad ante el país y con el ánimo de garantizar la
vigencia del sistema democrático y la administración pública libre de corrupción e incapacidad de
dignatarios de elección popular dictó el Reglamento para consulta popular y revocatoria del
mandato, publicado en el Registro Oficial No. 366 de 11 de julio de 2001.

  
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Conforme lo dispone el segundo inciso del artículo. 109 de la Constitución Política los candidatos a
las dignidades de prefectos, alcaldes y diputados, al inscribir su candidatura deberá presentar el
correspondiente Plan de Trabajo como requisito previo. La Ley Orgánica de Elecciones, concilia
este principio constitucional en el artículo 54 al prescribir que: "Los candidatos a Alcalde
Municipal, Prefecto Provincial, en el momento de presentar su candidatura, deberá presentar el
plan de trabajo propuesto, conjuntamente con el formulario de inscripción, el cual deberá
contener entre otros elementos los siguientes:
K$' Objetivos generales y específicos;
($' Programa de trabajo que contenga las acciones básicas que se propone ejecutar con el
respectivo sustento técnico y su posible fuente de financiamiento, en el ejercicio de sus funciones,
en el caso de ser elegidos. El programa responderá a las facultades y atribuciones de su función,
debe tener el respaldo del partido u organización política que auspicia la candidatura;
)$' Diagnóstico y soluciones a la problemática de la jurisdicción que representa; y,
*$' Declaración de sujeción al ordenamiento jurídico ecuatoriano.
El plan de trabajo debe ser notarizado ante el funcionario competente".

El incumplimiento injustificado del plan de trabajo es causal suficiente, para que los ciudadanos en
goce de los derechos políticos pertenecientes a la jurisdicción electoral puedan ejercer este
derecho, revocando el mandato dentro del plazo previsto en el artículo 111 de la Constitución
Política: en los casos de incumplimiento del plan de trabajo, se podrá solicitar transcurrido el
primero y antes del último año del ejercicio de sus funciones, por una sola vez dentro del mismo
período".

 
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Otra de las causales para revocar el mandato a los dignatarios antes indicados, consiste en la
comprobación del cometimiento de actos de corrupción, así lo dispone el artículo 111 ya citado,
¨Cuando se trate de actos de corrupción, la revocatoria podrá solicitarse en cualquier tiempo del
período para el que fue elegido el dignatario¨. A pesar de la inexistencia de ley, que en nada
impide, si esa era intención de los diputados, ejercitar este derecho político, quienes fueren
sentenciados y una vez ejecutoriada dicha sentencia, se debe iniciar el proceso de revocatoria de
mandato. Hoy que nuestro país se debate en la inmundicia de la corrupción a todo nivel, en forma
particular, estamos asistiendo en forma diaria a los escándalos permanentes que protagonizan
ciertos dignatarios de elección popular, que han hecho de su cargo una forma de enriquecimiento
personal y se han servido de la comunidad no han servido a ella. El lector podría preguntarse
¿Cuántos dignatarios deben o debieron irse a su casa por ineptos e incapaces o a la cárcel por
ladrones y corruptos, desde que se promulgó la Constitución Política, si los ciudadanos conscientes
de nuestra responsabilidad aplicáramos este derecho político?

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Conforme dispone el artículo 110 de la Constitución Política del Ecuador, la iniciativa para la
revocatoria del mandato la ejercerá un número de ciudadanos en goce de los derechos políticos,
que represente por lo menos el        de los empadronados en la respectiva
circunscripción territorial. La Codificación de la Ley de Elecciones amplía este principio
constitucional en los artículos 122 y siguientes. Únicamente como ejemplo y que no se vaya a
interpretar como insinuación, ni remotamente, los ciudadanos del Distrito Metropolitano de Quito
que constan en el padrón electoral son 1´236.983 electores en ejercicio de sus derechos políticos y
desearen revocar el mandato a su alcalde, deberían contar con el respaldo del 30% del electorado,
que correspondería a 371.094 electores. De la misma forma, si los ciudadanos de la provincia del
Guayas, quisieran iniciar el proceso de revocatoria del mandato de un diputado o del prefecto de
dicha provincia, existiendo en el padrón electoral 2´111.224 ciudadanos aptos para el sufragio,
debería contar con el respaldo de 633.367 ciudadanos de dicha provincia; y así podríamos
proseguir con ejemplos de conformidad con la población electoral de cada una de las
jurisdicciones electorales del país.

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Respecto al proceso de revocatoria de mandato, el artículo 112 de la Constitución Política dispone


que: "Decisión de Revocatoria.- En la consulta de revocatoria participarán obligatoriamente todos
los ciudadanos que gocen de los derechos políticos. La decisión de revocatoria si existiere el
pronunciamiento favorable de la mayoría absoluta de los sufragantes de la respectiva
circunscripción territorial...." Es necesario establecer con claridad esta premisa como requisito
para que surta efecto la revocatoria a un dignatario de elección popular. Si partimos de la reflexión
inicial que en un proceso electoral, existe aproximadamente un 35% de ausentismo de los
electores, y en los formularios de recepción de firmas para respalda la revocatoria del mandato,
deben existir el 30% de los ciudadanos empadronados, sumarían un 65% del electorado de una
circunscripción electoral ; por lo cual, al iniciar un proceso de esta naturaleza, el dignatario podría
considerase ya revocado del mandato y con una pérdida total de legitimidad para seguir
ejerciendo su cargo. Pero esta reflexión está reñida con el principio de escrutar los votos válidos
para determinar si el pronunciamiento constituye la mayoría absoluta del electorado.

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SI EN LA PRIMERA VOTACIÓN ningún binomio hubiere logrado la mayoría absoluta, se realizará
una segunda vuelta electoral dentro de los siguientes cuarenta y cinco días, y en ella participarán
los candidatos que hayan obtenido el primero y segundo lugares, en las elecciones de la primera
vuelta; así dice el tercer inciso del artículo 165 de la Constitución Política de la República. La Ley
Orgánica de Elecciones, desarrolla esta disposición constitucional en el artículo 46 inciso segundo
fijando la segunda vuelta electoral para el último domingo de noviembre del año en que se realice
la elección de Presidente y Vicepresidente de la República.

Estas disposiciones, incisos, merecen análisis a partir de la necesidad que tienen los contendores
electorales de obtener en el sufragio la mayoría absoluta de los sufragios válidos para ganar la
elección. En el caso de no haber alcanzado este porcentaje es necesaria la realización de un
"ballottage" o segunda vuelta electoral entre los dos binomios que hayan logrado llegar en los dos
primeros lugares. El Diccionario Electoral publicado por el Instituto Interamericano de Derechos
Humanos a través del Centro Asesoría y Promoción Electoral (CAPEL), en la página 87 del Tomo I,
segunda edición dice: "El Diccionario enciclopédico de la lengua castellana (París, Garnier-Freres,
1896, t. 1º, pág. 328) define al vocablo -ballottage- así: Dícese en Francia del resultado de una
votación, cuando ninguno de los aspirantes a una función electiva obtiene la mayoría de votos
exigida por la ley, lo que trae por consecuencia una segunda elección".
Esta institución europea, de vieja data, adoptada por las legislaciones latinoamericanas a partir de
los años setenta del siglo pasado tiene su génesis en el año 1852 cuando Francia vivía el Segundo
Imperio de Napoleón III, con apariciones sucesivas en la III y V Repúblicas.

Fines de la segunda vuelta electoral

Como toda institución de orden jurídico, en este caso electoral, persigue fines específicos. En
doctrina, el ballottage, tiende a dotar de legitimidad a los dignatarios electos y a depurar el
sistema de partidos políticos. Referente a lo primero asegura que el binomio electo cuente con la
mayoría absoluta de votos. Se dice que en la primera vuelta se vota por el candidato predilecto,
con alto grado de subjetividad; para la segunda vuelta, al tener dos opciones, las dos más votadas,
existe una mayor meditación y se vota por quien ofrece posibilidades más reales de superación y
mejoramiento social, se promueven alianzas ideológicas y programáticas de sujetos políticos. El
abrumador respaldo de votos válidos, supuestamente dota al electo de invulnerabilidad a toda
prueba para ejercer su mandato y se entiende que goza de gran respaldo popular. Sin embargo de
esto ha sido notorio especialmente en nuestro país el deterioro vertiginoso de los mandatarios,
entrando en juego la legitimidad con la popularidad. Se dá el caso de toma de decisiones
impopulares correctas que no deberían corroer la legitimidad.

En lo atienente a la depuración de partidos y movimientos políticos, al existir una proliferación de


agrupaciones sin una concreta identificación ideológica y sin ser reales interlocutores de sectores
sociales, sino como producto de un mero cálculo o especulación, encaminados a la obtención de
ventajas y canonjías, el obtener votaciones significativas en elecciones unipersonales permite que
los de menor votación sean sancionados desapareciendo del mapa político electoral. Obviamente
en nuestro país este principio doctrinario se ha desvirtuado al tomar en cuenta para extinción de
agrupaciones políticas los porcentajes obtenidos en elecciones pluripersonales, que permiten la
subsistencia de remoras políticas por el arraigado imperio de seudo líderes en provincias y
cantones.

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En términos claros como se mencionó, el ballottage es la segunda vuelta electoral, sin embargo
existen sistemas curiosos por decir lo menos, adoptados por legislaciones latinoamericanas y, no
faltaba más adoptado también por el Ecuador. Los entendidos en la materia lo denominan
"ballotage a la argentina" y consiste en que el binomio presidencial resultará electo en primera
vuelta cuando hubiere obtenido más del 45% de los sufragios válidos emitidos y, tenga una
diferencia de más de diez puntos sobre el binomio que le sigue en votos. Admírese el lector, el
artículo 165 último inciso de la Carta Política transcrito en el último inciso del artículo 46 de la Ley
Orgánica de Elecciones dice a la letra: "No será necesaria la segunda votación, si el binomio que
obtuvo el primer lugar, alcanzare más del cuarenta por ciento de los votos válidos y una diferencia
mayor de diez puntos porcentuales sobre la votación lograda por el ubicado en segundo lugar. Los
diez puntos porcentuales serán calculados sobre la totalidad de los votos válidos".
Calificado el "ballottage a la argentina" y hoy "a la ecuatoriana" como un suigeneris y curioso
método que no registra antecedentes en ningún lugar del mundo, minimiza en su totalidad los
fines y objetivos de la versión francesa, creando un umbral de legitimidad a los mandatarios
electos. El tratadista Franco Castiglione al respecto comenta: "En primer lugar, un candidato está
habilitado a conquistar, en un solo turno, la presidencia con el 40 por ciento de los sufragios, bien
por debajo de aquella legitimación mayoritaria que el doble turno persigue. En segundo lugar,
tendería a liquidar, en la primera vuelta, el voto sincero en aras del voto útil, restringiendo al
aludido pluralismo" (...) "si los opositores compitieran entre sí, cada uno con su propia bandera
partidaria, correrían el riesgo de no llegar al segundo turno..."

Otra vez más adoptamos una institución desarticulada sin saber siquiera sus consecuencias,
tamaña irresponsabilidad e ignorancia, por decir lo menos.

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El artículo 37 de la Ley de Elecciones dispone que los ciudadanos cedulados hasta sesenta días
antes de cada votación deban constar en los padrones electorales. Este importantísimo
documento electoral se cierra con inclusiones y exclusiones para estas elecciones el 20 de agosto
de 2002. Es inamovible el número de ciudadanos que constan en el a partir de esa fecha; por lo
que, el mismo padrón que se utilice en primera vuelta debe ser el que se utilice en segunda, por
norma expresa del último inciso del artículo 36 de la Ley cuando dispone que para segunda vuelta
no podrán alterarse por ningún concepto los padrones electorales, ni podrán incluirse nuevos
electores. Es más, no puede variar siquiera el número de votantes por junta receptora del voto. A
manera de información en las presentes elecciones las provincias de Azuay, Manabí, Los Ríos,
Guayas y Pichincha tendrán 200 electores por junta, el resto de provincias mantendrán los
tradicionales 300 electores, decisión adoptada para agilitar el escrutinio.

Reafirma lo anterior el contenido del artículo 47 ibídem y, adiciona la obligación de los ciudadanos
designados como vocales de junta receptora del voto para primera vuelta electoral de intervenir
en la segunda vuelta, en la misma junta.

Precautelando la seguridad jurídica, el sufragio y los escrutinios de las juntas, los escrutinios
provinciales y los escrutinios nacionales de segunda vuelta electoral se realizarán de conformidad
con las normas aplicadas en la primera vuelta electoral. Se prohíbe la venta de bebidas alcohólicas
durante el día de las elecciones y treinta y seis horas antes. Lastimosamente existe un vacío legal
en lo referente a la publicidad electoral en medios de comunicación colectiva, posiblemente se
remediará mediante reglamentación que el Tribunal Supremo Electoral dicte para el efecto.

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ccc "Triunviratos" militares, en 1978, por novelería o por temor al
pueblo, instituyó en la Administración de Justicia la Oficina de Sorteos, para repartir
equitativamente el trabajo entre los juzgados de todo nivel; la Oficina de Citaciones para aliviar la
pesada carga de los secretarios de los juzgados y los casilleros judiciales para la citación y
notificación de providencias procesales.
La creación de estas dependencias fue aplaudida por todos los profesionales del Derecho y por la
ciudadanía del país. Con ellas se pretendió sepultar los "Compadrazgos", "mafias de amigos" ,
"sociedades anónimas", "pandillas de negocios turbios" y el tráfico de influencias en toda la
Función Judicial.

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Antes de presentar la demanda primero se averiguaba cual Juez podía sustanciar el juicio y dictar
la sentencia en cuarto de hora, sin importar la condición del pago de un "derecho de sentencia", o
un "honorario profesional", que según se comentaba, era repartido entre todos los que
intervenían en la "confabulación o negociación", a costa de la víctima, de la "Tragicomedia
Procesal".
Si el juzgado estaba integrado por un "equipo dinámico de trabajadores y negociadores",
permanencia repleto y con mucho dinero. Pero si el juzgado estaba conformado por un "equipo de
ociosos y negligentes", permanencia abandonado y sin plata. En el primer caso "bien parados" y
con la "sonrisa de oreja a oreja". En el segundo caso, como "ánimas en penas" y la "cara larga". Los
juicios no ingresaban a trámite por sorteos, porque no había dicha oficina y era la amistad, el
pago, la recomendación, el requisito previo para ingresar y tramitar un juicio. Esa era la norma
general, aunque sí había algunas excepciones. La citación con la demanda, diligencias previas y
notificación de providencias, debía realizar el secretario de cada juzgado en el despacho
profesional de los abogados, por cuya razón, había necesidad de no enojarse con dicho
funcionario, porque podía ocurrir que no cite con la demanda, o no se notifique una providencia y
se corra el riesgo de perder el juicio.
Antes de 1978 no había casilleros judiciales, ni oficina de citaciones, en la administración de
justicia del país, cuya creación constituyó el avance en la realidad jurídica procesal ecuatoriana.
Lamentablemente estas dependencias judiciales en la práctica, no llegaron a ser ninguna solución
en la Administración de Justicia del país, por falta de conocimiento de la problemática, jurídico
social y la desorganización de la Cúpula Judicial, que hasta la actualidad nada planifica y todo lo
improvisa para facilitar sus componendas y consignas políticas que cumplen, por orden de los
partidos políticos que la designan.

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En el olvido, lejos de toda buena intención, estas dependencias judiciales, no han llegado a cumplir
el objetivo para el cual fueron creadas y más bien se ha convertido en la maraña, el enredo, la
confusión y el embrollo procesal, que junto a la corrupción que impera en todos los niveles del
quehacer jurídico, nos apuntan más bien a un cataclismo judicial sin precedentes, que nos obligará
a reestructurar todo el arcaico sistema procesal, a la fuerza, "nos guste o no nos guste".
Lentitud en Sorteos.

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En la actualidad el pueblo y los profesionales del Derecho, se obligan a presentar sus demandas
diariamente en las oficina de sorteos, que solo recibe hasta que se llene el cupo de 1200 a 1500
casos, hasta las 16h30 minutos. A las 8 horas del día siguiente, se realiza el sorteo de los juicios,
con la intervención del Juez de turno de cada área judicial y el Jefe de dicha oficina. Al medio día o
por la tarde se exhiben las listas con el sorteo correspondiente. Al día siguiente se remiten los
juicios a la judicatura a la que haya correspondido conocer el juicio. Sólo para esto se necesitan
tres días hábiles.

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La judicatura a la que corresponda conocer un paquete de juicios, toma nota de ellos en un


Registro o libro de ingresos. Asigna un número a cada juicio y designa a un auxiliar para que le de
trámite. Poquísimos juzgados lo hacen en una semana y otros en algunos meses. Nadie lleva un
control.

  
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Al auxiliar se entrega el juicio, sólo cuando el superior ordena. El proceso pasa al Juez, cuando éste
lo solicita, quien sin mayor análisis manda a completar o aclarar la demanda. Vuelve el juicio al
auxiliar de origen, para que provea y notifique al interesado. Si esto ocurre, el juicio irá a
citaciones, en caso contrario la situación es grave, porque existen Jueces que jamás llegan a
calificar una demanda, "así se queje al diablo, el desgraciado que demande". No pasa nada.

%      $

Al llegar a la oficina de sorteos, el juzgado destinatario toma nota del juicio en un Registro, y lo
lleva a la oficina de citaciones, dependencia en la que se pone un "recibido" al encargado de cada
juzgado. Los datos del juicio, ingresan a "una" computadora, se graban e imprimen. Se obtienen
las listas que se publican en letras diminutas y poco claras en "anticuadas carteleras", fuera de la
oficina. En otros días la oficina de citaciones publica las listas de los juicios, en las que hace constar
al empleado citador que cumplirá con ese acto procesal. En otros días más se público otras listas
que contienen los juicios citados y los que son devueltos por falta de citación. Se necesita de
semanas o meses para que los juicios sean devueltos a los juzgados de origen, cuando no se han
extraviado, ni perdido, o simplemente para recibir el desengaño de no haber hecho nada en tanto
tiempo. Si es una diligencia previa, muchas veces vendrá la muerte, sin comenzar el juicio y el
problema quedará de herencia a otros "desdichados" que se involucrarán en el problema.
Las demandas que han sido citadas comenzarán la agonía procesal. Las que no, "borre y va de
nuevo" hasta que sus protagonistas se cansen después de un mes, un año o de un tiempo
indefinido de espera.
La misma angustia ocurre y a lo mejor una grave confusión, cuando el interesado no averigua por
su juicio a tiempo. Las listas en donde se publican los juicios son cambiadas vertiginosamete. El
litigante que perdió de vista a su expediente, irremediablemente se convertirá en "bola de ping-
pong", porque de la oficina de citaciones lo enviarán al juzgado y del juzgado a la oficina de
citaciones, hasta que pierda la paciencia o hasta que tenga la suerte de encontrarlo.
Habrán pasado mese y las cosas empeorado, porque quien iba a litigar, aparecerá enfermo de los
nervios, úlcera o cansancio, que le obligará a consultar a un psiquiatra, médico o descansar
después de haber perdido el tiempo infamemente, aparte de haber aprendido a ser manso como
Francisco de Asís, para tolerar con paciencia todas las injusticias e impertinencias que se dan en la
Administración de Justicia.
Que conste, que lo que se menciona en este análisis, no constituye ni un "pálido reflejo del
embrollo y la lentitud procesal que agobia a todo el mundo, en las Oficinas de Sorteos, citaciones y
casilleros judiciales. Si pudiésemos dar a luz todo lo que pasa al interior de la Administración de
Justicia, estoy seguro que espantaríamos a los muertos y haríamos llorar a los malvados.


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Para salir del embrollo, la lentitud y la confusión procesal en que nos encontramos
injustificadamente sumergidos, sugerimos a la cúpula judicial, observar entre otras las siguientes
soluciones:

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En la oficina de sorteos, los juicios deberían ingresar inmediatamente a la computadora de cada


área especializada, capaz que el interesado conozca inmediatamente el juzgado donde se
tramitará su caso. Se agrabarían e imprimirían las listas de los juicios sorteados por áreas y se
publicarían igualmente, en las carteleras especializadas, para conocimiento del público.
Para implantar este sistema, se requiere de dos computadoras por cada área judicial: Una para
ingresar los juicios nuevos y otra para atender al público, con los datos de archivo; personal
eficiente y especializado; un espacio físico adecuado; material de oficina e implementos que
permitan un servicio ágil. Así se habrá ahorrado la presencia innecesaria de los "jueces de turno",
la pérdida de tiempo y dinero a los interesados y Profesionales del Derecho en idas y venidas
innecesarias de manera especial, se evitaría la confusión y el malestar que el anarquismo del
sistema actual ocasiona.

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    $

A la oficina de citaciones se la debería organizar por áreas especializadas, igualmente con dos
computadoras en cada área especializada. una para la recepción de los juicios nuevos y otra para
atender al público con los datos de archivo; personal especializado suficiente para el manejo de las
computadoras; citadores para el área urbana y citadores para el área rural; asistentes de
citaciones. Los primeros para que cumplan con el acto de citar, y los segundos para que elaboren
actas, reciban, entreguen los juicios y atiendan al público; un espacio físico amplio que impida el
amontonamiento de los juicios; vehículos, etc.; material de oficina e implementos suficientes para
ofrecer un servicio eficaz. Todo según la población del área urbana y del área rural, de cada
cantón.
Remisión de Juicios.
Los juzgados deberían enviar a la oficina de citaciones únicamente las boletas necesarias para la
citación, y así evitar la aglomeración, pérdida y confusión de juicios y documentos anexos.
Olvidémonos del "proceso errante", del "juicio gitano" y de su manoseo en muchas oficinas y por
muchos empleados.
Con el procedimiento que sugerimos, ojalá algún día los jueces lleguen a expedir las sentencias
dentro de doce días; los autos dentro de tres y los decretos dentro de dos, como ambiciosa,
aunque vanamente, prescribe el artículo 292 del Código de Procedimiento Civil.
El cambio del Sistema Tradicional por un Sistema Técnico y Moderno sería siempre un aporte
positivo, porque nos permitiría salir del marasmo de una legislación caduca, que lleva cien años de
retraso en comparación con el sistema procesal de países desarrollados. El Sistema Procesal Oral
es una necesidad histórica que debemos asumir sin pereza y sin temor.
Anhelo que estas sugerencias sean leídas y aplicadas por los señores Ministros del más Alto
Tribunal de Justicia del País, y que no se las lleve al viento; porque si eso ocurre, las recogeríamos
para convertirlas en el símbolo de la lucha que todos los abogados honestos debemos continuar,
con el Directorio Provisional del Colegio de Abogados de Pichincha y los ciudadanos progresistas
del país; o las nuevas generaciones nos juzgarán como incapaces de haber vivido con la realidad de
nuestro tiempo y nos repudiarán, por el mal que les dejamos.

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c cc  c c2   cc el referéndum venezolano y la posible
reforma a la Función Judicial, fueron los temas coyunturales tratados el domingo pasado en el
programa jurídico Justicia para Todos, dirigido por el doctor Edgar Terán, presidente de la
Fundación Hacia la Seguridad-Imperio de la Ley.

Las elecciones seccionales en el Ecuador se aproximan y lamentablemente existe una Ley de Gasto
Electoral imposible de aplicar. De acuerdo con Édgar Terán existe un principio de derecho, que
dice que la inaplicabilidad de una ley, por ser absurda o por ser físicamente contraria a la realidad,
es algo que puede ser argüido, para suspender el efecto de una disposición. Esto tendría que
hacerlo el Congreso en referencia a la Ley del Gasto Electoral vigente. Los montos máximos de
gasto son irrisorios.

De acuerdo a un reportaje presentado en Justicia para Todos, la ley, señala un límite general para
los candidatos a alcaldes y prefectos de hasta 265 mil dólares, 150 mil para concejales, y 135 mil
para consejeros. En Guayas, por ejemplo, un candidato a la prefectura puede gastar hasta 69.213
dólares en toda la campaña; en Pichincha, 51.289. Mientras, en Pastaza, el monto máximo es de
3.582 dólares. Quien se postule para la alcaldía de Guayaquil puede gastar hasta 44.126 dólares y
en Quito, 40.118. Pero en el cantón Pablo VI de la provincia de Morona Santiago, apenas 66
dólares.

Terán indicó que solamente el estudio de mercado para cualquier candidato, es decir el estudio
básico del universo dentro del cual se va a mover ese candidato, costaría entre 2 y 3 mil dólares.

De esta manera, se vuelve inevitable violar la ley. Terán se mostró de acuerdo con opiniones
vertidas en días anteriores por el Vicepresidente del Congreso, Ramiro Rivera, que indicó que se
podrían triplicar los montos máximos del gasto por esta ocasión. En este caso, se establecería para
cada binomio presidencial un millón de dólares. Sin embargo, aún sigue siendo un monto bajo,
opinó Terán. Puso como ejemplo que lo que Aspiazu, le regaló al ex presidente Mahuad, con
dinero de los depositantes del Banco del Progreso, para su campaña, fueron 3 millones doscientos
mil dólares. El jurista indicó que se debería hacerse una reforma rápida a la ley a fin de remediar
estos problemas.

Terán también reflexionó sobre que el derecho a sufragar. Para el jurista el voto debería ser libre,
y no obligatorio como ahora. "Entonces veríamos la verdadera raigambre de los partidos políticos,
a ver si pueden mover el mercado. Y si se aplicara junto a eso, el artículo 99 de la Constitución,
que manda que en elecciones pluripersonales se pueda votar, escogiendo uno los candidatos,
probablemente nos acercaríamos algo más a un sistema democrático".

Propaganda de obras

Terán criticó a las autoridades que hacen propaganda electoral con recursos del Estado, de los
ciudadanos. Indicó que la Ley del Gasto Electoral y el Código Penal, prohíben que se haga
propaganda a pretexto de hacer saber sobre las obras públicas construidas.

"La propagada electoral de ellos es pagada por el pueblo. Hay gente que dice: lo más elemental
que yo puedo hacer es dar a conocer mis obras. Pues que las dé a conocer a través de los
reportajes, que hagan los canales de televisión porque encuentran las obras importantes, o la
entrevista o la cobertura que les hagan los periódicos. Pero sin pago con el dinero de la gente",
dijo. Indicó que esto se constituye en malversación de fondos o algún otro género de delito
referente al mal uso de fondos públicos. El código penal es severo en el Ecuador sobre estas cosas,
describe con rigidez el delito de concusión, el que consiste en percibir lo que no era debido, como
rentas, sueldos, gratificaciones, contribuciones, y también castiga severamente, el famoso
peculado.

En este sentido, Terán se cuestionó si es correcta la reelección inmediata de los alcaldes y


prefectos.

Opinó que se debería encargar a una comisión de juristas, del Congreso para que presenten un
nuevo proyecto de ley del control del gasto electoral. Porque la actual ley es farsesca y farsante, es
imposible, es irreal y coloca al margen de la ley de entrada a todos los que van a ser candidatos.

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