EL SOCIALISMO DEMOCRÁTICO

Ante el dilema que representan las ideologías del liberalismo y el socialismo1, Louis
Blanc (España, 1811) se preocupo por encontrarle una solución y mantener una
posición moderada.

Utilizo a ambas ideología para tener un modelo moderado, ya que desde la perspectiva
socialista puso más atención en mejorar las condiciones materiales de los trabajadores
considerando las garantías individuales, sostuvo que para realizar la libertad, se debía
conseguir la justicia social a la que todos tuvieran acceso, terminando con la ambición
desmedida por acumular riqueza y con la competencia inequitativa y sin freno social, ya
que esto llevaba a una reducción de salarios y desempleo. Como una respuesta a esto
proponía la organización de los trabajadores, una cohesión de fuerzas dispersas:

1º conquistando el derecho a la libre asociación (lo cual significaba una integración de

los trabajadores en organizaciones que hicieran frente a las injusticias del capital.
Formando una especie de “fábricas sociales” las cuales se distinguirían por sus
características de derechos laborales (prestaciones, capacitaciones, etc.), además de ir
de la mano con asociaciones que elevaran el nivel educativo y cultural tanto de los
trabajadores como de las familias.

No creía en el centralismo, más bien era democrático, veía en la lucha política un

instrumento para alcanzar fines sociales. Él fue quien estableció una estrecha relación
entre la lucha política y la lucha social. En 1849 en el Le Nouveau Monde escribió: “ el
sufragio universal estará viciado en su aplicación mientras una vasta reforma social no
acabe con los azotes de la ignorancia y la miseria”. Esta en oposición de utilizar la
violencia como método de lucha, optaba porque “ a cada quien según sus capacidades,
a cada quién según sus necesidades”. Justificaba la intervención del Estado para
efectos de beneficio social, pero sin centralizar su administración, sino más bien
reforzando la capacidad de los municipios.

Dividió a la historia en tres momentos:

Autoridad. Descansa la vida de las naciones en sobre creencias ciegamente
aceptadas, sobre el supuesto supersticioso de la tradición, la desigualdad y por utilizar
al gobierno como medio de coacción. Se utilizó durante toda la Edad Media hasta el S
XVI y XVII
Individualista. Sitúa al hombre al margen de la sociedad, como juez de él y de su
entorno, teniendo un sentimiento exaltado de sus derechos, sin indicarle sus deberes,
abandonándolo a sus propias fuerzas, y como gobierno proclama el laissez-faire. Rigió
el siglo XVIII y fue motivo inspirador de la Revolución francesa.
Fraternidad. Este principio congoja y cumple los valores de la autoridad y la libertad
mediante la solidaridad y la armonía. Se ve a la fraternidad como valor social, como
guía.
El paso de uno a otro tiene que ver con el trabajo de los filósofos, de los pensadores en
su intención de concebir una nueva sociedad, y si se difunde entre la gente, se asumen

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Liberalismo. Aboga por las garantías individuales, dejando en un segundo plano la justicia
social.
Socialismo. Procura la igualdad de condiciones, dejando a un lado la libertad para las personas.
y se pueden llevar a la practica, y así los viejos ordenamientos se derrumban y aquí es
cuando entra la política para construir a partir de principios de justicia social.

Blanc decía que para llegar a la tercera etapa se debe alcanzar el reconocimiento del
sufragio universal y entonces se alcanzará una conciliación entre los intereses
individuales y colectivos. Decía que los individuos terminamos perteneciendo a una
dimensión social, y que toda la sociedad o mejora en su conjunto o toda sufre, Pro eso
junto con la conquista de los derechos individuales eran necesarios los derechos
sociales. Buscando los mecanismos de equilibrio económico y social que eviten el
abuso de poder, encontrando la competencia un contrapeso en la cooperación y los
intereses individuales un límite en el Interés general.

Mencionaba que para que haya una verdadera libertad, era preciso que ésta no se
transformara en privilegio de una minoría, siendo junto con la fraternidad valores
imprescindibles y patrimonio de todos. No se puede renunciar ni a la libertad, ni a la
igualdad ni a la fraternidad para obtener ventajas a costa de otro.

Considerando que el Estado debía proteger las propiedades de los particulares, pero
también un promotor del bienestar social, sobretodo porque mientras el régimen de
desigualdades prevalezca, existen débiles que necesitan ser protegidos. Abogaba por
una sola Cámara de representantes a la que estuviera subordinado el Ejecutivo, el cual
era nombrado por el poder Legislativo, compartiendo con Rousseau el hecho de no
limitar el poder, sino distribuirlo y así tener conquistas que fueran en beneficio de la
colectividad. Establecía Blanc que la mayoría debería gobernar, pero reconociendo y
respetando a las minorías.