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El helicóptero de “Tranquilandia”
Tomado de “Biografía no autorizada de
Alvaro Uribe Vélez” (2002)
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http://colombia.indymedia.org/uploads/2007/09/biografia_auv.pdf
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«Hace poco Noticias Uno y El Nuevo Herald dieron cuenta, con un intervalo de diez
horas, de la incautación por parte de la Policía y de la DEA, de un helicóptero,
propiedad de Uribe Vélez y de otros, en la llamada operación Yarí. En el complejo, de
500 hectáreas de extensión, las autoridades encontraron siete pistas de aterrizaje y 14
fábricas capaces de producir 20 toneladas semanales de cocaína. De acuerdo con el
reporte del corresponsal del Herald en Colombia, Gonzalo Guillen, el 11 de marzo de
1984, un año después de que Uribe saliera prácticamente destituido de la Alcaldía de
Medellín, y en plena campaña electoral para el Senado de la República, las autoridades
colombianas y estadounidenses dieron un rudo golpe contra el narcotráfico, que
algunos han calificado como “el más grande en la historia”.
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La expresión no está resaltada en el original.
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Desde entonces, las amenazas, los exilios y los atentados contra su vida o su integridad
profesional no han amilanado a Nacho, quien concentra hoy sus esfuerzos en delatar la
corrupción gubernamental en los más altos niveles. Este batallar de años ha sido
reconocido al concedérsele uno de los galardones más prestigiosos del periodismo
mundial, el Premio Internacional de Libertad de Prensa del CPJ ( 3 ).
Nacho visitó la sede del Centro Internacional para Periodistas (ICFJ) y charló con
nosotros sobre las lecciones del pasado, la pelea del presente y las incertidumbres del
futuro.
(…)
IG: Por el trabajo de los antecedentes que relacionan a Alvaro Uribe Vélez con el
Cartel de Medellín. Es una investigación que se hizo en cinco partes. Una de ellas tenía
que ver con la coincidencia cuando Pablo Escobar era miembro del Congreso y tenía
muchísima actividad política o proselitista en los barrios pobres de Medellín, y por
entonces Alvaro Uribe era el alcalde de Medellín y hacía programas muy paralelos a
los de Pablo Escobar. Después Alvaro Uribe fue director de la Aeronáutica Civil. Antes
de él, desde 1954 hasta 1981, el Estado había concedido 2.339 licencias, y durante los
18 meses que él ejerció, concedió 2.242 licencias, muy poco menos que en los 35 años
anteriores, con el agravante que muchísimas de esas licencias, como 200, quedaron en
manos del Cartel de Medellín. Y una de ellas, al menos una de ellas, quedó en manos
de su papá, quien fue asesinado un tiempo después por las FARC. Cuando el
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http://www.cpj.org/awards02/DC_awards02_release.html#more
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ICFJ: ¿Hay planes para que se emita el resto de la serie o las amenazas son demasiado
serias?
IG: Son demasiado serias. Yo estoy dispuesto a seguirla, pero no hay quien me la
apoye. Ni en el canal ni en ninguna otra parte.
IG: Estoy tratando de conseguir ese socio. De hecho, algunas partes salieron en el
Sunday Times de Londres, pero salieron en la página A-18.
ICFJ: Además del Sr. Coronell y su hija, ¿has recibido amenazas de muerte a raíz de
esto?
El mismo día de marzo de 1984 en que comandos policiales tomaron por asalto el
complejo y lo destruyeron, Delgado Mallarino afirmó que les pertenecía, entre otros, a
las organizaciones de Pablo Escobar, José Gonzalo Rodríguez Gacha, alias El Mexicano
y los hermanos Juan David, Jorge Luis y Fabio Ochoa Vásquez y Miguel y Gilberto
Rodríguez Orejuela, quienes manejaban los poderosos carteles de Cali y Medellín.
La dirección del operativo estuvo a cargo de los coroneles Jaime Ramírez Gómez
(posteriormente asesinado en venganza por la mafia cerca de Bogotá) y Luis Ernesto
Gilibert, quien llegó a ejercer la dirección de la Policía Nacional de Colombia.
dispone la ley, pues “están pendientes del avance del proceso sucesorial del finado
Alberto Uribe Sierra”.
La carta fue acompañada por un documento suscrito ante un notario en febrero de 1984
por Agudelo Chávez y por Jaime Alberto Uribe Vélez (hermano de Álvaro Uribe Vélez),
quien se comprometía a entregar el helicóptero en pago de una deuda que su padre
presuntamente había contraído con el aparente nuevo propietario de la nave.
Hoy en día, en el expediente oficial del helicóptero todavía no aparece ningún traspaso
a nombre de Agudelo Chávez y las autoridades aeronáuticas dicen desconocer el
paradero del HK-2704X, el cual fue adjudicado a la Policía Nacional y once años
después de haber sido decomisado en el complejo cocalero la Fiscalía ordenó
devolverlo a los dueños legítimos con el argumento de que no hubo, a la postre,
sentencia judicial alguna que comprobara oficialmente la relación del helicóptero con
el narcotráfico a pesar de haber sido encontrado en el laboratorio de cocaína más
grande del mundo en todos los tiempos.
Villegas estuvo preso años después por haber participado en el traslado clandestino de
fondos de la mafia a la campaña presidencial de Ernesto Samper Pizano, quien fue
sucedido por Andrés Pastrana.»
''Dijo que lo de Tranquilandia era muy grave y comprometía a gente muy importante
de la política del país, que el helicóptero que habían cogido en Tranquilandia era
del papá de Alvaro Uribe Vélez'', declaró en ese año la hermana del ministro, Cecilia
Lara Bonilla. 'Fue entonces cuando me dijo, en ese momento: `La mafia ha entrado
todos los estamentos del país, no sólo a la política sino a la economía' '', agregó.
'Me manifestó que si a él le hacían un atentado iban a ser los que eran propietarios
de lo cogido en Yarí cuando se descubrieron los laboratorios de cocaína. Le pedí
una mayor explicación y él me dijo: `Sí, los dueños del helicóptero y los aviones que
ustedes cogieron en el Yarí' '', declaró Ramírez. En esa oportunidad, Lara Bonilla no
citó nombres.
En entrevista con El Nuevo Herald, Cecilia afirmó que se ratifica ''en todas y cada una
de las palabras'' del testimonio rendido por ella ante el juez 77 de instrucción
criminal de Bogotá y ofreció otros detalles de su última conversación con su
hermano antes del asesinato en una avenida del norte de esa ciudad el 30 de abril de
1983.
''Yo creo que él sí tenía muchas dudas de Uribe [Vélez]. El no las manifestó
claramente'', expresó Cecilia en una conversación telefónica con El Nuevo Herald.
Cecilia dijo en 1984 que su hermano, al citar el helicóptero, aseguró que Uribe
Sierra había sido asesinado bajándose del aparato.
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''Inclusive me contó que Alvaro Uribe había dado declaraciones a la prensa de que al
papá lo había matado la guerrilla porque no se había dejado secuestrar'', declaró
Cecilia, quien fue gobernadora del departamento del Huila.
Rodrigo Lara Restrepo, hijo de Lara Bonilla, fue contratado hace un año y medio por
Uribe para dirigir la oficina anticorrupción de la Presidencia de la República.
Lara Restrepo explicó a El Nuevo Herald que ni él ni sus hermanos habían estudiado
el expediente de la muerte de su padre.
''Ahora que conozco esos documentos creo que el tema es delicado, y sobre eso me
voy a pronunciar en los próximos días'', afirmó Lara Restrepo a El Nuevo Herald.
Sin embargo, en un documento firmado por Jaime Alberto Uribe Vélez, otro hijo de
Uribe Sierra, se afirma que la empresa vendió el aparato a un tercero, lo cual ocurrió
un mes antes de la operación de Tranquilandia. En los archivos del expediente de
Lara Bonilla y en el registro del historial de la aeronave no existen escrituras
formales de esa transacción.
Durante varios días la DEA siguió las señales de los dispositivos hasta que el
cargamento de químicos fue ubicado en un área selvática en inmediaciones del río
Yarí, al sur del país.
Segun ese documento, Jaime Alberto Uribe Vélez, hermano del presidente se
comprometió a entregar ''todos los documentos del helicóptero en cuanto finalice la
sucesión de Alberto Uribe Sierra con el fin de cederle los derechos a sus herederos''
como propietario del helicóptero. Sin embargo en el expediente no figura la
transferencia formal de los derechos. Una fuente cercana a los Ochoa dijo a El Nuevo
Herald que Agudelo, el nuevo propietario del helicóptero, fue un trabajador de
Fabio Ochoa, narcotraficante condenado en Estados Unidos a 30 años de prisión. El
Nuevo Herald trató de confirmar esta información con la familia del narcotraficante
en Medellín a través de correos electrónicos, pero la solicitud no fue respondida.
Pero un nuevo incidente, poco conocido, sacó a flote de nuevo la existencia del
aparato. Según logro establecer El Nuevo Herald, el primero de mayo de 1986 un
helicóptero con las mismas características y similar matrícula cayó con cocaína en un
céntrico sector de Medellín. El diario El Colombiano publicó la noticia: ``El
helicóptero de matrícula HK 2704 es de propiedad de la firma Aerofoto Amórtegui y
Cía. Ltda. de la ciudad de Medellín''.
La muerte de Lara Bonilla continúa en la impunidad. Tulio Manuel Castro Gil, el juez
que acusó a Pablo Escobar del asesinato, fue muerto en julio de 1985. El coronel
Ramírez fue asesinado en noviembre de 1986.
Señor
Humberto Castelló
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Distinguido señor:
Cordialmente,
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http://web.presidencia.gov.co/sp/2007/diciembre/11/carta_nuevo_herald.pdf
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Uribe Vélez, sus hermanos y una firma a través de la cual tenían la propiedad de la
aeronave, 17 días después de la incautación aseguraron por medio de una carta
enviada a la aviación civil que el aparato supuestamente había sido vendido por
ellos dos meses antes del golpe policial en el que fue incautado pero nunca
exhibieron documentación válida que así lo acreditara ni la aportaron a las
autoridades que administran los registros aeronáuticos de Colombia.
Antes de publicar la nota, Gerardo Reyes pidió por escrito la versión de Uribe Vélez
quien al cabo de dos meses de espera no contestó y también permaneció callado
frente a una segunda invitación a dar su punto de vista, hecha pocos días ates de la
publicación.
Ayer, La Presidencia de Colombia, tan pronto renunció Lara Restrepo, divulgó una
carta, que según dice enviará a El Nuevo Herald, según la cual la publicación de este
diario sería producto de maquinaciones de "individuos empeñados en
desacreditarla [a Colombia] e injuriar a sus autoridades legítimas".
La carta sostiene también que "uno de los periodistas" del Herald, al que no
identifica, "ha intentado mancillar la honra del Presidente de Colombia" pero no
explica en qué han consistido tales intentos.
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Pero El Nuevo Herald no fue la única víctima del desdén de la presidencia. Como lo
explicó Rodrigo Lara Restrepo, hijo del ministro Lara Bonilla y saliente director de la
oficina anticorrupción de esa entidad, Velásquez y Gaviria tampoco compartieron
con él la solicitud de información del periodista pese a que el contenido de la misma
se relacionaba con un episodio trágico en su vida como fue el asesinato de su padre
en manos de narcotraficantes. Lara Restrepo renunció a su cargo esta semana a raíz
de la publicación del artículo.
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Humberto Castelló
Director de El Nuevo Herald
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Resulta curioso que la Oficina de Prensa de la Presidencia se refiera en su comunicado, en el
numeral 4, a otro helicóptero sobre el cual El Nuevo Herald de Miami no se ha referido. Se trata del
aparato en el cual se transportó el ahora Presidente Alvaro Uribe Vélez, el día 14 de junio de 1983,
con el objeto de hacerse presente en la hacienda Guacharacas, donde fue asesinado ese mismo día su
padre, para rescatar a su hermano Santiago quien resultó herido en el hecho.
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Historia de un helicóptero
Por Constanza Vieira
14 de Diciembre de 2007
Figuras como Luis Carlos Galán o Rodrigo Lara Bonilla brillan cada vez más en el
tiempo. Ellos entendieron la dimensión del poderoso monstruo. No fueron los
únicos, y muchos otros tampoco sobrevivieron.
Una noche, dos semanas antes de su asesinato por el Cartel de Medellín, el entonces
ministro de Justicia Rodrigo Lara acudió a una invitación de un grupo de periodistas
en la sede de la Fundación Friedrich Ebert en Bogotá.
La verdad, uno no entiende cómo es que jóvenes que tienen todo nuestro afecto y
solidaridad, hijos de padres admirables asesinados por el narcotráfico, aceptan o
han aceptado cargos en este gobierno.
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Rodrigo Lara Restrepo tenía ocho años cuando su padre fue asesinado en una calle
de Bogotá, protegido por fuerte escolta, el 30 de abril de 1984. Casi 23 años
después, en marzo de 2006, aceptó el cargo de Zar Anticorrupción, precisamente en
el gobierno de Álvaro Uribe. Con ello, dejó boquiabierto a más de uno.
Para explicar por qué trabajó con el gobierno Uribe, él dice que “perder el odio es
empezar una nueva vida”, y yo le creo. Dice que nunca revisó el expediente sobre la
muerte de su padre. Le creo.
Para un niño que vivió un episodio tan traumático, evadir durante un tiempo, largo o
breve, quizá sea necesario para fortalecerse y labrarse una personalidad autónoma.
Las convicciones son más fuertes cuando provienen de cosecha propia.
El posible fin de esa etapa de evadir, para el joven ex Zar Anticorrupción, sobrevino
porque el 9 de diciembre el laureado periodista investigativo colombiano Gerardo
Reyes publicó en El Nuevo Herald, de Miami, extractos de una de tantas
declaraciones bajo juramento que han sido echadas al olvido por la justicia
colombiana.
La hermana del inmolado ministro, Cecilia Lara Bonilla, dijo en julio de 1984 al juez
77 de instrucción criminal de Bogotá que Rodrigo Lara mencionó al hoy presidente
Álvaro Uribe Vélez y a su padre, Alberto Uribe Sierra, como ejemplos de la
infiltración de la mafia en sociedad.
El ministro “dijo que lo de ‘Tranquilandia’ era muy grave y comprometía a gente muy
importante de la política del país, que el helicóptero que habían cogido en
‘Tranquilandia’ era del papá de Alvaro Uribe Vélez”, cita el Nuevo Herald la
declaración juramentada de Cecilia Lara, “fue entonces cuando me dijo, en ese
momento: ‘La mafia ha entrado todos los estamentos del país, no sólo a la política sino a
la economía’ ”.
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Cecilia Lara agregó que su hermano, al mencionar el helicóptero, aseguró que Uribe
Sierra había sido asesinado bajándose del aparato,”inclusive me contó que Álvaro
Uribe [Vélez] había dado declaraciones a la prensa de que al papá lo había matado la
guerrilla porque no se había dejado secuestrar”.
Dice que se ratifica ”en todas y cada una de las palabras” de su testimonio de
entonces. Que no cita nombres hoy, porque algunas personas mencionadas por ella
en esa época pueden haber corregido su rumbo.
”Yo creo que él sí tenía muchas dudas de Uribe [Vélez]. Él nos las manifestó
claramente”, le dijo ahora a El Nuevo Herald.
Se han publicado fotos de Uribe Sierra participando como rejoneador en una corrida
de toros en beneficio de “Medellín Sin Tugurios”, el proyecto de vivienda social que
promovió Escobar en la capital de Antioquia cuando decidió hacer avalar con votos
su inmenso poder conseguido como narcotraficante.
Lara Bonilla “me manifestó que si a él le hacían un atentado iban a ser los que eran
propietarios de lo cogido en Yarí cuando se descubrieron los laboratorios de cocaína.
Le pedí una mayor explicación y él me dijo: ‘Sí, los dueños del helicóptero y los aviones
que ustedes cogieron en el Yarí’”, declaró Ramírez.
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“Una fuente cercana a los Ochoa dijo a El Nuevo Herald que Agudelo, el nuevo
propietario del helicóptero, fue un trabajador de Fabio Ochoa, narcotraficante
condenado en Estados Unidos a 30 años de prisión”.
Agrega Guillén que las autoridades aeronáuticas (al momento de escribir el libro)
“dicen desconocer el paradero del HK-2704 X, el cual fue adjudicado a la Policía
Nacional, y once años después de haber sido decomisado en el complejo cocalero, la
Fiscalía ordenó devolverlo a los dueños legítimos con el argumento de que no hubo, a
la postre, sentencia judicial alguna que comprobara oficialmente la relación del
helicóptero con el narcotráfico, a pesar de haber sido encontrado en el laboratorio de
cocaína más grande del mundo en todos los tiempos.”
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Rodrigo Lara Restrepo argumenta, como una de las razones para no haber leído el
expediente sobre la muerte de su padre, que la investigación “no llegó a nada”, y
apenas “condenó a unos miserables sicarios. Condenó a un niño de 18 años”.
El juez Tulio Manuel Castro Gil, que acusó a Pablo Escobar del asesinato del ministro
Lara, fue asesinado en 1985. En noviembre de 1986 fue asesinado el coronel
Ramírez. Rodríguez Gacha fue abatido en 1989 por las autoridades, y Pablo Escobar
en 1993.
Por cierto: a los periodistas colombianos que abordan estos temas los cercan con
amenazas de muerte, y el presidente enfurecido les dice todo tipo de improperios.
Si me va a llamar a mí, crucen los dedos para que no me coja ese día de mal genio.
El helicóptero fantasma
A la oficina de registro aeronáutico jamás llegó una escritura que
oficializara el traspaso del helicóptero a otra compañía o persona
Mauricio Velásquez, empleado de este gobierno desde mucho antes de tener sueldo
oficial.
En un correo electrónico, enviado también por fax, Reyes preguntaba la opinión del
Presidente sobre la declaración que —en 1984 y bajo juramento— dio la hermana
del asesinado ministro de justicia Rodrigo Lara Bonilla.
Doña Cecilia Lara Bonilla juró ante la justicia, hace 23 años, cuando pocos se
imaginaban que Álvaro Uribe Vélez llegaría a la presidencia, que el ministro Lara
consideraba que el narcotráfico había entrado en todos los estamentos del país y
citaba, como ejemplo de esa infiltración, el caso de un helicóptero de la familia del
ahora Presidente, encontrado en el complejo coquero de Tranquilandia.
La hermana de Lara Bonilla recordó así las palabras del Ministro: "Dijo que lo de
Tranquilandia era muy grave y comprometía gente muy importante de la política del
país, que el helicóptero que habían cogido en Tranquilandia era del papá de Álvaro
Uribe Vélez".
Tampoco le dijeron nada al Zar anticorrupción, Rodrigo Lara Restrepo, hijo del
ministro asesinado por la mafia. Lara no conoció las partes del expediente que había
mandado Reyes un mes antes. Vino a enterase de su alcance cuando las publicó el
Herald. Dos días después renunció a su cargo por "razones personales".
¿Por qué el Presidente, que otras veces ha puesto a sus subalternos a certificar su
inocencia, no acudió a un documento oficial sino a un simple anuncio comprado?
Álvaro Uribe Vélez y sus hermanos, como herederos de Uribe Sierra, eran los
legítimos dueños de la mitad del helicóptero incautado en Tranquilandia en marzo
de 1984.
Esa es la verdad que han buscado ocultar o distraer por años y cuyo fantasma
seguirá saliendo, sin importar los intentos de José Obdulio y compañía.
El rey está desnudo, pero en la corte todo el mundo le alaba el disfraz. Hasta ahora,
eso mismo le sucedía al presidente Uribe cada vez que algún periodista se atrevía a
desempolvar episodios de su denso pasado. El que quedaba expósito era el
denunciante, mientras el presidente Uribe se daba el lujo de hacerles caso omiso a
esos "refritos", en medio de insultos altisonantes y de lecciones de ética.
Algo me dice que todo esto puede estar cambiando y que por primera vez el
Presidente parece estar en apuros por cuenta de su pasado. Sin duda, la renuncia
del zar anticorrupción, Rodrigo Lara, tiene esa lectura, a pesar de que en Palacio
hayan querido minimizarla y pordebajearla hasta el punto de haber esparcido el
rumor de que el funcionario no renunció por lo que había publicado El Nuevo Herald
sino porque quería evitar problemas con un prestamista de su campaña. Que, a
propósito, se lo presentaron los hijos del Presidente.
En realidad, Rodrigo Lara Restrepo renunció a su cargo por varias razones, todas
ellas de peso. La primera es que el presidente Uribe hasta hoy no ha podido
explicarle a él, ni al país, qué diablos hacía un helicóptero de propiedad de su padre
en el laboratorio de Tranquilandia. Si el helicóptero ya no era de Uribe Sierra en ese
momento, como insisten los comunicados de Palacio, ¿por qué no hay registros del
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traspaso? En los comunicados se afirma que el helicóptero fue dado en pago de una
deuda por 25 millones. ¿Una deuda a quién? ¿Así de barato cuesta un helicóptero? Y
si es cierto que esa venta se efectuó, como insisten desde Palacio, el Presidente
tampoco sale muy bien librado: el helicóptero fue vendido a un narcotraficante que
trabajaba para el cartel de Medellín. ¿No es para sorprenderse que en toda esta
cadena no haya un empresario decente que no tenga que ver con el narcotráfico, ni
con el cartel de Medellín.
Pero tal vez el episodio más complicado de manejar para el Presidente no sea
precisamente ese, sino el testimonio del coronel Ramírez que aparece en El Nuevo
Herald. En el que afirma que Rodrigo Lara le confesó, días antes de su asesinato a
manos de la mafia, que lo iban a matar los dueños de las aeronaves que él había
incautado en Tranquilandia. Esos mismos temores nos los había confesado a unos
cuantos periodistas de El Espectador, en una reunión con Guillermo Cano, el propio
Rodrigo Lara, poco antes de su muerte anunciada. A los pocos días, la mafia
asesinaría al coronel Ramírez y luego a Guillermo Cano. La espiral de violencia que
se desató diezmó la conciencia crítica de una nación que ya no se volvió a enfrentar
al narcotráfico.