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José María Morelos y Pavón nació en Valladolid, hoy Morelia, en septiembre de 1765.
De familia humilde, Morelos aprende de su madre las primeras letras y aún siendo muy
joven trabaja conduciendo una recua de la Ciudad de México a Acapulco. Cerca de los
30 años, ingresa al Colegio de San Nicolás, en su ciudad natal, donde conoce a Miguel
Hidalgo, entonces rector de la institución.
O riginario de Valladolid (Morelia), José María Morelos fue hijo de José Manuel
Morelos, carpintero, y de Juana María Guadalupe Pérez Pavón. Fue registrado como
español, pero en realidad era mestizo, con algo de ascendencia negra.
Entre 1779 y 1790 trabajó en la hacienda cañera de Tahuejo, en Apatzingán, quizá
como escribano o contador. En 1790 ingresó en el Colegio de San Nicolás, en
Valladolid, donde estudió gramática latina y retórica, filosofía y moral. En el Seminario
Tridentino de aquella ciudad estudió en 1795 teología moral y filosofía. Viajó a la
ciudad de México para presentar el 28 de abril de ese año el examen de bachiller en
artes en la Real y Pontificia Universidad.
El 10 de noviembre, tras diversas derrotas, salió hacia Oaxaca, la que tomó el día
25. Mandó fusilar a los realistas González Sarabia y Régules Villasante y organizó la
celebración de la jura de la Suprema Junta, además de dictar otras disposiciones sobre el
gobierno de la zona dominada por él y de iniciar la publicación del periódico Sud.
El 9 de febrero de 1813 se dirigió a Acapulco, con lo que inició su cuarta campaña.
Llegó a Yanhuitlán el día 15 de ese mes, y a Ometepec el 7 de marzo Entró a la Sabana
el 26 de ese mes. Se ocupó de organizar la toma de Acapulco, al que atacó el 6 de abril
y tomó el día 12.
José María Morelos y Pavón, a los catorce años, dejó la ciudad de Valladolid
para trabajar en la hacienda de San Rafael Tahuejo, propiedad Felipe
Morelos, primo de su padre. Ahí aprendió cultivo de maíz y añil, y pronto se
convirtió en el contador de la unidad agrícola y el escribano de recibos y
remesas. Fue aficionado a la ganadería y la arriería, pasatiempo que le costó
una fractura de nariz.
Su bisabuelo rico, Pedro Pérez Pavón, había dejado un capital para su hijo
natural José Antonio, siempre que se ordenara sacerdote y sirviera a una
capellanía. Al dejar éste el seminario por casarse, la madre de Morelos, alegó
para que ese capital pasara a su hijo por ser descendiente directo. Así, José
María Morelos encontró su "vocación" sacerdotal a la no muy tierna edad de
24 años.
MORELIA
A unas cuantas cuadras de la Catedral está el sitio donde nació nuestro caudillo del sur,
el 30 de septiembre de 1765, donde aprendió sus primeras letras en la escuela–amiga
dirigida por su madre, Juana María Pavón. La casa alberga el Museo Casa Natal de
Morelos en cuyo interior tiene el tradicional patio central rodeado de habitaciones que
hoy en día son salas de exposición que te enseñarán sobre los orígenes del caudillo, su
participación en la guerra de Independencia; y su muerte. Asimismo hay una biblioteca
especializada en este prócer de la patria y la cual está decorada con murales del artista
michoacano Alfredo Zalce, además de una sala audiovisual donde se llevan a cabo
ciclos de conferencias, conciertos y se proyectan películas, convirtiendo este espacio en
un centro cultural.
CUAUTLA
Morelos intentó romper el sitio, envió a Matamoros, uno de sus mejores hombres, a
buscar ayuda y así poder combatir a los realistas, pero el plan no funcionó. Frustrado el
intento, agotadas por completo las provisiones y llevado hasta el límite el sufrimiento de
los sitiados, Morelos decidió romper el sitio y prefirió una muerte gloriosa en el campo
de batalla. A la orden de su general, las tropas insurgentes salieron sigilosamente
ocultas por la noche; sin embargo un centinela enemigo dio el “quién vive” y aunque
Galeana lo mató de un pistoletazo, la noticia se dispersó como pólvora y se vieron
envueltos por batallones realistas. Los insurgentes se defendieron al grito de ¡Viva la
Virgen de Guadalupe! ¡Viva la América!
OAXACA
Conocida también como la Verde Antequera, esta ciudad era una de las más hermosas
del reino, sus calles en cuadrícula, como todavía pueden verse en el Centro Histórico;
las grandes casas y palacios, hoy ocupados por comercios, museos, bancos y otras
instituciones. En la Catedral, el 13 de diciembre de 1812, Morelos celebró una
ceremonia para solemnizar a la Suprema Junta Nacional Gubernativa y reconocer su
legítima soberanía, desde el presbiterio. El Siervo de la Nación leyó un documento en el
cual reconocía la soberanía de la nación americana, la religión católica y restablecía en
el trono al rey Felipe II. Hoy en día podrás ver en el edificio, la misma portada de estilo
barroco que vio el caudillo.
José María Morelos y Pavón Frase célebre: “Morir es nada cuando por la patria se
muere.