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MANUAL DE LOS UJIERES

De la Iglesia Alto Refugio

"Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no


para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa
de la herencia, porque a Cristo el Señor servís"
(Colosenses 3: 23-24)

El presente post tiene como objetivo el compartir con ustedes acerca de lo


que es el ujier en la iglesia del Señor y la importancia del mismo al servicio
de Dios. Para ello abordaremos lo relacionado a la definición y etimología
de la palabra ujier que muchos usamos o estamos acostumbrados a oír
pero que quizás no sabemos de donde proviene, además trataremos la
figura del ujier dentro de la iglesia, su cuidadosa selección y preparación.
Que Cristo nos guíe en este estudio por medio de su Santo Espíritu para
edificación de su santa iglesia, amén.

El término ujier generalmente se usa para designar al portero de un


palacio o tribunal. Antiguamente el ujier era un guardián, criado del Rey,
que se situaba de pie delante de la puerta para cuidar que solo entrasen
aquellas personas a quienes les era permitido por sus oficios u otros
motivos e impedir la entrada a los que no tenían derecho a ella.

La palabra ujier tiene su origen en el francés huissier y en el español


tomo inicialmente la forma usier. La voz francesa huis designaba la
puerta, por tanto hussier se refería, como ya antes hemos mencionado; al
portero.

En la Biblia no encontramos la palabra ujier, no existe. La palabra ujier es


un término moderno para referirse al diácono, esta última palabra si la
encontramos numerosas veces en el NT.

Diácono es una palabra proveniente del griego diavkono y significa


siervo, asistente, ministro, servidor, que presta un servicio. Cabe destacar
que diavkono es más frecuentemente traducida por siervo y ministro
que diácono, es decir, se encuentra mayormente en la Biblia como siervo y
ministro en vez de diácono. (Véase por ejemplo, Ef. 3:7 ; 1 Ts. 3:2).
La inmensa mayoría del manual será útil para cualquier congregación que
quiera desarrollar un ministerio de ujieres de excelencia.

IMPORTANCIA Y ORÍGENES BÍBLICOS DE LOS UJIERES

La función del ujier es de gran responsabilidad e importancia. Tiene un


trasfondo bíblico en los porteros del Antiguo Testamento (ver I Cró 16: 38;
Neh 7: 1; Jer 35: 4). No debemos subestimar el significado de esta función
en la Iglesia.

Se trata de una función espiritual, no solamente mecánica. Requiere


preparación espiritual previa como cualquier otro ministerio. Se debe orar
para estar preparado personalmente antes del servicio. Se debe orar,
también, por el servicio y todos los que han de oficiar. ¿Por qué otras cosas
se podría orar antes de llegar al servicio? ¿Habrá razón para orar también
durante el servicio?

Esa función espiritual de los ujieres es frecuentemente ignorada o


subestimada. Es importante meditar sobre esto, e incluirlo en las
consideraciones que atañen a este importante cargo.

Un ujier podría inclusive tener funciones de consejería en ocasiones. Es


importante ser observador. A veces llegará gente a la iglesia con cargas
emocionales evidentes. Necesitarán a alguien compasivo y alerta que les
extienda una palabra de amor y ánimo, o que ore con ellos, o que los refiera
a un pastor o anciano de la iglesia para ministración. Esto se deberá hacer
con extremada delicadeza y discreción.

ACTITUD Y VESTIMENTA DE LOS UJIERES

La actitud del ujier es absolutamente importante. Algunos elementos


importantes de esa actitud:

a) confianza en sí mismo y en el Señor

b) autoridad espiritual

c) simpatía
d) espíritu de servicio

e) humildad

f) paciencia

g) diligencia y dinamismo

h) mentalidad de excelencia

Su aseo
-Limpieza personal.
-Perfume y desodorante.
-Boca aseada.
-Sin goma de mascar.
-Cabello arreglado
-Vestimenta apropiada

Su tarea.
- Ser puntual.
- Nunca dejar su puesto.
- No usurpar autoridad.
- Atención especial a los invitados.
- Seguir las instrucciones.

Su actitud:
- Optimista
- Conversación agradable
- Rostro agradable
- No murmurador
- Bondadoso para con todos

Los ujieres deben ser puntuales, y estar en la iglesia con mucho tiempo de
anticipación.

Los ujieres deben vestirse bien, mostrando que toman en serio su trabajo,
presentando una cara elegante y positiva de la iglesia.
Idóneamente, los equipos de ujieres deberán usar un uniforme, o vestirse
coordinadamente. Esto no siempre será posible o práctico, pero es muy
útil.

Deben vestirse con modestia, tanto hombres como mujeres; pantalones no


demasiado apretados, camisas abotonadas apropiadamente, escotes
adecuados.

Deben usar de higiene apropiada. Importante oler bien, estar bien


peinados, usar de un enjuague bucal si es posible, tener uñas limpias.

EL UJIER COMO EMBAJADOR

La recepción de las personas que asisten a la iglesia debe ser cortés y


afable, con un balance adecuado. No se debe ser demasiado simpático, ni
tampoco demasiado serio. Se debe evitar tocar a la gente. Algunos se
sienten incómodos con este tipo de trato, particularmente las mujeres. El
balance es importante.

Una sonrisa agradable, un tono afable al saludar, una palabra de


bienvenida, una mirada directamente a los ojos—todo esto es
absolutamente importante.

El ujier es la primera cara de la congregación, la fuente de la primera


impresión que recibe la gente cuando llega por primera vez a la iglesia. Se
trata de una gran responsabilidad. Hay que estar siempre consciente de
este hecho, para mantener la actitud correcta en todo tiempo.

Muchos visitantes no tendrán ningún otro contacto con gente de la iglesia,


excepto con el ujier cuando entran. Ese hecho es extremadamente
importante con respecto a si vuelven a la iglesia o no. Por eso necesario que
los ujieres se aseguren de saludar a la gente cuando llegan, sobre todo si no
los han visto antes, y hay una posibilidad de que sean visitantes.

VISITANTES ESPECIALES

Si el ujier discierne que algún visitante es un pastor, un predicador


invitado, o que amerita algún reconocimiento especial, es importante que
alerte discretamente al ujier principal, o que notifique a alguno de los
pastores inmediatamente, para que se determine si se le debe dar una
bienvenida especial, o si se debe invitar a la persona a sentarse en un lugar
preferencial por cortesía.

Nuestra iglesia recibe muchos visitantes de otras culturas y comunidades


cada domingo. Representamos a veces, sin quererlo, a toda la comunidad
evangélica hispana. Por eso se requiere que estemos especialmente alerta a
esos visitantes que ameritan un trato especialmente cortés, pues en esas
ocasiones seremos representantes de toda nuestra comunidad. El ujier
juega un papel extremadamente importante en ese proceso.

Es de gran importancia asegurarse de que si se trata de un visitante de


habla inglesa, o de otro lenguaje, que en todo lo posible se le provea un
audífono para la traducción. A veces será fácil identificar a un visitante
como extranjero, a veces no. Si tiene duda al respecto, peque del lado de
exceso, y pregunte cortésmente si la persona necesita traducción.

CONCERNIENTE A LA TRADUCCIÓN

Es de gran importancia que los ujieres estén muy alertas con respecto a
este elemento de la traducción. Resulta desagradable para el visitante
angloparlante que vino porque se le dijo que había traducción, no recibir
un audífono. Podría interpretarse como descortesía o incompetencia de
parte de nuestra iglesia. Hay que estar muy alertas con respecto a esto.

Si no hay suficientes audífonos, notificar al ujier principal. En ocasiones,


cuando hay muchos angloparlantes, habrá que notificar al pastor principal
para que se haga algún ajuste en el proceso de traducción desde el púlpito.

Es muy importante recoger los audífonos al final del servicio. Si es posible


contarlos. Sería bueno que en cada servicio haya un ujier encargado
formalmente de recoger, contar y guardar los audífonos, de manera que
haya un mejor control y menos pérdidas.

Es muy bueno cuando se le entrega a los visitantes una toallita empacada


para limpiar los audífonos cuando los reciben. Esto inspira confianza desde
el punto higiénico, ya que tienen que ponérselos en los oídos en la mayoría
de las ocasiones. Eso quiere decir que alguien debe estar encargado de
mantener un suplido de esas toallitas, y asegurarse de que haya
consistencia en la entrega de las mismas. De nada sirve hacerlo un
domingo y otro no.

LA UBICACIÓN DE LAS PERSONAS EN SUS ASIENTOS

Es de gran importancia acompañar a la gente a sus asientos en todo lo


posible. Esta es una de las funciones más importantes del ujier. En este
aspecto, es de suma importancia que cada ujier muestre gran dinamismo,
iniciativa, energía y diligencia. El mero hecho de entregar una hoja de
anuncios y saludar a la gente no es suficiente. Es necesario facilitar lo más
posible su ubicación de un asiento.

Esto se hace doblemente necesario en una iglesia como la nuestra, donde


estamos muy constreñidos con respecto a espacio, y donde la gente muchas
veces tiene dificultad en encontrar asiento, sobre todo cuando se trata de
una familia con varios miembros, o acompañados de visitantes. Abandonar
a la gente a que se defiendan solos, como puedan, para encontrar asiento
es una falta de responsabilidad de parte del ujier.

Con respecto a visitantes, esto es de urgente importancia. El visitante


generalmente se encontrará desorientado e intimidado cuando entra a la
iglesia. Si se ve obligado a moverse entre un mar de gente desconocida para
tratar de encontrar espacio, y si recibe un rechazo tras otro al tratar de
sentarse—como puede pasar frecuentemente cuando la iglesia está bien
apretada—resulta ser extremadamente desagradable. Ese tipo de
experiencia negativa se debe evitar en todo lo posible. El ujier es la línea de
defensa número uno con respecto a esto.

DÍAS DE MAYOR ASISTENCIA

La función de los ujieres será especialmente útil cuando la iglesia está


demasiado apretada, como suele pasar con frecuencia. Aquí se requiere
estar muy alerta, anticipar necesidades, moverse continuamente, y ejercer
doble paciencia. Se requiere, también, que los ujieres se comuniquen unos
con otros, que mantengan contacto visual entre sí y con el pastor.

Es de extrema importancia que cuando haya pocos asientos libres, los


ujieres se muevan continuamente a través de la iglesia para identificar con
anticipación dónde están los espacios todavía disponibles, a fin de que
puedan llevar a los feligreses a esos lugares sin detenimiento o titubeo
cuando estos lleguen.

Por razones de seguridad, es importante mantener los pasillos de los


balcones despejados de gente y objetos que puedan obstruir el paso o la
libre circulación. Esto se hace muy importante en caso de un fuego o
alguna otra emergencia. Si hay gente parada sin razón en esos lugares
estratégicos, se le debe pedir con firmeza y cortesía que desalojen esos
espacios, informándoles que se trata de reglamentos establecidos por el
departamento de bomberos de la ciudad.

Es de gran importancia que los ujieres notifiquen a la gente que tiene


abrigos o carteras ocupando asientos libres, que los quiten y ubiquen
debajo del piso, o sobre la falda. Esto tiene que hacerse con delicadeza y
firmeza, balanceadamente. Debe practicarse una frase adecuada
previamente, a fin de que salga con naturalidad al emplearse.

Esto es muy delicado, y puede llevar a una situación de tensión y hasta


conflicto, sobre todo con respecto a gente rebelde y desagradable. Se debe
decir las cosas con una sonrisa en todo lo posible, y empleando un tono
agradable, quizás en forma de pregunta (“Por favor, ¿podría aclarar esos
asientos, para que podamos sentar a un par de personas? Gracias,
hermano.”)

A veces, habrá que pedirle a la gente que se desplacen hacia los lados para
consolidar espacios. Esto también puede resultar en tensión, así que hay
que estar alertas al respecto, y emplear la forma más cuidadosa y
balanceada. Es aquí donde la oración previa en la casa y antes del servicio
entre todo el equipo, puede ser de gran utilidad para evitar y neutralizar
esos momentos desagradables.
Como se puede ver, es de gran importancia que los ujieres sea gente
dinámica, observadora, proactiva, y enérgica, con un alto sentido de
responsabilidad, que no le tema a usar su autoridad para mantener el
orden en la iglesia, y facilitar el mover del Espíritu en las reuniones.

SITUACIONES DE CONFLICTO O TENSIÓN

En ocasiones de tensión o conflicto, mejor buscar ayuda con un superior o


un pastor si lo amerita la situación. En otros momentos, quizás será mejor
simplemente voltear la otra mejilla, evitando así una escena desagradable
que afee el ambiente, dé mal ejemplo a otros, especialmente visitantes, o
que contriste al Espíritu.

El ujier debe evitar en todo lo posible crear la impresión de ser prepotente,


o de estar abusando de su autoridad. En ocasiones, sin embargo, se
requerirá de cierta firmeza, sobre todo cuando la seguridad de las personas
pueda verse afectada.

Hay que pedirle al Señor mucha sabiduría y discernimiento sobre cuándo


ser firme y cuándo ser flexible. De nuevo, es aquí donde la oración previa
es de gran importancia para evitarnos conflicto, y para proveernos de sana
sabiduría, así como del Fruto del Espíritu, lo cual es tan importante para la
función del ujier.

CONTACTO VISUAL CON EL PASTOR A CARGO

Es muy útil que siempre haya un ujier, quizás el ujier principal, que
mantenga contacto visual con el pastor que está a cargo del servicio. Esto
no será posible en todo momento del servicio. Pero es de gran ayuda de vez
en cuando mirar hacia el pastor para ver si necesita algo, o si desea
comunicar algo a los ujieres. De vez en cuando, inclusive, un ujier se puede
allegar al pastor para preguntar si todo está bien, o si requiere algo de
parte de los ujieres u otra persona.

TIEMPOS DE MINISTRACIÓN

Durante tiempos de ministración regular, cuando el pastor le pide a la


gente que pase al frente para recibir oración después del tiempo de
adoración, es importante que algunos ujieres pasen al frente para estar
disponibles en caso que se haga necesaria su intervención. Su presencia es
útil, además, para guiar a la gente a la ubicación apropiada, y evitar
aglomeramiento o mal uso del espacio.

Los pasillos del santuario siempre deben mantenerse despejados durante


los tiempos de ministración. Si alguna persona está obstruyendo la
circulación, se le debe informar cortésmente que es necesario desalojar el
espacio, o guiarla suavemente a la ubicación correcta.

Durante tiempos de ministración, la función de los ujieres adquiere una


importancia extraordinaria. Inmediatamente, que comienza este tiempo,
los ujieres deben entrar en postura de alerta y actividad. Algunos deben
desplazarse inmediatamente hacia el frente, para facilitar la ubicación de la
gente al frente. Como el espacio es tan limitado, y a veces pasa mucha
gente, debe haber por lo menos tres o cuatro ujieres ayudando a la gente a
compactarse, y sobre todo, a dejar los pasillos libres para que otros puedan
también pasar al frente.

En ocasiones, será necesario aclarar los asientos de adelante y pedirle a la


gente que esté sentada en esa sección que se mueva a otro lado, para que
puedan caber todos los que acudirán al frente. Aquí es bueno en todo lo
posible consultar antes con el pastor, o con alguien de mayor autoridad,
para asegurarse que se proceda en una forma apropiada.

Durante tiempos de ministración, es importante que los ujieres se


mantengan muy alertas, y en continuo movimiento. Se deberán parar
detrás de la gente si se está orando por ellos e imponiéndole manos, por si
acaso son tocados por el Espíritu y caen al suelo. Aquí, mantener la
seguridad y el orden será muy importante.

En el caso de hermanas que lo requieran durante tiempos de ministración,


será importante tener disponibles mantas para cubrirlas y mantener la
modestia. Los ujieres deberán identificar con anterioridad dónde están
esas mantas, y emplearlas inmediatamente si fuere necesario. Es preferible
que sean las ujieres quienes cubran a las hermanas que lo necesitan.
A veces, personas que son tocadas por el Espíritu lloran suavemente, y es
muy útil proveerles discretamente un Kleenex para enjugar las lágrimas. Es
bueno siempre tener un ujier encargado de desempeñar esta función
recorriendo el área donde está reunida la gente, distribuyendo los Kleenex
a quien los necesite. Esto se debe hacer con mucha delicadeza y
discernimiento, determinando el momento y la manera más apropiados de
hacerlo.

FAMILIAS CON NIÑOS

Si vienen familias nuevas con niños, se les debe informar que hay clases
para diferentes edades, y darles direcciones sobre cómo llegar a los salones
infantiles. Además, se les debe dejar saber a qué hora comienzan las clases
para niños—generalmente después del tiempo de alabanza. En algunos
casos, dados los múltiples pisos de nuestra planta física, quizás será
necesario conseguir a alguien que acompañe a la mamá hasta el salón
infantil.

A veces los padres no quieren llevar a sus niños a los salones infantiles,
particularmente durante su primera visita, prefieren retenerlos en el
santuario. Generalmente, no se debe insistir que los lleven a clase. Sin
embargo, si el niño se pone inquieto y comienza a molestar o a hacer ruido,
se le deberá informar delicadamente al adulto que hay clases disponibles
para los niños, y que con mucho gusto podemos acompañarlos hasta el
salón adecuado. En ocasiones, este trabajo idealmente lo haría una ujier,
ya que es más delicado navegar ese momento potencialmente difícil de
mujer a mujer.

RECOGIMIENTO DE DIEZMOS Y OFRENDAS

Cuando se acerca el tiempo de los diezmos y las ofrendas, los ujieres deben
comenzar a prepararse y posicionarse para acudir al frente
inmediatamente que el pastor haga el llamado. Los cestos de las ofrendas
deben estar preparados con antelación, de manera que el recogimiento de
los diezmos se dé con la mayor eficiencia y solemnidad posibles. En el caso
de nuevos ujieres, se les debe dar un entrenamiento específico con
anterioridad sobre cómo se lleva a cabo esta operación, a fin de que no
haya titubeos durante este momento.

Debe determinarse con anterioridad quiénes recogen todos los cestos de las ofrendas
y los llevan al salón de conteo. Nunca debe ir un solo ujier a llevar el dinero, por
razones de seguridad y protocolo.

LA SANTA CENA

La Santa Cena es uno de los momentos más solemnes del calendario eclesiástico.
Debe llevarse a cabo sin titubeos ni errores marcados o visibles. Por eso, siempre
deberá proveerse entrenamiento específico a los ujieres sobre cómo desempeñar su
función con respecto a este importante momento. Los ujieres deben saber con
seguridad dónde posicionarse, y cómo trabajar en equipo de un lado a otro de los
asientos para distribuir la Santa Cena con la mayor efectividad, solemnidad y rapidez
posibles.

Los ujieres asignados para pararse al frente y tomar los elementos de la Santa Cena de
manos del pastor deben estar bien preparados para mover la mesa con los elementos
a su lugar apropiado y quitar con cuidado el mantel que la cubre. Deberán estar
informados previamente del rol especial que van a jugar ese domingo, y vestirse con el
mayor cuidado posible. Debe ser gente espiritualmente madura, y conocida por la
congregación.

Al final del tiempo de la Santa Cena, los ujieres deben asegurarse de recoger los
vasitos que queden en los asientos, y desecharlos apropiadamente.

CONTEO DE LA ASISTENCIA

El conteo de la asistencia es de gran importancia para mantener estadísticas


concerniente al crecimiento y las fluctuaciones de la congregación. Se requiere, por lo
tanto, que se lleve a cabo con la mayor precisión y cuidado posibles. Por esa razón, lo
más aconsejable es que siempre lo haga la misma persona en cada turno, y que sea
alguien detallista y cuidadoso en este tipo de operación.

De vez en cuando, por alguna razón extraordinaria, la asistencia el domingo puede


reducirse dramáticamente. En invierno, por ejemplo, domingos o sábados en los
cuales se dan tormentas de nieve pueden hacer estragos con la asistencia del
domingo. En ese caso, la persona que toma la asistencia deberá proveer algún
comentario o aclaración en el papel del reporte, dejando saber la razón por la cual
hubo una asistencia más baja de lo usual. Esa información se incorporará a los
récords de la iglesia para futura referencia.

SITUACIONES DE EMERGENCIA

Idealmente, los ujieres deberán estar preparados para afrontar cualquier situación de
emergencia que pueda surgir durante un servicio. La directiva de los ujieres deberá
proveer entrenamientos especializados con respecto a situaciones específicas, tales
como fuegos, falsas alarmas de fuego, personas atrapadas en un elevador, o
emergencias médicas.

Idealmente, algunos de los ujieres deberán recibir instrucción sobre primeros


auxilios. Además, todos los ujieres deberán saber dónde se encuentra el maletín de
primeros auxilios, y poder identificar los médicos en la congregación, y dónde estos se
encuentran sentados durante los servicios, en caso de que sea necesario acudir a ellos
durante una emergencia médica.

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