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Pero qué es negociar?, Según el diccionario Webster lo define como “discusión con la
intención de llegar a un acuerdo”. La Real Academia como: Trato dirigido a la
conclusión de un convenio. Y ahora viene una pregunta: De qué nos sirve esto? Pues
de mucho, en el poco tiempo que llevo ocupándome del tema, recibiendo algunos
cursos y leyendo libros dedicados a esto concluyo que es algo vital para nuestra
existencia. Por lo tanto he querido transmitirles este mensaje puesto que acaparar los
conocimientos de nada sirve, pero transmitirlos a veces no es fácil, he allí el dilema.
Espero que esto no me resulte como lo que Friedrich Wilhelm Nietzsche dice en algún
momento en Así hablo Zarathrusta: “Estos oídos no son dignos de mis palabras”.
Punto uno: todo el día negociamos, con nosotros mismo y con los demás. Con
nosotros simplemente se basa en tomar una decisión como qué ropa me pongo, qué
como, decido y punto. Pero cuando le preguntamos a nuestra esposa (o) qué
desayunamos empieza el día en negocios. Si uno quiere jamón y el otro queso viene
un proceso en el cual alguien tiene que ceder en función de un acuerdo. Acuerdo en el
cual el mejor resultado es aquel en el cual ambas partes están al final contentas.
Todo esto ocurre en la mente de las dos personas al sólo verse, ni siquiera se han
hablado pero ya la mente de ambos se prepara para cerrar un trato. Uno tratando de
vender lo más que pueda y el otro tratando de comprar lo menos posible. Es obvio que
ambas partes se necesitan mutuamente y este es el pivote en toda negociación. Es
necesario negociar? Si positivamente. De lo contrario no podríamos perpetuarnos.
Ahora bien existen varios tipos de negociadores y nos habremos topado con todos.
Aquellos que quieren una relación Ganar-Perder. En la cual nuestra contraparte
siempre quiere salirse con las suyas a expensas de nuestra desgracia. Sin duda la
mejor manera de negociar es cuando la relación es Ganar-Ganar. Lo que significa que
en el trance ambas partes salen beneficiadas. Ambas ganan y logran beneficios. Esto
es lo que siempre debemos buscar.
Otro punto importante es definir las expectativas de uno y del otro. A veces en nuestro
negocio esto camina de esta forma: voy a venderle 10 unidades, pero la contraparte
está pensando comprar 3 porque tiene 2 en estantería con lo cual se va a juntar con un
inventario de 5. Vean este ejemplo, uno quiere vender 10 y el otro quiere comprar 3.
Esto define el área de negociación. Una parte quiere 10 la otra 3. Alguien tendrá que
ceder y el que sale con mejor resultado es aquel que acerca el número a su ideal. Cada
unidad arriba de 3 nuestra contraparte estará cediendo. Posiblemente nunca pensamos
en esto pero siempre, les recomiendo definir el área de negociación. Una vez la
definimos podemos fijarnos nuestros objetivos alternos. Les pongo un ejemplo típico
y que seguro les habrá pasado.
Otro error común es apoyarnos demasiado en las ofertas y abrirlas de un solo como
primera opción. De entrada le cantamos: traigo una oferta!. Y al hacer esto también de
entrada limitamos nuestro poder de negociar. Veamos en el caso anterior como podría
funcionar no revelar la oferta de entrada. Cuando la contraparte nos dice: qué le
parecen 16 unidades. Entonces aplico la oferta y le digo, esta bien 16, pero si compra
25 le tengo una oferta que no se la puedo ofrecer por 16. Las ofertas y descuentos
deben ser un arma escondida para tirar el área de negociación a nuestro favor.
Recuerden entonces:
Éxitos,
ET